Poesía argentina y Malvinas: Una antología (1833-2022)
Muchas gracias a Victoria Torres (Universidad de Colonia, Alemania) y
Enrique Foffani (UNLP y CONICET) por el amoroso trabajo de investigar,
recopilar y prologar “Poesía argentina y Malvinas: Una antología
(1833-2022)”. Un libro que reúne la obra de casi 100 autores desde 1833
hasta hoy. Un orgullo que incluyeran mi breve poema "Clase 62" y ser una
de las 18 mujeres antologadas en esta obra.
S.C.
Más sobre el libro en:
https://idihcs.fahce.unlp.edu.ar/se-presento-la-antologia-de-poesias-sobre-malvinas/
Poetas que traducen poetas
Por primera vez una mesa de poesía traducida y por poetas nuestros. Fue un verdadero lujo. Jorge Aulicino (poemas de Passolini), Jorge Fondebrider (poetas irlandeses: Moya Cannon y Louis Mac Naice), Silvia Camerotto (el Patterson de W.C.Williams), Jonio González (la estadounidense Linda Pastan y poetas catalanes), Inés Garland e Ignacio Di Tullio (Sharon Olds).
Pier Paolo Pasolini por Jorge Aulicino
“El siguiente poema no alcanzó a ser leído -por razones de tiempo- en la mesa de poetas traductores del Festival de Poesía de la 46° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el pasado 30 de abril”. Jorge Aulicino
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CASI A LA MANERA DE AJMÁTOVA, PARA ELLA
Un poeta dice que un poeta es un gorrión
que repite toda la vida las mismas notas.
Las tuyas son las notas de un gorrión que cree
que su vida es toda la vida.
Nadie va a desilusionar a un gorrión, porque
a un gorrión no se lo puede desilusionar:
su seguridad es como la presencia -
sobre la tierra- de Tsárskoye Seló [1].
¿Ha pasado la revolución sobre Tsárskoye Seló?
Por cierto, ha pasado, pero simplemente como
"un evento que no tiene igual": *
el gorrión ha continuado cantando.
Nada existe si no se mezcla con el misterio:
¿qué testimonio tendríamos de los "eventos"
si no cantase antes y después de ellos
un gorrión con su canto leve y severo?
*Son palabras de Ajmátova [Nota del Autor]
[1] La Villa de los Zares, a 24 kilómetros de San Petersburgo. El edificio principal de este conjunto es el famoso Gran Palacio de Ekaterina, del siglo XVIII [Nota del Traductor]
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922-Ostia, 1975) "Poesie marxiste, 1964-1965", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión de Jorge Aulicino
Homenaje a Ana Emilia Lahitte
Detalles. Para que no se apaguen las brasas…Teuco Castilla y Rafael F. Oteriño llegan con sus anécdotas y recuerdos de Ana Emilia, además de manuscritos. (Los quieren resguardar, aún del tiempo). Olga Romero y Cristina Sathicq con sus historias para compartir. Luisa Ramírez, nuestra anfitriona, y el orgullo de una pequeña Sala Museo, para todos. Liliana, que armó la biblioteca esencial dentro de la Sala y a medida que ordenaba fue encontrando cartas, fotos y postales de Ana Emilia. El regalo de una foto propia, dedicada, personal, por parte de Osvaldo Ballina, para que la poeta nos sonría desde su escritorio, como siempre. Norma Etcheverry leyendo un poema de Mux, uno de sus poetas capitales. Paula Parisi y su emocionado recuerdo. Leandro López, el más joven y noble del taller de aquellos tiempos… y hasta el final. Sergio Casanovas y su laúd. Un cálido grupito de la SADE La Plata, a la que perteneció…Y nosotros, espectadores, con el corazón estrujado. Gracias porque la cultura no es otra cosa que esto: detalles, migajas, racimos (como dijo el Teuco: “sin una uva el racimo está incompleto”); soplar el fuego para que no se apague, como escribía un poeta Lapón.
Sandra Cornejo, marzo, 2022
La Sala Ana Emilia Lahitte se encuentra en el Palacio Francisco López Merino de La Plata.
(Calle 49 N° 835, La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina).
Invierno
Poesía Argentina
La Fundación Argentina para la Poesía presenta un nuevo tomo de la
colección "Poesía argentina contemporánea" integrado por: Susana
Cabuchi, Sandra Cornejo, Magdalena D'Onofrio, Manuel Luis Martí, Carlos
María Romero Sosa, Gabriel Sánchez Sorondo, Edda Sartori, Antonio Tello,
Silvina Vuckovic y Carolina Zamudio.
La presentación del libro se realizará en marzo de 2022.
En lo particular, agrdezco este regalo navideño, en un año especialmente complejo.
S.C, diciembre 2021.
"Terapia Intensiva"
Estela Calvo
Responder
es atizar
sin llamas
hasta incendiar
con salmos
las fronteras
que la duda
quebranta
Responder
es despertar
-de pronto-
con la vida
brotada
de las llagas.
Estela Calvo (La Plata 1931-1995), entrañable referente de nuestra poesía. Este poema pertenece a su libro “Terapia Intensiva” reeditado por Prueba de Galera editoras en 2020, plena pandemia.
El libro se presentará el miércoles 22 de dic a las 19 hs en el Palacio Francisco López Merino de La Plata, AR.
W. S. Merwin
"Vuelve
creyente en la sombra
creyente en el silencio y la elegancia
creyente en helechos
creyente en la paciencia
creyente en la lluvia"
- W. S. Merwin, en "Empty Water", de The Rain in the Trees
Foto de Sarah Cavanaugh
Más sobre W. S. Merwin en:
https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/08c1ea8d-228f-40c9-bf23-3a8e237a6952/cultivar-lo-salvaje
"El borde"
Silvia Montenegro
“Habitante ella misma de un borde poético, Silvia Montenegro
reconstruye un mundo con lo precario, lo efímero, lo fragmentario.
Compone un film donde las escenas se suceden como se suceden los vagones
de un tren que pasa, lejos, deshaciéndose en la planicie. Llanura que
es también océano manso, fijo en la pupila. Poema embrión en su
placenta, ávido de luz, de abrazo, para reír, si es posible “contra toda
oscuridad”.”
“El borde” (Prueba de Galera Editoras) en la revista chilena “Escritores y poetas en español".
Reseña completa en:
http://letras.mysite.com/scor220921.html
SC. septiembre 2021
Juliana de Norwich
Y de cualquier manera, todo tipo de cosas irán bien."
LINDA PASTAN
por Jonio GonzálezLO QUE QUEREMOS
Lo que queremos
nunca es sencillo.
Nos movemos entre las cosas
que pensábamos que necesitábamos:
un rostro, una habitación, un libro abierto
y esas cosas tienen nuestro nombre...
ahora, nos necesitan.
Pero lo que necesitamos se aparece
en sueños, lleva disfraces.
Descendemos,
tendemos los brazos
y por la mañana
nos duelen.
No recordamos el sueño,
pero el sueño se acuerda de nosotros.
Está ahí todo el día
igual que un animal está ahí
debajo de la mesa,
igual que las estrellas están ahí
aun cuando brilla el sol.
trad. de Jonio González en "Esperando mi vida", traducciones de Rosa
Lentini y Jonio González, Igitur, Castellón de la Plana, 2021.
En librerías a principios de septiembre próximo.
La imagen: Tapa del libro.
WHAT WE WANT
What we want
is never simple.
We move among the things
we thought we wanted:
a face, a room, an open book
and these things bear our names--
now they want us.
But what we want appears
in dreams, wearing disguises.
We fall past,
holding out our arms
and in the morning
our arms ache.
We don't remember the dream,
but the dream remembers us.
It is there all day
as an animal is there
under the table,
as the stars are there
even in full sun.
Alejandro Pidello
"à dem"
“El lobo de cada uno observa las señales previsibles… El lobo de cada
uno se desintegra en un espejo de lobo…”. Mínimo fragmento de “à dem”,
intenso libro de Alejandro Pidello. "à dem”, abreviatura de “à demain”,
“hasta mañana” en francés, reúne poemas y cine-poemas…no es fácil, pero
sí bello, incluso desde la estética del objeto en sí.
Un espacio donde leer acerca del libro:
https://www.lacapital.com.ar/cultura-y-libros/refinamiento-y-magia-n2666843.html?fbclid=IwAR1jdr6z1Wm4yl7gHD14NMVaXH6JFDigHpSqzBgjsgwusSlh-PZ-AyPewHY
"Mujeres de alambre"
Ya disfruté “Las puntadas perdidas”. Ahora, desde Dina Huapi, en
nuestra Patagonia, me llega “Mujeres de alambre”. Una delicia de
encuentro entre amigas que disfrutan de la lectura e hilan sus palabras
luego, para convertirlas en libro. Leeré con amor estos textos de Heidi
Bittermann, Clementina Macaroff, Diana Pantanali, Sandra Plana y Mirta
Santiago (su mirada atenta). (Las esculturas que ilustran el libro son
de Sandra Plana).
S.C.
"Usar la palabra como vehículo para tejer red, para conocernos y reconocernos ejerciendo lo que mejor hacemos las mujeres, sociabilizarnos y producir estrategias de bienestar". Mirta Santiago, fragmento de la contratatapa del libro.
Contacto en Bariloche, Argentina:
info@taiken.com.ar
PEREGRINAJES
Profesor Brian Thorne“Una de las cosas que más me gusta de la catedral aquí en Norwich es cuando toda la catedral está disponible para el silencio y nada más. Además creo que en la meditación el individuo es libre, libre de ser, libre para pasearse o deambular; para regresar. Existe una especie de libertad interior que probablemente, de alguna manera, se hace presente en la catedral. Usted entra a la catedral y allí encuentra un gran espacio en el que usted puede ser libre. Usted entra al silencio de la meditación y allí, interiormente hay gran libertad”.
En "Revista Meditatio"
https://www.meditacioncristiana.net/boletin_internacional_meditatio
Imagen:
Tumba de Juliana de Norwich
Irene Vallejo
Quédate, fantasma
"Ciertas personas —como algunos libros— son presencias invisibles con el poder de acompañarnos siempre: recordar es, en cierto modo, dejarse visitar por fantasmas".
Texto completo en:
https://elpais.com/eps/2021-06-05/quedate-fantasma.html
Irene Vallejo (España, 1979)
Paisajes del alma/Unamuno
-fragmento-La nieve había cubierto todas las cumbres rocosas del alma, las que, ceñidas de cielo, se miran en éste como en un espejo y se ven, a las veces, reflejadas en forma de nubes pasajeras. La nieve, que había caído en tempestad de copos, cubría las cumbres, todas rocosas, del alma. Estaba ésta, el alma, envuelta en un manto de inmaculada blancura, de acabada pureza, pero debajo de él tiritaba arrecida de frío. ¡Porque es fría, muy fría, la pureza!
...
Los que miraban desde el valle la cumbre blanca y solitaria eran los
espíritus, las almas de los árboles, de los arroyos, de las colinas;
almas fluidas y rumorosas las unas, que discurrían entre márgenes de
verdura, y almas cubiertas de verdura, otras. Allá arriba era todo
silencio.
"Paisajes del alma" de Miguel de Unamunu (España 1864-1936) fue
publicado por primera vez en El sol de Madrid el 6 de enero, 1918
Imagen: Miguel de Unamuno en el claustro de la Universidad de Salamanca, en los años treinta - ABC
Centro de Arte / UNLP
En primera persona
Ciclo "En primera persona. Los procesos de escritura"
Centro de Arte UNLP
Coordina el poeta Martín De Souza
Universidad Nacional de La Plata
https://www.centrodearte.unlp.edu.ar/en-primera-persona-sandra-cornejo/
Grabado el viernes 14/05/21
19:30h
Ganadores del 1° Certamen Internacional de poesía
Palacio Francisco LópezMerino, 2021
En: https://cultura.laplata.gob.ar/ganadores-del-1-certamen-internacional-de-poesia-palacio-francisco-lopez-merino-2021/
Más de 20 países, 14 provincias argentinas y 300 inscriptos participaron de este certamen de poesías, que ya tiene ganadores.
La Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de La Plata, dio a conocer los resultados de la exitosa convocatoria realizada en el mes de enero del corriente año, en la que actuaron como jurados los destacados escritores locales Sandra Cornejo, Martín de Souza y Roberto Macció.
En ese sentido el primer premio fue para Nicolás Pinkus, de CABA, por su poema “La eternidad es un plan quinquenal”, que será exhibido en el Complejo Bibliotecario Municipal Francisco López Merino; mientras que el segundo y tercer premio correspondieron a María Cristina Briante de Vicente López (Pcia. De Bs. As.) por “Bartleby, el escribiente de Herman Melville”, y Juan Carlos Bernasconi de Salta por “Café Gijón”; quienes recibirán sus respectivos diplomas.
Por su parte recibirán menciones de honor los poetas Mabel Antonini de La Plata (Bs. As. Argentina), Galindo César Enrique De León de Guatemala, Felipe Armando González de Clorinda (Formosa, Argentina), Nelson Guerra de Montevideo (Uruguay), Ángela Liliana Siracusano de Banfield (Bs.As., Argentina), Jorge Gustavo Torres y Felisa Zicari, ambos de CABA (Argentina).
Cabe señalar que la convocatoria se realizó para escritores mayores de 18 años, sin restricciones de nacionalidad o residencia, y tuvo carácter libre y gratuito.
Lista de ganadores y menciones con título de las obras
Primer Premio
Autor: Pinkus, Nicolás. (CABA, Argentina) -Poema: La eternidad es un plan quinquenal
Segundo Premio
Autor: Briante, María Cristina. (Vicente López, Bs. As., Argentina)- Poema: Bartleby, el escribiente de Herman Melville
Tercer premio
Autor: Bernasconi, Juan Carlos. (Salta, Argentina)- Poema: Café Gijón
Menciones por orden alfabético
Antonini, Mabel. (La Plata, Bs. As., Argentina) – Poema: Uno termina matando…
De León, Galindo César Enrique. (Guatemala) – Poema: Del otro lado de la nada
González Felipe Armando (Clorinda, Formosa, Argentina) – Poema: A Panchito López Merino
Guerra, Nelson. (Montevideo, Uruguay) – Poema: Guaroj para hacer una mesa de madera
Siracusano, Ángela Liliana. (Banfield, Bs.As., Argentina) – Poema: Corazón de lata
Torres, Jorge, Gustavo. (CABA, Argentina) – Poema: Atardecer en la terraza
Zicari, Felisa. (CABA, Argentina) – Poema: Poemas Tei Kei
(28 abril, 2021by Selva Ten Huver)
23 de abril, día internacional del libro
"De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda,
el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el
telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la
voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el
libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la
imaginación."
Jorge Luis Borges
“Los libros para mí, son un hogar. Los libros no hacen un hogar, son un
hogar, en el sentido de que hacemos como con una puerta, abrimos un
libro y entramos. En su interior hay un espacio diferente y un tiempo
diferente....También hay un calor: una chimenea. Me siento con un libro y
tengo calor. Lo sé desde las gélidas noches en el peldaño de casa."
Jeanette Winterson
"P.- Cómo le gusta leer, ¿en papel o electrónico? ¿Un libro cada vez o varios? ¿Por la mañana o por la noche?
R.- Los leo en papel pero no porque no me guste el libro electrónico o
los audiolibros, para mí es la historia, no el medio. Simplemente creo
que el libro sigue siendo la mejor interfaz. Si inventan algo nuevo, me
convertiré. Es lo que me pasó cuando me di cuenta de que mi fonoteca era
Spotify y no mi colección de discos y vinilos. Es triste, vale, pero no
es para tanto".
Jo Nesbo (en El Cultural)
“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una
vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado
la prueba del tiempo… quizás evolucionen sus componentes, quizás sus
páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es”.
Umberto Eco
"Dentro de esa familiaridad con los relatos y los libros, en la idea de
que había que saber un poco de todo para poder habitar en el mundo,
recuerdo el momento en que descubrí, en la cocina de casa, en un libro
muy de la época, que esos dibujos llamados letras podían unirse y formar
palabras y que esas palabras eran los nombres de las cosas. No se
trataba de literatura, era la vida misma que –suponía yo- se presentaba
de ese modo para todos, en todas las casas y en todas las familias. Años
más tarde comprendí que no todos los niños tenían acceso a los libros y
eso hizo que tomara cierto rumbo, el de trabajar en la construcción de
lectores".
María Teresa Anddruetto
"Todo lo que tienes que hacer es sacar un libro del estante y abrirlo... y, de repente, la oscuridad ya no es tan oscura ".
Ray Bradbury
Imagen del adorable cortometraje "Los Fantásticos Libros Voladores del
Sr. Morris Lessmore" codirigido por William Joyce y Brandon Oldenburg.
Fonoteca de Poesía Contemporánea
Gracias a la Fonoteca Global de Poesía, en especial a María Luisa López y gracias especiales a Ana Lafferranderie!
Aquí tres poemas de “Bajo los ríos del cielo” (Ediciones Al Margen, 2014), leídos en este lado del tiempo.
Sandra Cornejo, marzo, 2021.
https://fonotecapoesia.com/sandra-cornejo/
en youtube directamente:
https://youtu.be/vLrgiNTAXUg
Adam Zagajewski
(Polonia, 1945-2021)MALETA
Cracovia nublada por la mañana, las colinas humeaban.
En Múnich llovía, los Alpes, invisibles
y pesados, descansaban en los valles como piedras.
Hasta Atenas no vimos el sol que
provocó que el aire, todo el aire,
toda una inmensa flota de aire
se transformara en oro tembloroso.
Como dicen los escritores religiosos: de repente
me convertí en otra persona.
Soy tan sólo un turista en el mundo visible,
una de entre esas miles de sombras que
deambulan por las salas inmensas de los aeropuertos-
y detrás de mí como un perro fiel con sus pequeñas ruedas
tengo a mi maleta verde.
Soy tan sólo un turista distraído,
pero amo la luz.
Foto: LISBETH SALAS
Traducción: Xavier Farré
ADAM ZAGAJEWSKI
PREMIO PRINCESA DE ASTURIAS DE LAS LETRAS 2017, Discurso
SC, marzo, 2021
En "El desaguadero"
poemas de "Corteza"Dos poemas de Corteza de Sandra Cornejo
por Fernando G. Toledo, 16 de febrero 2021.
Fragmento de "Tacet"
de Giovanni Pozzi
La palabra y el silencio
La palabra es el rasgo distintivo del hombre, no por estar asociada a su naturaleza, sino por ser parte constitutiva de él. El hombre nace, se desarrolla, se moldea y se expresa dentro de un lenguaje. Y, al conducir el lenguaje necesariamente al diálogo, es el plano en el que se realiza el encuentro yo-tú, del que el solitario intenta huir por ser incompatible con su propósito. Aquí, como ya he dicho, aparece la amenaza más importante para quien busca la soledad: el sujeto corre el peligro de ahogarse en el fango de la objetivación de sí mismo. Para evitar esto sin renunciar al ideal, el solitario se ve obligado a afrontar su génesis y su ejecución del lenguaje, para contrastarlo con la génesis y la ejecución de su contrario.
En la interioridad del yo nace un pensamiento que se plasma en forma de palabra; el individuo lo emite revestido de sonidos impuestos por una herencia compartida con el destinatario; durante la emisión, su intimidad se halla suspendida de ese hilo sonoro que recorre la distancia entre el yo y el tú, el emisor y el destinatario. Inmediatamente después, la palabra calla, pero vive, duplicada, además de en el interior de quien la ha engendrado, en el interior de quien la ha recibido. Dos momentos de silencio enmarcan el instante en que la palabra se reviste con un sonido real: el momento vital en el que el pensamiento anhela estar formado de sonidos, y el momento en el que la palabra se despoja del sonido y se despliega en forma de palabra tácita.
Existen, por tanto, tres categorías de silencio en relación con la
palabra: el silencio de quien la formula, el de quien la escucha y el de
quien la conserva. Es necesario encontrar dentro de la soledad los
espacios donde cultivar estos silencios y descubrir la forma de darles
vida con un interlocutor que hable en silencio.
Nota: Fragmento de Tacet, Un ensayo sobre el silencio. (Siruela, 2019). Traducción del italiano de Mercedes Corral.
Giovanni Pozzi (Locarno, 1923-Lugano, 2002) fue un eminente italianista
que impartió clases de Literatura Italiana en la Universidad de
Friburgo. De entre sus numerosas publicaciones cabe destacar
especialmente La parola dipinta (1981) y Sullorlo del visibile parlare (1993). La edición original de Tacet, limitada y no venal, apareció por primera vez en 2001.
S.C. enero 2021
Gracias 2020. Bienvenido 2021
ORACIÓN LAKOTA
Wakan Tanka, Gran Misterio,
enséñame a confiar
en mi corazón,
en mi mente,
en mi intuición,
en mi sabiduría interna,
en los sentidos de mi cuerpo,
en las bendiciones de mi espíritu.
Enséñame a confiar en estas cosas,
para que pueda entrar en mi Espacio Sagrado
y amar más allá de mi miedo,
y así Caminar en la Belleza
con el paso de cada glorioso Sol.
"Los pasos del Maestro"
Luis MaggioriEL GRANO DE MOSTAZA
El Reino de los Cielos
en un jardín,
el jardín en un árbol,
el árbol en una semilla,
la semilla en un corazón humano.
Repito: como es arriba es abajo
como es afuera es adentro.
(Este poema de Luis Maggiori, Argentina, 1964, pertenece a su reciente libro, Los pasos del Maestro, Hespérides, 2020)
Horacio Castillo, 10 años
Lo fugaz y lo eterno: Dossier sobre la obra de Horacio Castillo
Dirección y coordinación del dossier: Carolina Massola.
Edición y coordinación: José Villa.
Entrevistas: Gustavo Martínez Astorino, Juan Desiderio, Daniel Durand, Horacio Fiebelkorn, Augusto Munaro, José Villa.
Artículos: Pablo Anadón, Jorge Boccanera, César Cantoni, Gustavo Caso
Rosendi, Sandra Cornejo, Norma Etcheverry, Horacio Fiebelkorn, Carolina
Massola, Rafael Felipe Oteriño, Osvaldo Picardo, Diego Roel, Yves
Roullière, Paulina Vinderman.
Colaboración especial: Alejandro Nicotra
En:op.cit.com
http://www.opcitpoesia.com/?p=11621
Imagen: Horacio Castillo por I. de Gracia
El lado irlandés de los argentinos
de Eduardo Cormick
Presentación del libro "El lado irlandés de los argentinos" del escritor Eduardo Cormick, miércoles 11 de noviembre
17 h Argentina ‐ Uruguay / Chile 16 h / 20 h Dublín
Eduardo Cormick nació en Junín, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1956. En 1992 recibió el
2º Premio Iniciación de Novela de la Secretaría de Cultura de la Nación, por su novela "Almacén y
despacho de bebidas El Alba". En 2004 recibió el premio El arte de la novela corta, de Fundación El
Libro por la novela "Quema su memoria", donde el protagonista es Guillermo Brown ya anciano.
Es autor de "Entre gringos y criollos", "El primer viaje" ,"Hasta que aclare" (relatos, 2017).
El autor presentará su nuevo libro y conversará con Hilda Sábato, historiadora e investigadora,
autora del prólogo.Previamente, habrá palabras de bienvenida de Justin Harman, Presidente de AEIS
Modera: María Graciela Eliggi, Universidad Nacional de La Pampa y miembro de AEIS.
Organizan: Asociación de Estudios Irlandeses del Sur (AEIS)
Cátedra Extracurricular de Estudios Irlandeses de la Universidad del Salvador, Argentina.
(Actividad del Ciclo de Cultura y Estudios Irlandeses, R. R. No.52/20)
Inscripción anticipada: https://bit.ly/CicloIrlanda
Luego de la inscripción, recibirá un correo electrónico de confirmación con información para unirse a la
sesión.
Escritores Argentinos
“Documentales”: Entrevistas a escritores argentinos
Rolando Revagliatti y su tercer tomo de entrevistas con amplia visión contemporánea.
Por Luis Benítez
Nota completa en:
https://indiehoy.com/libros/documentales-entrevistas-a-escritores-argentinos/
El pasado septiembre Ediciones Richeliú sumó el tercer tomo de su serie Documentales: Entrevistas a escritores argentinos,
un aporte al mejor conocimiento de los escritores y poetas de esta
nacionalidad que se encuentran concretando sus obras en la actualidad.
Cabe subrayar que, como las anteriores entregas, esta se encuentra
disponible de modo gratuito –se trata de una edición electrónica- en http://revagliatti.com/documentalesIII/DOCUMENTALES%20III-%20Revagliatti.pdf
El recorte de opiniones y detalles de la producción de cada autor -como
en las entregas anteriores- fue realizado mediante entrevistas por
correo electrónico y estuvo a cargo de Rolando Revagliatti,
gestor de una vasta obra poética, narrativa y dramática, ya traducida
al francés, catalán, italiano, maltés, esperanto, alemán, asturiano,
portugués, inglés, neerlandés, rumano, búlgaro, ruso y bengalí, y
difundidas en gran número de medios, tanto gráficos como digitales.
En este tercer volumen Revagliatti compila 25 entrevistas publicadas entre enero y agosto de 2016 en numerosos medios digitales y gráficos. Los reportajes incluyen a los autores argentinos: Ricardo Rojas Ayrala (seudónimo de Ricardo Horacio Gutiérrez, Buenos Aires, 1963); Marta Ortiz (Rosario, 1948); Carlos Aprea (La Plata, 1955); Anahí Lazzaroni (La Plata, 1957); David Birenbaum (Montevideo, 1964, reside desde su infancia en Buenos Aires); Adrián Sánchez (Buenos Aires, 1970); Juan Carlos Moisés (Sarmiento, provincia de Chubut, 1954); Elizabeth Molver (Haedo, 1969); Eugenio Mandrini (Buenos Aires, 1936); Sandra Cornejo (La Plata, 1962); Carlos Enrique Berbeglia (Villa Mercedes, provincia de San Luis, 1944); Santiago Espel (Buenos Aires, 1960); Hugo Toscadaray (Buenos Aires, 1957); Marina Kohon (Mar del Plata, 1965); Roberto Cignoni (Buenos Aires, 1953); Victoria Lovell (Rosario, 1956); Orlando Van Bredam (Villa San Marcial, provincia de Entre Ríos, 1952); Ricardo Costa (Buenos Aires, 1958); Susana Macció (Buenos Aires, 1959); Raúl O. Artola (Las Flores, provincia de Buenos Aires, 1947); Claudio Portiglia (Junín, provincia de Buenos Aires, 1957); Guillermo E. Pilía (La Plata, 1958); Luis Bacigalupo (Buenos Aires, 1958); Nilda Barba (Buenos Aires, 1949) y Marta Cwielong (Longchamps, provincia de Buenos Aires, 1952).
Debemos destacar el buen recibimiento que ya han tenido los dos tomos anteriores de esta serie de entrevistas a escritores argentinos y que, descontamos, también se repetirá en el caso del que nos ocupa. Sin duda, Documentales: Entrevistas a escritores argentinos. Tomo III es un notable aporte al mayor conocimiento de las opiniones y posturas estéticas de los autores entrevistados, pero además se caracteriza por la amplia y clara exposición de pareceres y tendencias de cada uno de ellos. Las preguntas formuladas por Rolando Revagliatti, con evidente sentido investigativo, posibilitan que el reporteado abarque con sus respuestas un dilatado abanico de tópicas. Sin descuidar el pormenor biográfico, cada entrevista se dirige a conocer aspectos referidos a la generación literaria de pertenencia, los movimientos literarios que han generado la adhesión o el rechazo de cada uno de los escritores incluidos, así como su tránsito a través del suceder social y político en que desarrolló su obra. Asimismo, cada autor brinda claves de su abordaje de la creación y la relación que esta mantiene con el conjunto. Enriquece este panorama la elección realizada por Rolando Revagliatti de autoras y autores de diferentes edades, especialidades y trayectorias, logrando el conjunto bosquejar un paisaje variopinto de la actualidad literaria argentina.
El criterio empleado para la factura del volumen, de 460 páginas, resulta de interés tanto para el lector académico como para aquellos que quieren iniciarse en el conocimiento de las opiniones y vivencias que ofrecen los escritores argentinos del presente.
La muy cuidada edición de Documentales: Entrevistas a escritores argentinos Tomo III se debe al profesionalismo y la alta creatividad de la diseñadora argentina Patricia Boero, que han dotado al objeto virtual de las peculiaridades más adecuadas para una grata lectura, al tiempo que de una sobria estética en su elaboración.
Rossella Di Paolo
Ceremonia virtual del Premio Casa de la Literatura Peruana 2020
La ceremonia de entrega del Premio Casa de la Literatura 2020 a la escritora Rossella Di Paolo Ferrarini se realizará el martes 20 de octubre de 2020*, a las 8:00 p.m., coincidiendo con el undécimo aniversario de la Casa de la Literatura Peruana. El acto será de forma virtual y se transmitirá a través de la página de Facebook de la Casa de la Literatura Peruana.
En la ceremonia virtual participará la poeta galardonada, así como la directora de la Casa de la Literatura Peruana, Milagros Saldarriaga. Como parte del evento se pondrá a disposición la edición digital de una publicación en homenaje a Rossella Di Paolo.
*Nota: con motivo de la emergencia sanitaria, la ceremonia se reprogramó, ya que inicialmente se iba a realizar el martes 21 de abril.
Premio Casa de la Literatura 2020
Por la audacia y singularidad de su obra poética, donde la
contemplación y el desenfado aparecen como formas para interpelar a los
sentidos, la poeta Rossella Di Paolo recibirá el Premio Casa de la
Literatura Peruana, máxima distinción institucional que reconoce,
asimismo, su trayectoria como docente y formadora de poetas, además de
su contribución literaria desde el ensayo.
La obra poética de Di Paolo destaca por su capacidad lúdica para abordar episodios cotidianos, míticos y vitales que invitan a cuestionar nuestros vínculos con la naturaleza. En sus poemas confluyen, de manera sutil, el humor, las imágenes, la musicalidad y el silencio. Además, establece un diálogo con la tradición literaria occidental, con sus lecturas significativas y las artes plásticas, especialmente la pintura.
Desde el ensayo despliega un acercamiento original a las obras poéticas o narrativas de autores como José Watanabe, Arturo Corcuera, Edgardo Rivera Martínez, Blanca Varela, entre otros, ofreciendo al lector una mirada diversa y ágil de los temas que aborda.
Rossella Di Paolo se ha desempeñado por más de 30 años como docente en centros de estudios. Actualmente dicta talleres de creación poética y destaca como formadora de lectores y escritores.
Desde el 2010, el Premio Casa de la Literatura Peruana es concedido anualmente a destacados escritores e investigadores de las letras peruanas como reconocimiento a su contribución a la reflexión y la creación en torno a la literatura. Esta distinción ha sido otorgada a Mario Vargas Llosa, Carlos Germán Belli, Antonio Gálvez Ronceros, Edgardo Rivera Martínez, Oswaldo Reynoso, José Miguel Oviedo, Carmen Ollé, Leoncio Bueno, Luis Urteaga Cabrera, Óscar Colchado Lucio y Cronwell Jara Jiménez.
Fuente:
http://www.casadelaliteratura.gob.pe/ceremonia-virtual-del-premio-casa-la-literatura-peruana-2020/
Poemas de Rossella aquí en el sitio:
https://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=25
Imagen:
La
poesía de Rossella Di Paolo presenta al mar como un elemento que
refleja distintos aspectos de la vida. La fotografía se realizó en la
playa Pampilla emulando el título de su último libro La silla en el mar.
(Foto: Handrez García/ Casa de la Literatura Peruana)
Nobel para una poeta
Louise Glück es la primera poeta en recibir el premio desde el galardón otorgado a la polaca Wislawa Szymborska en 1996. Nacida en Nueva York en 1943, escribió más de una decena de libros, todos de poesía.
Ya había sido reconocido por el Premio Pulitzer y, según el jurado del Nobel, posee una “inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual”.
“Louise Glück no sólo está comprometida con los errores y las condiciones cambiantes de la vida, sino que también es una poetisa del cambio radical y el renacimiento, donde el salto hacia adelante se hace desde un profundo sentido de pérdida”, destacó Anders Olsson, titular del Comité del Nobel.
Aquí en este sitio, su poesía:
https://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=242
Una nota:
https://elpais.com/cultura/2020-10-08/ascender-a-lo-hondo.html
SC octubre 2020
Michéle Petit
Mediadores de lectura¿Dónde queda la isla cubierta de nieve?
Sandra Cornejo
Poemas de "Corteza" en "Ablucionistas"
https://ablucionistas.com/donde-queda-la-isla-cubierta-de-nieve-sandra-cornejo/?fbclid=IwAR3g2ztpj0AFtvBhOIsai6pcxFmUF3Fb0gy8_RDrHaCr5tKbMiUR5g4pKEk
"Cuénteme,
¿dónde queda la isla cubierta de nieve?
Quisiera partir hacia ella.
Estoy cansada
como alguna vez usted lo estuvo.
Hábleme.
Tal vez, usted sea la Isla.
Tal vez, usted sea la Nieve." (Fragmento)
Jorge Luis Borges
Borges, en su relato “La Biblioteca de Babel” sospecha, insinúa, que la
especie humana puede llegar a extinguirse, pero asegura que la
Biblioteca perdurará. Y declara: “Mi soledad se alegra con esa elegante
esperanza”. Ese texto fue escrito en la ciudad de Mar del Plata,
Argentina, en 1941. Se ha considerado un texto visionario, simbólico
respecto de lo que luego traería internet con su lógica infinita. Para
el maestro del “lento crepúsculo”, los libros fueron algo sagrado y por
ende la Biblioteca, el mayor de los templos.
El 24 de agosto se festeja el día del Lector en Argentina, por su nacimiento.
Infinito, siempre.
Juan López y John Ward
Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países,
cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico,
de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce,
de aniversarios, de demagogos y de símbolos.
Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la
ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown.
Había estudiado castellano para leer El Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte.
Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas,
y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
(Jorge Luis Borges, 1985)
Todo Borges en:https://www.fundacionborges.com.ar/
SC agosto 2020
Etty Hillesum
Frases
"Yo miro a tu mundo cara a cara, Dios, y no huyo de la realidad para
refugiarme en los sueños; quiero decir que junto a la realidad más atroz
hay lugar para sueños hermosos, y continúo alabando a tu creación, a
pesar de todo" (141, Diario, 113).
"Si Dios cesa de ayudarme, seré yo quien tenga que ayudar a Dios. Poco a
poco, toda la superficie de la tierra no será más que un inmenso campo
de concentración, y nadie, o casi nadie, podrá quedar fuera de él [...]
No me hago muchas ilusiones sobre la realidad de la situación, y
renuncio incluso a pretender ayudar a los demás. Adoptaré como principio
el “ayudar a Dios” tanto como sea posible, y si lo consigo, entonces
estaré ahí también para los demás.
Etty Hillesum (1914-1943), judía-holandesa, profesora
de filosofía, muere en el campo de exterminio de Auschwitz (1943), luego
de vivir por un año en el campo de concentración de Westerbork (1942).
Tenía 29 años.
"El camino de libertad que elige Hillesum no es fácil, es el camino
de la libertad, al precio de un combate perseverante contra ilusiones y
regresiones constantes."
Silvia Eugenia Castillero en:
https://www.redalyc.org/pdf/998/99815908014.pdf
Otro texto interesante sobre los Diarios de Etty Hillesum :
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492006000100010
Horacio Preler
Cerca de mí
Cerca de mí,
todo está cerca de mí.
Los libros de la vitrina,
las hojas en blanco
y las reminiscencias de la noche.
Cerca está la vida despojada,
los recuerdos que estructuran el alma
y la mirada que partió.
Cerca, muy cerca está la lluvia,
la solitaria lluvia.
(De Aquello que uno ama, 2006)
“Escribo en el espacio de tranquilidad que la noche procura. Cuando
hablo de la pobreza no hablo de una pobreza abstracta, yo he sido pobre.
Cuando hablaba de la injusticia tampoco era abstracto, yo sabía lo que
era sufrir la injusticia”. Horacio Preler.
