POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

domingo, 31 de diciembre de 2023

Libro. Solo a través de Asia, por el francés Julin Tondriau. Recomendado

 


Solo a través de Asia

Julien Tondriau era Belga (muerto en accidente a viación en 1966), decide hacer uno de sus viajes a Asia, solo. El resultado es un viaje por varios países de Asia. El título parece prometedor porque tiene dos palabras: "solo" y "Asia". Pero en realidad nunca está solo y de Asia sólo conoce las ciudades a las que llega.

Julien Tondriau. Solo a través de Asia. Editorial Juventud, Colección Z. Barcelona, 1968. 174 páginas. s/ISBN

Viajar es el sueño de mucha gente, pero en la clase que no tiene reparos en el dinero suele ser un exotismo. Tal es el caso de Julien Tondriau que presenta en este breve libro sus “andanzas” por Asia. Un título que merece un contenido parecido al de Marco Polo pero que en realidad es el recorrido en varios medios de transporte por diferentes ciudades de Asia.

“Quería descubrir el país, descubrir su verdadera fisonomía, la que aparece sin afeites ni artificios, en los pueblos y en las pequeñas ciudades del interior. Este secreto, este misterio me apasiona y explica mis viajes a través del mundo. Las grandes civilizaciones antiguas nos han dejado un mensaje que el turista presuroso, cuya mirada distraída resbala sobre la superficie de las cosas, no descubre jamás. Para descubrirlo hace falta mucha atención, una cantidad todavía mayor de paciencia y energías para aceptar deportivamente condiciones de viaje a menudos penosas.” (p 12-13)

Tondrieau sostiene desde el principio que esta es su forma de viajar, pero se pierde de mucho al hacerlo con personal contratado, refugiarse en hoteles de primera, visitar a los clubes exclusivos de cada ciudad y platicar con periodistas que ha visto en otro lado y que se comportan como él.

Como todo viajero, tiende a tener ideas que parecen precisas como “Atravieso pueblos tan incultos, que la gente huye al verme.” (p. 102) pero que reflejan que realmente no se ha puesto en contacto con la gente del lugar, quienes le ayudarían a entender lo que está viendo.

Uno de los personajes con quien se encuentra pareciera referirse al autor mismo cuando le dice:

“No me interesa que venga aquí cualquiera. Sólo quiero ver forasteros que merezcan visitar Nepal. Que lo merezcan, ¿comprende usted? No solamente porque tengan dinero, sino porque lleven algo dentro.” (p. 106)

Este libro fue publicado en español por Editorial Juventud en la época en que creció mucho el género de libros de aventura. Aunque el género en sí está ya muy avanzado, hubo muchos que se incluyeron sin que aportaran mucho o nada. Como no haber leído el libro. Es sólo la presunción de un autor de haber estado en un sitio y luego en otro. Un coleccionista de ciudades y lugares “extraños”.

 

 Doctor en Historia, viajero, aventuro y escritor excepecional.

NOTA.

Cuando salió este libro "Solo a través de Así", fue un boom, en una mala edición de bolsillo de Editorial Juventud seie Z de Barcelona (con mapas), en 1967, en la portada había dos orientales muy guapas yo tenía 20 años, la edad de los sueños de aventuras, pensé hacerme en solitario un viaje por el mundo se iba a llamar "Hemisferios Sur", me leí varios tomo de las razas de mundo, y de animales, tenía un sueño que no lo pude realizar por falta de medios y preparación y ademas mi padre que me cazó leyéndolo, me dijo "Pero chiquillo a dónde vas a ir tú solo por esos mundos". 

Ademas  me había echado novia en Málaga,  y con 21 me fui a hacer la mili a Sevilla. En fin que es un libro que recomiendo y muy bien escrito, y mi admiración y mi respeto por Julin Tondrau, me gustaría leer su biografía en español.

 Hoy reconozco que carecía de formación suficiente para hacer este tipo de viajes, y sabia ta solo el inglés de bachiller,  documentarme y saber escribir. Hoy existen los documentales  de TV de  los viajeros españoles por el mundo, programas que no dejo de ver. la imagen se ha cargada los los libro de viajes, pero los libro son insustituibles. y Los sueño son sueños, no realidades.

Ramón Palmeral

31-12-2023

 

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 Brave reseña biográfica

Nationalité : Belgique
Né(e) à : Péruwelz , 1917
Mort(e) le : 24/01/1966
Biographie :

Docteur en histoire et en philosophie, Julien Tondriau est un orientaliste.

Il a été sept fois lauréat du Centre National de la Rechercher Scientifique et de l’International Institute of Education de New-York.

Il a été conservateur adjoint aux Musée du Cinquantenaire (Musées royaux d'Art et d'Histoire) pour l’Extrême-Orient à Bruxelles.

