MIENTRAS UN MOSQUITO TOCA EL SAXOFÓN
Y…en qué lindo era mi valle
aflojé las correas del deseo
hasta llevarte a la posada
que cubre mis ansias.
Entre sueños oímos
el saxofón que tocaba un mosquito.
y te levantas. Nada le hace callar
al músico diminuto,
mas una vuelta mata al músico
Vuelves a la cama vergonzosa
vestida de sábanas
y
Enterrados en abrigos de alhomadas
volvemos a la lucha
cuerpo a cuerpo
del amor endiablado:
a la fantasía del placer.
Ramón Fernández (Palmeral)
1991