Noble amigo y poeta, Horacio Preler nació en La Plata en 1929 y
falleció en la misma ciudad en 2015. Fue abogado y poeta. Publicó los
siguientes libros de poesía: Institución de la tristeza (1966), Lo abstracto y lo concreto (1973), La Razón migratoria (1977), El ojo y la piedra (1981), Lo real, nuestra casa (1991), Oscura memoria (1992), Zona de entendimiento (1999), Silencio de hierba (2001), Casa vacía (2003), Aquello que uno ama (2006), La vida se interroga (2012) y Pájaros oscuros (2013).
Más material sobre su obra aquí en este sitio en el archipiélago, "Horacio Preler"
o en:
http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com/
En la foto, de 2014, Horacio Preler, María Paula Salerno y Sandra Cornejo.
SC, La Plata, agosto 2020
R. S. Thomas
Pacto
Este es mi hijo;
ese es el tuyo. Que
haya paz entre ellos
cuando crezcan.
Están lejos
ahora; que no sea
por la guerra que
se acerquen. Sus idiomas
son distintos. Que ambos
descubran que la paz
en la mano es la traducción
de la paz en la mente.
Ronald Stuart Thomas (1913-2000) fue poeta y pastor de la iglesia
anglicana en parroquias cada vez más remotas del país de Gales. Su obra
poética comienza con The Stones of the Field (1946) y termina, cincuenta años más tarde, con No Truce with the Furies (1995). En español, puede leerse Antología poética (Ediciones
Trea, 2008, edición bilingüe, en traducción de Misael Ruiz Albarracín).
Esta traducción pertenece al escritor argentino Gerardo Gambolini.
Un poema del icónico poeta hoy 28 de julio, día del desembarco
galés en las costas de Chubut, Argnetina, en 1865. Pueblo que llegó
trayendo y buscando paz, trabajo y libertad.
S.C. julio, 2020
Corteza
“Interrogar el secreto del madero perenne”
A propósito del poemario Corteza de Sandra Cornejo
Por Adrián Ferrero*
Curioso el mapa imaginario de este Dublín que ha elegido construir (¿o
reconstruir?) Sandra Cornejo. No consta en él ni el ingenio zumbón (el
encanto, como quiere Borges) ni la inteligencia de Oscar Wilde, sino lo
inmemorial de sagas que interrogan con la intención de desentrañar un
origen. Un origen que se adopta como propio porque todos, al fin y al
cabo, somos hijos adoptivos de una patria. Una patria que sentimos que
nos habla, a través de cuya lengua, hablamos. Tampoco es el Dublín de
Joyce que se hubiera manifestado con palabras importantes. La opción de
Sandra Cornejo es otra. Más modesta, pero no menor. Consiste en elaborar
una alquimia secreta en la que Esquel logra tocar las orillas de los
bosques de Escocia (como en la portada del libro) y Dublín se confunde
con La Plata en el urbanismo de algún arquitecto incierto (probablemente
un poeta ciego).
Todo el texto en:
http://letras.mysite.com/scor170720.html?fbclid=IwAR3f0JHEQTzpvQ4NDy8hGsVaa7PvKlL_h5PvcISUW1U-JbIM8t9hizSVpkU
Santiago Sylvester
por Rolando Revagliatti1: ¿Cuál fue tu primer acto de «creación», a qué edad, de qué se trataba?
S. Sylvester: Que la cosa iba literariamente en serio, lo supe más o menos a mis 17 años. Hasta entonces, todo había sido un poco de juego y otro poco de pose. Creo que a aquella convicción me llevó algún poema que ya no recuerdo y que prefiero no recordar, aunque suene a ingratitud. Lo cierto es que en esa época supe dos cosas: que tenía un destino en la poesía y que tenía que hacer todo lo posible para que eso fuera cierto.
2: ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?
S. Sylvester: Con los fenómenos de la naturaleza me llevo muy bien, salvo con el viento. El viento me desasosiega, los otros no. Me encantan las tormentas de verano de Salta, que aparecen bastante en mis poemas. Por otra parte, viendo llover se puede tomar un trago, o al lado de un río crecido; en el viento, no.
En cuanto a la sangre, me remite a un problema sanitario, así que es mejor dejarla donde está: en las venas. En realidad, no me gusta ni como metáfora.
Sobre la velocidad, si es la de un automóvil, depende de las prisas. Y si es figurada, me gusta poco: siempre digo que me parece bien que la gente sea rápida, pero no que se le vea la velocidad.
Y las contrariedades, por definición son eso: prefiero que no lleguen. Y si llegan no me ofenden tampoco: la vida está llena de contrariedades y hay que negociar.
Nota completa en:
https://margencero.es/margencero/santiago-sylvester/
Horacio Castillo
Horacio Castillo, poeta que nació en Ensenada, Buenos Aires, en 1934, y vivió en la ciudad de La Plata, es por quien este sitio se llama Tuerto rey, en homenaje a uno de sus libros. En su recuerdo, al cumplirse este 5 de julio de 2020, 10 años de su muerte, uno de sus poemas. (S.C., 2020)
La ciudad del sol
Expulsados de la ciudad bajo el cargo de fabuladores,
vamos de un lado al otro, durmiendo ya en cuevas,
ya a la intemperie, y alimentándonos de hierbas y raíces
o con la miel de algún panal hallado fortuitamente.
Han venido con nosotros las mujeres y los niños,
y cuando nos reunimos junto al fuego del atardecer,
sus ojos se vuelven una y otra vez hacia las murallas:
después de todo, allí pasamos parte de nuestra vida.
Pero lo exigía la razón. ¿Cómo podían soportar
que llamáramos a la piedra río, al árbol estrella?
¿Cómo podían soportar que llamáramos al pájaro magnolia?
Lo exigía la razón. Y ahora, desde aquí,
vemos con tristeza las anchas puertas de bronce,
las altísimas torres doradas por el sol;
y cuando entran o salen las caravanas
los mercaderes describen las mesas y vasos de oro,
los magníficos altares cubiertos de ofrendas,
las armas que colman todos los recintos
y que en el próximo milenio, dicen, incendiarán el cielo.
Lo exigía la razón. Y ahora, como una horda,
vamos de un lado al otro balbuceando nuestra lengua,
hablando el dialecto de una ciudad perdida
que ya nadie comprende. ¿Cómo podían soportar
que llamáramos al fuego pez, al agua paloma?
¿Cómo podían soportar que llamáramos a la rosa destino,
ellos, los que creen que las bellotas son bellotas?
Poema de Alaska, Horacio Castillo (Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1993).
Niní Bernardello
Argentina1940-2020
¿Dibujaré acaso esa agua antigua
esa carga fluvial con un gesto
fundación, aquí, en medio
del Atlántico? Me pregunto:
¿será esto afrenta, ofrenda o
despedida?
“Doble, duplicada, su obra es única. Poeta-artista, sólida en sus
formas con plena libertad compositiva. Lanzada sobre el papel o el
lienzo asume riesgos, que la llevan a experimentar con diversos
materiales, técnicas, soportes.”
Apuntes sobre “Atardeceres Marinos”, Juan Fernando García.
Más sobre Niní, aquí en este sitio:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=30
Construir una nueva humanidad
Por Rafael Felipe Oteriño"La pandemia que estamos viviendo reinstala en un primer plano la congoja por la finitud, que la sociedad contemporánea, acaso juiciosamente, tendía a disimular. De su mano vuelven los interrogantes eternos: el sentido de la vida, la endeblez de los proyectos, la tan ansiada como negada trascendencia, junto al gélido abrazo de ese huésped nunca del todo expulsado: el miedo. Pero también afloran otras pulsiones de raíz antropológica que la literatura explora desde la antigüedad, como lo son la pregunta por el papel de la persona humana en el planeta y, en concierto con ella, el mito griego por excelencia: el regreso al hogar."
Pensamientos en la soledad
Thomas MertonEn nuestro tiempo, todo tiene que ser un “problema”. La nuestra es una época de ansiedad porque hemos querido que sea así. Nuestra ansiedad no nos es impuesta por la fuerza desde afuera. La imponemos en nuestro mundo y unos a otros a partir de nosotros mismos.
Cuando la soledad era un problema, yo no tenía soledad. Cuando dejó de ser un problema descubrí que ya la poseía y que podía haberla poseído todo el tiempo.
Ponemos palabras entre nosotros y las cosas. La vida solitaria, siendo silenciosa, clarifica las cortinas de humo de las palabras que el hombre ha depositado entre su mente y las cosas. Y con todo, encontramos que la desnudez de la realidad que habíamos temido, no es una cuestión de terror ni de vergüenza. Está vestida con la amistosa comunión del silencio, y este silencio está vinculado al amor.
Las palabras se yerguen entre silencio y silencio: entre el silencio de las cosas y el silencio de nuestro propio ser…cuando realmente hemos ubicado y conocido el mundo en silencio, las palabras no nos separan del mundo ni de los demás hombres, ni de Dios ni de nosotros mismos, porque dejamos de confiar enteramente en el lenguaje como modo de contener la realidad.
_____
Thomas Merton, en su libro Pensamientos en soledad (Lumen, 2000), cuyas páginas exponen notas que fueron escritas entre 1953 y 1954.
S. C. mayo 2020
“Lockdown”
Brother Richard HendrickIrlanda
Sí, hay miedo.
Sí, hay aislamiento.
Sí, hay pánico comprando.
Sí, hay enfermedad.
Sí, incluso hay muerte.
Pero,
dicen que en Wuhan después de tantos años de ruido
puedes escuchar a los pájaros otra vez.
Dicen que después de solo unas semanas de silencio,
el cielo ya no está lleno de humo,
pero sí azul y gris y claro.
Dicen que en las calles de Asís
la gente se está cantando el uno al otro
a través de las plazas vacías,
manteniendo sus ventanas abiertas
para que los que están solos
puede escuchar los sonidos de la familia alrededor de ellos.
Dicen que un hotel en el oeste de Irlanda
ofrece comida gratis y entrega en las casas.
Hoy una mujer joven que conozco
está ocupada difundiendo folletos con su número
a través del barrio
para que los ancianos puedan tener a alguien a quien llamar.
Hoy iglesias, sinagogas, mezquitas y templos
se están preparando para dar la bienvenida
y refugio a los sin hogar, los enfermos, los cansados.
En todo el mundo la gente está ralentizando y reflexionando.
En todo el mundo la gente está mirando a sus vecinos de una nueva manera.
En todo el mundo la gente está despertando con una nueva realidad.
Por lo grande que somos realmente.
Al poco control que realmente tenemos.
A lo que realmente importa.
Para amar.
Así que oramos y recordamos eso.
Sí, hay miedo.
Pero no tiene que haber odio.
Sí, hay aislamiento.
Pero no tiene que haber soledad.
Sí, hay pánico comprando.
Pero no tiene que haber mezquindad.
Sí, hay enfermedad.
Pero no tiene que haber enfermedad del alma.
Sí, incluso hay muerte.
Pero siempre puede haber un renacimiento del amor.
Despierta con las decisiones que tomas en cuanto a cómo vivir ahora.
Hoy, respira.
Escucha, detrás de los ruidos de la fábrica de tu pánico.
Los pájaros están cantando de nuevo,
el cielo se está despejando,
la primavera está llegando,
y siempre estamos abarcados por el amor.
Abre las ventanas de tu alma
y aunque no seas capaz
de tocar a través de la plaza vacía,
Canta.
---
Imprescindible leer:
https://www.infobae.com/sociedad/2020/04/11/lockdown-el-poema-esperanzador-de-un-monje-irlandes-que-inspira-al-mundo-durante-la-pandemia/
SC, mayo 2020
Joan Margarit
En condiciones normales, el poeta catalán habría recibido este 23 de abril 2020
el Premio Cervantes. Hasta que pueda ser entregado según la tradición, ha sido homenajeado de diversos modos.
Lectura
Penetro en otras vidas.
Llevo días leyendo, pero ahora
alzo los ojos porque me doy cuenta
de que apenas sé nada de quien escribió el libro.
Me avergüenza no conocer
más que su lucidez. Toda supervivencia
es esta especie de conversación
silenciosa y sin tiempo. Es algo aterrador
y ocurre en el abismo de la mente,
un frío cielo azul en el que el amor es
la única forma de posteridad.
(De No estaba lejos, no era difícil, 2010)
Todo Joan Margarit en:
https://www.joanmargarit.com/es/
Sobre "Corteza", de Sandra Cornejo
Templanza en el desasosiego
Por Santiago Sylvester
En estos días de encierro y de zozobra (en realidad sólo habría que hacer mención al encierro porque la zozobra está asegurada siempre), leer un libro de poemas revela más que nunca una tarea solitaria, de cuestionable utilidad. ¿Qué puede decir la poesía cuando hay un monólogo mundial con tema único? ¿Cuál es su papel? No voy a cargar a Sandra Cornejo con la responsabilidad de atender a estas preguntas, pero sí diré que sus poemas hablan, sin proponérselo, de la condición de la poesía: una de las especies que, por obstinación y adaptabilidad, está destinada a durar. Precisamente el telón de fondo del momento actual muestra los vínculos de la poesía con lo más secreto de nuestras necesidades; y seguramente con estas señales de resistencia me tocó leer su libro “Corteza”.
Reseña completa en:
https://www.eldia.com/nota/2020-4-5-4-53-53-templanza-en-el-desasosiego-septimo-dia
Santiago Sylvester en:
http://www.aal.edu.ar/?q=node/391
La crisis del Coronavirus
Emilio LledóP. Estamos ante un vacío de sentido, ¿cierto? Como si viviéramos inmersos en una situación de irrealidad.
R. Esa es la sensación. Yo de niño viví la Guerra
Civil española, vi la violencia en toda su brutal realidad, pero
precisamente era eso, real. He oído las bombas estallar, he visto caer a
un piloto en paracaídas, he visto el fuego de un combate aéreo en los
cielos y también he percibido el olor de la muerte; eso lo he vivido yo,
era la guerra, y sabíamos lo que había que hacer, ¿pero esto, qué es
esto, dónde está aquí la violencia, qué es esta tranquilidad silenciosa
que nos amenaza, ese peligro que no se oye, dónde está ese virus
inodoro, incoloro e insípido?
___
P. Decía que no sabe qué brotará de esta experiencia.
R. Eso es. Le estoy dando vueltas. Ojalá que pase algo positivo. La esperanza, hijo, es que nos reinventemos para mejor, que maduremos como sociedad. Aunque no quisiera decir que seamos mejores, no me gusta ser moralista. Prefiero decir, simplemente, que seamos algo más, que después de esta crisis del virus intentemos reflexionar con una nueva luz, como si estuviéramos saliendo de la caverna de la que hablaba el mito de Platón, en la que los hombres permanecen prisioneros de la oscuridad y las sombras. Quisiera que sea así, como te digo, pero me preocupa que esto sirva en cambio para ocultar otras pandemias gravísimas, plagas como el deterioro de la educación, de la cultura y del conocimiento.
Todo el material de esta nota escrita por Pablo de Llano en:
https://elpais.com/cultura/2020-03-28/emilio-lledo-ojala-el-virus-nos-haga-salir-la-caverna-la-oscuridad-y-las-sombras.html?ssm=FB_CC&fbclid=IwAR0zbn8Gxp6WygYC3M0K9I2V4UnX4xPdTcRzLenA6EY7x_f4EesznjPQxWo
Imagen: Emilio Lledó, en su casa de Madrid por Álvaro García.
Mountain
“Las montañas no buscan nuestro amor, ni nuestras muertes. No quieren
nada de nosotros. Y sin embargo, cambian la forma en que nos vemos a
nosotros mismos. Moldean nuestros espíritus, retan nuestra arrogancia,
nos devuelven la capacidad de asombro. Más que nunca, necesitamos su
salvajismo”.
Jennifer Peedom, Robert Macfarlane en "Mountain".
Trailer oficial de "Mountain":
https://youtu.be/lxtWMOAHoiI
Lecturas compartidas / Marzo
Poéticas en diálogoNorma Etcheverry
Mirella Muià
Eremita y poeta
"Sentí mi vocación en la adolescencia y tomó fuerza a lo largo de los
años en los momentos de mayor prueba de la vida: la enfermedad, la
solitud, la pobreza. La experiencia ha sido esta: una Presencia que
siempre me acompañaba".
Mirella Muià, Calabria, Italia, 1947.
Acerca de la poesía de Mirella Muià:
En este sitio en:http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=36
Y especialmente en el sitio de su traductor al español, el poeta argentino Pablo Anadón:
http://eltrabajodelashoras.blogspot.com/2010/06/el-silencio-escandido-del-telar-la.html
Imagen:
https://www.avvenire.it/agora/pagine/mui-dio-non-unidea-ma-pienezza-di-vita
George Steiner
1929-2020La memoria
Una lectura que se impone tanto y está tan presente que es posible confesar que no se comprende un poema o un párrafo y necesitamos aprenderlo de memoria. Eso no depende de técnica alguna sino de una metafísica que se hace amor, que se hace Eros. Pues lo que se sabe de memoria es inalienable; es imposible quitar a nadie lo que lleva en sí mismo de conocimiento, en un mundo donde reinan la censura y la opresión, el ruido, el exilio en una condición humana que no se limita a una seguridad material vacía de cualquier interioridad. Grandes espíritus han sobrevivido a la opresión porque sabían de memoria algunos textos. Saber de memoria una página de prosa no es un ejercicio, pues ese logos penetra en nosotros, demasiado difícil o violento tal vez, inaceptable, pero significa que le invitamos a acomodarse en la casa de nuestro ser y que aceptamos vivir juntos. Es arriesgarse a que, cierta noche, un texto, un cuadro, una sonata llamen a nuestra puerta -reales presencias giran por completo en torno a esa imagen- y es posible que el invitado destruya e incendie por completo la casa. Es posible también que nos desvalije con un gran aletazo. Pero es preciso aceptar al texto en nosotros mismos, no tengo palabras para describir la riqueza de esta experiencia que he hecho mil veces, especialmente leyendo la Ética de Spinoza, que es para mí una referencia última. Leo cada día Heráclito y algunos poetas modernos, como Paul Celan, y aunque no comprendiera esos textos, los aprendo de memoria para que formen parte integrante de mi ser. De pronto la obra me acoge, sin explicarse, y tengo por fin acceso al poema. Pero no por ello puedo regresar a mis seminarios gritando que he comprendido por fin la obra, algo que sería arrogante y pretencioso a la vez. Es cierto, no obstante, que la incomprensión se ha transformado en amor, en fertilidad, en acto de confianza hacia algo que se me escapa.
George Steiner en entrevista con Ramin Jahanbegloo (1992)
Nota completa escrita por: Juan Pablo Carrillo Hernández- 02/04/2020
Sandra Cornejo / Salem´s Lot y su cara sonriente
Un día fresco y lluvioso en pleno enero
miro Salem’s Lot
como en aquellos días destemplados
del Sur, en el hogar.
...
(Salem´s Lot y su cara sonriente, poema completo en Otra Iglesia es Imposible
del escritor Jorge Aulicino)
https://campodemaniobras.blogspot.com/2020/01/sandra-cornejo-salems-lot-y-su-cara.html?fbclid=IwAR1DCr7n9jtwEeucepecl1MqRu6MXc-FTjA4tZ_LmmpoglPuvugNYKooYLE
Imagen:
https://www.murraymag.com/entrevistas/sandra-cornejo-entrevista/
Marie-Claire Bancquart: Lo desconocido
Camino por la soledad de los libros:
mi corazón helado
con estas memorias heladas.
El viento golpea las contraventanas.
Noviembre.
Ha sido necesaria toda una vida para que el crujido de la madera
suscite una espera esencial.
Más allá del jardín
más allá del tiempo ante nosotros
están los erizos caídos de las castañas
el fuego de las hojas en la bruma
las ventanas violetas.
Puntualmente noviembre.
Cada cosa en su sitio.
Sin embargo lo desconocido está próximo
como un pájaro inquieto.
___________________
en "Zurgai", nº 12, diciembre de 2005, de “Rituel d'emportement”, Obsidiane, París, 1991. Trad. de Ángela Serna.
(Tomado a su vez del muro del poeta argentino radicado en Barcelona,
Jonio González). Más sobre Jonio González en este sitio en:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=296
Marie-Claire Bancquart (21 July 1932 – 19 February 2019) fue una poeta,
ensayista, profesora emérita y crítica literaria francesa.
S.C, enero 2020
Jan Erik Vold
¿De dónde
eres? De los bosques.
¿De dónde
eres? De los bosques. ¿De
dónde eres? Soy
de los bosques y ahora he venido
para estar contigo.
(Contigo he estado todo el tiempo).
(Jan Erik Vold, Noruega, 1939)
Más sobre el autor en este mismo sitio en:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=28
Erling Kagge y el silencio
Erling Kagge, explorador polar, escritor, abogado y editor
Nací y vivo en Oslo. Tres hijas. Desde la perspectiva noruega tengo
preocupaciones pequeñas porque somos pocos, estamos a salvo y
compartimos un país grande, pero respecto al mundo siento ansiedad por
el medio ambiente y la paz. Si pasas tiempo en la naturaleza, es difícil
no creer en algo más poderoso
Por Ima Sanchís (La Contra, La Vanguardia, Barcelona)
El silencio, ¿otra dimensión?
Es algo muy arraigado en nosotros, una necesidad que deberíamos atender.
¿La ignoramos?
En este mundo actual tenemos que escoger entre el silencio y el ruido, y
la opción fácil es el ruido que te permite vivir con los demás, con tus
dispositivos electrónicos y escapar de ti mismo.
Cuénteme su caso.
Cuando era niño el silencio equivalía a nada, a momentos de
aburrimiento y tristeza. Pero haber caminado solo por el polo Sur
durante 50 días con sus 50 noches...
¿Sin contacto alguno?
Sin internet ni teléfono ni radio, y no vi a ningún ser vivo. Allí
empecé a percibir que la mente es mucho más amplia que el universo.
¿…?
Te das cuenta de lo pequeñito que eres, es una lección de humildad,
pero a la vez te sientes grande porque percibes claramente que formas
parte de todo eso que te rodea, parte esencial. Heidegger lo expresó
así: el mundo desaparece cuando te fundes con él.
Maravillarse es una de las formas más puras de felicidad.
Hemos nacido para maravillarnos, pero a medida que crecemos vamos
perdiendo esa capacidad. En la escuela básicamente lo que te enseñan es a
que contribuyas a aumentar el PIB.
Esa sensación de que uno puede ser más amplio que el universo resulta difícil en la ciudad…
Yo creo que muchos se infravaloran, precisamente porque no acceden a su
silencio. El ruido está constantemente disponible, a veces no
reconocemos el ruido de tanto que hay.
Ruido auditivo, visual e interior.
Ruido es todo lo que te aparta de ti mismo, pero somos seres sociales, así que aislarse de vez en cuando requiere esfuerzo.
¿Al silencio hay que dejarle hablar?
Sí, y lleva inherente una suerte de poderío, es como un mar o como una
extensión nevada. Uno se maravilla ante ese poderío si es que no le
teme.
¿El estado normal del cerebro es el caos?
Te das cuenta de ello cuando sales de la rutina de siempre y te quedas
en silencio, en un cuarto, solo, sin propósito, sin nada que contemplar;
entonces se manifiesta el caos. He comprendido que muchos de los
problemas que tengo residen precisamente en, como decía Pascal, no saber
estar quieto y en silencio.
El silencio está bajo presión.
Para controlar ese caos necesitas silencio. El otro día leí la
expresión Brain hacking y es lo que pasa: nos hackean el cerebro con
mensajes repetitivos. Ya sabemos que no hay dietas milagrosas, pero
seguimos creyendo que es posible.
Es ruido en forma de expectativa.
Entramos en un dopamina loop porque resulta más gratificante mantener
la esperanza y seguir buscando que contentarse con haber alcanzado lo
que uno quería.
Nuestra capacidad de concentración se va reduciendo.
Según un estudio, tenemos menos capacidad de concentración que los
peces de colores. Hemos bajado de 12 a 8 segundos en 15 años. Pero el
silencio no es pensar, el silencio es sentir.
“La vida es larga si sabes usarla”.
Hace dos mil años Séneca ya decía que todo el mundo existe pero muy
pocos viven. La vida es larga siempre y cuando nos escuchemos más a
nosotros mismos y miremos al frente. Pero si vivimos entretenidos con
los dispositivos, la televisión y pegados a otros la vida se hace corta.
Qué sensación atesora de sus momentos de soledad y silencio…
En el día a día tengo clara la percepción de dónde termina mi cuerpo,
pero cuando estoy perdido por los bosques noruegos, al cabo de dos
semanas ese límite físico desaparece, tu cuerpo se adentra en el entorno
y formas parte de él.
¿Desaparece la soledad?
Estableces un dialogo con lo que te rodea y te llegan respuestas a
preguntas que ni siquiera eras consciente de que habías formulado. Hay
un universo que se extiende hacia fuera, otro se extiende hacia dentro.
Recorrer las cloacas de Nueva York es una experiencia bien distinta.
Ves con claridad como todo lo que pasa arriba se refleja abajo, el
exceso de consumo y toda esa flora artificial de cables y tuberías.
Nuestra inmensa mierda tiene incluso cierta poesía.
¿Por qué se fue a explorar las cloacas?
Pasaba problemas con la madre de mis hijas y tuve esa necesidad de
escapar del mundo, y allí me sumergí: dormí y viví durante cinco días,
quizá fue un reflejo de mi estado de ánimo.
Los momentos reveladores de su vida ¿han sido sin palabras?
Sí, porque cuando no hay palabras la realidad y la verdad afloran a la
superficie. Hace una semana compartí ascensor con una pareja de
ancianos, ella le arreglaba con cariño la pajarita y él la miraba
agradecido y embelesado a los ojos.
...
Guardar silencio
Ha sido el primero en completar el desafío de los tres polos. Caminó solo durante 52 días hasta el polo Sur, hasta que vio la infinidad de colores de la nieve y los relieves en ese mundo plano. Sabe lo que es ser diminuto ante la inmensidad, fundirse literalmente con la naturaleza y convertirse así en inmenso. Sabe guardar silencio, ese bien tan escaso y necesario. En su vida diaria es editor y escritor, conoce lo que es estar atrapado por los dispositivos modernos (móviles, watsaps...), la necesidad de llenar los huecos con cháchara y ruido, lo fácil que resulta vivir entretenido, alejados de nosotros mismos. Acaba de publicar El silencio en la era del ruido (Taurus), reflexiones de un hombre que ha hallado su propio silencio.
Texto original en:
https://www.lavanguardia.com/lacontra/20171110/432754474656/cuando-no-hay-palabras-la-realidad-y-la-verdad-afloran.html
Imperdible Erling Kagge, que lo disfruten y siempre vuelvan a él
S.C. Enero 2020
Poemas de "Corteza"
Poemas de Corteza (Prueba de Galera editoras, 2019), de
Sandra Cornejo, palabras de Susana Cabuchi y breve bio, en el generoso
sitio de poesía del poeta platense César Cantoni. Entre ellos, se
publica el poema Una bellota. Aquí el link del sitio:
http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com/
"Corteza"
Aquí
“Corteza”. Un libro que llega en el filo del año, que ha ido y venido
conmigo largo tiempo. Agradezco a Susana Cabuchi su amorosa lectura para
la contratapa; sentí -aquella vez en San Nicolás de los Arroyos, cuando
los tres con Piero De Vicari charlamos acerca del misterio la vida y de
la muerte- que ella, la entrañable poeta cordobesa, sería parte de este
libro.
Agradezco a Prueba de Galera Editorial el empeño, la calidez.
Con la escritora Lara Villaro y la cantautora Ximena Villaro (infaltables), estaremos presentándolo.
Una alegría. Un modo de bienvenir otra etapa.
Sandra Cornejo
Jueves, 5 de diciembre de 2019 de 20:30 a 22:00, Bukowski Bar La Plata
59 nº 570 entre 6 y 7, La Plata. AR
Premio Literario Academia Argentina de Letras 2019
Inés Aráoz y Juan Carlos Moisés,
ganadores del Premio Literario Academia Argentina de Letras 2019
El Premio Literario de la Academia Argentina de Letras correspondió este año al “género Poesía (2016-2018)”. El reconocimiento fue otorgado a los escritores Inés Aráoz, de Tucumán, por su libro Al final del muelle, y Juan Carlos Moisés, de Salta, por su libro Antología. Los galardonados recibirán los diplomas y las medallas en un acto público el año que viene durante la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en fecha a confirmar.
El Premio Literario —instituido como galardón honorífico al autor y la obra elegidos por el Cuerpo— tuvo una Comisión asesora en su edición correspondiente al género Poesía (2016-2018), que estuvo integrada por los académicos Rafael Felipe Oteriño, Santiago Sylvester y Santiago Kovadloff. La Comisión fue la que propuso a Inés Aráoz y a Juan Carlos Moisés, por sus obras Al final del muelle y Antología y sus trayectorias literarias, como candidatos. En la sesión ordinaria del 10 de octubre, el Cuerpo académico, tras analizar el informe, votó a los autores como ganadores del galardón honorífico trienal.
Los anteriores ganadores del premio de Poesía fueron Olga Orozco
(trienio 1992-1994), Amelia Biagioni (1995-1997), Rodolfo Godino
(1998-2000), Horacio Preler (2001-2003), Paula Vinderman (2004-2006),
Héctor Miguel Ángeli (2007-2009) y Leopoldo “Teuco” Castilla
(2013-2015). El del período 2010-2012 se declaró vacante. Ver el
historial de todos los escritores y libros galardonados en Poesía,
Narrativa y Ensayo desde 1995 hasta la actualidad.
Inés Aráoz es una poeta nacida en San Miguel de
Tucumán el 9 de enero de 1945. Realizó estudios de Música, Lengua y
Literatura Inglesa, en la Universidad Nacional de Tucumán, y de
Luthería, en la Escuela de Luthería de la Facultad de Artes de la misma
universidad. También cuenta con estudios de lengua rusa.
Ha recibido los siguientes reconocimientos por publicaciones anteriores a Al final del muelle: la Mención y Recomendación de publicación del jurado del Premio Bienal de Poesía “Ricardo Jaimes Freyre” (integrado por los poetas Olga Orozco, Raúl Gustavo Aguirre y Roberto Juarroz), por su libro Ciudades, de 1981; la mención especial en el Premio Nacional de Poesía (producción 1984-1987, con un jurado integrado por Elizabeth Azcona Cranwell, María Elena Walsh, Jorge Calvetti y Santiago Kovadloff), por su libro Los Intersticiales, de 1986; y el tercer premio en el Concurso Dodero de la Fundación Argentina para la Poesía, por su libro Ría, de 1998.
También publicó La Ecuación y la Gracia (1971), Mikrokosmos (1985),
Inés Aráoz-Poemas (1987), Viaje de Invierno (1990), Las Historias de Ría
(1993), Balada para Román Schechaj (1997), La Comunidad (Cuadernos de
navegación) (2006), Echazón y otros poemas (2008), Pero la piedra es
piedra (2009), Agüita (2010), Notas, bocetos y fotogramas (2011), Rojo
torrente de fresas (2012), Barcos y catedrales (2012), Haré del silencio
mi corona (2013), Todo estaba diseñado para que el caballo rozase
apenas la montaña con su cola (2018) y Otras lenguas (2019).
“¿Acaso no es secreto el amor? Te diré que desde hace muchos años,
solamente escribo en cuadernos Gloria de hojas lisas, sin renglones. Dos
por año, marcados mes y año, con felpa negra en un redondel. Quiero
decir con ello que no es la página en blanco lo que cuesta llenar, y si
no quiero renglones es para aliviar a mis ojos de un impedimento más y
aligerarles el paso por la entramada jungla de los días y la memoria y
todo lo celeste, lo más vivo, que se inscribe, una página que hay que
ayudar a blanquear…”.
Juan Carlos Moisés es un poeta, narrador y dramaturgo nacido en Sarmiento (Chubut) el 4 de agosto de 1954. Actualmente reside en Salta.
Ha recibido los siguientes reconocimientos por publicaciones anteriores a su Antología: el Primer Premio de la Subsecretaría Cultura de Neuquén en 1999, por su libro Palabras en juego, de 2006; el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2005, por su libro Museo de varias artes, de 2006; y el Premio Poesía Destacado de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA) en 2018, por su libro Conversación con el pez (Antología), de 2017.
Su otros libros de poesía son: Poemas encontrados en un huevo (1977), Ese otro buen poema (1983), Querido Mundo (1988), Animal Teórico (2004), Esta Boca es nuestra (2009) y El jugador de fútbol (2015). También publicó un ensayo sobre poesía, Una lucha desigual con las palabras (2016), y los siguientes libros de cuentos: La velocidad de la infancia (2010, 2018) y Baile del artista rengo (2012).
Es autor de varias obras de teatro, entre ellas: Desesperando (2008) y Pintura viva, El tragaluz y La oscuridad (2013).
Es director del grupo de teatro “Los comedidos mediante”, fundado en 1990 y con el que representó a la provincia del Chubut en innumerables ocasiones por el país. Con este grupo presentó sus obras: La casa vieja, Pintura viva, Muñecos un cuento de locos, El tragaluz y Desesperando. Estas tres últimas obtuvieron el Primer Premio Provincial y representaron a Chubut en las Fiestas Nacionales de Teatro de Mendoza (1993), Tucumán (1994) y Catamarca (1997). El tragaluz fue premiada en la Fiesta de Tucumán y participó en una selección final en el Teatro Nacional Cervantes. Como dramaturgo, su obra Bolitas negras obtuvo el Premio Teatro en Patagonia 2012, Premios Teatro del Mundo, Universidad de Buenos Aires y Centro Cultural Rojas.
En 2006 el Municipio de Sarmiento (Chubut) lo declara “Poeta ilustre de la ciudad”.
Más data en:
http://www.aal.edu.ar/BID/inesaraoz_juancarlosmoises_premioliterarioaal.html
Siri Hustvedt
Discurso
"En mi pequeña ciudad había bibliotecas llenas de libros, y en esos libros había
historias sobre personas a las que nunca había conocido que vivían en países en los que
nunca había estado. Tenían aventuras y eran víctimas de injusticias. Yo leía sobre reyes,
reinas y magia, pero también sobre cautiverio, racismo, miedo a los desconocidos y niñas
a las que se les castigaba por no querer ser modosas y estar calladas. Y pensaba: «¿Por
qué es así? ¿Por qué no podría ser diferente?». Los libros se encarnan. Las palabras se
entretejen con nuestro cerebro y nuestras vísceras, nuestros gestos y nuestros
sentimientos. Nos cambian. Los libros y las ideas pueden ser peligrosos, pueden
enfermarnos o enloquecernos, y pueden proporcionar formas de salvación, una vía de
escape del dolor. Pero debemos recelar de las emociones ramplonas, las respuestas fáciles
y las fórmulas hechas que vienen en paquetes brillantes con la etiqueta de «verdad»."
Fragmento del discurso de la escritora Siri Hustvedt al recibir el premio Princesa de Asturias de las Letras 2019.
Discurso completo en:
https://www.fpa.es/es/premios-princesa-de-asturias/premiados/2019-siri-hustvedt.html?texto=discurso&especifica=0
Madre e hijo
Nikiforos Vretakos
En el desfiladero de la historia el hijo luchaba incansablemente
y la madre sostenía las montañas para que su hijo se mantuviera firme.
Bronce, nieve, nube. Y resonaba el Pindo
como si Dionisio estuviera de fiesta. Los torrentes
arrastraban canciones y los abetos saltaban y bailaban
las piedras. Y todo clamaba: “¡Adelante, hijos de los griegos…!
Las almas se cruzaban en el horizonte como espadas
resplandecientes,
los ríos retrocedían, se desplazaban las tumbas.
Y las madres subían como vírgenes por los afilados barrancos.
Con su plegaria al hombro hacia el hijo subían
y el viento las hacía tambalear con su carga
y desataba sus pañuelos y arrebataba sus cabellos
y azotaba sus faldas y las hería con su espada,
pero ellas marchaban virilmente hacia lo alto, piedra tras piedra,
y escalaban la cumbre, hasta perderse entre las nubes
con la frente alta una detrás de otra.
