Es el primer africano que se premia desde que lo recibió Wole Soyinka en 1986 y el primer negro desde que lo obtuvo Toni Morrison. Su literatura es una reflexión sobre sus raíces y la emigración
El novelista tanzano Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948) ha sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2021 por una obra centrada en colonialismos, crisis de refugiados y exilios, experiencias todas ellas vividas en primera persona, al tener refugiarse en el Reino Unido a finales de la década de 1960, huyendo del régimen de Abeid Karume. La Academia Sueca destacó su «penetración intransigente y compasiva en los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes». Lo cierto es que la elección fue toda una sorpresa. Una de las preguntas que se hizo ayer viral en redes sociales fue: «¿Es tan grave reconocer que nunca habías escuchado el nombre del Premio Nobel de Literatura?». Su cuarta novela «Paraíso» fue preseleccionada para el premio Booker en 1994, y su sexta, «En la orilla del mar» estuvo en la lista de 2001.
Pero más allá de eso, no había recibido previamente ningún galardón. De ahí que no apareciera en ninguna de las quinielas. Entre los nombres más resonados para esta edición destacaban el japonés Haruki Murakami –el eterno favorito a conseguir este galardón–, la canadiense Anne Carson, el rumano Mircea Cartarescu y el keniano Ngugi wa Thiong’o. Pero al final, el reconocimiento internacional –y también el millón de euros– recayó en Gurnah, un escritor que ni siquiera tiene editor en los Estados Unidos. Al español tiene traducidas tres novelas: «En la orilla», en la ya desaparecida editorial Poliedro; y «Paraíso» y «Precario silencio», en El Aleph.
Algo abrumador
Cuando recibió la noticia, el autor estaba en la cocina de su casa de Kent, en Canterbury, y no podía dar crédito. «Pensé que era una broma», aseguró a «The Guardian». «Las quinielas suelen hablarse durante semanas o incluso meses. No era algo que estuviera en mi mente en absoluto. Estaba pensando, de hecho quién lo recibiría este año», aseguró. «Es un honor para mí recibir este premio y unirme a los escritores que me han precedido en esta lista. Es abrumador y estoy muy orgulloso», añadió.
Su editora de mucho tiempo, Alexandra Pringle en Bloomsbury, señaló que la victoria era «más quemerecida» para un autor que no había recibido el debido reconocimiento. «Es uno de los mejores escritores africanos vivos y nadie se había fijado en él. Hice un podcast la semana pasada donde decía que era una de las personas que simplemente habían sido ignoradas. Y ahora sucede esto. Es increíble», recalcó ensguida. Pringle asegura que Gurnah siempre ha escrito sobre el desplazamiento, «pero de las formas más hermosas y fascinantes de lo que desarraiga a las personas y las empuja a través de los continentes».
Desde una mujer negra de origen migrante creciendo en la racista Inglaterra de los años 50 hasta relaciones de amor entre personas de diferentes comunidades, pasando por un refugiado que finge no hablar inglés porque le dicen que así será más fácil conseguir el asilo, la obra de Gurnah personaliza la historia, poniendo rostro y nombres a hechos históricos y traumas colectivos. Cuando Zanzíbar atravesó una revolución en 1964, los ciudadanos de origen árabe fueron perseguidos y Gurnah se vio obligado a huir del país cuando tenía 18 años. Comenzó a escribir como un refugiado de 21 años en Inglaterra, eligiendo escribir en inglés: aunque el suajili es su primer idioma.
Su primera novela, «Memory of Departure», se publicó en 1987. Hasta su reciente jubilación había ejercido como profesor de literatura inglesa y poscolonial en la Universidad de Kent. Anders Olsson, presidente del comité del Nobel, dijo que las novelas de Gurnah, desde su debut «Memory of Departure», una inquebrantable contemplación de la vida costera del este de África, hasta su más reciente, Afterlives, «retroceden de las descripciones estereotipadas y abren nuestra mirada a un África oriental culturalmente diversificada y desconocida a muchos en otras partes del mundo». Ningún autor africano negro había ganado el premio Nobel de Literatura desde que Wole Soyinka lo obtuviera en el ya lejano año 1986. Gurnah es, además, es el primer escritor negro en ganarlo desde que lo recibió Toni Morrison en 1993.
Un fuera de serie
La editora Julieta Lunatti, que publicó hace casi veinte años en español «En la orilla», se mostró encantada con la noticia. «A veces es malo adelantarse tanto porque no encuentras eco en la sociedad a la que te diriges y ese fue el caso de este autor», explicó a Efe. Pero cuando cayó en sus manos esta novela, le pareció que era un autor «fuera de serie» por el que había que apostar, «y lo publicamos».
«En la orilla» era la sexta novela que escribía entonces Gurnah, una elegía a un mundo donde el imperialismo abrió las fronteras solo para estrechar las limitaciones, señalaba la editorial. Una novela con una temática «universal» y «humanista» sobre dos hombres que llegan a Londres desde Zanzíbar. Con un estilo «muy retenido y al mismo tiempo muy lírico», Lunatti considera que esta novela de Gurnha es un escritor fácil de leer, pese a tener una estructura introspectiva. «Y toca temas que son muy universales, a pesar de que están puestos en un contexto del que procede», matiza. Nunca pensó que la novela fuera a ser un éxito de ventas, pero es que tampoco llegó a la crítica o a los medios de comunicación: «pasó completamente inadvertida», insiste. Por eso, confía ahora en que algún otro editor se haga con los derechos en español y reedite este libro, a pesar de que cree que nunca será un autor para masas.