Il est l'auteur de nombreux ouvrages et reportages sur les religions et les mythes des peuples d'Orient: "Les prétendus mystères du fakirisme" (1952), "Du Yoga au fakirisme" (1960), "Le Yoga" (avec Pierre Réal, 1962), "Itinéraire d’Alexandre le Grand", "Randonnée archéologique au Maroc", "Dictionnaire du diable et de la démonologie"…

Il entreprit d'écrire "Le Guide du Yoga" en 1964, malheureusement, l'avion qui le ramenait d'un de ses nombreux voyages en Inde, s'écrasa sur le Mont Blanc, le 24 janvier 1966.
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Source : http://www.histoire-peruwelz.com
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Doctor en historia y filosofía, Julien Tondriau es orientalista.

Ha sido siete veces galardonado por el Centro Nacional de Investigación Científica 
y el Instituto Internacional de Educación de Nueva York.

Fue conservador asistente en el Musée du Cinquantenaire
 (Museos Reales de Arte e Historia) para el Lejano Oriente en Bruselas.

Es autor de numerosas obras y reportajes sobre las religiones
 y los mitos de los pueblos de Oriente: 
"Los llamados misterios del fakirismo" (1952), 
"Del yoga al fakirismo" (1960), "Le Yoga" (con Pierre Réal, 1962),
 “Itinerario de Alejandro Magno”, “Excursión arqueológica en Marruecos”,
 “Diccionario del diablo y de la demonología”…

Comenzó a escribir "La Guía del Yoga" en 1964, lamentablemente 
el avión que lo traía de regreso de uno de sus numerosos viajes 
a la India se estrelló en el Mont Blanc el 24 de enero de 1966.
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 Fuente: http://www.histoire-peruwelz.com
 

Julien Tondriau (1917-1966), docteur en histoire et en philosophie, orientaliste correspondant de l'UNESCO et du Centre National de la Recherche Scientifique (7 fois lauréat du CNRS et de l’International Institute of Education de New-York), conservateur adjoint aux musée d’Art et d’Histoire pour l’Extrême-Orient, est l'auteur de nombreux ouvrages et reportages sur les religions et les mythes des peuples d'Orient :

  • Les prétendus mystères du fakirisme (1952),
  • Du Yoga au fakirisme (1960),
  • Le Yoga (avec Pierre Réal, 1962),
  • Itinéraire d’Alexandre le Grand,
  • Randonnée archéologique au Maroc,
  • Dictionnaire du diable et de la démonologie

 

Il entreprit d'écrire Le Guide du Yoga en 1964, malheureusement, l'avion qui le ramenait d'un de ses nombreux voyages en Inde, s'écrasa sur le Mont Blanc, le 24 janvier 1966.



1953
1er rang : Robert Waucampt, Louis-Jean Brasseur, Marcel Mazurel, Arthur Crabeels, Raoul Delbecq.
2ème rang : Lucien Axensalva, Étienne Carton, Paul Ferrero, Adrien Franeau, Eudore Jouret, Joseph Janssens,
Jacques Richardson, Jean Battaille, Michel Labbaye.

3ème rang : Charles Battaille, Julien Kamp, Julien Tondriau, Gustave Delcarte, Robert Geubel, Louis Gosselain,
Henri Dris.

 

viernes, 29 de diciembre de 2023

Libro colectivo: "Encuentro España-Argentina por la Igualdad" Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia.

 

Libro colectivo 8 escritores: "Encuentro España-Argentina por la Igualdad" Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia. Colaboración de Ramón Palmeral p.177/2023. Excelente libro:




 Colección creada, dirigida y editada por Isabel Oliver, presidente del Ateneo Ateneo Blasco Ibáñez

Libro de la colección "Algo de que decir" Volumen LXXV. Ediciones Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia

ISBN: 987-84-127699-0-6, contiene 377 páginas, 

Autores: Poetas y escritores Socios del Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia (España) y Poetas de Argentinos.


                             Doña Isabel Oliver González presidenta del Ateneo Blasco Ibáñez


                      D Miguel Ángel Rodríguez, presidente de SADE Filial Entre Rios, Argentina
                   Molt Honorable Carlos Mazón, presidente de le Generalitat Valenciana
                    D. Adán Humberto Bahl, intendente municipal de Paraná (ER) Agentina

              Ramón Fernández Palmeral, escritor y socio del Ateneo Blasco Ibáñez, que particiza

con el artículo: "LA IGUALDAD COMO ASIGNATURA PENDIENTE" (pp-178-180)


                                                                Contraportada

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Antonio Muñoz Molina, por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz

 

Antonio Muñoz Molina. Un gran intelectual de nuestro tiempo

Categoría (El libro y la lectura, El oficio de escribir, Estafeta literaria, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-12-2023

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Audio de la entrevista

“Aspiro, unas veces en ficción y otras en no
ficción, a contar el mundo que yo he vivido”                                                  

Quién me iba a decir a mí que, tal día como un 15 de noviembre de 2023, iba a acabar en el paseo de Salamanca de Donostia, mirando al mar en compañía de un gran escritor, cercano, culto, educado y buen conversador: Antonio Muñoz Molina.

