POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
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La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

sábado, 14 de julio de 2012

"El golpe maestro de Richard Dadd", poema de José Luis Zerón


(Caricatura de José Luis Zerón, por Palmeral 2012)

Quien gusta del fruto no teme a la vida que nace en los abismos.
El que se extravió en el reino de los padres se asoma a las zanjas
y observa las ocultas encrucijadas del humus
donde un chisporroteo de luz dora los últimos zarcillos.
Quien gusta del fruto no eleva proclamas luminosas
sino trémulas palabras que ansian copular con el todo.
Hablo en nombre de las criaturas que se ocultan
en un bosque rodeado de alambradas.
La mirada es una oveja carnívora y un lobo dócil,
un sol que se oculta y un látigo con sentimiento de culpa.
Quien ha fornicado con la muerte reconoce el fruto
y trata de decir una palabra que quiere ser todas las palabras
en la quietud intensa después de una masacre.
Quien conoce el fruto sabe que contiene un cataclismo.
Los hombres ideamos palabras y son solo palabras
que contienen la certeza de quien no tiene palabras.
Las criaturas del musgo, propietarias de una obstinación mineral,
saben que las palabras que habitan el fruto
no permiten rendición ni tregua cuando se las convoca.
Los seres frágiles esperan que el devenir irrumpa ebrio y lujurioso.
Quien gusta del fruto puede escapar de la suciedad de la tormenta
para salvar sus propios precipicios.
Quien no ha perdido sus caminos
no levanta murallas ni se abre paso a cuchilladas.
En la vegetación del claro del bosque se dilata una calma fantasmal.
En el pozo de las cosas se pierden todos los gritos pasados.
Golpea el fruto, adorador de las hachas,
devuélvenos la vida sin huellas de terror.
Golpéalo para que comparezca todo lo que hemos perdido.
Golpea el fruto, desgarra los tejidos de lo quieto
para que vuelva a fluir la vida
y los perdedores tengan una segunda oportunidad,
para que todas las dimensiones menores acojan
nuestros deseos de amantes y expulsen nuestras ansias depredadoras.
Golpea la cáscara del fruto, leñador,
despedaza la memoria para que nunca más escuchemos
la música de las mutilaciones.
Golpéalo para que estalle el tiempo y el universo se extienda en unas hierbas aplastadas.
Quien gusta del fruto conoce la distancia entre lo que sucedió y lo que nunca ha sucedido.
Los ojos abiertos al mundo celebrarán el misterio que esconde el fruto. Golpéalo.

Por José Luis Zerón (Orihuela-1965) ha fundado y dirigido la revistas La lucerna y Empireuma. Ha publicado la plaquette Anútena (1987) y los libros de poemas Solumbre (1993), Frondas (1995), El vuelo de la jaula (2004), Ante el umbral (2009) y Las llamas de los suburbios (2010)


El poema "El golpe de Richard Dadd" es inédito publicado en el número 12, anual de la revista Ex Libris 2012, que edita el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert