POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

martes, 28 de febrero de 2017

El poeta y escritor Luis García Montero, hijo predilecto de Andalucía, 2017, 28 de febrero





Luis García Montero (Granada, 1958), poeta, ensayista y novelista, es uno de los máximos representantes de la llamada Poesía de la Experiencia. Medalla de Oro de Andalucía en 2001, profesor honorario y académico ilustre de la Universidad de Mar del Plata, ha obtenido, entre otros galardones, los premios Adonais (1982), Loewe de Poesía (1993), Nacional de la Crítica (2003), de la Crítica de Andalucía (2008), Poetas del Mundo Latino (2010) o el Nacional de Poesía (1994), este último por su obra ‘Habitaciones separadas’.

Hijo de Luis García López y Elisa Montero Peña, cursó sus primeros estudios en el colegio de los Padres Escolapios de Granada, entre 1962 y 1976. En ese año, coincidiendo con el inicio de su carrera universitaria en la Facultad de Filología Hispánica, conoció a Blas de Otero, uno de los principales referentes de la poesía social. Apenas tres años después vio la luz su primer libro, por el que recibió el Premio de Poesía Federico García Lorca de la Universidad de Granada. En esta institución desarrolla desde 1981 su trayectoria profesional, primero como profesor asociado de Literatura Española, después como profesor titular (1987) y desde 2000 como catedrático.
García Montero consiguió el doctorado en 1985 con la tesis ‘La norma y los estilos en la poesía de Rafael Alberti’, autor con el que mantuvo una estrecha amistad y del que preparó la edición de su ‘Poesía Completa’. La obra poética del autor granadino, caracterizada por el protagonismo de la experiencia colectiva, alejada de la individualidad estilística y temática, es definida por Octavio Paz como “de la vida, que trata de explorar la realidad de todos los días, que colinda con lo maravilloso y lo cotidiano”. Firme su voz, apegado a la calle, de su trabajo dice su compañera, la autora Almudena Grandes, que “es limpia y es honda”, “fácil de entrar” y “difícil de salir”.

Convencido de que la literatura, como herramienta transformadora, puede cambiar la sensibilidad de un individuo y crear conciencia crítica, en García Montero convive el compromiso literario con la responsabilidad social. Militante del Partido Comunista de España y, posteriormente, de Izquierda Unida, fue en las listas de esta formación en las elecciones europeas de 2004 y como candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en 2015.

Padre de tres hijos, en su haber aparecen libros de poesía como ‘Tristia’ (1982); ‘El jardín extranjero’ (1983); ‘Diario cómplice’ (1987); ‘Las flores del frío’ (1991); ‘Habitaciones separadas’ (1994), ‘Vista cansada’ o ‘Un invierno propio”, y también de prosa, como ‘Luna en el sur’ (1992). En la faceta de crítico literario y ensayista destacan sus ‘Historia íntima de la poesía’, ‘Cuartel de invierno’, ‘Confesiones poéticas’, ‘El realismo singular’ y, en colaboración con Antonio Muñoz Molina, ‘¿Por qué no es útil la literatura?’. García Montero, Medalla de Oro de la Ciudad de Granada (2003), es también adaptador teatral, novelista (‘No me cuentes tu vida’ o ‘Alguien dice tu nombre’) y colaborador de medios de comunicación como El País, Radio Nacional de España, Canal Sur Radio, Público o Cadena SER.

Charlie Arnaiz y Alberto Ortega estrenaron en 2016 la película documental ‘Aunque tú no lo sepas. La poesía de Luis García Montero’, una aproximación a su vida y obra.

 Desde 1994 comparte su vida con la escritora Almudena Grandes. Tiene tres hijos.

Charles Simic - Descripción de una cosa perdida

Charles Simic - Descripción de una cosa perdida



Descripción de una cosa perdida
Nunca tuvo un nombre
Ni me acuerdo cómo lo encontré.
Lo llevé en mi bolsillo
Como un botón salido,
Sólo que no era un botón.
Películas de terror,
Cafés abiertos toda la noche,
Baños oscuros
Y salones de pool
En calles resbalosas por la lluvia.
Tuvo una vida tranquila y sin tacha
Como una sombra en un sueño,
Un ángel en la pared,
Y luego desapareció.
Los años pasaron con su fila
de estaciones sin nombre.
Hasta que alguien me dijo ¡esto es!
Y como el tonto que soy,
Me bajé en un andén vacío
Sin ningún pueblo a la vista.
Versión de Tom Maver
 

Varios poemas de John Bergen.