La entrevista tuvo lugar en el teatro Principal de Donostia dentro del festival Literaktum, que todos los años convierte a esta ciudad en la “Ciudad de las palabras”. En cuanto me lo propusieron comencé a leer todo lo que caía en mis manos sobre él, además de por supuesto su obra escrita. Y he llegado a la conclusión de que es uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo.

El festival giraba en torno al tema del amor y la literatura. “Geografías del amor” ha sido el pomposo título de esta edición y, como su última novela ―No te veré morir― estaba relacionada con ese tema, centré la entrevista en su análisis. Para subir la temperatura literaria de aquel auditorio donde no cabía un alma, le propuse que pusiera voz a las primeras líneas de su novela.

Ya desde el inicio nos encontramos con los personajes principales y con la clave del conflicto, aunque solo sea nombrado. Toda la novela está concentrada en relatar el encuentro entre Gabriel Aristu y Adriana Zuber después de 50 años sin verse, desde que él se marchara a EE.UU. huyendo de una España cerrada y conservadora. El amor de juventud que hubo entre ellos no solo no desaparece ―a pesar de que cada uno hace su vida en un país distinto―, sino que se empeña en aparecer en los sueños de él, incluso en los que tiene despierto: “Si estoy aquí y estoy viéndote y hablando contigo, esto ha de ser un sueño”, son las primeras palabras de Gabriel a Adriana.

“La memoria que tenemos despiertos es muy limitada, es un instrumento muy tosco, de muy poca precisión. Más que la memoria consciente, lo que me llamaba la atención era esa presencia, recurrencia de la persona amada en los sueños. Es decir que a lo largo de los años esa persona vuelve a aparecer. Y en sueños en los que el que los tiene se dice a sí mismo: Esta vez sí que no es un sueño, esto es real”.

El título de la novela es el último verso de un poema de Idea VilariñoNo será”, así que le propuse escucharlo para poner en antecedentes a todos los lectores. La fuerza del poema en la profunda voz argentina de su autora, y en ese marco teatral, resultó estremecedora.

El último verso de este poema siempre me producía un efecto muy fuerte porque es una cosa tremenda, es una despedida antes de la despedida: no te veré morir. Entonces ocurrió una cosa. Yo había empezado tanteando el comienzo de esas primeras páginas, un poco febriles, que tiene la novela. Es en esos momentos en los que no sabes si estás escribiendo un cuento o una novela o ni siquiera si estás escribiendo un libro, porque puede que no vaya a ninguna parte. Y en ese instante, de pronto, me vino como un regalo el verso de Idea. Y me dije: este es el título. Y una novela que todavía no estaba escrita, de repente, en el título, parecía que ya estaba contenida la novela. Esto es lo que tienen los buenos títulos”.

Pero no solo se apropió de ese último verso de la autora, sino de su mirada y de sus manos. Muñoz Molina conoció a Vilariño en Montevideo después de la muerte de Juan Carlos Onetti, en un homenaje que se le rendía allí y al que fue invitado. Y lo que le sorprendió fue la mirada de esa mujer ya mayor.

“Fíjate cómo se hacen las novelas. Yo vi esa mirada en 1994 y se me quedó en la cabeza todos estos años porque era una mirada como yo no he visto otra. Era una mirada de una mujer en un cuerpo mayor y enfermo, era una mirada de una belleza inquietante. Vilariño, una mujer muy bella, muy atractiva, había tenido esta relación tremenda, pasional y desastrosa con Onetti. Y ocurrió una cosa. Llevaban muchos años sin verse y un poco antes de morir Onetti, ella vino a verle desde Montevideo. Cuando la mujer de Onetti, Dolly, vio a Idea en su casa, decidió dejarles solos y se marchó. Él estaba bastante enfermo, en la cama. Estuvieron todo el día hablando. Ya por la tarde regresó. Y yo siempre me preguntaba qué se diría esta pareja, qué se dice una pareja cuando ya no hay nada que perder ni que ganar. Y esto es lo que está, yo creo, en la inspiración de la novela: ese encontrarse y poder decírselo todo”.

La novela está estructurada en cuatro capítulos. El primero nos sitúa en el momento del encuentro de los personajes; el segundo comienza con un narrador en primera persona testigo de los hechos, que nos sorprende porque no se había hecho presente en el primer capítulo; en el tercero, se nos narra el porqué de la historia, el porqué de ese encuentro y, en el último capítulo, la reacción de él a esa cita, a esa última conversación.

Precisamente las últimas palabras de la novela son:” …revivía en silencio, cuando estaba solo, cada una de las frases demoradas del cello”. Esta alusión al violoncello no es gratuita en esta obra porque la estructura del primer capítulo de la novela ―consta de 73 páginas― sí que se puede decir que es una larga frase demorada. En ese sentido inicio y final se tocan y se podría hablar de una metáfora del ritmo y del tono de la novela como si fuera un solo de cello.

