En Mercuralia
Nieves Fernández en La Tribuna de Ciudad Real
Tortas mostruosas de Alcázar
21/09/2022
En la primera serie de
artículos Una de monstruos, gigantes y fantasmas, traigo estas tortas
monstruosas en sabor, estos dulces que tienen su origen en unas monjas
franciscanas de Toledo, quienes tras despedirse de la localidad en la
que agasajaban y vendían a sus vecinos y foráneos las dulces tortas, o
sea, Alcázar de san Juan, se desprendieron también de la receta a modo
de regalo para sus golosos convecinos.
Pero no son tortas que den
miedo, antes lo quitan, según la tradición las dulces tortas a quitar
miedos vienen. Y es que se tiene la costumbre en algunas comarcas de
regalar a la futura parturienta estas tortas para bien de su abnegada
labor de maternidad y gran futuro del infante.
Miedo, preocupación,
esfuerzo y abnegación hay mucha, parir no es siempre fácil aunque ahora
se cuente con epidurales y yogas, con respiraciones rítmicas y ayuda de
terapia del papá, siempre presente en la mayor parte del proceso,
incluso en el cuidado y baja maternal y paternal. Pero por mucha ayuda
que se tenga, por una ayuda gigante que se tenga, parir es todo un reto,
es un ejercicio gigante para cada mujer que al hospital o a la clínica
llega.
Hay que empujar con fuerza monstruosa si quieres alumbrar con
alegría, para luego poder hablar de que fue un buen parto, de los de
una hora corta con dolores, buscando ese futuro para tu recién nacido
que algún día, desde el primer minuto, y que quizá en poco tiempo, sin
más tardar nos comerá también tortas de Alcázar.
Esta gran tradición
pastelera, venida según algunos de Santa Clara, no en vano fueron
tortas que enamoraron a la reina Isabel II en 1854, considerándose un
regalo monstruoso de reyes. Igualmente en la inauguración de la línea de
tren Madrid-Alicante fueron protagonistas. Sus huevos, harina, azúcar,
ralladura de limón y una pizca de sal fue la receta que a veces circula
casi como fantasma dulce y simpático por las calles de Alcázar. Hay que
tener también la osadía monstruosa de hornearlas en papel sulfurizado.
Si el origen está en las monjas clarisas o franciscanas, o en ambas, no
daremos mucha importancia, pues ya llevan muchos más años que los
miguelitos aromatizando los postres manchegos a lo grande.
Son un
postre gigante que ya podemos encontrar en distintas páginas web de
Internet como en La cocina de Rebeca, ella nos dará su gran receta, a la
que le añade un poco de maicena y azúcar glasé para el glaseado. Ánimo,
si hay una embarazada cerca, las tortas de Alcázar tienen predilección
exagerada por ellas, o viceversa, no les quitemos el deseo, el antojo de
parir a gusto y con toda la fuerza necesaria para traer a un niño sano y
grande en potencia al mundo, aprovechando que ahora hay poca natalidad y
que los miedos, grandes y extraños, se apoderan de nosotros en cada
canastilla.