POEMAS DE JOHN BERGER



PALABRAS MIGRANTES

En un hoyo en la tierra
enterré todos los acentos
de mi lengua natal
ahí yacen
como agujas de pino
que juntaron las hormigas
puede que un día 
el llanto vacilante
de otro viajero 
los encienda
y así, con su abrigo y consuelo
oiga toda la noche la verdad 
como una canción de cuna.


PARTIDAS

Se fueron las visitas más alegres 
Los muebles verdes están tumbados,
la luz sin sombra tolera
la escarcha negra en las ventanas.
Donde amantes y hierba
gastaron su semilla
sobre las grietas del hierro
el hielo tiende ahora las camas.
Pero no te entregues a la pena.
El ojo de ratón del petirrojo,
el silencio insidioso
y estos versos prudentes
con sus rodeos
son testigos mudos
del incesante
arriendo del hombre.



NACIMIENTO: 5/11/26

Más rojas cada día
las hojas de los perales.
Díganme qué sangra.
No es el verano
porque el verano se fue pronto.
No es el pueblo
porque aunque anda borracho por la ruta
no se cayó.
No es mi corazón
porque mi corazón ya no sangra 
más que la flor de la árnica.

Nadie se murió este mes
ni tuvo la suerte de recibir
un permiso de trabajo del extranjero.
Vivimos a sopa
nos dejan dormir en los establos
no hay más ideas suicidas
de lo habitual en noviembre.
Díganme qué sangra
ustedes que ven en la oscuridad.

Las manos del mundo
amputadas por las ganancias
sangran
en las calles de los derramamientos.


PAÑOLETA

A la mañana
doblada con sus flores silvestres
lavada y planchada
ocupa poco lugar en el cajón.

Abriéndola de una sacudida
se la ata alrededor de la cabeza.

A la noche se la arranca
y la deja caer al suelo
sin desatarla

En un pañuelo de algodón
entre flores estampadas
un día de trabajo
escribió su sueño.


DISTANCIA

Llenaste los termos con café 
y empacaste nuestras huellas, por si hiciera falta
echárselas a las fauces de la nieve eterna
imposible de atestiguar.
Juntos, como carpinteros con sus martillos
le enseñamos a la distancia
cómo construir un techo
con los árboles
entre los que corremos.

En el silencio detrás
ya no escuchamos la pregunta
distante de la casa de verano:
Y mañana ¿dónde 
vamos a estar?

Al atardecer los perros con sus arneses temían
que el bosque no fuera a tener fin.
Y cada noche bajo la nieve
los calmamos con lo inesperado de nuestra risa.

lunes, 27 de febrero de 2017

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EL FASTUOSO VIAJE DE HOMERO A TARSIS DE LA MANO DE PALMERAL POEMANDO LA BELLEZA.





(Poemario épico de Ramón Fernández Palmeral)




EL FASTUOSO VIAJE DE HOMERO A TARSIS DE LA MANO DE PALMERAL POEMANDO LA BELLEZA.



Homero, aquel vate ciego, de orígenes y tiempos desconocidos, nos lego los poemas épicos mas hermosos y acaso el origen de todos los tiempos para quienes amamos la poesía y estamos orgullosos de nuestro origen greco-latino.

Con esta emoción retoma el camino perdido el gran escritor y poeta Ramón Fernández  Palmeral en su reciente libro que titula “La Cólera de Aquiles”, como “Poemario Épìco”  para contribuir también a llenar de belleza estos tiempos que vivimos que no pueden quedar reducidos a un  campo yermo y solo lleno de espinas.

Dedicado “A todos los hombres que alguna vez quisieron ser héroes”, lo inicia “A modo de ventana que grita”, diciéndonos cómo este poema épico es “un viaje de Homero a Tarsis, capital de las Hespérides, en la delta de un gran río que los árabes, siglos después llamaron Guadalquivir, reino de Argantonio del que hablara Anacreonte o Herodoto”. Y al poco en su “Canto Primero”, Palmeral, nos regala un precioso poema dedicado a Homero, que no me resisto a trasladar a este comentario, que espero me permita su autor:

“Ojos de Zeus sin odio turbio
la herida de tu frío beso
la ceguera desde tu divina mano
protectora del Monte Olimpo

Viento que al alba la luz consume
y tu colérico ego borra,
detrás del paño, oculta
negro y vengativo el rostro
de los divinos rayos destructores.

