La poesía: Es la expresión de la
belleza por medio de las palabras, ya sea en prosa o en verso.
La prosa: Definimos como prosa
la forma natural del lenguaje para expresarnos. Trasladada a la escritura, la
reconocemos como todo texto escrito de la misma manera que hablamos, respetando
todas las reglas y normas ortográficas existentes.
La métrica: Es la parte de la Gramática
que estudia los elementos del verso, de su construcción y de sus
combinaciones. Las unidades métricas son: la sílaba métrica, el grupo fónico, el
verso, la estrofa y el poema.
La sílaba métrica y el grupo fónico:
Son las unidades métricas menores, y en ellas se basan los ritmos de cantidad,
intensidad y tono. Con ellas se constituyen el verso.
El verso: Es el
conjunto de palabras sometidas a medidas, ritmo y rima. Si tenemos una visión
elemental de él, lo reconoceríamos visualmente en la escritura por su
disposición en la página; las líneas no está totalmente ocupadas por las
palabras. Llamamos verso a cada línea escrita de un poema. Es la unidad métrica
menor con independencia poética. Su descripción y clasificación se hace de
acuerdo al número de sílabas métricas que lo componen, como primer criterio, y a
la distribución acentual, como segundo criterio.
Atendiendo al primer criterio, los versos de la poesía española, se clasifican
de la siguiente manera.
Versos de arte menor: Son los compuestos por ocho sílabas métricas o menos. Pueden ser:
- Bisílabos: 2 sílabas. Son poco frecuentes en la literatura española, aunque fueron más utilizados en la época del Romanticismo, en combinación con otros tipos de versos.
- Trisílabos: 3 sílabas. Al igual que el anterior, es poco frecuente. Se ha utilizado principalmente desde el siglo XVIII hasta la actualidad, combinado con otros tipos versos.
- Tetrasílabos: 4 sílabas. Se ha utilizado desde la Edad Media, solo o combinado con otros versos, principalmente con versos de ocho sílabas en estrofas de pie quebrado.
- Pentasílabos: 5 sílabas. También han sido utilizado desde la Edad Media, combinado con otros tipos de versos, y a partir del siglo XV de forma independiente.
- Hexasílabos: 6 sílabas. Se utiliza desde la Edad Media en composiciones populares.
- Heptasílabos: 7 sílabas. En la época del Renacimiento se utilizó frecuentemente combinado con versos de once sílabas. En el siglo XVIII también fue muy empleado.
- Octosílabo: 8 sílabas. Es el verso más abundante en la poesía española. Se ha utilizado desde el siglo XI a la actualidad ininterrumpidamente.
Versos de arte mayor: Versos de nueve sílabas métricas o más. Pueden ser:
- Eneasílabos: 9 sílabas. Aparece en estribillos de poemas y canciones populares de los siglos XV al XVII, aunque su empleo aumento en los siglos posteriores.
- Decasílabos: 10 sílabas. Es de uso poco frecuente, y se utiliza en combinación con otros tipos de versos.
- Endecasílabos: 11 sílabas. Antes del siglo XVI se utilizaba esporádicamente en España. Pero a partir de entonces adquiere gran importancia, al adaptarse a la poesía española el endecasílabo italiano, convirtiéndose en uno de los más utilizados en toda la poesía castellana. Existen distintos tipos de endecasílabos, según la posición en que se encuentren los acentos no estróficos (el estrófico va siempre en la sílaba décima): el endecasílabo sáfico (lleva acentos en la 4ª y 6ª u 8ª sílabas), endecasílabo melódico (lleva acentos en 3ª y 6ª sílabas), endecasílabo heroico (lleva acento en 2ª y 6ª sílabas), endecasílabo de gaita gallega (lleva acentos en la 1ª, 4ª y 7ª sílabas), etc... Ej:
Sáfico: Cuando me paro a contemplar mi estadoHeroico: A Dafne ya los brazos le crecíanMelódico: Y la furia del mar y el movimiento
- Dodecasílabos: 12 sílabas. También se llamó verso de arte mayor, y fue muy utilizado en los siglos XIV y XV. Normalmente es un verso compuesto de dos hemistíqueos de seis más seis sílabas, o de siete más cinco sílabas, separados por una censura.
