POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
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La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Prólogo al libro de poesía "Ecos del tiempo" de Mario Argüello. Por Ramón Palmeral





Prólógo del libro



     PROFUNDIDAD EN EL SENTIR

    A los poetas los considero como artistas de la palabra, al igual que el pintor lo es de la materia plástica, al músico con los instrumentos musicales o el escultor  con el mármol. Cada persona lleva a un artista dentro, lo que sucede es que a veces, por una razón u otra no se nos manifiesta en toda su intensidad y cualidades. «La poesía –según Octavio Paz– es la lengua, los oído y los ojos de los pueblos: oye nuestros silencios, descifra lo que decimos o sonámbulos, mira lo que somos». Aunque a mi entender no existe una única definición de poesía porque son sentimientos y emociones en una alambicada forma de demostración, junto al ingenio y el talento de cada cual.
    A mediados del mes de junio me entrevisté con el poeta de origen colombiano Mario Argüello en la Asociación de Artistas Alicantinos para entregarme el original de su nuevo poemario titulado Ecos del tiempo. Estuvimos hablando largo y tendido, como se suele decir, de su vida como abogado y poeta; aunque el tema de su afición a la poesía era lo que me interesaba conocer para armar el andamiaje del presente prólogo. En 2001  emigró a España desde Bogotá (Colombia), una ciudad andina que le agobiaba, con una población de más de nueve millones de habitantes, y por eso se estableció con su mujer en Alicante, buscando una ciudad mediana junto al mar. Aquí en Alicante contactó con poetas como el inolvidable Carlos de Aguilar Merlo, que fue quien le introdujo en el mundillo poético de esta ciudad y con Espejo de Alicante que dirige Consuelo Giner. Yo particularmente le había oído recitar en El Corte Inglés, y noté enseguida que era una voz nueva a la que había que prestar atención en el futuro, por su verso limpio, inteligente y culto.
    En nuestra reunión en la Asociación le pregunté cuándo se inició en la poesía y  me dijo que desde pequeño ya escribía, influenciado por su padre, que era aficionado a la poesía. Me dijo que entre los poetas colombianos que más le influenciaron se encontraba José Asunción Silva, uno de los precursores del modernismo (autor de El libro de versos, el único que Silva organizó y dejó listo para publicar), incluso antes que Rubén Darío introductor de este estilo en España con su famoso libro Azul de 1888. También hablamos de Luis Vidalis, poeta colombiano al que Mario conoció personalmente, que pertenece a la Generación del 27; o del gran Porfirio Barba Jacob, poeta y periodista colombiano del que admira su modernismo ecléctico.
    Mario Argüello, sabe que para ser un gran poeta hay que leer a los grandes poetas, luego en una lógica catarsis del tiempo, los poemas nos salen de dentro hacia el exterior, porque llevan implícito el concepto de aquellos poemas que leímos y nos gustaron; porque en esto consiste el proceso creativo: en adquirir, consumir, digerir y expresarnos con nuestro propio estilo como el pintor que, cuando domina la técnica puede crear su propia obra. Y como bien nos dice Mario: «Si el poema no llega / espontáneo, liguero/ no lo fuerces, espera…» (V.V.63-65, de  su poema 27 «Mente en blanco»), en cuyo poema cita a García Lorca, Machado, Alberti, Luis Vidales, César Vallejo, Góngora, Lope de Vega y a Garcilaso.  Hasta este sabio consejo de no forzar la creación del poema, sin duda acertado, ha llegado Argüello, por ello, opino que ha logrado un estilo propio y reconocido, con  temas varios como el amor, la naturaleza, el mar, o la filosofía donde sentencia: «Nadie pasea con hambre» (v.20, poema 18 «Desprogramado»), y también hace unos guiños de la mitología griega con el dios Zeus, pero esta vez en lugar de acechar a ninfas o nereidas, acecha «a la joven luna que nacerá en el mar»  (v.18, poema «La luna de Zeus»).
    Entre los poetas españoles hablamos de Antonio Machado y de Miguel Hernández, aunque entre sus lecturas figuran otros grandes poetas, ya que Mario es un gran lector de poesía, lo que se refleja en el dominio de sus poemas que están vivos, juveniles y laten con frescura. Porque como escribiera José Esteban, en  Ínsula, número 319, 1973, respectos a la poesía de Juan Gil-Albert: «Quizás es que un poeta tiene la edad de sus versos y no la de su partida de nacimiento».
   Tras la primera lectura de Ecos del tiempo se me llegó a la cabeza, como una intuición el título a este prólogo: «Profundidad en el sentir», como si fuera una carga de profundidad en los sentimientos y en las emociones, pues Mario tiene un singular estilo en el decir, y en el componer versos, donde lleva a encontrar algunas metáforas muy singulares, que veremos seguidamente.
    El anterior libro de Mario se titula Mis huellas, publicado en  ECU, en 2012, una aparición acertada de sus vivencias que tuvo gran éxito. Pasada la primera ola de aquel primer poemario, nos introducimos ahora en Ecos del tiempo, en mares más profundos y sensitivos. Se compone este libro de 61 poemas de estilo libre y diferentes medidas en los versos.  Escribe poemas de varios temas: Amorosos, naturaleza, crítica social, observaciones del mundo que percibe donde logra atraparnos con su finísima sensibilidad.
   En los poemas amoroso-eróticos de Mario se aprecia esa vitalidad exuberante y carnal de deseos volcánicos en los versos: «Tus pechos, vibrantes pechos,/ se agigantan cual volcánicas montañas,/ al momento de explotar» (V.v. 12-14 de «Baila, baila» nº 1). En la lectura de  algunas metáforas y sintagmas encuentro grandes hallazgos como: «Cuando sueño te encuentro en mis sueños» (v.9, poemas 2 «Canción del olvido»). O por «La noche sigue su marcha,/ es la horas de soñar» (V.v. 19-20, del poema 10 «Trovador». Curiosa es la anécdota que nos cuenta en el poema 14 «Suena un tambor en la selva», de que cuando muere un bebé sin tomar leche materna su cuerpo retorna a la Pachamama que para algunas etnias andinas significa la Madre Tierra.  Así podríamos seguir contando anécdotas y saberes sobre la profecía Maya del fin del mundo del poema número 25 «22 de diciembre de 2011». Continúa escribiendo sobre las cosas mundanas como las hojas disecadas, a su piel, a un banco, o poemas dedicados a sus compañeros de la Unión Patriótica colombiano de izquierda fundado en 1985.  No se olvida de un viaje a Vietnam, con un poema escrito en la ciudad de Ho Chi Minh, en 2014. O al lago Zúrich en Suiza, donde viaja con frecuencia. Un extenso romance moderno más que poema de 6 páginas es el número 59 titulado «La gitana de Sevilla», de un encuentro que tuvo con una de ellas cerca de la Giralda que le dijo que era descendiente del rey sumerio Gilmalseh y del propio Salomón, y que podía leer en su mano tanto su pasado como su futuro o hablar con los espíritus de sus antepasados. Y llevado por el embrujo de los ojos picarones de la gitana y sus hermosos pechos, le timó setenta euros, sin darse cuenta. Curiosamente la epopeya de Gilmalseh está considerada como la obra literaria más antigua del mundo, parece ser que esta historia pasó de la India a Grecia, y de aquí a Occidente.
    

