Retrao de Azorín por Ramón Palmeral para el cuadernillo "La herencia de Azorín" 2005
Hoy 8 de junio se cumplen los 150 años del nacimiento de Azorín
Nos hallamos el en Año Azorín, por los 150 años del nacimiento de José Martínez Ruiz “Azorín” en la localidad alicantina de Monóvar el 8 de junio de 1873.
"Azorín, el último romántico"
Ramón Fernández Palmeral
«La figura señera y la ingente obra de Azorín», como ya escribiera Vicente Sala Belló para la presentación de «Azorín y el fin de siglo (1893-1905)», con motivo del I Centenario de Desastre de 1898-1998, debería ser considerada como «El último romántico» como lo definió el profesor Enrique Rubio Cremades por la génesis de su formación política, filosófica y literaria en lo que corresponde a la etapa de su adolescencia hasta su viaje a Madrid (1896), ya convertido en adulto y en un periodista vocacional y una reconocida promesa literaria. Un periodo juvenil, anterior a la de ser reconocido por su imperial pluma universal, demostraremos que este apelativo de «El último romántico», no es gratuito ni oportunista. Sin embargo, situemos el vocablo romántico donde le corresponde históricamente, no con la acepción que nos sugiere actualmente de enamoramiento o soñador, sino como revolución, progreso y deseos de libertad (finales del XVIII a primera mitad del siglo XIX).
Antes de llegar al peculiar estilo periodístico por el que le conocemos, aparentemente sencillo y sucinto, con escasas subordinadas, frases cortas y léxico rico en arcaísmos, de palabra precisa y justa, vivió una adolescencia bélica de ideas en el anarquista teórico y realista, en un intento de denunciar la injusticia social de la época. Más tarde se incorporaría a lo que se llamó modernismo o renovación e innovación del lenguaje y sobre todo repudiando viejos vicios dieciochescos, un movimiento occidental de cambios filosóficos, literarios y artísticos (las vanguardias). Miguel Ángel Lozano Marco, Universidad de Alicante, comentó:
«Conocedor del valor sustancial de la literatura, Martínez Ruiz, comenzó su vida pública como crítico, precoz –lo que él encontraba a su alrededor– sino interpretación, comprensión, intento personal de apresar el espíritu del libro.» («Azorín. La mirada atenta», 1998)
Para analizar y documentar la hipótesis romántica tardía de la su adolescencia como revolución y renovación de ideas, hemos de indagar primero en las fuentes biográficas.
José Martínez Ruiz (Azorín), nació a las tres de la madrugada del domingo 8 de junio de 1873 en el seno de una familia acomodad. (En plena I República), en calle San Andrés, hoy calle Cárcel en Monóvar (Alicante). Un caserón –hoy lamentablemente en ruinas– hidalguesco de dos pisos y otro con troneras de desvanes. Localidad de habla valenciana del Alto Vinalopó o valle de Elda. Fue bautizado en la parroquia de San Juan Bautista. Hijo de don Isidro Martínez Soriano (1844-1919), natural de Yecla (Murcia), abogado, alcalde de Monóvar desde 1877 hasta 1881, y de doña María Luisa Ruiz Maestre (1845-1916), natural de Petrer (Petrel en valenciano), descendiente de los Ruiz, linaje de hidalgos con privilegios de Corte, era hija de propietarios agrícola.
