POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
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La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

martes, 13 de septiembre de 2016

"EN EL OSARIO" poeta de Ramón Palmeral




EN EL OSARIO *
 
Estuve genial en los bares y tabernas,
discutiendo y dando consejos y jugando
al dominó “organismo vivo” secuencial,
fui un orador tabernero, elocuente poeta,
amado y reconocido; sin embargo,
nadie, ningún amigo me saluda ahora
en este osario revuelto de huesos y
desintegrándome al ritmo lento
de la química evolutiva.
 
¿Acaso alguien me quiso cuando mi temperatura
 era confortable y podía engendrar?
¿Acaso este fémur de un viejo enano
no parece el húmero de un niño?
¿Acaso no se parecen todas las narices de los cráneos?
 
Todos las calaveras se llenaron con tierra
con arcilla roja de los botijos blancos.
 
 Muy cerca de mí se pudre una materialista
 que tan sólo se conformaría con que le quitaran
 de encima la pelvis de un poeta, la mía,
 y yo me contentaría con que me quitaran
 la costilla de una bailarina  que a mi clavícula oprime.
 
 
Pude haber sido un conocido artista,
            a quien la fama encarcela en afán y su ambición,
un disparo joven me alcanzó en una manifestación
de pacifistas contra las guerras y contra
las torturas del tigre uniformado contra el hombre.
 
Me gustaría contar los huesos,
todos, de este osario o fosa incomún,
si supiera el número de cadáveres,
si no fuera porque muchos huesos fueron
destrozados por los disparos,
mordidos por los canes antidisturbios,
destrozados por la vida misma.
 
Fosas sociales que la historia descubrirá
como yacimientos arqueológicos
de un tiempo de locura fascista
de intolerancia y de violencia de locos
amados y amantes de la sangre ajena.
 
Me autodestruyo a cada segundo
que mi corazón angustias,           late,
que mi fama se marchita,           olvidada,
que mi fuerza se debilita,            rodilla,
como los cojinetes giran,             dinamo,
que el universo destruye,            círculos.
 
Libro "Anlogia abierta" ediciones LULU