Balcón de Europa, Nerja
A MI NERJA QUERIDA
No sé lo que tendrá Nerja
que tanta ilusión me hace
su cielo, su mar, su vega,
sus plazas, agua y sus calles.
De verdad que está enclavada
en un precioso lugar
yo creo que Dios la hizo
como modelo especial,
de estas que por más que busquen
no las podrás encontrar.
De pequeño la veía
perderse a través del mar
unas manchitas de casas
que se podían contar
desde lo alto la Sierra,
de la cuesta el Pedregal,
por la noche sí lucían
de seis a siete farolas
que se ahogan en el mar,
este era mi Nerja bella
la que me echa a soñar,
que siempre que llovía
se veía reflejar
que allí el sol lucía
chirivitea en el mar,
así se fue acumulando
en mi mente este pensar
y el afecto que le tengo
a esta preciosa ciudad.
También pienso que otro asunto
me llegarán a añorar
que en este pueblo vivían
mis abuelos maternal,
lo que siempre me traían
alguna que otra trompeta,
carritos o algún pito,
su feria me dislocaba
cuando los pitos sentía,
si a ella no bajaba
el corazón me bullía,
pensando que las barquillas
estarían funcionando
los puestos de caramelos
así las norias volando,
cuando perdí de mayor
sus farolillos opacos.
En Málaga despedía
a diario a los ocupantes
de la Alsina que llevaba
los que se habían desplazado
a hacer sus menesteres
o visitar los soldados
que en plena guerra esperaban
para el frente su traslado.
Cuando podía escapar
marchándome para el pueblo
no podía soportar
el avistar a Río
Seco,
todavía hoy persiste
aquella gran alegría
que me causaba de joven
aquella mi patria chica,
pienso y repiensa mil veces
donde yo estaría mejor
es en mi Nerja querida
para poder terminar
lo poco de esta vida
donde mi familia está
mis tíos, sobrinos e hijas.
Nerja, 29-04-85