En breve se publicará un artículo en la revista Meer/Internacional sobre el 150 aniversario de su nacimiento el 8 de junio de 1873
Portada de libro publicado en Lulu y Amazon
Enlaca al libro Cincuentenario de la muere de Azorín publicado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en PDF https://www.cervantesvirtual.com/obra/cincuentenario-de-la-muerte-de-azorin-1209556/
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Un escritor para releer
El 8 de junio de 1873, hace 150 años, nació en Monóvar un niño que en la pila de bautismo recibió el nombre de José Augusto Trinidad, además de los apellidos Martínez Ruiz. Su interés por la literatura, desde la infancia, queda de manifiesto en Las confesiones de un pequeño filósofo (1904), y sus primeras publicaciones en la prensa local fueron tempranas: en 1892 lo hizo bajo el seudónimo Juan de Lis, y utilizó varios más, alternando con su nombre, en la forma J. Martínez Ruiz (o JMR), hasta que en 1904 adoptó el apellido de su personaje (el protagonista de La voluntad y de Antonio Azorín) para situarlo en lugar destacado de la Historia de la Literatura. Azorín, que ejerció el periodismo durante más de setenta años, hizo de la prensa periódica no un medio para difundir sus ideas, sino el lugar necesario y eficaz para llevar a cabo la reforma del lenguaje escrito, la reforma del estilo usual, adecuándolo a la compleja realidad del mundo moderno y terminando con el retoricismo decimonónico, entonces imperante. Visto desde hoy, queda claro que nos encontramos ante uno de los «fundadores de la modernidad» como acertadamente lo definió Pere Gimferrer.
No es Azorín un escritor cuya obra se deje aprisionar en definiciones escuetas. Por mucho que numerosos comentaristas se empeñen en presentarlo como un minucioso anotador de la realidad tal y como la percibimos, de los objetos con los que convivimos y de los paisajes españoles -rurales o urbanos-, o como un lector impresionista de los autores clásicos y modernos, la simple lectura de sus páginas, leídas sin prejuicios, nos muestran otra cosa. No se trata de un autor realista; su lugar está en esa dilatada herencia del Simbolismo que se extendió por Europa a finales del siglo XIX y comienzos del XX. El propio escritor expresó reiteradas veces su ideal de identificar los objetos de la experiencia cotidiana con el misterio, así como su pretensión de intuir el misterio como componente de la misma realidad. En la conclusión de su novela Capricho (1942) leemos: «El gran misterio, queridos amigos, es el de la realidad que nos circunda y de que formamos parte». Cuatro años después, en Memorias inmemoriales, afirma que «si la literatura ha de tener un valor, lo tendrá gracias a la preocupación que el artista sienta por el eterno misterio». En su atención a los fenómenos de la vida, un creador, un artista, ha de apreciar la cualidad de lo que le rodea, la irreductible entidad de cada objeto, aun de los más humildes e irrelevantes, así como las sutiles resonancias de cada partícula del mundo. Nada carece de valor; todo es apreciable para quien percibe, en la misma realidad de las cosas, ese «algo más» que las constituye. La lectura de los textos de Azorín enriquece nuestra sensibilidad y nos predispone para afinar la conciencia de nosotros mismos en nuestras circunstancias.
La postura de atento observador es indesligable de un sentimiento emocionado y de una actitud afectuosa hacia el mundo que observa. La misma manera de concebir el paisaje responde a esta actitud. Recordemos, aludiendo a las conocidas palabras de Yuste, personaje de La voluntad, que es el sentimiento de la naturaleza lo que da «la medida de un artista», y que «un escritor será tanto más artista cuanto mejor sepa interpretar la emoción del paisaje». Interpretar una emoción no es anotar detalles de lo observado ni describir un espacio con pretendida objetividad; es ver el paisaje como algo íntimo, como la materialización de su propia alma («un paisaje es un estado del alma», la conocida frase de Amiel, es uno de los tópicos de la época). Así lo expresó al comentar la poesía de Antonio Machado, utilizando criterios simbolistas que pueden ser aplicados con exactitud a su labor literaria: «paisaje y sentimientos son una misma cosa; el poeta se traslada al objeto descrito, y en la manera de describirlo nos da su propio espíritu».