- Tridecasílabo: 13 sílabas. Poco frecuente.
- Alejandrino: 14 sílabas. Es el verso por excelencia del Mester de Clerecía (siglos XIII y XIV). Después, ha sido escasa su aparición hasta el siglo XIX, en los que fue utilizado por los poetas románticos.
- Pentadecasílabos: 15 sílabas.
- Hexadecasílabos u octonarios: 16 sílabas.
- Heptadecasílabos: 17 sílabas.
- Octodecasílabos: 18 sílabas.
- Eneadecasílabos: 19 sílabas.
El ritmo: Es la
repetición periódica de algo. En el verso se produce por la repetición periódica
de pausas, de acentos, y de ciertos fonemas situados al final de cada
verso.
En la literatura española, y en la mayoría de las literaturas de origen
románico, el verso está basado en la existencia de cuatro ritmos, que no tienen
porqué aparecer coexistiendo en el poema. La aparición o no de ellos depende,
fundamentalmente, de los gustos del poeta y, fundamentalmente, de la
época.
Estos cuatro ritmos están identificados con las cualidades del sonido, y son: el
ritmo de cantidad, el ritmo de intensidad, el ritmo de tono y
el ritmo de timbre.
El ritmo de cantidad: Lo marca el número de silabas métricas que tiene un verso. La sílaba métrica no coincide siempre exactamente con la sílaba gramatical; la sílaba métrica es una unidad poética: la unidad del ritmo de cantidad, que puede estar constituida por alguna de las siguientes licencias poéticas:
- Una sílaba gramatical.
- Una sinalefa: Dos sílabas gramaticales formando una sílaba métrica. Se produce cuando una palabra termina en vocal y la siguiente empieza por vocal; se cuenta como una sola sílaba, sean las vocales de abertura máxima, media o mínima. En principio la sinalefa se tiene siempre en cuenta, salvo que las palabras estén separadas por una coma, o el sentido recomiende hacer pausa entre ellas. Ej: Mon-ta-ña al-ta.
- La diéresis: Ruptura de un diptongo y formación de un hiato, de tal manera que una sílaba gramatical se convierte en dos sílabas métricas. Debe indicarse gráficamente con la diéresis ortográfica. Ej: Sü-a-ve.
- La sinéresis: Conversión de un hiato en un diptongo. Mucho menos frecuente que la licencia anterior. Ej: Roe-dor.
- Terminación aguda: Si la última palabra del verso es aguda, se cuenta una sílaba métrica más.
- Terminación esdrújula: Si la última palabra del verso es esdrújula, se cuenta una sílaba métrica menos.
El ritmo de intensidad: Lo marca los acentos prosádicos, o de intensidad, que aparecen en el verso. Tanto su número como su situación son variables, pero siempre ha de aparecer un acento de intensidad en la penúltima sílaba métrica, llamado acento estrófico. La posición que toman los demás acentos es menos regular, y éstos reciben diferentes nombres según su situación respecto al acento estrófico. Son de tres tipos:
- Acentos rítmicos: Si el acento estrófico coincide con una sílaba par, son rítmicos todos los acentos que vayan en sílaba par; y si el acento estrófico va en sílaba impar, son acentos rítmicos todos los acentos que vayan en sílabas impares.
- Acentos extrarrítmicos: Los acentos que no coinciden en el mismo tipo de sílaba (par o impar) que el acento estrófico.
- Acentos antirrítmicos: Son acentos antirrítmicos los que van en la sílaba inmediatamente anterior o posterior a un acento rítmico.
El ritmo de tono: Lo marca la entonación de los grupos fónicos. La longitud de cada grupo fónico (y su significado) junto a las pausas determinan el tono de la estrofa. En la lengua española encuentran tres tipos básicos de entonación: ascendente, descendente y en suspensión. Referentes a las pausas, en la poesía española se distinguen tres tipos:
- Pausa estrófica: Se produce obligatoriamente al final de cada estrofa. Suele representarse con los siguientes símbolos: ///.