De Nikiforos Vretakos en Poesía griega moderna, Vinciguerra, 1997.
Traducción e introducción Horacio Castillo.
(20 de octubre 2019, Día de la madre en Argentina).
Peter Handke
Premio Nobel de Literatura 2019
"Desde que una vez vivió convencido, durante casi un año, de que había
perdido el habla, cada frase que el escritor anotaba, y con la que
incluso experimentaba el arranque de una posible continuación, se había
convertido en un acontecimiento. Cada palabra no pronunciada pero hecha
escritura traía las demás, y él respiraba sintiéndose de nuevo unido al
mundo; únicamente con uno de esos apuntes logrados, empezaba el día para
él, y entonces se encontraba a salvo, o así lo creía, hasta la mañana
siguiente.
Pero ese temor a quedarse parado, a no poder seguir, incluso a tener
que cortar para siempre, ¿no había estado presente toda su vida a la
hora de escribir y en todas sus empresas: en el amor, en el estudio, en
cualquier participación, es decir, en todo aquello que requería
perseverancia? ¿El problema de su profesión no le proporcionaba acaso la
parábola para explicar el de su existencia, mostrándole con ejemplos
clarísimos cuál era su situación? La cuestión no era: «yo en tanto que
escritor», sino más bien: «el escritor en tanto que yo».
¿Acaso no era verdad que desde aquella época en que creyó haber
traspasado, sin querer, las fronteras del lenguaje, y no poder ya
regresar jamás, usaba seriamente el apelativo «escritor» para dirigirse a
sí mismo, día tras día en aquel recomenzar sin garantías —él, que, a
pesar de llevar más de media vida sin más compañía que la idea de
escribir, no había usado hasta entonces esa palabra más que a lo sumo
con ironía o con vergüenza?"
Dos textos escritos por el autor austríaco nacido en 1942:
https://elpais.com/cultura/2019/10/10/babelia/1570727511_160556.html
R. S. THOMAS
El otro
Hay noches tan silenciosas
que puedo oír a la pequeña lechuza
a lo lejos y a un zorro que aúlla
a millas de aquí. Es entonces cuando
me echo en la cama, despierto,
escuchando el oleaje nacido en algún punto
del Atlántico,
subiendo y bajando, subiendo y bajando,
ola tras ola contra la larga costa
del pueblo que está sin luz
y sin compañía. Y me
viene la idea
de ese otro ser que
también está despierto,
dejando romper nuestras plegarias contra él,
no como esta, unas pocas horas,
sino durante días, años, la eternidad.
(R. S. THOMAS, Gales, 1913-2000). Fue pastor anglicano.
Gracias Gerardo Arturo Gambolini por acercarnos este maravilloso poeta, y tu traducción.
Pentti Saaritsa
Nadie te había advertido
Nadie te había advertido que este baile
podría durar tanto, tú has entrado como
para participar
en un juego que se puede dejar para
volver a casa a comer o a dormir cuando llega la noche
y la noche llega, pero las manos que te agarran
te mantienen en el círculo, no te sueltan,
después de un discreto intento te rindes,
continúas el juego, sigues sonriendo
pero con otra sonrisa,
aún no acabas de creer que va en serio
a pesar de que el baile prosigue por la noche
y que las sombras
se mueven largas y duras
como una carne negra, y el primer horror te golpea
cuando por fin comprendes que era justo eso,
tu propia vida, pero superas ese horror
y decides que puedes vivir con él, y se desvanece
cuando llega la primera alegría, después un segundo
horror más grande y una alegría más grande y
los pasos del baile prosiguen cada vez más profundos en días y noches,
y tú te ríes y lloras las risas de todos
y los llantos de todos, y bailas cada vez mejor, inventas
nuevos pasos y sonríes
sonríes y sabes
lo que sabes.
Nadie te lo había advertido, al principio.
Pentti Saaritsa (Helsinki, 1941) colabora en diversas revistas y
periódicos. Ha impartido conferencias sobre literatura latinoamericana
en las universidades de Abo y Helsinki. Escribe textos para ser
acompañados de música. Es traductor de óperas y literatura en español.
La traducción al castellana de este poema es de Francisco J. Uriz.
Silencio
“Durante miles de años, las personas que han vivido aisladas consigo mismas, como los monjes en las montañas, los eremitas, la gente de mar, los pastores de ovejas y los descubridores que regresan a casa, han tenido la certeza de que los misterios de la vida se hallaban en el silencio. Esa es la cuestión. Surcas el mar en un velero y al volver quizá sepas que aquello que ibas buscando se hallaba dentro de ti".
Fragmento de "El silaencio en la era del ruido" (Taurus, 2017).
Erling Kagge, Noruega, 1963.
“Libro del pescador”. Una poesía que interpela
Por Sandra Cornejo
En:
https://www.eldia.com/nota/2019-8-4-9-38-28-una-poesia-que-interpela-septimo-dia
“Pescar es un arduo entrenamiento del espíritu” escribe Roberto Daniel Malatesta* en su reciente “Libro del pescador”. Entrenamiento que además abona el oficio de la poesía y realza lo inconmensurable de la naturaleza.
Mediante una textura que tiene mucho del hilo, de la línea que se
desliza sobre el río hacia las profundidades del agua, este libro fluye
hacia los límites del lenguaje, hacia los márgenes, entre los mundos.
Captura imágenes y la parábola del pescador sirve para hablar de la
condición de la persona humana y de otras especies en su cotidianeidad.
En este libro, el Ser, constituido pescador, es también el poeta y el
hijo, y es el errante que a través del silencio y la soledad descubre
epifanías.
Malatesta, que en 2004 escribió “Por encima de los techos”, reflejando
las dolorosas inundaciones santafesinas de aquella época, ha sido
considerado alguna vez un poeta oculto, guardando así, en su poética y
en su estilo, cierta familiaridad con Horacio Castillo. Como Castillo,
refiere lo sobrecogedor de pertenecer a nuestra especie, su extrañeza,
mucho más cuando el entorno es el paisaje. El paisaje y sus criaturas.
Así, en “Libro del pescador” el río es “un jardín a la vuelta del
mundo”, “un país del planeta agua” y es la materia que contiene la
orilla; es el agua que horada la barranca bajo los cimientos de la
propia casa; son los peces y sus nombres; los árboles, el verde; es el
viento de fondo y el viento del deseo; es la luna, ese otro ser vivo
que hiende, implacable, pero acompaña al pescador.
Reflexión y mesura bordean cada poema, por ejemplo en “No ver (II)”
expresa: “Nadie ve en lo profundo de las aguas./Al pez que se aproxima
nadie ve./Nadie, cuando está a punto de tragarse/el anzuelo. El que
pesca/cree en lo que no se ve. A nadie se ha oído/ decir: si no veo no
pesco./El pescador ve dentro de sí mismo,/lleva el río consigo”.
En sintonía con el I Ching, que en uno de sus fragmentos sugiere “No
tomes a pecho ganancia y pérdida”, este libro - con fotografías de la
artista plástica Marisa Malatesta que traduce en imágenes la poesía de
su hermano- refleja claramente esa frase e interpela desde una madurez
abismada. Anzuelo, tanza, cielo, ave, se convierten para el poeta en
“palabras como peces” que le atraviesan el pecho. Pescar, como escribir,
es para él, un ejercicio del espíritu que compromete a todo el cuerpo.
Una luz que discurre limpia y sin quimeras porque “El pescador
auténtico/es el que se vacía de deseo/y pesca como si/no pescara.”
*Roberto Daniel Malatesta, Santa Fe, 1961, referente de la poesía
argentina actual, ha obtenido numeroso premios, entre ellos, el Premio
Pedroni y el Fondo Nacional de las Artes.
“Libro del pescador” (Palabrava editorial, 2019; Poesía, Roberto Daniel Malatesta; Fotografías, Marisa Malatesta).
Imagen: Roberto Malatesta
Libros
"Los libros son como las mariposas. Habitualmente tienen las alas plegadas, como cuando las mariposas descansan sobre una hoja y desenrollan su trompa filiforme para sorber el agua de una gota de rocío. Cuando abres un libro, este echa a volar. Y tú con él, como si volaras en el cuello de plumón de una mariposa gigante. Pero el libro no tiene un único par de alas, sino cientos, clara señal de que te puede llevar no solo de flor en flor por este mundo glorioso, sino a centenares de mundos habitados. Algunos guardan gran parecido con el mundo en que vivimos, otros están habitados por seres que solo se muestran en sueños."
Mircea Cartarescu en "El ojo castaño de nuestro amor", (Impedimenta, 2015)
Imagen: Alexander von Humboldt, en la biblioteca de su casa en Berlín, pintado por Eduard Hildebrandt en 1856.
SC, julio, 2019.
Circe Maia
Pronto se irá el invierno
Pronto se irá el invierno. Como un mar retirándose
al bajar la marea,
deja esas suaves islas, finas, lisas, lavadas,
-estos días livianos, fríos, como de arena.
Y me acuerdo de ti. Así, de arena húmeda
que el agua ha de golpear y ha de aventar el aire,
así, de arena fría, volandera, liviana,
nuestros días, cristales
quebradizos, piedritas costaneras,
arena, arena, arena,
horas de arena suelta,
días barridos, frágiles.
Y me acuerdo de ti. Pronto se irá el invierno.
Vendrán, derrochadores de luz, días azules,
blanqueará nuestro almendro.
(Ya tiene la retama
dos flores amarillas)
Qué injusto, qué vergüenza,
de estos ojos bebiendo los colores, los días
que tus ojos no vieron!
Circe Maia (Montevideo, Uruguay, 1932).
Mirta Rosenberg
1951-2019La poesía de Mirta Rosenberg emerge dentro del panorama de la poesía argentina como una rama independiente, arraigada en las profundidades de la lengua, o de su lectura personal de la lengua y de las ampliaciones que ésta encuentra en la traducción. Su obra cabría definirla, si usamos una muy vieja palabra, por el estilo, eso que la hace reconocible entre muchos: su estilo es ritmo y su estilo es alguna clase de fe.
Olvido García Valdés
Acerca de Mirta Rosenberg en:
https://www.lanacion.com.ar/cultura/murio-poeta-traductora-editora-mirta-rosenberg-nid2262651
En al imagen, Mirta Rosenberg y Sandra Cornejo, Festival Internacional de Poesía Buenos Aires 2016.
Octavio Paz en "El arco y la lira"
FragmentoLa revelación poética
El reproche que hace Chuang—tsé a las palabras no alcanza a la imagen, porque ella ya no es, en sentido estricto, función verbal. En efecto, el lenguaje es sentido de esto o aquello. El sentido es el nexo entre el nombre y aquello que nombramos. Así, implica distancia entre uno y otro. Cuando enunciamos cierta clase de proposiciones («el teléfono es comer», «María es un triángulo», etc.) se produce un sinsentido porque la distancia entre la palabra y la cosa, el signo y el objeto se hace insalvable: el puente, el sentido, se ha roto. El hombre se queda solo, encerrado en su lenguaje. Y en verdad se queda también sin lenguaje, pues las palabras que emite son puros sonidos que ya no significan nada. Con la imagen sucede lo contrario. Lejos de agrandarse, la distancia entre la palabra y la cosa se acorta o desaparece del todo: el nombre y lo nombrado son ya lo mismo. El sentido —en la medida en que es nexo o puente— también desaparece: no hay nada ya que asir, nada que señalar. Mas no se produce el sinsentido o el contrasentido, sino algo que es indecible e inexplicable excepto por sí mismo. De nuevo: el sentido de la imagen es la imagen misma. El lenguaje traspasa el círculo de los significados relativos, el esto y el aquello, y dice lo indecible: las piedras son plumas, esto es aquello. El lenguaje indica, representa; el poema no explica ni representa: presenta. No alude a la realidad; pretende —y a veces lo logra— recrearla. Por tanto, la poesía es un penetrar, un estar o ser en la realidad.
La verdad del poema se apoya en la experiencia poética, que no difiere esencialmente de la experiencia de identificación con la «realidad de la realidad», tal como ha sido descrita por el pensamiento oriental y una parte del occidental. Esta experiencia, reputada por indecible, se expresa y comunica en la imagen. Y aquí nos enfrentamos a otra turbadora propiedad del poema, que será examinada más adelante (pp. 148 ss.): en virtud de ser inexplicable, excepto por sí misma, la manera propia de comunicación de la imagen no es la transmisión conceptual. La imagen no explica: invita a recrearla y, literalmente, a revivirla. El decir del poeta encarna en la comunión poética. La imagen trasmuta al hombre y lo convierte a su vez en imagen, esto es, en espacio donde los contrarios se funden. Y el hombre mismo, desgarrado desde el nacer, se reconcilia consigo cuando se hace imagen, cuando se hace otro. La poesía es metamorfosis, cambio, operación alquímica, y por eso colinda con la magia, la religión y otras tentativas para transformar al hombre y hacer de «éste» y de «aquél» ese «otro» que es él mismo. El universo deja de ser un vasto almacén de cosas heterogéneas. Astros, zapatos, lágrimas, locomotoras, sauces, mujeres, diccionarios, todo es una inmensa familia, todo se comunica y se transforma sin cesar, una misma sangre corre por todas las formas y el hombre puede ser al fin su deseo: él mismo. La poesía pone al hombre fuera de sí y, simultáneamente, lo hace regresar a su ser original: lo vuelve a sí. El hombre es su imagen: él mismo y aquel otro. A través de la frase que es ritmo, que es imagen, el hombre —ese perpetuo llegar a ser— es. La poesía es entrar en el ser.
...
Octavio Paz, México, 1914-1998, premio Nobel de Literatura.
Fragmento de su libro "El arco y la lira".
Imagen por Alvaro Alejandro Morales.
Peregrinos
"Victor Frankl, un psicoterapeuta sobreviviente de campo de concentración, dijo
que podemos soportar el sufrimiento, pero éste debe tener un significado. Todos
tenemos un camino personal para encontrar el significado. Todos somos
peregrinos -y peregrino viene de la palabra extranjero. Todos somos peregrinos en
una tierra desconocida."
Pofesor Peter Gilbert
Místicos y Sabiduría Perenne
Miradas a través de la Filosofía y la Literatura
El lunes 10 de junio a las 17 h las escritoras Ana Jachimowicz y Ángeles Román, docentes en Filosofía y especialistas en Sabiduría Perenne, abordarán a través de diversas vertientes filosóficas y literarias el misterio de la condición humana. A tal fin, se referirán a las distintas respuestas que las variadas tradiciones han brindado a través de los tiempos. Luego se abrirá un diálogo con el público para promover el intercambio de inquietudes.
La actividad es de participación libre y gratuita y se realizará en la sala Haroldo Conti de la Biblioteca Central de la Provincia de Buenos Aires (calle 47 N° 510) de la ciudad de La Plata.
Ana Jachimowicz, nació en Buenos Aires, Argentina. Es Profesora de Filosofía de la Universidad Nacional de Buenos Aires y Doctora en Ministerio en Espiritualidad de la Creación (University of Creation Spirituality, Oakland, EEUU). Estudió 12 años junto a su maestra Mataji Indra Devi. Publicó “¿Por qué permite Dios el mal en el mundo?”; “Las formas del Yoga” y “Dios adentro Dios afuera”. Coordina la comunidad espiritual on-line 'Místicos para todos'.
Ángeles Román es Profesora de Filosofía y Ciencias de la Educación. Autora de diversos artículos y ensayos. Publicó "El Aleteo del Colibrí" (2012), es coautora del Ensayo "Espiritualidad y Política", (Editorial Kairós, Barcelona, 2011). Colaboró en el Ensayo "Sabiduría y Gratitud" (Ed. Kairós, Barcelona, 2015).
Coordina el Encuentro Sandra Cornejo.
(junio-27, 2019).
Hiraeth
Hiraeth (palabra galesa) describe una
añoranza particular por un tiempo y un espacio que ya no existen. Un
tiempo y lugar que solo existe en forma de recuerdo, de emoción...es
como la morriña, pero con un espíritu fantástico.., sirve para nombrar
"nostalgia", es parecido a decir "hogar"...
Más acerca de este interesante concepto del idioma galés y de otras palabras "intraducibles" en:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-48279142
Imagen: Alan Coles en:
https://viajes.nationalgeographic.com.es/a/gales-tierra-leyendas_9663/4
Inchcolm
“Inchcolm es una pequeña isla de la costa de Fife en el fiordo de Forth (Escocia)…
La isla es el hogar de una abadía agustiniana, numerosas fortificaciones y miles de aves...”
Texto completo de Catriona Patience en northwordsnow.co.uk
(Imagen de Catriona Patience)
Lecturas compartidas en la Biblioteca Central
Narradores y poetas se reunirán en la sala Haroldo Conti de la Biblioteca Central de la Provincia de Buenos Aires, calle 5 N° 510, el lunes 13 de mayo a las 17. La idea es compartir lecturas y dialogar luego acerca del hecho escritural en sus diferentes etapas.
Claudio Ricardo Ramos. (Junín, 1961). Es escritor, psicólogo social y actor. Publicó Al sur de todo (Peces de ciudad, 2017) y No hay nada más en la Noche (El Bien del Sauce Edita, 2019). Pablo Pagés. (Nació en 1974 en Munro y pasó su infancia en Tandil). Es escritor y trabaja como mecánico en Aeroparque, CABA. Su libro Cuesta abajo (El Bien del Sauce Edita, 2018), transcurre en el barrio porteño de La Boca. Martín de Souza (La Plata, 1966). Es docente, coordinador de talleres y poeta. Publicó la intensa fragilidad (Ed. La Pecera, Mar del Plata, 1994; sonido involuntario (Ediciones del Dock, Buenos Aires, 1998) y fina estampa (Nusud, Buenos Aires). Coordina el Área de Letras de la Escuela Taller Municipal de Arte de la ciudad de La Plata desde 2003 y los Talleres de Poesía y Letrística y Narrativa desde hace más de 20 años. Leonardo Venezia (La Plata, 1985). Es escritor y abogado. Magister en Escritura Creativa (Untref). Fue uno de los fundadores del Grupo Pasajes. Algunos de sus textos fueron publicados en Narrativa IV (Ediciones La comuna), Premio Nacional de 3 de Febrero (Oficina Municipal de Letras) y Arte Joven 2011. Dicta los talleres de escritura creativa de la Escuela Taller Municipal de arte de La Plata. Daniel Siscar (La Plata, 1991). Músico y poeta. Estudió Psicología en la UNLP. Forma parte de la coordinación en un taller de Oratoria y Elaboración del Discurso. Paulina Juszko. (Nació en Berisso). Publicó dos poemarios: Poemas del Yo dios y Del vagar breve (Enigma Editores, 2018). Tres novelas: Te quiero solamente pa bailar la cumbia (Ed. de La Flor, Bs.As., 1995), Esplendores y Miserias de Villa Teo (Ed. Simurg, Bs.As., 1999), El año del bicho bolita (Ed. Dunken, Bs.As., 2008). Un ensayo: El humor de las argentinas (Ed. Biblos, Bs.As., 2000). Una obra de carácter testimonial: Vivir en Villa Elisa (Libros de la Talita Dorada, City Bell, 2005), declarada de interés cultural por la municipalidad de La Plata. Sandra Cornejo (La Plata, 1962). Poeta, gestora cultural y Licenciada en Comunicación Social por la UNLP. Diplomada en Lectura, Escritura y Educación (FLACSO, Argentina). Ha publicado Borradores (1989), Ildikó (1998), Sin suelo (2001), Partes del mundo (2005), y Bajo los ríos del cielo (2014). Edita desde 2006 el sitio web http://www.tuertorey.com.ar/. Su cuento Un pozo fue seleccionado para Textos 2 (La comuna ediciones)
Antología Federal de Poesía
CFI
El Consejo Federal de Inversiones (CFI), a través de su Programa de Cultura, sigue promoviendo la “Antología Federal de Poesía”.
Se trata de una propuesta que busca enriquecer el acervo literario de
cada región de Argentina, a partir del apoyo y difusión de la obra de
sus poetas. Ya se publicaron las antologías correspondientes a las
regiones Patagonia, Nordeste, Cuyo Andino, Noroeste y Centro. Este
viernes 26 de abril, en el marco del Festival Internacional de Poesía,
que se desarrolla dentro de la Feria Internacional del Libro 2019 en el
Predio Rural de la Ciudad de Buenos Aires, se presentará la “Antología Federal de Poesía de la Provincia de Buenos Aires”. Así, el Programa cierra un panorama federal de la poesía contemporánea argentina.
Con un jurado compuesto por Leopoldo Teuco Castilla, Eduardo Mileo,
Alejandra Correa, Susana Villalba y María Eugenia Straccali, la
antología, que cuenta con 67 voces de poetas del territorio bonaerense,
entre los que están Alicia Genovese, Marta Cwielong, Ángela Pradelli,
Jorge Boccanera, Arturo Carrera, Horacio Zabaljáuregui, Néstor Mux,
Rafael Felipe Oteriño, María Julia Magistratti, Ana Guillot, Sandra
Cornejo y Silvia Montenegro, por mencionar algunos nombres, fue el
producto de una selección realizada entre más de 500 participantes.
A continuación, en la imagen, la lista completa de los autores antologados.
Francisca Aguirre
1930-2019España
¿Por qué llegan las mariposas
si no hay forma de que deje de nevar?
Ni siquiera el Libro de los muertos
puede darnos una razón
***
Yo sé que un día, padre mío
tus palpitantes cuadros
recibirán incienso y mirra
en el desaforado
Museo del Horror
y también en el asombroso, intangible
Museo del Honor
Fuente: Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.
La Cosa Es
Elien Bass
La Cosa Es
Amar la vida, amarla aún
cuando no tienes el estómago para ello
y todo lo que aprecias
se tambalea como papel quemado en tus manos,
tu garganta está llena de sus cenizas.
Cuando la aflicción se asienta contigo, su calor tropical
espesa el aire, pesado como el agua
más adecuado para las agallas que para pulmones;
cuando la pena te pesa como tu propia carne
solo más que ella, una obesidad de dolor,
piensas, ¿cómo es posible que un cuerpo pueda soportar esto?
Entonces sostienes la vida como una cara
entre las palmas de tus manos, una simple cara,
sin una sonrisa encantadora, ni ojos violeta,
y dices, sí, te tomaré
te amaré, nuevamente.
Selección: Carla Cooper/ Traducción: Guillermo Lagos
En: http://www.meditacioncristiana.net/node/1113
The Thing Is, por Elien Bass en MULES OF LOVE (Rochester, NY: American Poets Continuum Series, No 73, 2002), e-book location 865.
Bálticos, de Tomas Tranströmer*
En este ensayo, el poeta y traductor norteamericano Robert Haas, Premio
Pulitzer y Poeta Laureado de 1995 a 1997, desgrana en clave personal e
intimista las vetas de sentido del poema extenso Bálticos, de Tomas
Tranströmer, y nos guía en su particular inmersión en la poética del
Premio Nobel sueco.
Por Robert Hass
"Pienso en Bálticos de Tomas Tranströmer en mitad del invierno y en mitad del estado de Vermont; mucha nieve: blanca, gris, azul humeante; pinos verdinegros, rastrojos de madera de cedro quemada por la nieve. Apenas vi nieve antes de cumplir los dieciocho, así que la intensidad y neutralidad del paisaje de Nueva Inglaterra no ha dejado nunca de parecerme vívida y extraña. Y presente. Como no pertenece a la niñez, no evoca ningún anhelo, no es la secuela de algo perdido; y me hace completamente feliz, excepto por una pequeña sensación de asombro que me inquieta. La felicidad es como una experiencia del ser puro; la inquietud es preguntarme qué significa o qué puedo hacer con esa experiencia. Parece una pregunta enorme, y me lleva a lo que valoré antes que nada en los poemas de Tranströmer o en las traducciones de su poesía que he leído:
Dos de la madrugada: claro de luna. El tren se ha detenido
en plena llanura. Allá lejos los puntos luminososde una ciudad,
brillando fríos en el horizonte.
Como cuando una persona ha entrado tan profundamente en un sueño
que jamás recordará que estuvo allí
una vez que vuelva a su habitación.
Y como cuando alguien ha entrado tan hondo en una enfermedad
que todo lo que fueron sus días se vuelve unos puntos centelleantes, un enjambre
frío y escaso sobre el horizonte.
El tren está absolutamente quieto.
Son las dos: fuerte claro de luna, pocas estrellas."
Texto completo en:
http://www.circulobellasartes.com/revistaminerva/articulo.php?id=575
SC, marzo 2019.
** Publicado originalmente en Robert Hass, Twentieth Century Pleasures,
Nueva York, The Ecco Press, 1984. Incluido posteriormente en Poets
Teaching Poets. Self and the World (ed. Gregory Orr and Ellen Bryant
Voight), Ann Arbor, The University of Michigan Press, 1996, pp. 9-22.
“Una temporada en Tinker Creek”
Annie Dillard*
Fragmento de “El cielo y la tierra para pasar el rato”, capítulo inicial del libro
Vivo junto a un arroyo, el Tinker, en un valle entre las montañas Blue
Ridge de Virginia. En inglés, los refugios de los ermitaños también
reciben el nombre de «agarre de ancla»; algunos de ellos eran simples
cobertizos adosados a los laterales de una iglesia como un percebe a una
roca. Pienso en esta casa adosada al lateral del arroyo Tinker como uno
de aquellos refugios. Me mantiene anclada a su fondo rocoso y me
proporciona estabilidad en la corriente frente al raudal de luz que se
vierte desde arriba, como haría un ancla marina. Es un buen sitio para
vivir; en él hay mucho que pensar. Los arroyos —el Tinker y el Carvin—
son un misterio activo que se renueva minuto a minuto. El suyo es el
misterio de la creación continua y de todo lo que supone la providencia:
la incertidumbre de la visión, el horror de lo inamovible, la
disolución del presente, la intrincación de la belleza, la presión de la
fecundidad, la esquividad de lo libre y la naturaleza defectuosa de la
perfección. Los montes —el Tinker y el Brushy, y las lomas de McAfee y
Dead Man— son un misterio pasivo, el más antiguo de todos. El suyo es el
simple misterio de la creación a partir de la nada, de la materia
misma, de cualquier cosa, de lo que viene dado. Las montañas son
gigantes, reconfortantes, absorbentes. Puedes lanzar tu espíritu a una
montaña y la montaña lo guardará bien doblado y no lo devolverá, como sí
harían algunos arroyos. Los arroyos son el mundo con todos sus
estímulos y belleza; allí es donde vivo. Pero las montañas son el hogar.
* Annie Dillard fue una de las primeras mujeres que decidió desafiar desde la escritura y de forma rigurosa el estereotipo masculino del hombre de la frontera y de su relación con la naturaleza salvaje. Para ello, tras superar una neumonía que estuvo a punto de costarle la vida con apenas veintiséis años, se trasladó a un valle de la cordillera de los Apalaches y comenzó a escribir. Así surge Una temporada en Tinker Creek, un libro en el que Dillard recogió la extraordinaria y fructífera influencia de grandes autores como Henry David Thoreau, John Muir o Aldo Leopold, pero dándoles en cierto modo la vuelta. El libro recibió el Premio Pulitzer de Ensayo, fue incluido entre los 100 Mejores Ensayos del siglo xx según la prestigiosa Modern Library, y se ha convertido en un auténtico clásico de nuestro tiempo y en uno de los libros más influyentes de la nature writing. En él se relatan sus exploraciones en la naturaleza salvaje del estado de Virginia, durante las cuales da cuenta de una capacidad de observación que resulta tan insólita como reveladora. Dillard puede acechar ratas almizcleras o intuir las leyes de la mecánica ondulatoria por la que vibran todas las cosas; puede observar el paso migratorio de un millón de mariposas monarcas o soñar con la última manada de caribús árticos; puede jugar al escondite inglés con las aves acuáticas o desentrañar la historia de una misteriosa piel de serpiente. Pero, sobre todo, Dillard entremezcla lo que ve con lo que piensa y lo que siente, convirtiendo este libro en una de las reflexiones más lúcidas y extraordinarias sobre la esencia última de la naturaleza, sobre la belleza y el horror que en ella se entremezclan, sobre el azar que rige en última instancia todo lo vivo y sobre el poder del presente en un mundo en constante y silenciosa mutación.
PREMIO PULITZER DE ENSAYO
Elegido entre los 100 Mejores Ensayos del siglo XX por la prestigiosa
Modern Library
«Dillard y sólo Dillard ha sido capaz de crear una prosa a la altura
del estilo único y trascendental de Henry David Thoreau». Edward Abbey
«Una temporada en Tinker Creek es una extraordinaria meditación acerca
de nuestra propia capacidad para observar. Dillard te abre los ojos al
mundo y a nuevas formas de ver». Eudora Welty
«Un vibrante redescubrimiento de los bosques. Dillard recorre un rincón
de tierra salvaje y nos guía por los aún oscuros misterios de la
frontera con la civilización». The New York Times
«Annie Dillard acecha al lector con sus intuiciones y cuestionamientos
con la misma naturalidad y sencillez con la que un depredador enfrenta a
su presa». Time Magazine
«Una temporada en Tinker Creek es uno de los mejores libros de naturaleza jamás escritos».The Saturday Evening Post
«¿Qué clase de escritora es Annie Dillard? Aquella que muy pronto
decide definirse en términos que van más allá de lo literario: como una
exploradora de la cotidianidad, una fugitiva y una vagabunda del
lenguaje, una pasajera en busca de signos, una stalker de la
experiencia, un instrumento para la caza». Geoff Dyer
«La imaginación de Dillard ha encontrado su morada en Tinker Creek: en
la cruda y al tiempo lírica conciencia de las inalcanzables
profundidades del mundo físico». The Washington Post
Fuente:
http://erratanaturae.com/libro/una-temporada-en-tinker-creek/
SC, 11 febrero 2019
Hugo Mujica
Fragmentos
El silencio de la nieve cayendo sobre la nieve
I.
La palabra es el lugar donde se encuentran la manifestación de la realidad, el ser de la vida, y lo que nosotros captamos de él, de ella.
Encuentro entre el don y la recepción.
(La lluvia y el cuenco.)
El ser se abre, se abre rebasándose: manifestándose. La palabra lo recibe, lo recepciona.
(Como vida y existencia.
Poesía y poema.
O amor y lo amado... Siempre hay un halo que rebasa, un nimbo de dolor.
Un testigo de lo imposible.
Y su anverso: es sólo de un lado del cuello que nos clavan los colmillos.)
También lo delimita, pero es en esa delimitación donde se manifiesta, se dice al hombre en la forma en que el hombre puede decirselo a sí.
Finitamente.
(Humanamente: finitud preñada de infinitud: dolor.)
Como un océano que se derramara en un cáliz. Desborda, pero no se pierde. El desborde señala.
A veces arrastra.
También recuerda.
En la palabra el silencio calla, diciéndose.
II.
Antes de comenzar a hablar está el silencio. El que está para que la palabra sea.
Pueda ser.
La posibilidad y el presentimiento de que la palabra será dicha, que tiene donde manifestarse.
Al final de una frase, de un discurso, de la vida, vuelve a ser el silencio.
Al comienzo de todo texto está la página en blanco.
La que sigue estando en blanco en sus márgenes, porción de silencio, silencio entre las líneas y, otra vez, al final, diciendo calladamente el fin...
Son los silencios los que acotan los límites de las palabras. Es el blanco de una página, anterior y posterior, el que enmarca y contiene a las palabras escritas.
Las que limitan con lo blanco, como las pronunciadas con el silencio.
De esto que lo blanco, el silencio, no sea sólo un límite de la escritura, un borde de la voz, no sólo acote y puntualice al habla, sino que el silencio sea constitutivo del habla como el espacio de la palabra escrita.
Constitutivo del habla que es trama hilada de silencios y palabras, de palabras y silencios.
Sin el silencio que aspira es vano respirar, imposible la palabra.
Juego en el que cada parte da sentido a la otra: sin la palabra el silencio es un vacío.
Sin el silencio la palabra no es palabra, es borde sin mar. Ruido sin sentido.
Viento en el desierto.
El silencio separa las palabras y, separándolas, las hace audibles. Permite que se extiendan.
Se expandan.
Vibre su significado. Dilaten su sentido.
(Otra vez lo abierto y, en lo abierto, lo que surge. Sol
en el desierto, sobre nada.
Nada que proyecte sombra.
PARA SIEMPRE, PARA ESE AHORA
He visto la vida desnuda
y no fue dolor.
Vi el desierto y nacer el sol
para siempre
para ese ahora sin sombras
de lo que se mira
con el cuerpo entero.
Lo vi ponerse, como un lunar
de pequeño,
pequeño
o inmensamente humano
como un corazón que muere.
He visto la vida desnuda
y se lavaron mis ojos
de no ver sino nada.)
Nota:
Este fragmento pertenece al texto El silencio de la nieve cayendo sobre la nieve del libro Flecha en la niebla (Ed. Trotta, 1997) de Hugo Mujica.
Hugo Mujica nació en Buenos Aires en 1942. Estudió Bellas Artes,
Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Esta gama de estudios se
refleja en la variación de su obra que abarca tanto la filosofía, como
la antropología, la narrativa como la mística y sobre todo la poesía.
Sitio oficial del autor:http://www.hugomujica.com.ar/biografia.html
Adonis, “El libro II”
Pregunta. ¿De dónde le viene el eco de su primera poesía?
Respuesta. De una pregunta sin respuesta: ¿quién soy yo? Tras medio siglo escribiendo todavía no la sé.
P. En los poemas está el tiempo antiguo.
R. Este tiempo vive dentro de mí pero no como residente, no como una
persona que se aloja en mi interior sino como una preocupación pasajera.
Quizá ahora escribiría un libro que trate del futuro, sobre cómo seré
en el futuro de mi imaginación.
P. Usted se burla muchas veces del futuro.
R. Ahora estamos viviendo en el futuro, el momento actual es el futuro,
lo que estamos diciendo hoy existe en el mañana. Cada momento del
presente ya ha pasado, el presente absoluto es lo que llamamos futuro.
P. ¿De qué color es el futuro?
R. La reina Balkis le preguntó al profeta Suleiman: “¿De qué color es
Dios?” Es lo mismo. En un verso me pregunto: “¿Quién es Adonis?, ¿quién
le dirá a Adonis quién es Adonis?”. La poesía me contestó, más bien me
susurró: “Tu pregunta es en sí misma una respuesta”.
La nota completa en:
https://elpais.com/cultura/2019/01/24/actualidad/1548349719_456861.html
En la foto, el escritor sirio Adonis posa en Casa Árabe, en Madrid. Inma Flores, El País.
SC, 27, enero 2019
Mary Oliver, a los 83
En su casa, en Florida, murió a los 83 años la poeta norteamericana Mary Oliver.
Amante de la vida y la naturaleza, escribió más de 20 libros y ganó, entre otros, el premio Pulitzer.
En uno de sus poemas, en El pájaro rojo (Caleta Olivia, 2017), dice: “Viendo un documental sobre osos polares que intentan sobrevivir al derretimiento de los hielos...
Que Dios tuvo un plan no tengo dudas/ Pero, ¿y si su Plan era que nosotros lo hiciéramos mejor?”
No le temía a la muerte, a la que le ha cantado a menudo.
Un poema suyo, de su libro Felicity (Valparaíso Ediciones, 2016), traducido por Nieves García Prados, se reproduce aquí.
SC, 17, enero 2019
Me complace decirle
Señor Muerte, me complace decirle, que hay
fisuras en su largo abrigo negro. Hoy
Rumi (muerto en 1273) vino a visitarme, y no por
primera vez. Es cierto que no habló con
su lengua sino desde la memoria, y si
era alto o bajo, lo desconozco.
Pero era tan real como el árbol bajo el que
me encontraba. Sólo porque algo sea físico
no significa que sea lo mejor. Él
me ofreció un poema o dos, y empezó a pasear.
Me senté un rato sintiéndome satisfecha
y sintiendo también la satisfacción en el árbol. ¿No
se comparte todo en el mundo? Y uno
de los poemas contenía un árbol, así que
por supuesto el árbol se sintió incluido. Así es
Rumi, capaz de zafarse sin dificultad
de su largo abrigo negro, oh Señor Muerte.
La anciana dama y su hijo*
Una señora muy anciana está sentada en una silla en la farmacia. La
farmacéutica le pregunta si puede volver una hora más tarde. ¿O prefiere
esperar? No llevará tanto tiempo, apenas el necesario para preparar los
remedio que le ha prescripto el médico. “No, no puedo, tengo que ir
ahora mismo a buscar a mi niño a la estación del tren.” Se recobra
enseguida: “Quiero decir a mi hijo”. A juzgar por la edad de la dama, el
hijo debe rondar por lo menos la cincuentena.
Me dirige una sonrisa incómoda, un poco flotante, como su mirada, como
ella misma, a quien imagino flotando en su mundo interior. La ayudo a
ponerse de pie, vacila ligeramente, la tomo del brazo para que
encuentre apoyo, pero ella no necesita mi sostén, quiere irse sola a
recibir a su hijo niño. Consulta su reloj: “Está bien, hasta me sobra
un poquito de tiempo”. Y la dejo alejarse a pasitos, firmes ahora, en
dirección a la estación que está muy cerca.
“Mi niño.” Tengo la impresión de que lo ha llamado así no solo porque
un adulto para la madre es siempre su “hijito”. Querría ignorar, a
través de él, el paso del tiempo. Ese hombre niño le permite olvidar a
la anciana señora su extremada fragilidad, al menos en el instante en
que se apresta a reunirse con él. El hijo es el remedio que el médico
omitió prescribirle.
*Texto de Jean Bertrand Pontalis publicado en su libro Al margen de las noches (Paidós, 2011). Jean Bertrand Pontalis, 1924 - 2013 fue un filósofo, psicoanalista y escritor francés.
SC, enero 2019.
Bendiciones 2019
"Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad y, otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora. Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón." Michael Ende
Irene Gruss (1950-2018)
"Extrañaremos ese bosque
como si alguna vez hubiésemos ido.
Las ramas pedirán
ayuda al cielo, y cada hoja, la quietud
o el alivio de un ruido. En vano
extrañaremos el claro del bosque."
Fragmento.En su libro Solo de contralto (1997).
Una nota de Silvina Friera sobre la poeta argentina en:
https://www.pagina12.com.ar/164419-una-poesia-despiadada-y-bella-a-la-vez
Fragmento de "Para vos nací"
“El silencio creativo, que Teresa convertía en oración trascendente, es
un camino hacia otra dimensión, la de los sueños o los imposibles. Es
la forma que tiene Dios, o aquello en lo que uno crea, de indicarnos que
precisamente los sueños, los imposibles, deben llevarse a cabo.
Y así, ningún domingo volverá a ser gris.”
Fragmento del libro de Espido Freire "Para vos nací". Un mes con Teresa de Jesús.
Foto: Espido Freire.
"Textos 2"
El próximo 14 de diciembre se presentará “Textos 2”, una antología que reúne relatos de 16 autores contemporáneos platenses y es el cuarto de los títulos producidos por la Editorial La Comuna durante 2018.
Los escritos reunidos en “Textos 2” cierran el trabajo iniciado con la antología “Textos I”, publicada en 2017, conformando entre ambos un amplio muestrario de la narrativa que hoy se escribe en la ciudad de La Plata.
Si por algo se caracteriza esta colección es por lo heterogéneo de las técnicas, voces y temáticas que la recorren, reflejo de las diferentes experiencias de vida y escritura de sus autores.
La presentación del libro tendrá lugar el viernes 14 a partir de las 20
en el Palacio López Merino, de calle 49 entre 12 y diagonal 74, número
835.
Más sobre "Textos 2" en:
http://lacomunaediciones.laplata.gov.ar/
Jean Valentine
1934, EEUU
Mis palabras para vos
Mis palabras para vos son los puntos en una bufanda
que no quiero terminar
tal vez ella se convierta en una manta
o en una red, para tenerte aquí
el amor no se ha ido a ninguna parte.
My words to you
My words to you are the stitches in a scarf
I don’t want to finish
maybe it will come to be a blanket
or a net to hold you here
love not gone anywhere.
(Versión al español de Sandra Cornejo)
Thich Nhat Hanh*
Empezar de Nuevo
En Plum Village practicamos cada semana una ceremonia denominada
Empezar de Nuevo. En el Instituto para la Felicidad de Una Persona
también la practicaremos. Durante la ceremonia, todas las personas de la
comunidad se sientan formando un círculo, en el centro hay un jarrón
con flores frescas. Mientras esperamos que alguien empiece a hablar,
seguimos nuestra respiración. La ceremonia consta de tres partes: la de
regar las flores, la de expresar nuestro arrepentimiento y, finalmente,
la de expresar las heridas y las dificultades. Esta práctica evita que
nuestras heridas se vayan acumulando a lo largo de las semanas y
contribuye a sanear la situación en la familia o en la comunidad.
Empezamos regando las flores. Cuando alguien se siente preparado para
empezar a hablar, une sus palmas, los demás también hacen lo mismo para
dar a entender que tiene derecho a la palabra. Después se levanta, se
dirige lentamente hacia las flores, toma el jarrón en sus manos y vuelve
a su asiento. Al hablar, sus palabras reflejan el frescor y la belleza
de las flores que sostiene con sus manos. Durante la práctica de regar
las flores, cada persona que habla reconoce las sanas y maravillosas
cualidades de los demás. No se trata de adular, siempre decimos la
verdad. Cada persona tiene sus puntos positivos que pueden percibirse si
se presta atención. Nadie puede interrumpir a la persona que sostiene
las flores. Puede hablar todo el tiempo necesario, mientras los demás
hacen la práctica de escuchar profundamente. Cuando ha terminado de
hablar, se levanta y coloca de nuevo el jarrón en el centro de la
habitación.
En la segunda parte de la ceremonia expresamos nuestro arrepentimiento
por cualquier cosa que hayamos hecho y que pueda haber herido a alguien.
Una sola frase desconsiderada ya es suficiente para herir a una persona
La ceremonia de Empezar de Nuevo nos ofrece la oportunidad de
arrepentirnos por alguna acción cometida a principios de semana y
repararla. En la tercera parte de la ceremonia expresamos de qué
diferentes maneras nos han herido los demás. Es crucial manifestarlo
afectuosamente. Nuestro propósito no es el de herir a la comunidad, sino
el de curarla. Hablamos con franqueza, pero sin pretender ser
destructivos. La meditación de escuchar es una parte importante de la
práctica. Cuando nos sentamos en un círculo de amigos en el cual todos
hacen la práctica de escuchar profundamente, nuestras palabras se
vuelven más bellas y constructivas. Nunca culpamos a los demás ni
discutimos.
Es crucial escuchar compasivamente. Escuchamos con el deseo de aliviar
el sufrimiento de la otra persona, no para juzgarla o discutir con ella.
Lo hacemos con toda nuestra atención. Incluso en el caso de oír algo
que no es verdad, continuamos escuchando profundamente para que la otra
persona pueda expresar su dolor y liberar su tensión interna. Si le
contestásemos o la corrigiésemos, la práctica no produciría ningún
fruto. Por lo tanto, simplemente escuchamos. Si necesitamos decir a la
otra persona que la impresión que ha recibido no era correcta, lo
hacemos unos días más tarde, en privado y con serenidad. Después, en la
próxima sesión de Empezar de Nuevo, puede rectificar el error sufrido
sin necesidad de añadir nada más. Cerramos la ceremonia con una canción o
dándonos la mano con las personas del círculo y respirando durante un
minuto. Algunas veces la finalizamos con la meditación del abrazo.
Después siempre nos sentimos más alegres y serenos, aunque sólo hayamos
dado un primer paso hacia la curación. Ahora tenemos la certeza de que
al haber empezado, podremos continuar. La práctica de Empezar de Nuevo
se remonta a la época de Buda. Sus comunidades de monjes y monjas la
practicaban en la víspera de los días de luna llena o luna nueva.
Fuente: http://sanghabuenosaires.blogspot.com/
Imagen: http://tnhspain.org/
*Thich Nhat Hanh, también conocido como “Thay” (“maestro” en vietnamita), nació en el Vietnam central en 1926 con el nombre de Nguyen Xuan Bao. A la edad de 16 años ingresó en el monasterio zen de Tu-Hieu, cerca de Hue, donde su principal maestro fue Chan Thanh Quy Tiet. Maestro zen, poeta, activista por la paz, escritor de más de cien libros, nominado para el Premio Nobel de la Paz…
Antonio Colinas
Memorias del estanque, fragmentos
Pero en aquellas noches, arriba, con el pueblo a oscuras, había otro río que fluía: era el del firmamento. No he podido sanar todavía de aquella dulce herida que en mi mirada dejaron los astros. Nada he aprendido después que aquel firmamento abismal no me hubiese enseñado. Desde entonces, yo también fluyo con la Vía Láctea. O ella fluye en mi interior en los momentos de pesar. Creo que soy para la trascendencia porque recibí aquella llamada de arriba en la infancia. Sin embargo, hay dos momentos en mi vida —lo comprendo ahora— en los que se dio en mí esa «iniciación cósmica y estética hacia los astros y las constelaciones» que algunos no comprenden, sobre todo las personas de cultura urbana: aquellas noches de mi infancia en Fuente y aquellas otras más fundamentadas de mi adolescencia en la sierra de Córdoba.
***
Hundo los ojos en el estanque y la realidad es doble; no sé si es la de sus orillas arboladas o la que se refleja en el agua, la de hoy o la del ayer. Hundo la mirada y me siento arrastrar por un río. Me viene la lectura de Robinson Crusoe, el primer libro-libro que leí. Revivíamos aquel relato en la cabaña y en la balsa que habíamos construido en la espesura con los amigos, en aquel punto en que la zaya de los molinos desembocaba en el río. Por ella subían y bajaban las nutrias con sus lomos lustrosos. Todavía no sabía entonces que literatura y vida solo eran y serían para mí una misma cosa. El libro se hacía vida en la espesura de los chopos y mi vida parecía no tener sentido sin aquel libro y, a la vez, sin aquella naturaleza que me revelaban los ríos de mi infancia. El firmamento, la naturaleza: dos revelaciones primeras y para siempre.
(Antonio Colinas, España, 1946).
Diamela Eltit-Chile
Premio de Nacionalde Literatura
Javier García
28 SEP 2018
Diamela Eltit: “Hay que pensar de manera mucho más igualitaria”
Ayer la autora de Lumpérica se convirtió en la quinta mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura, frente a 49 autores hombres. Distinguida por unanimidad, se impuso a Hernán Rivera Letelier en la deliberación final.
“Le dedico el premio a mi madre y a mi abuela”, dijo más tarde la
autora de novelas, relatos y ensayos, quien se encuentra en EEUU. Eltit
es académica de la UTEM en Chile, y hace una década de la U. de Nueva
York, donde reside entre septiembre y diciembre.
Toda la nota en:
http://culto.latercera.com/2018/09/28/diamela-eltit-pensar-manera-mucho-mas-igualitaria/
Anna Świrszczyńska (Anna Swir)
Le hablo a mi cuerpo
Cuerpo mío, eres un animal
cuya conducta adecuada
es la concentración y la disciplina.
El esfuerzo
de un atleta, de una santa y de un yogui.
Bien entrenado
puedes convertirte para mí
en una puerta
para salir de mí misma
y en una puerta
para entrar a mí.
Una plomada hacia el centro de la tierra
y una nave cósmica hacia Júpiter.
Cuerpo mío, eres un animal
para quien la ambición
es lo indicado.
Ante nosotros se abren
espléndidas posibilidades.
(Traducción de Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich)
Anna Świrszczyńska, conocida también como Anna Swir, nació en Varsovia,
Polonia, el 7 de febrero de 1909. Comenzó a publicar poesía en la
década de 1930.
Creó su propia forma de poesía, su propia manera de hablar del mundo, y
se hizo conocida por describir sus experiencias durante la Segunda
Guerra Mundial, en la que ejerció como enfermera, así como dar un
enfoque feminista a temas como la maternidad, el cuerpo femenino y la
sensualidad. Fue traducida al inglés por el Premio Nobel Czeslaw Milosz,
que la consideraba una de las más importantes e innovadores voces de la
poesía polaca.
Murió en Cracovia, el 30 de septiembre de 1984, contaba con 75 años de edad.
GRACIELA MONTES
XIV Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil
"Recuerdo que, muchas veces, un trozo de literatura o un cuadro o una música fueron los únicos sitios donde me pude encontrar con personas con las que era imprescindible encontrarse". Graciela Montes.
La escritora argentina obtuvo el XIV Premio Iberoamericano SM de
Literatura Infantil y Juvenil. Este galardón reconoce la
trayectoria entre nueve candidatos de ocho países por su calidad
literaria, estilos y recursos. Se trata de la edición número catorce.
"La última edición del prestigioso Premio Iberoamericano SM de
Literatura Infantil y Juvenil quedó en manos argentinas. Se trata de
Graciela Montes, autora de 71 años nacida en Buenos Aires que supo
elaborar una obra más que importante para la literatura latinoamericana.
El jurado aseguró que este reconocimiento es más que merecido, ya que
es "una escritora pionera en la literatura infantil y juvenil en
Iberoamérica, que ha influido en varias generaciones de escritores y
especialistas de toda la región".
Toda la nota en:
https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/09/10/graciela-montes-obtuvo-el-prestigioso-premio-iberoamericano-sm-de-literatura-infantil-y-juvenil/
Más en este sitio sobre Graciela Montes:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=233
Mary Oliver
Me complace decirle
Señor Muerte, me complace decirle, que hay
fisuras en su largo abrigo negro. Hoy
Rumi (muerto en 1273) vino a visitarme, y no por
primera vez. Es cierto que no habló con
su lengua sino desde la memoria, y si
era alto o bajo, lo desconozco.
Pero era tan real como el árbol bajo el que
me encontraba. Sólo porque algo sea físico
no significa que sea lo mejor. Él
me ofreció un poema o dos, y empezó a pasear.
Me senté un rato sintiéndome satisfecha
y sintiendo también la satisfacción en el árbol. ¿No
se comparte todo en el mundo? Y uno
de los poemas contenía un árbol, así que
por supuesto el árbol se sintió incluido. Así es
Rumi, capaz de zafarse sin dificultad
de su largo abrigo negro, oh Señor Muerte.
Del libro Felicity de Mary Oliver. Traducción de Nieves García Prados (Valparaíso ediciones 2016).
Vivo en lo invisible
Ray Bradbury
"Hay
autores que escriben con un ojo en el mercado y con la oreja pegada a
cuanto esté de moda, que escriben libros sin alma. Frente a éstos, los
hay que se conocen, que ya saben cuál es su identidad literaria, qué
temas les preocupan y obsesionan, aquellos incendios o fuegos diminutos
de los que luego hablarán con pasión, en mareas de palabras que
arrastrarán con ellos a los lectores. Imposible escapar de la resaca
cuando el oleaje emerge del fondo de uno mismo, con la fuerza de la
sinceridad, y las aguas transportan el amor, la furia y el miedo que
asolan las entrañas de quien escribe. Ese ímpetu arrastra, voltea, hunde
e inunda a los hombres y mujeres que se asoman, en busca de emociones, a
las playas de los verdaderos escritores. Allí siempre encontramos una
bandera roja señalando el peligro de inmersión en las altas mareas de la
vida. Nadie escapa a un libro si te empuja, con vigor animal, a la
arena submarina, donde lidia el autor con la muerte, con el paso del
tiempo, la vejez, la memoria o la injusticia. Pocos son los escritores
que se llenan las manos de sangre, que levantan polvo a cientos de
kilómetros bajo el nivel del mar.
[…]
La poesía tiene propiedades curativas, ahonda en las heridas por las que sangramos todos, para después sellarlas."
Del prólogo de Ariadna G. García y Ruth Guajardo González, traductoras del libro Vivo en lo Invisible Nuevos poemas escogidos, de Ray Bradbury (Salto de página, 2013).
Paula Meehan
Una versión en español del poema The see cave de la poeta irlandesa Paula Meehan en http://buenosairespoetry.com/
De su libro Geomantic (Dedalus Press, 2016).
Link directo:
https://buenosairespoetry.com/2018/07/25/la-cueva-del-mar-%E2%80%A2-de-paula-meehan/
Caminos de bosque
Introducción (Martin Heidegger; Alianza editorial, 1997)
«Holz» (madera, leña) es un antiguo nombre para el bosque.
En el bosque hay caminos (“Wege”) por lo general medio ocultos
por la maleza, que cesan bruscamente en lo no hollado. Es a estos
caminos a los que se llama «Holzwege» («caminos de bosque,
caminos que se pierden en el bosque»).
Cada uno de ellos sigue un trazado diferente, pero siempre dentro
del mismo bosque. Muchas veces parece como si fueran iguales,
pero es una mera apariencia.
Los leñadores y guardabosques conocen los caminos. Ellos saben
lo que significa encontrarse en un camino que se pierde en el
bosque.
Colección de poetas
en la región
Con la iniciativa de la poeta Ángela Gentile, y en el marco del Tercer Encuentro de poetas del proyecto Hybris, se llevó a cabo en las instalaciones del Centro de Preservación Tolosa del Ferroclub Argentino, la presentación de pequeños libros/plaquetas de los escritores Néstor Mux, César Cantoni, Sandra Cornejo, Abel Robino, Guillermo Pilía, Norma Etcheverry, Gustavo Caso Rosendi, Marta Melero, Luis Maggiori, Patricia Coto, Julio Coronel, José María Pallaoro, Marcela Di Croce y Norberto Antonio.
Nota completa en:
https://www.eldia.com/nota/2018-7-1-10-47-37-una-coleccion-para-mostrar-a-los-poetas-de-la-region-septimo-dia
Elizabeth Bishop
Visita a St. Elizabeths
Esta es la casa de Bedlam.
Este es el hombre
que está en la casa de Bedlam.
Esta es la hora
del hombre trágico
que está en la casa de Bedlam.
Este es el reloj pulsera
que da la hora
del hombre tan locuaz
que está en la casa de Bedlam.
Este es un marinero
que usa el reloj
que da la hora
del hombre tan enaltecido
que está en la casa de Bedlam.
Esta es la rada, toda de tablas
adonde llega el marinero
que usa el reloj
que da la hora
del admirable viejo
que está en la casa de Bedlam.
Estos son los años y los muros de la sala,
los vientos y las nubes del mar de tablas
surcado por el marinero
que usa el reloj
que da la hora
del maníaco
que está en la casa de Bedlam.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila llorando por la sala
sobre el rechinante mar de tablas
del chiflado marinero
que da cuerda al reloj
que da la hora
de ese hombre atareado
que está en la casa de Bedlam.
Este es un muchacho que golpea contra el piso
por ver si el mundo sigue allí y es plano,
para el judío viudo con su gorro de papel
que baila llorando por la sala
un vals a lo largo de una tabla ondulante
junto al callado marinero
que escucha en su reloj
el tic tac de la hora
del hombre exasperante
que está en la casa de Bedlam.
Estos son los años y los muros y la puerta
que se cierra sobre un muchacho que golpea contra
el piso
para sentir que el mundo sigue allí y es plano.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila alegremente por la sala
hacia los entablados mares que se van
más allá del marinero de ojos fijos
que sacude el reloj
que da la hora,
del poeta, del hombre
que está en la casa de Bedlam.
Este es el soldado que vuelve a casa de la guerra.
Estos son los años y los muros y la puerta
que se cierra sobre un muchacho que golpea contra
el piso
para saber si el mundo es redondo o plano.
Este es un judío con un gorro de papel periódico
que baila con cuidado por la sala
avanzando sobre el tablón de un ataúd
con el chiflado marinero
que muestra su reloj
que da la hora
del desdichado
que está en la casa de Bedlam.
El St. Elizabeths es el nombre del manicomio en el que estuvo internado
su amigo el poeta Ezra Pound, a quien está dedicado este poema.
Traducción de Ulalume González de León.
Elizabeth
Bishop (1911-1979) fue una poeta estadounidense, distinguida como
poetisa laureada de los Estados Unidos y Premio Pulitzer de poesía en
1956.
"Desiderata" de Max Ehrmann
Camina plácidamente entre el ruido y la prisa y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio. En cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas. Enuncia tu verdad en una manera, serena y clara; y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes. Mantén el interés en tu propia carrera, que por humilde que sea, ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en los negocios, pues el mundo está lleno de engaños, más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe.
Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales. La vida está llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas en el afecto y no seas cínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del Universo, no menos que las plantas y las estrellas, tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no, indudablemente el Universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con Dios, cualquiera sea tu idea de Él, y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones.
Conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida, que aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto. ¡Esfuérzate por ser feliz!
Max Ehrmann. Estados Unidos, 1872-1945. Abogado, escritor y filósofo.
May Sarton
"Desde hace mucho tiempo, cada reunión con otro ser humano ha sido una colisión.
Siento demasiado, siento demasiado, estoy agotada por las reverberaciones
incluso después de la conversación más simple."
“Loneliness is the poverty of self; solitude is richness of self.”
May Sarton en Journal of a Solitude
GERRY MURPHY
Tres poemasPegaso
Una eternidad desde
que un caballo de tiro vacilante
apagó de una patada
las luces de mi padre en Blackpool Bridge
y lo dejó en el asilo
buscando a tientas sentido y conexión.
Una eternidad antes
de que yo me topara con los versos
desvariando gozosamente
entre la verdad y el delirio
al sonido de los cascos
de Pegaso que se acercan.
Almas santas
Noviembre:
he ahí el fantasma de mi madre
yendo a la misa matinal
seguida por el fantasma
de su gato favorito,
que esperará
al acecho de pobres fantasmas de ratones
en la puerta de la iglesia
y luego la seguirá
de vuelta colina arriba
hasta donde el fantasma de mi padre
está preparando el desayuno para dos
mientras sus hijos reales
siguen durmiendo inquietamente.
Mi vida como stalinista
“¡Lacayo capitalista!”
le grito en la mesa a mi padre
durante una discusión sobre la viabilidad
del Segundo Plan Quinquenal,
la vuelta del Fianna Fáil al gobierno
o mis notas lamentables en la escuela
— seguramente las tres.
La conversación se detiene
y por un instante hay un silencio.
La respuesta de mi padre es reír,
sabiendo muy bien que yo sólo entiendo a medias
el significado de mi insulto mal dirigido.
“Eres muy bueno para las muletillas, Gerry,
trata de leer un poco más
de la literatura que las sustenta.
De hecho, vuelve a tu amado Stalin
y estudia sus abultados ensayos
sobre ese tema concreto y sus métodos para tratar
con los “reincidentes”, “saboteadores” y “lacayos”,
después ven
y llámame como quieras.”
Traducción: Gerardo Gambolini
Gerry Murphy, Cork, Irlanda, 1952
Canciones de los Mares del Sur
“Admitimos sin esfuerzo que la memoria tiene corredores,
pasillos mal iluminados, tuberías, muros tapiados, con o sin
respiraderos, laberintos que conducen a ninguna parte….Reconocer y
aceptar hasta sus últimas consecuencias la energía del corazón. Seguir
su huella. El movimiento, el viaje, es inherente a todo lo vivo.” Luisa
Futoransky, acerca de "Canciones de los Mares del Sur" de Mariano
Rolando Andrade.
El próximo jueves 24 de mayo, a las 17 hrs, en el marco del Club de
Lectura de la Biblioteca Central de la Provincia de Buenos Aires, el
poeta, crítico y traductor Mariano Rolando Andrade dialogará con el
escritor y docente Jorge Goyeneche sobre su reciente libro “Canciones de
los Mares del Sur”. La obra, publicada por la editorial Buenos Aires
Poetry traza un periplo literario, geográfico, histórico, cultural y
autobiográfico de cien días desde Yakarta hasta las Islas Marquesas,
siguiendo las huellas de Rimbaud, Melville, Stevenson, Conrad y otros
escritores y exploradores.
Mariano Rolando Andrade es autor tambien de la novela “Los viajes de
Rimbaud” (1996), fue seleccionado en la antología de poesía “Buenos
Aires no duerme” (1998) y ganó el Premio Juan Rulfo de Radio Francia
Internacional (RFI) a mejor cuento en lengua francesa (2001). En 2004
participó en el libro “20 años sin Cortázar” publicado por la Revista
Caleta en colaboración con la Universidad de Cádiz, España.
En 2017 coeditó junto con el poeta, traductor y crítico literario Juan
Arabia la antología bilingüe “Poesía Beat” (Buenos Aires Poetry), y fue
uno de los invitados del XII Festival Internacional de Poesía de Buenos
Aires FIP.
Jorge Goyeneche nació y vive en La Plata. Es escritor, crítico y
docente. Publicó las novelas “Toda la delantera en orsái” (de editoria
Último Reino, 2001), “Semblantes de bestias” (editorial Gárgola, 2003),
“Serial Writer/Argentino Serial” (Gárgola, 2008), “Almirante de Sal”
(Editorial Parque Moebius, 2011), “Que algo quedará” (editada en España
por Puntoyaparte, en Chile por Piedra de Sol y en Argentina por Gárgola,
2014. Primer premio Instituto Cultural de Puerto Rico), “Mala Praxis”
(Parque Moebius, 2015), “Final de obra” (HdJ, 2016) y es coautor de “La
cosa se complica” (La comuna, 2018). Recibió en 2015 el premio
Almafuerte por su trayectoria como escritor y en 2016 Reconocimiento de
la Municipalidad de La Plata por aporte cultural y trayectoria.
Libre y Gratuito. Los esperamos.
PÁDRAIG J. DALY
Funeral en invierno
El funeral fue en invierno,
sin cantos ni música.
Después, salimos a la escarcha.
Nuestros pasos crujiendo sobre la grava.
Los árboles estaban escuálidos y blancos.
Un faisán lastimoso se nos cruzó en el camino.
Cumplidas las oraciones, nos alejamos,
sacudiéndonos la muerte de nuestros abrigos.
≈
Pádraig J. Daly, Irlanda, 1943. Sacerdote agustino.
Traducción de Gerardo Gambolini
imagen: PÁDRAIG J. DALY
La liturgia de la lengua
Osvaldo Ballina
Por Sandra Cornejo en:
https://www.eldia.com/nota/2018-4-8-9-31-35-la-liturgia-de-la-lengua-septimo-dia
Con un tono más luminoso, sin dejar de lado el trabajo siempre artesanal de la propia lengua, Osvaldo Ballina, poeta, traductor y viajero, en “breviario del vagante”, su libro reciente, habla sobre sus recurrentes obsesiones: la extranjería, la metafísica, el silencio. “Toda vida interior es soledad”, advierte y, como la rara avis que es, descansa así sobre un discurso que considera a la madurez un tiempo de reflexión, más cercano a la ermita que al bullicio. Sabe entonces que la búsqueda del sol es un acto individual y que el relámpago purifica “al filo y en lo profundo”. Ambos hechos mediados por el derrotero de un espíritu que atraviesa detritos y rincones para que al final llegue la alegría y abra sus puertas.
Ballina inicia un camino atípico en la poesía con “El día mayor”, su primer libro, en 1971. Ahí empieza un recorrido de ida y vuelta desde y hacia un país que aún hoy “sigue siendo inexplicable”: la nostalgia, la pérdida, el porqué del ser humano, serán una constante. Con una obra de más de 20 libros, publicado en diversas antologías y premiado por su trayectoria, el autor atraviesa una búsqueda de referencias y sentidos, muchas veces ante la nada misma; otras, en el páramo, donde refiere una certeza de lo cósmico e inconmensurable. Es así como suele preguntarse “qué”, “quién”, en un universo sin bordes. En esta “solitude”, estado del alma que no implica necesariamente sentirse solo, es donde generalmente abreva la creatividad, en ese espacio-tiempo despojado, brota la poesía como brota la plegaria, verso a verso.
En “breviario del vagante”- cuyo tono en algunos poemas nos remite a
“Wanderers”, de Max Ehrmann - tres poetas entrañables para el autor
aparecen con una fuerza sobrenatural: Celan y su despedida no anunciada;
la sonrisa de Rimbaud, y Pasolini, el loco sin su madre. Estos diálogos
sostenidos con otros escritores, en varias lenguas y vivos o muertos,
llevan a una región donde la paz es posible. Es en esa zona de reflexión
donde el destello aparece y hay “una invitación a estar de pie”. A
pesar de la náusea, el aullido del rayo, la ceniza o “la carga del
mundo” y sus ausencias. Claroscuros habituales en un vagante que,
además, escribe poesía.
Imagen:
Fotografía de Pampi Curuchaga
Bibliotecas del siglo XXI: de custodiar libros
a abrir espaciosde encuentro
Promoción de la lectura, intercambio generacional, inspiración para
aprender: una mirada desde Alemania sobre el futuro de instituciones
culturales clave para la integración social
Por Natalia Blanc
¿Qué función social cumplen las bibliotecas en la era digital? ¿Sigue
teniendo sentido acopiar miles y miles de libros impresos en
innumerables estantes para cederlos en préstamo temporal al público?
¿Cómo se replantean los modelos de las grandes bibliotecas del mundo en
el siglo XXI? Preguntas como éstas impulsan a Hannelore Vogt, directora
de la Biblioteca Municipal de Colonia (Alemania), a dictar charlas en
distintas ciudades sobre los desafíos que deben enfrentar las
bibliotecas públicas en el contexto actual.
"En el siglo XXI se suele plantear la pregunta sobre la vigencia de las
bibliotecas, si tiene sentido que convivan con Internet. Mi respuesta
como bibliotecaria siempre es: sí. Creo que la función de cualquier
biblioteca es la transmisión de conocimiento. Ahora los saberes se
transmiten a través de otros canales y otros soportes digitales. Por
eso, además de la función tradicional de la promoción de la lectura, en
la mayoría de las bibliotecas del mundo se incluye la formación digital
para garantizar que la población pueda tener acceso a la información",
asegura Vogt, especialista en bibliotecología, historia del arte y
gestión cultural.
A cargo desde 2008 de la dirección de la Biblioteca Municipal de
Colonia, que en 2015 fue distinguida la mejor del año en Alemania, Vogt
participó hace unos meses en una discusión mediática en su país sobre el
concepto "biblioteca". El debate partía de una cuestión semántica: si
habría que recurrir a otra palabra para denominar a las bibliotecas hoy,
con el abanico de ofertas que ofrecen; por ejemplo, centro cultural o
casa de cultura. "En muchos países se da esta discusión acerca del
nombre, ya que las bibliotecas ofrecen servicios que van más allá del
préstamo de libros. Es muy difícil encontrar una palabra que pueda
incluir todas las actividades y biblioteca es una especie de marca
registrada que la gente reconoce, que transmite la confianza de que se
hacen las cosas bien y con calidad. Pero, por otro lado, conlleva
dificultades porque sigue estando presente esa imagen un poco anticuada
de la biblioteca. Hay muy pocos conceptos o términos que parezcan
apropiados. En Londres, por ejemplo, hablan de Idea's Store (tienda de
ideas). En Dinamarca inauguraron hace poco una biblioteca muy grande que
llamaron Doc 1, que en realidad tiene que ver con el espacio donde fue
levantada (un dock frente al mar) y también juega con la palabra
documento", dice. Más allá de la denominación, para Vogt, "la biblioteca
sigue siendo ese espacio donde uno simplemente puede ir a leer, a
estudiar, sin consumir algo en particular ni participar de una
actividad. Algo muy importante es que tiene una misión educativa y no
sólo cultural. Por eso si uno sólo la piensa en términos de centro
cultural sería un enfoque demasiado acotado".
La biblioteca de Colonia es municipal y tiene una sede central ubicada
en el centro de la ciudad, once pequeñas filiales en diversos barrios y
un bibliomóvil que recorre escuelas y jardines de infantes. A las sedes
barriales suelen concurrir chicos y estudiantes y a la central, gente
entre 20 y 30 años, especialmente. En una ciudad con alrededor de un
millón de habitantes, la institución cuenta con un staff de 200 personas
para ocupar 160 puestos entre empleados estables y part time. "Tenemos
personal variado: alrededor de la mitad son bibliotecarios. También hay
personas que hacen una capacitación en la biblioteca y, aunque no tengan
el título universitario, esa capacitación los califica para trabajar.
Además hay voluntarios que dictan cursos; por ejemplo, de idioma para
extranjeros. Ellos ayudan en programas especiales para los refugiados".
Entre esos programas se incluyen clases de alemán y de lectura para
exiliados de países árabes.
Con un acervo compuesto por aproximadamente 750.000 piezas entre
libros, revistas y materiales musicales, además de un archivo musical
con más de 30.000 partituras, la biblioteca de Colonia recibe aportes
privados que refuerzan los ingresos oficiales. "Tenemos un presupuesto
básico, que sirve para pagar sueldos y comprar ciertos recursos. Para
los proyectos especiales tenemos que buscar apoyo externo, que puede
venir de programas estatales, no necesariamente del ámbito
bibliotecario. También buscamos del área de educación o fondos que
provengan de la región o de la Unión Europea. Y apelamos a que las
empresas nos apoyen en algún proyecto, que siempre tienen que tener un
interés cultural. Las empresas no sólo nos aportan dinero sino que
también nos donan o prestan dispositivos tecnológicos y nuevos equipos
para que se pongan a prueba en la biblioteca. Un ejemplo práctico es un
espacio que tenemos que se llama Bar de Vinilos, con un tocadiscos, para
digitalizar discos de vinilo y grabarlos en un cd o memoria portátil.
Ese aparato fue donado por una empresa".
A diferencia de otras bibliotecas importantes que alimentan sus
catálogos con títulos valiosos desde el punto de vista histórico, la de
Colonia apunta a libros contemporáneos. Explica la directora: "En
general, compramos material porque lo que queremos es tener un acervo
actual y que responda a los intereses y a la demanda del público. Si
sólo dependiéramos de las donaciones, sería incompleto y azaroso.
Analizamos muy específicamente qué es lo que interesa a nuestros
usuarios. Como los pedidos se hacen a través de un sistema de
computación, podemos ver claramente qué es lo que la gente pide y busca,
según la edad, el género, el lugar de procedencia, el nivel educativo,
entre otras variables. En función de eso orientamos nuestras compras. De
esa manera garantizamos que lo que el público busque esté luego en los
estantes. Tenemos mucho material que no es literarios sino textos de no
ficción y de estudio; libros técnicos que consultan profesionales y
estudiantes. Es importante que las colecciones estén actualizadas porque
es material de consulta".
Además de las once filiales, esta biblioteca alemana tiene una pequeña
sede en un parque que atiende un grupo de voluntarios. "Es un proyecto
especial, que sigue el modelo de las donaciones: en general, recibe
libros y los presta para que los usuarios los lean en el parque. También
tenemos una máquina expendedora de libros de género policial, que está
ubicada en una estación de subte", cuenta la especialista.
De diarios a libros para bebés
El funcionamiento de un día típico de la biblioteca de Colonia refleja
no sólo la variedad de servicios que ofrece a los usuarios sino también
la diversidad del público. "La sede central abre sus puertas a la mañana
temprano, pero cuando llegamos ya hay muchas personas esperando para
entrar. Cuando abrimos, lo primero que ellos hacen es buscar el diario
del día para leer. Por la mañana llegan mucho grupos, algunos con visita
programada, y son muy variados: desde alumnos de jardín de infantes a
refugiados de otros países. Hacemos visitas guiadas, pero también hacen
uso de las instalaciones y los servicios por cuenta propia. Por la
tarde, vienen muchos alumnos de colegio a trabajar en grupos. Ahí todo
se vuelve más ruidoso y hay usuarios que se quejan porque quieren estar
tranquilos. Por eso fue que organizamos diferentes sectores, para que en
algunos se pueda hablar y otros para la lectura en silencio. La
experiencia que estamos viendo es que así la gente permanece más tiempo.
Muchos no van en busca de libros sino que quieren trabajar en nuestro
espacio. Hay una expresión en inglés que es muy apropiada para explicar
esa costumbre: alone together. Por un lado, quieren trabajar solos pero,
al mismo tiempo, quieren tener gente alrededor. A la noche suele haber
algún evento cultural como conciertos, espectáculos musicales y de
teatro"
Así como la Biblioteca Nacional Mariano Moreno abre sus puertas para la
Noche de los Museos porteños, la de Colonia participa en la Noche de
los Teatros con alguna obra, en general, vinculada con títulos
literarios. "Es decir que, como centro cultural, la biblioteca también
tiene un rol importante, pero siempre nos fijamos que el foco esté
puesto en la cultura y en la discusión social. También ofrecemos a
diferentes grupos la biblioteca como foro, como lugar donde pueden
realizarse reuniones y encuentros dirigidos a los ciudadanos. Los
viernes y sábados hay talleres: enseñamos desde cómo se hace un e-book a
cómo leer en voz alta para otros".
Cuando se le pregunta cuál es el objetivo principal de la institución
que dirige, Vogt no duda: "El gran objetivo es que funcione como un
espacio de aprendizaje. También, un espacio para la inspiración, donde
uno aprende algo que en realidad no está buscando específicamente. Y un
tercer rol tiene que ver con la participación, con el propio quehacer,
que sea un espacio donde el saber sea transmitido de los ciudadanos a
los ciudadanos. En ese marco, tenemos el programa de los expertos
junior, jóvenes que van a dar cursos a adultos en la biblioteca. Que sea
un punto de encuentro donde se vinculan las diferentes generaciones. Es
mucho más que un lugar donde solo se prestan libros. Pero eso depende
del perfil de cada institución".
En sus conferencias y escritos teóricos, Vogt asegura que le parece más
importante el trabajo social, los servicios hacia los usuarios de la
biblioteca, que el catálogo en sí mismo. En ese sentido, explica:
"Nosotros, como biblioteca, ponemos a disposición el lugar y los
recursos tecnológicos, vinculamos a la gente, las ponemos en red, y son
los ciudadanos los que transmiten el conocimiento. Ponemos en relación
esa tarea con libros, con bancos de datos, otros materiales de estudio.
El foco está puesto en desarrollar el quehacer crítico de los usuarios.
Pero, por supuesto, la promoción de la lectura sigue siendo un punto muy
importante. Tenemos para ofrecer desde libros para bebés, para chicos
de nivel inicial y de escuela. Como actualmente a los chicos les
interesan mucho los dispositivos tecnológicos, tratamos de ofrecer
lecturas que estén vinculadas con lo digital. Un ejemplo es el digital
story telling: les leemos a los jóvenes alguna historia de JK Rowling,
entre otros autores, y ellos a partir de esa lectura desarrollan su
propia historia, confeccionan un video para YouTube y lo suben a la red.
Así, el relato funciona como el punto de partida de un trabajo más
amplio y atractivo para su edad. De esa manera, ellos crean un material
nuevo, lo comparten, lo difunden."
Modelo de gestión
La de este año no fue la primera visita de Vogt al país. Ya había
estado en dos oportunidades anteriores, cuando recorrió la Biblioteca
Nacional y algunas municipales. Esta vez, además de dar una charla en el
Instituto Goethe, conoció bibliotecas populares del conurbano
bonaerense (barrios carenciados de San Fernando y Tigre, entre otros) de
la mano de los integrantes de la Conabip. Interiorizada sobre ciertos
aspectos de la gestión del director anterior, Horacio González, y
también de la actual de Alberto Manguel, la bibliotecaria alemana cree
que el puesto de director debería estar ocupado por "un buen comunicador
porque es un cargo para un manager, para alguien que gestiona". Y
fundamenta: "Si uno es director de una biblioteca grande, por un lado
tiene que trabajar hacia adentro con sus colaboradores, conducir los
cambios (por ejemplo, lo que se está dando en el mundo digital); por
otro lado, hacia afuera: haciendo lobby para conseguir los recursos
necesarios, hablar con los medios de prensa. Las características clave
serían que sepa organizar, gestionar y comunicar. No creo que un
director de biblioteca tenga que escribir libros o estar vinculado a la
literatura sino más bien con el gerenciamiento. No tiene que ser
necesariamente un bibliotecario pero sería ideal que tuviera esos
conocimientos propios de la especialidad".
Ante la pregunta sobre si los cargos directivos en las bibliotecas
públicas de Alemania cambian cuando cambian los gobiernos, Vogt se
sorprende: "¡No! Son puestos técnicos, especializados; en algunos casos,
pueden tener una formación similar, del área, pero los cambios no
tienen nada que ver con los cambios de gobierno". Vuelve a sorprenderse
cuando se le comenta del polémico caso de Carta Abierta, con la
Biblioteca Nacional como centro de reuniones políticas. "La regla en
Alemania es que como biblioteca, en términos políticos, la institución
es neutral. No importa cuál sea el gobierno de turno: de ninguna manera
se ofrece como foro a un determinado partido o agrupación. Sí, por
supuesto, es un espacio de discusión y de intercambio y también se tocan
temas sociales, como el de los refugiados o la escasez de vivienda.
Pero, en ese caso, se invita a diferentes especialistas o referentes,
con diferentes perspectivas, con un moderador como para que los
asistentes se pueden hacer su propia idea del asunto".
La cuestión de los refugiados, en cambio, es un tema candente, del que
se discute en los ámbitos intelectuales europeos. En Alemania, las
bibliotecas ofrecen programas culturales gratuitos para migrantes. En
Colonia, uno de los programas para refugiados está basado en la lectura
de padres a chicos. "Los refugiados de países árabes, por ejemplo
Turquía o Siria, no tienen una tradición fuerte de lectura en voz alta
para los chicos. Y se sabe hoy que el ejemplo de los padres es crucial
para generar el hábito de la lectura en los chicos. Por eso pensamos en
este programa de lectura en voz alta, de adulto a chicos. Creemos que el
vínculo personal entre el lector y el aprendiz de lector es fundamental
para darle una connotación positiva a la lectura".
Fuente:
https://www.lanacion.com.ar/1969832-bibliotecas-del-siglo-xxi-de-custodiar-libros-a-abrir-espacios-de-encuentro
Imagen:
Hannelore Vogt. Foto: gentileza Stadtbibliothek Köln / Biblioteca Municipal de Colonia
Una vez leí en el muro de Berlín
Azucena Salpeter
Una vez leí en el muro de Berlín
en el océano del Neguev
en el camino de hormigas de mi casa
usted no nace mujer hombre niño
no nace de color ni de dolor
recuérdelo
usted no nace
hasta que abre los ojos
y aprende a ser tierno en la mirada.
Azucena Salpeter nació en Formosa, Argentina, en 1942.
Desde 1957 vive en la ciudad de La Plata. Es médica, poeta, pintora.
Manos
Para Eamonn y Kathleen
Fue en algún lugar sobre la costa noreste de Brasil,
sobre Fortaleza, una ciudad de la que nada sé,
salvo que está llena de gente
cuyas vidas son un misterio
mayor que el río Amazonas;
fue ahí, mientras el avión de juguete del monitor de vuelo
se desplazaba al ecuador
y viraba al este hacia Marruecos,
cuando empecé de nuevo a pensar en las manos,
en lo extraño que es que nuestras vidas
–la vida de la francesita pelirroja a mi izquierda,
la vida del niño argentino a mi derecha,
mi vida y las vidas de todos los pasajeros dormidos
que están siendo rápidamente transportados en la oscuridad
sobre el oscurecido Atlántico–,
todas esas vidas ahora estuvieran siendo sujetadas
por las manos del piloto,
y pienso en otras manos que pueden sostener nuestras vidas,
las manos del cirujano
a quien tendré que volver a ver cuando llegue a casa,
las manos de la inteligente enfermera de cabello negro
que desenrolló de mi cuello el cordón umbilical,
las suaves manos de mi madre,
las manos de esos otros
que me quisieron
hasta que parece casi
como si esto fuera lo que es la vida humana:
ser pasado de mano en mano,
para ser, improbablemente, llevado sobre un océano.
Moya Cannon (Dunfanaghy, Donegal, 1956)
Versión de Jorge Fondebrider en Aves de invierno y otros poemas
Hands
For Eamonn and Kathleen
It was somewhere over the north eastern coast of Brazil, / over Fortaleza, a city of which I know nothing, / except that it is full of people / each one of whose life is a mystery / greater than the Amazon river, / it was there, as the toy plane on the flight monitor / moved over the equator / and veered east towards Marrakech, / that I started to think again of hands, / of how strange it is that our lives – / the life of the red-haired French girl to my left, / the life of the Argentinean boy to my right,/ my life, and the lives of all the dozing passengers, / who are being carried fast in the dark / over the darkened Atlantic- / all of these lives are now being held / in the hands of the pilot, / in the consciousness of the pilot, / and I think of other hands which can hold our lives, / the hands of the surgeon / whom I must meet again when I return home, / the hands of the intelligent, black-haired nurse / who unwound the birth-cord from my neck, / the soft hands of my mother, / the hands of those others / who have loved me, / until it seems almost / as though this is what a human life is, / to be passed from hand to hand, / to be borne up, improbably, over an ocean.
La memoria secreta de las cosas
Hope Jahren"No existe nada más perfecto que una regla de cálculo. Su aluminio bruñido resulta frío al contacto con los labios, y, si la mantienes al nivel de la luz, puedes ver en cada una de sus esquinas el ángulo recto más perfecto de la creación. En cambio, si la pones de costado se transforma en un original florete que se dobla sin querer. Hasta una niña de corta edad puede blandir en el aire una regla de cálculo, sirviéndose del cursor como empuñadura. En mi memoria permanecen ligados de un modo indisoluble este juego infantil y los primeros relatos que me contaron, y, por ese motivo, no puedo evitar representar en mi mente a un angustiado Abraham justo en el momento en el que va a sacrificar al pobre Isaac alzando su mortífera regla sobre el pequeño.
Yo me pasé la infancia en el laboratorio de mi padre, jugando debajo de las mesas hasta que alcancé la altura suficiente para jugar sobre ellas. Mi padre enseñó durante cuarenta y dos años seguidos los rudimentos de la física y de las ciencias de la tierra en aquel laboratorio. Era profesor en una escuela de formación superior de una pequeña localidad de Minesota. Él adoraba su laboratorio, y mis hermanos y yo compartíamos su pasión por aquel lugar.
No era más que una sala pintada con una gruesa capa de color crema;
pero, si cerrabas los ojos y te concentrabas, podías sentir por debajo
la textura del cemento. Recuerdo que llegué a la conclusión de que el
revestimiento de goma de los laterales debían de haberlo pegado a la
pared, porque no encontré ni una sola marca de clavos cuando medí la
estancia con una cinta métrica que extendí más de treinta metros. Había
largas mesas de trabajo en las que tenían que sentarse cinco alumnos,
uno al lado del otro, mirando todos en la misma dirección. Aquellas
superficies negras, frías como una tumba, estaban hechas de un mate rial
imperecedero, de algo que ni el ácido ni los golpes de martillo podían
destruir (pero no lo intentéis). Eran lo suficientemente robustas como
para aguantar el peso de una persona, y tan duras que no se podían rayar
ni con una piedra (pero no lo intentéis)."
Fragmento inicial de La memoria secreta de las cosas (Paidós, 2017) de la geobióloga Hope Jahren.
Liliana Bodoc
1958-2018Frgmento de Amigos por el viento
"A veces, la vida se comporta como el viento: desordena y
arrasa. Algo susurra, pero no se le entiende. A su paso todo
peligra; hasta aquello que tiene raíces. Los edificios, por ejemplo.
O las costumbres cotidianas.
Cuando la vida se comporta de ese modo, se nos ensucian los
ojos con los que vemos. Es decir, los verdaderos ojos. A nuestro
lado, pasan papeles escritos con una letra que creemos reconocer.
El cielo se mueve más rápido que las horas. Y lo peor es que nadie
sabe si, alguna vez, regresará la calma.
Así ocurrió el día que papá se fue de casa. La vida se nos transformó
en viento casi sin dar aviso. Recuerdo la puerta que se cerró
detrás de su sombra y sus valijas. También puedo recordar la ropa
reseca sacudiéndose al sol mientras mamá cerraba las ventanas
para que, adentro y adentro, algo quedara en su sitio...."
Liliana Bodoc murió hoy 6 de febrero en Mendoza, Argentina, a los 59 años.
La casa en el confín de la Tierra
William Hope Hodgson (1875-1918) es sin duda uno de los representantes
más originales de lo que se ha dado en llamar el «cuento materialista de
terror». La asombrosa facilidad de Hodgson para recrear atmósferas
angustiosas y oprimentes fascinó a H.P. Lovecraft y los escritores de su
círculo.
A propósito de esta obra, decía Lovecraft: «La casa en el confín de la Tierra
(1908) -quizá la mejor de todas las obras de Hodgson- trata de un
caserón solitario y temido de Irlanda, que constituye el centro de
espantosas fuerzas del trasmundo y soporta el asedio de híbridas y
blasfemas anormalidades que surgen de secretos abismos inferiores. Los
vagabundeos del espíritu del narrador durante ilimitados años-luz del
espacio cósmico y kalpas de eternidad y su asistencia a la destrucción
final del sistema solar, son algo casi único en la literatura
fantástica. Por lo demás, a lo largo de la historia se pone de
manifiesto la capacidad del autor para sugerir horrores vagos y
emboscados en un escenario natural.»
Traducción y prólogo de Francisco Torres Oliver.
(Valdemar Gótica, 2017).
Kathleen Raine
Fragmentos
“Así, la poesía no era palabras en una página, sino pájaros en el aire,
en el crepúsculo, contra el viento en el aire alto y azul; era árboles,
era piedras y manantiales, una faz mudable de cosas que comunicaban un
conocimiento que las palabras sólo pueden representar o evocar
remotamente.”
***
“...Pero era en el camino de vuelta a casa a solas cuando estaba más
acompañada, cuando estaba más cerca del ser de seres que yo amaba: la
naturaleza [...] Sola, el viento soplaba a través de mi pelo y de mi
corazón, y cada piedra, cada tarabilla, cada flor de eufrasia o de
tomillo, el helecho polipodio, las nubes a lo lejos sobre el páramo,
eran parte de mí misma. Estar con otra gente, incluso con mi mejor
amiga, significaba ser reducida a la estatura de una niñita con trenzas
color pardo y una diadema de terciopelo. Sola, yo era toda la tierra,
hasta el horizonte y hasta las profundidades del cielo. Nada me faltaba,
no deseaba otra cosa que estar para siempre en ese lugar del mundo
entero que era mío; ahí conocí –dudo que lo esté inventando en
retrospectiva- la felicidad perfecta. Sabía que estaba donde sólo yo
deseaba estar. No fue por voluntad propia que el tiempo pasara, y me
arrancara de mis tempranas y humildes raíces.”
***
Invocación
Hay un poema en camino,
hay un poema que me envuelve,
el poema está cercano,
el poema en lo alto del aire
más allá de la atmósfera brumosa
se cierne, espíritu
que en mi se encarne.
Deja que transpire mi cuerpo
que atormenten mi pecho las serpientes
mis ojos sean ciegos, sordos los oídos, las manos perturbadas
la boca abrasada, el útero extirpado,
rajado el vientre, la espalda azotada,
trinchada la lengua en tiras de cuero
piedras de lluvia insertas en mis pechos,
la cabeza cercenada,
y que sólo los labios hablen,
y que sólo el dios aparezca.
Un texto sobre la autora escrito por Adolfo Gómez Tomé y más poemas en:
http://www.fronterad.com/?q=nube-habitada-poesia-y-naturaleza-kathleen-raine
Árboles, 2017...2018
Árboles, fragmento de El Caminante de Hermann Hesse
Los árboles han sido siempre para mí los predicadores más eficaces. Los
respeto cuando viven entre pueblos y familias, en bosques y florestas. Y
todavía los respeto más cuando están aislados. Son los solitarios. No
como ermitaños, que se han aislado a causa de alguna debilidad, sino
como hombres grandes en su soledad, como Beethoven y Nietzche. En sus
copas susurra el mundo, sus raíces descansan en lo infinito; pero no se
pierden en él, sino que persiguen con toda la fuerza de su existencia
una sola cosa: cumplir su propia ley, que reside en ellos, desarrollar
su propia forma, representarse a sí mismos. Nada hay más ejemplar y más
santo que un árbol hermoso y fuerte.
Cuando se ha talado un árbol y éste muestra al mundo su herida mortal, en la clara circunferencia de su cepa y monumento puede leerse toda su historia: en los cercos y deformaciones están descritos con fidelidad todo el sufrimiento, toda la lucha, todas las enfermedades, toda la dicha y prosperidad, los años flacos y los años frondosos, los ataques superados y las tormentas sobrevividas. Y cualquier campesino joven sabe que la madera más dura y noble tiene los cercos más estrechos, que en lo alto de las montañas y en peligro constante crecen los troncos más fuertes, ejemplares e indestructibles.
Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar con ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad. No predican doctrinas y recetas, predican, indiferentes al detalle, la ley primitiva de la vida.
Un árbol dice: en mí se oculta un núcleo, una chispa, un pensamiento, soy vida de la vida eterna. Es única la tentativa y la creación que ha osado en mí la Madre eterna, única es mi forma y únicas las vetas de mi piel, único el juego más insignificante de las hojas de mi copa y la más pequeña cicatriz de mi corteza. Mi misión es dar forma y presentar lo eterno en mis marcas singulares.
Un árbol dice: mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no sé nada de los miles de retoños que todos los años provienen de mí. Vivo, hasta el fin, el secreto de mi semilla, no tengo otra preocupación. Confío en que Dios está en mí. Confío en que mi tarea es sagrada. Y vivo de esta confianza.
Cuando estamos tristes y apenas podemos soportar la vida, un árbol puede hablarnos así: ¡Estáte quieto! ¡Estáte quieto! ¡Contémplame! La vida nos es fácil, la vida no es difícil. Estos son pensamientos infantiles. Deja que Dios hable dentro de ti y enseguida enmudecerán. Estás triste porque tu camino te aparta de la madre y de la patria. Pero cada paso y cada día te acerca más a la madre. La patria no está aquí ni allí. La patria está en tu interior, o en ninguna parte.
El ansia de vagabundear me acelera el corazón cuando oigo al atardecer el susurro de los árboles. Si se escucha durante largo rato y con la quietud suficiente, se aprende también la esencia y el sentido de esta necesidad del caminante. No es, como parece, una huida del sufrimiento. Es nostalgia de la patria, del recuerdo de la madre, de nuevas parábolas de la vida. Conduce al hogar. Todos los camino conducen al hogar, cada paso es un nacimiento, cada paso es una muerte, cada tumba es una madre.
Esto susurra el árbol al atardecer, cuando tenemos miedo de nuestros
propios pensamientos infantiles. Los árboles tienen pensamientos
dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la
nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos. Pero
cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y
apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquieren una alegría
sin precedentes. Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no
desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es. Esto es la patria.
Esto es la felicidad.
Mary Oliver
Sobre la poesía
"Si Romeo y Julieta hubieran quedado en encontrarse en el huerto
iluminado por la luna, con todos los peligros y los encantos de la
conspiración, y al final no hubieran logrado verse la mayoría de las
veces —porque alguno de los dos estaba retrasado, asustado u ocupado en
otra parte—no habría existido nada del romanticismo, nada de la pasión,
nada del drama que nos hace recordarlos y celebrarlos. Escribir un poema
no es tan diferente: es como un romance posible entre, digamos, el
corazón (esa fábrica de emociones valiente y tímida al mismo tiempo) y
las habilidades adquiridas de la mente consciente. O quedan en
encontrarse y los dos van, y entonces algo empieza a pasar. O quedan en
encontrarse, pero no se lo toman muy en serio y no siempre van a la
cita: entonces, es un hecho, no pasa nada.
La parte de la psique que trabaja en conjunto con la conciencia y
provee una parte necesaria del poema (pongámosle, el calor de una
estrella en vez de la forma de una estrella) está en una zona
misteriosa, no identificada: ni inconsciente, ni subconsciente, sino
prudente. Entiende enseguida cómo va a ser el proceso de seducción.
Imaginemos que ustedes prometen sentarse a escribir de siete a nueve.
Ella espera, vigila. Si cumplen siempre, empieza a revelarse: va a
llegar un poco después que ustedes. Pero si a veces cumplen y a veces
no, y si muchas veces llegan tarde o no están concentrados, va a
aparecer fugazmente o no va a aparecer para nada.
Total, ¿para qué se va a mostrar? Puede esperar. Puede quedarse callada
durante toda una vida. ¿Y además quién sabe bien qué es esa parte
agreste y delicada de nosotros mismos sin la cual ningún poema puede
existir? Pero hay algo que sí sabemos: para que se decida a empezar una
relación apasionada y a decir lo que guarda ese rincón de la mente, la
parte consciente y responsable tiene que portarse como un Romeo. No
importa si hay riesgos, porque siempre hay riesgos alrededor. Pero ella
no va a involucrarse sin un compromiso absoluto.
Esto es lo primero y lo más importante que tiene que entender el futuro
poeta. Está en primer lugar, incluso antes que la técnica.
Muchas ambiciones —terminar el poema, verlo publicado, tener la
gratificación de que alguien escriba sobre él— sirven en cierta medida
como motivaciones para el escritor. Pero por más que sean lógicas,
también representan una amenaza para esa otra ambición del poeta, que es
la de escribir tan bien como Keats o Yeats o Williams, o que cualquiera
que haya garabateado un par de versos en la página y cuya fuerza el
lector haya sentido y jamás olvidado. La ambición de todo poeta debería
ser escribir igual de bien. Aspirar a menos es nada más que un
coqueteo.
Y nunca antes hubo tantas posibilidades de ser poeta, en público y
rápido, y de alcanzar así las metas más sencillas. Hay montones de
revistas y literalmente cientos de talleres de poesía. Hay
interlocutores, como nunca antes, para los que quieren hablar sobre
poesía y escribir poemas.
Son todas cosas buenas. Pero como mucho pueden encaminarlos hacia la
meta real e increíblemente difícil de escribir algo memorable. Ese
trabajo se hace despacio y en soledad, y es tan raro como transportar
agua en un colador.
Una observación final. La poesía es un río, en ella viajan muchas
voces; los poemas avanzan en el río por las crestas y rompientes de las
olas. Ninguno existe fuera del tiempo; cada uno llega en un contexto
histórico y casi todo, a fin de cuentas, pasa. Pero el deseo de hacer un
poema y la voluntad del mundo para recibirlo —mejor dicho, la necesidad
del mundo—, esas cosas nunca pasan.
Si es toda la poesía, y no únicamente los logros propios, la que nos
saca de este mundo verde y mortal, la que abre la puerta y nos deja
vislumbrar un paraíso superior, entonces quizás tengamos esa
sensibilidad: una gratitud que va más allá de la autoría, un fervor y un
deseo que cruzan los márgenes del ser."
(Mary Oliver, A Poetry Handbook, 1994. Traducción de Eleonora González Capria).
Más en: http://hablardepoesia.com.ar/
Elogio del caminar
David Le BretonEl caminar es una apertura al mundo. Restituye en el hombre el feliz sentimiento de su existencia. Lo sumerge en una forma activa de meditación que requiere una sensorialidad plena. A veces, uno vuelve de la caminata transformado, más inclinado a disfrutar del tiempo que a someterse a la urgencia que prevalece en nuestras existencias contemporáneas. Caminar es vivir el cuerpo, provisional o indefinidamente. Recurrir al bosque, a las rutas o a los senderos, no nos exime de nuestra responsabilidad, cada vez mayor, con los desórdenes del mundo, pero nos permite recobrar el aliento, aguzar los sentidos, renovar la curiosidad. El caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo.
La facultad propiamente humana de dar sentido al mundo, de moverse en él comprendiéndolo y compartiéndolo con los otros, nació cuando el animal humano, hace millones de años, se puso en pie.
***
Caminar, en el contexto del mundo contemporáneo, podría suponer una
forma de nostalgia o de resistencia. Los senderistas, por ejemplo, son
individuos singulares que aceptan pasar horas o días fuera de su
automóvil para aventurarse corporalmente en la desnudez del mundo. La
marcha es entonces el triunfo del cuerpo, con tonalidades diferentes
según el grado de libertad del senderista. Es asimismo propicia al
desarrollo de una filosofía elemental de la existencia basada en una
serie de pequeñas cosas; conduce durante un instante a que el viajero se
interrogue acerca de sí mismo, acerca de su relación con la naturaleza o
con los otros, a que medite, también, sobre un buen número de
cuestiones inesperadas. El vagar parece un anacronismo en un mundo en el
que reina el hombre apresurado –disfrute del tiempo, del lugar, la
marcha es una huida, una forma de darle esquinazo a la modernidad. Un
atajo en el ritmo desenfrenado de nuestras vidas, una manera adecuada de
tomar distancia.
Fragmento de Elogio del caminar (Ediciones Siruela) de David Le Breton.
Imagen: David Le Breton (Le Mans, 1953)/ por JAVIER ALBIÑANA
“El cuarto corazón”, fragmento
Mircea Cartarescu"Los libros son como las mariposas. Habitualmente tienen las alas plegadas, como cuando las mariposas descansan sobre una hoja y desenrollan su trompa filiforme para sorber el agua de una gota de rocío. Cuando abres un libro, este echa a volar. Y tú con él, como si volaras en el cuello de plumón de una mariposa gigante. Pero el libro no tiene un único par de alas, sino cientos, clara señal de que te puede llevar no solo de flor en flor por este mundo glorioso, sino a centenares de mundos habitados. Algunos guardan gran parecido con el mundo en que vivimos, otros están habitados por seres que solo se muestran en sueños".
Este fragmento pertenece al relato El cuarto corazón del libro El ojo castaño de nuestro amor de Mircea Cartarescu.
"Hostal Hispania. Poesía 2009-2014"
Pablo Anadón
Por Álvaro Valverde
(En: http://www.elcultural.com)
El poeta, profesor, ensayista y traductor argentino Pablo Anadón (Villa
Dolores, Córdoba, 1963), autor, entre otros, de Lo que trae y lleva el
mar, La mesa de café y otros poemas, El trabajo de las horas y Estudios
de la luz, así como de antologías y estudios sobre la poesía de su país,
escribía a propósito de la lírica de Rodolfo Godino: “la modulación de los textos es llana, conversacional incluso, sin perder su distintivo carácter enigmático”.
Hablaba después de “depuración y estilización”, de confidencias y secretos. Podría aplicarse a su propia obra. También él ha sido capaz de “tomarse el pulso a sí mismo”, por seguir a López Velarde. Sistema poético en consonancia con el crítico. A pesar de que el uso de la rima y el rigor métrico (que da en espléndidos sonetos entre clásicos y borgeanos) pueda parecer anacrónico. Para contrarrestar esa impresión está el encabalgamiento. O la escéptica ironía. Y la intención, moderna a carta cabal.
“Siempre escribo a partir de mí”, confiesa Anadón, quien podría decir, con Fernández Moreno, “no me repito, me aumento”. En torno a la cincuentena, hace balance. Los recuerdos: “Recorres lentamente tu pasado / Como el dedo la herida”. “Lo que es, lo que no ha sido, lo que fue”. Aunque “La vida siempre sigue, y no hay regreso”. “Tiene raras reliquias la memoria”. “Y crece a nuestra espalda lo perdido”.
A lo largo del libro, además del poeta (que se autodenomina el “dividido”, el “sobreviviente”), sus hijos, sus padres y la mujer que ama (y a la que ya no), la casa familiar (donde se guarda “la luz dormida de la infancia”) y el paisaje, el miedo, las lecturas y la soledad, encontramos un asunto central: la culpa: “No es el tiempo que pesa, sólo pesa / El dolor que causamos en la vida”. “Hizo sufrir. No halla perdón. / Olvido busca: no sentir, no ser”.
Con todo, sobre el recuento de “culpas, logros y derrotas”, prevalece el “raro privilegio de existir”: “Ha amado, ha sido amado y a otras vidas / Ha dado vida. No hay lamento”.
“El poema tiene un poco / De oficio, pero mucho de problema / Matemático”. Por eso desea “Que otros sigan haciendo divertidos/ Malabarismos con la poesía”.
“Jugando al juego de olvidar la vida. / Yo no puedo”. Eso que ganamos
todos. Con versos luminosos por su claridad y profundos por su
sencillez.
Imagen: Pablo Anadón
Festival ISLA 2017 Dublín, Irlanda
La poeta Sandra Cornejo y el escritor Matías Battistón, representarán a la Argentina en el Festival ISLA 2017 (Irish Spanish Latin American), que se realiza el 5, 6 y 7 de octubre bajo el título “Futuros Imaginables” en la ciudad de Dublín, República de Irlanda.
Esta es una iniciativa del Instituto Cervantes de Dublín y de la Embajada de España en Irlanda, en estrecha colaboración con las embajadas hispanas en Irlanda. Además de los colaboradores locales, entre los que se encuentran instituciones culturales nacionales como Dublín UNESCO City of Literature, Literature Ireland y Science Foundation Ireland; el festival cuenta con apoyo de diferentes universidades de la isla. Es de destacar que la Embajada Argentina en Irlanda y Cancillería argentina hicieron posible el viaje de los autores argentinos.
En esta oportunidad, los organizadores explican: “El Festival ISLA cumple seis años y se pregunta por el futuro, ese lugar donde vamos a pasar el resto de nuestra vida. Creadores y expertos de todo el ámbito hispanohablante se reúnen en el Instituto Cervantes de Dublín con periodistas, traductores, autores e investigadores irlandeses para contrastar opiniones y compartir con el público las inquietudes y certezas que están en el imaginario colectivo. Einstein decía que nunca se preguntaba por el futuro porque iba a llegar muy pronto; mientras tanto procuraremos conocerlo mejor –a través de películas, relatos, entrevistas, conferencias y debates– para hacer buena la máxima de que no se trata solo de prever el futuro sino de hacerlo posible. Y para que cada vez sea más cierto el anhelo de Luis Cernuda: libre el hombre / del mundo primitivo”.
Sandra Cornejo se referirá en su ponencia a “El universo, ese gran
libro” mientras que Battistón se referirá a “El traductor, un puente
entre máquinas”. Toda la información en:
http://dublin.cervantes.es
Programa completo del Festival en:
http://dublin.cervantes.es/es/cultura_espanol/festival_isla/festival_isla_2017/programa_isla_2017.htm
Nota en:
http://lacomunaediciones.laplata.gov.ar/contenido/escritores-argentinos-en-el-festival-de-dublin
La nota también en:
http://www.eldia.com/nota/2017-10-1-8-12-1-una-platense-en-dublin-septimo-dia
"La aparición de la poesía"
por Sandra Cornejo para El Día
La poesía llegó muy temprano de la mano de unos gitanitos que me producían toda clase de asombro y me acompañaban como seres de carne hueso; desde una canción de cuna que mamá cantaba, entre mudanzas y baúles llenos de supuestas pertenencias (que iban y venían en profusos camiones de empresas que ya no existen) ellos, los gitanitos, en la voz de mi madre, me remontaban a otros mundos, a otros paisajes donde había una sola casa (el hogar) que generalmente con un sótano y algún cobertizo prescindía de las casas reales.
Texto completo en:
http://www.eldia.com/nota/2017-9-23-5-39-1-la-aparicion-de-la-poesia-opinion
Imagen: Valle Grande, arboleda.
Simone Weil
El deseo de luz produce luz.
Hay verdadero deseo cuando hay esfuerzo de atención.
Es realmente la luz lo que se desea cuando cualquier otro
móvil está ausente.
Aunque los esfuerzos de atención fuesen durante años
aparentemente estériles,
un día, una luz exactamente proporcional a esos esfuerzos
inundará el alma.
Cada esfuerzo añade un poco más de oro
a un tesoro que nada en el mundo puede sustraer.
Simone Weil
(Francia 1909-Reino Unido 1943)
Imagen: Caminos en Hyde Park, SC
Decir una montaña: Etel Adnan
Mientras Etel Adnan ve la pintura como una expresión de la joie de vivre, la escritura es su campo de meditación. Su montaña sagrada... (por Javier Hontoria)
fragmento
"...Adnan pinta igual que escribe, sentada, junto a una mesa desde la que divisa el exterior. La extensa serie dedicada al Tamalpaïs reúne pinturas de pequeño formato, de un tamaño algo mayor que el de una cuartilla; su orografía se torna cada vez más esencial y su color permanece plano, sin mezcla. Son también esenciales y afiladas las palabras que brotan paralelas a las pinturas, como las que dan forma a su penetrante Journey to Mount Tamalpaïs, uno de sus textos más conocidos. También sus leporellos, sus cuadernos que se abren como un acordeón (muy bien representados en esta exposición austriaca), subrayan la naturalidad con la que palabra e imagen habitan un mismo lugar en un tiempo idéntico.
La exposición se titula Writing Mountains, pero uno no sabe si
quien escribe es la autora o si es la montaña misma la que empuña el
verbo, si es éste el que dice de la montaña o si es la montaña quien
discretamente se dice. En una obra sin apenas variación en casi siete
décadas, el medio es Tamalpaïs. En ciertos momentos del metraje de un
montaje de películas realizadas en Super 8 vemos la cima de la montaña
imponerse sobre las nubes que todas las tardes se ciernen
invariablemente sobre la bahía de San Francisco. Llegado el momento, la
bruma oculta las imágenes y han de aflorar las palabras, en un ejercicio
que es sucesivo, diario. Sobre la célebre y repentina oscuridad
vespertina ha escrito Adnan una colosal pieza literaria, Sea and Fog..."
Completo en: http://www.elcultural.com/revista/arte/Decir-una-montana-Etel-Adnan/35954
Imagen: Landcape with Mountains, 2014 (detalle). Por Etel Adan
"Educar en la era planetaria"
Edgar Morin
fragmento
"...La desesperanza nace de la conciencia sobre las carencias del Hamo sapiens/demens, y de las manifestaciones históricas del ruido y del furor que barrieron tantas veces con la razón y el amor. Esta dialógica dispone de seis principios de esperanza en la desesperanza:
- Principio vital: como todo lo que vive se autorregenera en una tensión
irreductible hacia su futuro, también todo lo humano regenera la esperanza
regenerando su vida. No es la esperanza lo que hace vivir, es el
vivir que crea la esperanza que permite vivir.
- Principio de lo inconcebible: todas las grandes transformaciones o
creaciones fueron impensables antes de que se produzcan.
- Principio de lo improbable: todos los acontecimientos felices de la
historia fueron a priori, improbables.
- Principio del topo: que cava sus galerías subterráneas y transforma el
subsuelo antes de que la superficie se vea afectada.
- Principio de salvataje: es la conciencia del peligro que según Holderlin
sabe que "donde crece el peligro, crece también lo que salva".
- Principio antropológico: es la constatación de que Hamo sapiens/ demens ha usado hasta el presente una pequeña porción de las posibilidades
de su espíritu/cerebro, esto implica comprender que la humanidad se
halla lejos de haber agotado sus posibilidades intelectuales, afectivas,
culturales, civilizacionales, sociales y políticas. Es decir, que salvo
una posible catástrofe el ser humano no se halla en el límite de las
posibilidades cerebrales/espirituales, históricas de las sociedades y
antropológicas de la evolución humana. Nuestra cultura actual
corresponde entonces, a la prehistoria del espíritu humano y nuestra
civilización corresponde a la presente edad de hierro planetaria.
Imagen: "Pensamiento global", 100x100cm. de Sanzsoto
Gällivare Museum, Laponia, 2010
En: http://sanzsoto.blogspot.com.ar/
Moya Cannon y sus aves de invierno
6-agosto-2017Por Sandra Cornejo
Texto publicado en:
Argentina:http://www.eldia.com/nota/2017-8-6-8-12-49-moya-cannon-y-sus-aves-de-invierno-septimo-dia
Chile: http://letras.mysite.com/scor060817.html
“Jamás pensé en hacerme escritora”, revela Moya Cannon en el prólogo de la antología “Aves de invierno y otros poemas” de la editorial Pre-Textos. La poesía simplemente le aconteció, refugio ante la turbulencia de la vida que vendría después. La autora también ha dicho: “ningún escritor elige su tema, el tema lo elige a uno”. Es así como en este libro, integrado por poemas de cuatro libros anteriores (“Oar”, “The Parchment Boat”; “Carrying the Songs: New and Selected Poems” y “Hands”), ella elige -o es elegida por- aquellos tonos que marcaron su infancia en su Donegal natal, último rincón al noroeste de Irlanda y de toda Europa. En ese tiempo, el padre de Cannon, maestro, fue volcando en la niña una cosmovisión singular, al tiempo que la madre aportaba una entusiasta inclinación por la poesía. Ambos suponían la importancia del aprendizaje del gaélico, de modo que el irlandés sería su lengua materna. El inglés vendría poco antes de iniciar la escuela.
