EXÉGESIS al prólogo de Vicente Ramos Pérez al poemario Con las manos alzadas de Consuelo Jiménez de Cisneros (Pp. 17-19) en la primera edición de 1977, Caja de Ahorros Provincial, Diputación de Alicante.
Por Ramón Fernández Palmeral (1)
- En el primer párrafo del prólogo, Vicente Ramos se identifica como rilkeano, es decir, seguidor del gran poeta austríaco en lengua alemana Rainier Maria Rilke (1875-1926). Ramos escribe:
“El principio rilkeano de que poesía es experiencia tanto en el hecho determinante del contenido como en la posibilidad liberadora de la forma en el tiempo concreto, a la vez que el verso se descarga de artificialidad. Vía de la naturaleza.”
En esta frase, que resulta algo críptica, Vicente parece querer mostrar a la joven poeta que él es el maestro, el guía. Y en cierto sentido lo era, además de ser un seguidor de Rilke, como demuestra en su propio poemario Las Elegías de Guadalest, inspirado en las Elegías de Duino. La sierra de Aitana fue, para Vicente, un retiro espiritual, pues tenía una casa de verano en Benimantell (Valle de Guadalest), un lugar que había inspirado a otros artistas como Óscar Esplá, Gabriel Miró, y Emilio Varela, aunque solo esporádicamente. Rilke, en cambio, escribió su obra maestra invitado por la princesa Marie von Thurn und Taxis entre octubre de 1911 y mayo de 1912, durante un periodo de profunda depresión.
Habiendo señalado esta afinidad entre Vicente y Rilke, el párrafo puede resumirse en que el poeta se nutre de su experiencia personal, ya que la poesía representa una verdad y un sentimiento vivido. En una ocasión, cuando su editor le comentó que no entendía las Elegías de Duino, Rilke respondió: “La poesía no se escribe para ser entendida, sino para ser sentida”. Creo que este consejo es similar al que Vicente, desde su posición de maestro, le dio a Consuelo, quien entonces tenía 21 años. Le sugirió que entendiera la poesía como un camino en el que, a veces, el verso celebraría la belleza y, en otras ocasiones, reflejaría los infiernos internos, como las propias depresiones de los poetas, y su consiguiente incomprensión del lenguaje.
- En el segundo párrafo, Ramos se refiere a la juventud de Consuelo, quien contaba con 21 años, describiéndola como “su iluminada juventud”. Menciona que estaba progresando y “fructificando con evidencias líricas”. Aunque este no era su primer poemario, Consuelo emergía con fuerza y confianza, situándose entre poetas como Manuel Molina Rodríguez (1917-1990) y el propio Vicente Ramos (1919-2011).
- En el tercer párrafo, Ramos continúa con la idea del “camino de libertad” en el firme quehacer literario de la autora, aludiendo a que no solo es un camino hacia el progreso humano, sino también hacia el “ejercicio artístico”. Sin libertad creadora no se puede avanzar en literatura ni en arte, ni tampoco en el progreso humano. La libertad creativa es una condición sine qua non; no podemos seguir aferrados a las viejas ideas del pasado. Vicente define Con las manos alzadas como una obra que muestra un “espíritu liberado”.
- En el cuarto párrafo, Ramos celebra la “alegría para cuantos hemos nacido en tierras” de escritores y poetas, mencionando a autores emblemáticos como Azorín (José Martínez Ruiz), Gabriel Miró, y Miguel Hernández. Elogia a Consuelo Jiménez de Cisneros por explorar “la esfera de lo real”, destacando que Alicante es también cuna de esta joven y talentosa autora, llena de fuerza y sensibilidad, quien se inspira en sus raíces mediterráneas y en la luz que caracteriza a la región.
- En el quinto párrafo, Vicente Ramos destaca los poemas de Con las manos alzadas como un “libro alicantino”, no solo por los temas que trata, sino también por “las calidades estilísticas, formadas y desplegadas en la peculiar atmósfera sensible” de la región. Vicente es el creador del concepto de “alicantinidad”, una identidad particular para los alicantinos y su entorno, una esencia distintiva del Levante español. Ramos defendía que nuestra región debería llamarse “Levante” y no “Valencia”, para que Alicante no perdiera su identidad. Destaca un verso de Consuelo, una bella metáfora: “y se hizo niño el mar en nuestras manos” (v. 4 del poema “Recuerdo infantil”, pág. 26).
- En el sexto párrafo, Ramos menciona que el proceso humanizador impregna la poesía de Consuelo, en la más honda tradición alicantina. Nombra a cuatro alicantinos destacados: Gabriel Miró, Julio Bernácer, Eduardo Irles, y Juan Sansano. Alicante y su provincia son luz y mar: “la ola luminosa / donde resbala el cielo” (estrofa sexta del poema “El Postiguet de noche”, pág. 55).
- En el séptimo párrafo, Ramos destaca la “melancolía mediterránea” de Consuelo en poemas como “Vendedor de jazmines”, “Parque del Portal de Elche”, “San Nicolás, las ocho de la tarde, día de labor” y “Panteón de Quijano”. Estos poemas están llenos de sutilezas, como en el verso “Soy el ángulo de este parque público…” del poema “Parque del Portal de Elche” (pág. 44). Absorta en este emblemático jardín junto a la Rambla de Méndez Núñez, la autora se sumerge en una experiencia mística y lírica.
- En el octavo párrafo, Ramos ofrece una síntesis de Con las manos alzadas, señalando que en este libro “lo costumbrista, trascendido de ternura y ansias de vuelo metafórico, transmuta la anécdota en símbolo, fundamento el más valioso, a mi juicio, de este libro…”. Vicente considera que el nombre de Consuelo se une al de otros autores alicantinos como Óscar Esplá, Azorín, Carlos Arniches, Gabriel Miró, Miguel Hernández, y a los escultores Vicente y Daniel Bañuls.
- Finalmente, en el último párrafo, Ramos cierra su prólogo exaltando la sensibilidad libre de Consuelo, quien dedica sus versos a pueblos como Agost, Benidorm y Elche: “barro de vida”, “invierno pálido” y “gozoso de la universalidad de su Dama”, respectivamente. Vicente concluye su prólogo con tres palabras: “Versos bellos entrañables…” y tres puntos suspensivos, sugiriendo que podría continuar con sus elogios.
Alicante, 9 de noviembre de 2024
Publicado en libros: CALAMÉO digital
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(1) Autor de Exégesis de la Elegías de Duino, Amazon
-Hermenéutica de la de Elegías de Guadalest de Vicente Ramos