- Pausa versal: Se produce obligatoriamente al final de cada verso. Suele representarse con los siguientes símbolos: //. Una anomalía dentro de la pausa versal es la que produce el encabalgamiento. Éste se produce cuando se rompe una pausa versal para mantener la unidad sintáctica entre dos palabras (determinante-nombre, verbo-adverbio, adverbio-adjetivo, etc...) que deben decirse sin pausa entre ellas. En el caso de que se mantuviese la pausa versal, tendría que romperse dicha unidad sintáctica.
- Pausa media: Se produce en el interior del verso y puede aparecer o no. Suele representarse con el siguiente símbolo: /.
- Pausa cesura: Se da en el interior de un verso (siempre compuesto) y lo divide en dos parte iguales o no, de forma que cada una se comporta casi como un verso independiente. Quiere decir que las dos partes (llamadas hemistíqueos) se han de analizar en cuanto a los ritmos de cantidad, intensidad, tono y timbre, de forma independiente; no habrá sinalefa entre ellas, se contará una sílaba métrica más o menos según termine en palabra aguda o esdrújula, y podrá existir una rima interna. Por lo tanto la cesura, que en definitiva es un tipo especial de pausa media, por su valor rítmico equivale a una pausa versal, y como tal suele representarse con los símbolos: //.
El ritmo de timbre: Lo marca la rima, que es la repetición total o parcial de ciertos fonemas al final de ciertos versos, a partir de la última vocal acentuada, o el acento estrófico. Existen dos tipos en la poesía española:
- Rima consonante: Donde sí son iguales todos los fonemas de dos o más versos, a partir de la última vocal acentuada. Se llama rima perfecta o total.
- Rima asonante: Donde sólo son iguales las vocales de dos o más versos a partir de la última vocal acentuada. Se llama rima imperfecta o parcial.
La estrofa: Es el
conjunto de dos o más versos cuyas rimas se distribuyen de un modo fijo. Es una
unidad métrica superior al verso; se trata de una serie de versos con la misma
estructura rítmica. La repetición de estrofas puede formar un poema.
El poema: Es la obra literaria
realizada totalmente en verso. Es la unidad poética superior en la que se
manifiesta la idea o el sentimiento que el poeta quiere expresar. Puede estar
formado por una o varias estrofas, o incluso estar construído por versos que no
forman estrofas (poema no estrófico). Algunas veces una sola estrofa puede
constituir un poema.
Los
principales tipos de estrofas de la poesía española son los siguientes
(la rima va señalada con letras mayúsculas si es verso de arte mayor, y con
letra minúscula si es verso de arte menor):
Pareado: Estrofa de dos versos, de
arte mayor o menor, que riman entre sí, con rima consonante normalmente (AA,
aa). Ambos versos no tienen porqué tener el mismo número de sílabas. Se han
utilizado a lo largo de toda la historia de la literatura española;
especialmente en refranes y sentencias. Al pareado compuesto por dos versos de
arte menor se le denomina aleluya.
Aunque la mona se vista de
seda,
mona se
queda.
(Iriarte)
Terceto: Combinación de tres
versos endecasílabos que riman primero con tercero y queda suelto el segundo
(ABA). Se suele presentar en series en la que este segundo verso suele rimar con
el primero y tercero del terceto siguiente, y así sucesivamente
(ABA-BCB-CDC-DCDC), añadiéndose un verso final para cerrar este tipo de
encadenamiento. Su procedencia es de Italia, y apareció en la poesía española en
el Renacimiento.
Yo quiero ser llorando el
hortelano
de la tierra que ocupas y
estercolas,
compañero del alma, tan
temprano.
Alimentando lluvias,
caracolas
y órganos mi dolor sin
instrumento,
a las desalentadas
amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
(Miguel Hernández)
Tercetilla: Es un terceto con versos de arte menor. Si la
rima es asonante se llama Soledad o Solea.
Muerto se quedó en la calle
con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie.
