Alcalde de Isla de Pascua dio orden sagrada y mandó a toda la gente para su casa
En entrevista con este medio, Petero Pedro Edmunds Paoa, cuenta la génesis de la llegada del coronavirus a su territorio, insiste en la necesidad de acciones más radicales desde la administración central y desnuda los escasos recursos de los que dispone para enfrentar un incremento de casos de coronavirus en medio de la tensa espera de más de 10 nuevos exámenes cuyos resultados, positivo o negativo, debe certificar el ISP.
«Cuando llegó el primer caso a Chile, que fue el 3 de marzo, el 11 solicité a través de la Seremi de Salud, que cerráramos la Isla ya, porque el turismo que recibimos es el del Hemisferio norte del mundo, lo que significa Europa, EEUU, Canadá, Japón, China, Rusia, donde estaba entrando la pandemia. Hice la solicitd y no pasó nada, hasta el lunes 16 como vi que no había respuesta y nadie respondía mis requerimientos, decidí llamar directamente al CEO de Latam e interceder para que los vuelos de ellos se detuvieran», cuenta el alcalde de Isla de Pascua, Petero Pedro Edmunds Paoa, acerca de la génesis de la llegada del coronavirus al territorio polinésico.
«Titubearon un poco por las implicancias que tenía la decisión», cuenta luego acerca de la determinación que terminaron adoptando a instancias suyas. Y transparenta que se decidió que el último vuelo sería el 17. Lamentablemente para él y de acuerdo a su relato, «al otro día aparece una lista en la isla de 1100 personas varadas que se requiere sacar. Hablamos con Latam y accedieron con tres vuelos más», pormenoriza.
Pero las cosas no se dieron como el edil lo planificó. «El 20 terminan de sacar a la gente y el 21 en la mañana me dicen que habrían 700 personas más, lo encontré una falta de respeto. Volvimos a gestionar para que llegaran dos vuelos a sacarlos, mientras tanto aparecen los primeros casos», narra.
«El primero fue a hacerse la pesquisa en el hospital el 14 y el resultado se supo recién el 24. Sabemos que cuando uno tiene síntomas, ya lleva dos a tres días contaminando. Creemos que hay más casos de los que no hemos sabido. En ese momento no había manera de saberlo, porque las muestras se estaban enviando a Santiago», ilustra con preocupación desde Isla de Pascua.
«Dado el anuncio del primer caso, el ministro (Mañalich) da la orden de cuarentena, pero parcial de 22:00 a 5:00, encontré realmente insólito lo que estaba haciendo, no entiendo de dónde sacó eso él, de qué estudio o de qué tipo de experiencia para parcializar una cosa en una comuna chica con una población cerrada, donde todo se esparce rápidamente, lo que debió haber hecho es una inmovilidad total», se cuestiona.
«El primer caso es el de una señora casada, su marido trabaja en las bodegas de Cruz Verde y hoy se confirma el caso de él, lo que era evidente. Ahora las autoridades sanitarias anuncian medidas de resguardo, están revisando a todas las familias o amigos con los que esta pareja tuvo alguna relación en esos días, que ya han pasado muchos. Esperamos que esto no vaya en aumento, pero eso es autoengañarnos», agrega antes de contar la medida que adoptó para su comunidad, donde al parecer existe más voluntad de acatar que en otros sectores del país.
«Lancé el concepto ‘Tapu’, que es una orden sagrada y estamos todos en nuestras casas»
«En la Isla estamos todos quietos, yo inmediatamente supe de esto, lancé un concepto, ‘Tapu’, que lo han anunciado mis ancestros por siglos y es poner una orden sagrada sobre una materia o algo que uno desea que no se desobedezca. En Rapa Nui, cada vez que alguien escucha esa palabra, sabe de que se trata de una orden que no se cuestiona y hay que acatarla, así que estamos todos en nuestras casas, estamos saliendo exclusivamente a hacer algunas compras, eso anda bien», dice compartiendo su positivo balance de la medida adoptada.
Pero Petero demanda más de la autoridad central. «Lo que he estado pidiendo, es cuarentena total en la Isla hasta nuevo aviso, sin posibilidad de ningún vuelo que vuelva a traer personas, ni de que andemos deambulando libremente por las calles. Y si lo hacemos, de a uno para conseguir lo que se necesite de manera exclusiva. Autocuidado total», solicita.
