Tu voz en las fuentes. En las ondas.
Es el eterno Ruiseñor que canta
en el aire. En el pino. Entre las
frondas.
Música de la noches estrelladas
Tu voz es la canción de los abiertos
espacios dilatados. Voz de la plata,
que vibra como luz en el concierto
de la armonía clásica del alma.
Tu voz es la del trino melodioso
Que se enhebra en la lira de las ramas.
Es el recio clamor tumultuosos
de la voz imperial de las cascadas.
Tu voz está en la voz dulce y suave
Del corazón abierto a las nostalgias.
Voz lírica de sueños. Voz de ave
de el amplio horizonte de las ansias.
Tu voz es como un río de brillantes
bajo la luz inquieta de las albas,
con la fuerza expresiva y dominante
del templo colosal de las montañas.
Tu voz es inmortal. Voz de poesía
que ingrávida de amor bate las alas,
para buscar la eterna sinfonía
del pulso de las horas escapadas.
Tu voz queda trinando en la esperanza
rosa,
del florecer azul y flor tu voz alada.
Tú has muerto. Ruiseñor. Así tu voz
cuerda sonora y musical del arpa,
será en la santa manifiesta del Dios
un lírico gorgojo de plagarías.
Francisco Salinas. Poeta de Callosa de Segura