MARISA TREJO SIRVENT
Señor:
Quisiera
armar en estos
días
un árbol dentro de mi
corazón
y colgar en lugar de regalos
los nombres
de todos mis amigos. Los de cerca
y los de lejos. Los de siempre y los de
ahora.
Los que veo cada día, y los que raramente
encuentro,
los de siempre recordados, y los que a veces se me
olvidan
los constantes y los inconstantes. Los de las horas
difíciles, y los de las horas alegres. A los que sin querer
herí, sin querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco
profundamente, y aquellos a quienes conozco apenas por sus
apariencias.
Los que me deben, y a quienes debo mucho. Mis amigos humildes
y mis amigos importantes. Los nombro a todos y a los que pasaron
por mi vida.
Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean arrancados
de mi corazón, y que al florecer el año próximo traiga esperanza, amor y paz,
y en la Navidad, Señor, nos podamos encontrar para compartir uvas de
esperanza
poniendo un poco
de felicidad en aquellos
que todo lo han perdido
Feliz Navidad
Quisiera
armar en estos
días
un árbol dentro de mi
corazón
y colgar en lugar de regalos
los nombres
de todos mis amigos. Los de cerca
y los de lejos. Los de siempre y los de
ahora.
Los que veo cada día, y los que raramente
encuentro,
los de siempre recordados, y los que a veces se me
olvidan
los constantes y los inconstantes. Los de las horas
difíciles, y los de las horas alegres. A los que sin querer
herí, sin querer me hirieron. Aquellos a quienes conozco
profundamente, y aquellos a quienes conozco apenas por sus
apariencias.
Los que me deben, y a quienes debo mucho. Mis amigos humildes
y mis amigos importantes. Los nombro a todos y a los que pasaron
por mi vida.
Un árbol de raíces profundas para que sus nombres nunca sean arrancados
de mi corazón, y que al florecer el año próximo traiga esperanza, amor y paz,
y en la Navidad, Señor, nos podamos encontrar para compartir uvas de
esperanza
poniendo un poco
de felicidad en aquellos
que todo lo han perdido
Feliz Navidad