Las 'crónicas de vagabunda' de Julia Alegre
Lleva el periodismo en las venas, ya que se crió entre padres periodistas. Es autora de 'Crónicas de una vagabunda', lanzado el pasado 5 de mayo. Con este libro cuenta experiencias del Sudeste Asiático con ínfulas de trotamundos y ansias de libertad
Julia Alegre (34) es periodista y además es coleccionista de momentos que expresa a través de la escritura. Julia escribió su primera obra Crónicas de una vagabunda en plena pandemia. Este libro no es de viajes, lo que pretende "es contar cómo disfrutar el Sudeste Asiático desde la experiencia". Es hija de dos grandes periodistas, Paloma Barrientos y José María Alegre, pero no le gusta que la comparen con sus padres. Actualmente está trabajando en una compañía de marketing ya que siente que la profesión la abandonó.
- ¿Cómo fue la experiencia de vivir en Colimbia?
- Estoy enamorada de Colimbia, siento amor. Es el país que me acogió y me permitió trabajar como periodista en los medios de comunicación más importantes. Sin embargo me encontré con cuestiones que tuve que mirar con diferentes perspectivas. Latinoamérica es super complejo.
«Un día desaté el caos. Todavía en Colombia, dejé mi trabajo, mi casa, la relación que me unía a ciertos individuos cuya existencia dejé de añadir a la mía y viceversa. Mi vida sistémica acabó cayendo por su propio peso, o la hice caer yo que, para el caso lo mismo da», dice la autora Julia Alegre Barrientos. «Agarré mis cosas y me marché a hacer realidad una ensoñación de 15 años: conocer Angkor Wat en Camboya. Me prometí que, si lograba alcanzar ese lugar del mundo, la expedición me llevaría a verlo todo, exprimir el viaje hasta sus últimas consecuencias, apenas podría contenerme», explica Julia.
«Crónicas de una vagabunda no es un libro de viajes, tampoco es una crónica periodística al uso. Es una sucesión de relatos sobre el peregrinar consciente por el Sudeste Asiático, en el que mi innata curiosidad de periodista se desplegó para hacerme experimentar la grandeza del viaje y celebrar a las personas, acontecimientos y dificultades que se fueron sucediendo a medida que el camino se abrió y la vida encontró por donde discurrir. El objetivo nunca fue llegar, sino descubrir, observar, empaparme del movimiento, de lo efímero que parece ser todo y contarlo. Todo lo que relato en mi libro sucedió como se cuenta y cuento, honestamente sí sucedió, yo estaba ahí para verlo. Más adelante, lo interpreté, lo traduje en palabras, las más precisas que encontré, con la promesa de configurar una narración no ficticia y, sin embargo, provista de una consciencia inconsciente de la que no puedo desprenderme, humanamente no puedo», cuenta la autora.