Centenario de la visita del poeta Rilke a
España (1912-2012)
Por Ramón
Fernández Palmeral
Rainer Maria Rilke (Praga, 4 de diciembre
de 1875 - Val-Mont, Suiza, 29 de diciembre de 1926) es considerado uno de los
poetas más importantes en alemán y de la literatura universal. Sus obras
fundamentales son las “Elegías de Duino” y los “Sonetos a Orfeo”. En prosa
destacan las “Cartas a un joven poeta” y “Los cuadernos de Malte Laurids Brigge”.
Es autor también de varias obras en francés.
Estuvo en España desde primeros de noviembre
de 1912 hasta mediados de febrero de 1913. Vivió en Toledo, Córdoba, Sevilla y
Ronda (Málaga)
“Es en Toledo –escribió Rilke- donde puede aprender la realidad de los
ángeles. Porque no hay nada como Toledo —si uno se abandona a su influjo— que
dé una imagen tan elevada de lo suprasensible; las cosas tienen allí una
intensidad que no es común, y que no es visible a diario: la intensidad de una
aparición».
Sobre
Ronda escribió:
“…algo
me atrajo a Ronda; y aquí estoy, y en este lugar inaudito aguardado, ante todo,
una mejor situación de mi sangre, con el influjo del puro aire de altura, que,
desde las montañas en círculo, se mete en la ciudad, elevada abruptamente por
su parte.
Al
despertar por las mañanas aparece ante mi ventana abierta la montaña tranquila,
tendida en el espacio puro. ¿Cómo me las arreglo para que esto no me conmueva
lo más mínimo? Hace cuatro o cinco años nada más, un amanecer, durante la
travesía de Capri en dirección a Nápoles, era capaz de transformarme de arriba
abajo en puro gozo, en un gozo completamente nuevo, nunca antes experimentado,
un gozo que brotaba de mí y llegaba a todos los seres como el hallazgo de una
fuente”.
La pantera
Sus ojos esstán
tan cansados
de ver pasar los barrotes, que ya nada retienen. Le parece que hubiera mil barrotes
y tras los mil barrotes ya no hubiera mundo.
El blando andar de sus pies fuertes y elásticos,
que van trazando un círculo minúsculo,
es como una danza de fuerza en torno a un centro
en el que una gran voluntad se alza embotada.
Sólo a veces el telón de las pupilas
se levanta en silencio. Y entra una imagen,
cruza la tensa calma de sus miembros
y al llegar al corazón deja de ser.
Der Panther
Im Javdin des Plantes, Paris
Sein Blick ist vom Vorübergehn der Stäbe
so müd geworden, daß er nichts mehr hält.
Ihm ist, als ob es tausend Säbe gäbe
und hinter tau send Stäben keine Welt.
Der weiche Gang geschmeidig starker Schritte,
der sich im allerkleinsten Kreise dreht,
ist wie ein Tanz von Kraft um eine Mitte,
in der betäubt ein großer Wille steht.
Nur machmal schiebt der Vorhang der Pupille
sich lautlos auf—. Dann geht ein Bild hinein,
geht durch der Glieder angespannte Stille —
und hört im Herzen auf zu sein.