La obra, el autor y viceversa
Estoy en contra de que el autor sea más importante que la obra, tanto en literatura como en pinturas, la obra debía tener el valor por sí sola sin el respaldo del autor, ¿Por qué leemos “Cien años de soledad”?, porque es de García Márquez. Si no fuera de él, la leeríamos, tendría el mismo interés y éxito. O un cuadro de Picasso, sino firmara Picasso ¿tendía el mismo valor?
Por ello, la anulación del autor debe quedar en segundo
lugar respecto a su obra, como por ejemplo “Pedro Páramo” o “El guardián entre
el centeno”, de Juan Rulfo y Salinger, respectivamente, apenas sabemos nada de los autores, no tuvieron unas vidas
glamurosas y son obras maestras. O si "Platero y yo" no fuera de Juan Ramón Jiménez, ¿entría el mismo valor de mercado y de crítica? O "La barraca" de Vicente Blasco Ibáñez, de naturalimos auténtico al estilo de Zola
Lo que vale es la obra en sí, no la fama de su autor.
Ramón Fernández Palmeral