“Sí, tiene mucho que ver. El cello es fundamental en la vida del protagonista. Él habría querido ser cellista pero por razones familiares renunció a su carrera de músico, aunque ha seguido tocando. Esa presencia del instrumento y de las suites de cello de Bach reflejan una música incomparable que está conectada además con su descubridor y con quien la volvió a tocar, que fue Pau Casals. Cuando escribía me imaginaba que la escritura podía tener esa fluidez austera que tiene el solo; el cello es un instrumento muy austero y al mismo tiempo puede ser muy melódico, está lleno de posibilidades dentro de sus limitaciones expresivas. Yo me dejaba llevar escribiendo y me imaginaba como si estuviera haciendo eso. Por influencias familiares, el protagonista estaba muy relacionado con la música, y la renuncia de Aristu a esta ―él podía haber tenido una vida de intérprete― tiene mucho que ver con su renuncia al amor de Adriana. Renuncia a las dos cosas y al final cuando vuelve al cello se da cuenta de que ya las manos no son lo que eran… Es música, y es fundamental en mi vida conseguir ese fluir que a veces parece que se interrumpe, pero sigue y sigue y sigue, y después hay un silencio y de nuevo sigue. Es muy poderoso conseguir eso en la música. Y eso es lo que he intentado hacer con la literatura en ese primer capítulo”.

En este sentido, en la página 228 de la novela, aparece una comparación que relaciona la música y la literatura y que ilustra muy bien el porqué de ese primer capítulo formado por una única frase desde el principio hasta el final. Ese fluir de las palabras marca el ritmo de toda la novela y puede relacionarse también con su estilo. Tiene una forma de escribir expansiva y envolvente a la vez, como en círculos, un pasito para adelante, dos para atrás para recoger, un poco repetitivo, al estilo de Bernhard, pero no tan obsesivo.

“Es un intento, algo instintivo. Lo que me hace que a mí me seduzca un libro, una película, una música es sentir que estoy ingresando en una atmósfera, en un tiempo, que estoy siendo llevado, guiado. Y esa sensación de fluidez, en el fondo lo que quiere imitar es a la naturaleza. Yo no pretendo hacer una exhibición de virtuosismo, no quiero escribir una frase de treinta páginas, yo lo que busco es expresar lo que quiero expresar con la máxima claridad y con la máxima economía. Ese es mi sueño. El sueño de que parezca que el libro se ha escrito solo”.

La decisión del punto de vista de la novela, ese narrador testigo, estaba desde el principio de forma implícita dentro de la novela.

“Yo tenía la idea vaga de que debía haber una conversación. Pensé que tenía que ser algo que una persona le cuenta a otra. Cuando escribí esa primera parte tan compulsiva, desde el interior de la conciencia del personaje, como era una cosa tan envolvente y obsesiva me apetecía salir de ahí de golpe, cambiar. Esos cambios bruscos me parecen atractivos para que el lector se haga preguntas. Además, quería presentar el contraste entre esos dos personajes: el protagonista que lo tiene todo y que sabe estar en el mundo y el narrador, alguien que nunca acaba de encontrar su sitio en él. Al principio ese narrador iba a ser solo un portavoz, pero según avanzaba la novela empezó a tener una vida propia. Luego se me ocurrió que él también podía sufrir su propio drama. Así fue saliendo”.

Le interesan las novelas con una visión poliédrica de los hechos, y a eso ayuda ese narrador testigo que nos da su versión sobre el personaje de Gabriel Aristu. Por un lado, tenemos lo que cuenta el protagonista sobre sí mismo. Después está la perspectiva del narrador con respecto a ese personaje: nos habla de cómo se comporta en público y en privado, nos da detalles sobre su exitosa vida… También tenemos la visión de Adriana en los dos últimos capítulos, que nos rompe el perfil encantador de Gabriel. Y, por último, la de Fanny, la cuidadora de Adriana.

“Esto da mucha riqueza, mucha textura a la novela; enriquece literariamente una historia, pero también es una lección para la vida. Cada uno vemos la realidad a nuestra manera, sin embargo, es más poliédrica de lo que pensamos. Muchas veces miramos la vida solo desde nuestros ojos, intereses, convicciones, y de pronto nos damos cuenta de que otra persona sale con otra idea, otra opinión, y eso enriquece mucho la percepción”.

Respecto a este tema del multiperspectivismo pone como ejemplo a Virginia Woolf porque en sus novelas el punto de vista está cambiando continuamente. Destaca la primera página de Alfaro, donde hay cinco o seis perspectivas distintas y también la novela Mrs Daloway. Es en este punto cuando vivimos uno de los mejores momentos de la entrevista porque Muñoz Molina logró contagiarnos su pasión por la literatura.

