Nota del editor
Réquiem por un mundo desfallecidoRéquiem por un mundo desfallecido es el título del más reciente poemario de Javier Claure Covarrubias, escritor boliviano que reside en Estocolmo. El libro está compuesto por veintidós poemas en los que el autor regresa a la poesía social y a las tradiciones y la historia de su tierra natal, así como a la vivencia de su juventud. Hoy presentamos una breve entrevista que le hizo la periodista argentina Araceli Otamendi, editora de las revistas digitales Archivos del Sur y Barco de Papel.
Javier Claure Covarrubias
Poesía
Estocolmo, Suecia, 2014
ISBN: 978-91-637-6763-0
78 páginas
—Pues mira, en general me suelen inspirar hechos históricos, imágenes, una mujer, conceptos, paisajes de la naturaleza, las adversidades de la vida, etc. Pero también me conmueven las cosas simples y pequeñas como, por ejemplo, el vuelo de una golondrina, el colorido de los árboles en otoño o una hormiga caminando por un tronco. En fin, el poeta se inspira en la vida, el amor y la muerte. Entonces, tomando en cuenta todos estos aspectos, este libro surgió, sin ataduras, para sacar a luz ese lenguaje especial con el que lloro, amo, odio y denuncio las miserias de este mundo esquizofrénico. Y debo decirte que este poemario contiene más poesía social en comparación con mis dos libros anteriores: Preámbulos y ausencias y Extraño oficio. Hace un tiempo atrás hice un viaje hermoso por algunos países de África. Estuve en Juffure, un pueblo de Gambia. De ese lugar salió, a latigazos, el joven Kunta Kinte para nunca más volver a encontrarse con su familia. En Senegal he visitado la Casa de los Esclavos en la Isla de Gorée. Por lo tanto, no podía faltar, en este poemario, un poema dedicado al bello continente africano. Como tampoco podía faltar un poema dedicado a Palestina. Otros poemas están dedicados al medio ambiente, a la belleza femenina, al tiempo, a la noche etc.
—Se puede leer en estos poemas cierto desencanto hacia algunos temas; el título Réquiem por un mundo desfallecido ya dice algo de esto. ¿Tenés esperanza de que se mejoren algunas situaciones que se producen en el mundo?
No significa que esté pensando todo el tiempo en mi tierra natal. Creo más bien que llevo una Bolivia portátil en mis adentros.
—Si bien vivís hace muchos años en Suecia, tu país natal Bolivia está en tu corazón y en tu literatura. ¿Cómo viven los recuerdos de Bolivia para escribir? ¿Es como la infancia que siempre es motivo de inspiración para los escritores?
—Cuando uno vive fuera de su país muchos años, como es el caso mío, siempre existe una nostalgia por el país de origen. Y esa añoranza se agudiza en navidad, año nuevo, carnavales o cumpleaños de familiares. En otras palabras, no significa que esté pensando todo el tiempo en mi tierra natal. Creo más bien que llevo una Bolivia portátil en mis adentros. Y, en mi caso, ha sido reflejada en algunos de mis poemas. En mi primer libro hay una poesía que se titula “Mi patria”, y en el segundo un par de poemas hacen referencia a mi país. Pues en este mi tercer poemario hay tres poemas dedicados a Bolivia. Por supuesto que la infancia es un gran motivo de inspiración para todo poeta o escritor. Concretamente el poema “La palliri” es una inspiración de mi adolescencia. Cuando subía, con mis amigos, al cerro Pie de Gallo, donde se encuentra la mina San José, en los alrededores de Oruro, nos encontrábamos con esas mujeres llamadas “palliris”. El apelativo de “palliri” viene de la palabra quechua “pallar”, que significa recolectar. La “palliri” es una mujer que trabaja fuera de la mina y recolecta o separa, a martillazos, el mineral de las piedras. Nací en la capital folklórica de Bolivia, en donde cada año se realiza un fastuoso carnaval declarado por la Unesco, en el año 2001, como obra maestra del patrimonio intangible y oral de la humanidad. El Tío de la mina, figura mítica en las minas de Bolivia, es uno de los protagonistas de este carnaval. A este personaje he dedicado un poema. El poema “Pertenencia quechua” está dedicado al litoral boliviano arrebatado hace más de un siglo.
—¿Qué poetas te inspiran?
—Bueno, en realidad hay muchos poetas que me inspiran. Para citar sólo algunos: Antonio Machado, Jaime Sáenz, Alfonsina Storni, Nicanor Parra, César Vallejo, José Martí, Alejandro Jodorowsky, Gonzalo Rojas, etc. [Miguel Hernández]