   Nació Mario Argüello Serrano en 1937, en el Municipio de Mogotes, Departamento de Santander, ubicado en la región andina al nororiente de Colombia, habitado que lo fue en el pasado por los nativos conocidos con el nombre de "Guanes".
  Allí en el Municipio de Mogotes transcurrió la infancia de Mario Argüello entre los avatares propios que trajo consigo la violencia desatada por los partidos políticos tradicionales de ese país, liberal y conservador. Se trasladó al Municipio vecino de San Gil, situado a 33 kilómetros de Mogotes, para cursar sus estudios de Bachillerato en el Colegio San José de Guanentá donde tuvo la oportunidad de iniciarse en las letras y en la poesía. En este Colegio fue cofundador y colaborador de la revista literaria "ANTENA", en la cual publicó sus poemas de la época estudiantil.
   Posteriormente, viajó a la ciudad de Bogotá, donde logró una vinculación laboral e inició sus estudios en la Facultad de Derechos y Ciencias Sociales de la Universidad Libre. Allí obtuvo el título de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales.
    En su calidad de abogado, se incorporó a la Administración de Justicia de Colombia en el año 1969 desempeñado como Juez, y años más tarde como Fiscal Seccional. A partir de 1972 y hasta 1974 realizó estudios de post-grado en Derecho Internacional Público, en la Universidad Estatal de Kiev (Ucrania). En esta ciudad continuó desarrollando su capacidad inspiradora en el arte de la poesía. Al regresar a su país se dedicó a la docencia en el área de Derecho Internacional Público en la Universidad Libre de Colombia, durante más de 20 años. Esta universidad le otorgó el título de "Profesor Titular". También fue profesor en las universidades "La Gran Colombia", y "Cooperativa de Colombia" y en la "Escuela Militar Francisco de Paula Santander", labor que alternó con el ejercicio particular de abogado, principalmente en las áreas del Derecho Penal y Derecho Laboral.
    En 2001 estableció su residencia en San Juan de Alicante, en cuya Universidad convalidó el título de abogado e ingresó posteriormente a la Universidad de Alicante para mayores, UPUA, encontrando allí el espacio adecuado y la ocasión, para acceder a los campos del saber y adentrarse en la Literatura y en la Poesía.