“Es que cuando tú lees una gran novela es una cosa tan… A mí cada vez me gustan más las novelas, lo digo con toda convicción. Yo leo una gran novela como estas y eso te enseña tanto…, hay tanta nobleza, tanta verdad en esa observación de la vida cotidiana de las personas. Estamos acostumbrados, pero es que la ficción es una maravilla. Abres una novela y de pronto estás en la conciencia de una mujer de clase alta en el Londres de 1920 que va a comprar flores. En el párrafo siguiente, estás viendo la vida desde los ojos de un veterano de guerra que ha sufrido estrés post traumático. No nos damos cuenta de lo sofisticado y lo extraordinario que es una novela cuando te atrapa y te conmueve”.

En su novela se tratan diferentes temas: la realidad nunca es como la recordamos; la importancia de la música, que está presente de diferentes formas ―el padre es crítico de música, aparecen personajes reales relacionados con ese tema: Pau Casals, Adolfo Salazar, Falla…―; la importancia del arte para crear el personaje del narrador; los sueños y la capacidad que tienen algunos de soñar despiertos; las deudas de agradecimiento a los padres…

“Sí. Esto es importante para mí. En realidad, esta es una novela mucho más larga de lo que parece. Lo que ocurre es que está muy comprimida. Respecto a este último tema, es importante el padre del protagonista, un personaje central y que ha muerto en un tiempo anterior al de la novela; es un hombre víctima de la Guerra Civil española, pero víctima peculiar porque es un hombre que perteneció a la cultura liberal de las primeras décadas del siglo XX, la gran cultura liberal española. Un hombre que ha conocido a muchos grandes hombres, pero conservador de una manera distraída. Llega el horror de la guerra y ese hombre se ve atrapado. De este personaje, del padre del narrador, me gustaba contar eso también, ese tipo de persona civilizada que de pronto ve cómo la barbarie se adueña de todo y quiere salvar a su familia, a su hijo”.

El padre le paga colegios carísimos, le manda a estudiar a Londres, a costa de la educación de su hermana y la de su propia vida puesto que se dedican a sobrevivir. El protagonista siente que tiene que pagar a su padre todo ese esfuerzo y siente que, si no lo hace, es un mal hijo, un desagradecido.

“Una de las cosas que ha definido mi vida personal ha sido ese juego: las personas de mi generación, los nietos de la guerra… el sueño de nuestros padres era que todos nosotros tuviéramos una vida mejor y por eso trabajaban, emigraban… y nos daban una carrera, por ejemplo, pero precisamente eso que nos daban era lo que nos iba a alejar de ellos después. Gracias a su esfuerzo nosotros accedíamos a un mundo al que ellos no pudieron acceder. Y para ser lo que queríamos ser teníamos que romper con sus expectativas. En mi caso tuve que negarme a trabajar en la huerta con él, en Jaén. Y eso le entristeció mucho y yo sentía su tristeza y sentía la culpa. En la novela parece que el personaje ha resultado más dócil”.

Otro tema importante es el paso del tiempo: Gabriel y Adriana se despiden como jóvenes y se reencuentran como ancianos después de cincuenta años. Cuánta belleza hay en la descripción de la vejez de Adriana. El ser viejo no es un tema del gusto de esta sociedad en la que vivimos y, en general, no suele ser objeto de interés de los escritores, pero en este caso se habla de ello de una forma muy elegante y delicada, a pesar de ser una mujer que está en sus momentos finales de vida, con una enfermedad degenerativa y en silla de ruedas,

“Eso era muy importante para mí. Cuando tú ves esa obsesión absurda por la perfección juvenil… A mí me atrae mucho la observación. Me fijo muchas veces en personas que están bien de salud, que se cuidan un poco, y en cómo el tiempo en vez de estropear les embellece. Si observas con atención la belleza ósea de una cara, el pelo… tú puedes ver una gran belleza. Eso era algo que yo quería contar. Algo que veo en la vida. Hay personas queridas para mí, por las que va pasando el tiempo y muchas veces pienso que no tengo nostalgia de cómo eran hace veinte años. Me gustan más ahora y no a pesar del tiempo, sino gracias a él, porque el tiempo también embellece. Cuando había acabado el borrador de la novela tenía clara la mirada de Adriana, las manos… entonces una vez, durante una cena, me fijé en una actriz a la que había conocido cuarenta años atrás; me fijé en el pelo, que era blanco, muy blanco y como turbulento. Y me llamó la atención la piel de su cara, muy blanca, de mucha calidad, y el contraste que había con el rojo de sus labios. Estuve toda la cena fijándome y cuando volví puse todos los detalles en la novela. A mí me gusta ser todo lo realista que puedo ser”.

Poco a poco la entrevista fue derivando hacia el resto de las obras que ha escrito y la multitud de premios que ha recibido y, por fin, llegó la pregunta final que resume muy bien el espíritu literario de Muñoz Molina:

Si tuvieras que hacer una faja imaginaria de toda tu obra literaria ¿qué escribirías en ella?

