Dos poemas de J.M.Martínez Almécija

                                                   (J.M. Martínez Almécija)

                                             ÁNGEL y DEMONIO

 —De entender, nada entiendo si ya lo entendido rompe lo solo hermoso que hubo.

 —En el silencio sólo quedó lo único, que se olvidó en el tiempo.

 —Ya hoy todo recuerdo en el andén siete, muerto queda, roto en el recuerdo. 
—La imaginación que brotó del halo de la noche dormido. 

—Aquí recuerdo dónde tú llamada fue tirada al vacío no hubo daño por esté, del destino corrompido. —Yo como Ángel, lloro apenado, bajo el manto azulado, que solo el Diablo con palabras tus labios marchitos dejando tu promesa en vano. 

—Ya el tiempo, se agotó y enterrado en el olvido te dejó, ya que demasiado soy para tú abrazo mentiroso.

 —Mi corazón inocente, te dice te quiero pero mi alma, al quebranto herida por tu solo dicho, de niña cegada y aún perdonando lo odiado, te espere haciendo del momento locura, ahora dice que No. 

—A quien al mundo te trajo mande el justo perdón, el morado y al blanco, de ti ni señal recibo. —Pues tanto amor de ti no hubo, ahora entiendo y decido que ya terminó esta función.

 —Pues de mi corazón es el único llanto sincero. 

—Solo fui un payaso en tu circo, de luces, ahora yo apago las luces de esta triste función que a su fin llegó...

II

A veces olvidamos aquello que nos diferencia del mundo, aquello que nos ayuda a progresar, aquello que nos hace tender la mano sin prejuicio, eso que nos hace diferentes. En estos versos de mi mano a ver si lo recordamos....(Buenas noches).

 CORROMPIDO —Soy solo un hombre, andando bajo la luna. No tengo nombre, aunque soy conocido por cada estrella que adorna el firmamento. 

—Tengo un corazón, que descubre el lamento de la humanidad. Mis pies no se quemaran en lava ardiente. 

—No tengo frío ante el invierno, ni mis manos se agrietan. Hasta el calor del verano pasa por mi lado y nada siento.

 —Si miras al cielo y buscas en el espacio sólo encontrarás vacío, aunque tu mirada atraviese las llanuras del universo, sólo veras el principio de la sola verdad de tú ilusión incrédula.

 —Baja la cabeza y busca a distancia, más cerca, porque tampoco me escondo y sí te fijas antes fuiste como yo. Antes de crecer y verte corrompido, por la distancia de esta cuna, a tus brazos.

 —¿Y ahora que sientes? 

—Soy la inocencia, que tuviste un día.

 —Soy esa diferencia, que en tu mirada se encontraba y por ella el mundo reía. 

—Soy la persistencia, que tuviste para no rendir té por cada paso que diste.

 —!Me habrás recordado...¡

 —Pues levanta y demuestra el amor que guardado escondías dentro, no pienses en el pasado, sólo en este presente que escondías a tu lado.

III
 SUEÑOS CUMPLIDOS —En un rincon de Almería se esconde el amor que a mi corazón lo hace vivir.
 —Manchada con sangre mora mi alma vive enamorada del sol que bañada Almería.
 —Tierra de deseos y sueños cumplidos de fortuna y suerte deseada. 
—En sus calles se esconde el veneno de un pasado de guerra y conquista, las esquinas están llenas de pasiones y hechizos de otros tiempos. 
— Mi piel está quemada por una ciudad adorada por los cielos de verano, que rinde sus ojos a la Alcazaba, ni la luna puede pasar sin besar la tierra prometida. 
— Tierra de deseos y sueños cumplidos de fortuna y suerte deseada.
 —Así es Almería romántica y querida por cada estrella qué adorna el firmamento.
 —Todos la quieren conquistar hasta el mar espera a sus pies a poder besarla.

J.M. Martínez Almécija

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Poeta novel descubierto de Ramón Palmeral

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