POESIA PALMERIANA

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La mayor satifacción que tengo al escribir es saber que alguien me lea cuando yo esté muerto.

miércoles, 6 de mayo de 2020

12 reglas de Stephen King para escribir con éxito





En el artículo Stephen King contaba un par de historias y daba doce consejos que paso a resumirte a continuación, porque estoy seguro de que te serán de lo más útiles.

1. Sé talentoso

Este es el punto más polémico de los doce, porque Stephen King equipara el talento con «conseguir que alguien te pague por lo que escribes». Y es que, mal que nos pese, será difícil mantener una carrera literaria duradera si no somos capaces de «comprar» el tiempo que necesitamos para escribir.
King reconoce tener su propia opinión sobre la calidad del trabajo de algunos autores superventas, pero subraya que los escritores que consiguen cobrar por sus trabajos están consiguiendo hacer algo muy importante: comunicarse con un gran número de gente que quiere lo que ellos están ofreciendo. De otro modo, ningún editor se arriesgaría a publicarlos.
Así, un mal escritor es para Stephen King alguien que no consigue cobrar por sus publicaciones. Es alguien que no está logrando avanzar en su carrera literaria. Y si no consigues avanzar en tu carrera literaria, tal vez debas pensar en dedicarte a otra cosa.
¿Cuándo? No después de 6 cartas de rechazo, ni tampoco después de 60, pero tal vez sí que debas pensar en ello después de 600 rechazos.
¿Y después de 6.000? Después de 6.000 cartas de rechazo tendrías que tenerlo más que claro.
Lo cierto es que casi todos los aspirantes a escritor saben cuándo se están acercando a su objetivo. Los editores empiezan a acompañar sus cartas de rechazo con breves notas o comentarios personalizados, etc.
Pero esto sólo lo veremos si somos realistas. Y King recomienda ser siempre lo más realista posible, porque si tus ojos están abiertos sabrás en qué dirección debes caminar, o incluso cuando debes volverte.

2. Sé pulcro

En su artículo, Stephen King recomendaba escribir a doble espacio y en un papel blanco de buena calidad.
Hoy, con las nuevas tecnologías, los requisitos para cumplir con esa pulcritud han cambiado: formatea tus textos de forma elegante, sin usar fuentes estridentes, asegúrate de que el receptor de tu manuscrito vaya a poder leerlo (yo siempre guardo las versiones finales de mis manuscritos en formato .rtf para asegurarme de eso), y, en general, sigue todas las directrices que te haya dado el destinatario de tu manuscrito.
Si te pide que el documento vaya a doble espacio, envíaselo así.
Si te pide que la fuente sea una Times New Roman, o una Calibri, o una Arial, formatéalo así.
Si te pide que acompañes tu manuscrito de un sobre lleno de billetes pequeños sin marcar, tal vez debas buscar otro editor más fiable.

3. Sé autocrítico

Si has hecho pocas correcciones en tu manuscrito no es porque seas un genio de la literatura, sino porque eres un vago de tomo y lomo.
Nadie escribe nada bien a la primera. Como bien decía Hemingway, «el primer borrador de todo es siempre una mierda«.
No seas chapucero.

4. Elimina toda palabra superflua

¿Quieres sermonear al público? Genial. Ve al parque más cercano, súbete a una caja de fruta y hazlo.
¿Quieres que alguien pague por lo que escribes? Ve al grano.
Y si después de eliminar toda la paja de tu texto descubres que no hay en él nada de grano, tira el papel a la basura y empieza de nuevo, o pasa a escribir algo diferente.

5. Nunca consultes un libro de referencia mientras estás escribiendo el primer borrador

¿Quieres escribir una historia? Perfecto. Aléjate del diccionario, de las enciclopedias y, en general, de cualquier libro de referencia que creas que vayas a poder necesitar. Sobre todo, aléjate de los diccionarios de sinónimos. Cualquier palabra para la que tengas que recurrir a un diccionario de sinónimos será la palabra equivocada. No hay ninguna excepción a esta regla.
¿Crees que puedes haberte equivocado al escribir una palabra o un dato concreto? Entonces tienes dos opciones: puedes consultarlo para asegurarte de no equivocarte (y ya de paso perder también el flujo de tu escritura y con él tu ritmo de trabajo) o puedes escribir cualquier cosa y marcar esa parte del texto como pendiente de corregir.
Recuerda que esas palabras no se irán a ningún sitio.
Cuando te sientes a escribir, escribe. No hagas nada más, a excepción de levantarte para ir al baño. Y aun eso también, sólo cuando sea estrictamente necesario.