Ambos, padre y madre, habitarán luego los poemas de la hija. También lo harán los seres sufrientes y severos de aquel paisaje aislado pero muy cercano a las mareas. Los poemas escritos ya en Dublín, traerían en su imaginería el recuerdo de los años fundantes. Esos símbolos de la infancia (tan destacados por María Zambrano o Antonio Colinas para la hechura de una obra) se harán visibles frente a la fragilidad de los días. Una inclinación hacia la observación y el extrañamiento y una sensibilidad abierta y punzante, llevarán al papel desde entonces palabras como valva, brezo, piedra caliza, remo, marea, granito, barreno, tulipanes, gansos, helada.
La de Cannon no es una poesía simple, si bien franca. Hay en la construcción de su poética un lenguaje moldeándose en capas, una revuelta de asociaciones en torno a un tema o paisaje. La perplejidad por la que es tomada la autora ante la pérdida, el misterio o la fragilidad del ser -y de cada uno de los detalles cotidianos, como un caracol o el polen-, es la misma perplejidad que nos toma a nosotros, sus lectores, ante cada uno de sus poemas. Porque cada uno de sus poemas, además de ser un canto, una historia o un relato; es una pequeña pieza construida con esmero de artesano, cuyo cincel esculpe matices a través del tiempo. Esta “arqueóloga de la emociones” (como la definiera su traductor y amigo, Jorge Fondebrider) dice por ejemplo en su poema “Atención”: “A veces no hay nada,/ absolutamente nada,/ que hacer sino observar/ y esperar/ y dejar que el reloj que divide nuestros días/ nos suelte/ hasta que la mente sea capaz/ de confiar en la tormenta/ de soportar nuestro peso de carne y hueso/ de hacerse cargo de respirar/ el ritmo de la sangre/ un ritmo sostenido/ entre dos respiraciones/ un llanto de recién nacido/ un último resuello”.
Cannon apunta a lo primordial, a esa emoción que al ser traducida en un poema se manifiesta en cierto conocimiento poético, hecho que no sólo hace a la expresión de una identidad personal sino que, en palabras de Robert Duncan, hace a la expresión de una “identidad cósmica”. Ocurre que su poesía, a través de lo propio, habla de lo universal; dice por ejemplo: “el de la muerte es un país privado/ como el del amor” o escribe en “Manos” (al observar unas manos en un vuelo de avión) “como si esto fuera lo que es la vida humana:/ser pasado de mano en mano”. Es así que las aves de invierno no sólo son los gansos de pecho negro que en octubre bajan desde Groenlandia; son, además, aquellos muchachos que en los bancos de las últimas filas de la clase emigrarán indefectiblemente por sustento y futuro. Es así también que, al observar la demolición de una casa, reflexiona sobre el recuerdo de una vieja historia de amor.
La vida en las Islas del norte es una coartada en Cannon para poetizar sobre la vida y la muerte, la vejez o el dolor, un violín, un erizo, un tren o el río de estrellas en un cielo perenne. En ella, la poesía es el sortilegio para “encontrar una gramática nueva”. Al escribir sobre lo propio (y aquí es imposible no mencionar a Seamus Heaney) abre una ventana desde la mismidad a la otredad, ahondando en lo que habita más allá de la frontera personal para deslizarse entre los confines humanos.
¿Qué se aprende en definitiva de la lectura de Moya Cannon? Que la vida subterránea tiene sus propias geometrías, que estamos ávidos y que la criatura herida puede convertirse en una antorcha, más o menos, un mapa ante el dilema del mundo.
Sam Shepard
1943/2017
En Rapid City, South Dakota, mi madre me daba cubitos de hielo
envueltos en servilletas para que los chupara. Estaban saliéndome los
dientes y el hielo me insensibilizaba las encías.
Aquella noche atravesamos los Badlands. Yo viajaba en la bandeja que
hay detrás del asiento trasero del Plymouth, mirando las estrellas. El
cristal estaba helado al tacto.
Nos detuvimos en la pradera, en un lugar donde había un círculo de enormes dinosaurios de yeso blanco. No era un pueblo. Simplemente los dinosaurios iluminados desde el suelo por unos focos.
Mi madre me llevó a dar una vuelta abrigado bajo una manta parda del ejército. Tarareaba una canción lenta. Creo que era “Peg a’ My Heart”. La tarareaba bajito, para sí misma. Como si sus pensamientos estuvieran muy lejos de allí.
Serpenteamos lentamente por entre los dinosaurios. Por entre sus patas. Bajo sus tripas. Describimos círculos en torno al Brontosauro. Miramos desde abajo los dientes del Tyranoraurus Rex. Todos tenían unas lucecitas azules a modo de ojos.
No había nadie. Sólo nosotros y los dinosaurios.
Sam Shepard-9/1/80-Homestead Valley, Ca.
De Sam Shepard, en Crónicas de Motel (Anagrama, 2005)
Mircea Cartarescu
...Como si los puentes se derrumbaran a mi paso.
...Como si las estrellas explotaran después de caer dormido.
...Como si nuestra memoria fuera un osario.
...Como si nuestra mente fuera una campana resquebrajada.
El ojo castaño de nuestro amor (Mircea Cartarescu)
Imagen de MC en: http://impedimenta.es
Thoreau
por Ernesto Estrella
(fragmento)
...Walden nos presenta de un modo muy sistemático los principios que pueden llevarnos a una vida en armonía con la naturaleza. El Diario es una obra más abierta, pero, según avanzamos en nuestra lectura, se nos van revelando las estrategias que configuran un “método Thoreau”. Este método nos invita a movernos en nuestro día de manera similar a como él lo hiciera, y nos propone un itinerario ético que afecta a cómo nos relacionamos con nuestro entorno. Si Walden despliega el sistema ideal para un modo de vida sostenible, el Diario nos da la opción de recorrer los entresijos y posibilidades de esa sostenibilidad en el contexto real de las situaciones, necesidades y contratiempos que afrontamos en nuestro día a día.
En 1845, Thoreau se mudó a la laguna de Walden —allí construiría su famosa cabaña—, dedicando dos años a mirar y pensar la sociedad de su época desde un ángulo crítico. Ni demasiado cerca, ni demasiado lejos de los hombres, podría ser el leitmotiv de ese experimento vital. La obra icónica de Thoreau nos comunica ya esta dinámica compleja y frágil, explorada lúcidamente por Antonio Casado da Rocha en su reciente libro Una casa en Walden. En el Diario, esa dinámica de cercanía y de distancia (que todos necesitamos) se nos presenta en su estado más sutil. En sus páginas queda claro que el yo que interesa a Thoreau no es más que un punto de apoyo relacional desde el que caminar —con la mente, con los sentidos— hacia todo aquello que no somos nosotros mismos y que puede transformarnos y enriquecernos. Desde ese lugar de compromiso constante con el presente, Thoreau observa, registra y actúa en su territorio. Este territorio nos acerca, a veces, al entorno natural (la fauna y la flora de Walden), y otras, al entramado social, cultural y político que le tocó vivir y del que siempre fue un participante activo.
Completo en: https://cultura.elpais.com/cultura/2017/07/11/babelia/1499769214_357663.html
Dublín y otros temas en La Pecera
Dublín,
La ciudad escrita
La autora de "Todo lo perdido reaparece", Sandra Cornejo (La Plata, 1962), nos presenta una crónica de su viaje a Dublín,
sus encuentros con poetas irlandeses y las entrevistas a Pat Boran y Moya Cannon que se agregan en los siguientes links.
(En Revista La Pecera de invierno, dirigida por Osvaldo Picardo y Héctor Freire).
https://www.lapecerarevista.com/dublin
William Butler Yeats
Él desea las telas del cielo
Si tuviese yo las telas bordadas del cielo,
recamadas con luz dorada y plateada,
las telas azules y las tenues y las oscuras
de la noche y la luz y la media luz,
extendería las telas bajo tus pies:
pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
he extendido mis sueños bajo tus pies;
pisa suavemente, pues pisas mis sueños.
He wishes for the cloth of heaven
Had I the heavens' embroidered cloths,
enwrought with golden and silver light,
the blue and the dim and the dark cloths
of night and light and the half-light,
I would spread the cloths under your feet:
but I, being poor, have only my dreams;
I have spread my dreams under your feet;
tread softly because you tread on my dreams.
Pablo De Santis en la AAL
La imaginación de Pablo De Santis llegó a la Academia
Por Silvina Premat
en: http://www.lanacion.com.ar
"Cada escritor tiene su libro imposible, que lo persigue como un deber
pendiente. En esas páginas se unen el impulso por escribir y el impulso,
no menos fuerte, por postergar, por dejarlo para otro día, o por
cambiar continuamente de plan." Pablo De Santis describió así una de las
experiencias esenciales de todo escritor al ser recibido ayer
formalmente como miembro de número de la Academia Argentina de Letras
(AAL).
En un acto realizado en el Palacio Errázuriz le dieron la bienvenida el
presidente de ese organismo, José Luis Moure; el poeta Antonio Requeni,
y otros nuevos pares, como Jorge Fernández Díaz.
En su discurso, De Santis se refirió a los libros imaginados, pero
nunca completados por los escritores, y enumeró originales experiencias
de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Rodolfo Walsh y Ricardo
Piglia, entre otros. "Libros prometidos: una biblioteca interrumpida",
tituló De Santis a su alocución, que pronunció frente a miembros de la
AAL e invitados entre los que estuvieron Juan Sasturain, Guillermo
Martínez, Marcelo Birmajer, Oche Califa, Hugo Beccacece y Graciela
Melgarejo, entre otras personalidades de la cultura.
De Santis, de 54 años, es licenciado en Letras y escribe habitualmente
artículos periodísticos sobre el género policial y la literatura
fantástica. Es autor de las novelas La traducción, Filosofía y Letras,
El teatro de la memoria, El calígrafo de Voltaire, Crímenes y jardines y
El enigma de París, traducida a veinte idiomas. Sus cuentos están
reunidos en Rey secreto y Trasnoche. Entre sus libros para jóvenes
figuran Lucas Lenz y el Museo del Universo, Enciclopedia en la hoguera,
El inventor de juegos, El buscador de finales y El juego de la nieve.
En su carrera, recibió numerosos galardones como el Premio Konex de
Platino 2004, el Premio Planeta Casa de América 2007 y el Nacional de
Cultura 2012. Su álbum de historietas El hipnotizador dio origen a la
serie homónima de HBO y su novela El inventor de juegos fue llevada al
cine en 2014 por Juan Pablo Buscarini.
Sobre las obras de los escritores "efectivamente" publicadas, De Santis
afirmó ayer que "llevan en sí algo irrealizable porque siempre, en el
plan original, había algo más vasto, y más rico y abundante". Y agregó:
"Las palabras, que antes podían ser tachadas o cambiadas de lugar, de
pronto quedan fijas sobre la página impresa, y ya no pueden soñar con
ser algo distinto. Atrapadas por la red de tinta, las palabras ni
siquiera tienen derecho a ser su propio sinónimo. Con cada palabra
escrita se renuncia a la ambición original. Pero también se renuncia,
felizmente, a la secreta vaguedad de las cosas imposibles, al injusto
prestigio de lo irreal".
En la imagen: Pablo de Santis.
Más datos en: http://www.aal.edu.ar/
XII Festival Internacional de Poesía Buenos Aires
del 14 al 18/Junio 2017CABA, AR
Se llevará a cabo desde el 14 hasta el 18 de Junio de 2017 en el CCK, Sarmiento 151, CABA, Argentina.
El 14 de junio a las 19:00 hs. se realizará la inauguración del XIIº Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires en la Sala Argentina
del 6º Piso del CCK. Este Festival –que integra el Movimiento de poetas
del Mundo– es considerado uno de los más destacados, junto con el
Festival de Poesía de Medellín y el de Trois-Rivières, Quebec, Canadá.
Su Directora, la poeta Graciela Aráoz, destacó que: “Este año
recibiremos por primera vez a poetas de Austria, Finlandia y Eslovenia;
además de presentar poetas de diecisiete países tales como Francia,
Dinamarca, Holanda, España, Italia, Turquía y Uruguay, entre otros.
Vienen además poetas de algunas de nuestras provincias: Córdoba,
Tucumán, Río Negro, San Juan, Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos
Aires”.
El FIP tiende a la mezcla de estéticas, unión de expresiones antagónicas e inclusión social. Artistas y poetas como Dani Umpi (Uruguay), Carmen Berenguer (Chile), Jaime Siles (España), Lina de Feria (Cuba), Helena Sinervo (Finlandia), Vicente Zito Lema (Argentina), Laura Calvo (Río Negro), Inés Aráoz (Tucumán), unificarán sus voces; además, este año se recibirá con entusiasmo al poeta hipoacúsico Nicolás Domínguez Bedini.
Esta es la segunda edición del Festival en el CCK, sin embargo, desde su creación el FIP salió a la calle y a diversos espacios: hospitales y cárceles; Centros Culturales, Museos, Bares Notables y mercados, como el Del Progreso. Se continuará con instalaciones, integración con otras artes, performance, cantautores, artistas visuales, y en especial, la interacción que provoca el encuentro del poeta y sus lectores.
Además, con la VI edición de la Escuela Internacional de Poesía dentro del Festival, se cuenta con talleres muy innovadores, gratuitos pero con cupos limitados. Inscripciones: escuela@festivalpoesia.com.ar
Toda la data del FIP en: http://festivalpoesiabsas.com.ar/wordpress/
Irlanda en la literatura
por Marcelo OrtaleEn http://www.eldia.com/nota/2017-5-21-8-39-1-irlanda-en-la-literatura-septimo-dia
El misterio de una tierra “con los mejores escritores por metro cuadrado”. La gravitación de Dublín. Autores argentinos influenciados por irlandeses. Benito Lynch. Testimonio de la poeta platense Sandra Cornejo
Por MARCELO ORTALE
Una sólida unión enlaza a la literatura irlandesa con la argentina –también a las dos culturas- y así lo corroboró la exposición organizada el año pasado por la Embajada de Irlanda en nuestro país, que se presentó en la Biblioteca Nacional. Se eligió ese año, el de 2016, al recordarse, por un lado, el centenario del patriótico alzamiento de Dublín que originó la emancipación irlandesa del Reino Unidos y, por el otro, el bicentenario de la Independencia de nuestro país.
Existe un fenómeno literario casi extraño en Irlanda. El español Antonio Rivero Taravillo escribió hace poco tiempo un artículo en el diario madrileño El País, titulado “Irlanda: la tierra con mejores escritores por metro cuadrado”, cuyo primer párrafo dice así “¿Qué misterio hace que una isla medio despoblada en el confín de Europa posea la más alta concentración de escritores de talento del mundo? Quizás parte de la respuesta resida en su carácter insular: esto sería comprobable también en Islandia (en la que, por cierto, se asentaron monjes irlandeses antes de la llegada de los escandinavos) o en Cuba. Pero hay otros ingredientes que intervienen en la fórmula magistral de su literatura única”.
Lo cierto es que hay cuatro escritores irlandeses que, desde la superficie no demasiado extensa de Dublín, merecieron el premio Nobel. Así, el poeta Williams Yeats lo recibió en 1923; con posterioridad George Bernard Shaw (1925), Samuel Beckett (1969) y Seamus Heaney (1995). Este último fue elegido recientemente por miles de oyentes de una radio irlandesa como autor del mejor poema escrito en Irlanda en los últimos cien años.
El poema de Heaney –”When all the others were away at mass” (Cuando todos los demás estaban en misa)- dice así, según traducción anónima: “Cuando todos los demás estaban en misa/ yo era todo de ella mientras pelábamos papas/ Ellas rompían el silencio, al dejarlas caer una a una/ como soldaduras saltando del hierro soldado/ frías comodidades entre nosotros, cosas que compartíamos/ brillaban en un balde de agua limpia/ y otra vez volvían a caer, pequeños y agradables salpicones de agua,/ que del trabajo de cada uno nos hacían volver en si,// Así que cuando el cura de la parroquia parado junto a su lecho/ rezaba con toda determinación las oraciones por los muertos/ y algunos respondían y otros lloraban,// yo recordaba su cabeza inclinada hacia la mía/ su aliento en el mío, nuestros veloces cuchillos pelando papas,/ Nunca tan próximos el resto de nuestras vidas”.
Pero aquellos cuatro irlandeses encumbrados por el mayor premio literario no logran eclipsar la excelencia de escritores de ese país como James Joyce, Oscar Wilde, Jhon Millington Synge, Bram Stocker, Flann O´Brian o Jonathan Swift, entre muchos otros.
Una historia nacida hace un siglo señala que ambas literaturas y ambas historias, la argentina y la irlandesa, se fundieron amistosamente y se sintieron hermanadas. En el caso nuestro, el infaltable Jorge Luis Borges es considerado un primer responsable de esa atracción. “La influencia de la cultura irlandesa en la Argentina se revela sustancial apenas se mira su reflejo en la literatura, concretamente en Borges, el primer intelectual en escribir en nuestra lengua sobre lo que significaba el Ulises de Joyce en 1925”, dice el crítico Rafael Toriz.
“Dublin es una ciudad antigua por su fundación, pero de una modernidad manifiesta que la traspasa. Fue declarada Ciudad de la Literatura por la UNESCO. No es para menos. Los escritores le brotan.
La propia literatura argentina se pobló de autores de descendencia irlandesa como John William Cooke, María Elena Walsh, Edgar Bayley, Sergio Kiernan, Juan José Delaney, entre otros. A su vez, los poetas y escritores irlandeses que Borges importó influyeron en figuras aún contemporáneas como Alberto Girri o Alejandra Pizarnik, mientras que el novelista platense Benito Lynch, descendiente de una familia irlandesa adinerada, no dejó de poblar sus novelas y cuentos con personajes nacidos en Inglaterra e Irlanda, ya gauchos, ya acriollados en nuestra llanura. Como se sabe, Lynch fue durante años uno de los que prestigió la redacción de El Día.
En los cuentos de Lynch “el lector puede observar el desarrollo criollo empujado por la influencia irlandesa y la sangre inglesa. Esto produce en él el problema de presentar dos culturas, una con verdadero entendimiento (la irlandesa) y y la otra con reservas (la inglesa)”, dice Jeffry Lane Green, en su tesis de licenciatura.
Otro escritor y poeta, César Cantoni, platense también, escribió dos bellos poemas sobre Irlanda. Uno de ellos, titulado “En el día de San Patricio”, dice así: “En el día de San Patricio/ mientras bebo con los hermanos irlandeses/ que habitan este suelo –mujeres y hombres/ convocados por el patrono de la isla–,/y brindo en honor de los poetas caídos/ en las cruzadas de liberación,/empezando por el bravo Pádraig Pearse,/yo te declaro mi guerra sin cuartel y para siempre,/ Inglaterra”.
“La influencia de la cultura irlandesa en la Argentina se revela sustancial apenas se mira su reflejo en la literatura, concretamente en Borges, el primer intelectual en escribir en nuestra lengua sobre lo que significaba el Ulises de Joyce en 1925”
Licenciado en Filosofía y Letras en Dublin, el embajador de Irlanda, Justin Harman, explicó recientemente en el diario “Perfil” acerca de lo que denominó “la profundidad de los lazos culturales y literarios entre nuestros países, por ejemplo la manera en que la literatura irlandesa ha impactado en la Argentina, como en el caso de Borges influenciado en gran medida por escritores irlandeses”.
Añadió que Irlanda, como Estado, es cien años más joven que la Argentina y que nuestro país “tuvo una influencia importante sobre el movimiento de la independencia en Irlanda en parte por la gran colectividad irlandesa emigrada al país. Argentina fue uno de los primeros Estados en reconocer al nuevo Estado irlandés. Justamente el que izó la bandera sobre el Correo Central, que fue el epicentro del levantamiento, causa por la que fue condenado a muerte, había nacido en Argentina, y pudo ser exonerado por haber nacido en suelo extranjero. Hubo un gran apoyo entre las colectividades y un vínculo histórico muy importante”.
POETA PLATENSE EN IRLANDA
Poeta con obra publicada e incluida en varias antologías –autora de Borradores (Cuadernos de Sudestada, 1989), Ildikó (Último Reino, 1998), Sin suelo (Ediciones Vox, 2001), Partes del mundo (Alción Editora, 2005), Todo lo perdido reaparece (Cuadernos orquestados, Cuadrícula Ediciones, 2012) y Bajo los ríos del cielo (Ediciones Al Margen, 2014)- la poeta platense Sandra Cornejo acaba de volver de Irlanda, entrevistándose en Dublín con los intelectuales y poetas irlandeses Pat Boran, Moya Cannon, Paula Meehan y Theo Dorgan. Una de ellas, Meehan, fue elegida entre los diez finalistas del concurso sobre el poema más amado de los irlandeses, que ganó Heaney y que fue transcripto arriba.
En la capital de Irlanda, dice, encontró “una atmósfera de los años 60 ó 70, pero en este siglo. Se me ocurre que siguieron una trayectoria de evolución aún con sus guerras y sus complejos entrecruzamientos culturales. Percibí un aire de sabia receptividad. Una energía perenne. En algunos ojos tristes que observé, no encontré pizca de rencor sino un mundo interno que bulle en ellos”.
Hace menos de un mes Cornejo caminó Dublín y en cada lugar tomó notas “tal vez para releerlas y recordar después, o porque en Dublin hay frases en las paredes, en los muros, en las habitaciones, y esas frases de una o tres líneas, de una o dos palabras, dan vuelta por instantes el mundo, al menos mi mundo”.
“Dublin es una ciudad antigua por su fundación, pero de una modernidad manifiesta que la traspasa. Fue declarada Ciudad de la Literatura por la UNESCO. No es para menos. Los escritores le brotan. Es un misterio. O un producto de la magia. Un arpa, un trébol, bardos, monjes, son sus emblemas. Los rodea el agua y tal vez han aprendido a ser Irlanda por oposición a ser Inglaterra (algo así me diría Pat Boran en una entrevista). También han aprendido a ser Irlanda desde sus ancestros vikingos, celtas, sajones, normandos. Han llegado del mar y han salido hacia el mar. Son una Isla, una república partida en dos. Y sin embargo trascienden el dolor para habitar en el futuro, cuidadosos de sus tradiciones”, dijo Cornejo.
Borges hermanaba la irreverencia irlandesa frente a Inglaterra con la iconoclasia argentina. Los escritores irlandeses quisieron sentirse diferentes a los ingleses y crearon un estilo y una literatura propia; los argentinos, como los sudamericanos en general, pudieron abordar todos los temas europeos y superarlos con innovaciones afortunadas.
En cuanto a Dublín, como ciudad de los escritores, también Borges escribió alguna vez: “Un estudiante de Dublín escribe una novela sobre un tabernero de Dublín, que escribe una novela sobre los parroquianos (entre quienes está el estudiante), que a su vez escriben novelas donde figurará el tabernero y el estudiante, y otros compositores de novelas sobre otros novelistas”. En los pubs de Irlanda todos escriben, todos leen.
Rivero Taravillo, traductor al español de cuentos “Deseo” de Liam O’Flaherty –otro de los grandes autores irlandeses- recuerda que a la verde y bella Irlanda se la conoce también por el apodo de “tierra de santos y poetas”. Dice que Joyce tituló así un ensayo sobre su país, en donde “los poetas ocupan un lugar prominente en las islas, hasta el punto de que el actual presidente, Mihael D. Higgins, es también autor de algunos poemarios”.
En ese artículo de Joyce, el autor de Ulises aludió a la infatigable –y en ocasiones frustrante- creatividad irlandesa. Reseña que en cierta ocasión Oscar Wilde le dijo a un amigo suyo: “Nosotros, los irlandeses, no hemos hecho nada, pero somos los más grandes habladores habidos desde los tiempos de los griegos”.
Imagen (que no es la que aparece en el diario) Moya Cannon, Sandra Cornejo, Theo Dorgan, Paula Meehan...faltó Pat Boran que andaba por ahí, alimentándonos...
Erri De Luca, dos poemas
Con la ayuda de Hölderlin
El mes de mayo del noventa y nueve
los belgradenses se hacían los astrónomos
y escrutaban el cielo.
El suelo explotaba, temblaban las piedras
más aún que los viejos, los perros o los niños.
Las bombas de grafito habían cortado la electricidad,
en la oscuridad la fraternidad aumentaba.
“Donde existe el peligro, crece
también aquello que puede salvarnos.”
(Wo aber Gefahr ist, wächst / das Rettende auch.)
El poeta no estaba en Belgrado aquel mes de mayo,
estaba muerto desde hacía siglo y medio,
pero sus páginas sí, se encontraban en mis bolsillos
como arma antiaérea, como salvoconducto.
En la guerra las palabras de los poetas protegen la vida
junto a las plegarias de una madre.
En una guerra los huérfanos y quienes no tienen un libro
están al descubierto.
Rostros
Quienes han tendido los brazos a lo ancho
batiendo las aletas de los pies
con los ojos absortos en la oscuridad de un suspiro,
quienes se han sumergido en el fondo de la pupila
de un mero en su refugio
olvidando el aire, quienes han atado
al árbol una tela y han alternado
la ruta y la deriva, quienes han remado
de pie con largos remos: ellos saben
que las aguas tienen rostros.
Y sobre los rostros afloran
borrascas, quietudes, corrientes
y el salto de los peces que sueñan con el vuelo.
En Sólo ida. Poesía completa, Seix Barral, Barcelona, 2016. Trad. de Fernando Valverde con la colaboración de Eden Tosi.
(Gracias Jonio González por traer una vez más a Erri De Luca a nuestros muros!)
En “Tres tratados de armonía”
Antonio Colinas
Las grutas, los acantilados, los volcanes, la alta mar, las cimas de las montañas, son los límites, las fronteras que no se superan sin riesgos, los espacios que se abren al Enigma.
…
En algún lugar del valle están ardiendo piñas y ramas de pino fresco. El aire que trae simplemente aroma de infinito.
…
¿Nos espera la destrucción del planeta o un progresivo y salvador
regreso al origen, a la armonía? Quizás esté llegando el momento de
volver a fundar el mundo, es decir, de ser conscientes de una vida
equilibrada en él. Para ello, habría que comenzar por dejar hacer a la naturaleza y que el hombre deje de hacer.
…
Vuelve los ojos hacia adentro, pues allí encontrarás siempre lo que has buscado toda la vida fuera. Allí dentro está todo,
pero no es fácil dar con esa totalidad. Hallada, habrás dado con la
bondad o energía de una luz que no se ve, pero que se inflama y entrega
con dulzura. Y fluyendo con ella en tu respiración, se abrirán todos los
caminos que antes se cerraban.
…
Dereck Walcott, in memoriam
(23 enero 1930-17 marzo 2017)
Volcán
Joyce les temía a los relámpagos,
pero los leones rugieron durante su sepelio
desde el zoológico de Zurich.
¿Era Zurich o Trieste?
No importa. Éstas son leyendas, en tanto
sea leyenda la muerte de Joyce,
o el fuerte rumor de que Conrad
ha muerto, y que Victoria es irónica.
Al borde del nocturno horizonte
desde esta casa de playa en el acantilado,
pueden mirarse ahora, hasta el amanecer,
dos resplandores que llegan —millas mar adentro—
desde las plataformas petroleras;
se asemejan al resplandor de un puro
o al resplandor del volcán
al final de Victoria.
Uno podría abandonar la escritura
por las señales lentamente ardiendo
de lo grandioso, y ser, en cambio,
su ideal lector, reflexivo,
voraz, haciendo que el amor por las obras maestras
sea superior al intento
de repetirlas o superarlas,
y convertirse en el mejor lector del mundo.
Por lo menos esto requiere asombro,
algo que se ha perdido en nuestro tiempo;
demasiada gente que lo ha visto todo,
demasiada gente capaz de predecir,
demasiados que se niegan a penetrar el silencio
de la victoria, la indolencia
que consume hasta la médula,
demasiados que no son otra cosa
que ceniza erguida, como el cigarro,
demasiados que dan por sentado el relámpago.
¡Qué tan común es el relámpago,
qué tan perdidos están los leviatanes
que dejamos de buscar!
Había gigantes en aquellos días.
En aquellos días se hacían buenos puros.
Debo leer con más cuidado.
Derek Walcott (Castries, Santa Lucía, Antillas Menores, 1930)
Versión de Óscar Paúl Castro Montes en http://campodemaniobras.blogspot.com.ar
Volcano
Joyce was afraid of thunder / but lions roared at his funeral / from
the Zurich zoo. / Was it Trieste or Zurich? / No matter. These are
legends, as much /as the death of Joyce is a legend, /or the strong
rumour that Conrad / is dead, and that Victory is ironic. / On the edge
of the night-horizon / from this beach house on the cliffs / there are
now, till dawn,/ two glares from the miles-out- / at-sea derricks; they
are like / the glow of the cigar /and the glow of the volcano /at
Victory's end. /One could abandon writing /for the slow-burning signals
/of the great, to be, instead,/their ideal reader, ruminative,/
voracious, making the love of masterpieces /superior to attempting /to
repeat or outdo them, /and be the greatest reader in the world. /At
least it requires awe, /which has been lost to our time; /so many people
have seen everything, /so many people can predict, /so many refuse to
enter the silence /of victory, the indolence /that burns at the core,
/so many are no more than /erect ash, like the cigar,/ so many take
thunder for granted. /How common is the lightning, /how lost the
leviathans /we no longer look for! /There were giants in those days./ In
those days they made good cigars. /I must read more carefully.
Collected poems 1948-1984, The Noonday Press, Nueva York, 1994
Mary Oliver
El viaje / The Journey
El viaje
Un día finalmente supiste
lo que tenías que hacer, y comenzaste,
aunque las voces a tu alrededor
continuaban gritando
su mal consejo –
aunque la casa entera
comenzó a temblar
y sentiste el viejo tirón
en tus tobillos.
¡Arregla mi vida!
lloró cada voz.
Pero tú no te detuviste.
Supiste lo que tenías que hacer
aunque el viento acechó
con sus dedos severos
los mismos cimientos--
aunque su melancolía
fue terrible.
Ya era suficientemente tarde
una noche salvaje,
el camino repleto de ramas
y de piedras caídas.
Pero poco a poco,
según fuiste dejando atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder,
a través de sábanas de nubes
y hubo una nueva voz
que lentamente
reconociste como la tuya,
que te hizo compañía
mientras tú avanzabas
más y más profundo
en el mundo,
determinada a hacer
la única cosa que podías hacer--
determinada a salvar
la única vida que podías salvar.
The Journey
One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice--
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
"Mend my life!"
each voice cried.
But you didn't stop.
You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations--
though their melancholy
was terrible.
It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.
But little by little,
as you left their voices behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do--
determined to save
the only life you could save.
Y la muerte no tendrá dominio
Villa María, Córdoba5-02-2017
Por Iván Wielikosielek
El 5 de febrero de 1960 y con sólo 22 años de edad, se suicidaba
Alberto E. Mazzocchi, poeta cordobés nacido en Las Varillas. A 57 años
de su muerte, su paso por la tierra sigue siendo un misterio tan
fascinante como insondable. Y su obra, de una calidad y melancolía sin
precedentes en la literatura cordobesa, un diamante desconocido para el
cánon de la poesía argentina.
Existe una sola foto de Alberto Mazzocchi. En ella se lo ve sentado sobre una tumba con las manos cruzadas en el pecho, casi como la parodia de un zombie levantándose de entre los muertos. Tiene la mirada fija en la cámara y una rosa negra a sus pies, oscuro talismán sobre el mármol color de sus zapatos. En la parte posterior, su amigo y albaceas Federico Undiano había estampado “1956” y una breve leyenda, la cual explicaba que “aquella foto” le había sido expresamente “dedicada” por el retratado. Cuatro años después y a la luz del abrupto (acaso inexplicable) suicidio de Mazzocchi, esa pequeña placa tomaría una dimensión de oráculo; no sólo porque el poeta anunciaba su propia muerte sino porque, de algún modo y al igual que “aquella foto”, esa muerte también era “dedicada” a su amigo. Pero el oráculo iría mucho más lejos. Y se extendería de manera fabulosa en el tiempo y el espacio prefigurando la ulterior resurrección poética de Mazzocchi, su modo de levantarse de entre los muertos tan joven como había sido sepultado, vestido de blanco y con los ojos embrujados; como si tras una breve temporada en el Purgatorio alguien lo hubiera lavado de todos sus pecados humanos, de toda su tinta sangrando los versos más melancólicos y maravillosos que alguna vez se escribieron en Córdoba; la sangre derramada de su sien como un tintero de poemas misteriosos, inéditos para siempre.
Los días en la Tierra
La biografía escrita por Federico Undiano (1932-2000) afirma que Alberto Enrique Mazzocchi nació en Las Varillas el 21 de septiembre de 1937, que al poco tiempo su familia se trasladó a Córdoba y que en 1952 ingresó al Seminario Menor “San Isidro” de Jesús María, del cual sería expulsado. En 1956 y con 18 años, Mazzocchi asiste como oyente a la Licenciatura en Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba. En esos claustros trabará conocimiento con Undiano, por entonces estudiante de Letras. A los pocos meses y de común acuerdo, ambos decidirán abandonar la carrera para iniciar una formación autodidacta compartida en escritura, dibujo y pintura.
Luego, tanto la biografía como algunas cartas que Undiano le enviara a
este periodista entre 1997 y 2000, refieren encuentros y desencuentros
del poeta con algunas mujeres, la clara atracción sexual que Mazzocchi
ejerció en su amigo (“jamás consumada”, según Undiano), internaciones
psiquiátricas a las que lo habría sometido su madre y tres tentativas de
suicidio. “Quiso que nos suicidáramos juntos, estrechándonos las manos,
uno junto al otro, a la caída de la tarde de un 16 de junio de 1957”
escribió Federico 40 años después.
Tras un difícil 1958 en que Mazzocchi viaja a Buenos Aires y al Uruguay
indocumentado, Undiano se traslada a Montevideo. Será en marzo de 1959
cuando Mazzocchi lo visite sin previo aviso, dispuesto a radicarse con
su amigo en la capital uruguaya. “Como mi propia situación era en
extremo precaria, se vio forzado a iniciar un verdadero vagabundeo
callejero que no le privó de penurias como la mendicidad y algunos
latrocinios”. El 29 de mayo y tras rogarle que volviera a La Docta,
Undiano escribe en una de aquellas cartas: “urdí la ocurrencia de
proponerle emprender juntos un viaje por América, si él consentía en
dejar Montevideo mientras yo mismo lo pasaría a buscar por Córdoba.
Nunca sabré si me creyó”. Lo cierto es que la noche del 11 de junio de
ese año, Mazzocchi vuelve a Córdoba. Ni él ni Federico sabían que se
estaban saludando por última vez en la Tierra. Esa noche, Mazzocchi
escribiría el último poema que registra la edición bilingüe hecha por
Undiano en París y que, como “aquella foto” y como tantos textos, está
dedicado “a Federico”.