(Federico García Lorca)
Cuarteto:
Son cuatro versos endecasílabos, con rima consonante. Su esquema es ABBA. Llegó
a España a mediados del siglo XVI.
Una, dos, tres estrellas, veinte, ciento,
mil, un millón, millares de millares,
¡válgame Dios, que tienen mis pesares
su retrato en el alto firmamento!.
(Diego de Silva y Mendoza, conde de
Salinas)
Redondilla: Son cuatro versos
octosílabos consonantes, con esquema igual al cuarteto.
Un galán enamorado
de mal de amores a muerto,
y el efecto ha descubierto
que era dolor de costado.
(Alonso de Ledesma, de "En metáfora de sangría")
Serventesio: Cuatro versos endecasílabos
consonantes, con el esquema ABAB. Es una variante del cuarteto, de la misma
época que él.
Con varios ademanes horrorosos
los montes de parir dieron señales:
consintieron los hombres temerosos
ver nacer los abortos más fatales.
(Félix María Samaniego)
Cuarteta:
Cuatro versos octosílabos consonantes con esquema igual al serventesio:
ABAB.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
mil veces ciento, mil;
mil veces mil, un millón.
(Antonio Machado)
Copla:
Estrofa de cuatro versos de arte menor (normalmente octosílabos), con rima
asonante en los versos pares y quedan sueltos los versos impares.
Deixo amigos por estaños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin. canto ben quero...
¡Quén pudera no o deixar...!
(Rosalía de Castro)
Seguidilla: Estrofa de cuatro versos,
dos heptasílabos (primero y tercero) y dos pentasílabos (segundo y cuarto), que
riman alternos: el 1º y el 3º son heptasílabos, y el 2º y 4º pentasílabos. La
rima es consonante o asonante en los versos pares (-a -a). La seguidilla se
utiliza en la poesía española desde el siglo XI.
Las mujeres y las flores
son parecidas,
mucha gala a los ojos
y al tacto espina.
(José de Espronceda)
A
veces, la seguidilla va seguida de tres versos más: el 1º y 3º pentasílabos
asonantes, y el 2º heptasílabo suelto. A estos tres versos se les llama bordón, y al conjunto estrófico de los siete versos se le
llama seguidilla con bordón.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
(Miguel Hernández)
Cuaderna Vía: Son estrofas de cuatro
versos alejandrinos aconsonantados (AAAA), utilizado principalmente por los
poetas cultos del Mester de Clerecía en los siglos XIII y XIV. También se puede
llamar Tetrástrofo Monorrimo.
Era un simple clérigo, pobre de clerecía,
dicié cutiano missa de la sancta María;
non sabié decir otra, diciéla cada día,
más la sabié por uso qe por sabiduría.
(Gonzalo de Berceo)
Quinteto: Cinco versos de
arte mayor consonantes, rimando a gusto del poeta, con las siguientes
limitaciones.
- No puede quedar ningún verso suelto.
- No pueden rimar más de dos versos seguidos.
- Los dos últimos versos no pueden formar un pareado.
Marchando con su madre, Inés resbala,
cae al suelo, se hiere, y disputando
se hablan así después las dos llorando:
- ¡Si no fueras tan mala! - No soy mala.
- ¿Qué hacías al caer?. - Iba rezando.
(Ramón de Campoamor)
Quintilla:
Es un quinteto de arte menor.
Pasó un día y otro día,
un mes y otro mes pasó,
y un año pasado había;
mas de Flandes no volvía
Diego, que a Flandes partió.
(José Zorilla)
Lira:
Compuesta por cinco versos: 1º, 3º y 4º heptasílabos, 2º y 5º endecasílabos,
rimando 1º con 3º y 2º con 4º y 5º (7a-11B-7a-7b-11B). Es de origen italiano; su
nombre lo recibe del comienzo de la canción quinta de Garcilaso de la Vega "A la
flor de Gnido". Fue muy utilizada en el Renacimiento.
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en su momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
(Garcilaso de la Vega)
Copla de pie
quebrado: Compuesta por seis versos de arte menor,
con rima consonante, y con la siguiente disposición: 8a-8b-4c-8a-8b-4c. Se le
llama pie quebrado al verso de cuatro sílabas.