“Ahora hace poco se publicó una biografía de un escritor que me gusta mucho, que es Joseph Roth. Es un escritor muy triste, muchas veces dejo de leer sus libros porque es de una tristeza insoportable. Era judío, fue de los primeros escritores que alertaron del peligro nazi. En 1923, recién fundado el partido, Roth ya estaba avisando. Se pasó toda la vida añorando el imperio austrohúngaro porque deseaba una organización supranacional en la que todo se rigiera no por la identidad de origen, sino por un espíritu común, una pluralidad. Y este autor, en una carta a un amigo, le decía ‘Yo lo que hago es pintar el retrato de mi tiempo’. Eso quiero yo. A mí me gusta haber podido contar cómo es estar en un sitio: eso para mí tiene un valor incomparable, el valor del que ve las cosas. Ni el historiador, nadie puede captar eso mejor que el que ha dado testimonio de cómo es la vida de las personas en el tiempo que le ha tocado vivir. Yo aspiro, unas veces en ficción y otras en no ficción, a contar el mundo que yo he vivido”.

martes, 26 de diciembre de 2023

"poesía como un camino",

 

            

La "poesía es como un camino", entonces, debe entenderse -insisto- más en lo que la poesía logra en el lenguaje y en cómo ese lenguaje de la experiencia de la vida, el de la poesía, influye en nuestra conciencia. Menos en lo que la poesía logra con el lenguaje metapoéticos (más allá de la Literatura). El resultado de este proceso puede ser incierto, ajeno o resistente a cualquier medición o categorización abstracta, pero siempre será el momento en el que la vida, en el mejor sentido de la palabra, se integra en el flujo de significados lingüísticos. No se trata simplemente de un referente "externo", sino de una energía creativa que inaugura nuevas entidades y relaciones, modificando nuestra experiencia vital mientras le aporta continuidad y transmutación simbólica.

Este modelado es siempre provisional, siempre "incompleto", pero al mismo tiempo, invita a nuevas posibilidades de mundo y de lenguaje. En cierto sentido, la poesía es un esfuerzo por plasmar en el lenguaje la recuperación de las cosas mismas, dando lugar a una especie de fenomenología radical marcada por la singularidad. Por otro lado, es la verbalización de la imposibilidad de que tal empresa se realice literalmente. Se realizará entonces de manera figurada, evidenciando el poder instituyente de la metáfora al transmutar las insolencias intolerables de la realidad en el fluir de la palabra que recorre, refresca y, a veces, purifica la totalidad de nuestro ser.

La ficción elemento sutentador, quizás también de mentira, para hacerla soportable. Esto revela la dimensión monstruosa con la que la realidad puede manifestarse. Construimos nuestros mundos primordialmente a partir del diálogo humano y de lo que nuestro sistema perceptivo registra acerca del mundo exterior, el lugar que habitamos y que nos habita de alguna manera. La memoria, consciente o no, desempeña un papel fundamental en este proceso; sin este complejo sistema orgánico-mental, simplemente no podríamos existir como seres humanos. Además, la imaginación juega un papel crucial: la capacidad de construir en nuestra mente mundos alternativos a partir de la información que nos constituye.

Se atribuye a Epicteto la máxima de que "los hombres no sufren por los hechos, sino por la representación de los hechos". Otra forma de expresar que la realidad "insoportable" a veces toma la forma de un discurso doloroso, de sufrimiento en este caso, que puede estructurar al menos una parte de nuestra subjetividad. Hecho y representación no son separables sino solo en aquellos escenarios en los que esta separación resulta indispensable por razones analíticas u otras. En el devenir de las experiencias elementales, los hechos son simultáneamente las representaciones que nos construimos de ellos. Si un hecho no se representara como tal, como hecho, no existiría para nosotros. En este nivel perceptivo elemental, la conciencia discursiva puede ser débil o inexistente, y la verdad parecerá correr por su cuenta al margen de la representación que hemos construido. Sostengo que la literatura, en particular la poesía, al ser una forma de nuestra dialógica vital en la que la práctica de producir sentido se realiza atendiendo a los recursos del lenguaje, a sus efectos imaginativos y a los modos en que se manifiesta y funciona en textos concretos, es crucial para prestar atención y cuidado al trabajo de los signos que crean mundos. La poesía trabaja en contra de la degradación de los signos y otorga profundidad a las cosas.

domingo, 24 de diciembre de 2023

El discurso metapoético adquiere este carácter reflexivo y crítico

 



Título: Metapoesía y ficción: Claves de una renovación poética (Generación de los 50-Novísimos)
Autor: Ramón Pérez Parejo
Editorial: Visor Libros
Número de páginas: 335
ISBN: 978-84-7522-717-7
Ciudad: Madrid
Año: 2007

Este libro señala la importancia de la práctica metapoética en el devenir de generaciones y estéticas en la poesía española de la segunda mitad del XX. Como es sabido, la metapoesía es el tipo de poesía que se tiene a sí misma como objeto o asunto. Puede tratar diversos temas (la inspiración, el lenguaje, la retrospectiva, la fascinación por la creación poética, la propia construcción del texto, etc.). Pero en ocasiones la metapoesía se interroga de un modo más trascendente, mirándose al espejo y preguntándose existencialmente por su propio ser.