«Misterio», «emoción» y «sentimiento» son términos que parecen evocar el ámbito de lo romántico, aunque no sea así. Si Antonio Machado en su famoso poema Retrato (1906) se preguntaba si él era «clásico o romántico», sin interesarse por una respuesta precisa que resolviera el aparente conflicto, Azorín opta de manera decidida por incluir el segundo término dentro del primero: «La inquietud romántica dentro de la línea clásica». En un texto esencial para conocer su estética, el artículo Confesión de un autor, apunta que, al aspirar a la claridad y sencillez, pretende que sus páginas «lejos de dar toda la medida de una voluntad libre, desconocedora de sí misma, romántica, muestren un poder contenido, reprimido, clásico». Este texto de 1905, que puede servir de fundamento a toda su obra, encuentra resonancias en diversos pasajes, y halla complemento en ciertas líneas de una de sus últimas novelas, La isla sin aurora (1942), ejemplo de ensoñación poética que nada tiene que ver con el pretendido realismo minucioso que a veces se le atribuye. En el capítulo III de esta novela, el narrador hace un elogio de la limitación: «no perderá nunca su eficacia el arte de limitarse. Limitarse es concentrar las fuerzas; es adquirir una profundidad, una intensidad, una fuerza de síntesis que antes no teníamos». Ideas que encuentran eficacia novelesca en el capítulo XXIV cuando «el poeta» (personaje así llamado en la novela), citando a Goethe, defiende este criterio como propiciador de la creación y del amor.
La limitación facilita otra actividad artística esencial, perseguida por el escritor de Monóvar desde sus primeros textos: el cultivo del matiz. Si en Diario de un enfermo (1901) encontramos reflexiones definitivas en este sentido, en la novela de 1942 resume el criterio de manera rotunda. «En el único paisaje descubría él siempre nuevos matices», dice del personaje «novelista». El mismo objeto es inagotable para quien sabe ver en profundidad; y de este modo, si la novela es arte, no puede reducirse a la intriga ni fundamentar en ella su consistencia, pues «el arte es la captación y gradación de los matices».
Todo ello es muestra de que, si algo caracteriza el arte de Azorín, es, sin duda, la complejidad. Con sencilla apariencia remite a complejas emociones. Nos habla de la realidad fenoménica y del misterio, componente esencial de esa misma realidad; es preciso y directo en el lenguaje para provocar sensaciones sutiles; muestra al tiempo que evoca; es transparente y nítido sin dejar de suscitar ensueños; persigue la contención y logra limitarse para adquirir profundidad e intensidad.
Es Azorín uno de los más originales novelistas de la literatura española; y es, asimismo, poeta, «poeta en prosa», creador de mundos personales con personal estilo, exaltador de la emoción contenida y hombre que privilegia, de entre todas sus condiciones, la de la sensibilidad. Gil de Biedma se refirió a él como «gran poeta en prosa, acaso el mayor y más abundante de nuestra literatura», cuando la vitalidad de los tópicos e ideas preconcebidas con las que se le juzgaba no hacían fácil tal reconocimiento. El subido carácter poético de gran parte de su obra la preserva del tiempo, mantiene la intensidad conseguida a fuerza de limitación, de dominio, y la hace apta para superar la prueba que muy pocos textos pueden resistir: conseguir el renovado placer, siempre al alcance del lector, de la relectura.
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Azorín y el Casino de Monóvar
La Sociedad Cultural Casino de Monóvar celebra los 150 años del nacimiento de Azorín
MONÓVAR. Este jueves, 8 de junio, onomástica del nacimiento de Azorín, y con motivo de la conmemoración de su 150 aniversario, desde la Sociedad Cultural Casino de Monóvar, ha organizado una serie de actividades entorno a la figura de nuestro más insigne monovero. En los que se pretende poner en valor el gran vínculo que tenía el maestro y su familia con el Casino. Empezando por que los terrenos en los que está construido el Casino, denominados “El Bancal del Pellicer”, pertenecían a los padres de Azorín. Siguiendo porque su padre fue uno de los 73 socios fundadores. Además, Azorín, es “Socio Honorifico” y “Presidente de Honor”. Hasta, la constatación reflejada en numerosos pasajes de sus libros en los que Azorín demostraba que era un enamorado del Casino.
Aquí encontraba la tranquilidad de espíritu, el sosiego que necesitaba para sus meditaciones. En su libro “Agenda” le dedica dos capítulos enteros, el VII “El Casino de Monóvar” y el VIII “La Lectura”, donde nos da detalles de su construcción y de los hábitos de lectura en el mismo, para acabar con estas deliciosas frases: “¡Horas decisivas aquellas de la juventud, de mi juventud, en el Casino de Monóvar, con silencio, con jazmines, con sosiego y… con una vida por delante!”