«Necesito que la autoridad de la salud esté en directa comunicación conmigo para poder ayudar, aconsejar e ir avanzando en la solución definitiva y en el término definitivo del período de toque de queda y cuarentena también. Si hiciéramos todo eso, tendríamos la esperanza de que, a mitad de abril, podríamos anunciar que la Isla está bien», se ilusiona.
«Sin embargo, estamos a la espera de otras muestras que se enviaron
al ISP que no han vuelto y en el vuelo de ayer y de hoy enviamos más
muestras, unas 10», cuenta dando luces de que el panorama en su
territorio, podría variar.
No obstante lo anterior, la autoridad se ha preocupado. Y a renglón seguido, se ha ocupado. «Hoy el hospital está equipado para saber inmediatamente si un paciente llega con síntomas.
Se le hace inmediatamente el test y podemos saber, en cosa de cinco
horas, si tiene o no el COVID-19. Esa es una muy buena noticia que nos
pone contentos y tranquilos», dice respecto de los avances conseguidos
en esta materia.
«Llevaría a Kramer de testigo mío en caso de que (Mañalich) me demande»
En relación a cómo se ha dado su vínculo con la autoridad central, el edil sigue molesto. «Es bueno que se comunique con nosotros para tomar medidas o tranquilizarnos acerca de las medidas que se están tomando, el secretismo no es bueno. Como que ellos son los expertos y nosotros somos todos unos estúpidos que no entendemos, no es posible. No necesitamos que nos ninguneen más, ni la autoridad nacional, ni la autoridad local», dice enfáticamente.
«Respecto de mi crítica a la primera autoridad de la salud en nuestro país, encuentro insólito, ni él ni su estamento de autoridad tuvo la gentileza de responder a mi requerimiento de cerrar la Isla en esos tiempos, por ahí por el 11-12 marzo. Nunca respondieron», denuncia.
«Hay una falta de una autoridad constitucionalmente nombrada en un cargo por todos los chilenos. Nosotros somos parte de ellos y necesitamos una respuesta. Partió mal ahí. Y segundo, comenzó mofándose de la pandemia y en su mofa dijo pavadas como, por ejemplo si uno compara (al coronavirus) con el vino y el vino se pone bueno. Ahí yo, si él no fuera doctor, digo ‘este gallo es un bromista’, pero cuando uno ostenta un cargo importante, no puede hacer ese tipo de bromas. Estaba serio, no era broma, menos aún. Solo un loco, un esquizofrénico puede llegar a un cargo importante y decir y hacer lo que él hacía. Todos los días decía algo y al otro día se desdecía. Y al día siguiente lo mismo, eso no puede ser. La incertidumbre en la autoridad no puede existir», agrega.
«El cierre que tuvo al Colegio Médico, a los expertos, a mucha gente que está diciendo que sus medidas estaban mal, eso solo hace que esa sea una autoridad esquizofrénica. Así que mantengo mis dichos, sé que me estoy arriesgando a una demanda por injurias», dice luego confirmando lo que ya aseguró acerca de Jaime Mañalich.
«Yo encantadísimo de ir ante un juez y decirle exactamente lo que estoy diciendo, con mucho más argumento. Y el mejor argumento, es la personificación de esos momentos en Kramer. Llevaría a Kramer de testigo en caso de que me demande», dice abrazando la certeza de estar en lo correcto.
Pero su análisis y sus cuestionamientos, trascienden a la persona del secretario de Estado y su gestión de la pandemia. «Critico también el sistema, que es arcaico No puede ser que el Instituto de Salud Pública sea tan lento en su accionar, que una muestra que enviamos el día 20, de esta persona que salió positivo y que fue al hospital el 14 (…) lo que quiere decir que el 13, 12 y el 11, que fue cuando pedí que se cerrara la isla, ya estaba contaminando», relata impresionado.
«Se saca la muestra el 14, esa muestra sale de la isla el 20 y ISP se toma seis días para salir con el anuncio de que fue positivo. Ya habían transcurrido 12 días desde que la persona partió con sus sìntomas, hasta que la confirmaron. El riesgo para la comunidad fue muy alto por la lentitud del ISP que es la institución madre, la institución formal que tiene Chile para certificar situaciones médicas. Aquí hay mucho aprendizaje, eso tiene que cambiar. El aprendizaje primero, es que la autoridad de salud no debe ser soberbia, debe inmediatamente construir un canal comunicacional fluido con el país. Coherente y consecuente con lo que dice y se hace. Ese es un aprendizaje. También modificar el próximo presupuesto, que debe venir súper holgado para modificar la institución, porque de ella depende la salud de todos los chilenos», asegura.
