ACCIDENTE CONTRA EL ÁRBOL
Árbol de aceitunas al borde de lo insoportable,
al margen de la carretera secundaria,
al margen de la vida solitaria
Nocturno con música y cabreo de tormenta
truenos, y rayos estridentes, de relámpagos
lluvia
granizos,
frío con vello de punta
Aullido de lobos en el exterior
campo abierto y un solo olivo
noche oculta y encarcelada
El auto contra el bronco centenario fjo
ramas sobre el capó y la luna de cristal tota,
rota uña también junto al chichón de la cabeza
el tabaco y la bolita de hachís por el suelo
justo en el asiento del conductor –una mujer ajena a mi
vida-
no es mi mujer, una autoestopista solitaria que recogí.
El coche echo un carro averiado, estoy en bañador,
hace frío, mucho
hielo en la sangre, ya no caliente.
Se ve que mi ángel de la guarda se fue de copas.
La Guardia Civil de Tráfico no viene al rescate,
los lobos ladran al acecho,
un bombero me gustaría ver, son las 4 de la madrugada.
¿Quién pude pasar por aquí en la recta albaceteña
Siguen los truenos y la tormenta
¡mala suerte! Me dijo y maldigo
y el penitente árbol ni se mueve ni se ríe
escucho la luz de sus hojas
y veo música,
a la sangre me llega el tacto del miedo
Me duele el olivo viejo y gordo en el camino
si al menos fueran olmos, y álamos machadianos,
Leería las iniciales en las cortezas endurecidas
El móvil está fuera de cobertura, y además la batería baja
es mi cumpleaños y la noche me ha regado un olivo de mierda
Dichosa crisis de las carreteras
Ramón Palmeral
18 de octubre 2013