"Málaga es muy agradable; está aquí José María Hinojosa".
(Luis Cernuda)
El poeta terrateniente o el poeta “Ya está”, JOSÉ MARÍA HINOJOSA LASARTE
nació en la Calle Santa Ana número dos de Campillos (Málaga) el 17
octubre de 1904. Tercer hijo de Salvador Hinojosa y de Asunción
Lasarte.
Perteneciente a una rica familia de terratenientes, mostró desde muy
temprano su inclinación por las letras y la política. Su infancia la
pasó entre Alameda, Campillos y Málaga. Asistió al colegio San Fernando,
en calle Granada.y al de los jesuitas de El Palo: un solo curso y fue
compañero de José María Souvirón y de Manuel Altolaguirre.
En 1920 la familia Hinojosa se instala definitivamente en Málaga,
concretamente a la calle Larios. A partir de 1921 cursa con brillantez
sus estudios de Derecho en la ciudad de Granada donde se licenció años
más tarde. Empieza a escribir poesía en 1923. Sus primeros libros,
"Poema del campo" (Madrid, 1925) y "Poesía de perfil" (París, 1926)
poseen una poesía muy influida por Juan Ramón Jiménez.
Atraído por las vanguardias, pero también para estudiar francés en la
Sorbona, viajó a Francia en 1925, y su poesía evoluciona rápidamente. A
su regreso a España Emilio Prados le presenta al grupo del 27 activo en la Residencia de Estudiantes (Salvador Dalí, Luis Buñuel, Rafael Alberti, Federico García Lorca
y Luis Cernuda) y del Novecentismo (Juan R. Jiménez, José Bergamín)
colaborando activamente en revistas en el grupo formado por los poetas
del 27 de Málaga. Vuelto a Madrid no se le toma muy en serio. Se le
considera un millonario con aficiones de poeta.
En 1926 viaja a la URSS y bromea acerca de ser el primer poeta que la
visita y no escribe sobre ella. En 1927 publica en Málaga su libro
poético “La rosa de los vientos” donde es patente la huella del
creacionismo y el ultraísmo. Los libros de Hinojosa aparecieron en
bellas ediciones de autor con ilustraciones de Dalí, Bores, Benjamín
Palencia o Moreno Villa.
Poco a poco se distancia de sus compañeros del 27. Tras la publicación
de su último libro, “La sangre en libertad”, en 1931, también
surrealista, abandona la literatura. Un año antes había comenzado su
relación, con muchas fluctuaciones sentimentales, con Ana Freüller
Valls.
En 1932 inicia una intensa actividad política en partidos conservadores y
en 1934
abre bufete en Málaga y organiza la cooperativa de seguros MAPFRE, cuya
delegación provincial ocupa., aunque como Málaga está en estado de
guerra. Hinojosa conduce tranvías durante la huelga.
En 1936 en las elecciones generales del 16 de Febrero fracasa su segundo
intento por alcanzar un acta de diputado. Sobre el 20 de Julio,
Hinojosa es detenido por las autoridades republicanas junto con su padre
y su hermano en el Desfile del Amor y llevados al Gobierno Civil.
El 25 julio, los tres son conducidos a la Prisión Provincial.
El 22 de Agosto tras un bombardeo de los sublevados, es asaltada la
cárcel por un grupo de milicianos anarquistas y medio centenar de
presos, el poeta, su padre y su hermano, también un hermano de Manuel
Altolaguirre, serán fusilados como represalia ante las tapias del
cementerio de San Rafael, de Málaga.
En Febrero de 1937, los cadáveres de las víctimas de la represión son
exhumados. Y el 3 de Diciembre son enterrados en la cripta que se excava
en la capilla del Cristo de la Victoria (Catedral de Málaga).
El nombre de José María Hinojosa, y su obra poética, ha estado olvidado
durante muchos años, hasta que en 1974 el Servicio de Publicaciones de
la Diputación de Málaga, dirigido por Miguel Alcobendas, recogió en
facsímil su obra completa, siendo objeto a partir de entonces de
diferentes estudios internacionales. La Diputación Provincial acordaría
el 15 de junio de 1998 distinguirle como “Hijo Predilecto de la
Provincia de Málaga”
Un poeta en el olvido
Poeta que perteneció a la Generación del 27 , fue el sol de Andalucía quien lo vio nacer, reconocido como el introductor de la poesía surrealista en España, escribiendo decenas de poesía, libros y artículos. Pero no llegó a cumplir los 32 años, fue fusilado vilmente en 1936 junto con un grupo de hombres frente a la tapia de un cementerio. Pese a que esta introducción nos pudiera llevar, irremediablemente, hasta el nombre del poeta Federico García Lorca, es este caso el contrario. Fue un grupo de milicianos republicanos quienes sentenciaron el final de Jose María Hinojosa. Y este artículo sin intención alguna, más que la de dar voz a la historia olvidada, narra brevemente quien fue y porque ya es conocido, como el poeta olvidado.
