POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

sábado, 29 de diciembre de 2018

"La nada. ¡Qué frío!", poesía mística de Pilar Galán. Finalista del premio Fernando Rielo de 2018





                                              La poeta Pilar Galán García





                                               Libro publicado por la Editorial Palmeral /Alicante
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jueves, 27 de diciembre de 2018

DISCURSO SOBRE EL ESTILO, por George-Louis Leclerc, donde de Buffon

Revista de Economía Institucional, vol. 16, n.º 31, segundo semestre/2014, pp. 333-339
George-Louis Leclerc, conde de Buffon



DISCURSO SOBRE EL ESTILO*
 
Señores:

Me han colmado de honor al llamarme con ustedes; pero la gloria no
es un bien sino en tanto que se sea digno de ella, y no me persuado de
que algunos ensayos míos, escritos sin arte y sin más ornamento que
el propio de la naturaleza, sean méritos suficientes para osar tomar
asiento entre los maestros del arte, entre los hombres eminentes que
representan aquí el esplendor literario de Francia
y cuyos nombres,
celebrados hoy por la voz de las naciones, resonarán vivamente en
los labios de nuestros últimos descendientes.

 Han tenido ustedes,Señores, otras razones para fijar los ojos en mí: han querido dar a la
ilustre Academia de Ciencias, a la que tengo el honor de pertenecer
desde hace mucho tiempo, una nueva prueba de consideración; mi
agradecimiento, aunque compartido con ella, no será menos vivo.
Pero, ¿cómo satisfacer el deber que hoy me impone esta prueba? No
he de ofrecerles, Señores, sino su propia riqueza: algunas ideas sobre
el estilo, que yo he tomado de sus obras. Las he concebido leyéndolos
y admirándolos a ustedes, y el éxito de estas depende de que sean
sometidas a sus inteligencias.
Siempre ha habido hombres que han sabido mandar a los demás
por el poder de la palabra; con todo, no es esto lo que en los siglos
ilustrados hizo que se escribiera bien y que bien se hablara. La verdadera
elocuencia supone el ejercicio del intelecto y la cultura del
* Este discurso fue pronunciado en la Academia Francesa el 25 de agosto de
1753, fecha en que George-Louis Leclerc, conde de Buffon, fue recibido como
miembro. Traducción de Alí Chumacero.
Se publica con las autorizaciones correspondientes.
Fecha de recepción: 13 de agosto de 2014, fecha de aceptación:
1 de octubre de 2014. Sugerencia de citación: Leclerc, G.-L.
“Discurso sobre el
estilo”, Revista de Economía Institucional 16, 31, 2014, pp. 333-339.
espíritu. Es muy diferente de esa facilidad natural de hablar, que
denota solo cierta disposición y es una cualidad propia de quienes
a la fuerza de la pasión agregan facilidad de palabra y rapidez en la
imaginación. Son hombres que sienten vivamente, se emocionan de
igual manera, exteriorizan con vigor su pasión de ánimo; y, por una
impresión puramente mecánica, transmiten a los demás su entusiasmo
y sus afectos. Es el cuerpo que habla al cuerpo; para ello todos los
movimientos, todos los ademanes cooperan y sirven por igual. ¿Qué es
necesario para emocionar y arrastrar a la multitud? ¿Qué es necesario
para conmover y persuadir a la mayoría? Una entonación vehemente
y patética, ademanes expresivos y frecuentes, palabras impetuosas y
sonoras. Pero para los escogidos, de pensamiento vigoroso, de gusto
delicado y sentido exquisito, que, como ustedes, Señores, toman poco
en cuenta la entonación, los ademanes y el vano sonido de las palabras,
se requieren asuntos, pensamientos, razones; es preciso saberlos
presentar, matizarlos, ordenarlos; no es suficiente hacerse oír y atraer
la mirada; es preciso influir en el alma e impresionar el corazón hablando
al espíritu.
El estilo no es sino el orden y el movimiento que se pone en los
pensamientos. Si se los enlaza estrechamente, si se los ajusta, el estilo
resultará firme, vigoroso y conciso; pero, por elegantes que sean,
si se los deja sucederse lentamente y no se juntan sino merced a las
palabras, el estilo será difuso, flojo y lánguido.
Mas antes de buscar el orden en que han de presentarse los pensamientos,
es necesario haber hecho otro orden más general y más
estricto, donde no deben entrar sino las primeras ojeadas y las principales
ideas; un tema quedará circunscrito y se conocerá su extensión
al asignarle un lugar en este plan inicial; los justos intervalos que han
de separar las ideas principales se determinarán atendiendo a estos
primeros lineamientos y así nacerán las ideas accesorias e intermedias
que servirán para completarlas. Por el esfuerzo del intelecto se
concebirán todas las ideas generales y particulares desde su verdadero
punto de vista; con una gran finura de discernimiento se distinguirán
los pensamientos estériles de las ideas fecundas y, por la sagacidad que
da la larga costumbre de escribir, se presentirá cuál será el producto
de todas estas operaciones del espíritu. Por poco vasto o complicado
que sea el tema, es muy raro que se lo pueda abarcar de una sola
ojeada, o penetrarlo por completo con un solo e inicial esfuerzo de
la inteligencia; es raro también que antes de reflexionar mucho sobre
él se comprendan todas sus relaciones. No es posible, pues, abarcarlo
completamente, pero es el único medio de consolidar, desplegar y dar
nobleza a los pensamientos; después se les dará sustancia y fuerza por
la meditación y será fácil en seguida darles forma por la expresión.

Este plan no es aún el estilo, pero sí la base que lo sostiene y
dirige, la que regula su movimiento y lo somete a leyes; sin este, el
mejor escritor se confunde, su pluma marcha al acaso y deja al azar
trazos irregulares y figuras discordantes. Por luminosos que sean los
colores que emplee, por muchas que sean las bellezas que siembre en
los detalles, si el conjunto causa desagrado o no se siente su vigor, la
obra no estará acabada de construir y, aunque admiremos el espíritu
del autor, se podrá suponer que le falta talento. Por esta razón quienes
escriben como hablan, aunque hablen muy bien, escriben mal; quienes
se abandonan al primer arranque de su imaginación toman un tono
que no pueden sostener; quienes temen desperdiciar los pensamientos
aislados, fugitivos y en distintas ocasiones escriben trozos sueltos,
no los reúnen jamás sin transiciones forzadas; esta es la razón, en
una palabra, de que haya tantas obras hechas de retazos y tan pocas
fundidas de un solo golpe.

Sin embargo, todos los temas tienen unidad y, por vastos que sean,
pueden ser reducidos discursivamente. Las interrupciones, las pausas,
las secciones no han de usarse sino cuando se aborden temas diferentes
o cuando, al hablar de grandes cuestiones delicadas y disímiles,
la marcha del intelecto se vea interrumpida por la multiplicidad de
los obstáculos y forzada por la necesidad de las circunstancias; por
otra parte, el gran número de divisiones, lejos de hacer más sólida
una obra, destruye su coherencia, el libro parece más claro a la vista
pero la intención del autor permanece oscura; no puede impresionar
el espíritu del lector ni le puede hacer sentir sino por la ilación, por
la dependencia armónica de las ideas, por un desarrollo sucesivo, una
gradación sostenida, un movimiento uniforme que toda interrupción
destruye o hace languidecer.
¿Por qué las obras de la naturaleza son tan perfectas? Porque cada
una es un todo y porque trabaja bajo un plan eterno del que jamás se
aparta; prepara en silencio los gérmenes de sus producciones, esboza
en un acto único la forma primitiva de todo ser vivo, la desarrolla, la
perfecciona por un movimiento continuo y en un tiempo determinado.
La obra asombra, pero lo que más debe sorprendernos es el sello
divino que ahí resplandece. Por sí mismo, el espíritu humano no puede
crear nada, no producirá sino después de haber sido fecundado por la
experiencia y la meditación; sus conocimientos son los gérmenes de
sus producciones, pero si imita a la naturaleza en su marcha y en su
trabajo, si asciende por la contemplación a las verdades más sublimes,