Tengo que viajar como todos los que viajan a altas horas de la noche
no dejando nada aquí
pronto comenzará el verdadero invierno
el círculo de luz de la luna poco a poco desaparece
un petrel altivo enfrenta el viento
nadie me reconoce como a un enviado
y en el fondo de todo
y en el fondo de mi alma
sólo queda el sencillo recuerdo de lo que he vivido
tengo que viajar como viajan los que se van de aquí para siempre
o para volver con otro rostro
más lejos están las estrellas
y sé que aquí no hay nada
que tenga que volver a vivirlo
el frío me acompaña
mis sueños me acompañan
y tengo puesta la misma ropa
la misma ropa inveterada que me ha acompañado
y aunque sé que no estoy solo
y aunque sé que iré a seguir viviendo
que iré nuevamente a esperar con mis manos juntas
y con mi sonrisa habitual de pobre
sin embargo
cuántas cosas terribles he hecho para no volver
adentro de todo sé que hay algo mío
que aunque no me lo hayan dado hasta ahora
algún día será mío
aunque permanezca donde estuvo siempre
y yo no lo pueda ir a buscar
como los viejos iré a caminar
hacia lo que está infinitamente solo
y allí recapacitaré como cuando fui más joven
todos los días aprenderé algo profundo
que solamente yo podré interpretar
tengo que viajar
el cielo se extiende cada vez más
se elevan los árboles
duermen los animales y los hombres
se repite la intensidad del frío
alguien demuestra un profundo cariño
quizá todo lo poco que he hecho por mí mismo
sea algo majestuoso
la esperanza estará abierta en todos los lugares
si no me comprendieron
sólo fue
porque fui demasiado extraño.
Aunque el poema refiera en apariencia a un simple viaje en colectivo
(al menos en ese contexto fue escrito) en el fondo habla de otro viaje
infinitamente más trascendental. Acaso sea la pulsión mortuoria del
texto lo que me hizo pensar así la primera vez que lo leí; ese
estribillo que vuelve una y otra vez y cuyo “tengo que viajar” tanto se
parece a “me tengo que matar”. Y sobre aquel misterioso final donde la
voz poética parece haber concluido para siempre su misión en la tierra:
“si no me comprendieron/ sólo fue/ porque fui demasiado extraño”. Pero
tras esa frase ya nada más se puede modificar. Aquel viaje radical y
póstumo es un hecho. Y el poeta ya se había embarcado en la “carroza del
abismo” de la que hablaba Pessoa.
Pero volviendo a la parte física del poema, es decir al viaje en
colectivo, tras su regreso a Córdoba, Mazzocchi le enviaría tres cartas a
su amigo. Y nunca obtendría respuesta. Será el preludio de una tormenta
que se desatará muy poco tiempo después, en noviembre del ´59, cuando
Undiano vuelva “clandestinamente” a su ciudad y no le avise a Mazzocchi.
“Pero alguien, estoy persuadido, aguardó a que yo hubiese viajado de
regreso a Montevideo para decirle, recién entonces, que yo había estado
en Córdoba. Y también estoy persuadido que fue a partir de entonces,
que, ensordecido por mi silencio, sintiéndose perdido, enceguecido de
ira, sin resignarse, liberó todas las fuerzas más sombrías que había ido
acumulando”. Y acaso Undiano tenga toda la razón al decir lo que dice. Y
si no, repasemos la cronología de los últimos dos meses del poeta. El
10 de diciembre se casa con Lidia, una mujer diez años mayor, pero dos
semanas después se produce una violentísima reyerta conyugal; la primera
de una serie infernal que finalizará recién el 24 de enero, cuando
harta de sufrir golpes y agresiones Lidia huya a casa de sus padres.
Pero esta fuga de la esposa será el principio del fin; ya que el martes 2
de febrero y saltando tapias con una soga, Mazzocchi logrará
introducirse en casa de sus suegros. Una vez allí, cortando el cable del
teléfono, obligará a su esposa a volver con él a punta de pistola. Ese
mismo día, los padres de Lidia realizan la denuncia. El viernes 5,
localizada la pareja en una pensión frente al Parque Sarmiento, los
integrantes de la comisión policial golpearon la puerta para llevarse
detenido a Alberto Enrique Mazzocchi. Pero este, empujándolos, empezó a
correr por la ciudad y se dio a la fuga revólver en mano. Cuando la
policía lo cercaba, Mazzocchi deteniéndose bruscamente, amenazaba con
deserrajarse la sien; razón por la cual los uniformados lo dejaban
seguir. Esta situación se repitió hasta que uno de ellos le disparó en
una pierna y la víctima rodó en la avenida. Y así, sin perder el
revólver de su mano, se disparó en la sien frente al pasaje de un
colectivo que apenas alcanzó a frenar para no atropellarlo. Su deceso
fue inmediato. La crónica de este hecho puede leerse en “La Voz del
Interior” fechada el sábado 6 de febrero de 1960. Por cierto, en ningún
lugar de la noticia se dice que el “suicida” era un poeta. Y era normal
que eso pasara, ya que en vida Mazzocchi sólo había publicado dos poemas
con pseudónimos. En lo que respecta a esa muerte irracional, Undiano
tiene una explicación por demás categórica: “Para mí, Federico Undiano,
Alberto E. Mazzocchi, incapaz de vivir sus sentimientos para conmigo, me
tributó su muerte; yo, por mi lado, le brindé gran parte de mi vida”.
Apuntes sobre una resurrección
Si la poesía de Mazzocchi resucitó en muchos lugares del mundo, se
debió exclusivamente a la incansable labor de su amigo y albaceas. Y es
que Undiano logró publicarlo en Uruguay, España y sobre todo en Francia,
cuando en 1985 apareció la edición bilingüe de “Poèmes-Poemas” (64
poemas y un fascinante apéndice biobiliográfico en 360 páginas de
Editions L´Harmatann). Pero en Argentina y sobre todo en Córdoba,
Mazzocchi sigue siendo un ilustre desconocido. Y excepto para algunos
escritores aislados sin ningún peso ni importancia en el
“establishemnt”, el poeta sigue estando muerto. No así su obra.
Escrita bajo un hipnótico ritmo de soledad y muerte, emparentada con el
excepticismo radical de Lautréamont, la síntesis oriental de Ezra
Pound, la metáfora ardiente de Dylan Thomas y el luminoso simbolismo de
los evangelios, la obra del varillense es uno de los puntos más altos de
la poesía argentina del siglo veinte. Y resulta curioso que Mazzocchi,
quien de algún modo prefiguró la poética de Alejandra Pizarnik, no haya
sido leído ni siquiera al contraluz de su contemporánea más famosa.
Este “pasar desapercibido” no fue en absoluto ajeno a Mazzocchi. Por el
contrario. Ya que otro de los oráculos del poeta fue la perfecta
aceptación de su invisibilidad, la plena conciencia de que nunca sería
nadie en la poesía argentina mientras estuviera vivo. Este dato se ve
corroborado al leer lo que Undiano escribe sobre la tapa de
“Poêmes-Poemas”. Dice así. “Alberto E. Mazzocchi, al ver concluido su
retrato, me pidió que lo hiciera reproducir en la tapa del libro que yo
consiguiera hacer publicar son sus poemas. Sobreentendía que él mismo
moriría antes de ver su obra literaria editada”.
Un año atrás y acaso como un ejercicio por entrar en el panteón de la posteridad, Mazzocchi había escrito un poema con el que cubrió las carpetas de su obra antes de su tercera tentativa suicida. Leemos aquel epitafio en verso:
Realmente hubiera podido
no decidir suicidarme si mi encendedor
si estuviera seguro que mi encendedor
no se me perdiera o no se me deteriorara
si estuviera seguro que mi encendedor
fuera lo suficientemente bello
para retenerme en esta vida
para estar en esta vida
y encender mis cigarrillos de mala marca
con él
y mirar con su luz las cosas en la oscuridad
y alumbrar con él un camino en la oscuridad.
Cuando pienso en Mazzocchi y Undiano más allá de toda contingencia terrestre o (para decirlo con el título de un grandioso poema del platense Néstor Mux) “lejos de este único mundo”, los veo a los dos caminando por una Córdoba en blanco y negro, charlando en la puerta de un cine donde acaban de ver “Pasaron las grullas” o encendiendo sus “cigarrillos de mala marca” en una esquina del Parque Sarmiento al atardecer. Pero la postal más recurrente tiene que ver con el mar en Uruguay. Caminatas interminables por la arena en esos últimos tres meses que, sin saberlo, compartirían en el mundo. Por esos días del ´59, Mazzocchi escribió un poema cuyo protagonista era el mar. Y si bien el poema está cruzado por la palabra “muerte”, yo quiero creer que hay algo más; un “bonus track” implícito al final, un verso subliminal, una línea que Mazzocchi nunca escribió o tal vez nunca quiso escribir para que la imaginen otros o porque detestaba la obviedad. Aunque nominalmente no está dedicado, es casi obvio que también era “para Federico”.
Olvidaba decirte
que el mar guarda el secreto
que yo no escribí en las piedras mi nombre
ni dejé a propósito una huella en el suel
encontré la verdadera tristeza en estos cadáveres de pájaros
pero si también he apartado la arena
fue por algo
no temas que las hierbas divulguen mi muerte
las hierbas guardan el secreto
y si he perdido alguna medalla hace mucho
en ellas no hay ninguna leyenda
no temas que en las medallas se diga algo de mi muerte
las medallas son demasiado pequeñas
para escribir en ellas una leyenda
las gaviotas no saben nada
saben de sus nidos y del día
y del alimento que flota en el agua
pero tú sabes que muchos bosques han desaparecido
pero en esos caminos lo único que puedes hallar
es la soledad
no temas
es la soledad que se nutre
y no mi manto ni mi blusa
ni un cabello mío que ha quedado en alguna rama
el viento también guarda el secreto
si inclina los árboles las ramas atas de los árboles
y desparrama las hojas pequeñas de los pinos
o si despeina un niño pobre
o si sacude la falda de una mujer pobre
no es para decir mi nombre
la noche está allá en el barranco
donde estuvo siempre allá en el barranco
este mar guarda el secreto
no dirá a nadie que he muerto.
Y ese mar tampoco dirá a nadie que Alberto E. Mazzocchi había
resucitado. Que como en la foto en blanco y negro que hace 60 años le
regaló a su amigo, no sólo estaba predicho su final sino también su
nuevo principio; todo vestido de blanco y sin manchas en la tierra como
una aparición. Tal como lo escribió su admirado Dylan Thomas que, sin
conocerlo, también tuvo un oráculo para Mazzocchi. Dice así:
“Y la muerte no tendrá dominio./ Desnudos los muertos se habrán
confundido/…/ aunque se vuelvan locos serán cuerdos,/ aunque se hundan
en el mar saldrán de nuevo,/ aunque los amantes se pierdan quedará el
amor./ Y la muerte no tendrá dominio”.
Así sea en la tierra como en el cielo.
****
Nota:
Sobre Iván Wielikosielek aquí en Tuerto rey en "Navegantes necesarios".
Imagen: Alberto Mazzocchi
“La poesía es una experiencia trascendente”
"Una conversación infinita" (Ediciones Del Dock) es una lúcida
reflexión en torno al papel de la poesía y la tarea de escribirla.
Entrevista a fondo con su autor Rafael Felipe Oteriño.
Por Augusto Munaro
Especial para Cultura del diario Los Andes, Mendoza.
http://www.losandes.com.ar/article/-la-poesia-es-una-experiencia-trascendente
Más allá de sus versos, no es habitual que un poeta domine además un género literario tan delicado y disímil como el ensayo.
Sin embargo, han existido excepciones notorias como el poeta
norteamericano T.S. Eliot, autor de “Cuatro cuartetos”, quién con sus
libros “Criticar al crítico” o “El arte de la poesía y el arte de la
crítica”; cuestionó su experiencia poética, permitiéndose desarrollar
sus conceptos hacia otras zonas de autonomía intelectual.
En la Argentina, esta categoría podría estar representada por Rafael
Felipe Oteriño (La Plata, 1945), quien acaba de publicar el esperado
“Una conversación infinita” (Ediciones Del Dock), una lúcida reflexión
en torno al papel de la poesía y la tarea de escribirla.
Su estilo narrativo consiste en una equilibrada conjunción entre
claridad y lucidez para ofrecer cuestionamientos estéticos contundentes.
Sin caer en simplificaciones y con una sensibilidad imparcial, Oteriño
reelabora contenidos sobre el misterio de la poesía y su lenguaje a
través de una prosa crítica que se halla en continua tensión; dando
cabida a un tipo de ensayo donde no hay palabra, frase o expresión que
sea fruto del azar.
-“Una conversación infinita” podría leerse como una autobiografía
encubierta. ¿Cómo surgió la posibilidad de componer un libro de estas
características?
-Sí, en efecto, si por autobiografía entendemos los caminos recorridos,
las lecturas realizadas, los autores que fui descubriendo y que con su
lección me enseñaron a despejar dudas y sortear inconvenientes con
respecto a la escritura de poesía. También está el registro de zonas
esclarecidas y varios ejercicios de admiración.
En cuanto a la composición del libro, fue la reunión de piezas en las
que venía reflexionando sobre el papel de la poesía y sobre la tarea de
escribirla, con algunos homenajes a poetas que forman mi canon y a otros
que me acompañaron con su amistad.
-La relación de la poesía con el lenguaje no es simple. Afirmás en uno
de tus ensayos, que algunas palabras son “portadoras” de una
“temperatura”, antes que de un “significado”. ¿Podrías glosar esa idea?
-El poeta no dice más de lo mismo: dice lo otro de lo mismo. No tiene
como finalidad contar ni describir algo preexistente, sino poner en acto
una operación de lenguaje que lo resignifica.
Su desafío consiste en darle voz al secreto de los hechos, a lo
amenazado por la insignificancia. De tal manera, no siempre opera el
lenguaje de conformidad al uso corriente, sino también de acuerdo a un
uso figurado –por su destello, rapto o temperatura emocional- que trae a
la superficie eso que permanecía oculto o soslayado.
-Excelente la cita que incorporás de Frost, “la poesía sostén
momentáneo contra la confusión”. La vida es caos, pero algunos versos de
Dante, los sonetos de Banchs o de Shakespeare, los Cantos de Pound
traen la posibilidad trascendental de esclarecimiento. Lo que me lleva a
preguntarte sobre el valor religioso que ocupa lo metafísico en tu obra
poética.
-“Lo que está más allá de la palabra del hombre nos habla
elocuentemente de Dios”, escribe Georges Steiner, y lo suscribo. La
poesía es una experiencia trascendente, aunque más no sea por el hecho
de que lo desconocido es más grande que lo conocido.
El poeta somete el lenguaje a pruebas extremas, giros audaces,
metáforas, retruécanos y sinonimias, a fin de alcanzar un horizonte que
se encuentra en el límite de las palabras y que en la sintaxis
escuchamos como perteneciente al mundo natural. “Ver en la muerte el
sueño,/ en el ocaso un triste oro…” escribe Borges instituyendo una
realidad/otra. En un mundo sobrecargado de palabras, el poema es
siempre una epifanía.
-Hallar una voz propia es saber responder a la temida pregunta: “¿qué he venido ha decir?”
-Es el primer paso para saberlo. Hallar la voz propia es contar con el
instrumento adecuado –las palabras, un repertorio de imágenes propias,
recuerdos que se imponen por su valor simbólico, alguna experiencia
desarrollada con el lenguaje- a fin de comprobar las posibilidades que
nos otorga este venero.
La voz propia se convierte, de tal modo, en la llave para conocer la
latitud de nuestra búsqueda y la naturaleza de nuestros hallazgos. Da la
dimensión y el carácter de lo que podemos decir. Luego vendrá la prueba
más difícil: comprobar si el lector lo comparte, haciéndolo suyo.
-Un error común es creer que el lenguaje poético y el comunicativo son
una misma cosa… ¿Por qué creés que este error es tan común?
-Pienso que por la larga tradición -primero, de la épica; luego, de la
juglaresca- que veía en el poema un instrumento para contar historias
–al cabo, para entretener e informar-, y que todavía tiene seguidores en
quienes no acompañaron los cambios de este lenguaje en estado especial.
También por influjo de la razón prosopopéyica, hímnica, que veía en el
poema un dispositivo apropiado para celebrar personas y episodios.
Creencia que pierde de vista que el lenguaje poético instaura una nueva
realidad de sentido y sonido (cuyo fin no es la de ser práctica ni
utilitaria), mientras que el lenguaje comunicativo tiene como principal
función la de ser conducente, precisamente, a finalidades prácticas y
utilitarias. Un poema no se escribe para describir una historia, sino
para exponer esa historia en sus virtualidades inexpresadas.
-¿El horizonte del poeta está constituido únicamente por las palabras?
-Sí, el horizonte inmediato, en tanto que escritor y en la medida que
las palabras son el medio con el que busca conformar la pieza verbal y
escrita que dé significado a los hombres, a las cosas y a las relaciones
humanas. Mas esto no borra que el horizonte mediato está constituido
por esa terra incognita que, a modo de desafío e interrogación, lo
acucia, lo conmueve, lo desvela, para que le dé asiento y realidad en
las palabras.
-¿Por qué la poesía no puede ser verificable? ¿Por qué no puede cumplir dicha exigencia?
-Precisamente, porque trabaja con lo imponderable, para darle fijación
en las palabras; con lo no nacido, para que nazca; con lo improbable,
para que tenga carnadura entre las demás cosas existentes. Y nada de
esto tiene un correlato objetivo y anterior al poema. El poema es una
intensificación de la vida (o de alguno de sus momentos) y no la rima de
sus componentes.
No es mejor o peor, verdadero o falso, porque guarde relación con algún
modelo exterior. Saturado por la ambigüedad que es propia del lenguaje,
contradiciendo cualquier semejanza, su legitimación es en primer lugar
artística. Es un acto de fe. De ahí que conserve (y no sin discrepancia)
el calificativo de “creación”.
-¿Podríamos considerar este libro como una defensa de la poesía?, ¿por qué?
-Sin dudarlo. Como tarea de esclarecimiento y puesta en claro (al menos
en mi intención) de lo que es la poesía como articulación de lo humano,
y del papel que cumple (o puede cumplir) en la composición e
inteligibilidad de este mundo.
Con su polisemia, ganando en extensión y profundidad, la poesía salva a
la realidad –y al lenguaje, en primer lugar- de los peligros del
adocenamiento, la trivialidad y la apariencia. Y esto debe ser recalcado
una y mil veces, a fin de relevarla de las funciones decorativas,
ocurrentes, de juego lábil o meramente festivas (en el peor de los
sentidos) que con tanta liviandad suelen adjudicarle.
-En “Sobre el verso libre”, tratás el tema del verso blanco. ¿Qué
soluciones formales presenta este tipo de composición poética, hoy por
hoy, en pleno siglo XXI?
-En poesía no hay distancia entre lo dicho y su realización. Por el
contrario, el cómo es dicho funda el contenido de lo dicho. En un
momento, la forma estricta fue una barca en la que se transportó
información, glosa, memoria; esto es: contenidos. Dicha forma estricta
(regida por preceptivas) le dio al poema un componente ineludible para
su memorización. Luego, el poema se fue desprendiendo de esta modalidad y
concentró su valor en la palabra y su polisemia.
Y eso fue un gesto de autonomía. Hoy el poema, ya sea de forma estricta
(sujeto a prescripciones) o de forma libre (no medido en términos
uniformes) o blanca (sin rima ni ecos premeditados) centra su valor en
el acontecimiento de lenguaje que pone en marcha, de la mano de un
componente no menos relevante: su composición visual (que no es otra
cosa que su organicidad plástica).
Y su carácter no está dado por la maestría lingüística de un conjunto
de palabras que suenen bien, sino por los factores intensidad,
concentración y rapidez, que en su conjunto conforman otro no menos
relevante: la inevitabilidad (que lo dicho no pueda ser expresado de
otro modo, que lo dicho no nos deje indiferentes).
-Rafael, estamos adentrándonos en el 2017. En esta contemporaneidad tan
cambiante, frente a las formas efímeras del lenguaje comunicativo
(Twitter, los correos SMS, el intercambio de selfies), ¿quiénes son hoy
los aliados de la poesía?
-Paradójicamente, en un mundo que hace creciente abandono de la
lectura, esos soportes efímeros, esos resortes instantáneos de la
comunicación, esos vínculos sin arraigo que se multiplican sin cesar,
pueden convertirse –quiero pensarlo- en los nuevos marcos de esta
palabra acosada por el silencio y la charlatanería.
No debemos perder de vista que se trata de herramientas, utensilios
(aunque muchos los vean como fines), y si algo muestra la historia es el
peso de la inevitabilidad (y hoy los productos de la técnica parecen
tener esta condición).
Me permito entonces pensar que, cuando cese la novedad y tomen su
verdadera función instrumental, estas formas hoy efímeras del lenguaje
comunicativo pueden llegar a ser los nuevos portadores de la cultura hoy
amenazada por la frivolidad y el descarte.
En los comienzos de la era Gutenberg se produjo el cambio de la lectura
de unos pocos en voz alta por la lectura masiva y en voz baja. Y se
creyó que el cambio aparejaba la pérdida de una autoridad sapiencial.
Pero las pruebas demostraron que, aun a espaldas de aquella voz
canonizada por décadas de prestigio eclesiástico y universitario, la
cultura se expandió.
En esta dirección, si hemos de pensar en “aliados” de la poesía,
debería apuntar la capacidad del hombre contemporáneo para captar lo
fragmentario dentro del conjunto, la simultaneidad en lo temporal, la
variación en la síntesis.
-La poesía no nos saca del mundo, está claro, pero hace la vida
sustancialmente más intensa. ¿Sería desacertado considerarla un
ejercicio de evasión?
-Mejor sería decir: un ejercicio de exploración de algo que está allí,
enmascarado, todavía no pronunciado. Y, asimismo, de sutura, puesto que,
nacida en contraste con el silencio –para que éste no tenga la última
palabra- la poesía también está llamada a guardar el silencio. Pero la
pregunta lleva a otra más difícil de responder: ¿por qué el hombre hace
arte?
Y no tengo otra respuesta más que la de decir que esto ocurre porque
siente que hay algo más –mucho más- y quiere comunicarlo. O dicho de
otro modo: porque tiene conciencia de que existe el otro.
La creación poética no es un ejercicio de evasión (aunque en su génesis
haya juego y fiesta, y que su realización depare un efecto de
liberación). El poema –debemos recordarlo- siempre habla a alguien y
sobre algo.
***
Augusto Munaro en: http://www.augustomunaro.com/
***
Imagen, Rafael Felipe Oteriño
Mark Strand
Fragmentos
Completo en Letras Libres
http://www.letraslibres.com/mexico-espana/entrevista-mark-strand#.WD9cC_Lcu0U.facebook
¿Cómo debería formarse un poeta?
Leyendo los clásicos.
También ha dicho que el verdadero alimento para un poeta son otros poemas.
Sí, creo que es así. Creo que uno no se hace poeta sin saber lo que es
un poema, o sin haber tenido algún contacto con la poesía. A uno lo
inspiran otros poemas y luego escribe. Cuando hablé de mis comienzos
como poeta, mencioné mi fascinación por Veinte poemas de amor y una
canción desesperada, y ese libro en cierta medida me hizo querer
escribir mis propios poemas de amor y mi canción desesperada. Creo que
si algo te conmueve, quieres reproducir eso que te conmovió, pero en tus
propios términos, para ver si puedes generar algo parecido a lo que
hizo el poeta que te precedió.
¿Sería entonces una especie de traducción, traducir del vocabulario poético de otro poeta al propio?
Creo que uno ingiere otro poema, que toca cierta fibra en uno,
despierta algo en uno, y uno siente la necesidad de capturar aquello que
se ha despertado y ponerlo por escrito.
Al leer sus poemas, tengo la sensación de que crea un mundo alternativo. ¿De dónde surge eso?
Es un mundo verbal que he creado a partir de mi mundo, a partir de mi
experiencia. Pero las palabras crean ideas, crean sentimientos, y he
creado un mundo en el que ciertas ideas, ciertos estados de ánimo, se
han vuelto característicos, y cuando alguien lee mis poemas, se siente
transportado –o eso espero– al mundo de Strand, por las palabras que uso
y lo que ellas sugieren.
¿Cuáles son sus palabras preferidas?
Me gustaría que fueran más, pero por bastante tiempo fueron “piedra”,
“vidrio”, “cielo”, “mar”, palabras muy genéricas... Las imágenes de mis
poemas no son necesariamente imágenes visuales, muchas de ellas son
acciones, mis poemas describen actividades, a veces de carácter nervioso
o absurdo, a veces muy pacífico, pero eso es lo que les da vida. No soy
un poeta de la naturaleza, no ahondo en el aspecto de las cosas, sino
más bien en su comportamiento. Para mí, el paisaje es un mero decorado,
las montañas de Utah eran un decorado, el mar del Atlántico Norte cerca
de Nueva Escocia es un decorado, lo que me interesa es lo que se
desarrolla frente al telón de fondo de las montañas o del mar.
El humor es un elemento importantísimo de su poesía.
Creo que se piensa, erróneamente a mi entender, que la poesía es algo
serio y oscuro... Hay muchas cosas perturbadoras en el mundo, y hay
tantas cosas absurdas y tanta locura en el mundo que me parece que sería
un error ignorarlas. Cuando leo los diarios, me río y me angustio en
igual medida.
Una de las cosas que hace tan atractiva su poesía para mí es
cómo logra mezclar comedia y elegía con gran elegancia, de forma que lo
cómico nunca se vuelve frívolo ni burdo, y lo elegíaco no llega a
volverse dramático, sino que es apenas una nota lánguida de fondo...
Creo que lo has expresado muy bien, eso es exactamente lo que intento
hacer. Alguna vez lo describí como una mezcla de melancolía y humor,
pero creo que el elemento elegíaco es muy característico de mis poemas, y
trato de incluir ambos elementos en el mismo poema, intentando que la
transición sea casi invisible, para que los lectores no sepan muy bien
cómo sucedió...
“Casi invisible”...
Sí, Casi invisible.
¿Qué piensa de los poetas que, como procedimiento, se basan en la experiencia cotidiana para hacer algún tipo de afirmación?
Hay poetas metonímicos, que toman un trozo de vida para representar la
totalidad de la vida, y que por lo general tienen una moraleja,
explícita o implícita. Yo me considero más bien un poeta metafórico,
creo un mundo alternativo que tiene sus propias reglas y regulaciones,
en el cual tal vez se puedan percibir algunos elementos de nuestro
mundo, y que por eso no resulta totalmente ajeno. El poeta metonímico
debe asegurarse de que ese mundo reducido que está representando sea
fiel al mundo verdadero de la experiencia. Yo no siento para nada esa
obligación. Solo quiero ser fiel a mis propias ideas respecto de lo que
funciona en un poema, y no a lo que el mundo consideraría realista o
correcto. Lo que me importa es la integridad del mundo que creo, y no lo
que estoy revelando sobre el mundo en el que viven los demás.
Sobre Mark Strand aquí en:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=235
Ricardo Piglia se ha ido a una nueva ciudad
SEA
http://www.lasea.org.ar/
Ricardo Piglia, el autor de “Respiración Artificial” entre otras
grandes obras, es hoy el reconocido como el autor más importante de
nuestras letras.
Traducido a muchos idiomas y ganador de importantísimos premios, uno de
los últimos de ellos el premio Formentor, el mismo que hace más de
cincuenta años compartieron nuestro Borges y el irlandés Samuel Beckett.
El jurado español dijo que ese premio era para Ricardo Piglia porque
era dueño de “una obra narrativa que se desenvuelve armónicamente entre
la originalidad y la cultura popular y la tradición más exigente”.
A un gran lector y crítico literario como lo es Ricardo, los otros
lectores le debemos la pasión y lucidez que nos dejan sus libros.
Recientemente se han publicado “Los diarios de Emilio Renzi”, ese
diario, compuesto de decenas de cuadernos, al que Piglia en sus
declaraciones siempre puso en el centro de toda su producción y que se
remonta a los orígenes del escritor.
Vivía en Adrogué, cerca del ferrocarril, y cada media hora pasaban
frente a su casa los pasajeros que habían llegado en el tren que llegaba
desde Buenos Aires. El niño estuvo sentado ahí, como si leyera, hasta
que una larga sombra se reclinó sobre él y le susurró que tenía el libro
al revés. Era uno de los pasajeros del tren, y Piglia cree hasta hoy
que ese hombre debió haber sido Borges, que en aquel tiempo solía pasar
los veranos en el Hotel Las Delicias de Adrogué. “¿A quién, si no a él
–se pregunta Piglia-, se le puede ocurrir hacerle esa maliciosa
advertencia a un chico de tres años que no sabe leer?”.
Una imaginación incesante y un hombre dedicado con tenacidad a su
elección: la literatura. Como expresan sus amigos en muchos artículos:
de una gran sencillez, llanura que borra todo límite. Un ser generoso,
brillante y con profunda devoción por su país y su literatura recibió el
año pasado la Mención de Honor “Senador Domingo Faustino Sarmiento”,
máximo reconocimiento que otorga el Senado de la Nación.
Gracias Ricardo Piglia por su literatura, por sus clases magistrales,
por su ejemplo de vida y por despertar entre muchos esa pasión por la
lectura, sin la cual todas las mujeres y los hombres seríamos más
pobres, porque leer es como el pan, un alimento imprescindible para
comprender un país, leer su cielo y abrazar a autores como Faulkner,
Arlt, Borges, Macedonio, entre el “Blanco Nocturno” y “La Ciudad
Ausente”, títulos de dos de las novelas de Piglia.
COMISIÓN DIRECTIVA de la SEA, Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina
6 de enero de 2017
Fotografía de Ricardo Piglia por Daniel Mordzinski
sin premura a través del lenguaje
2016 - 2017
“Si somos seres espirituales que seguimos un camino humano en lugar de
seres humanos que seguimos un camino espiritual, lo cual intuitivamente
creo que es cierto, entonces la vida no es sólo un viaje, sino también
una búsqueda o peregrinación” (Jean Shinoda Bolen).
“Nosotros, en realidad, no lo sabemos, pero lo sospechamos: hay una
vida que es como barco gemelo a la nuestra, que sigue una ruta
totalmente distinta. Mientras el sol arde tras las islas” (Tomas
Tranströmer).
“En contra del ser humano de nuestros días, que no cesa de ir y venir,
de maquinar, qué paz la de ese hombre que parte leña. O la de aquel que
quita las hierbas en el huerto de sus antepasados. Ellos son, sin más,
los dueños del tiempo, que para ellos es lento, muy lento, como un oro
líquido que se va colando, también lento, desde el horizonte que los ve
luchar, desde el horizonte que los ve morir” (Antonio Colinas).
"El Himalaya es un santuario. Quienes amamos las montañas visitamos
esas moles como peregrinaje religioso o sentimental, para respirar un
poco de su aspereza, de su dureza, de su impracticabilidad. En el campo
base somos mucho más precarios y frágiles de lo acostumbrado. La montaña
es un lugar desconocido, un lugar extraño para nosotros. Los que
empezaron a colonizar la montaña, lo hicieron porque escapaban del
valle. Es un puesto fronterizo donde la especie humana se interrumpe y
las fuerzas de la naturaleza más hostiles prevalecen. Es un lugar donde
incluso la tierra se interrumpe. El alpinismo ha sido el último capítulo
de la geografía: se habían visitado todos los puntos de la tierra, sólo
faltaban algunas montañas (Erri de Luca ).
Algunas cuestiones en torno al canon*
María Teresa Andruetto
* leído en el II Argentino de Literatura. Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe. 28/6 al 1/7 2006. Mesa de Literatura Infantil: Acerca de los problemas del canon. Beatriz Actis, Lilia Lardone, María Teresa Andruetto. Coordinación: Germán Prósperi.
(Fragmento de un texto imperdible)
10. ¿Cómo se hace para estar en el centro y en los márgenes? En toda
cultura trabajan dos mecanismos contrapuestos: la tendencia a la
variedad y la tendencia a la uniformidad. También sucede eso al interior
de cada escritor y entonces la escritura se coloca en un punto de
tensión entre esos dos extremos: diversidad/ uniformidad.
Mientras preparaba estas líneas me llegó una entrevista a Enrique Butti.
Leo un párrafo porque dice, de un modo más eficaz que el de mis
palabras, la posición en que me interesa colocarme a la hora de
escribir: “Lo que debe preocuparle al escritor es tratar de escapar de
sus límites o, por lo menos, tratar de cavarse túneles, fosos, pozos, ir
más allá. Nuestra época canta loas a los escritores bien pautados y de
senderitos asfaltados, cuando no de bien señalizadas autopistas. La
alternativa la constituyen los autores que, merced a su vagabundeo, han
dilatado los alcances y la amplitud de su estilo, autores preocupados no
por estampar su firma en cada línea de sus libros, sino arrebatados por
saltos mortales siempre más allá...”
El cambio de género y de potencial lector han sido para mí modos de
escapar a los encasillamientos que Butti llama “senderitos asfaltados o
bien señalizadas autopistas”. Yo podría, a esta altura de los años,
visto cómo van las cosas, dedicarme exclusivamente a escribir libros
para los chicos. Es ése un espacio en el que he alcanzado cierto
reconocimiento, no tengo mayores problemas para colocar editorialmente
lo que produzco y a su vez, los libros que he publicado –sin ser yo
nunca un éxito de ventas- se han sostenido a lo largo del tiempo, de
modo que devienen en liquidaciones de derechos de autor que –de
dedicarme yo a tiempo completo a producir ese tipo de textos-
engrosarían. ¿Para qué entonces escribir poesía, por ejemplo, para
editarla en ediciones pequeñas, alternativas, a cambio de unos pocos
ejemplares de obsequio? ¿Por qué escribir cuentos que, como dicen a coro
los editores, no se venden? Sin embargo, cada vez que termino un
proyecto de escritura (o cuando lo abandono porque no funciona como
quisiera) me cruzo a viejos borradores que están en una búsqueda
diametralmente opuesta a la que tenía entre manos. Es que no se trata
sólo de escapar a los encasillamientos o etiquetas que puedan ponernos
los lectores o los editores, sino sobre todo a los propios
encasillamientos, etiquetas y estereotipos. Se trata de generar
estrategias para permanecer en constante desacomodo, si es que uno
entiende la escritura como una exploración, un camino de conocimiento.
11. En relación a esto, quisiera leer unas líneas sobre Carver,
escritas por su mujer en el prólogo a uno de sus libros de poemas,
porque tienen que ver con la exploración, con ese desacomodo interno al
que me refiero, con la dialéctica entre el propio centro y los propios
arrabales: “Ray utilizó su poesía –dice Tess Gallagher- para sacar al
tigre de su escondite... (...)... desobedecía a sabiendas las presiones
que le hacían para que escribiera relatos porque era en lo que se
centraba su reputación y por lo que recibía mayores recompensas en
términos de reputación y de público. No le importaba. Cuando recibió el
premio Mildred and Harold Strauss, concedido sólo a escritores de prosa,
inmediatamente se sentó y escribió dos libros de poesía. No estaba
‘haciendo carrera’; vivía una vocación y eso significaba que su
escritura, fuera poesía o prosa, estaba ligada a unos mandatos íntimos
que insistían más y más en una aprensión crecientemente inmediata de sus
asuntos...” He traído este párrafo también para decir que se necesita
tener un sentido ético sin fisuras para sostener lo que él sostuvo y
aquí se ha dicho. Y para decir también que la ética de lo estético –la
búsqueda de esa verdad interna de escritura- es para mí (ahora que
hablamos de centro y periferias) central en un escritor y, aún más, que
se trata de una construcción que lleva toda la vida. Centro del hacer
que se sostiene por la posibilidad interna de forzar los propios
límites, de explorar los linderos de la experiencia, los propios
arrabales.
Imagen: María Teresa Andruetto
“Nocturna” o las criaturas que habitan la noche
sobre el libro “Nocturna”de Eduardo Rezzano
Por Sandra Cornejo
En:http://www.eldia.com/septimo-dia/eduardo-rezzano-nocturna-o-las-criaturas-que-habitan-la-noche-180000
Al tiempo que me llega “Nocturna”, libro reciente de Eduardo Rezzano, veo los capítulos finales de “Penny Dreadful”, serie que ahonda en los claroscuros del ser, en la noche y sus animales dispersos en ella, humanos o no; la poesía, de alguna manera, los conforta. “Nocturna”, reciente poemario del músico y poeta platense, inicia su recorrido justamente con un texto llamado “Criaturas de la noche”. En este poema, sin saber muy bien por qué, dialogan entre sí cucarachas, personas y grillos. Luego, en “Violeta”, una tortuga atraviesa la delgada raya “entre la hibernación /y la muerte” para ofrendar su pequeña obra de arte. Entrelíneas, las bestias, los muertos y los abandonados hablan en un lenguaje dificultoso, semejante al de la propia comunicación humana.
