POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
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La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

martes, 6 de agosto de 2019

Sevilla tiene la Giralda que eres tú



Sevilla tiene la Giralda que eres tú

Por Ramón Palmeral 

A mi mujer Julia Hidalgo  que es de Triana
             
Amor, no verte es un sin vivir,
si ya no me quieres
me tiro al Guadalquivir

Sevilla tiene una torre
que no la tiene Madrid
mora, sultana y alzada
que se llama la Giralda
cerca del Guadalquivir.

Pero no eres la Señora de Sevilla
Porque Sevilla tiene dos Señoras:
La Macarena y la Esperanza de Triana.

Y cuando el capataz exclama: “¡A cielo!”
Los costaleros se elevan como ángeles gigantes
y ponen el corazón en las traveseras
como maderos de una cruz.

Amor, no verte es un sin vivir,
si ya no me quieres
me tiro  al Guadalquivir

Y dice la canción:
 “Qué bonita está Triana/
cuando le ponen al puentes  las banderitas gitanas”,
y yo añado más bonito está el puente cuando pasas tú
con ese salero de cintura que parece
una sultana de velos carmesí
en el Alcázar que del cielo moro bajó.

Porque Triana tiene un puente
que se agranda solemnemente
cuando pasa el “Cachorro”
en su Cruz imponente.
Y detrás va la Estrella:
Con su rosario de lágrimas
un puñal de esmeralda en el pecho lleva
tan grande como una espada.

Amor, no verte es un sin vivir,
si ya no me quieres
me tiro  al Guadalquivir.

 
¡Ay mi alma! Quiero volver a Sevilla donde te conocí
coger tu mano y pasear por la calle Betis,
la Plaza de España, por ese parque de María Luisa
que lo hizo un francés enamorado de una sevillana
que vivió pasar por un puente de París.
Pero Sevilla tiene la Giralda que eres tú.

Y por las callejas del barrio
de Santa Cruz hasta desembocar por la Cruz de Hierro
hasta el parque de Murillo bajo un embriagado olor de azahar
de la flor de los “limoneros lánguidos”
 que escribiera Antonio Machado, el bueno.

Y ya lo más grande saludar al Gran Poder
y besar su descalzo pie divino que me da suerte y salud.

Y un guiri y se paró a preguntar, cerca de catedral:
¡¿Por qué  no tiene Sevilla lo que tiene
Arcos de la Frontera, que ni está en la frontera
ni es un varón,  sino una hembra de bandera?!

Ando con muletas por el Cielo
para rogar a Nuestra Señora de la Nieves
que nos traiga paz y salero
porque a los arcenses lo que  nos sobra
son euros y flamencos.

Amor, no verte es un sin vivir,
si ya no me quieres
me tiro al Guadalquivir.

Ramón Palmeral
Optante al premio Alcarván de poesía 2019 de Arcos de la Frontera que no ganó