Revista de Economía Institucional, vol. 16, n.º 31, segundo semestre/2014, pp. 333-339
Discurso sobre el estilo
si las reúne, si las enlaza, si forma con ellas un sistema mediante la
reflexión, establecerá, sobre cimientos inquebrantables, monumentos
inmortales.
Por la falta de plan, por no haber reflexionado suficientemente
sobre su tema, un hombre agudo puede meterse en embrollos y no
saber por dónde comenzar a escribir. Percibe a la vez un gran número
de ideas y, como no las ha comparado ni subordinado, nada
hay que lo determine a preferir las unas a las otras; queda, pues, en
la perplejidad. Pero cuando haya hecho un plan, una vez que haya
juntado y puesto en orden los pensamientos esenciales de su tema,
percibirá fácilmente el instante en que debe tomar la pluma, sentirá
el punto de madurez de la producción del espíritu, estará obligado a
hacerla brotar y no tendrá seguramente sino el placer de escribir: las
ideas se sucederán sin dificultad y el estilo se hará natural y fácil, la
vehemencia nacerá de este placer, se esparcirá continuamente y dará
vida a cada expresión, todo se animará más y más, el tono se elevará,
los objetos tomarán color y el sentimiento, juntándose a la claridad,
la aumentará, la llevará más lejos, la hará pasar de lo que se dice a lo
que se va a decir, y el estilo resultará interesante y luminoso.
Nada se opone más a la vehemencia que el deseo de poner en todas
partes rasgos ingeniosos, nada es más contrario a la luz que debe
producirse y esparcirse uniformemente en un escrito que esas chispas
obtenidas a la fuerza haciendo chocar las palabras unas contra otras
y que nos deslumbran solo unos instantes para dejarnos en seguida
en tinieblas. Son pensamientos que no brillan sino por oposición:
solamente presentan un lado del objeto, dejando en la sombra todas
las otras caras; a menudo este lado que se escoge es un punto, un
ángulo sobre el cual se hace mover al espíritu con tanta facilidad que
se lo aleja más de las grandes caras desde las cuales el sentido común
acostumbra considerar las cosas.
No hay nada más opuesto a la verdadera elocuencia que el empleo
de estos pensamientos finos y la búsqueda de estas ideas ligeras,
desleídas, sin consistencia y que, como la hoja de un metal batido, no
tienen destello sino en tanto pierden solidez. Así, cuanto más gracejo
nimio y brillante se ponga en un escrito, menos vigor tendrá, menos
claridad, menos vehemencia y estilo; a no ser que este gracejo sea el
fondo mismo del asunto y que el escritor no haya querido hacer otra
cosa que chancear: en este caso el arte de decir pequeñas cosas resulta
posiblemente más difícil que el arte de decir las grandes.
Nada se opone más a lo naturalmente bello que el trabajo dedicado
a expresar cosas ordinarias o comunes de una manera singular o

Revista de Economía Institucional, vol. 16, n.º 31, segundo semestre/2014, pp. 333-339
George-Louis Leclerc, conde de Buffon
pomposa; nada degrada más al escritor. Lejos de admirarle, nos causa
lástima que haya empleado tanto tiempo en hacer nuevas combinaciones
de sílabas para no decir sino lo que todo el mundo dice. Este
es el defecto de los espíritus cultivados pero estériles; usan palabras
en abundancia, pero no ideas; trabajan, pues, sobre las palabras y se
imaginan haber combinado ideas porque han combinado frases, haber
depurado el lenguaje cuando lo han corrompido al torcer el sentido
de las acepciones. Estos escritores carecen de estilo o, si se quiere, no
tienen sino la sombra de él. El estilo debe grabar los pensamientos:
ellos no saben sino trazar palabras.
Para escribir bien es necesario, pues, dominar plenamente el tema;
es preciso reflexionar mucho para ver con claridad el orden de sus
pensamientos y formarlos en una serie, una cadena continua, donde
cada punto represente una idea; cuando se haya tomado la pluma,
será necesario conducirla sucesivamente sobre el rasgo inicial sin
permitirle que se desvíe, sin apoyarla demasiado desigualmente, sin
darle otro movimiento que el determinado por el espacio que debe
recorrer. En esto consiste la severidad del estilo, esto es también lo
que hará la unidad y lo que regulará la rapidez; solo esto, también, será
suficiente para hacerlo preciso y sencillo, igual y claro, vivo y continuo.
Si a esta primera regla, dictada por el intelecto, se le agregan la
delicadeza y el gusto, el escrúpulo en la elección de las expresiones, el
cuidado de no nombrar las cosas sino en los términos más generales,
entonces el estilo tendrá nobleza. Si se agrega la desconfianza para
con su primer impulso, el desprecio de todo lo que no sea más que
brillo y una repugnancia constante por lo equívoco y lo cómico, el
estilo tendrá gravedad y hasta majestad. En fin, si se escribe como se
piensa, si se está convencido de aquello de lo que se quiere persuadir,
esta buena fe para consigo mismo –que hace la honestidad para con
los demás y la verdad del estilo– le hará producir todo su efecto, con
tal de que esta persuasión interior no se caracterice por un entusiasmo
demasiado fuerte y que haya en todo más candor que confianza, más
razón que vehemencia.
Es así, Señores, como ustedes, al leerlos, me parece que me hablan
y me instruyen. Mi alma, que recoge con avidez los oráculos de la
sabiduría, ha querido emprender el vuelo y elevarse hasta ustedes.
¡Esfuerzos vanos! Las reglas –lo dicen también ustedes– no pueden
suplir el genio; si este falta, aquellos serán inútiles. Escribir bien es
pensar bien, y a la vez sentir bien y expresar bien; es tener a un mismo
tiempo ingenio, alma y gusto. El estilo presupone la reunión y el
ejercicio de todas las facultades intelectuales. Solo las ideas forman el fondo del estilo, la armonía de las palabras es solo lo accesorio y no
depende sino de la sensibilidad de los sentidos; es suficiente tener un
poco de oído para evitar las disonancias, y basta haberlo ejercitado,
perfeccionándolo con la lectura de poetas y creadores, para que mecánicamente
seamos arrastrados a la imitación de la cadencia poética
y de los giros oratorios. Además, nunca la imitación ha creado nada;
así esta armonía de las palabras no forma el fondo ni el tono del estilo
y se encuentra a menudo en escritos vacíos de ideas.
El tono no es sino la adecuación del estilo a la naturaleza del
tema y no debe nunca ser forzado, nacerá naturalmente del fondo
mismo de la cosa y dependerá mucho del grado de generalidad a que
se hayan llevado los pensamientos. Si se le ha elevado a las ideas más
generales y si, en sí mismo, el tema es grande, el tono parecerá alcanzar
la misma altura; si, manteniéndolo en esta elevación, el intelecto
contribuye suficientemente a dar a cada objeto una luz fuerte, si se
le puede agregar, a la energía del dibujo, la belleza del colorido, si se
puede, en una palabra, representar cada idea con una imagen viva y
bien acabada, y formar con cada serie de ideas un cuadro armonioso
y elegante, el tono será no solamente elevado, sino sublime.
Aquí, señores, la ejemplificación haría más que la regla: los ejemplos
instruirían mejor que los preceptos; pero como no me es permitido
citar los sublimes fragmentos que tan a menudo me han emocionado
al leer sus obras, estoy obligado a limitarme a estas reflexiones. Las
obras bien escritas serán las únicas que pasarán a la posteridad: el
caudal de los conocimientos, la singularidad de los hechos, la novedad
misma de los descubrimientos, no son garantía segura de inmortalidad.
Si las obras que los contienen no tratan sino de nimiedades, si están
escritas sin gusto, sin nobleza y sin talento, perecerán, porque los conocimientos,
los hechos y los descubrimientos se escapan fácilmente, se
desplazan y huyen hasta ser empleados por manos más hábiles. Estos
son exteriores al hombre; en cambio, el estilo es el hombre mismo.
El estilo no puede, pues, ni robarse ni transferirse ni alterarse; si es
elevado, noble, sublime, el autor será igualmente admirado en todos
los tiempos, pues solo la verdad es duradera y aun eterna. Así, un estilo
bello no lo es, en efecto, sino por el número infinito de verdades que
presenta. Todas las bellezas intelectuales que ahí se encuentran, todas
las relaciones de que está compuesto, son verdades igual de útiles –y
tal vez más preciosas para el espíritu humano– que las que pueden
formar el fondo del tema.
Lo sublime no puede encontrarse sino en los grandes temas.
La poesía, la historia y la filosofía tienen todas el mismo objeto, un
objeto muy grande: el hombre y la naturaleza. La filosofía describe
y representa la naturaleza. La poesía la pinta y la embellece; pinta
también a los hombres, los engrandece, los idealiza; crea los héroes y
los dioses.
La historia pinta solo al hombre, y lo pinta tal cual es: así
el tono del historiador no será sublime sino cuando haga el retrato de
los más grandes hombres, cuando describa las más grandes acciones,
los más grandes movimientos, las más grandes revoluciones; algunas
veces, también, será suficiente con que el tono sea majestuoso y grave.
El tono del filósofo podrá resultar sublime cuantas veces hable de las
leyes de la naturaleza, de los seres en general, del espacio, de la materia,
del movimiento y del tiempo, del alma, del espíritu humano, de los
sentimientos, de las pasiones; para los demás temas será suficiente con
que sea noble y elevado. Pero el tono del orador y del poeta, cuando el
tema es grande, debe ser siempre sublime, puesto que ellos son dueños
de agregar a la grandeza de su tema tanto color, tanto movimiento,
tanta ilusión cuanto les plazca; y siempre, antes de pintar y antes de
engrandecer los objetos, deben también, sobre todo, emplear toda la
fuerza y desplegar toda la potencia de su intelecto.

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Recuerdo de un homenaje a Vicente Ramos en noviembre de 2011



Ramón Palmeral junto a la familia de Vicente Ramos, en el homenaje que le ofrecieron a los 5 meses de su fallecimiento en Ámbito Cultural de El Corte Inglés, por Tomi Duarte, Carmen Verdú, Sonia Castedo y Joaquín Santo Matas.



