POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

jueves, 30 de junio de 2022

Las corrientes marinas del la Punta de la Polacra en Gabo de Gata de Almería, tiene profundidad, es indeal para la pesca deportiva. Hay un pecio o barco hundido de la II guerra mundial.

 


Waypoint

Punta La Polacra

  • Foto de Punta La Polacra
  • Foto de Punta La Polacra
Punta Polacra es un promontorio al que se llega únicamente a pie por una pista que sale desde Rodalquilar. En este punto se encuentra el faro de Punta de la Polacra. Un faro gestionado por la Autoridad Portuaria de Almería que se inauguró el 9 de septiembre de 1991, convirtiendose de esta manera en el último faro construido en Almería. La linterna está colocado sobre una antigua torre vigía del Siglo XVIII, la Torre de los Lobos.

miércoles, 29 de junio de 2022

X Encuentro Naciona y XX provincial de Poesía. Hablan los poetas. Alicante 27,28 y 29 de junio de 2022. Entrega de diplomas a los Socios de Honor de Espejo de Alicante

 


 


 POETAS Y RAPSODAS QUE INTERVIENEN:  

  
José María Alegre Peirón  

Maru Gandolfo

Valero Alias Tudurí   

 Manuel García Gil

Esther Alonso  

Isaac García García

Javier Alonso  

Laura García Ordóñez

Carmen Amérigo  

  Fernando Gessa

Mary Arellano  

 María Consuelo Giner

Mario Argüello Serrano   

Jesús Gómez de Villavedón

José Antonio Asensio Florenciano  

Deogracias González de la Alej

Concepción Atrio  

 Aurora Hernández

Ana Ayén  

 Santiago Hernández

Francisco M. Burló   

 Angelina Jiménez Fernández

Maravillas Cano 

 Fermín Limorte, in memoriam

Amelia Cánovas  

 Pascual Limorte

María Dolores Carretero

Valeriana Llácer Berná

Aurora Cartagena   

Paqui López Sevila

Joaquín Castillo   

 Pilar López Mompó

Concepción Cesteros, in memoriam   

 Alicia Louzao

José Antonio Charques, in memoriam  

 Joaquín Martín Quirosa

Tricya Chemín   

 Manuel Mas Calabuig

Agustín Conchilla Márquez  

 Alicia Merino de la Cruz

Dolores Cortés  

  Águeda Molina López
Mariló Cruz  

  Ángel Muñoz Jiménez
Héctor Escudero    

Manuel Mustieles García
Belén Estevan   

 Isabel Oliver González

Teodoro Flores Carpió  

Isabel Pallarés

Rosario Gallut   

 Ramón Palmeral

 María del Mar Peña Martínez 

María Isabel Peral Del Valle 

Araceli Pérez Navas 

Vicenta Pía Belda

 Luis Quesada, in memoriam 

Rita Quinto 

José Manuel Regal García

 Isabel María Reyes Elena 

María Teresa Rodríguez

 Mavi Rodríguez 

Marín José Romero Muñoz

Ramoncita Ruiz Moreno

 Alejandro Sabater

 Manuel Saborido

 Eugenia Sánchez 

Javier Sánchez Sánchez Fermín Serrano 

Ricardo Sinde

José Antonio Tomás Castelló

 Juan Antonio Urbano Cardona Nieves 

Viesca Diego Zambrano

SOCIOS DE HONOR 2022

Inmaculada Company, socia 103 (Pintura)

Maravillas Cano, socia 263 (Teatro) 

María Dolores Carretero, socia 205 (Poesía) 

María Roser Caballé, socia 157 (Escultura) 

Marco Smaili, socio 484 (Música)

Diego Zambrano, como presidente de Numen, promotor de cultura

José María Alegre, socio 429, preservación de la cultura alicantina

José Antonio Charques, socio 206 (Poesía), in memoriam 

Marta Ma Carrasco, socia 415, (Pintura) in memoriam

       Casino Mediterráneo, grupo de poetas participantes, 29 de junio de 2022

martes, 28 de junio de 2022

"El manuscrito carmesí" de Antonio Gala. Premio Planeta 1990

 Ganador Planeta 1990Autor Ganador Planeta 1990

  • El manuscrito carmesí

    En los papeles carmesíes que empleó la Cancillería de la Alhambra, Boabdil —el último sultán— da testimonio de su vida a la vez que la goza o la sufre. La luminosidad de sus recuerdos infantiles se oscurecerá pronto, al desplomársele sobre los hombros la responsabilidad de un reino desahuciado. Su formación de príncipe refinado y culto no le servirá para las tareas de gobierno; su actitud lírica la aniquilará fatídicamente una épica llamada a la derrota.

    Desde las rencillas de sus padres al afecto profundo de Moraima o Farax; desde la pasión por Jalib a la ambigua ternura por Amín y Amina; desde el abandono de los amigos de su niñez a la desconfianza en sus asesores políticos; desde la veneración por su tío el Zagal o Gonzalo Fernández de Córdoba al aborrecimiento de los Reyes Católicos, una larga galería de personajes dibuja el escenario en que se mueve a tientas Boabdil el Zogoibi, el Desventuradillo.

    La evidencia de estar viviendo una crisis perdida de antemano lo transforma en un campo de contradicción. Siempre simplificadora, la Historia acumuló sobre él acusaciones que se muestran injustas a lo largo de su relato, sincero y reflexivo. La culminación de la reconquista —con sus fanatismos, crueldades, sus traiciones y sus injusticias— sacude como un viento destructor la crónica, cuyo lenguaje es íntimo y apeado: el de un padre que se explica ante sus hijos, o el de un hombre a la deriva que habla consigo mismo hasta encontrar —desprovisto, pero sereno— su último refugio.

    La sabiduría, la esperanza, el amor y la religión sólo a ráfagas le asisten en el camino de la soledad. Y es ese desvalimiento ante el destino lo que lo erige en símbolo válido para el hombre de hoy.

  • Antonio Gala

    Antonio Gala, nacido en Córdoba, Andalucía, en 1936, se licenció en Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas. Dramaturgo, novelista, poeta y ensayista, con su primera incursión en la novela, El manuscrito carmesí, ganó el Premio Planeta en 1990. A ésta le siguieron La pasión turca, con una conocida adaptación cinematográfica, Más allá del jardín, Las afueras de Dios, El imposible olvido y los libros de relatos: Los invitados al jardín y El dueño de la herida.

    Su obra poética, iniciada con Enemigo íntimo, reconocido con el Premio Adonais de Poesía, continúa con Poemas cordobeses, Poemas de amor y El poema de Tobías desangelado.

    Con su comedia Los verdes campos del Edén, comenzó una larga y fructífera carrera como dramaturgo, durante la cual ha escrito obras como Anillos para una dama y Petra regalada, así como el libreto de la ópera Cristóbal Colón.

    Su firma como articulista es de las más prestigiosas de España: Pueblo, Sábado Gráfico, Actualidad Española, El País y El Mundo. Varias de sus series de artículos han sido publicadas como libros: Charlas con Troylo, En propia mano, Cuaderno de la dama de otoño, Dedicado a Tobías, La soledad sonora, A quien conmigo va y La casa sosegada, entre otros.

    Antonio Gala ha sido reconocido con numerosos galardones literarios. Entre los más destacados figuran el Premio Nacional de Literatura, Premio Nacional Calderón de la Barca, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Foro Teatral, Premio del Espectador y de la Crítica, Premio Quijote de Oro, Premio Antena de Oro, Premio Mayte, Premio Nacional de Guiones, Premio Medios Audiovisuales 1976, etc.

    En 2002 inició sus actividades la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores.

LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE VICENTE ALEIXANDRE SE CONCENTRARÁ ESTE PRÓXIMO LUNES FRENTE AL MINISTERIO DE CULTURA. Madrid

 

 

                            (Retrato a plumilla de Vicente Aleixandre, por R. Palmeral 2022)

 

 

LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE VICENTE ALEIXANDRE SE
CONCENTRARÁ ESTE PRÓXIMO LUNES FRENTE AL MINISTERIO DE CULTURA

Orihuela, 27-06-22

La Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre convoca una concentración el próximo
lunes día 4 de julio, a partir de las 17:00 horas, en Madrid, frente al Ministerio de
Cultural (Plaza del Rey, 1), como respuesta reivindicativa a la reunión que el ministro
de Cultura mantendrá con representantes del Ayuntamiento y de la Comunidad de
Madrid para tratar el asunto de Velintonia, la legendaria casa donde vivió Vicente
Aleixandre desde 1927 hasta su fallecimiento en 1984, y de su archivo.


La asociación, constituida en octubre de 2006, ha contado desde entonces con el apoyo
institucional y personal de los dos directores que han representado a la Fundación
Cultural Miguel Hernández, Juan José Sánchez Balaguer y Aitor Larrabide. Este último
es, desde la creación del colectivo, vocal de su Junta Directiva.


Desde nuestra Fundación hacemos un llamamiento a todas las instituciones y personas
que compartan los fines de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre (creación
de la llamada Casa de la Poesía en la casa de Aleixandre, y la constitución de una
fundación que fomente los estudios y la publicación de obras de Aleixandre) a participar
en dicha concentración y a enviar mensajes institucionales o personales de apoyo
(asociaciondeamigos@vicentealeixandre.es).

lunes, 27 de junio de 2022

La figura de Miguel Hernández en José Ángel Valente, por Ramón Fdenández Palmeral

 

 

La figura de Miguel Hernández en José Ángel Valente

José Ángel Valente, poeta, ensayista y traductor español (Fuente: Revista Meer - Wall Street International).

El poeta gallego encuentra al poeta levantino.

La Cátedra José Ángel Valente de Poesía y Estética de la Universidad de Santiago de Compostela me hizo llegar (*), a través de su director Claudio Rodríguez Fer, el libro Valente epistolar (Correspondencia de José Valente con sus amistades), publicado por la Universidad de Santiago de Compostela, 2021, que recoge 14 ponencias a modo de libro de actas y que trata de ser un recorrido por la trayectoria del poeta gallego y la relación epistolar que mantuvo con destacados poetas y artistas con los que coincidió a lo largo de su vida. La ávida lectura de su contenido me llevó a interesarme, a su vez, por otro libro titulado Poesía y poemas, de Milagros Polo, 1983, un comentario crítico sobre las obras de José Ángel Valente (1929-2000). En la página 28 escribe Milagros Polo:...

 

Seguir leyendo en Hoja del lunes de Alicante de fecha 27 de junio de 2022

domingo, 26 de junio de 2022

500 años de la muerte de Antonio de Nebrija

 

                                    (Antonio de Nebrija. 500 años de su muerte)

El próximo 2 de julio 2022 se cumple el quinto centenario de la muerte de Antonio Martínez de Cala (Lebrija, 1444-1522) —conocido hoy como Elio Antonio de Nebrija—, una de las figuras más relevantes del humanismo español y el primer filólogo que se aventuró a estudiar una lengua romance —la castellana—, rompiendo así la tradición de que solo las lenguas clásicas —el latín y el griego— merecían ser objeto de meditación.

Ocupa un lugar destacado en la historia de la lengua española por ser autor de la Gramática castellana —la primera que se ha escrito—, publicada en 1492, de un primer diccionario latino-español ese mismo año y de otro español-latino hacia 1494, con bastante anticipación al resto de las lenguas vulgares que se hablaban en Europa en aquella época.

