POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

sábado, 23 de julio de 2022

Poesía de Miguel de Cervantes. Edición selecta de Eduardo Martín de la Cámara. Editorial Rivadeneira, dirigida por José Toral

 Miguel de Cervantes se afanó en ser poeta, era buen poeta, lo que tuvo en su contra es que no se lo creyó, y el poeta  se lo ha de creer con fe. Tal vez creyó que los musas no le dieron esa gracia, como escribiera en el Viaje al Parnaso, esa fortuna:

 Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo

   Pero Cervante se equivocó en su exceso de humildad, se equivocaba al considera a la poesía clara como el "agua", y dice: "Pero la excelencia de la poesía es tan limpia como el agua clara" en el Persiles y Segismunda. El siguiente librito en tamaño de 7.5 por 12.5,cm. (yo tengo un ejemplar) de 514 páginas publicado por la librería y editorial Rivadeneira de Madrid, es de 1922  contiene una selección de casi 500 poemas, la mayoria sonetos,  recolectados por Eduardo Martín de la Cámara nacido en Manila (Filipinas) pero afincado en Madrid, donde se casó, tuvo hijos, hasta su fallecimiento.

 


La editorial Rivadeneira en 1922 (29), dentro de su colección de Ediciones Selectas, publicó el libro "Poesías de Miguel de Cervantes Saavedra. La más completa colección hasta el día. Ordenación y prólogo de Eduardo Martín de la Cámara". Está dedicado a "José Toral, muy gran poeta y novelista, de noble estirpe castellana", su buen amigo desde la época estudiantil en Manila  (Filipinas español).

Al calificar su prólogo de "galeato", ya nos indica, amén de su desmedida afición por los términos enrevesados y poco usuales, su voluntad de defenderse de las posibles opiniones adversas , pero "se sentiría pagadísimo con que la Antología diera sensación cabal de los subidos quilates poéticos del Manco sano".

Tras explicar las fuentes y origen de los versos seleccionados, critica que Cervantes, indiscutido prosista, no ha merecido igual unanimidad como poeta, pues él considera que fue "muy poeta; desde la Galatea hasta el Persiles, pasando por el Quijote, ¡tan poemático!,toda su obra vibra de poesía", y, para demostrarlo, detalla el valor en este aspecto de diversas obras cervantinas.

Admite que, como rimador, no llega siempre a sus modelos, Fray Luis, Herrera y, singularmente, Garcilaso; pero frente a quienes tienen a Cervantes por poeta premioso," de los de mucha lima ", considera que la facilidad es nota de la generalidad de sus versos, aunque tiene que reconocer que la fluidez, la sonoridad y la misma inspiración están en menor medida.

Por último, con la excusa de contentar a quienes no se adentrarían en los versos recopilados si "no nos metiéramos un poco con el Egregio Autor", aprovecha para señalarle achaques de poeta, como la reiteración de ciertos giros e imágenes, el abuso de las antonimias, publicar sonetos iguales e idénticas quintillas en diferentes obras, e incluso poner como propios dos versos de Garcilaso en la canción quijotesca del"hermano mancebo vestido a lo romano"y otros tres en la silva "A los éxtasis de la Beata Madre Teresa". Pero considera, en su jerga habitual, que son minucias, "tildes de que no están horros los más acaballerados de la grey".
El autor de este texto es anónimo.
 

