POESIA PALMERIANA

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viernes, 4 de marzo de 2022

En un vasto dominio. Vicente Aleixandre. La casa en Velintonia en Madrid

  


 

                                             Dibujo a plumilla por Ramón Palmeral/ 2017

 

En un vasto dominio en 1962, cuando tenía tras de sí una muy extensa trayectoria literaria.

David Parra Valcarce / Cincuentopía, 2017

Muy posiblemente Vicente Aleixandre constituya la culminación de la Generación del 27 en cuanto a reconocimiento literario se refiere tras la obtención del Premio Nobel de Literatura en 1977. La lectura de su obra En un vasto dominio nos permite dar un nuevo paso hacia delante en este repaso lírico estival en el que ha sido antecedido por sus coetáneos Pedro Salinas, Jorge Guillén y Federico García Lorca.

Aludir a Vicente Aleixandre (1898-1984) es referirnos al exilio interior durante largas décadas, es sugerir una propuesta estética a caballo entre la exacerbación de la hermosura y el más hondo dolor, es apuntar a una mala salud de hierro que le permitió superar los 85 años de edad aun con todo tipo de padecimientos físicos, es subrayar una extraordinaria generosidad con quienes lo rodearon a lo largo de su existencia…

Vicente Aleixandre publicó En un vasto dominio en 1962, cuando tenía tras de sí una muy extensa trayectoria literaria, que incluía su incorporación como miembro de número a la Real Academia de la Lengua y el reconocimiento por parte de muchos jóvenes poetas como un auténtico maestro y guía. Por la obra obtuvo el Premio de la Crítica 1963 en la categoría de poesía (Miguel Delibes lo logró en la de narrativa gracias a su novela Las ratas), sucediendo en dicho galardón a José María Valverde.

Desde mi punto de vista En un vasto dominio resulta un libro un tanto atípico dentro de la producción lírica de Vicente Aleixandre. Aunque en modo alguno quepa encuadrarlo en la poesía social española de la década de los cincuenta sí encontramos en el conjunto de poemas que conforman la obra un interés distinto al de sus composiciones más centradas en la estética surrealista, quizá más apegado a la realidad cotidiana, acaso más mundano (siempre entendido dicho concepto a partir de una profunda sublimación de la belleza).

Otro elemento que llama la atención es la división del poemario en seis capítulos, como si se tratase de una estructura narrativa. En cada uno de ellos el escritor centra su atención en los más variados aspectos: a veces se detiene en alguna parte del cuerpo humano (el brazo, la pierna, el sexo, el pelo, la mano… del capítulo I) y en otras ocasiones alude a aspectos del agro español (el pastor, el álamo, el cementerio, el sol…del capítulo II); en su galería de personajes de los capítulos V y VI la mirada de Vicente Aleixandre se posa sobre una anciana dama, un caballero solitario, un individuo que ha sido víctima de un engaño, las ruinas de Numancia…; hay referencias a cuestiones tan dispares como las vicisitudes domésticas de Lope de Vega o el estado del castillo de Manzanares El Real; y hay espacio para los textos más hilarantes y tiempo para dedicarse al lado más amargo de la existencia.

Veamos dos mínimos ejemplos de la propuesta estética que contiene En un vasto dominio. El primero de ellos forma parte del poema El pelo (de hecho con él concluye): “El humo está en los ojos, / rastrea aún en su barba / y oscuro quema en sombras / que ocultas, aún abrasan”.

El segundo tiene que ver con esos aspectos jocosos poco habituales en la poesía de Vicente Aleixandre. En el poema Dúo escribe: “Bigotillo sutil: / doble, sí, un caracol. / Ondulante el tupé. /”Canotier” para el sol. / Al ojal un clavel, / en la mano el bastón. / El bastón es juncal, /petulante la flor”.

Por cierto: mientras repaso En un vasto dominio compruebo que continúa el imparable deterioro de la casa donde Vicente Aleixandre moró a lo largo de toda su vida (en la por entonces llamada calle Velintonia y hoy redenominada con el nombre del poeta). El lugar donde se reunieron Lorca, Cernuda, Guillén, Neruda, Gimferrer, Gerardo Diego, José Hierro, Dámaso Alonso, Gil de Biedma, Miguel Hernández, José Luis Cano, Carlos Bousoño… y tantos y tantos otros se cae a pedazos y nadie hace nada por arreglarlo pese a los esfuerzos de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre. ¡Qué infinita tristeza!

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 https://www.abc.es/cultura/abci-madrid-primer-paso-para-sacar-casa-aleixandre-abandono-202112070112_noticia.html

Madrid da el primer paso para sacar la casa de Aleixandre del abandono

La Consejería de Cultura de la región incoa el expediente para declarar Bien de Interés Protegido Velintonia 3

Madrid Actualizado: 

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Durante años, la casa de Vicente Aleixandre en Madrid fue el lugar de reunión preferido de la Generación del 27. Rafael Alberti, Federico García Lorca o Dámaso Alonso eran visitantes habituales de Velintonia 3. «En aquella casa, el importante no era él, sino el que llegaba a él. Le interesaba la vida concreta que tenía ante sí, hasta en las íntimas menudencias. Ninguna plaza tan ancha y aireada como aquel pequeño y descuidado jardín, ninguna calle mayor más concurrida de experiencias ajenas que aquella sala en penumbra», dijo Francisco Brines. Por allí, en esa suerte de exilio interior que supuso aquella 'casa de la poesía' oficiosa, se dejaron caer también autores como José Hierro, Gil de Biedma o

 algunos de los novísimos.