Su primera obra fue Introductiones latinae —una gramática latina con tan solo cincuenta hojas de paradigmas bien presentados y escuetas normas gramaticales— cuyo objetivo era extender el uso del latín en las clases populares y proporcionar una herramienta imprescindible para leer a los clásicos. Sin ese conocimiento, los teólogos y los biblistas no tenían acceso directo a los padres de la Iglesia y habían de conformarse con las versiones de las escuelas europeas de la Baja Edad Media que subordinaban la razón a la fe y la filosofía a la teología. El buen latín era también la base del derecho, de la medicina y de la ciencia y, al no saberlo, los expertos en esas materias interpretaban mal las fuentes y caían en los más grotescos errores, como aquel medicastro que confundía la úvula con la vulva.

El libro tuvo un éxito extraordinario, con no menos de cuarenta ediciones en vida del autor. Sin perder su condición de gramática latina elemental, el propio autor fue modificando y ampliando su contenido hasta convertirlo en una monumental enciclopedia de lingüística. Con él, se extendió el estudio de las humanidades y el cultivo renacentista de las letras, lo que sirvió para frenar la barbarie escolástica, conducir el país hacia la modernización y preparar el camino para el surgimiento de la mejor literatura española del Renacimiento.

Nebrija nació en Lebrija —la antigua Nebrissa Veneria—, a 72 kilómetros de la ciudad de Sevilla; fue el segundo de cinco hermanos: tres varones y dos mujeres. Sus padres eran agricultores acomodados descendientes de hidalgos llegados de Castilla para repoblar los territorios conquistados a los árabes en la zona fronteriza.  Vieron que el niño apuntaba la virtud de los sabios y decidieron enviarlo a estudiar a Salamanca cuando cumpliera los catorce años. Mientras tanto, contrataron a un preceptor para que le enseñara nociones de latín, gramática, retórica y lógica.

Fue un alumno aplicado y, cuando llegó a la universidad de Salamanca, ya poseía unos conocimientos avanzados de la lengua latina que le permitieron no solo obtener el grado académico de bachiller, sino también denunciar la barbarie de los profesores que explicaban las lecciones en un latín viciado, por su costumbre de romancear, hablando una lengua aberrante que mezclaba palabras castellanas con latinas, lo que, para un purista como él, solo tenía una explicación: “luego que me pareció que según mi edad sabía alguna cosa, sospeché que aquellos varones, aunque no en el saber, en el decir sabían poco”.

Muy pronto, sintió el deseo de escapar de un ambiente que él juzgaba corrupto. Era preciso completar sus estudios de latín allí donde permanecía puro, en el lugar en que había nacido la lengua de los sabios, así que, al terminar sus estudios de bachiller, obtuvo una beca para estudiar teología y se marchó a Italia para dedicarse a lo que a él más le interesaba: hacerse un caballero de las letras. Tenía tan solo diecinueve años cuando embarcó en Barcelona con destino a Roma.

Estuvo algo más de un año en la ciudad pontificia y, en marzo de 1463, ingresó en el colegio San Clemente de los Españoles, en Bolonia. Por aquel tiempo, su universidad gozaba de merecida fama en Europa como cuna de la cultura, por sus escuelas de Humanidades: el latín, el arte, la retórica y el derecho, especialmente el Canónico. Era el camino habitual que seguían los jóvenes que querían dedicarse a la carrera eclesiástica.

Pero Antonio tenía otros planes. No fue a Italia para ganar rentas de la Iglesia, adquirir títulos para medrar en la Corte o enriquecerse con el trueque de mercaderías. Su objetivo era dominar las lenguas clásicas y aprender gramática y retórica, con la intención de restituir la pureza del latín y fomentar el gusto por la antigüedad grecolatina. Y lo cumplió con holgura: regresó a España en 1470, siendo un docto latinista. A pesar de que Italia era el foco que más atraía a los hombres sabios de la época, creía que su misión estaba en su tierra natal.

Durante tres años, trabajó en Sevilla para el arzobispo Alonso de Fonseca— señor de las villas de Coca y Alaejos— como maestro de latín y preceptor de su sobrino, don Juan Rodríguez de Fonseca, que más tarde fue obispo de varias diócesis en España e Italia. Pero la muerte del arzobispo en 1473 le obligó a cambiar de planes y a retornar a la ciudad del Tormes, dispuesto a “desarraigar la barbarie de los hombres de nuestra nación”. La Universidad de Salamanca se le aparecía como “la fortaleza de la ignorancia tradicional”.