Nació en Campillo, Málaga, un 17 de Octubre del año 1904, pertenecía a una acaudalada y conservadora familia andaluza. Estudió bachillerato en la ciudad de Málaga, en el colegio San Fernando. Con poco más de quince años, Jose María ya comenzó a relacionarse con la bohemia artística de la ciudad, y se unió a las tertulias que se celebraban en el mítico Café Ingles.
No sabemos si fue a instancias de su familia o esa fue su decisión, pero lo cierto es que, poco después, en 1921 se matriculó en la asignatura de derecho en la universidad de Granada y es allí donde coincidió y entabló amistad con Federico García Lorca. Pero no por mucho tiempo pues finalmente se trasladó a Madrid para finalizar la carrera.
De poder decidirlo, hubiera querido hospedarse en la Residencia de Estudiantes de la capital, pero debido al carácter laico de la misma y viniendo de una familia tan conservadora como era la suya, su madre se opuso a ello. Tuvo que conformarse con realizar solo visitas en las que se relacionaba e intercambiaba opiniones e ideas con los intelectuales de la época, entrando en contacto además, con los ambientes poéticos y pictóricos del Madrid de los años veinte.
Pero siempre lidiando con los apelativos, que sus mismos coetáneos le habían asignado, “Bohemio con cuenta corriente” y “Señorito andaluz”. Muchos no lo tomaban en serio, decían que usaba la poesía como un pasatiempo. Lo juzgaban simplemente porque su cuna no había sido humilde o precaria. Como si, el no haber pasado necesidades en su vida fuera motivo de exclusión de su círculo.
Como curiosidad y para entender la cercanía que Hinojosa mantenía con todos ellos, en una de las cartas a Pepín Bello que Luis Buñuel solía escribir, añadió en una ocasión una pequeña lista con sus mejores amigos y citaba, en primer lugar, a José María Hinojosa. El malagueño fue precisamente uno de los caballeros de la Orden de Toledo, aquella asociación que tenía como objetivo adorar y admirar la ciudad castellana, una idea divertida del futuro cineasta aragonés y que contó con la complicidad de Dalí, Lorca, Bello, Alberti o Moreno Villa. La complicidad de Hinojosa con quienes serían los principales promotores del surrealismo es evidente, por ejemplo, en el poemario “La flor de Californía” donde, como argumenta Alfonso Sánchez, aparece el ojo cortado del Buñuel de «Un perro andaluz» o los animales ardiendo que luego recreará Dalí en algunos de sus óleos más célebres.
Lo años buenos
En 1923, junto a Manuel Altolaguirre y José María Souvirón editó la revista vanguardista Ambos, con ecos del dadaísmo, expresionismo y futurismo, y agrupando literatura, pintura y música, creación, crítica y traducciones, la publicación marcaría la línea de posteriores y relevantes revistas malagueñas como Vida Gráfica o Litoral. Jose María publicó en esa misma revista sus primeros versos, Poema de Invierno.
Dos años después y atraído por esas nuevas tendencias progresistas, junto con la idea de aprender francés, viajó hasta París y se inscribió en la universidad de la Sorbona.
En Francia descubrió un mundo que todavía no había traspasado la frontera con España, conectó en seguida con esa corriente y entabló amistad con poetas como Paul Eluard, Louis Aragón o Pierre Unik y presentó en París una nueva obra, Poesía de perfil.
En su regreso a España no tardó mucho en volver a escribir y editar sus obras y en 1927 publicó el libro poético La Rosa de los Vientos, de cuyas ilustraciones se encargaron algunos de sus amigos pintores, como Dalí, Bores, Benjamín Palencia o Moreno Villa.
“… Aquella fue la última noche que nuestros labios
de cristal y de sangre unieron nuestro aliento,
mientras la libertad desplegaba sus alas
de nuestra nuca herida por el último beso.”
Extracto del poema “Ya no me besas” de Jose María Hinojosa, 1925.
Jose María, debido seguramente a su holgada situación económica, realizó varios viajes, Londres y los países nórdicos le resultan muy atrayentes y tras estos, en 1927, decidió visitar la capital del mundo revolucionario, Moscú.
Quienes han escrito, años más tarde, sobre Jose María Hinojosa, dicen que su viaje a Rusia cambió totalmente su ideología política.