              PRÓLOGO GALEATO, por Eduardo Martín de la Cámara (*)

 

El corazón muy en alto, se entrega a los lectores de habla hispana una co­lección de POESIAS de Miguel de Cer­vantes Saavedea, la más completa de las ordenadas hasta hoy. Justificados moti­vos editoriales aconsejaron cercenar algunas. En las comedias, lo impuso la naturaleza misma de las obras. Quedariamos pagadísimos de nuestra modes­ta, pero bien intencionada labor, con que la Antología diera sensación cabal de los subidos quilates poéticos del Manco sano [univeral]._

  De todas las producciones cervanti­nas conocidas se han entresacado los versos, prescindiendo, naturalmente, por perdidas, salvo dos que llegaron hasta nosotros, de las «veinte comedias o treinta» de la primera época (La gran turquesca, la batalla naval, La Jeruzalén, La Amaranto, o la del Mayo, El bos que amoroso, La confusa, que «pareció en los teatros admirable»; La única y la bizarra Arminda, El trato de Constantinopla y muerte de Selim, etc.); del poema Filena, también desaparecido, en el su­puesto, dudoso, de que llegara a escri­birse; de las comedias y entremeses te­merariamente ahijados al Ingenio por Gallardo, Adolfo de Castro y otros {La soberana virgen de Guadalupe, Los dos habladores, La cárcel de Sevilla — su autor, el licenciado Cristóbal de Cha­ves—, El hospital de los podridos, Los re­franes, Los romances, Los mirones, Doña Justina y Calahorra), éstos, por suerte, inopes de versificación; y aun de obras que, cual La tía fingida, con mantener su prosapia cervantina conocedores expertos, no se puede atribuir al Hom­bre de Alcalá de Henares después de lo que escribió en contra D. Francisco A. de Icaza. También por suerte, de La tía sólo un soneto podría recogerse, y ése «descomulgado».

  Cuanto a las Composiciones sueltas, hase procedido según más expeditas normas. Al pie de cada una reza el libro, manuscrito o autoridad literaria que a Cervantes cuelga la paternidad.

No hubo prurito de buscar rancias ediciones, aunque la selecta sección de Raros», de nuestra Biblioteca Nacio­nal, permitió cotejar aquellas composi­ciones que imaginó el Genio para libros coevos: la colección de «Autores Espa­ñoles» suministró adunia de materiales, salvadas erratas de ese interesante, me­diante confrontas con otros textos y de­tenido examen de todos: los versos qui­jotiles entresacados fueron de la presti­giosa edición crítica de Rodríguez Ma­rín (Madrid, MCMVI, seis tomos) y los de la Galatea, el Persiles, y las Ocha co­medias y los ocho entremeses nunca repre­sentados, de la muy esmerada de Sche- viBonilla (Madrid, M.CM.XIV.-VIII).

Hase cuidado la puntuación, cuyas deficiencias, en otras colecciones, des­naturalizan alguna vez el sentido de los números cervantinos... (Continúa en el librito).


 

 

 

 

 

 


 

 

 

(*) 

Datos biograficos de Eduardo Martín de la Cámara

 

 Eduardo Martín de la Cámara y Martínez nació en Manila (Isla de Luzón de las Filipinas) el año 1873. Obtiene el título de Bachiller en Artes el 22-6-1892 en el Instituto de Manila. Durante el curso 1892-1893 cursa varias asignaturas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Manila (15). Estudia Derecho en la Universidad de Manila en los cursos 1893 a 1896; hacia febrero de 1897 aparece viviendo ya en Madrid en la Calle Fernando VI; se matricula para Septiembre en la Facultad de Derecho de la Universidad Central, terminando las asignaturas restantes en 1898. Aprueba el examen para obtener la Licenciatura en Derecho en esta Universidad el 25 de octubre de 1898  Tuvo problemas para obtener el certificado del título de Licenciado que le urgía pues quería presentarse a una plaza de Oficial del Consejo de Estado, al no haber presentado documento auténtico del título de Bachiller. Por escrito de 29-10-1898 alegó las dificultades para obtenerlo al haber estado Manila sitiada del 1 de mayo al 13 de agosto y estar luego invadida por las tropas USA. -AHN; Universidades, 4397, Exp. 2 -

Datos tomados de la página: "Desde mi buardilla" (Autor anónimo)

 

 Recopilador:

Ramón Palmeral, tiene pendiente, en su archivo, escribir un trabajo más amplio y documentado sobre la poesía de Cervantes