En esta segunda etapa, permaneció doce años. Primero obtiene el cargo de docente en Gramática y Retórica, con el compromiso de dar dos lecciones diarias, una de elocuencia y otra de poesía. Y luego oposita a la cátedra Prima de Gramática que había quedado vacante, de la que toma posesión en enero de 1476. La llegada de la imprenta en 1478 le permitió publicar sus Instituciones latinas, con las lecciones que él impartía en clase, lo que le supuso obtener una remuneración extra, ya que sirvió de libro de texto en todas las universidades españolas.

En 1486, a su regreso de una peregrinación a Santiago de Compostela, los Reyes Católicos se detuvieron en Salamanca y a Nebrija se le ocurrió componer un poema para narrar el viaje de los piadosos monarcas. Con tal motivo, fue presentado a la reina Isabel por fray Hernando de Talavera —gran amigo de los tiempos de estudiante en Salamanca— como el hombre más sabio del reino. Nebrija le expuso su proyecto de escribir una Gramática Española, pero la reina le pidió —más bien, le ordenó— que antes tradujera al romance sus Introducciones, “para que las mugeres religiosas y vírgenes dedicadas a Dios, sin participación de varones pudiessen conocer algo de la lengua latina”.

 

Seguir leyendo en  Serescritor

 


Antonio de Nebrija (1444?-1522)

Gramática castellana
Salamanca : [Juan de Porras], 1492

BH INC I-334

Enlace al catálogo y al texto completo

El 18 de agosto de 1492 se terminó de imprimir en Salamanca la primera gramática europea de una lengua romance. Con esta obra el autor se adelanta a su tiempo y abre el camino a los estudios gramaticales modernos. Nebrija, que cuenta con un sólido conocimiento de los gramáticos latinos, aplica sus conocimientos a una lengua viva, en pleno desarrollo, a la que proporciona un instrumento de estabilidad que le permite alcanzar la madurez de una lengua culta.

Antonio de Nebrija (1444-1522) nació en la antigua Nebrissa Veneria (hoy Lebrija), en la comarca sevillana del Bajo Guadalquivir. A los diecinueve años marcha a Italia becado en el Colegio de los Españoles de Bolonia para estudiar Teología. En Italia permanecerá alrededor de diez años profundizando en el estudio de los textos clásicos latinos y tomará contacto con la lengua griega y  hebrea. Comienza a enseñar en la Universidad de Salamanca, como lector de poesía y oratoria, hasta que en 1476 obtiene  la cátedra de Prima de Gramática. En 1487 entra al servicio de Juan de Zúñiga, futuro cardenal de Sevilla, bajo cuyo mecenazgo desplegará una gran actividad intelectual.

Convocado por el cardenal Cisneros, se suma al grupo de hebraístas, helenistas y teólogos del gran proyecto de la Biblia Políglota Complutense, dedicándose a la revisión del texto de la Vulgata. Tras sus divergencias con los teólogos del equipo cisneriano, vuelve a Salamanca donde ocupa la cátedra de Retórica. En 1514 Cisneros  le concede la cátedra de Retórica a perpetuidad en la recién creada Universidad de Alcalá donde  permanecerá hasta su muerte acaecida en 1522.

Tras la famosa dedicatoria a la reina Isabel la Católica "a la mui alta i assi esclarecidad princesa doña Isabella..." la Gramática  castellana comienza con un prólogo, al que siguen cinco libros o partes dedicadas a la Ortografía, Prosodia, Etimología, Sintaxis e Introducciones de la lengua castellana para los que de extraña lengua querrán deprender.

