Rehén de una ventana abierta y atónita
ante un mundo nocturno de silencios librepensadores,
luna cuarto creciente de espejismos y ráfagas de rocío
en mi cerebro y pecho,
sentimientos sagaces azorando beldades de árboles sombras
y nítida coexistencia de murmullos
sólo visibles a espectros que deambulan
entre cocuyos gestores de alboradas.
Una mujer repleta de emociones
queriendo ser galaxia
y con lágrimas aflorando ante el tenue roce
de ternuras contenidas
en un boleto de autobús pisoteado y desarraigado,
vislumbrando imperceptiblemente
un garabato que sentencia amor.
Se adormeció mi inspiración,
Mis sueños han sido trasquilados por la rutina,
Mi orfandad de palabras paraliza mi decir.
Mi corazón sin alas agoniza en amor coartado por mi terquedad.
Alina Geno, desde Cuba