6. Conoce el mercado

Sólo un zopenco enviaría a McCall’s una historia sobre unos murciélagos vampiro gigantes que merodean alrededor de un instituto. Y sólo un zopenco enviaría a Playboy la tierna historia de cómo una madre y una hija tratan de superar sus diferencias en una cena de Nochebuena. Pero la gente hace este tipo de cosas todo el rato.
Si te has preocupado por escribir una buena historia, ¿por qué no te preocupas también por buscarle el mejor destinatario posible? ¿Dejarías ir a tu hijo a una montaña nevada vestido sólo con un pantalón corto y una camiseta?
Si te gusta la ciencia ficción, lee revistas que publiquen ciencia ficción para ver qué tipo de relatos publican. Si quieres escribir historias de confesiones, lee este tipo de revistas.
De esta forma no sólo conseguirás que tu historia llegue al mejor destinatario posible, sino que también escucharás el ritmo interno del mercado editorial, aprenderás lo que más gusta y disgusta a los editores, etc. Lo que leas se verá reflejado en lo que luego escribas. Y eso tal vez pueda ayudarte a vender algún que otro relato.

7. Escribe para entretener

¿Quiero esto decir que no puedes escribir «literatura seria»? Para nada.
En algún momento los críticos establecieron una separación artificial entre la literatura de entretenimiento y las ideas profundas, pero esto es algo que hubiera sorprendido mucho a Charles Dickens, por no hablar de Jane Austen, John Steinbeck, Willian Faulkner, Bernard Malamud y otros cientos de autores más.
Por supuesto que puedes escribir sobre temas profundos. Pero tus ideas sobre estos temas siempre deberán estar al servicio de la historia, no al revés.
Te lo repetiré una vez más: si quieres dar un sermón, coge una caja de fruta y súbete a ella.

8. Pregúntate a menudo si te sigues divirtiendo

Tu respuesta no siempre tiene por qué ser afirmativa. Pero si descubres que siempre es negativa, tal vez haya llegado la hora de cambiar de proyecto… o de carrera.

9. Cómo gestionar las críticas

Enseña tu trabajo a varias personas. Escucha con atención lo que esos lectores tienen que decirte. Sonríe y asiente todo el rato, y luego repasa con detenimiento todo lo que te han dicho.
Si varios de tus críticos hacen hincapié en un mismo aspecto de tu historia -un punto de giro que no funciona, un personaje que resulta artificial, etc.-, corrígelo. No importa si para ello tienes que cambiar algo con lo que estás muy satisfecho. Si un montón de gente te está diciendo que algo no funciona en tu historia, es porque no funciona.
Si cada uno de los lectores crítica algo diferente, en cambio, puedes hacer caso omiso de sus recomendaciones sin ningún pudor.

10. Cumple con todas las reglas a la hora de enviar tus manuscritos

En este punto King habla de los sobres para la devolución de nuestro manuscrito, los sellos, etc., pero en estos tiempos de envíos electrónicos quiero repetir lo que ya mencionaba en el punto 2 de esta misma entrada: presta gran atención a los requisitos que pone cada editor para el envío de manuscritos y cumple con ellos de forma escrupulosa.

11. ¿Agentes? Olvídate de ellos por ahora.

Los agentes editoriales se llevan en torno al 10% del dinero que generan sus clientes, y el 10% de cero es cero.
Los agentes editoriales, por extraño que parezca, también tienen que pagar el alquiler. Y los autores noveles no les ayudan demasiado con ello. Mueve tus relatos por revistas. Ponte en contacto con algunos editores y envíales algún capítulo de muestra de tu novela, o incluso el manuscrito completo si así te lo piden. Y recuerda siempre la Primera Regla de Stephen King sobre Agentes y Escritores, aprendida por propia experiencia: no necesitarás ningún agente editorial hasta que no hayas generado suficiente dinero como para que a alguien le merezca la pena robártelo.
Cuando hayas generado esa cantidad de dinero con tu literatura, tendrás la oportunidad de elegir un buen agente literario que vele por tus (y sus) intereses.