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En 2019 se cumple el I Centenario del nacimiento de Vicente Ramos

sábado, 22 de diciembre de 2018

PRESENTA LA OBRA ‘LA GRAN OLVIDADA. POSTALES DESDE LA ALBUFERETA’

PRESENTA LA OBRA ‘LA GRAN OLVIDADA. POSTALES DESDE LA ALBUFERETA’

Martín Sanz homenajea a la Albufereta con una prosa apelativa en forma de postales 'technicolor'

28/09/2017 - 
ALICANTE. Bajando por la calle del Foro, Marco Popilio Onyx se dirigía a la muralla occidental de la ciudad de Lucentum, su intención no era traspasar la puerta del Este que servía de entrada y salida de las carretas que los pescadores empujaban desde el pequeño puerto allá abajo, al lado de los restos de la necrópolis abandonada de aquellos íberos que apenas había conocido. Los peces al lado de los muertos, no era una imagen que le gustara recordar al mojar el pan ázimo en el gárum. Estaba oscureciendo, el sol casi plano ya sobre el horizonte a su espalda proyectaba una larga sombra a sus pies. Sólo quería estar solo un rato, recordar el momento en que había pasado de ser un esclavo a ser un liberto y había sido aceptado entre los seviros augustales. La inercia lo llevaba al adarve de la muralla, desde el que podía contemplar, bajo el brillo de un luminoso cuarto creciente, el cañizar cenagoso que daba paso a la ría y el resplandor de las teas encendidas a la altura del puerto. Las gaviotas emitían sus últimos graznidos del día.
Esa ría a los pies de la ciudad romana de Lucentum se ha convertido, veinte siglos más tarde, en el Barrio de la Albufereta, nombre heredado de la zona pantanosa en que se había acabado convirtiendo la ría de la antigüedad, colmatado al paso de los siglos por aportes marinos y fluviales. Una Albufereta en la que en la actualidad conviven el recuerdo de los nuevos pobladores del siglo XX, en la forma del único xalet con forma de cabaña valenciana que perdura en la Colonia Romana, la playa “inundable” a costa de la gran infraestructura antirriadas, los grandes mastodontes del desarrollo urbanístico de la segunda mitad del siglo XX, Chicharra, Vistamar, Monteymar, Finca Adoc, Alfin, y Eusebio Sempere, el gran Eusebio Sempere, en el giro de su pirámide coronando la rotonda de la Isleta, mostrando sus cuatro facetas al Mediterráneo, la Serra Grossa, el Tossal de Manises y el Cerro de las Balsas.
Esa Albufereta es la que se encontró el periodista Martín Sanz (Madrid, 1974), cuando se estableció en ella en los albores del nuevo milenio. Una Albufereta que le fue mostrando su fisonomía sinuosa, plagada de personajes, rincones, sucesos y vida. Una fisonomía que es capaz de cambiar de manera radical con una mediana y un doble sentido, en una carretera que se mantenía casi como un camino de carros entre la modernidad urbana.
Sanz ha puesto su mirada y su prosa destilada sobre este barrio poco uniforme, pero poblado por múltiples identidades, generador de imágenes de una modernidad decadente, plagado de balcones sobre el Mediterráneo como el pretil que utilizaba Popilio para sus ensoñaciones.
Un volumen, el de Martín Sanz, con sus propias ensoñaciones en forma de postales plagadas de una letra pequeña y emocionada, como las que recibía en Madrid en los 70, un autohomenaje y una declaración de amor a La Gran Olvidada, dedicada a la memoria de Francisco Gonzalo Seijo Alonso, Francisco Seijo (Castrelos, Vigo, 1925), otro alicantino de adopción convertido en una de los más grandes divulgadores de la tradición culinaria alicantina, la etnografía valenciana y sus lugares más representativos.
Este viernes, a las 20:00 horas, en la Asociación de Comunidades y Vecinos de la Albufereta ‘Playa Blanca’, ubicada en la C/ Colonia Romana, 27,  a los pies del Tossal de Manises, Martín Sanz presentará La gran olvidada. Postales desde la Albufereta. Un par de días hemos charlado sobre barrios, memorias y personajes:
- ¿Por qué La Gran Olvidada (en los dos sentidos, por qué escribir ahora sobre la Albufereta, y por qué el título)?
- Creo que, por desgracia, el título se ajusta a la situación que durante los últimos tiempos ha tenido este barrio, quizás no tanto en lo referente a lo desatendido que haya podido estar respecto a los organismos e instituciones públicas, una opinión respetable que mantienen algunos sectores más reivindicativos, como a olvidada en el sentido estricto del término: que ha caído en el olvido, que no se recuerda. Y en ella han sucedido acontecimientos lo suficientemente importantes como para que tengamos a la Albufereta muy presente.
- ¿La Albufereta tiene algo de territorio mítico?
- A mí, personalmente, así me resulta, mítico, misterioso, con una aureola que en algunos momentos oscila entre el hedonismo que reinó en décadas pasadas y el territorio al filo que surgió posteriormente. Es un escenario literario ideal, y en esto voy a seguir incidiendo en el futuro. Y además, no debe olvidarse, es el origen de Alicante e importante puerta de acceso de todas las civilizaciones que nos visitaron durante siglos. Ahí está 'Lucentum' para atestiguarlo.
- Hay alguna razón personal, alguna anécdota vital, en este formato epistolar, o es sólo un recurso estilístico. 
- Mi recuerdo más lejano de la Albufereta es en forma de postales, aquellas postales en 'technicolor' de los setenta. Y es así porque una amiga de mi hermana veraneaba aquí mediada esa década y se las enviaba a ella. Verlas y observarlas desde Madrid o desde un pueblo aragonés suponía mirar por una ventana a un lugar entonces inaccesible. Las conservé y, más de treinta años después, repasándolas, vi que una de ellas mostraba la playa justo desde la misma perspectiva que yo tengo en el salón de mi actual casa. Me resultó mágico, inquietante. Y cuando tuve que enfrentarme a la redacción del trabajo, pensé en todo aquello y me dije, ¿por qué no escribirle unas postales a alguien contándole lo que he descubierto con los años de esta zona?
- ¿Con qué personaje de los que pueblan las páginas del libro te has quedado con ganas de mantener una "charraeta"?
- Sin dudarlo pagaría lo que fuera por disfrutar de unas buenas sobremesas -de las largas e intensas- en alguno de los estupendos restaurantes del barrio con Pancho Cossío, Juan Guardiola Gaya y, muy especialmente, con Carlos Pradel.
- ¿Crees que el barrio está generando ahora mismo un nuevo 'star system'?
- ...
- A pesar de ser otro de los ejemplos del momento álgido del desarrollismo urbanístico, ¿crees que el urbanismo y la arquitectura de la Albufereta (puede que por extensión el Cabo) tienen un discurso escondido de reivindicación, como el que ahora mismo está saliendo a la luz respecto de Benidorm?
- Por supuesto, no tanto el Cabo porque es posterior, pero sí en la Albufereta. Hay trabajos muy interesantes reivindicados recientemente por profesionales como el fotógrafo David Sardaña y el diseñador Íñigo Lanz en su proyecto 'Racionalismo Levantino'. O edificios puestos en valor también por especialistas como el profesor Justo Oliva de la Universidad de Alicante y que ya figuran en el registro DOCOMOMO (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement), como 'Vistamar', 'La Chicharra' y, próximamente, 'Las Torres'.
- Habéis creado un libro que funciona casi como un objeto artístico, con un diseño de formato, tipografía e imágenes que lo hace muy atractivo a ojos incluso de "no lectores". ¿Ha sido una opción consciente o ha ido surgiendo en el proceso de edición?
- Totalmente consciente. Efectivamente, pretendemos que se convierta en un libro objeto, más teniendo en cuenta que es una edición limitada. Y es así gracias a la labor del diseñador José Luis Espuelas, a la magnífica fotografía de portada de David Sardaña, que además sirve de homenaje al escultor Pepe Gutiérrez, y al resto de material aportado por compañeros gráficos de la talla de Juan Carlos Soler, Rafa Arjones, Carratalá y a otros colaboradores y 'fuentes' del libro, procedente a su vez de archivos personales y familiares.

jueves, 20 de diciembre de 2018

"De la creación poetica" libro gratis en Calameo. Para aprender a escribir poemas


Un ensayo de Ramón Palmeral, para aprender a expresarse mediante el arte de la poesía. Todos llevamos a un poeta dentro, pero el poeta no nace, sino que se hace estudiando.

Ahora de puede leer gratis mi poemerio "Lágrimas ebrias de melancolía" de Ramón Palmera


Autor Ramón Palmeral autor del ensayo "De la creación poética".