Un día en Quios o en Ios; islas del Jónico,
un niño llamado Lysander, de apodo Homero
plantó pie en el mundo transitorio de la vida, siete
años para estar ciego por una abeja.

El divino ciego, iluminado por Zeus, el dios de
los dioses, concedió la gracia para: La Ilíada y la
Odisea las  mayores aventuras clásicas.” 

Y Homero nos dejo las dos epopeyas heroicas de todos los tiempos, La Ilíada y La Odisea.

La Iliada es un pasaje de aquella guerra que duro diez años que se inició cuando Helena, mujer de Menelao, rey aqueo, fue raptado o seducida por el príncipe Paris, hijo de Príamo rey de Ítaca, también llamada Ilión, llevándosela consigo, y ocasionando tras un largo asedio finalmente la destrucción de aquella.

Es un poema coral, como todas las guerras. Coral y cuerpo a cuerpo, donde concurren  dioses, hombres y estridentes armas en una enorme tragedia cargada de emociones. Y es un pasaje presidido por la cólera de Aquiles, hijo de la ninfa Tetis y de Peleo, nació en Ftia, ciudad de Tesalia, al que su madre sumergió en la laguna Estigia para lograr su inmortalidad, olvidando de sumergir su talón.

 Acompañando a los aqueos en el rescate de Helena, fue ultrajado por el propio jefe de las tropas griegas, Agamenón, al sustraerle a su amada Briseida, por lo que  juró no pelea más por la causa de los griegos, encerrándose en su tienda durante un año entero permaneciendo  alejado del combate.

Y Homero comienza su poema La Ilíada, con la expresión de la cólera de Aquiles, ante tal hecho, diciéndonos en el Canto I:

“La cólera canta, diosa, de Aquiles hijo de Peleo, cólera funesta que un dolor infinito causo a los aqueos y tantas valerosas almas de héroes arrojo al Hades, haciéndolos presa de perros y de todas las aves… ”

La guerra, empero continua. Héctor, hijo de Príamo, mata en singular combate a Patroclo, el gran amigo de Aquiles, lo que le hace incorporarse de nuevo al combate, ahora mas fieramente si cabe,  para aniquilar a Héctor, al que perfora sus tendones y arrastra su cadáver por la tierra, ultrajándolo hasta el límite, y restituyendo por fin el cadáver, ante sus llorosos ojos, a su padre, Príamo.

Y nos dirá Palmeral en su libro:

“Y como si la cólera de Aquiles no
fuera suficientes espada de temor en
sangrienta lucha, volador de piernas
y zancos en las rodillas, retó a Héctor
en lucha terrible y tremenda de rojos
carmines en la herida del pecho
incólume hasta darle vida.

Una vida que culmina con el pie
atado al carro de Aquiles por la
muralla de Príamo sin piedad de
padre en el honor de un muerto
acogido en el seno de la sepultura de
los héroes.”

Finalmente, Aquiles es herido con una flecha arrojada por Paris clavada en su talón, causándole la muerte al ser el talón su único lugar mortal. Y sus cenizas serán  depositadas en el promontorio de Sigeo.

Culminara la Ilíada, con el ardid del caballo de madera que ideara Ulises y engaño a los Troyanos, y el principio del regreso de los vencedores.   
Ulises, en su viaje de regreso, en su Odisea, entró en el reino de los muertos, en el Hades, donde entre otros encontró a Aquiles, y tras alabarle su fama y notoriedad como gran héroe dejado en la tierra, escuchó las doloridas palabras del Pelida cuando contestándole le dijo: “No intentes consolarme de la muerte, esclarecido Odiseo; preferiría ser labrador y servir a otro, a un hombre indigente que tuviera poco caudal para mantenerse, a reinar sobre todos los muertos”.

 Cambio de heroicidades del Aquiles vivo, que a cada momento prefería la muerte a la deshonra… y estas palabras de ahora, de preferir ocupar el lugar del ultimo de los vivos a la muerte.  

