Mucho se ha escrito en la prensa sobre el encuentro entre estos dos grandes escritores, el norteamericano y el británico en los años cincuenta en Churriana (Málaga).
Ernest Hemingway ya era Premio Nobel de Literatura desde 1954 cuando cruza el Atlántico junto con su cuarta esposa, Mary Welsh; su secretaria, la irlandesa Valerie, a bordo de transatlántico Constitución y desembarcaron el 1 de mayo de 1959 en Algeciras instalándose en La Cónsula, finca propiedad de su compatriota, Bill Davis, y su esposa, Anna Baker, en Churriana, una barriada de la ciudad de Málaga. La revista Life le había encargado a Hemingway un reportaje que ya era considerado como el enfrentamiento de toreros más grande de la historia: el mano a mano entre Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez que tendría lugar ese verano de ese año. Fue el último viaje por España.
El escritor estadounidense se quedó prendado de la finca La Cónsula. No era para menos, por su arquitectura colonial y, sobre todo, por su precioso jardín botánico. Pasó aquel verano entre vinos y rosas.
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(El autor del artículo en La Consula Málaga)