En el artículo Stephen King contaba un par de historias y daba doce consejos que paso a resumirte a continuación, porque estoy seguro de que te serán de lo más útiles.
1. Sé talentoso
Este es el punto más polémico de los
doce, porque Stephen King equipara el talento con «conseguir que alguien
te pague por lo que escribes». Y es que, mal que nos pese, será difícil
mantener una carrera literaria duradera si no somos capaces de
«comprar» el tiempo que necesitamos para escribir.
King reconoce tener su propia opinión
sobre la calidad del trabajo de algunos autores superventas, pero
subraya que los escritores que consiguen cobrar por sus trabajos están
consiguiendo hacer algo muy importante: comunicarse con un gran número
de gente que quiere lo que ellos están ofreciendo. De otro modo, ningún
editor se arriesgaría a publicarlos.
Así, un mal escritor es para Stephen King
alguien que no consigue cobrar por sus publicaciones. Es alguien que no
está logrando avanzar en su carrera literaria. Y si no consigues
avanzar en tu carrera literaria, tal vez debas pensar en dedicarte a
otra cosa.
¿Cuándo? No después de 6 cartas de
rechazo, ni tampoco después de 60, pero tal vez sí que debas pensar en
ello después de 600 rechazos.
¿Y después de 6.000? Después de 6.000 cartas de rechazo tendrías que tenerlo más que claro.
Lo cierto es que casi todos los
aspirantes a escritor saben cuándo se están acercando a su objetivo. Los
editores empiezan a acompañar sus cartas de rechazo con breves notas o
comentarios personalizados, etc.
Pero esto sólo lo veremos si somos
realistas. Y King recomienda ser siempre lo más realista posible, porque
si tus ojos están abiertos sabrás en qué dirección debes caminar, o
incluso cuando debes volverte.
2. Sé pulcro
En su artículo, Stephen King recomendaba escribir a doble espacio y en un papel blanco de buena calidad.
Hoy, con las nuevas tecnologías, los
requisitos para cumplir con esa pulcritud han cambiado: formatea tus
textos de forma elegante, sin usar fuentes estridentes, asegúrate de que
el receptor de tu manuscrito vaya a poder leerlo (yo siempre guardo las
versiones finales de mis manuscritos en formato .rtf para asegurarme de
eso), y, en general, sigue todas las directrices que te haya dado el
destinatario de tu manuscrito.
Si te pide que el documento vaya a doble espacio, envíaselo así.
Si te pide que la fuente sea una Times New Roman, o una Calibri, o una Arial, formatéalo así.
Si te pide que acompañes tu manuscrito de
un sobre lleno de billetes pequeños sin marcar, tal vez debas buscar
otro editor más fiable.
3. Sé autocrítico
Si has hecho pocas correcciones en tu
manuscrito no es porque seas un genio de la literatura, sino porque eres
un vago de tomo y lomo.
Nadie escribe nada bien a la primera. Como bien decía Hemingway, «el primer borrador de todo es siempre una mierda«.
No seas chapucero.
4. Elimina toda palabra superflua
¿Quieres sermonear al público? Genial. Ve al parque más cercano, súbete a una caja de fruta y hazlo.
¿Quieres que alguien pague por lo que escribes? Ve al grano.
Y si después de eliminar toda la paja de
tu texto descubres que no hay en él nada de grano, tira el papel a la
basura y empieza de nuevo, o pasa a escribir algo diferente.
5. Nunca consultes un libro de referencia mientras estás escribiendo el primer borrador
¿Quieres escribir una historia? Perfecto.
Aléjate del diccionario, de las enciclopedias y, en general, de
cualquier libro de referencia que creas que vayas a poder necesitar.
Sobre todo, aléjate de los diccionarios de sinónimos. Cualquier palabra
para la que tengas que recurrir a un diccionario de sinónimos será la
palabra equivocada. No hay ninguna excepción a esta regla.
¿Crees que puedes haberte equivocado al
escribir una palabra o un dato concreto? Entonces tienes dos opciones:
puedes consultarlo para asegurarte de no equivocarte (y ya de paso
perder también el flujo de tu escritura y con él tu ritmo de trabajo) o
puedes escribir cualquier cosa y marcar esa parte del texto como
pendiente de corregir.