Pero tras la muerte del premio Nobel, en 1984, Velintonia quedó deshabitada y comenzó un proceso de deterioro y abandono que ninguna administración quiso o pudo revertir. De hecho, los ministros de Cultura apenas se han dignado a pisar el chalé del poeta. Lo hizo Javier Solana en 1982 y José Manuel Uribes el pasado mes de febrero, 38 años después. Lo único que pudo hacer el predecesor de Miquel Iceta fue comprobar que el inmueble se encontraba en una situación de semirruina, completamente vacía, sin ningún mobiliario, ni biblioteca ni archivo afecto a Aleixandre. Aunque entonces propuso proteger el inmueble con la figura del Bien de Interés Cultural (BIC), acabó entendiendo que la única vía pasaba por el Bien de Interés Patrimonial (BIP).

Los Reyes visitan la casa de Manuel Aleixandre. En la imagen aparecen acompañados por Dámaso Alonso, Pedro Sainz Rodríguez y Gerardo Diego
Los Reyes visitan la casa de Manuel Aleixandre. En la imagen aparecen acompañados por Dámaso Alonso, Pedro Sainz Rodríguez y Gerardo Diego - ABC

Así lo dispuso el equipo de Uribes en un informe emitido el pasado 30 de junio. En él, la entonces responsable de Bellas Artes, Dolores Jiménez-Blanco, concluía que la vivienda que Aleixandre habitó durante 57 años era un símbolo de la historia de España, amén de un testimonio indiscutible. Tras constatar «el grave estado de abandono en el que se encuentra actualmente, dado el importantísimo interés histórico que reúne», instaba a la Comunidad de Madrid a declarar BIP el inmueble. Un mes después, al poco de tomar posesión de su cargo, Iceta pidió medidas urgentes en una carta dirigida a la consejera Marta Rivera de la Cruz y propuso convertir el inmueble en la ‘Casa de la Poesía’, como reclama la Asociación de Amigos de Aleixandre.

La misiva de Iceta llegaba tarde, pues Patrimonio ya había iniciado los trabajos de procedimiento para incoar el expediente. Cuatro meses después, la dirección general ha dado por terminados estos trabajos y a lo largo de los próximos días, probablemente en la semana del 13 de diciembre, publicará en el BOCAM la resolución por la que dará comienzo el procedimiento para la declaración BIP. En un periodo máximo de seis meses, si todos los trámites siguen su curso, por primera vez Velintonia pasará a ser protegido por las administraciones públicas.

Con esta decisión tomada en base a los «criterios técnicos», subraya la consejera de Cultura madrileña, Marta Rivera de la Cruz, se protege «el valor simbólico que Velintonia tiene en la historia de la literatura española». La consejera se felicita de poder culminar «un proceso largo y arduo» en colaboración con el Ministerio de Cultura y garantizar así la viabilidad de «un espacio cultural como este».

La consejera Marta Rivera de la Cruz destaca «el valor simbólico que Velintonia tiene en la historia de la literatura española»

En la resolución adoptada, a la que ha tenido acceso ABC, se justifica la declaración BIP por dos motivos. En primer lugar, por ser «uno de los escasos elementos conservados que formaban parte del conjunto de viviendas adaptadas a una trama viaria que componían la Colonia Metropolitana, urbanizada entre 1920 y 1925». El segundo motivo es «el valor simbólico de la casa por haber sido escenario de la vida y lugar de la producción literaria del premio Nobel [...] alcanzando su mayor valor cuando le fue concedido el premio Nobel de Literatura en 1977, lo que supuso un reconocimiento universal de su obra, pero también y en cierta manera de toda la Generación del 27».

El cedro que Aleixandre plantó en 1927
El cedro que Aleixandre plantó en 1927 - JAIME GARCÍA

La declaración BIP otorga el segundo nivel de protección aplicable a los bienes que sin tener la «excepcional» relevancia de los BIC, poseen una especial significación histórica o artística, y garantiza que toda intervención en ellos respete sus valores históricos, artísticos y culturales. Su uso, no obstante, no está limitado y bien podría usarse para impulsar la casa de la poesía que anhelan los Amigos de Aleixandre o cualquier otro tipo de actividad. El inmueble está a la venta y los herederos del poeta piden por él alrededor de 5 millones de euros. Para restaurarlo habría que invertir al menos otro millón.

En todo caso, la Comunidad resuelve que sea cual sea la reforma abordada, se debe conservar la carpintería exterior original de madera pintada, la cubierta de teja árabe curva y el color original de la pintura de fachada, así como la envolvente exterior, para mantener su carácter. Igualmente, hay que mantener la configuración espacial de las salas principales de las plantas baja y primera, entre ellas la sala de lectura y de tertulias. También están protegidos el jardín que rodea la casa y, en concreto, el cedro del Líbano plantado por Aleixandre en 1927, el año que llegó a Velintonia.

«Este cedro es un arbolito que era de 30 centímetros cuando yo lo planté y hoy tiene una cantidad de metros inmensa –explicó el escritor–. Lo tenemos que podar constantemente porque, si no, se come y derriba la casa». Tras casi cuarenta años de abandono, las instituciones públicas por fin impulsan figuras jurídicas para que Velintonia siga en pie.