Tengo influencias de Miguel Hernández, de Vicente Aleixandre, de Pablo Neruda de Juan Ramón Jiménez,e Antonio Machado. Uidobro, Octavio Paz

De venta impreso en LULU, on-line 





lunes, 17 de diciembre de 2018

¿Qué es un relato literario? Tipos de relatos

Un relato literario no un realto oral, no es un cuentos, un cuento tiene principio, trama final y una moraleja o enseñanza. El relato no, se puede empezar por el final, y acabar por el principio, lo que se dice son hitorias o ficciones inventadas extrañas, raras, como el Aleph de Borjes, o los realtos de Cortázar, son a veces absurdos, imposibles de imaginar. Pra esto se aparta el realto mara contar impresiones, no deben sin muy largos, puesto que se convertirían en una novela corta. Dentro del relato todo es posible, lo real o lo irreal:

 

 Absurdo: La Metamorfosis de Framk Kafka, 1915

Realista

Narrativo

Realismo mágico

Leyenda

Peridístico 

Fantástico

Policial

Futurista

Surrealista o bastracto 

 

Leer mi libro "Secretos para escribir novelas y relatos"

 


Por Ramón Fenández Palmeral

domingo, 16 de diciembre de 2018

El español Antonio Martín de las Mulas gana el 38 Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística

En un solemne acto en el Instituto Cervantes de Nueva York


El español Antonio Martín de las Mulas gana el 38 Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística


Con el poemario Viernes Santo, Antonio Martín de las Mulas Baeza (Madrid, 1977) ha obtenido el XXXVIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, celebrado el 13 de diciembre en el Instituto Cervantes de Nueva York. La dotación es de 7.000 €, la edición de la obra y una medalla conmemorativa. La obra ha sido seleccionada de entre 272 poemarios de 28 países. Abogado de profesión, Antonio Martín ha recibido diversos reconocimientos y sus poemas han sido publicados en algunas revistas literarias y antologías. De Viernes Santo el jurado ha expresado que la voz del yo poético que el poemario expresa es la de Jesús en el Gólgota que, desde la altura de la cruz, divisa con perspectiva única la pequeñez del poeta, convertido ahora en el tú lírico. Desde esa mirada, el crucificado hace suya la situación del hombre, sus flaquezas y sus miedos: “Mi sangre está cayendo por el mundo, /mi corazón os sueña en la ciudad eterna”. Hay una sensibilidad especial respecto de la soledad y el dolor humanos, que el poeta asume desde la disposición total del crucificado, que ya no es víctima inerte, sino obrador omnipotente para el que la cruz es trono, roca inexpugnable, altar salvador. Expresa, no sin un cierto deje apocalíptico, un alto contenido teológico lleno de esperanza salvífica por la que Cristo lleva la humanidad al Padre: “Vendrá como un torrente en las laderas / como un viento que agita copas verdes / abriendo todo el alma al gran amor del Padre”.
Por su parte, la también española Desamparados Escrivá ha resultado mención de honor por su poemario Desnudando el alma, de gran belleza y sensibilidad propia de un alma enamorada. Se teje con excelentes versos llenos de recursos expresivos que brotan de la llaga del amor: “No, yo no descubrí al Amor, / fue Él quien me encontró a mí… / Me perdí en aquel encuentro / y vago perdida en su mar”. No falta la experiencia de ausencia y de presencia, así como de la unión final: “Contigo hay momentos en los que no sé si soy, / no sé si eres, / solo sé que somos”.

El Presidente de la Fundación Fernando Rielo, P. Jesús Fernández Hernández, en su mensaje afirmó que la poesía mística es lo más excelente de toda poesía, pues define, forma, forja, incluye, dialoga, porque está imbuida de experiencia mística que es incluyente, transformante, liberadora. Ello es así por su fuerza oracional, profética y testimonial, que hacen que la poesía mística sea portadora de paz, fraternidad y convivencia. Estilísticamente, la poesía mística no está atada a los cánones clásicos sino que se abre a innumerables posibilidades expresivas y a la riqueza intercultural. Su referente, según Fernando Rielo, es un trato personalísimo con la Santísima Trinidad, siendo el poeta místico por excelencia Cristo.

Los otros finalistas fueron Antonio Bocanegra (Cádiz), Miguel Sánchez Robles (Murcia); Adela Guerrero Collazos (Cali); Theresia Maria Bothe (Sicilia, Italia); Pilar Elvira Vallejo (Madrid, España); María del Pilar Galán García (Valladolid, España); Marcelo Galliano (Buenos Aires, Argentina); Fernando Raúl Matiussi (Tucumán, Argentina) y Desamparados Escrivá Vidal (Tarragona, España).

El Jurado estuvo conformado por Jesús Fernández Hernández, presidente de la Fundación Fernando Rielo; José Mª. López Sevillano, crítico literario y secretario permanente del Premio; Annalisa Saccà, poeta y profesora de Lengua y Literatura en St. John’s University de NY; Hilario Barrero, poeta, prosista, traductor y profesor en la City University of New York; Marie-Lise Gazarian-Gautier, profesora de español y literatura latinoamericana en St. John’s University de NY y David G. Murray, crítico literario y filólogo.

El acto contó con un concierto de arpa a cargo de la célebre María Rosa Calvo-Manzano, que cuenta con más de tres mil conciertos por los cinco continentes y numerosos premios, además de ser miembro de varias Academias de Bellas Artes e Historia del mundo.
El premio, para obras inéditas tanto en español como en inglés, ha sido fallado en foros como la ONU; la UNESCO; el Senado francés y el Campidoglio romano. El comité de honor lo han conformado varios miembros de la Real Academia Española, entre ellos, su director, Darío Villanueva; rectores universitarios, poetas y catedráticos de literatura.

El carácter ecuménico del premio ha hecho que lo hayan obtenido poetas de distintas confesiones cristianas, en realidad la mayoría, pero también no cristianas, demostrando la capacidad de la poesía mística para unir a las culturas y a las religiones.

Breve resumen biográfico de Antonio Martín de las Mulas (Madrid, 1977)

Antonio Martín de las Mulas (España, Madrid, 1.977) se licencia en Derecho en la Universidad CEU-San Pablo de Madrid, aunque tenía vocación de filósofo, carrera en la que estudió dos años. Se dedica en libre ejercicio al derecho con bastante éxito por cerca de quince años hasta que en el 2015 decide trasladarse a Medellín (Colombia) y dedicarse, como padre de familia, a la vida misionera. Es catequista de niños en uno de los barrios más desfavorecidos de la localidad de Bello, e igualmente forma parte del grupo “Reina de la Paz”, de Medellín vinculado a la espiritualidad católica de Medjugorje. Como poeta tiene en su haber varios reconocimientos, entre los que destaca el primer premio del XII certamen de poesía Rodrigo Caro en 2003. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas literarias y antologías.

Fragmentos del poemario Viernes Santo
Oigo vuestras respiraciones,
estáis aquí conmigo respirando
en los huecos eternos de los aires,
las almas de los siglos y las noches sin dormir,
las largas descendencias asumidas,
estáis aquí conmigo
respirando.
Hoy muero por vosotros de esta forma,
atravesados somos,
también en esta altura de las respiraciones.
Esta es la respiración del Hijo del Hombre,
mi respiración de muerte en este campo abierto,
mi forma de vivir
en este cuarto lúgubre del mundo,
en esta vida
cuando uno llega a lo alto de la Calavera,
y ve;
cuando uno llega, expuesto al sol, erguido
en una cruz
sobre el monte interior de vuestras vidas
y ve,
y ve

********

Hoy contemplo tus párpados vencidos,
su desplomarse solos ante el golpe del mundo,
su visión recogida
contra las grandes puertas de la noche.
Contemplo que has perdido las ganas de vivir,
que te comen por dentro
esos viejos abismos de un silencio cerrado.
Yo sé que no le ves una salida a todo esto,
que te desplomas pronto, que tus fuerzas
se disuelven humanas como el humo de un fuego
que asciende por la altura.
Alienta pequeñuelo, toma mi mano, y tenme,
ten coraje en el vilo de las grandes caídas.
Estoy en el martirio de los hombres, donde llevo
la piel sacada a tiras por tu desolación.
Quiero injertar tu vida en la esperanza
de un mañana infalible entre mis brazos.
Mírame,… no desfallezcas, hijo,
Yo estoy contigo,
creo en ti.


Datos tomados de la Fundación Fernando Rielo

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autor Ramón Fernández Palmeral

Mensaje  para la editoriales españolas.

correo:   ramon.palmeral@gmail.com

sábado, 15 de diciembre de 2018

¿A muerto la poesía italiana?

¿Ha muerto la poesía italiana? es la pregunta de los años 2000; pero no, ni no ni ná, ha prosperado, porque existen poetas como Fabio que ha sabido resucitarla



 Fabio Barcellandi (Brescia) 1968 es un poeta y traductor italiano.


Fabio Barcellandi (poeta)

(Brescia, 1968), poeta, curatore e traduttore. Collabora con Thauma Edizioni come curatore della Lombardia per la collana poetica itinerante e come traduttore e referente italiano per l’Irlanda per la collana poetica internazionale. Collabora con il sito letterario Olandese Volante (Transmoderno Arti Pensosità Letterature) e guida laboratori di composizione e scrittura poetica con i ragazzi delle scuole medie e superiori per la Cooperativa Zeroventi. Ha pubblicato poesie, racconti e traduzioni in antologie (Montag, Thauma, Limina Mentis, Seam) e su riviste (Writers Magazine Italia, MacWorld Italia, Le Voci della Luna, Il Corriere del Garda); ha vinto per la poesia i premi Solaris e Teranova e pubblicato le sillogi Parole Alate (Cicorivolta 2007), Nero, l’inchiostro e Folle, di gente (Montag 2008 e 2011). È membro dell’Associazione Culturale “Movimento dal Sottosuolo”, gruppo di poeti e artisti che anima gli incontri presso il Caffè Galeter di Montichiari.

