Si ya no hay sosiego en esta tierra,
Si no encuentro la paz que me acompañe,
Si todo está perdido entre tinieblas,
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Si todo mi camino se ha borrado,
Si ya no encuentro el halo que me salve,
Si nada hay de ingente ni de arcano,
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Si todo lo que encuentro se me pierde,
Si todo lo que busco no lo encuentro,
Si todo lo que soy se me enajena,
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Si ya no sé quien soy ni lo que siento,
Si ya no sé qué soy ni qué pretendo,
Si ya lo que sentía no lo siento,
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Si ahora lo que siento no lo entiendo,
Y cuando lo comprendo él no lo siente,
Si ya todo ha cambiado entre la gente,
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Si ya vivo muriendo en mi tormenta,
Y cuando vivo muerta, porque vivo,
Si yo el vivir muerta no he pedido
¿por qué he de vivir sin querellarme?
Conchi Galindo Pedrosa