(Ilustra Palmeral)
Legaste en primavera a mi alma
que llena de fulgor adolescente
era cántico de vida.
Fue un día en que cautiva de tu belleza
sentía la dorada soledad.
Manatiales dulcísimos
brotaban de la tierra enamorada,
sobre un amanecer pálido
de azules transparentes.
Tañía un leve son de música acordada,
notas bellísimas,
que enaltecían la dorada brisa,
en los silenciosos presagios del amor
sentí tu luz, puro destello.
Pilar Galán