    Antes de cerrar este prólogo que gustaría hacer una breve reflexión sobre los poetas españoles e hispanoamericanos, por la nacionalidad colombina de Mario Argüello. La relación de América y España, es una historia que se inicia con el descubrimiento y la conquista que comprende tres siglos, hasta que tras la invasión de España por Napoleón se produce la debilidad de la monarquía borbónica y se inicia el periodo de independencia de Hispanoamérica; organizada, generalmente por los criollos (americanos descendientes de españoles), que a la órdenes del general Simón Bolívar, se logra la independencia de las naciones hispanoamericanas  y en concreto Colombia en 1819. Durante el periodo colonial, además de la dominación hubo integración de la lengua y la religión y del conocimiento. Luego silencio y distanciamiento durante un siglo. A finales del siglo XIX, los hispanoamericanos nos adelantaron en positivismo y nos trajeron el modernismo en la poesía, como José Asunción Silva o Rubén Darío.
      Tras la Guerra Civil española de 1936 por la sublevación de Francisco Franco llegó el exilio para los republicanos vencidos, y los poetas y escritores marcharon a través de Francia a México y Argentina, principalmente, y otros países como Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana y Estados Unidos. Con la emigración de intelectuales españoles se produjo un enriquecimiento en Latinoamérica, que sin duda alcanzó a la literatura y a la poesía en sí misma por su diversidad en la lengua de Cervantes. Porque además de poetas, llegaron, entre los exiliados,  profesionales como maestros y pedagogos, que enriquecieron la educación en todas estas naciones.

    No quiero robarle más tiempo a los lectores que habéis comprado este singular libro  de poemas de Mario Argüello, donde fluyen los sentimientos, el amor y el desamor, el surrealismo de los sueños, y la ironía de la realidad, que, como el propio título indica Ecos del tiempo, nos evocan resonancias de un tiempo  y de unas vivencias nacidas de muy dentro en el estómago del volcán de un gran poeta.


Ramón Fernández Palmeral
Escritor y poeta

Alicante, 15 de julio de 2017