La edición príncipe se hizo en Salamanca, en el taller de Juan de Porras. Es un volumen en cuarto. Para el texto se utiliza tipografía gótica redonda a dos tintas, rojo y negro con huecos en blanco para las iniciales que figuran en letra pequeña. El ejemplar de la Biblioteca Histórica con signatura BH INC I-334  presenta la hoja 2 incompleta en la parte inferior, con el texto que falta copiado a mano. En la primera página se encuentra una anotación manuscrita de D. Angel  Gregorio Palomino. También presenta en la hoja de guarda posterior una anotación manuscrita de "Thomas de Yepes de Alcalá en el año de 1596".  La encuadernación es de pasta con super libros de la Biblioteca Complutense.

 


 

 

 

MÁS INFORMACIÓN:

"La primera edición incunable de la Gramática castellana de Antonio de Nebrija". Noticia en Folio Complutense

 (Volver a la portada)


sábado, 25 de junio de 2022

La más fea. Felix de Azúa. Gabriel Miró. Años y leguas.

 

Félix de Azúa

La más fea

«Les recomiendo que rebusquen en las montañas de libros desechados que verán aquí o allá, y se hagan con este ejemplar de ‘Años y leguas’ de Gabriel Miró, por feo y contrahecho que les parezca»

Notas de un espectador
7 comentarios

La más fea

Gabriel Miró|Wikimedia Commons

Pocos quedarán vivos que recuerden haber comprado aquella colección, ya solo la conocemos los más mayores y los ratones de libro viejo. Era la producción editorial más fea que jamás fue concebida. Su título era altisonante: Biblioteca Básica Salvat, pero todo el mundo la conocía como «los libros de la tele» porque en portada, junto al número de la serie, se leía «Libro RTV». Eran ya entonces muy baratos y hoy se encuentran en los montones de ocasión a menos de un euro el volumen. Las tapas eran de un plasticazo rugoso muy burdo, el papel como de letrinas militares, la cubierta venía a dos colores, un amarillo pus y un calabaza necio. Si le forzabas un poco el lomo se partía y en cuanto había un poco de humedad se ondulaba como una bailarina egipcia. 

Pues bien, en aquellos cuerpos contrahechos se escondían almas de una belleza deslumbrante que aún hoy merece la pena rescatarlas. Antes del número cien ya habían publicado, no solo clásicos irrepetibles como La busca de Baroja (para mí, el mejor Baroja), sino también las maravillas del cancionero y romancero español de Dámaso Alonso, la Aproximación al Quijote de Martín de Riquer o El astillero de J.C. Onetti, quizás la más estremecedora novela del resurgir latino. Y ello fue posible porque en una página de crédito se lee «con la colaboración de Alianza Editorial S.A.», o sea que Jaime Salinas comenzaba su impresionante labor editorial que, por cierto, no le ha merecido ni una mala calle de Madrid.

Y esto viene a cuento de que el otro día, curioseando en una muy parca biblioteca de un centro de acogida, vi unos ejemplares desparejados de la colección y me llevé para leer esa noche Años y leguas de Gabriel Miró, otra rareza para ratones alfabetizados, editado en 1970. Yo le tengo un apreció especial a este levantino que, como el otro, como Azorín, tenía el gusto de la terminología muerta. En cada página suele haber tres o cuatro palabras que solo Andrés Trapiello reconoce. Es el vocabulario de un mundo desaparecido y está, al menos para mí, cargado de aroma, pero no de fiambre, sino todo lo contrario, de jugo si te gustan las palabras en sí mismas. Les doy algunos ejemplos.

Pasea Miró la mirada por unos «alcaciles» en donde se crían alcachofas, pero, dice, que ya están «cardenchas». Si te mueves por diccionarios podrás deducir que por «cardenchas» debe de querer decir que ya se acercan al cardo, como les pasa a las alcachofas viejas que se abren y pinchan. Pero los «alcaciles» no los he encontrado definidos, como tampoco una expresión preciosa que le oye decir a un niño: «la luna tiene tana». ¿Y qué sería la tana de la luna a principios del siglo XX? Los alcaciles sin duda debieron de ser un a modo de surco fijo o de obra porque, escribe Miró, lo que envejece en los alcaciles no es la planta sino la tierra, de modo que hay que cambiar a la planta de lugar o se nos pone cardencha.