Este tipo de estrofa fue muy utilizada por Jorge Manrique (siglo XV), por lo que
también es conocida como copla manriqueña. Ha sido
utilizada en todas las épocas de la literatura española, sufriendo algunas
variaciones en la distribución de las rimas y en la situación del pie quebrado.
También puede recibir el nombre de sextilla.
¿Qué se hizieron las damas,
sus tocados, sus vestidos,
sus olores?.
¿Qué se hizieron las llamas
de los fuegos encendidos
de amadores?.
(Jorge Manrique)
Sexteto-lira: También puede llamarse
sexteto alirado, o lira de seis
versos. Su disposición es 7a-11B-7a-11B-7c-11C.
Suena tu blanda lira,
Aristo, de las Ninfas tan amada,
cuando Filis suspira,
y en la grata armonía embelesada
la tropa de pastores
escucha los suavísimos amores.
(José Marchena)
Octava
Real: Formada por ocho versos endecasílabos, con
rima alterna los seis primeros, y los dos últimos formando un pareado
(ABABABCC). Su origen es italiano, y llego a nuestra literatura en el siglo XVI.
También puede llamarse octava rima.
¡Pobre Teresa! Cuando ya tus ojos
áridos ni una lágrima brotaban,
cuando ya su color tus labios rojos
en cárdenos matices cambiaban,
cuando de tu dolor tristes despojos
la vida y su ilusión te abandonaban
y consumía lenta calentura
tu corazón al par de tu amargura.
(José de Espronceda)
Octava
Italiana: Formada por ocho versos de arte mayor de
rima consonante, rimando el 2º con el 3º, el 6º con el 7º, el 4º con el 8º
(debiendo ser esta rima aguda), y quedan sueltos el 1º y 5º. Llegó a la poesía
española en el siglo XVIII, procedente de Italia, y a lo largo de la historia ha
sufrido variaciones tanto en el número de sílabas como en la distribución
rítmica. También puede llamarse octava aguda.
¡Silencio! ¡En el misterio de las tumbas
la eternidad esconde su destino!
Húndete, pensamiento, en el mezquino
lugar de corrupción.
Tus atrevidas alas impotentes
al alzarse aumentaron tu caída;
confúndete, ya está desvanecida
tu orgullosa ilusión.
(Ángel María Dacarrete)
Octavilla
italiana: Ocho versos de arte menor, con la misma
disposición que la octava italiana.
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín;
bajel pirata, que llaman,
por su bravura "El Temido",
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.
(José de Espronceda)
Copla de arte
mayor: Compuesta por ocho versos dodecasílabos, con
rima consonante dispuesta de la siguiente manera: ABBAACCA. Fue muy utilizada
por el poeta Juan de Mena (siglo XV).
Al muy prepotente don Juan el segundo,
aquél con quien Júpiter tuvo tal zelo
que tanta de parte le fizo del mundo
quanta a sí mesmo se fizo del çielo;
al grand rey d'España, al Çesar novelo,
al que con Fortuna es bien fortunado,
aquél en quien caben virtud e reinado;
a él, la rodilla fincada por suelo,
...
(Juan
de Mena)
Décima o
Espinela: Llamada así su estructura fue fijada por
el poeta Vicente Espinel (S. XVI-XVII). Consta de diez versos octosílabos
consonantes, con el esquema ABBAACCDDC.
¿Dónde está ya el mediodía
luminoso en que Gabriel
desde el marco del dintel
te saludó: -Ave María?.
Virgen ya de la agonía,
tu hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte del Calvario
cítame en Getsemaní.
(Gerardo
Diego)
Determinadas combinaciones de los distintos tipos de estrofas,
dan lugar a los poemas estróficos, de los cuales los
principales son los siguientes:
Soneto: Estrofa de
catorce versos endecasílabos consonantes, compuesto por dos cuartetos con la
misma rima (ABBA ABBA), y seis versos que suelen formar dos tercetos (CDC DCD),
aunque puede adoptar otras combinaciones. Llegó a la poesía española en el siglo
XV, procedente de Italia, y a partir de ese momento se ha utilizado; llegando a
adoptar otras combinaciones y variaciones como el sonetillo (de arte menor), soneto con
estrambote (añadiéndole algunos versos a los catorce
señalados),...
