POESIA PALMERIANA

Los poetas somos como los leones, después de que nos disparen podemos lanzar nuestras garras. Página administrada por el poeta Ramón Palmeral, Alicante (España). Publicamos gratis portadas de los libros que nos envían. El mejor portal de poetas hispanoamericanos seleccionados. Ramón Palmeral poeta de Ciudad Real, nacido en Piedrabuena.
Contacto: ramon.palmeral@gmail.com.
La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

viernes, 3 de octubre de 2014

"El limonero lánguido", de Antonio Machado, 1903

El limonero lánguido suspende
una pálida rama polvorienta
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera,

tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
Sí, te conozco, tarde alegre y clara,
casi de primavera
.

Antonio Machado, Soledades, galerías y otros poemas (1907).


   Para entrar en un poema, primero no hay que tener prisa; segundo, hay que leerlo un par de veces y ver si tenemos una idea general del mismo. Fijémonos en este espléndido poema de Antonio Machado (1875-1939) . Lo publicó por primera vez en 1903 con el título "El poeta visita el patio de la casa en que nació". El poema, pues, está vertebrado por un recuerdo: un patio sevillano, un limonero de frutos amarillos y una fuente limpia. No necesitamos más. Toda la niñez del poeta está resumida en esos tres elementos. ¿Qué ve un niño? Los limones -frutos de oro- se reflejan en el agua de la fuente limpia. ¿Qué hace el niño? Cree que son reales y, tras un momento de indecisión, mete sus manos en el agua de la fuente para coger los limones. Pero, pero... no son reales. Miremos ese momento único en que el niño cree que son reales, que están ahí dentro. ¿No es un símbolo maravilloso de la niñez que cree en tantas cosas mágicas?
Esta es la esencia del poema: un recuerdo que se va revelando en el decurso del poema. De hecho lo que arriba he explicado no se sabe hasta los últimos versos. Suele suceder en Antonio Machado que el estallido de la emoción vaya al final del poema. El poema revela un sentimiento complejo porque Machado adulto vuelve al patio de su niñez, que está igual que cuando era niño: la fuente, el limonero, las macetas de hierbabuena... Los limones se siguen reflejando en el agua. Pero él ahora no cree en la magia, en aquella ilusión de su niñez. Sin embargo, hay algo en esa tarde repetida que la conecta con la de su niñez. Luchan -al modo de Unamuno- la razón y la fe. Machado adulto retorna y conecta poéticamente con el tiempo anterior en que todo era posible.
   "Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, /casi de primavera,/tarde sin flores, cuando me traías/ el buen perfume de la hierbabuena,/y de la buena albahaca,/ que tenía mi madre en sus macetas./ Que tú me viste hundir mis manos puras/ en el agua serena,/ para alcanzar los frutos encantados/ que hoy en el fondo de la fuente sueñan... / Sí, te conozco, tarde alegre y clara,/casi de primavera.
   Todo el paisaje (el patio, el limonero, la fuente) está cargado de sentimiento; se va cargando progresivamente hasta que, luminosamente, se nos revela al final el sentido del poema: el niño que mete las manos para coger los frutos dorados en el agua de la fuente.
    Machado ha convertido este paisaje exterior en un paisaje del alma y para él, como para nosotros, destila sentimiento. Cuando lo comprendemos, algo luminoso se enciende y se apodera de nosotros: la misma sensación de maravilla que en Machado niño-adulto. La clave ha sido írnoslo revelando paso a paso. Ha dejado que la intuición penetrara lentamente en nosotros hasta que se ha mostrado esa emoción profunda que presenta el poema.
Leed el poema con lo que sabéis ahora.
   Yo sentí la misma sensación de adulto una vez en Lanzarote en el interior de la cueva de los Verdes. Pero no os puedo contar en qué consistió porque os quitaría la magia de la visita al lugar. Es inolvidable.
El verbo "soñar" tiene en Machado complejos significados. Aquí "sueñan" quiere decir que los limones reposan en el fondo; pero que sigue existiendo una ilusión viva en él. Como en muchos de nosotros ¿no?