una pálida rama polvorienta
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera,
tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
Sí, te conozco, tarde alegre y clara,
casi de primavera.
Antonio Machado, Soledades, galerías y otros poemas (1907).
Para
entrar en un poema, primero no hay que tener prisa; segundo, hay que
leerlo un par de veces y ver si tenemos una idea general del mismo.
Fijémonos en este espléndido poema de Antonio Machado (1875-1939) . Lo
publicó por primera vez en 1903 con el título "El poeta visita el patio
de la casa en que nació". El poema, pues, está vertebrado por un
recuerdo: un patio sevillano, un limonero de frutos amarillos y una
fuente limpia. No necesitamos más. Toda la niñez del poeta está resumida
en esos tres elementos. ¿Qué ve un niño? Los limones -frutos de oro- se
reflejan en el agua de la fuente limpia. ¿Qué hace el niño? Cree que
son reales y, tras un momento de indecisión, mete sus manos en el agua
de la fuente para coger los limones. Pero, pero... no son reales.
Miremos ese momento único en que el niño cree que son reales, que están
ahí dentro. ¿No es un símbolo maravilloso de la niñez que cree en tantas
cosas mágicas?
Esta
es la esencia del poema: un recuerdo que se va revelando en el decurso
del poema. De hecho lo que arriba he explicado no se sabe hasta los
últimos versos. Suele suceder en Antonio Machado que el estallido de la
emoción vaya al final del poema. El poema revela un sentimiento complejo
porque Machado adulto vuelve al patio de su niñez, que está igual que
cuando era niño: la fuente, el limonero, las macetas de hierbabuena...
Los limones se siguen reflejando en el agua. Pero él ahora no cree en la
magia, en aquella ilusión de su niñez. Sin embargo, hay algo en esa
tarde repetida que la conecta con la de su niñez. Luchan -al modo de
Unamuno- la razón y la fe. Machado adulto retorna y conecta poéticamente
con el tiempo anterior en que todo era posible.
"Sí,
te recuerdo, tarde alegre y clara, /casi de primavera,/tarde sin
flores, cuando me traías/ el buen perfume de la hierbabuena,/y de la
buena albahaca,/ que tenía mi madre en sus macetas./ Que tú me viste
hundir mis manos puras/ en el agua serena,/ para alcanzar los frutos
encantados/ que hoy en el fondo de la fuente sueñan... / Sí, te conozco, tarde alegre y clara,/casi de primavera.
Todo
el paisaje (el patio, el limonero, la fuente) está cargado de
sentimiento; se va cargando progresivamente hasta que, luminosamente, se
nos revela al final el sentido del poema: el niño que mete las manos
para coger los frutos dorados en el agua de la fuente.
Machado ha convertido este paisaje exterior en un paisaje del alma y para él, como para nosotros, destila sentimiento.
Cuando lo comprendemos, algo luminoso se enciende y se apodera de
nosotros: la misma sensación de maravilla que en Machado niño-adulto. La
clave ha sido írnoslo revelando paso a paso. Ha dejado que la intuición
penetrara lentamente en nosotros hasta que se ha mostrado esa emoción
profunda que presenta el poema.
Leed el poema con lo que sabéis ahora.
Yo sentí la misma sensación de adulto una vez en Lanzarote en el interior de la cueva de los Verdes. Pero no os puedo contar en qué consistió porque os quitaría la magia de la visita al lugar. Es inolvidable.
El
verbo "soñar" tiene en Machado complejos significados. Aquí "sueñan"
quiere decir que los limones reposan en el fondo; pero que sigue
existiendo una ilusión viva en él. Como en muchos de nosotros ¿no?