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
(Francisco de Quevedo)
Canción: Poema con
una estructura compleja, que varía según el poeta y la época. Básicamente se
trata de una combinación de versos heptasílabos y endecasílabos en estrofas,
llamadas estancias; donde la distribución de la rima
es a gusto del poeta, pero una vez fijada en la primera estrofa, ha de
respetarla en todas las estancias siguientes. Su origen es italiano y llegó a la
poesía española en el Renacimiento.
Esto, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa.
Aquí de Cipïón la vencedora
colonia fue. Por tierra derribado
yace el temido honor de la espantosa
muralla, y lastimosa
reliquia es solamente.
De su invencible gente
sólo quedan memorias funerales,
donde erraron ya sombras de alto ejemplo.
Este llano fue plaza; allí fue templo;
de todo apenas quedan señales.
Del gimnasio y las termas regaladas
leves vuelan cenizas desdichadas;
las torres que desprecio al aire fueron
a su gran pesadumbre se rindieron.
(Rodrigo Caro)
Madrigal: Es una
canción más breve con carácter amoroso.
Cubrir los bellos ojos
con la mano que ya me tiene muerto,
cautela fue por cierto,
que ansí doblar pensastes mis enojos.
Pero de tal cautela
harto mayor ha sido el bien que el daño,
que el resplandor extraño
del sol se puede ver mientra se cela.
Así que aunque pensastes
cubrir vuestra beldad, única, inmensa,
yo os perdono la ofensa,
pues, cubiertos, mejor verlos dejastes.
(Gutierre de Cetina)
Poemas con
estribillos: Se trata de aquel poema donde uno o
varios versos se repiten periódicamente, que llamamos estribillo. Existen
diferentes tipos de estos poemas, pero los elementos comunes en todos ellos son:
un estribillo inicial de dos a cuatro versos, que se
van repitiendo total o parcialmente, una mudanza,
copla o pie de cuatro
versos o más, donde el último verso se llama verso de
vuelta, y ha de rimar con el estribillo o con el verso de éste que se
repita. Estos tipos de poemas se han utilizado desde la Edad Media hasta nuestro
días. Los principales poemas de esta clase son:
- Zéjel: Es de origen hispano árabe. Es una combinación para cantar que apareció en la España musulmana. Consta de tres a dos versos (estribillo inicial), cantado por el coro; tres versos monorrimos de arte menor (mudanza) y un cuarto verso (vuelta) que rima con el estribillo. Estos versos eran cantados por el solista. Son todos versos de arte menor, aconsonantados.
Que no cogeré yo verbenala mañana de San Juan,pues mis amores se van.Que no cogeré yo claveles,madreselvas ni mirabeles,sino penas tan cruelescual jamás se cogerán,pues mis amores se van.(Anónimo)
- Villancico: Composición similar al zégel, incluso en algunas ocasiones confundido, que han quedado a lo largo de las épocas como denominación de un canto de carácter religioso y navideño. Consta de un estribillo inicial, mudanza y verso de vuelta. Son todos versos de octosílabos o heptasílabos, encadenados de la siguiente manera: un estribillo de tres o cuatro versos, un pie que consta de mudanza (una redondilla) ,y dos o tres versos de enlace que riman con el estribillo. Su estructura suele ser: a-b-b (estribillo) // c-d-d-c (mudanza) // c-b-b (enlace, vuelta con dos últimos versos del estribillo).