Recuerda que esas palabras no se irán a ningún sitio.
Cuando te sientes a escribir, escribe. No
hagas nada más, a excepción de levantarte para ir al baño. Y aun eso
también, sólo cuando sea estrictamente necesario.
6. Conoce el mercado
Sólo un zopenco enviaría a McCall’s una
historia sobre unos murciélagos vampiro gigantes que merodean alrededor
de un instituto. Y sólo un zopenco enviaría a Playboy la tierna historia
de cómo una madre y una hija tratan de superar sus diferencias en una
cena de Nochebuena. Pero la gente hace este tipo de cosas todo el rato.
Si te has preocupado por escribir una
buena historia, ¿por qué no te preocupas también por buscarle el mejor
destinatario posible? ¿Dejarías ir a tu hijo a una montaña nevada
vestido sólo con un pantalón corto y una camiseta?
Si te gusta la ciencia ficción, lee
revistas que publiquen ciencia ficción para ver qué tipo de relatos
publican. Si quieres escribir historias de confesiones, lee este tipo de
revistas.
De esta forma no sólo conseguirás que tu
historia llegue al mejor destinatario posible, sino que también
escucharás el ritmo interno del mercado editorial, aprenderás lo que más
gusta y disgusta a los editores, etc. Lo que leas se verá reflejado en
lo que luego escribas. Y eso tal vez pueda ayudarte a vender algún que
otro relato.
7. Escribe para entretener
¿Quiero esto decir que no puedes escribir «literatura seria»? Para nada.
En algún momento los críticos
establecieron una separación artificial entre la literatura de
entretenimiento y las ideas profundas, pero esto es algo que hubiera
sorprendido mucho a Charles Dickens, por no hablar de Jane Austen, John
Steinbeck, Willian Faulkner, Bernard Malamud y otros cientos de autores
más.
Por supuesto que puedes escribir sobre
temas profundos. Pero tus ideas sobre estos temas siempre deberán estar
al servicio de la historia, no al revés.
Te lo repetiré una vez más: si quieres dar un sermón, coge una caja de fruta y súbete a ella.
8. Pregúntate a menudo si te sigues divirtiendo
Tu respuesta no siempre tiene por qué ser
afirmativa. Pero si descubres que siempre es negativa, tal vez haya
llegado la hora de cambiar de proyecto… o de carrera.
9. Cómo gestionar las críticas
Enseña tu trabajo a varias personas.
Escucha con atención lo que esos lectores tienen que decirte. Sonríe y
asiente todo el rato, y luego repasa con detenimiento todo lo que te han
dicho.
Si varios de tus críticos hacen hincapié
en un mismo aspecto de tu historia -un punto de giro que no funciona, un
personaje que resulta artificial, etc.-, corrígelo. No importa si para
ello tienes que cambiar algo con lo que estás muy satisfecho. Si un
montón de gente te está diciendo que algo no funciona en tu historia, es
porque no funciona.
Si cada uno de los lectores crítica algo diferente, en cambio, puedes hacer caso omiso de sus recomendaciones sin ningún pudor.
10. Cumple con todas las reglas a la hora de enviar tus manuscritos
En este punto King habla de los sobres
para la devolución de nuestro manuscrito, los sellos, etc., pero en
estos tiempos de envíos electrónicos quiero repetir lo que ya mencionaba
en el punto 2 de esta misma entrada: presta gran atención a los
requisitos que pone cada editor para el envío de manuscritos y cumple
con ellos de forma escrupulosa.
11. ¿Agentes? Olvídate de ellos por ahora.
Los agentes editoriales se llevan en torno al 10% del dinero que generan sus clientes, y el 10% de cero es cero.
Los agentes editoriales, por extraño que
parezca, también tienen que pagar el alquiler. Y los autores noveles no
les ayudan demasiado con ello. Mueve tus relatos por revistas. Ponte en
contacto con algunos editores y envíales algún capítulo de muestra de tu
novela, o incluso el manuscrito completo si así te lo piden. Y recuerda
siempre la Primera Regla de Stephen King sobre Agentes y Escritores,
aprendida por propia experiencia: no necesitarás ningún agente editorial
hasta que no hayas generado suficiente dinero como para que a alguien
le merezca la pena robártelo.