Cuando el discurso metapoético adquiere este carácter reflexivo y crítico, le asaltan al menos tres grandes cuestiones: qué son estas palabras, qué relación establecen con el mundo, y quién es el autor; es decir, crítica del lenguaje, crítica de la ficción y crítica de la autoría respectivamente, que son los tres grandes ejes de este estudio.

No se trata, por tanto, de un asunto baladí, sino que afecta a la misma médula de la creación poética. Si bien estos temas habían aparecido antes en la tradición literaria occidental, nunca lo habían hecho de forma tan copiosa ni explícita, llegándose a convertir en una de las claves de la evolución poética desde los años 50.

A través de la selección y el comentario de textos representativos, el autor analiza la variación temática y la retórica en las que se sustentan estos poemas. Este discurso crítico desembocará a finales de siglo en corrientes como la Poesía del Silencio, solución que deriva de la desconfianza del lenguaje por la vía de la fractura o del enmudecimiento.

Los poetas de los 50 y los Novísimos (Generación del 70) fueron -no necesariamente en sentido cronológico- las generaciones protagonistas en el desarrollo de este discurso metapoético y de su diseño retórico, especialmente cuando se analiza desde dentro del poema el espejismo de la ficción o la distancia insalvable entre las palabras y las cosas, revelando de paso su carácter de artificio y criticando finalmente que la realidad no sea tan coherente, perfecta y hermosa como el arte.

Visor Libros. Enlace al texto original.
C\ Isaac Peral, n.º 18
E-28015 Madrid 

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    Ramón Pérez Parejo (Santa Amalia, Badajoz, 1967) es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura y Máster en Enseñanza de Español para Extranjeros por la Universidad Antonio de Nebrija de Madrid. Ha publicado el libro Metapoesía y crítica del lenguaje. De la generación de los 50 a los Novísimos (Cáceres, Servicio de Publicaciones de la UEx, 2002) y artículos de crítica literaria en Ínsula, Revista de Literatura, Espacio/Espaço escrito, Espéculo, Quaderns digitals, etc. En este libro, Metapoesía y ficción: Claves de una renovación poética (Generación de los 50-Novísimos), se señala la importancia de la práctica metapoética en el devenir de generaciones y estéticas en la poesía de la segunda mitad del XX. 

      A través de la selección y el comentario de textos representativos, el autor analiza tres ejes temáticos: la crítica del lenguaje, el espejismo de la ficción y el cuestionamiento de la autoría. Este discurso crítico, que se sitúa en la misma médula de la creación poética, desembocará a finales de siglo en corrientes como la Poesía experimental o la Poesía del silencio, soluciones distintas a la desconfianza en el lenguaje de la vía de la fractura o del enmudecimiento.

       Los poetas de los 50 y los Novísimos fueron —no necesariamente en sentido cronológico— las generaciones protagonistas del desarrollo de este discurso metapoético y de su diseño retórico, especialmente cuando se analizan desde dentro del poema la ficcionalidad del mismo y la distancia entre las palabras y las cosas, revelando de paso su carácter de artificio y criticando finalmente que la realidad no sea tan coherente, perfecta y hermosa como el arte.

     Tiene publicados los siguientes poemarios: Hasta ya no más nunca [1999]; Quedan las palabras [2000]; Tal vez como si nunca [2001]; Los días del tiempo [2002]; Liturgia de la profanación [2002]; Retrato de poeta con familia al fondo [2003]; Ángel de luz caído [2005]; Vera Efigies [2005]; Las avenidas de la muerte [2005], Impostura [2006]; La piel del alma [2006]; Donde nunca ya nadie [2008]; El gesto del escriba [Antología] [2009]; El centro de la sombra [2014] Cincuenta por ciento [2014], Apariencia de Vida [2015] y el libro de relatos Lectores compulsivos [ 2011].

sábado, 23 de diciembre de 2023

Ramón Palmeral, "Sesenta y nueve poemas y un anexo", reseña de José María Balcells, en Estudios Humanísticos: filología 45 (2023). 237-251

 

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Reseñas

 

R. Palmeral, Sesenta y nueve poemas y un anexo, Alicante, Amazon, 2022, 125 pp.

 

De acuerdo con su fecha de nacimiento en 1947, el escritor ciudarrealeño Ramón Fernández Palmeral, que firma sin el primero de sus apellidos sus obras, puede ser considerado dentro de la nómina de los poetas de los setenta, aunque de aparición tardía, eso sí, dado que su entrega poética más temprana, Desolación sin nombre, no la dio a conocer hasta 1983. La más reciente de sus producciones en verso la ha publicado en 2022, y en el prefacio a la misma da a entender que esta pudiera ser la última de las suyas etiquetables dentro del marbete “poesía”, marbete que aquí utilizo en tanto que referido a un género literario, con independencia de los resultados propiamente poéticos que hayan podido conseguirse o no en un libro concreto. Por su indeclinable dedicación a la pintura, la obra de referencia, Sesenta y nueve poemas y un anexo, la ha ilustrado su autor con diversas y muy plausibles creaciones artísticas.