El curioso juego de las viejas palabras muertas nos permite reconstruir en la imaginación un territorio, en este caso próximo a Polop de la Marina, que todavía en aquellos años estaba casi tal y como lo dejaron los moros y moriscos de quienes vienen casi todas estas palabras y los trabajos agrícolas que de ellas penden. Tan es así que uno de los capítulos habla de Benidorm como de un enclave virginal, pero que ya se empieza a deteriorar porque ha llegado un inglés que se ha instalado en una de las viejas casas del villorrio.

Hay en especial un capítulo dedicado al «agua de pueblo» tan sugestivo, tan perfecto en su descripción, que hace llorar por el agua ida. Así que dejo a Gabriel Miró bebiendo en un bernegal y les recomiendo que rebusquen en las montañas de libros desechados que verán aquí o allá, y se hagan con este ejemplar, por feo y contrahecho que les parezca.

Publicado en THEOBJETIVE 

Enlace:

"Buscando a  Gabriel Miró en Años y leguas" por Ramón Fernández Palmeral, libro ilustrado disponible en Amazon en pasta blanda y pasta dura. (No buscar en Kindle).

Echa un vistazo al libro.


ELEGÍA A JOSÉ ANTONIO CHARQUES, Por Ramón Palmeral

 

ELEGÍA A JOSÉ ANTONIO CHARQUES

 

                   ¡Compañero de poesías y caminos, compañero!

 

Los poetas  no mueren

porque viven en sus versos y poemas,

se evaporan como las hojas de los árboles

como los cristales en la niebla de los montes.

 

Y tú compañero de versos, eras poeta desde

que te conocí hace veinte años, desde aquellas

reuniones del Grupo Poético de Miguel Hernández,

y además pervives en las revistas, en

publicaciones  digitales e impresas.

 

Te recuerdo en reuniones y en recitales

donde demostrabas grandes cualidades

memorísticas de un Paco Valladares,

como uno de los grandes, muy

seguro en la montura del atril.

 

La enfermedad te puso corona de espina,

según me comentaste

en las llamadas telefónicas que te hice

no mejorabas, y, yo en silencio

         sufría mucho por tu mermada salud.

 

Te imagino en el Cielo, en la zona

privilegiada del Parnaso de los Poetas

que en el mundo han sido, hablando

y discutiendo de estrofas y versos con

Homero, Virgilio, Horacio,

Cervantes, Lope de Vega, Quevedo,

Juan Ramón Jiménez,  Lorca,  Hernández,

con Rosario Salinas, con Luis Quesada…

 

Óigo lamentos de amigos y compañeros

de recitales y en muchos otros foros

que te conocieron y te recuerdan

como un gran poeta.

 

A mi memoria dolorida,

a mi memoria en fase desleal

a la persistencia, acuden

momentos difíciles de olvidar.

 

Fuiste un hombre gentil,  humilde y bueno

no quisiste en exceso figurar, sobresalir

no publicaste un libro de poemas

a pesar de que te lo propuse.

no hacía falta estar en libros

porque estabas presente

en las reuniones y memoria  de poetas

 

Te fuiste sin irte un domingo 17 de abril.

En plena primavera.

En plenas lluvias con fuego

en las entrañas habitables. 

 

Tu sangre congelada se va con Miguel Hernández

“por los altos andamios de la flores”.

Te recuerdo en el Rincón del Poeta

y en tantas otras patrias de las musas.

 

Te has ido sin irte para volver.

Te has marchado en cuerpo

no en alma dulcemente lírica,

vives con nosotros: los poetas.

 

El arco iris colorea tu piel.

La muerte no es el final

sino un camino en el sueño

de las sombras eternas.

 

               Ramón Palmeral/ mayo de 2022

               Para el libro homenaje: Caminos andados 

 

(José Antonio falleció en 17 de abril de 2022)