En esta entidad, desde 1907, se han celebrado distintos actos de homenajes alrededor de su figura. Como no podía ser de otra manera, el Casino, siguiendo su trayectoria de admiración a Azorín, no deja pasar la conmemoración este año del 150 aniversario de su nacimiento ofreciéndole distintos actos de Homenaje.
El primero se llevara a cabo el viernes 7 de julio, con la presentación de un libro inédito titulado: “Azorín y el Casino de Monóvar”, en el que Pepe Corbí y Paqui Limorti, han colaborado con el Casino, entresacando de todas sus publicaciones más relevantes y los pasajes en los que Azorín habla o nombra al Casino. Y al finalizar se celebrara una mesa redonda, organizada por Instituto de Cultura Alicantino Juan Gil Albert, con el mismo título.
En el siguiente acto, será el 22 de julio, donde vamos a tener el privilegio de disfrutar en los jardines del Casino, del “Concierto del ADDA Sinfónica, Homenaje 150 Aniversario Azorín”. La magnífica orquesta sinfónica alicantica, dirigida magistralmente por su Director Josep Vicent, nos deleitaran con un concierto especial en su honor. Y el tercer acto se llevara a cabo en la Exposición de Fiestas de Septiembre de 2023, que va dedicada a; “Azorín y el Casino de Monóvar”, y se inaugurara el viernes 1 de septiembre. Marian Padilla, Presidenta del Casino, y su Junta Directiva, invita a toda la ciudadanía a sumarse a estos actos de Homenaje a Azorín, que serán abiertos al público.
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LA MALETA DE AZORÍN
El legado de Azorín aún guarda "sorpresas", cuando se cumplen 150 años de su nacimiento
AZORÍN ANIVERSARIO
Monóvar (Alicante), 8 jun (EFE).- El legado de José Martínez Ruiz, más conocido por el pseudónimo de Azorín dentro de la Generación del 98, aún guarda "sorpresas" como la reciente aparición de fotografías y crónicas parlamentarias que no se conocían, justo cuando se cumplen 150 años del nacimiento del periodista, ensayista, novelista y político nacido tal día como hoy en 1873 en Monóvar (Alicante).
Monóvar (Alicante), 8 jun (EFE).- El legado de José Martínez Ruiz, más conocido por el pseudónimo de Azorín dentro de la Generación del 98, aún guarda "sorpresas" como la reciente aparición de fotografías y crónicas parlamentarias que no se conocían, justo cuando se cumplen 150 años del nacimiento del periodista, ensayista, novelista y político nacido tal día como hoy en 1873 en Monóvar (Alicante).
La Fundación Mediterráneo gestiona la casa-museo Azorín de Monóvar y su presidente, Luis Boyer, ha relatado este jueves a EFE Televisión que la maleta con 2.000 documentos en su interior que ha sido regalada altruistamente por unos sobrinos de la mujer (Azorín no tuvo hijos) alberga "bastantes sorpresas" que van a ser sacadas a la luz una vez que sean estudiadas gracias a una beca del Ministerio de Cultura.
Esa maleta con material de Azorín fue entregada por la familia Méndez de Vigo al anterior director de la casa-museo, Pepe Payá, y al propio Boyer en un viaje a Madrid, y ha permitido hallar documentos "algunos inéditos y otros desconocidos".
Había cartas de Pío Baroja, de Ramón Menéndez Pidal, de Pérez de Ayala, de Serrano Suñer, de Luca de Tena e, incluso, una escrita por la esposa de Azorín trasladando al periódico en el que colaboraba que se habían retraso en el pago de los artículos, entre otros documentos que reflejan el día a día.
Para Boyer, el contenido de la maleta "complementa la visión que se tenía de Azorín", que a menudo se centra en su trayectoria una vez regresado del exilio de París, con 66 años, con la icónica imagen con bombín, pese a que para algunos estudiosos "lo más importante de Azorín lo escribió antes de los 45 años".
