POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

"Espadas como gotas de lluvia", por Ramón Palmeral

 

          (Día de espadas nubosas en las montaña de Foncalente de Alicante /Palmeral)

 

                             La lluvia volvió a dejar sus espejos

en el asfalto negro –ceniciento de sufridos neumáticos-

de esta calle bajo mi ventana –balcón efímero-

no es mi calle, sino la posada errante

de un mosaico de gente móvil en mano

 

la lluvia volvió a posarse

-gota a gota- con el reflejo de los faroles

con un lenguaje silencioso

lento y conocido y candente.

 

                               Enlutado de deseos

camina –ella- sin chaqueta

apagada los colores de Mondrian

-cremas recatados- se puso una tarde clara

parecido a un amanecer claro

 

con la inefable armadura de la noche a pintar.

Se acercan a las 4 pm  en punto

y con una sorna desilusionante

los perros  -en cueros- en ceremonia

de fornicación –de llanto rezan oraciones-

profanas, evidentemente,

en la ribera del río –si lo tuviéramos.

 

                            La sombra de las sombras y

y las lágrimas de la sombras son invisibles,

sombra que existen con cintura de yudoca

talles metálicos de fuerza inaudita…

 

¿Qué fue del hilo negro

que cosí en tu  faja de seca cárdena

 -ilusionando verte las bragas-

y que yo mordí con mis dientes a dentelladas secas

recién tejido de marfil? Fue la lluvia quien te hirió, no yo.

 

                               Tejido de horas y día pasan los años

en bordado de bolillo de meses. Mi cuerpo avanza

hacia la putrefacción de la prometida ausencia

 

la esperanza de la lluvia metálica pasó

 - nunca de oro-

la paciencia espera de acero en la boca

de la noche -gruta imantada-

 A luz plomiza y ferruginosa espada

-zinc de lo sueños blandos-

borda los espejos que dejó la lluvia…

y siguen ahí fuera convertida en chacos amarillos

todavía del aluminio –ventana-, mojado

 

y la ciudad marítima sigue ahí fuera: Alicante,

defendiéndose del blandir de la espadas

como gotas de lluvia: Plaza de la Viña.

 

 

 

Ramón Palmeral

Alicante, 1 de diciembre 2014