El perdido que es perdido,por buscar a quien se pierde,que se pierda, ¿qué se pierde?.Que se pierda, que os perdáis,niño, cuando vos queréis,pues por ganarme os perdéisy tan cierto me ganáis.Si el tiempo tan bien gastáisen buscar a quien se pierde,que se pierda, ¿qué se pierde?.¿Qué se pierde (bien mirado)si ha recoger ha venidoal más ganado perdido,al más perdido ganado?.Quien tan bien anda ocupadoen buscar a quien se pierde,que se pierda, ¿qué se pierde?.(Alonso de Ledesma)
- Letrilla: Denominación que aparece en el Siglo de Oro para todos los poemas con estribillo. Tenía como principal característica su tono burlesco o satírico. Son todos versos de arte menor aconsonantados, con estructura similar al villancico -incluso en algunas ocasiones igual- donde el estribillo suele ser más breve (dos versos), y el pie más largo (llegando incluso a diez versos). Su estructura suele ser. a-a (estribillo) // b-c-c-b-b-a (pie) // a-a (dos últimos versos de estribillo) // d-e-e-d-d-a (pie) // a-a (dos últimos versos de estribillo) // ...
Poderoso caballeroes don Dinero.Madre, yo al oro me humillo;él es mi amante y mi amado,pues, de puro enamorado,de contino anda amarillo;que pues, doblón o sencillo,hace todo cuanto quiero,poderoso caballeroes don Dinero....(Francisco de Quevedo)
Glosa: El tema suele ser expuesto en la primera estrofa (llamada texto) y desarrollado en las siguientes (llamadas glosa), repitiendo en éstas los versos de la primera. Son versos octosílabos aconsonantados, con la siguiente estructura, normalmente: a-b-b-a // c-d-c-d-c-a-e-a-e-a // f-g-f-g-f-b-h-b-h-b //... ó a-b-a-b // c-d-d-c-a-a-e-e-a // f-g-g-f-b-b-h-h-b // ...
¡ Si mi fue tornase a es
sin esperar más será,
o viniese el tiempo ya
de lo que será después...!
Al fin, como todo pasa,
se pasó el bien que me dio
Fortuna, un tiempo no escasa,
y nunca me le volvió,
ni abundante ni por tasa.
Siglos ha ya que me ves,
Fortuna, puesto a tus pies;
vuélveme a ser venturoso;
que será mi ser dichoso
si mi fue tornase a es.
(Miguel de Cervantes)
Existen poemas cuya
estructura no es la combinación de los distintos tipos de estrofas antes
explicados, sino que tienen su propia estructura, sus características, y en sí
forman un poema. Estos poemas son denominados poemas no estróficos, siendo los
principales los que a continuación se especifican.
Romance: Junto al soneto, es el tipo
de poema más empleado en la poesía española. Consiste en una serie indeterminada
de versos octosílabos, aconsonantados en los pares y sin rima los impares. Su
utilización comenzó en el siglo XV, y su origen, parece ser, está en la
partición que se hacía de los versos de arte mayor en los cantares de gesta
medievales. Dependiendo del número de sílaba que componga sus versos toma otros
nombres; así los de versos heptasílabos se llaman romance
endecha, los de versos hexasílabos romancillo,
y sin son versos de arte mayor, romance
heroico.
En Santa Gadea de Burgos
do juran los hijosdalgo,
allí toma juramento
el Cid al rey castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo.
...
(Anónimo)
Silva: Serie ilimitada de versos
heptasílabos y endecasílabos consonantes, rimados a gusto del poeta, y en la que
pueden aparecer versos sueltos. La única condición es que las rimas no esté muy
separadas. Es de origen italiano, y comenzó su utilización en la poesía española
en el siglo XVI.
Pura, encendida rosa,
émula de la llama
que sale con el día.
¿Cómo naces tan llena de alegría,
si sabes que la edad que te da el cielo
es apenas un breve y veloz vuelo?.
Y no valdrán las puntas de tu rama
ni tu púrpura hermosa
a detener un punto
la ejecución del hado presurosa.
(F. de Rioja)
Versos sueltos: Poemas donde
aparecen todos los ritmos (cantidad, intensidad y tono), a excepción del ritmo
del timbre, no tiene rima. Se comenzó a utilizar a partir del siglo XVI.
Versos libres: Poemas sin ningún
esquema métrico fijo, es decir, no aparece ninguno de los ritmos explicados.