Español
Desde 2009 colabora con Beppe Costa con el que organiza en Roma, en la librería Pellicanolibri, los encuentros "Poeti dallo Spazio" (Poetas desde el espacio),1​ con la participación de autores como Fernando Arrabal, Dacia Maraini y otras.
Dirige talleres de escritura y composición poética para la cooperativa Zeroventi con estudiantes de escuelas secundarias de primero y segundo grado, los más recientes en la secundaria Caccioppoli de Scafati y en el Instituto Margarita de Castelvi de Sassari.
Es miembro de los grupos: POESIAinCIVILE (POESIAinCIVILIZADA), Poeti Dal Sottosuolo (Poetas del underground) y de la Revolutionary Poets Brigade (Brigada de Poetas Revolucionarios) fundada por Jack Hirschman.2
Invitado en 2010 y en 2012 en el Festival Internacional de Literatura Ottobre in Poesía (Octubre en poesía),3​ con intervenciones en las escuelas, librerías y conferencias organizadas durante el festival. Con Luca Artioli y Andrea Garbin es el curador por la región de Lombardía, de la "collana poetica itinerante" (serie poética caminante) de las ediciones Thauma.
Ha participado en varias lecturas y recitales de poesía4​ en Italia e Irlanda: de hecho, en mayo de 2011 fue publicado en la antología Italiano / Inglés "POETHREE new italian voices" (POETHREE nuevas voces italianas) de las ediciones Thauma con Luca Artioli y Andrea Garbin. Este libro, que es parte de un proyecto en colaboración con el poeta irlandés Dave Lordan, autor de las traducciones, trajo los tres poetas italianos en una gira por Irlanda.5
Desde el pasado 18 de junio, con la fecha de Dublín en el The Irish Centre for Poetry Studies Mater Dei Institute of Education (DCU) (Centro irlandés de estudios de la poesía Instituto de Educación Mater Dei (DCU), también actuaron en Trim, Greystones, Cork, Galway y Derry. Desde 2012 es jurado del Premio Centro per la Nuova Poesia d’Autore (Premio Centro por la nueva poesía de Autor, que se celebra en Chia (Soriano nel Cimino) en los lugares de Pier Paolo Pasolini.6

viernes, 14 de diciembre de 2018

Leer gratis "Antología Abierta (1983-2015) en Calaméo, del poeta Ramón Palmera


"Antología abierta" contiene poemas de varias épocas del poeta  Ramón Palmeral, quien ha sido finalista en variso premios imporantes de poesía, y fue ganador del primer premio de poesía del Colegio de Enfemería de Alicante en 2014. Form parte de la Antología Cantigas de poetas de Ciudad Real.
Poeta manchego, afincado en Alicante desde 1990.  Ha colaborado en la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela. Es socio de honor del Museo del Mar de Santa Pola



El libro también se vende impreso en LULU


"Bocadillo de balas" es un poemario facsímil de los poemas primeros sobre 1983


El título de "Bocadillo de balas" se debe a unos años duras que pasé en el castillo de San José de Almería, un antiguo castillo sobre un acantilado en la punta un cabo, donde en lugar de un castillo debio haber un faro. San José es hoy un pubelo residencia, pero en alos años 80 eran 4 vecinos. Bello pueblo, pero ingabitable por su soledad a merced de los vientos y temporales marítimos. Además yo venía del Norte donde tuve una experiencias muy esagradables, duras, como un "bocadillo de balas" es decir incomible e indigeribles. Estos poemas se escribieron entre 1980 y 1985, en su día no se publicáron por cuestiones económicas, y no tener una editorial.

Ramón Palmeral, poeta


domingo, 9 de diciembre de 2018

Revista de libros RDL



Rafael Narbona - VIAJE A SIRACUSA Cantando bajo la lluvia (Singin’ in the Rain) ha pasado a la historia como uno de los musicales más optimistas y luminosos de Hollywood, pero su rodaje constituyó un verdadero infierno, donde un perfeccionista Gene Kelly exigió esfuerzos sobrehumanos a Debbie Reynolds y Donald O’Connor, que años más tarde evocarían sus escenas como una de las experiencias más difíciles de sus vidas. O’Connor necesitó una semana de reposo después de sus célebres acrobacias en «Make ’em Laugh» y Reynolds acabó con los pies ensangrentados tras repetir hasta ocho veces la coreografía de «Good Morning».
Dirigida por Gene Kelly y Stanley Donen, Cantando bajo la lluvia narra las penalidades de un productor y un grupo de estrellas durante la transición del cine mudo al cine sonoro. Ambientada en Los Ángeles, la acción discurre en 1927, una época en la que Hollywood encarna el glamur y la vitalidad de los felices años veinte, rebosantes de ingenio, sofisticación y excesos. 
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La arquitectura japonesa
Rodrigo de Vivero - DE UN EXTREMO A OTRO El jardín Sankei-en, en Yokohama, es uno de los sitios más bonitos en el área metropolitana de Tokio. Fue mandado construir a principios del siglo XX por Sankei Hara, un rico comerciante de seda que hizo fortuna a finales de la Era Meiji. Él mismo diseñó el terreno, con jardines de varios tipos, lagos, fuentes, linternas de piedra y un buen numero de construcciones, de nueva planta, algunas, y otras mandadas traer de Tokio, Kioto, Kamakura, Wakayama y Gifu. Un sitio maravilloso para pasear a finales de noviembre, cuando los colores de otoño están en su apogeo.
Las dos construcciones más notables son la casa Yanohara, construida durante el período Edo por una familia acomodada de Shirakawa-go en el tradicional estilo gassho-zukuri (tejados muy verticales de paja) de esa región; y la importante pagoda de tres pisos del antiguo templo Tomyo-ji, levantado cerca de Tokio a mediados del siglo XV, durante el período Muromachi. En su emplazamiento actual, es la más antigua pagoda de madera en torno a Tokio.
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La moda paleolítica (I)
Manuel Arias Maldonado - TORRE DE MARFIL Una de las noticias más chocantes de las últimas semanas ha sido la muerte a flechazos de John Allen Chau, misionero estadounidense que por alguna razón había asumido la tarea de evangelizar a los aborígenes de la isla de North Sentinel, en la Bahía de Bengala. Y su violenta desaparición remite, siquiera sea de manera indirecta, a una de las ideas más singulares de nuestro tiempo: la de que vivíamos mejor en el Paleolítico y no hemos hecho sino degenerar irremediablemente desde entonces.
Quizá fue el historiador medioambiental Jared Diamond quien pusiera por primera vez sobre la mesa abiertamente la tesis según la cual la Revolución Neolítica, que trajo consigo la agricultura intensiva en los inicios del Holoceno, había sido «el peor error de la historia humana». 
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Charles Chaplin: tres imágenes del siglo XX
Rafael Narbona - VIAJE A SIRACUSA ¿Puede condensarse el siglo XX en tres imágenes? Parece una tarea imposible, pero el genio de Charles Chaplin lo consiguió en tres secuencias memorables, componiendo un retablo de celuloide sobre el Hambre, el Amor y la Libertad. La primera se encuentra en La quimera del oro (1925), cuando un Chaplin torturado por el hambre cocina una bota en una sartén. Atraído por la fiebre del oro, el famoso vagabundo ha buscado refugio en una casa ruinosa levantada en Klondike, una región del territorio del Yukón, en el noroeste de Canadá, cerca de la frontera con Alaska. En el exterior, una tormenta de nieve sopla sin cesar. La mala suerte ha querido que el inofensivo y pintoresco vagabundo se haya colado sin saberlo en la madriguera de un fornido asesino con aspecto de ogro. Con su dulzura habitual, el vagabundo prepara la cena en una sartén. Comprueba con el tenedor que la bota haya adquirido el punto ideal, limpia con mimo el plato que le extiende su siniestro acompañante, afila los cubiertos con habilidad de gourmet, extrae los cordones como si fueran dos espaguetis y divide en dos el manjar. 
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Del mal, el menos (y II)
Rafael Núñez Florencio - MORIRSE DE RISA Camilo José Cela popularizó una frase que operaba también en su caso como consigna de vida: «El que resiste, gana». Ya dije en la entrada anterior de este blog que encontrar un denominador común al refranero era tarea ímproba, por no decir inútil, dada la heterogeneidad de los refranes y la contraposición entre unos y otros. No obstante, si nos empeñásemos en encontrar algunas notas distintivas, es decir, algunos rasgos que pudieran aplicarse sin mucho retorcimiento a todos o la inmensa mayoría de los refranes, este de la resistencia sería sin duda, al menos en mi opinión, uno de los más importantes. La mayor parte de los refranes acusan o traslucen esa voluntad de resistir a toda costa frente a las contingencias de la vida. Por eso, sobre todo desde la perspectiva actual, nos sorprende su dureza o, mejor incluso, su rudeza, rayana en la crueldad. Cuando de sobrevivir se trata, no tienen sentido los miramientos: «Cada uno quiere llevar el agua a su molino y dejar en seco al del vecino». Y si estás en el lado de la vida menos agraciado, es decir, si eres pobre o débil, no esperes clemencia de nadie: «Tiene el pobre la desgracia del cabrito, o morir cuando chiquito o llegar a ser cabrón».
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Radiografía del patriota
Manuel Arias Maldonado - TORRE DE MARFIL Durante la reciente conmemoración del fin de la Gran Guerra, que congregó en París a líderes de todo el mundo, no faltó quien recordase ‒en la consabida pieza periodística sobre las películas dedicadas al conflicto‒ el retrato de la guerra de trincheras que hiciese Stanley Kubrick en Senderos de gloria (1957): un título lleno de ironía, pues esos caminos sólo conducían a la muerte de unos soldados que combatían sin esperanza. Menos citada es Rey y patria (1964), de Joseph Losey, que se ocupa, no obstante, del mismo problema cuando relata el juicio por alta traición contra un soldado que ha desertado de su regimiento. En ambos casos se plantean preguntas incómodas sobre el patriotismo y su relación con el nacionalismo: ¿es un buen patriota quien entrega su vida a la nación al margen de las circunstancias o, por el contrario, lo será quien sepa elevarse por encima de esas circunstancias para exigir a su patria lealtad a los ideales democráticos o el más elemental respeto a la dignidad humana?
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Buster Keaton: El héroe del río
Rafael Narbona - VIAJE A SIRACUSA Cuando en Cantando bajo la lluvia (Gene Kelly-Stanley Donen, 1952) el productor R. F. Simpson (Millard Mitchell) proyecta en su mansión unos breves minutos de cine sonoro ‒un prodigio inesperado en un Hollywood con grandes estrellas que hasta entonces nunca se habían planteado el reto de añadir su voz a unas interpretaciones afectadas y barrocas‒, una actriz con aspecto de vampiresa exclama despechada: «¡Vulgar, insufriblemente vulgar!» Su aristocrático desdén no frenará el vertiginoso avance del cine sonoro, que expulsará a los grandes divos y divas de su paraíso de celuloide. De joven, no prestaba demasiada atención a esta escena, pues el cine mudo no me decía gran cosa. Ahora, en cambio, creo que la actriz tenía cierta razón. No puedo despreciar el cine sonoro, pues sus años dorados me han regalado –y siguen regalándome‒ momentos inolvidables, pero el cine mudo me parece más delicado, más poético. Hace unos días, volví a ver El héroe del río (Steamboat Bill, Jr., 1928), una película deliciosa interpretada y dirigida por Buster Keaton. 
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De entre los muertos: el otro lado de Welles (y II)
Manuel Arias Maldonado - TORRE DE MARFIL Veníamos diciendo que la película inacabada de Welles, El otro lado del viento, presentada por fin al público en una versión reconstruida por un competente equipo de colaboradores, no trata temas menores: de la muerte de Hollywood a la muerte del macho, pasando por la amistad traicionada. Jonathan Rosenbaum ha hablado de una película «feminista» que tiene más que decir a nuestro tiempo de lo que tenía que decir al suyo, es decir, a la segunda mitad de la década de los setenta. Puede ser: vayamos por partes.
Al igual que Welles, el protagonista de El otro lado del viento ‒ese veterano director, Jake Hannaford, al que interpreta un John Huston quizá demasiado cercano al modelo‒ ha regresado de Europa en busca de nuevas oportunidades en un Hollywood súbitamente abierto al auteur
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Malos de película
Rafael Narbona - VIAJE A SIRACUSA No me gustan los canallas del mundo real. Jamás he comprendido la fascinación que despertaba Charles Manson, con su mirada de trasgo maléfico y su esvástica tatuada en la frente. En cambio, me gustan los malos de película, particularmente cuando su perversidad roza lo grotesco e inverosímil. Me encanta Lee Marvin en Los sobornados (Fritz Lang, 1953), interpretando a Vince Stone, un gánster fanfarrón, sádico y hortera. La escena en que arroja café hirviendo sobre la cara de la hermosa Debby (Gloria Grahame) constituye uno de los momentos más sobrecogedores de la historia del cine negro. El talento y la sensibilidad de Lang nos ahorran el horror explícito. Sólo vemos la cara enloquecida del gánster, la cafetera hirviendo y, poco después, a Debby chillando, con el rostro enterrado en las manos. El instante en que se consuma la cobarde agresión acontece fuera de campo. Si Lang hubiera optado por lo explícito, el terror se habría mezclado con el asco, menoscabando el efecto dramático. 
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Del mal, el menos (I)
Rafael Núñez Florencio - MORIRSE DE RISA Los españoles mantenemos con el refranero una relación curiosa, que no sería muy exagerado llamar de atracción-rechazo, es decir, de amor-odio. Por un lado, el refrán genera un cierto fastidio: ¡vaya, hombre, las frases hechas, los tópicos! Por otro lado, ¿quién no ha acudido en algún momento en una discusión o incluso en una conferencia a echar mano de un refrán como puntualización socorrida y contundente? Es verdad que este recurso al refranero está descendiendo a una velocidad desconcertante, como tantas otras cosas. Ya para los de mi generación el refranero había perdido gran parte de su virtualidad. Sobre todo para quienes, aun siendo de pueblo, nos hemos educado en una cultura urbana y luego hemos vivido en grandes ciudades. Para nosotros, el inabarcable mundo de los refranes había quedado acotado a no más de unas decenas –seguro que no llegaban al centenar‒ de sentencias, las más afortunadas, las que habían sobrevivido por las razones que fuesen, más o menos explicables, a la transformación social y cultural de las últimas décadas (en el caso de España, desde mediados del siglo XX). 
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viernes, 7 de diciembre de 2018

