GERARDO DIEGO CENDOYA (1896-1987)
BIOGRAFÍA Gerardo Diego nace en Santander el 3 de octubre de 1896 en el seno de una familia de comerciantes -su padre tenía una tienda recordada muchos años más tarde en Mi Santander, mi cuna, mi palabra. Cursó estudios en el Instituto General y Técnico, donde tendría como maestro a Narciso Alonso Cortés, que muchos años más tarde contestaría su discurso de ingreso en la Real Academia Española. Muy niño aprende a tocar el piano; la música le acompañará ya siempre e impregnará su poesía. Estudia Letras en la Universidad de Deusto, con Juan Larrea como compañero, y se examina en la Universidad de Salamanca con Miguel de Unamuno, entre otros. En 1916 terminaría la carrera en la Universidad de Madrid. En 1918, en El Diario Montañés, publica el cuento "La caja del abuelo", su primera obra literaria. Por esas fechas pronuncia una polémica conferencia en el Ateneo de Santander con el título de "La poesía nueva". Obtiene, por oposición, y ante un tribunal que preside Emilia Pardo Bazán, la cátedra de Lengua y Literatura del instituto de Soria, en 1920, por lo que se traslada a vivir a la ciudad para trabajar en el mismo centro docente en el que lo había hecho Antonio Machado. Gerardo Diego Cendoya (Santander, Cantabria, 3 de octubre de 1896 – Madrid, 8 de julio de 1987) fue un poeta y escritor español perteneciente a la llamada Generación del 27.
Se había casado con Germaine Marín, natural de Lorp-Sentaraille (Pirineo francés), el 14 de junio de 1935., tuvieron 7 (siete hijos), todos hablan fracés.
Ver fotografía de Gerardo Diego y su esposa, y amigos.
AL CIPRES DE SILOS
A Ángel del Río
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
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Las seguidillas de “Torerillo en Triana” tienen el aire popular y gracioso de las de Lope
de Vega:
Torerillo en Triana,
Frente a Sevilla.
Cántale a la sultana
Tu seguidilla.
Sultana de mis penas
Y mi esperanza.
Plaza de las arenas
De la Maestranza.
Arenas amarillas,
Palcos de oro,
Quién viera a las mulillas
Llevarse el toro.