Explica Ramón Palmeral en su prólogo que el título se lo sugirió el que había puesto Konstantino Kavafis a uno de sus conjuntos, 65 poemas recuperados, de ahí que él optase por el de Sesenta y nueve poemas y un anexo. Número ciertamente asociado al erotismo, en este caso se ha preferido asociarlo a la conjunción del hombre con la mujer desde la perspectiva del equilibrio entre los conceptos taoístas del ying y del yang. Como se indica en la propia titulación, la obra finaliza con unas páginas anexadas en prosa en las que se discurre acerca de la poesía y de las técnicas de su realización, para lo que Ramón Palmeral expone unas ideas que ya anticipó en escritos precedentes. Poco proclive a teorizaciones de índole metapoética, entiende el autor que la poesía no es sino “un camino, una forma de enunciado, de comunicación personal” (114).

A tenor de las citadas palabras, lo que más se evidencia en este libro es su naturaleza mayormente comunicativa, manifiesta en el propósito de hacer partícipes a sus posibles lectores de sus personales y a veces bien peculiares puntos de vista, de sus filias, y desapegos, así como de su vocacional dedicación al ámbito de la plástica, en ocasiones decantándola hacia los factores visuales. Por lo que hace a la cronología de los textos insertados, señalo que algunos llevan fecha de 2022, pero otros la tienen de no pocos lustros atrás, datándose bien en la primera, bien en la segunda de las décadas del presente siglo. Sesenta y nueve poemas y un anexo muestra no pocas estrategias estilísticas, siendo un libro variado en sus asuntos, entre los cuales anoto y destaco un par: el testimonio de la reciente pandemia, y la denuncia del genocidio llevado a cabo por el ejército del Kremlin contra el pueblo ucraniano.

 

        No entraré en valoraciones cualitativas concernientes a la escritura factual de este libro, porque al leerlo he optado por fijarme con preferencia en un aporte que me parece de relieve, el hecho de que deja constancia de la estela de Miguel Hernández en sus versos. No extraña en quien es uno de los hernandistas más comprometidos y constantes en el empeño de promover la lectura, el esclarecimiento de obras del alicantino, y la difusión de la vida y de su poesía. El autor de libros como El rayo que no cesa, Viento del Pueblo, El hombre acecha y Cancionero y romancero de ausencias ha ido dejando y sin duda dejará mucha impronta en numerosos creadores hispanos, aunque difícilmente encontraremos entre ellos a nadie tan entusiasta y fiel como lo ha demostrado desde hace décadas Ramón Palmeral.

 

          Las huellas del oriolano en Sesenta y nueve poemas y un anexo las vemos reflejadas en distintas composiciones. En unas se hace eco del emblemático sintagma de Miguel Hernández “tristes guerras”, que Ramón Palmeral asume en más de un momento de su libro, así en los textos titulados “No a la guerra ni a las guerrasssss” y “Mientras caen misiles en los colegios” (pp. 21 y 33). Las vemos igualmente en poemas en los que gravitan intertextualidades basadas en conocidas expresiones hernandianas, por ejemplo en “Nadie diría que estos troncos…” (34), en “La crueldad gobierna el mundo”(53) y en “Con un dolor en el costado” (73). Las vemos asimismo, entre otros lugares, en la “Elegía a José Antonio Charques” (71).

Amén de referencias expresas a Miguel Hernández que se hallan en varios textos más, me parece muy significativo al respecto que Ramón Palmeral haya incluido en su libro el poema conmemorativo “80 años después de tu muerte”, en obvia referencia a quien murió en prisión en Alicante el 28 de marzo de 1942. En esta composición se dirige el autor al oriolano en primera persona para darle cuenta de los sucesos de España, resaltando los del natal Levante español, acaecidos después de su trágica desaparición física. También le pone al día de cómo su presencia se ha ido engrandeciendo en la memoria colectiva del país gracias no solo a los méritos literarios de su poesía, sino igualmente a su ejemplar conducta, rebosante de tantos valores positivos. De este poema entresaco estas líneas:

 

una corta aventura fue tu vida de poeta, periodista y dramaturgo, ambicionando la libertad de los pobres jornaleros

en el triste crepúsculo de los sueños inconclusos (76).

José María Balcells Doménech

 

 

ISSN: 0213-1382 (impresa) y 2444-023X (en línea) DOI: 10.18002/ehf

238                                                                                                     Estudios Humanísticos: filología 45 (2023). 237-251

 

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                                                         El profesor José María Balcells


Enlace a la revista Estudios Humanísticos. Filología (Servicio de publicaciones de la Universidad de León).

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