Página 28. Libro "Filosofía del Anhelo" de José Antonio Suárez

ha dado en la Historia una más baja forma de idolatría humana. Un hombre así no merece la pena de existir. El hombre por su arte, su bondad, su ciencia, su saber, su amor, se hace digno de la eternidad. Pero cuando degenera en mero especulador (por esta parte infrahumana, más baja e inferior que la animal) no merece más que el desprecio, condenado a morir, porque nada hay en él digno de conservarse para una existencia superior. A los hombres, deberíamos aprender, como norma de vida social, a medirlos por su espíritu como Dios lo hizo. De lo contrario, somos injustos con el Creador y con el hombre.

Cierto es que estamos asistiendo a una revolución lenta de todas las formas de pensar que originan un nuevo modo de sentir y de estimar al hombre. El Renacimiento ha llevado al hombre, en un esfuerzo científico enorme, a pretender someter la naturaleza a su voluntad. Pero, inconsecuente y falazmente, ha supervalorado sus creaciones por encima del individuo que las crea. Ha pretendido afirmar la técnica sobre la cultura. El materialismo es hoy un mal pernicioso que aqueja a aquellos que, bajo un espiritualismo superficial, tratan de defenderse de él. Hoy priva el concepto de masa sobre la individualidad creadora; la sociedad sobre el individuo. Y ésto no solamente es un error, sino una injusticia. Ante todo, el hombre. Nada hay en el mundo que pueda exigir su propio sacrificio. La vida es el valor óntico supremo. Cualquier otro valor ha de estar supeditado, en una estimativa lógica, a la vida. Pero la vida es esencialmente conciencia, libertad, amor, dignidad; y tiene una finalidad espiritual a la que ha de estar-subordinado todo: economía, ciencia, política, arte. Una nueva forma de vida ha de surgir, un nuevo Renacimiento que preanuncia una literatura angustiosa y anhelante; pero un Renacimiento moral. La inversión de los valores ha originado todos cuantos males padecemos en la época actual, donde se afirma la prioridad del espíritu; pero, con práctica inconsecuencia, se superestiman todas las formas inferiores del vivir. Es preciso proceder a una revisión crítica de los valores humanos y establecerlo sobre una jerarquía óntica natural. Y, claro está, dentro de este rango jerárquico, ocuparán un puesto superior las individualidades creadoras. La economía y la moral tienen su más adecuada expresión en el trabajo.

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Sinopsis:
FILOSOFIA DEL ANHELO (ENSAYOS) Estos breves ensayos de José Antonio Suárez tienen su origen en su libro Mortal Eterno, publicado en Oviedo en los años cincuenta bajo el  seudónimo de Antonio Víctor, que la crítica consideró como una metafísica personal dimanante de una poesía fenomenológica. Constituyen, pues, incisivos intentos de penetrar en el misterio existencial partiendo de una interrogación ontológica: ¿por qué el hombre se pregunta por algo que llamamos ser? La respuesta la encontró  en el anhelo que, como órgano intencional, queda definido como una aspiración al Ser y al Valor. Mas allá del amor a la verdad en que consiste la filosofía, el anhelo se extiende al universo platónico de la belleza, del bien, del ideal, de la vida, de la inmortalidad, de Dios. Por el anhelo, el hombre se abre al infinito.
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Este libro no está digitaliazado

Publiado por el Instituto Juan Gil Albert de Alicante 2001, y en ECU 2008

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José Antonio Suárez filósofo y gran poeta asturiano que residió en Alicante
FILOSOFÍA DEL ANHELO (ENSAYOS) por José Antonio Suárez

Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, 2001
Alicante


Estos breves ensayos de José Antonio Suárez tienen su origen en su libro Mortal Eterno, publicado en Oviedo por los años cincuenta bajo el seudónimo de Antonio Víctor, que la crítica consideró como una metafísica personal dimanante de una poesía fenomenològica.