Este tipo de poemas se basa en otro tipo de ritmo (disposición de las palabras,
estructura sintáctica, ...) que es único para cada poema. Es la estructura
básica de la poesía del siglo XX.
A continuación
exponemos las distintas figuras retóricas existentes en la literatura española,
muy utilizadas por los poetas, y que es imprescindible conocer para mayor
entendimiento del lenguaje poético y literario.
Alegoría: Se le denomina a la correspondencia
prolongada de símbolos o metáforas.
|
Aliteración: La repetición de uno o varios fonemas en
distintas palabras, con una frecuencia perceptible.
|
Anadiplosis: Se repite la última parte de un grupo
sintáctico o de un verso al principio del siguiente.
|
Anáfora: Una serie de frases o fragmentos de frases que
comienzan de la misma forma.
|
Antítesis: También llamado contraste, consistente en oponer dos
ideas o términos contrarios.
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Apóstrofe: Dirigir apasionadamente la palabra a seres
animados o inanimados, fuera de la estructura de la
oración.
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Asíndeton: Supresión
de conjunciones que servirían usualmente de enlace.
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Conversión: Consiste en repetir una misma palabra varias
veces al final de cada oración, verso o estrofa.
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Elipse: Omisión de palabras habitualmente
consideradas necesarias.
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Encabalgamiento: Cuando la unidad sintáctica de un verso se
prolonga en el siguiente.
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Epanadiplosis: Una frase o un
verso empiezan y terminan del mismo modo.
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Epíteto: Adjetivación ornamental no
especificativa.
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Eufemismo: Forma de expresión amable para ocultar o
disimular algo desagradable o tabú.
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Hipérbaton: Inversión o modificación acentuada
del orden sintáctico habitual.
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Hipérbole: Exageración desmesurada.
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Interrogación
retórica: Enunciar una
pregunta, no para recibir respuesta, sino para dar más fuerza al
pensamiento.
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Ironía: Sugerir o afirmar algo lo contrario de lo que se
piensa o siente.
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Juego de
palabras: Utilizar un mismo
significante con dos significados distintos.
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Metáfora: En
general, identificación de un término real con una imagen; el término real
puede aparecer expresado o no.
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Metonimia: Existen
distintos tipos: Designar el todo con el nombre de una parte; designar una
parte con el nombre del todo; designar una parte de un todo con el nombre
de otra parte de otro todo. A los dos primeros casos se le denominan
sinécdoque.
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Paradoja: Reunión de pensamientos
aparentemente irreconciliables, pero de sentido
coherente.
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Paralelismo: La anáfora se denomina paralelismo cuando la
repetición es casi total, con una leve variación final.
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Paranomasia: O paronomasia. Situar cercana dos
voces de parecido significante, pero de distinto
significado.
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Perífrasis: También llamado circunloquio, consistente en un
rodeo que elude, mediante una marcada amplificación, la expresión
directa.
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Pleonasmo: Palabras
innecesarias que refuerzan la idea.
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Polisíndeton:
Multiplicación de conjunciones innecesarias.
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Prosopopeya: Se trata de atribuir cualidades no
correspondidas con su género vital. La más habitual es la personificación:
atribuir a las cosas o animales cualidades humanas. Otros tipos de
prosopopeyas son la animación: atribuir a seres
inanimados cualidades de los animados; la animalización; atribuir a seres
humanos características de los seres irracionales; y la cosificación: atribuir
a los seres vivos cualidades del mundo inanimado.
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Reduplicación: Es la repetición de una palabra al
principio o dentro de una oración.
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Retruécano: Cuando
una frase está compuesta por las mismas palabras que la anterior, pero
invertidas de orden o función.
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Silimicadencia: O asonancia. Cuando dos o
más palabras cercanas tienen idénticos sonidos finales.
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Símbolo: Objeto o
cualidad mencionados como reales, pero aludiéndose al mismo tiempo a otra
realidad distinta.
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Símil: O comparación. Se diferencia de la
figura anterior en que aquí aparecen siempre explícitos y sin especificar
el término real y la imagen.
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