Cuando hayas generado esa cantidad de
dinero con tu literatura, tendrás la oportunidad de elegir un buen
agente literario que vele por tus (y sus) intereses.
12. Si es malo, acaba con él
Cuando hablamos de gente, la ley no ve
con buenos ojos eso del asesinato por compasión. Pero si hablamos de
ficción, esta es la única ley: si algo es malo en tu manuscrito, acaba
con ello.
Eso es todo lo que Stephen King nos dice (muy resumido y traducido de
forma libérrima) antes de desearnos un buen día y despedirse.¿Qué te parecen estos doce consejos?
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Un abrazo lector.
La trayectoria de Stephen King como escritor ha dado cambios y giros sorprendentes desde sus primeros libros, como Carrie u Ojos de fuego, pasando por la que es, quizá, su obra más impactante, It -que veremos pronto en el cine-, junto con obras más personales como Corazones en la Atlántida. En cualquier caso, King es uno de los autores estadounidenses más vendidos y conocidos del mundo de los últimos treinta años, y uno no llega ahí por casualidad. Si estáis muy interesados en su trabajo, no puedo dejar de recomendaros su libro Mientras escribo, indispensable si quieres dedicarte a la literatura de manera profesional. Pero, por ahora, revisemos sus mejores consejos para escritores.
Escribe para ti, luego preocúpate por la audiencia. King afirma que “cuando escribes una historia, te la estás contando a ti mismo. Cuando la reescribes, tu principal trabajo es quitar las cosas que no forman parte de ella”.
No te obsesiones con la gramática. Hay que escribir de manera correcta, sí, pero el objetivo de la narración es hacer sentirse al lector bienvenido y contarle una historia, no la corrección gramatical absoluta.
La magia está dentro de ti. Sí, la verdad es que esto queda algo cursi, señor King. Pero tiene razón, si dudas de tu trabajo dejas entrar al miedo y entonces serás incapaz de terminar nada de manera correcta.
Lee. Lee. Lee. “Si no tienes tiempo para leer, no tienes ni tiempo ni herramientas para escribir”. Vivir aislado en tu propio mundo de escritura y reescritura no es bueno, te impide crecer como autor. Es la mejor manera de aprender, ya que así ves cómo se resuelven problemas que veías insuperables.
No te preocupes en hacer al resto de la gente feliz. “Si tratas de escribir de la manera más sincera posible, tus días como miembro de la sociedad educada están contados, de todas formas”. Viene a resumir un consejo que hemos dado en otras ocasiones: el que escribe para todo el mundo acaba escribiendo para nadie.
Apaga la televisión. “La televisión, mientras trabajas o en cualquier otro lugar, es la última cosa que un aspirante a escritor necesita”. Esto se puede extrapolar hoy en día a cualquier otra distracción como los teléfonos inteligentes o las redes sociales.
Tienes 3 meses. “El primer borrador de un libro no debería llevarte más de tres meses, la duración de una estación”. Lo cierto es que King nunca ha tenido problemas en esto, si atendemos a la velocidad con la que saca libros. Quizá los que tenemos que trabajar en otras cosas podamos ir un poco más lentos.
Permanece fiel a tu estilo. “Uno no puede imitar el acercamiento de un autor a un género en particular, sin importar lo sencillo que parezca que ese escritor lo esté haciendo”. Si te dispersas a la hora de crear tu estilo, te vas a diluir en un mar de otros autores. Encuentra tu voz y mantente pegado a ella.
La documentación no debe oscurecer la narración. “Recuerda esta palabra: detrás. Ahí es donde pertenece la documentación, tan atrás en el trasfondo como puedas dejarla”. En ocasiones ese largo trabajo de documentación nos parece que tiene que tener más protagonismo… pero en realidad no es así y acaba lastrando la narración.
Escribir es para ser feliz. “Escribir no es para hacer dinero, hacerse famoso, tener citas, sexo o amigos. Escribir es magia, es el agua de la vida. El agua es gratis, así que bebe”. Las expectativas a la hora de iniciar una carrera literaria no deberían ir más allá de lo que dice King, hay que escribir por placer.
¿Qué os parecen estos consejos? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Vía: Open Culture
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