Publicar o morir en el intento
¿Habéis intentado publicar algún texto literario por primera vez en vuestra vida? Tal vez habéis revisado las diversas convocatorias de premios de entidades públicas o privadas en cuyas bases se recoge la edición posterior del original premiado. Tal vez habéis tenido la temeridad de, sin ser un autor conocido, enviarlo a diversas editoriales. Da igual en la lengua que escribáis, sea una de nuestras lenguas oficiales o, si sois extranjeros, en otra de ellas: la dificultad es la misma. Os sentís transparentes, como fantasmas que no son vistos por los mortales. En el mejor de los casos, asistís impertérritos a la noticia del libro ganador sin localizar ninguna valoración o comentario de vuestra obra: no habéis sido seleccionados ni como finalistas. Del mismo modo, tampoco habéis encontrado una respuesta a vuestro mensaje donde enviabais vuestro original. Es posible que solo recibierais un breve mensaje como “hemos recibido su propuesta. Agradecemos el interés por nuestra editorial”, sin ningún tipo de respuesta posterior que indique que vuestro texto ha sido como mínimo leído. En algunas ocasiones, rebuscareis entre vuestra carpeta de correo basura por si el mensaje no hallado ha encontrado acomodo en alguna parte de vuestro escritorio...
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