Hoy en el Ejército español hay hombres y mujeres, gacias a Dios
Los famosos Tercios de Flandes. Rendición de Breda en los Países Bajos, cuadro de Velazque llamado de "Las lanzas" son picas las picas de los Tercios.
El poderío de los tercios de Infantería española sirvió de modelo y de inspiración a diversos poetas y dramaturgos para crear los más bellos versos que compusieron diversos poemas, sonetos y octavas en los que se ensalza a estas unidades militares que formaban el ejército español de la época, viéndose, una vez más, la relación de la pluma con la espada, que ha sido una constante en nuestros ejércitos. Uno de los poetas que más destaca es Calderón de la Barca.
Calderón de la Barca. Retrato anónimo del siglo XVII
Además de ser dramaturgo y sacerdote, fue soldado, alistándose en los tercios por patriotismo, con 40 años de edad en el Regimiento de “Órdenes Militares”, para hacer frente en 1640 al levantamiento secesionista de Cataluña (que se separó de España y se adhirió a Francia de 1640 a 1652).
Por su dilatado recorrido vital, por la estratégica situación histórica que le tocó vivir y por la variedad de registros de su excepcional obra teatral, Calderón de la Barca sintetiza el magnífico pero también contradictorio siglo XVII, el más complicado de la historia española. Testigo de tres reinados (el de Felipe III, el de Felipe IV y el de Carlos II) vivió la Europa del pacifismo, la Europa de la Guerra de los Treinta Años y la del nuevo orden internacional, simultáneo al lento declinar de la monarquía. Es decir, el Siglo de Oro de las letras y las artes.
Nació en Madrid el 17 de enero de 1600. Se educó con los jesuitas en Madrid, y continuó los estudios en las universidades de Alcalá y Salamanca hasta 1620. Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago. También fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey.
En 1623, año en el que Velázquez es nombrado por el rey Felipe IV pintor de cámara, se representó la primera comedia conocida de Calderón de la Barca: Amor, honor y poder, donde ya desarrolla el problema del honor. La dama duende, escrita en 1629, es una de las comedias más famosas de Calderón. Con esta obra Calderón pretendía atacar la superstición y creencia en duendes y otros elementos mágicos de la época. A estas obras se las incluye en la categoría de comedias “de capa y espada”. Entre sus dramas destacan El alcalde de Zalamea (1640) o La vida es sueño (1636).
En uno de sus más famosos poemas, el soldado español de los Tercios, alaba a los soldados que conforman cada una de sus unidades.
El soldado español de los Tercios
Este ejército que ves
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que el adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira como procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho
no adorna el vestido el pecho
que el pecho adorna al vestido.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la firmeza, la lealtad,
el honor, la bizarría,
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
Pedro Calderón de la Barca 1650