Y Palmeral, en su nuevo libro, a través de sus diecinueveavo cantos y tras evocar la guerra de Troya, después de consultar el Oráculo de Delfos, emprende  de la mano de Homero, su viaje hacia Tarsis capital deTartessos.

“Como será el viaje a Tarsis?
El Oráculo responde:
-puede ser bueno o malo según el
capricho de Poseidón. Lo mismo
llegáis como que no llegáis
esta es mi sentencia”.

Y aparecerán ante nosotros, con un hermoso lenguaje, la ciudad de Tarsis de la que dicen que Gárgoris fue su primer rey: “Marismas como tierra que el mar invade, salino y blanco cuerpo…”; Heracles, la sacerdotisa; los Argonautas; los escribas y los barbechos, y al fin el Hades:

“Detrás de los muertos existe
paraíso de las flores geométricas,
colectivas, eternas, agudas y de
espíritus  vegetales.”

Me dice Palmeral, y ello es cierto, que su poemario “no es un cuento ni un relato”, y que es una excusa para poemar la Belleza de las palabras, y que es para leerlo lento y sin ninguna prisa.
 
Yo he quedado maravillado de este libro, poemario épico, “La Cólera de Aquiles”. Lo voy volviendo a leer a pedazos y a retazos. Me quedo con las ganas de contarles más, pero esto podría suponerme una querella por plagio.

Lo dejo aquí, como está y les invito a leerlo. Sobre todo a los que como Palmeral y yo mismo, amamos el mundo de los griegos heroicos.

Editado lujosamente, con una portada luminosa y expresiva, de la que es autor Ramón Palmeral, también magnífico pintor, y cuajado en su interior de bellas ilustraciones, al tenerlo entre las manos parece que contengamos en las mismas la Grecia heroica, el canto del vate ciego Homero y Tartessos, con su río Guadalquivir, y cuyo ejemplar del libro me ha llegado con la dedicatoria de mi amigo Palmeral que me dice: “Para mi amigo escritor y poeta Julio Calvet, en correspondencia por su magnifico libro “La Sirena”.
Muchas gracias, querido Ramón, por llevarnos a la belleza en este tu magnifico libro, “La cólera de Aquiles”.

Muchas gracias por volvernos a creer en el mundo de los dioses, de los héroes y de las ninfas.

Y volvernos un poco más  a nuestros muy lejanos orígenes.


Julio Calvet Botella
Alicante y febrero de 2017.
      




viernes, 24 de febrero de 2017

HAY LÁGRIMAS EBRIAS DE MELANCOLÍA



       


 HAY LÁGRIMAS EBRIAS DE MELANCOLÍA

Hay lágrimas que escapan de tu pena
Hay lágrimas que escapan de tu dolor
Hay lágrimas que escapan de tu llanto
Hay lágrimas como olas de espumas

Hay penas profundas como si tuvieran
un cuerpo y dos ojos
unas alas para caminar

Hay penas que nunca terminan de tejer
su encaje de disgusto y lacerías

La vida se agota como las pilas
cuando la Parca asoma su cuello de jirafa

Veneno frío casi caliente llega a tu alma
ebria de melancolía como silbando
cuando la aurora deja su rastro de música

Las venas de tu cabeza se calientan
como una silla sobre tus pena sin límite
que esperan el amor de las tristes
agujas del consuelo largas cuales
rayos de sol

Antes de que amanezca los muertos
no se quedan quietos y tocan la luz
de tus lágrimas que todas ya se han ido

Tienes dolor abisal en las profundidades
de ti misma sin localizar su nido de llanto
ya secas cuales bandera inmóviles

Tú sufres cuando gritan los cristales
de la noche eterna, pues rojo es el color
del viento
de ese viento de dolor miserable
por el que la lágrimas caminas
a un ritmo de tristeza y un parpadear
de ojos que ya no te miran

Y si te quedara una lágrima más
evadida de la cárcel de tu corazón roto
cuando la olas del cielo se alinearan con la orilla
 tu llanto ¡todo! será una herida para siempre  

Ramón Palmeral
Alicante, 24 de febrero 2014
 ...............


Argentina. Bueno Aires.
Mexico. Distrito Federal.
Los Oscar del cine de Hollywood, un desantre ne el bosque   
Lloraré por los nombres que no se conocen.
Chile entre mares del Sur verde
Perú entre lágrimade oro
Colombia un hombre ausente.    
A