Hay numerosos efectos que reflejan su vida cotidiana, como una poesía a la finca familiar, o entradas o pases para el cine, ya que era un amante del séptimo arte, así como escenas íntimas de carácter familiar y de su vida institutional o del propio exilio parisino.
Este jueves se ha abierto la exposición sobre parte de esos 2.000 documentos con el título “La maleta de Azorín” en la casa-museo de Monóvar.
La maleta de piel fue hallada en perfecto estado de conservación por el Luis Méndez de Vigo en una finca de Toledo, propiedad de su tío Julio Rajal Guinda. Julio Rajal, a su vez, era el sobrino de la esposa de Azorín y fue designado como heredero del escritor, cuando este falleció en 1967 sin descendencia. EFE
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Azorín en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
(A fecha de hoy 9 de junio de 2023 no tiene un portal propio)
150 años del nacimiento de José Martínez Ruiz «Azorín»
El 8 de junio de 2023 se cumplen 150 años del nacimiento del escritor José Martínez Ruiz Azorín y en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes queremos compartir contigo obras sobre la figura de uno de los integrantes de la generación del 98.
Azorín abordó diferentes géneros literarios, ya que escribió novela, ensayo, crónica periodística y crítica literaria, haciendo alguna incursión en el teatro. Sus guías literarias de los lugares que visitó, sus retratos de escritores, artistas, políticos… Revolucionó el lenguaje literario en sus artículos periodísticos y dio nombre a la generación del 98. Se convirtió en un imprescindible de la Literatura española.
Para recordarle, en el artículo de hoy queremos compartir una serie de enlaces en los que podréis acceder a obras, artículos, documentales o conferencias centradas en la figura del genial autor alicantino nacido en Monóvar.
Algunas de las obras que puedes consultar en el catálogo de la BVMC son algunos de sus artículos centrados en el Quijote y Cervantes realizados para diferentes publicaciones como Ahora, Destino, diario ABC, o El Español.
La obra La ruta de Don Quijote cuenta el recorrido de Azorín por los principales lugares manchegos mencionados por Cervantes en su obra. Las crónicas del viaje fueron encargadas por El Imparcial para el tercer centenario de la publicación del Quijote.
En la colección «La novela del sábado» publicó El buen Sancho.
También puedes leer en formato facsimilar El ingenioso hidalgo Don Quixote de La Mancha que perteneció a Azorín y que incluye anotaciones por toda la obra.
Y cerrando este apartado de textos literarios, compartimos de la colección personal del hispanista Russel P. Sebold el tomo Páginas escogidas, que incluye una selección de obras de Azorín que cierra el prólogo del libro con estas palabras: «Basta ya con lo dicho. En este volumen se resume toda mi obra literaria. No he de decir yo lo que me parecen mis libros. No me atrevo tampoco a decir que las generaciones venideras juzgarán. Muchas otras cosas habrá de qué juzgar».
En internet también se pueden encontrar obras audiovisuales que tratan la vida o la obra del José Martínez Ruiz. Desde la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes nos gustaría destacar un par de documentales. El más reciente es Azorín. La imagen y la palabra que emitió en 2017 el programa Imprescindibles de La 2 de RTVE y que puedes ver completo en el canal de youtube de la Diputación de Alicante:
Y también en el archivo de RTVE encontramos “Azorín. Cronista de España” dentro de la sección “Escritores en el archivo de RTVE”.
Y cerramos el artículo con la conferencia realizada el pasado 1 de junio en la BNE, Azorín y los libros,
en la que se conmemora el 150 aniversario de su nacimiento. La
conferencia estuvo a cargo de Francisco Fuster, Profesor Titular de
Historia Contemporánea en la Universidad de Valencia, quien esboza lo
que podría haber sido un capítulo más de esas memorias que el autor de La voluntad nos
dejó repartidas en varios volúmenes. Un autorretrato que nos descubra
el origen de la pasión azoriniana por la lectura y su posterior
evolución.”
Más información de Azorín y los libros.
Si quieres ver todas las obras disponibles de José Martínez Ruiz “Azorín” en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes no dudes en visitarnos.