Hasta ese momento, había seguido y suscrito, como la mayoría de sus compañeros poetas y amigos intelectuales de la época, la corriente revolucionaria y así mismo apoyaba al comunismo, pero parece ser que en ese viaje no vio lo que esperaba y regresó bastante decepcionado.
Aunque siguió escribiendo algunos años más, ya no lo haría con la misma intensidad de sus primeros años.
En 1931 publica la que será su última obra La sangre en Libertad.
De poeta a político
Los motivos por los que Jose María abandonó la poesía con solo veintisiete años fueron seguramente varios. Uno de ellos, el deseo de su joven prometida, a la que no le gustaba en demasía que escribiera poemas, pues no era ella amante de tal disciplina, otra seguramente, que su familia seguía queriendo que retomara su oficio como abogado y tuviera una profesión seria y respetable, y como causa también mas que probable, su decepción tras el viaje a Rusia, donde sus ideales se convirtieron en realidades y la realidad que se le mostró no era la esperada.
En 1931 inició una intensa actividad política en partidos de la derecha anti republicana. Durante estos años publicó más de ciento cincuenta artículos en la prensa de Málaga. Tras las elecciones de 1933 sería nombrado Delegado del Gobierno de la Conferencia Hidrográfica del Sur de España con sede en Málaga.
En 1936 abrió un bufete de abogados con José María Barrionuevo y se presentó a las elecciones generales de España de 1936, sin resultar elegido diputado. Meses después es detenido junto con su padre y hermano, acusado de fascista y es encarcelado en la prisión provincial de Málaga.
Poco después, el 22 de agosto de 1936, José María Hinojosa, sus familiares y cuarenta seis detenidos más, serán fusilados ante la tapia del cementerio de San Rafael de Malaga por un grupo de milicianos del ejército republicano que habían asaltado previamente la prisión provincial, como represalia por los bombardeos de los sublevados. Su delito, no apoyar el régimen republicano.
“Herido siempre, desangrado a veces…”
“Herido siempre, desangrado a veces
y ocultando mi sangre sin riberas
llevo mis pasos presos entre nieblas
y mis miradas van sobre cipreses.Aún conservo en las uñas esta sangre
que me dejó la carne de un momento
empapado de lágrimas y miedo
cuando vino a perderse entre mi carne.Era sólo mi sangre quien llamaba
en medio de aquel valle, de aquel bosque,
y era sólo mi sangre, eran mis voces
las que oían la lluvia sobre el agua.”
Pese a que este poema fue escrito varios años antes de su muerte, y ni siquiera él podría haber intuido su triste y prematuro final, presagia sin saberlo, que serán los cipreses del cementerio de San Rafael de Málaga lo que verán sus ojos por última vez.
Aunque los restos de Jose María Hinojosa ya no reposan allí. Tras finalizar la guerra, en 1937, todos los cuerpos de los fusilados por las milicias republicanas fueron exhumados y enterrados en la cripta que se excavó en la capilla del Cristo de la Victoria de la catedral de Málaga.
El silencio por respuesta
Durante casi cuarenta años, la obra de Jose María Hinojosa cayó en el olvido. No se incluyó en ninguna antología poética ni se hizo referencia a su persona. Tan sólo una breve frase escrita por Luis Cernuda lamentando “la pérdida de otro poeta” fueron las escuetas exequias recibidas.
Sus propios compañeros y amigos, en otro tiempo ,negaron toda relación con él.
El caso más sorprendente es el de Salvador Dalí, que a pesar de que el mismo había ilustrado Poema del Campo y se habían tomado fotos juntos, años después no sólo aseguraría que no conocía a José María Hinojosa, sino que jamás había escuchado ese nombre.
Ignorado, negado y olvidado por la historia, durante casi cuatro décadas, a pesar de haber sido el poeta precursor del surrealismo en España, antes que Alberti, Lorca, Cernuda y Aleixandre, No sería hasta 1974 cuando el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Málaga recogió y publicó por primera vez la obra completa de Jose María. Tras ello, volvieron a pasar treinta años más, hasta que en 2004, en el centenario del nacimiento del poeta, la ciudad de Málaga homenajeó al ya nombrado como hijo predilecto con un congreso que duró varios días donde se celebraron conferencias y exposiciones.
Murió sólo cuatro días después de que lo hiciera Federico García Lorca, de la misma forma, por el mismo motivo, pero a Hinojosa nunca se le dedicó ningún poema. Ninguna estrofa se escribió en su memoria. Ni para unos ni para otros, fue de importancia su obra, la derecha la encontraba irreverente y la izquierda lo consideraba un traidor. Una víctima más de la guerra y la barbarie, que nos recuerda que no importa el color de la bandera que se alce, ya fueran rojas o azules, demasiadas victimas por la decisión de solo unos pocos.