La situación de los dos isleños confirmados con coronavirus y las condiciones médicas de la Isla
Respecto a la salud de los dos casos acerca de los que él mismo pormenorizó, el edil cuenta que «están bien, en sus casas siendo monitoreados constantemente por los inspectores de la Seremi de Salud y, por el momento, no han manifestado ningún problema más allá de dolor de cabeza y fiebre».
Sobre el futuro y las posibilidades de las que dispone el territorio polinésico para enfrentar nuevos casos, el alcalde cuenta que «este fin de semana podríamos empezar a buscar trazabilidad, con los implementos que recibió el hospital ya podríamos saber rápidamente de más casos. Espero que no, pero si tuviéramos más, podríamos empezar a trabajar en ellos, identificándolos, tomando resguardos con ellos, su familia y sus amigos y de la comunidad.
«Tuvimos un censo que arrojó 7750 personas, pero han ingresado a la Isla entre 1000 y 1200 personas anuales, estamos bordeando las 12000. De esa cantidad, estimamos un peak de 1000 contagiados, espero que sea menos. Si es así, se estima un 15% de casos graves, graves. Estamos hablando de unas 150 personas con atención, tanto dentro como fuera del hospital. De haber casos graves, gravísimos, que serían personas con problemas de respiración, que haya que intubar y meterlas a respiración mecánica, podemos abordar tres a cuatro casos, ese es el implemento que hay», dice transparentando la precariedad de sus recursos.
«De ser necesario, tendríamos que (pedir) un avión de evacuación médica y ahí ya no sé a cuántas personas podrían llevarse, pero no creo que sean más cuatro o cinco en un avión bien equipado de la FACH», agrega antes de detallar las gestiones que ha hecho para dotar a su gente de un mejor equipamiento médico para enfrentar la pandemia.
«Ahora que hemos hecho nuestros reclamos, recién el gobierno está cumpliendo con las medidas que estábamos exigiendo, como implementar bien el hospital, tener un sistema listo en caso de evacuación, cosa que se probó con anoche que el avión vino a buscar a dos pacientes respiratorios críticos», dice aclarando que pese a los trascendidos, «no es cierto que tienen coronavirus. Son pacientes que el director de hospital decidió evacuar para que no ocupen camas críticas», dice antes de detallar bien sus recursos.
«Tenemos tres camas críticas con un respirador mecánico aparte, manual, entonces serían cuatro (respiradores). También, se solicitó tener un avión equipado con una clínica (a bordo) en el caso de que sea necesario evacuar a las personas cuando se requiera. Eso ya está y la FACH ya lo probó ayer y funcionó muy bien», confirma.
«Esperemos que no haya casos críticos, pero la estadística mundial nos dice que si ya llegó el virus acá, de aquí a que se empiece a propagar, podemos llegar a un máximo de 1000 casos de personas contagiadas, de lo que se calcula un 10 a 15% de casos graves, unas 100, 150 personas y críticos sería un 5%, unas 20 y algo de personas. Si eso llegase a pasar en Rapa Nui, obviamente no tendríamos capacidad de atenderlas. Esperamos que no. La única forma de garantizarlo es que entremos a cuarentena total», dice volviendo sobre la posibilidad de contar con medidas más radicales.
«Si las autoridades nacionales nos hacen caso, a los médicos que se lo están pidiendo, al Colegio Médico que se lo está pidiendo, ahora hay unos científicos que sacaron un paper, que también lo sugiere. Si se hiciera eso, no debiéramos tener casos críticos. O si los tuviéramos, serían los mínimos, esa es lo que quiero para la comuna, pero ojalá que la autoridad nacional escuche», es su clamor.
«Con esto digo que, definitivamente aprendí de esta pandemia. Aprendí que nuestra Constitución la tenemos que cambiar. La situación de este territorio, tiene que ser autodeterminación, debo tener autonomía para poder decidir por el bienestar de mi gente sin la intromisión de autoridades nacionales, que son tozudos, soberbios y erráticos. Porque la Isla merece lo mejor», concluye.
Tomado de El desconcierto .
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Video se una novela sobre la Isla de Pascua