(Los gigantes también caen)
La Unesco adoptó el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro. “El Día Mundial de la Poesía”, se afirma, “es una ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover la lectura, la escritura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios”.
En 2022: Poesía para la Paz
El 21 de marzo de 2022 coincidirá con uno de los momentos más duros del siglo XXI: tras una grave crisis económica y una terrible pandemia, aún no resuelta, una guerra en las puertas de Europa nos hace recordar también otros graves conflictos bélicos en otros lugares del planeta.
Hölderlin, en el fragmento siete de su poema Pan y vino, se preguntaba: “¿Para qué poetas en tiempos de miseria?” (wozu Dichter in dürftiger Zeit). Pero él mismo nos dirá que “el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”, y que ese estado de plenitud se alcanza, sobre todo, gracias a la poesía.
En 1951 Theodor Adorno afirmaba, tras la Segunda Guerra Mundial, que “escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie” (nach Auschwitz ein Gedicht zu schreiben, ist barbarisch).
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes. Tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes. Tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
Miguel Hernández
Los gigantes también caen.
Mientras caen las bombas en los colegios
Putin se bebe su vaso de vodka por la tarde.
El piloto que tiró mil bombas desde
los pájaros de acero recibe una medalla
de un general que se tomó un Paracetamol
porque le dolía un ojo de maldad.
Como miedosos conejos
la OTAN y los americanos se esconden
temerosos en sus madrigueras
mientras las bombas destruyen
las cabezas áureas de los niños.
El monstruo ruso es muy grande,
es un gigante de pies de barro y cabeza loca,
El gigante del cuento de Gulliver
cayó al suelo y fue preso
por una decena de liliputienses.
David venció a Goliat de los filisteos con una honda.
Las calles se visten de cascotes
y suena un disparo en la cabeza de un soldado
ucraniano de dieciocho años y tres meses.
Las sirenas suenan a terror
y los refugios se llenan de personas
con temor y horror: tristes guerras.
Y millones de personas salen de sus
tierras para convertirse en refugiados.
Ramón Palmera, 21 de marzo 2022.