12. Si es malo, acaba con él

Cuando hablamos de gente, la ley no ve con buenos ojos eso del asesinato por compasión. Pero si hablamos de ficción, esta es la única ley: si algo es malo en tu manuscrito, acaba con ello.
Eso es todo lo que Stephen King nos dice (muy resumido y traducido de forma libérrima) antes de desearnos un buen día y despedirse.
¿Qué te parecen estos doce consejos?
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Un abrazo lector.

La trayectoria de Stephen King como escritor ha dado cambios y giros sorprendentes desde sus primeros libros, como Carrie u Ojos de fuego, pasando por la que es, quizá, su obra más impactante, It -que veremos pronto en el cine-, junto con obras más personales como Corazones en la Atlántida. En cualquier caso, King es uno de los autores estadounidenses más vendidos y conocidos del mundo de los últimos treinta años, y uno no llega ahí por casualidad. Si estáis muy interesados en su trabajo, no puedo dejar de recomendaros su libro Mientras escribo, indispensable si quieres dedicarte a la literatura de manera profesional. Pero, por ahora, revisemos sus mejores consejos para escritores.

Escribe para ti, luego preocúpate por la audiencia. King afirma que “cuando escribes una historia, te la estás contando a ti mismo. Cuando la reescribes, tu principal trabajo es quitar las cosas que no forman parte de ella”.
No te obsesiones con la gramática. Hay que escribir de manera correcta, sí, pero el objetivo de la narración es hacer sentirse al lector bienvenido y contarle una historia, no la corrección gramatical absoluta.
La magia está dentro de ti. Sí, la verdad es que esto queda algo cursi, señor King. Pero tiene razón, si dudas de tu trabajo dejas entrar al miedo y entonces serás incapaz de terminar nada de manera correcta.
Lee. Lee. Lee. “Si no tienes tiempo para leer, no tienes ni tiempo ni herramientas para escribir”. Vivir aislado en tu propio mundo de escritura y reescritura no es bueno, te impide crecer como autor. Es la mejor manera de aprender, ya que así ves cómo se resuelven problemas que veías insuperables.
No te preocupes en hacer al resto de la gente feliz. “Si tratas de escribir de la manera más sincera posible, tus días como miembro de la sociedad educada están contados, de todas formas”. Viene a resumir un consejo que hemos dado en otras ocasiones: el que escribe para todo el mundo acaba escribiendo para nadie.
Apaga la televisión. “La televisión, mientras trabajas o en cualquier otro lugar, es la última cosa que un aspirante a escritor necesita”. Esto se puede extrapolar hoy en día a cualquier otra distracción como los teléfonos inteligentes o las redes sociales.
Tienes 3 meses. “El primer borrador de un libro no debería llevarte más de tres meses, la duración de una estación”. Lo cierto es que King nunca ha tenido problemas en esto, si atendemos a la velocidad con la que saca libros. Quizá los que tenemos que trabajar en otras cosas podamos ir un poco más lentos.
Permanece fiel a tu estilo. “Uno no puede imitar el acercamiento de un autor a un género en particular, sin importar lo sencillo que parezca que ese escritor lo esté haciendo”. Si te dispersas a la hora de crear tu estilo, te vas a diluir en un mar de otros autores. Encuentra tu voz y mantente pegado a ella.
La documentación no debe oscurecer la narración. “Recuerda esta palabra: detrás. Ahí es donde pertenece la documentación, tan atrás en el trasfondo como puedas dejarla”. En ocasiones ese largo trabajo de documentación nos parece que tiene que tener más protagonismo… pero en realidad no es así y acaba lastrando la narración.
Escribir es para ser feliz. “Escribir no es para hacer dinero, hacerse famoso, tener citas, sexo o amigos. Escribir es magia, es el agua de la vida. El agua es gratis, así que bebe”. Las expectativas a la hora de iniciar una carrera literaria no deberían ir más allá de lo que dice King, hay que escribir por placer.
¿Qué os parecen estos consejos? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Vía: Open Culture
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Alfredo Álamo
(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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