Mi cabeza es una radio
Colocado el ejemplar de espaldas en la mesa
se tapan las narices, el ano y la boca con algodón
con el fin de evitar la salida de sustancias
que mancharían el adentro y el afuera.
El látex se mezcla con los bordes espolvoreados de yeso
mientras las voces me van dando las indicaciones adecuadamente
saturadas de noticias
la sustancia pastosa humea en su caldero.
El pelo que cubre el vientre ya esta afeitado para practicar
la incisión longitudinal y grito en un humo que no produce ningún
sonido, mientras los algodones flotantes de la resina que cubrirá el
ejemplar colocado de espaldas en la mesa humean
Las noticias siguen llegando y mi voz se dirige hacia todos los puntos
mezclando la resina con la piel desengrasada mientras
el producto amorfo hierve deseoso de entrar en contacto
con la naturaleza.
tengo que preparar el armazón de alambre
Las voces golpean humean, golpean humean
la resina hierve despidiendo su olor en espera
tengo que preparar el armazón de alambre
Apago la ollita en la que estoy calentando mi ámbar y hago una
pequeña prueba derramando el liquido que hierve sobre un hueso en el
que he dejado algunas adherencias musculosas y tendinares.
Las voces siguen llenando levemente entusiasmadas y es una dicha la
lucha que producen en su esfuerzo por infiltrarse en el humo que en
mi cabeza baila ensimismado.
El olor del ámbar humeante de mi ollita
me provoca una expansión que a lo mejor también podré derramar
por la perforación que he hecho sobre la frente
tengo que preparar el armazón de alambre
Los hilos de variados colores
se deslizarán sobre el esqueleto de hueso y metal
uniendo mi cabeza con esas voces que golpean.
El grito no puede salir entre el humo de los restos
pero son lindos los colores.
www.revistalamasmedula.com.ar