Constituyen, pues, incisivos intentos de penetrar en el misterio existencial partiendo de una interrogación ontològica: ¿por qué el hombre se pregunta por algo que llamamos ser? La respuesta la encontró en el anhelo que, como órgano intencional, queda definido como una aspiración al ser y al valor.

Más allá del amor a la verdad en que consiste la filosofía, el anhelo se extiende al universo platónico de la belleza, del bien, del ideal, de la vida, de la inmortalidad, de Dios. Por el anhelo, el hombre se abre al infinito.
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La actitud poética

La actitud filosófica se muestra en la búsqueda de la verdad, mientras la actitud poética solo liene en cuenta los estados de sentimiento que la realidad produce en el hombre como consecuencia de su estar en el mundo. Así, cuando el filósofo trata de comunicarnos algo, lo hace, pensando en la veracidad de su aserción, ante la que el poeta se inhibe, ajeno al carácter existencial de su testimonio y preocupado tan solo en comunicarnos su auténtica vivencia. Por ello la poesía desprecia el tópico, se evade al prejuicio, crea imágenes y renueva vocablos, porque tiene muy en cuenta la situación singular de cada hombre. Su contacto con las cosas se verifica en forma distinta y, como si se realizase por vez primera. La actitud poética es profundamente vital, comprometida y colmada por una pasión básica y un anhelo infinito. Sobre el estado de contemplación filosófica, priva en el poeta la simpatía y la compenetración con la realidad. Mientras el filósofo busca deliberadamente la distancia entre el objeto y él, el poeta ama los objetos hasta el punto de una aproximación sensual. En filosofía es necesario una actitud sosegada, meditativa, mientras la poesía surge como de un ímpetu que se adscribe al estro o fuego lírico. Por lo que su estilo es emocional e imaginativo. Muy distinto de la expresión filosófica, convincente y racional. Ello tiene su fundamento en el hecho de que la filosofía se basa en la razón y en la objetividad, mientras la poesía, se cosfisa en libertad y la subjetividad.  

Fenomenológicamente cabe hacer esta distinción. Los hechos pueden ser considerados desde el punto de vista de la sensación, del pensamiento o del sentimiento. En el caso de la poesía se confunden los fenómenos externos e internos como propios, fuera de la objetividad y la subjetividad, del espacio y del tiempo, en una especie de comunión cósmica. El poeta participará de los fenómenos mismos, los hará suyos en impresiones rápidas. No le importará romper el orden espacio-temporal en que se anclan los objetos. Hablará del río —que en el filósofo y el físico se encontrará a distancia mensurable— como si estuviera fuera o dentro de él, según los estados de su ánimo. Heráclito se fijará en el devenir. Jorge Manrique en el fluir de nuestra vida. Hay siempre en el poeta una actitud de aventura y de riesgo en su salida hacia las cosas, una constante memoria para el futuro y el olvido, para lo fugaz y perentorio. Recordar, añorar, desear, son los verbos que se conjugan en la gramática lírica, mientras en la filosofía, que toca las entrañas de la necesidad racional, busca la sustantivación de todo. El mundo del poeta surge como un puro hecho de la libertad, más que la razón vale en él la pasión y la gracia, el impulso anhelante.

pp-40-41

...........................concluisones.
Distingue Suárez entre la filosofía como búsqueda de la verdad desnuda por medio de la razón objetiva del pensamiento; y la Poesía como libertad creativa, subjetiva, como sentimientos y emociones. Sin embargo, las dos mitades del pensamiento (filosofía y poesia) como ya dijera también María Zambrano, forman el ser. 


PALABRAS CLAVES:
filosofía
poesía
verdad dsnuda
liberdad
subjetividad
pasíon
impulso anhelante

Biografía de Fernando Rielo Pardal (Madrid 1923-Nueva Yor 2004)

Sobre Fernando Rielo




Biografía


Fernando Rielo Pardal nació en Madrid el 28 de agosto de 1923.Fallece en Nueva York el 6 de diciembre de 2004, donde residía desde 1988 por especial asistencia médica,con algunos colaboradores de su Escuela Idente. Doctor Honoris Causa por la Universidad de Loja, Miembro de la “Academia Norteamericana de la Lengua Española” y del “Centro Internacional de Estudios Hispánicos”, Fernando Rielo se caracteriza, además de poseer un sistema propio de pensamiento, por su extraordinaria creatividad religiosa y civil.
Funda en 1959 un Instituto religioso, Misioneros Identes, al que imprime en pocos años una gran proyección internacional creando unos setenta centros en veinticinco países.
En la década de los setenta y comienzos de los ochenta, funda, asimismo, varios organismos culturales y humanitarios: la Escuela Idente, que, como Instituto Superior de Ciencias y Letras, tiene establecidos convenios con diversas universidades extranjeras; la Fundación Fernando Rielo, que se irradia internacionalmente por medio de su Premio Mundial de Poesía Mística, con el Premio Estanislao Polonus para hispanistas universitarios en Polonia, con la publicación de la revista plurilingüe de poesía, ensayo y crítica literaria, Equivalencias, y con la creación de las aulas de Pensamiento, Poesía y Literatura, Pedagogía, Teología y Música, colaborando con varias universidades y centros de cultura e investigación.
 
Entre otras fundaciones civiles de Fernando Rielo, hay que destacar, por su incidencia en el mundo universitario: la Juventud Idente, que pretende unir en los más altos ideales culturales y morales a jóvenes de distintos países, razas y creencias, para formación de un Parlamento Universal de la Juventud;la Fundación Idente de Estudios e investigación que tiene como mision específica el diálogo con el mundo intelectual, la Cátedra de Lengua, Literatura y Pensamiento español, en la Universidad de Filipinas para difusión de la cultura hispánica.
Otro de los rasgos humanitarios de Fernando Rielo se refleja también en fundaciones dedicadas a la atención médica: la Asociación Sanitaria Fernando Rielo, establecida en Roma para dedicación, en colaboración con Cáritas Internacional, a la asistencia médica y civil de los inmigrantes, y la Escuela biomédica Fernando Rielo para postgraduados en el campo de la práctica e investigación médicas.
La creatividad cultural de F. Rielo se basa, fundamentalmente, en sus meditaciones metafísicas, teológicas, literarias y, en general, sobre filosofía de la ciencia. Estas meditaciones, que responden a la profundización, bajo todos sus ámbitos, de su concepción genética del principio de relación, atañen al estudio del ser, de la historia y de la vida, y las causas de sus disgenesias ontológicas, morales, sociales, biológicas. Parte de este pensamiento se halla difundido en numerosas conferencias impartidas en organismos internacionales como la ONU, la OEA y la UNESCO; en universidades de los Estados Unidos como Georgetown University, The Catholic University of America, Martin Luther King Memorial Library (Washington); Saint John’s University, LaGuardia University, The Roosevelt House, Fordham University (Nueva York); Villanova University (Philadelphia), etc., y en otras universidades y centros culturales de Hispanoamérica, Francia, Italia y España. Resumimos algunos títulos de estas conferencias: “Definición mística del hombre”, “Teoría estética”, “Mística concepción de la lengua española”, “Concepción genética del infinito”, “Plateresco, mensaje inédito”, “Ser y verdad”, “San Agustín y Fray Luis de León”, “Discurso sobre las relaciones culturales hispanopolacas”, “Experiencia mística y lenguaje”, “El Quijote límite”, “Esencia mística del Quijote en texto comparado con San Juan de la Cruz”…
Su nada despreciable bibliografía editada y traducida a varios idiomas viene respaldada, además, por su ingente material inédito elaborado durante más de treinta años en colaboración con la Escuela Idente y la Fundación que lleva su nombre, en las que tiene depositado este material. La temática vertida en estos manuscritos se refiere, especialmente, a los siguientes títulos: “Concepción genética de la Metafísica y de la Ontología”, “Metafísica matemática”, “Metodología del discurso metafísico”, “Teología metafísica”, “Teología mística”, “Teología física”, “Concepción genética de la Lógica y de la Epistemología”, “Las carencias de sentido del seudoprincipio de identidad”, “Concepción genética de la Estética”, “Filosofía de la Ciencia”, “Concepción genética de la Sociología y de la Historia”, “Crítica de los sistemas filosóficos”, “Concepción genética de la Ética”, “Concepción genética de la Pedagogía”, “Concepción genética del Sicoanálisis”, “Concepción genética de la Política y del Derecho”, “Teoría sicoética”…
Fue la Crítica de la razón pura de Kant lo que le despertó, siendo todavía adolescente, su afición por la filosofía y el ensayo, y fue también la lectura y recitación de Bécquer lo que le llevaría, años más tarde, a comunicar su experiencia por medio de la expresión poética.


