Epístola I a Pedro Julio César
Deposita el vasallo su voto con fe
en una urna de mar transparente
que resulta ser pozo cenagoso
con mil cocodrilos hambrientos.
No puede el ciudadano triguero
contra el poder ilimitado del Estado.
El Gobierno no es el Estado,
dijo Platón en su república
con el indulto para beneficio propio
–con el indulto injusto vómito de fuego–.
Un indulto devuelto en insulto a quienes
cordero depositamos un voto
en la ciénagas del Estado
con
látigos con abrojos
con velas en la resolución de su conflicto
con sobres de colorines
–papeleta de seda deslizante–.
Con el voto, vasallos somos de las Cortes
hemos hincado la rodilla ante al Señor
a quien damos nuestros obreros brazos
nuestra espada rota picassiana y la vida.
El votante enferma ante los indultos injustos
rompe las urnas, y le sale una cola
de dragón cretense y vomita fuego en su ira
voluntariamente clama a los idus de marzo
que Bruto, daga en mano con Pedro Julio
Cesar, cesante de túnica roja por las escaleras.
Ramón Palmeral
27-05-2021