Mía amada
impasible perfección
mi ciudad guapa y auténtica
a veces madrasta de multas y arbitrios
grúas traidores y zonas rojas más que azules
rosa
desplumada al viento dócil del levante
belleza azul alcanza santidad
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bajo el pétro y aherrojado Benacantil...
Ramón Palmeral