Pensamiento


El pensamiento rieliano, marcado por su actividad intelectual y literaria, representa el intento de un nuevo modelo metafísico, consistente en la concepción genética, dentro del “ser +”, del principio de relación. Este modelo es, rechazado el seudoprincipio de identidad y excluido el campo fenoménico, el supuesto de una mística u ontología que tiene, a su vez, por objeto la actuación ad extra en el ser humano de este principio genético.
El “ser” de Rielo, con la grafía “+”, nada tiene que ver con el “ser más” teilhardiano o su contraposición al “tener más” traído de aquí y de allá, en diversos autores contemporáneos. El “ser +” es, sencillamente, un símbolo que indica la ruptura de la identidad “ser es ser” en tal grado que éste se revela constituido en relación genética, no de estructuras, formas, generalidades o abstracciones, sino de singulares seres personales que, en inmanente complementariedad intrínseca, se erigen en único Sujeto Absoluto.
Al hablar del concepto “absoluto”, F. Rielo hace distinción entre dos verbos o sustantivos: absolutizar o absolutización y absolutivar o absolutivación. Toda absolutización, resultado de la tendencia tautologizante de la inteligencia humana, es un constructo identitático, un éidolon, un ídolo o simulacro, que, separado de la realidad del único Absoluto singular, tiene por seudorreferente un abstracto en el que se autoafirma el yo intelectual del ser humano. Esta autoafirmación identitática es degradación de la genética acción absolutivante de una inteligencia humana que, abierta a su Absoluto, puede construir con el Absoluto conceptos “bien formados”. Estos supuestos vienen confirmados por dos ejemplos: si nos referimos a la absolutización, la búsqueda de nuestra propia identidad “yo soy yo” nos conduce, haciendo de nuestro yo un seudoabsoluto cerrado, a la despersonalización; si nos referimos a la absolutivación, la búsqueda de algo + que yo conduce, por genética unión con el Absoluto, a nuestra mística personalidad. De aquí deduce Rielo que nuestra inteligencia es, supuesta la creación de ésta, mística u ontológica inteligencia de la divina o metafísica inteligencia. La razón es sencilla: la inteligencia humana, siendo imagen de la inteligencia divina, es un absolutivo del Absoluto. Para el Fundador de la Escuela Idente, lo Absoluto no es, como afirman algunos autores, una noción tautológica: “lo Absoluto es lo Absoluto”. La noción “bien formada” del Absoluto consiste –”elevado a absoluto” el concepto de relación, rota la identidad y excluido el campo fenomenológico– en un Sujeto Absoluto constituido: en el ámbito intelectual o dianoético, por dos y sólo dos seres personales en inmanente complementariedad intrínseca; en el ámbito revelado o hipernoético, por tres y sólo tres seres personales en inmanente complementariedad intrínseca.
Todos los sistemas filosóficos proceden por “elevación a absoluto”. Un caso que sirve de ejemplo explícito es el “yo” de Fitchte: el resultado de su elevación a absoluto es la tautologización “yo es yo”. Este hecho es consecuencia de un mal proceder, pues la “elevación a absoluto” debe ser también un concepto “bien formado”, en caso contrario, se incurre, según Rielo, en la oblicuidad o desviación propias de los absurdos ocasionados por el reduccionismo agenético de la abstracción de algo que parece servir de axioma o principio absoluto: un objeto material [agua, fuego, aire], un hecho de evidencia [movimiento, devenir], una acción totalizante [ser, pensar, existir, vivir], un concepto expresivo [idea, sustancia, yo, realidad]. Estos axiomas, fundantes de un supuesto sistema, necesariamente debían, con el objeto de cerrar el paso a una petitio principii, tautologizarse: agua es agua con la exclusión de la no-agua, ser es ser con la exclusión del no-ser, yo es yo con la exclusión del no-yo. La consecuencia de esta tautologización, resultado necesario de llevar a límite el proceder abstractivo, ha sido una constante insoslayable en todas las filosofías con vocación metafísica: rendir culto intelectual a un seudoprincipio de identidad que se transforma él mismo en su propia petitio principii.
No hay aproximación de la concepción zubiriana de la inteligencia sentiente con la forma genética de la intelección rieliana cuyo proceder es actuar por elevación de una noción a absoluto, en tal grado que no pueda haber otra que, superior a ésta, dé explicación de la realidad. Este actuar genético es una potestas intelligentiae que posee el hombre para justificar la unidad de sentido frente al caos de los datos de experiencia y para dar dirección y ordenamiento a su propio ser personal que, genéticamente abierto a la transcendencia de un Sujeto Absoluto de carácter singular, no puede, sin incurrir en profundas y múltiples “disgenesias del yo”, definirse “ser para sí”, ni “ser en sí”, ni “ser para el mundo”, ni “ser en el mundo”, o expresiones semejantes. [Cfr. La persona no es ser para sí ni para el mundo (1992)].




Pensamiento


En su estudio Tratamiento sicoético en la educación (1996), Ferando Rielo habla de estas disgenesias al concebir el ego como proyección en la sique de los estados “disgenésicos” del yo: a) de orden síquico, las relacionadas con la egofrenia, que es estado agresivo o depresivo reductor de la capacidad de amorosa donación al otro convirtiéndolo, mental y afectivamente, en el objeto de transferencia y proyección de las propias anomalías; b) de orden moral, las relacionadas con el egoísmo, que es estado de un individuo que, aunque capaz de algunos actos generosos, pone su yo como centro de interés en detrimento del otro; c) de orden ontológico, las relacionadas con la egolatría, que es estado agresivo o depresivo de un individuo que, centrando todo hacia sí, encuentra su razón de ser en el culto a su personalidad.
Fernando RieloToda la problemática que arroja la historia del pensamiento tiene, para Rielo, su origen en aquel proceder tautologizante que arroja el seudoprincipio de identidad inoculado en el tó ón ésti griego, en “el ser es” parmenídico, con el que se inicia una metafísica inmóvil, insustancial, estéril. La fruta prohibida, que saboreó con Parménides el absolutizante pensar filosófico de todos los sistemas del pensamiento, se pudrió en la fórmula “el ser es el ser y el no-ser es el no-ser” del seudoprincipio de identidad con sus carentes de sentido sintáctico, semántico y metafísico: sintáctico, porque el functor monádico [“es”], mutándose en una seudoestructura oracional, hace incapaz la comunicación de un supuesto lenguaje cuya lectura se reduzca a la identidad; semántico, porque, supuesta la destrucción sintáctica, toda fórmula identitática, portando la misma validez la afirmación que la negación, queda vacía de contenido; metafísico, porque la identidad, pretendiendo evitar la petitio principii, se transforma a sí misma en la propia petitio principii en tal grado que la identidad nunca puede alcanzar a su propia identidad.
Este seudoprincipio de identidad es un antivectorial que, carente de dirección y sentido, el Fundador de la Escuela Idente denomina: per degradationem libertatis, “pecado original de la religión”; per degradationem intelligentiae, “pecado original de la metafísica”. Si nos referimos al pecado original de la inteligencia, transmitido históricamente por la fórmula parmenídica, éste ha contaminado el episodio de la reflexión filosófica en tal grado que, a pesar de destacados intentos por arrojar de sí sus inevitables contradicciones y carencias de sentido, ninguna filosofía –incluso las de carácter dialéctico que creen rechazarlo– parece haberse librado de tal lacra identitática. Ésta es la razón por la que toda noción que, elevada a absoluto, ha intentado constituirse en fundamento interpretativo, ha quedado “mal formada” proporcionándonos una visión estrábica de la realidad. Y es que, cuando el actuar humano se produce en cohabitación con la identidad, ésta le inocula su propia disgenesia portadora de contravalores susceptibles de desarrollar diferentes males: el error, la deformación, la desunión, el desamor, el enfrentamiento, la decadencia, la destrucción… se activan o se solapan en toda afirmación identitática.
Este descalabro de la metafísica histórica anuncia, con la concepción genética del principio de relación de Fernando Rielo, una nueva forma de concebir la filosofía: el giro místico o teándrico de la ontología rieliana, con el supuesto de la concepción genética de su metafísica, frente a los tres paradigmas que, sucediéndose e interfiriéndose entre sí, han aportado, según él, una visión sesgada de la realidad: paradigma teocéntrico, donde destaca el panteos con negación del ser humano; paradigma antropocéntrico, donde domina el panántropos con negación de Dios; paradigma morfocéntrico, donde prevalece el panmorfos con negación de Dios y del ser humano.

El inquietum cor agustiniano no posee límite, por eso –si no quiere ir a la deriva– tiene necesidad de un referente transcendental que le defina y le convenza de qué estirpe es. Y es el reconocimiento de esta indigencia existencial lo que proporciona al ser humano el inicio de una visión “bien formada”. Esta visio formata puede hacerse con la concepción genética del principio de relación porque halla su poder fundante en ese mismo principio que transmite a la inteligencia aquella lectura genética que la inclina a actuar con las características propias que se dicen del vector: intensidad, dirección y sentido. Hay que precisar que el término “genético” es, en el pensamiento de F. Rielo, un concepto abierto que, significando “transmisión hereditaria de valores”, se refiere per communicationem et non per analogiam, no sólo al ámbito biológico, sino también, al sicológico, moral, ontológico, metafísico.

De este modo, si nos referimos al carácter ontológico del comportamiento genético, éste es el indicio evidente de que el ser humano es un absolutivo singular que, procediendo del Absoluto singular, recibe de éste el patrimonio genético que, formándole a su imagen y semejanza, da razón inconfundible de su origen y destino. La concepción genética del principio de relación tiene, entonces, dos ámbitos: general, de carácter racional; específico, de carácter revelado.