un vuelo torpe en la amanecida,
rayos de sol en eclipse trazaron focos al infinito
y, abajo, el mar plomizo los esperaba silencioso
hecho un chorro de hielo fundido.
Los árboles de nuestra alameda junto al río
caminan hacia la noche llenos de palabras,
palabras que son preguntas capciosas
como diamantes colgado de la hojas ricas
a donde los ruiseñores han ido.
a donde los ruiseñores han ido.
Sus pies son como la de los pianos sin música
quietos y callados en una enramada virginal
de cuerdas y tripas de animales disecados,
de cortezas como suelas de zapatos.
Y tu rostro donde se reflejan estrellas,
son la muestra de los deseos amorosos saciados
guardados en mí y cerrados por la cerradura de mi
compartido corazón ansioso de ti.
Al amanecer los pájaros con sueño
picotean en las jaulas con recuerdos esclavos
donde antes vivieron otros pájaros,
-no ruiseñores indómitos
la prisión de alambre-
y mis pies obligados a caminar, toman la
vereda sagrada de la alameda hacia la noche
y hacia tu amor imposible.
y hacia tu amor imposible.
Ramón Palmeral
San Juan (Alicante), 31 de mayo 2014
San Juan (Alicante), 31 de mayo 2014