Sugestivo, “Nocturna” expone el universo de los invisibles. Establece una poética a partir de la mirada de quien ha sido abandonado, incluso, por su propio nombre. Rezzano, de vida errante él mismo, recorre aquí un paisaje urbano que deviene páramo; así, en una especie de limbo, el hombre, el niño o la mujer, como lobos de estepa, moran en “una compañía muda/ y deshabitada”. Leve en su hechura, poético desde la desolación, este libro traduce la soledad de distintas maneras y nos envuelve en su tejido sutil. Con voz musical nos arroja al azul, a las “partículas subatómicas” y compone un registro que mucho tiene que ver con las últimas cosas. Ese otro orden se dice de manera tenue, a expensas de lo dolido, de lo maldito, de lo marcado y del río de la vida que lleva “peces muertos/ y desperdicios”.
En “Nocturna” hay una noche cerrada, un dormir y nacer en lo oscuro; hay niños como rastros de carbonilla en el aire, niños lámparas nocturnas, niños, mujeres y hombres aturdidos por el ruido de las refinerías, en una habitación vacía, con una herida vieja que todavía sangra. También hay una conmovedora “Niña del viento” donde leemos: “Cuando murió Amparo/ mi primera mujer//mi hija me dijo/yo soy hija/del desamparo”. Textos hilvanados por la cadencia de la sencillez pero que demandan de nosotros una percepción aguda y descalza. Para entrar en “Nocturna” es preferible dejar afuera los preconceptos e ir de página en página como quien recorre las camas de los hospitales, en silencio, con los ojos bajos, pero el corazón atento.
Siguiendo la idea de las afinidades que inicié con “Penny Dreadfull”, si como dice Mirta Rosenberg: "Siempre me imaginé la poesía como un territorio / mejor aún, una isla. / Es como si fuese una reserva / a donde todos podríamos recurrir / cuando haya escasez de sentimiento en el mundo / e incluso de pensamiento", en el tono de Rezzano hay un claro registro de esa perspectiva de territorio, de isla, de reserva ante la “escasez”. Cuando cada detalle de lo cotidiano expresa más un estado interior que una realidad, algunos seres construyen un mundo de palabras para que sean los libros quienes hablen por ellos.
Jornada de Poesía SUBVERSA
La Plata-AR12/11/2016
Jornada de poesía SUBVERSA es un encuentro de poesía y reflexión sobre
escritura y traducción que se llevará a cabo el sábado 12 de noviembre, a
partir de las 15 hs, en el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio
Pettoruti”, ubicado en la Av. 51 N° 525 de la Ciudad de La Plata. Habrá
lecturas de poesía, mesas de debate y performance, donde se entrecruzan
música, artes visuales y poesía.
El objetivo del encuentro consiste en la difusión y reflexión de la
producción poética realizada por mujeres en el contexto de la historia
de la poesía argentina y la escena contemporánea. Presentarán sus obras
mujeres poetas, músicas, actrices, artistas plásticas y críticas
literarias de la Provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y la República Oriental del Uruguay.
La idea y coordinación del evento está a cargo de Anna Pinotti, Julia
Sarachu y M. Laura Suarez. Participan del mismo: Alicia Genovese,
Fernanda Mugica, Julieta Warman, María Eugenia López, Melba Guariglia
(Uruguay), Micaela Piñero, Roberta Iannamico, Romina Freschi, Sandra
Cornejo, Susana Cella, Susana Villalba, Tatiana Oroño (Uruguay), Ximena
Villaro y Ayelén Dias Correia.
La jornada cuenta con el apoyo del Ministerio de Gestión Cultural de la
Provincia de Buenos Aires. La entrada es libre y abierta a todo
público.
Dylan al Colón
por Sergio PujolNOBEL DE LITERATURA/13 de octubre de 2016
Dylan al Colón
Los suecos premiaron a un no-escritor, al mejor cantautor de todos. Al
de mayor empatía con el mundo literario. Y al que menos lo necesitaba.
Por Sergio Pujol
Bob Dylan es tema académico desde hace muchos años. Las letras de sus
canciones (va por las 492, según el conteo de sus exégetas franceses
Philippe Margotin y Jean Guesdon) han generado un abrumador corpus de
tesis. Mientras que a todos sus coetáneos de la escena folk del primer
lustro de los años 60 se los recuerda, en el mejor de los casos, como
estampas de un tiempo de juglería rebelde, Dylan tuvo el talento y la
astucia suficientes para saber saltar de época antes de que fuera
demasiado tarde. Es sabido que el primer salto lo dio una tormentosa
tarde de 1965, en el festival de música folk de Newport, cuando
desconcertó a los fundamentalistas del credo acústico entrometiendo un
toque de electricidad en “Like a rolling stone” y otras provocaciones.
Todo en:
http://laagenda.buenosaires.gob.ar/post/151753652005/dylan-al-col%C3%B3n
Leonardo Martínez
Catamarca, Argentina1937-2016
Otoño en Nueva York
El álamo emblema y la brisa acariciante
son el límite
Ahí están el otoño sentado sobre un caballo muerto
y la casa vieja donde la vida brilla y duele
Ayer y hoy son lo mismo en mi provincia
y mañana
el insobornable tanto
en un derrame de posibles
El rio se agota con la velocidad de un domingo
Borrado el cauce
las arenas como oleadas de estrellas nos prohíjan
En una ciudad que ignoro
Billie Holiday
canta la seda del otoño
II
Lugares para aprender a vivir
también para aprender la muerte
Cusco Venecia y ahora Nueva York
Todas arrastran un otoño luminoso
Todas atardecidas en susurros
Como ese viaje hacia el anunciado invierno
hace dos siglos en otra ciudad desconocida
donde Billie Holiday
con la seda arrugada y crujiente de su música
llora desconsolada desde un fonógrafo
sin haber llegado nunca a los funerales de Franz Schubert
los dos últimos días del otoño de 1828
Pero al fin los soles se ayuntan
y las ciudades giran y se confunden
Nohant no es sólo Aurore Dupin
sino Paris y Tucumán
Y Viena y el Cusco
son Venecia
boca mía besada por el canto
Como almas en pena podemos ver y escuchar
el silencio de ciudades abandonadas
al tiempo amontonado en zoológicos sin memoria
y en la profundidad de los ríos
la canción de los niños difuntos
Más Leronardo en:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=141
Erri de Luca
(fragmento de una nota)Una última pregunta. ¿Cómo es el Himalaya?
El Himalaya es un santuario. Quienes amamos las montañas visitamos esas moles como peregrinaje religioso o sentimental, para respirar un poco de su aspereza, de su dureza, de su impracticabilidad. En el campo base somos mucho más precarios y frágiles de lo acostumbrado. La montaña es un lugar desconocido, un lugar extraño para nosotros. Los que empezaron a colonizar la montaña, lo hicieron porque escapaban del valle. Es un puesto fronterizo donde la especie humana se interrumpe y las fuerzas de la naturaleza más hostiles prevalecen. Es un lugar donde incluso la tierra se interrumpe. El alpinismo ha sido el último capítulo de la geografía: se habían visitado todos los puntos de la tierra, sólo faltaban algunas montañas.
Erri de Luca en:
http://www.circulobellasartes.com/revistaminerva/articulo.php?id=351
Mark Strand
EEUU, 1934
La llegada de la luz
Incluso así de tarde sucede:
la llegada del amor, la llegada de la luz.
Te despiertas y las velas se encienden,
Las estrellas congregadas, los sueños se derraman en tu almohada
y sueltan ramilletes cálidos de aire.
Incluso así de tarde los huesos del cuerpo refulgen
Y el polvo de mañana brilla convertido en aliento.
The Coming of Light
Even this late it happens:
the coming of love, the coming of light.
You wake and the candles are lit as if by themselves,
stars gather, dreams pour into your pillows,
sending up warm bouquets of air.
Even this late the bones of the body shine
and tomorrow’s dust flares into breath.
Luna
Abre el libro del atardecer en la página
donde la luna, siempre la luna, aparece
entre dos nubes moviéndose tan lentamente como si
pasaran horas antes de que llegues a la página siguiente
donde la luna, ahora más brillante, te baja un camino
para llevarte más lejos de lo conocido
hacia esos lugares donde lo que has deseado sucede,
su nombre solitario como una frase suspendida
al borde del sentido, esperando que digas su nombre
de nuevo mientras levantas los ojos de la página
y cierras el libro, todavía sintiendo lo que
es vivir en esa luz, ese súbito paraíso de sonido.
Moon
Open the book of evening to the page
where the moon, always the moon, appears
between two clouds, moving so slowy that hours
will seem to have passed before you reach the next page
where the moon, now brighter, lowers a path
to lead you away from what you have known
into those places where you had wished for happens,
its lone syllable like a sentence poised
at the edge of sense, waiting for you to say its name
once more as you lift your eyes from the page
and close the book, still feeling what it is like
to dwell in that light, that sudden paradise of sound.
....
Traducción del poeta y traductor colombiano Juan Carlos Galeano (1958).
Más sobre el autor en:http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=235
O en:
http://circulodepoesia.com/2012/10/patente-de-corso-mark-strand/
Mircea Cărtărescu
Por Ferran BonoMircea Cărtărescu: “No creo en las literaturas nacionales”
El gran narrador rumano contemporáneo publica en castellano 'El ojo
castaño de nuestro amor', una selección de textos íntimos y reflexiones
sobre el oficio de escribir en los que resuena el eco de la dictadura de
Ceaușescu.
P. ¿Se puede ser un gran escritor sin apenas haber vivido experiencias?
R. No existe el escritor, sino escritores, diferentes, algunos con
vidas rocambolescas, y otros que son funcionarios toda su vida. Kafka,
que parece no haber vivido la vida, pero es muy imaginativo e incluso
interiormente más complejo que quien ha recorrido todos los continentes y
ha vivido todo tipo de aventuras. No sé si Tolstói luchó en el Cáucaso,
pero describió las batallas como si hubiera estado allí.
P. ¿A usted le marcó como escritor la muerte de su hermano gemelo?
R. Es una historia muy dolorosa sobre la que habitualmente no hablo
fuera del marco literario. Pero sí puedo decir que es un núcleo
dramático que ha determinado toda mi escritura. No se reveló de repente.
Las alusiones a este hermano al que de hecho no llegué a conocer
aparecen al principio en mis poemas, y luego van haciéndose cada vez más
intensas, hasta que en un momento fueron abrumadoras. Vi en la
desaparición de mi hermano gemelo una especie de amputación de mi
interior. A través de estos se hizo presente en mi escritura mi drama
personal. Y, naturalmente, no es solo un hecho real. Hay también una
metáfora, porque figuradamente cada uno de nosotros ha perdido un
gemelo. La escritura nace de algo negativo, de una necesidad. Alguien
puede haber leído todos los libros del mundo y no llegar a ser escritor,
porque el autor no puede brotar fuera de la existencia de una herida
interna, del mismo modo que la perla surge a partir de un granito de
arena que está lastimando a la concha.
P. En su libro relata cómo lanzó un alarido cuando se giró en el
hospital, siendo muy niño, en busca de su hermano y su cama estaba
vacía…
R. Exacto. Creo que es la imagen más verdadera de mi vida.
(Fragmento. Todo en:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/08/16/babelia/1471366417_075507.html)
Imagen del escritor por Álvaro García
Peter Sandelin
Líneas desde abajo
Di una palabra amable
a los que aún viven.
Aquí abajo
no oigo siquiera el color de tu flor.
Las estaciones se acabaron de repente.
Y hubo tiempo para que quedasen muchas cosas por hacer.
Te lo pido: no te apresures.
Hazlo.
Di una palabra amable
a los que aún viven.
Peter Sandelin (1930) Nació en Jakobstad, Finalandia. Publicó su primer
libro en 1951. Es uno de los grandes cantores de la naturaleza en la
década de los 60. Sandelin es hoy uno de los mejores representantes de
la poesía ecológica. Es también pintor.
Sobre su obra: http://www.sets.fi/forfattare/peter-sandelin/
“Ser poetas es como un temperamento”
LITERATURA › MIRTA ROSENBERG COMENTA EL NUMERO INAUGURAL DE LA REVISTA EXTRA/1.
LECTURAS PARA POETAS
“Ser poetas es como un temperamento”
“La poesía tiene muchas maneras” sugiere
el lema del primer número de la revista semestral que dirige la poeta y
traductora Rosenberg y que se presentará hoy a las 19 en La Casa de la
Lectura.
Por Silvina Friera
En: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-39634-2016-08-03.html
“Tome una palabra tome un par/ como huevos póngalas a cocinar/ tome un
pedacito de significado/ después de inocencia un buen bocado/ caliente a
fuego lento/ al fuego lento de la técnica/ cubra con la salsa
mistérica/ rocíe estrellas como pimienta/ y después, ¡a izar las velas!/
pero ¿adónde quiere ir?/ ¿a escribir? ¿en serio? ¿a escribir?”, se lee
en uno de los dos poemas de Raymond Queneau (1903-1976) que preludian el
inmenso placer de zambullirse en una diversidad de textualidades que no
suelen estar al alcance de la mano. “La poesía tiene muchas maneras”
sugiere el lema del primer número de Extra/1. Lecturas para Poetas, que
dirige la poeta y traductora Mirta Rosenberg, revista semestral que se
presentará hoy a las 19 en La casa de la Lectura (Lavalleja 924) junto
con los poetas que integran la revista: Liliana García Carril, Anahí
Mallol, Horacio Zabaljáuregui y Ezequiel Zaidenwerg. Esta nueva
publicación –que tiene la forma de un libro– incluye un dossier de
nuevos poetas mexicanos seleccionados por Zaidenwerg, un ensayo sobre
poesía y relaciones familiares del poeta estadounidense Robert Hass (San
Francisco, 1941), una entrevista a la poeta Denise León (Tucumán,
1974), traducciones de textos de Gertrude Stein (1874-1946) y James
Laughlin (1914-1997), un ensayo del poeta chileno Enrique Winter
(Santiago, 1982) sobre Íntegra, la obra completa de Gonzalo Rojas
(1916-2011), y “Traducir poesía”, un poema inédito de Rosenberg.
Qué sería de la vida de cientos de lectores sin las traducciones de
Rosenberg (Rosario, 1951) a poetas, narradores y ensayistas como Emily
Dickinson (1830-1886), Marianne Moore (1887-1972), Hilda Doolittle
(1886-1961), Elizabeth Bishop (1911-1979), Robert Lowell (1917-1977),
Seamus Heaney (1939-2013) y Cynthia Ozick, entre tantos otros. “La
revista está formada por un grupo de poetas y traductores que nos
reunimos los lunes en casa desde hace varios años a leer textos propios y
ajenos que algunos queremos compartir porque son muy buenos, porque son
curiosos, por lo que fuere, porque es poesía latinoamericana de la que
no se sabe nada, o porque son traducciones –cuenta la poeta a
Página/12–. Muchos de los que estamos en esta revista traducimos; la
traducción es una de las bases fundamentales, no sólo por mí. Como
poetas entendemos a todos los que leen poesía, no necesariamente que la
escriban. Ser poetas es como un temperamento; por eso la revista se
propone como ‘lecturas para poetas’”. La poeta y traductora define como
“extraordinario” el ensayo de Hass, “Familias y prisiones”, incluido en
el primer número de Extra. “A Hass lo conocí personalmente cuando fui a
Berkeley, donde él da clases. Yo ya estaba enferma, viajé en sillas de
rueda a dar clases. El me regaló su último libro What Light Can Do, y de
ahí saqué este ensayo que me gustó muchísimo porque atribuye el origen
de la literatura, no sólo de la poesía, a la familia. Me pareció que era
importante dar a conocer este texto. En eso se basa la revista: en
encontrar materiales que nos gusten mucho y traducirlos o compilarlos”.
En el indispensable dossier de poetas mexicanos hay poemas y
entrevistas a Luis Felipe Fabre (1974), Dolores Dorantes (1973), Óscar
de Pablo (1979), Paula Abramo (1980), Hernán Bravo Varela (1979) y
Javier Peñalosa (1981). Denise León, poeta tucumana, publicó su primer
libro Poemas de Estambul (2008) a los 34 años. Cuando le preguntan si es
una escritora tardía o se demoró en publicar, León responde: “Esa
pregunta me da risa. Siempre digo que yo nací vieja. (...) A mí me
sucedió el lenguaje. Pero demoré mucho en pensarlo como un oficio, o
como una profesión. Hizo falta que otros me dijeran aquí hay un libro
para que me decidiera a publicar”.
Rosenberg dice que Extra va a mantener las traducciones colectivas,
como la que hicieron García del Carril, Silvina López Medín y Mallol con
“Señorita Furr y Señorita Skeene” de Stein. “En ese texto aparece por
primera vez la palabra ‘gay’ como homosexual, que nosotras decidimos
traducir como ‘alegre’ todo el tiempo para que quedara tan raro como en
aquel momento la palabra ‘gay’”, explica la autora de los poemarios
Pasajes, Teoría sentimental, El arte de perder y Paisaje interior, entre
otros. “TRADUCIR POESIA, es una tarea de poetas,/ difícil pero posible.
Traducir poesía es necesario/ para leer a Homero si uno no sabe griego/
o a Dante cuando se ignora el italiano./ Traducir poesía es/
imprescindible/ para darle aire a la poesía en nuestra lengua, ahorrarle
tiempo,/ dejarle elegir/ su camino en la poesía universal, inventar. El
traductor, protegido/ como está/ por San Jerónimo de Estridón, e
igualmente expuesto/ a la misma fricción con la lengua que es el centro
de su labor,/ busca una tregua entre lo que el otro dijo y lo que digo
yo”. Este fragmento pertenece a una sección fija de la revista titulada
“La página maestra”. “Cada uno va a hacer la página maestra que quiera
–aclara la directora–. ‘Traducir poesía’ es un poema que está incluido
en un libro inédito, Cuaderno de oficio, que estoy escribiendo, donde
hablo de escribir y traducir poesía, que es otra manera de escribir
poesía. Tenía veinte años cuando empecé a traducir poesía. Y ahora voy a
cumplir 65, o sea que hace 45 años que traduzco la poesía que a mí me
gusta. Traducir es un gran placer, tiene que ver con escribir. Para mí
no hay una enorme diferencia entre escribir y traducir. Yo veo al buen
traductor de poesía como un autor. Lo que he traducido forma parte de mi
obra. Hacer la revista es como una especie de taller de trabajo, un
taller de poetas donde aprendemos y enseñamos”.
Imagen: Mirta Rosenberg
Vocación salvaje
-fragmento-
La consagración de H. D. Thoureau como clásico del naturalismo coincide
con una avalancha de libros en su estela. La llamada de lo salvaje
llega a las librerías
Por Francisco Ferrer Lerin
…
Dan O’Brien (Ohio, 1947) es biólogo y escritor; lo deja todo y se
instala en un rancho de Dakota del Sur donde constituye una institución
privada que se dedica a la proteción de los bisontes, publicando, a la
vez, uno de los paradigmas de la nature writing, la novela Los búfalos
de Broken Heart. Sue Hubbell (Michigan, 1935) es bióloga y bibliotecaria
en una importante universidad; bajo la influencia de la lectura de
Thoreau se instala, en compañía de su marido, en una solitaria y
destartalada granja en las montañas del Medio Oeste, y allí, en absoluta
soledad (su marido, al poco tiempo, vuelve a la civilización)
reconstruye su estructura vital con la ayuda de la contemplación de la
fauna y flora que la rodea; el libro fruto de esa beneficiosa estancia
es merecedor de que Le Clézio le dedique este comentario: “A menudo he
soñado con un libro en el que cupiera toda la Naturaleza (...) Creo que
Un año en los bosques de Sue Hubbell es ese libro”. Doug Peacock
(Michigan, 1942) fue Boina Verde en Vietnam y, a su regreso, no logró
insertarse en la sociedad civil, por lo que se retiró a una de las zonas
más apartadas de los Estados Unidos, los enclaves donde aún habitan los
osos grizzly, los mayores depredadores del continente americano y, con
ellos como única compañía en la inmensa soledad de las montañas del
Oeste, logró abandonar el alcohol y las pesadillas de la guerra, y
escribir esa prodigiosa narración que es Mis años Grizzly.
Texto completo en:http://cultura.elpais.com/cultura/2016/07/19/babelia/1468948394_848278.html
Imagen:
Varios picos de la cordillera Tenton, en el estado de Wyoming (Estados Unidos). Ansel Adams Getty Images
Péter Esterházy (1950-2016)
nagyon szeretlek...
Un idioma construido por metáforas
Lenguajes en el desierto
Por Sandra Cornejo
En: Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero46/idiometa.html
(Este breve ensayo, escrito en 2011 con motivo de analizar un breve
tramo de la obra del escritor húngaro fallecido ayer 14 de julio de
2016, es un mínimo homenaje a su obra y su persona).
***
Resumen: ¿Cómo logran ciertos escritores representar su versión de la historia circundante inmersos en un estado de opresión? ¿Puede narrarse un universo que socava/coarta la integridad física y mental, la libertad?
La idea es abordar una aproximación a la respuesta de estos
interrogantes mediante la lectura de un libro referente de la literatura
centroeuropea en tiempos de la intervención comunista en los países de
Europa Central: Pequeña Pornografía Húngara, obra del escritor Péter Esterházy que en los ‘80 agitó el mundo literario como pieza única en el ámbito marxista europeo.
Se intentará reflexionar acerca del papel que juega el lenguaje en un
sistema donde, según palabras del propio Esterházy, “hay que aprender a
leer entre líneas”.
INTRODUCCIÓN
Hace un tiempo, en una entrevista donde hablaba sobre la elaboración de su libro El puente que cruza la Luna
- dedicado a la muerte de su marido Raymond Carver - Tess Gallagher se
refería a esa experiencia como a una necesidad de bucear en “un lenguaje
hermético o misterioso”. “Con aquel libro -decía específicamente- sentí
que tuve que inventar de nuevo mi modo de estar en el lenguaje”. [1]
Si considero este comentario (más allá de mi adhesión o no a la poética
de Gallagher) es porque tiene una estrecha correspondencia con el tema
que rodearé: cómo hacer del lenguaje un vehículo de sentido cuando el
imperio de la realidad advierte un estado de desvalimiento ante dicha
posibilidad. Qué probabilidad existe de representar/expresar el dolor,
la sofocación, lo cuasi indecible. Cómo restaurar/se a partir de la
oscuridad, allí donde la palabra se escinde. Cómo y quién escribe sobre
esa especie de destino inconmensurable que le fue prescripto.
Sin presunción, las consideraciones expuestas en este escrito sólo
intentan vadear un sendero, esbozar ideas, y de ninguna manera
determinar un tema tan complejo y sinuoso.
"En lugar del jardín hay un desierto"
Los verbos auxiliares del corazón, Péter Esterházy
EN EL LUGAR DEL DESIERTO
El libro que sirve de excusa para pensar las ideas mencionadas, Pequeña Pornografía Húngara
[2]del escritor Péter Esterházy [3], se edita por primera vez en
Budapest en 1984. Ya desde el título, Esterházy apunta, mediante la
ironía, al sistema comunista de entonces: en húngaro, las iniciales del
título (Kis Magyar Pornográfia), coinciden con la sigla
KMP, en las que podría leerse de inmediato Kommunisták Magyarországi
Pártja, es decir, literalmente, Partido Comunista Húngaro. Esto ocurre
cuando dicho Partido aún tenía poder, si bien la etapa en la cual se
desarrolla KMP puede considerarse una época de transición hacia la
apertura que vendría con la caída del Muro de Berlín en 1989.
Fue ese uso elíptico de la lengua para representar una crudeza extrema
el camino que eligió o que le permitió a Esterházy hacer de su KMP una
parodia satírica de la dictadura, una burla tácita. En el libro, escrito
en cuatro capítulos, se describen anécdotas consideradas bromas
históricas, infinidad de interrogantes difíciles de contestar, retratos
de un tiempo presumiblemente perverso, comentarios y hechos y personajes
caricaturizados que pueden leerse en forma lineal o aisladamente y que
hacen de KMP un libro difícil y emblemático. Siempre en tono de broma,
alude e induce a imaginar aquello que no se podía describir o representar de otra manera.
Para enhebrar un panorama es de destacar que a Esterházy se lo ha
ubicado dentro de un grupo integrado por autores contemporáneos tales
como Péter Nádas, Peter Handke, Milan Kundera, Bohumil Hrabal, Imre
Kertész o Stephen Vizinczey, entre otros, hayan o no permanecido en su
tierra natal para desarrollar su escritura y hacer escuchar sus voces en
un marco cruzado por las cicatrices del totalitarismo. De ellos quizá
sea Esterházy uno de los más radicales, tanto por las temáticas que
aborda - de las que muy raramente se desprende lo regional, lo nacional y
lo familiar - como por su lenguaje, casi artesanal, en el que por
momentos las particularidades del idioma de su país y cierto argot
callejero, lo hacen difícilmente abordable, barrocamente húngaro.
Si bien la barbarie política del siglo, parafraseando a George Steiner, no convirtió a Esterházy en un exiliado o vagabundo,
a su modo, también él, debió “construir una casa de palabras” [4] para
sobrellevar un estado de escritura. Fue en esa búsqueda de maneras de
representar el devenir de su tiempo lo que hizo de la broma su idioma y
de la sátira un recurso.
Caben aquí dos aclaraciones a título informativo, una de ellas se
relaciona con la elección por parte del autor de la palabra
“pornografía”, además de que dicha palabra encaje en las siglas
mencionadas y que a partir de la misma se desarrollare la ingeniería del
texto. Según expresa Jesús Pardo, traductor al español del libro y
prologuista del mismo, la concepción de la pornografía plantea una
cuestión clave en la construcción de KMP. “La palabra pornografía -escribe Pardo- hace
pensar automáticamente en revistas con señoras en cueros. Pero la
pornografía, en griego: “Escritura sobre putas”, va más allá de tan
angosto concepto, y significa, también, y por encima de todo, errores y
embrollos políticos, y no sólo de hoy o de ayer. La pornografía, en una
palabra, es la gran estafa histórica impuesta a los húngaros por su
partido comunista, incluso teniendo en cuenta lo comedido y razonable
que fue éste bajo la férula de Janos Kadar. Es la idea misma de tener la
solución única de todos los problemas, la exclusión de cualquier otra
opción, lo que constituye pornografía, y esto el lector lo capta a
partir de la primera página”. [5]
Fue justamente bajo el régimen imperante entonces en los países de Centro Europa que la exclusión de cualquier otra opción
era la moneda corriente en casi todos los sentidos. Pero cuál era en
síntesis el escenario en el que Esterházy narra su KMP -y vaya aquí la
segunda aclaración que mencionaba-; para ponerlo en palabras del propio
autor, transcribo un comentario esclarecedor: “Cuando apareció Pequeña Pornografía en 1984 en Hungría - yo la había escrito entre 1982 y 1983, dice Esterházy - atravesábamos
el peor momento de aquella dictadura o “democracia” aparente de
entonces. “Soft” dictadura, le llamaban, suave, como si yo dijera “soft”
porno, que tampoco se puede traducir. En 1982 y 1983 parecía que esa
dictadura iba a durar para siempre. Comprendí en aquella época que el
idioma de una dictadura verdadera era callar y el idioma de una
dictadura “soft” o suave era la mentira, porque se puede hablar, pero
justamente de lo que es más importante no se puede hablar. Ahora,
mirando hacia atrás, estoy convencido de que la mentira es la palabra
más adecuada para describir ese sistema. Uno se pregunta entonces que si
todo es mentira, qué es lo que está pasando con nosotros, en qué se
puede creer. Estos interrogantes sugieren preguntas muy puntuales,
punzantes, acerca de nuestro rol, de nuestra actitud. Si todo es falso
entonces cómo encontrar en esa realidad de mentiras una oración
verdadera. Pequeña Pornografía es el libro del fracaso
de nuestra habla, porque si no puedes hablar de nada, tampoco puedes
decir que no puedes hablar. Esto significa que hay una verdadera
dictadura. En la soft dictadura sin embargo “algo” puedes decir: en
aquel entonces un buen libro no pudo hablar sobre lo esencial pero sí
pudo callar las cosas que quería decir, eso se notaba y de eso se
trataba Kis Magyar.” [6]
En ese marco de vaciamiento, donde la palabra apenas podía sostenerse ante el fracaso del habla, KMP
testimonia e interpreta aquello que se omite. Es el autor quien,
mediante el silencio o la falta, ironiza y sale al encuentro de un
estado de cosas, transcribiéndolas mediante la metáfora, resignificando
su situación de extrañeza. “Sólo un ser capaz de extrañarse puede tener
una actitud crítica frente al mundo” [7] escribe Esther Cohen, a lo que
agrego, también de otro texto de Cohen: “Si hay un espacio de
resistencia donde la necesidad de vivir se hace enfáticamente patente,
ese es el espacio de la escritura”. [8]
EN EL LUGAR DEL JARDÍN
Tal vez he buscado un atajo. He preferido tomar del seminario aquello
con lo cual desearía familiarizarme: la posibilidad de representar o
construir mediante el lenguaje una realidad rota, por llamar de alguna manera a aquella realidad que en su ajenidad nos desborda.
He iniciado estos apuntes con la declaración de una poeta, lo cual no
es casual. Creo que la poesía es el lenguaje más cercano a “esa especie
de lengua extranjera” con la que están escritos “los libros hermosos”,
como pensaba Proust, y amplío, siguiendo el hilo de Deleuze: “El
problema de escribir: el escritor, como dice Proust, inventa
dentro de la lengua una lengua nueva, una lengua extranjera en cierta
medida. Extrae nuevas estructuras gramaticales o sintácticas. Saca a la
lengua de los caminos trillados, la hace delirar.” [9]
Milan Kundera, estudioso también de estos vericuetos de la escritura,
ha interpretado, según su concepción, que el poeta -y aquí siempre estoy
intentando hablar de los “poetas necesarios” [10] como ha determinado Seamus
Heaney - es aquel ser que puede ver lo que está “ahí detrás” y cita un
fragmento del checo Jan Sjacel para ofrecernos un ejemplo bello de esa
definición: “Los poetas no inventan los poemas/ el poema está en alguna
parte ahí detrás/ desde hace mucho tiempo está ahí/ el poeta no hace
sino descubrirlo” [11]. Por supuesto, para redondear su idea, Kundera
resumirá que la obra de Kafka es la expresión más certera de ese ver ahí detrás, privilegio o don esencial de los poetas.
Kundera y Deleuze (junto con Octavio Paz, Beckett y otros) concuerdan
así en lo esencial: de alguna manera ambos encuentran en el escritor “un
vidente y oyente”, o viceversa (y naturalmente ambos ponen a Kafka en
un sitial de honor en tal sentido).
Para poder hablar en una dictadura “es imprescindible que nazca un
idioma construido por metáforas”, dijo una vez en su casa de Római
Fürdó, en las afueras de Budapest, el húngaro impertinente que Imre
Kértesz ha definido como “postmoderno” [12] (e Imre Kértesz sabrá por
qué lo dice aunque el impertinente no acuerde). En tal sentido,
Esterházy se vio obligado desde muy joven a hacerse de una lengua
peculiar para defender la lengua, o defenderse, lo cual es casi lo
mismo. Hizo de la metáfora una muralla y de las entrelíneas un entramado
de redes comunicantes. Prefirió el desfiladero de la paráfrasis para
contar los hechos, al abandono de su idioma. Supo profundamente que no
podría escribir en otra lengua más que la propia; entonces debió buscar
el resquicio de esa lengua para expresarse.
Un libro escasamente leído en castellano me lleva a pensar en la
posibilidad del lenguaje en épocas de sequía espiritual, de fisura. Un
libro que fue haciéndose a la par que fueron ocurriendo los hechos. Un
texto que pretendió decir lo que no se podía. O testimoniar lo acallado.
O relatar, en medio del estómago revuelto que entonces era la patria,
de una manera sesgada, esa patria.
No puedo evitar aquí traer a escena un texto leído y cotejarlo con KMP. Hemos analizado en el seminario el relato Nadie nada nunca
[13]de Juan José Saer [14], alguien que ha expresado como pocos su
intento constante -según sus propias palabras- de "combinar poesía y
narración". El lenguaje abordado precisamente en ese libro,
fundado en un contexto de represión y censura, se convierte también en
un testimonio solapado, en un acoplamiento de entrelíneas tal como
Esterházy experimentara con su obra. Ambos escritores se recuestan en un
balbucir, en un decir sin decir, en un deslizarse sobre el lenguaje en
el filo peligroso de la falta donde sólo el saltar en brazos de un nuevo alfabeto, salva. En una nota publicada en Radar Libros en junio de 2005, Leonardo Moledo dice sobre Nadie nada nunca:
“tardé en comprender la clave cierta, irremediable y triste de esa
literatura engañosa, en la que todo es mentira; nada se muestra y todo
se oculta, a fuerza de repetición los signos pierden sentido y
significado, y se desnudan como lo que son; signos verdaderamente
vacíos.” [15]
Vacíos. Huecos. “Elementos de indeterminación” [16] del texto que
requieren de la imaginación (e intervención) del lector. El escritor, o vidente, observa lo que hay ahí detrás y nos lo aproxima, metamorfoseado, para que demos cuenta de ello. Construye un mundo paralelo al mundo re-describiendo la realidad [17]. Es de alguna manera nuestra elección seguir esas huellas que dejan en el texto, observar el otro lado del residuo transcripto.
“Inventar de nuevo mi modo de estar en el lenguaje”, explicaba Tess
Gallagher ante la necesidad de poner en palabras la muerte del ser
amado. “Aprender a leer entre líneas” insistía Esterházy frente a la
amenaza de leer/escribir/describir en un sistema totalitario.
“Transcurre un instante en el que ningún instante transcurre” narraba
Saer en Nadie nada nunca. Maneras de reformular el mundo propio y ajeno cuando ocurre que nos despertamos y de pronto en lugar del jardín hay un desierto, como ha escrito Esterházy en ese bello libro llamado Los verbos auxiliares del corazón.
Nadie queda exento de encontrar un desierto en un jardín, ante esa
posibilidad, el tema es qué se hace con esa áspera circunstancia entre
las manos, cómo se instala el oyente dentro de esa sonoridad de lo baldío.
“La diferencia entre la palabra y la escritura es la falta -escribe
Derrida- la cólera de Dios que sale de sí, la inmediatez perdida y el
trabajo fuera del jardín. “El jardín es la palabra, el desierto,
escritura. En cada grano de arena nos sorprende un signo”. [18]
La memoria y su arcilla afloran para reinventar un mundo, los surcos de esa memoria sostenidos por los libros que han rondado el desierto, que han permitido que las frases vayan encontrando su cauce en un fracturado derrotero, permanecen. Ante el temor del “inmenso abismo negro” del que daba cuenta Erich Fromm en Miedo a la libertad, ciertos escritores prefirieron el momento justo del salto. Ellos, como tantos otros luego de Auschwitz, no pudieron evitar dar testimonio, lo cual, claro está, no garantiza nada, salvo, el inmenso ejercicio de la libertad espiritual del ser humano.
Y para finalizar, cito el fragmento con el cual Peter Handke inicia su libro La tarde de un escritor:
“Desde que una vez vivió convencido, durante casi un año, de que había perdido el habla, cada frase que el escritor anotaba, y con la que incluso experimentaba el arranque de una posible continuación, se había convertido en un acontecimiento. Cada palabra no pronunciada pero hecha escritura traía las demás, y él respiraba sintiéndose de nuevo unido al mundo; únicamente con uno de esos apuntes logrados, empezaba el día para él, y entonces se encontraba a salvo, o así lo creía, hasta la mañana siguiente.” [19]
Será esta certeza indispensable del hecho escritural para quien escribe, lo que lleva a Esterházy a afirmar, en una de las partes centrales de Pequeña Pornografía Húngara: “Y yo entonces eché a mi amigo, lenta, suavemente, de mi casa, porque quería trabajar, y cuando me pongo a trabajar, siento crecer en mí el amor”.
Bucear en el lenguaje para poder respirar fuera de él, de eso, parecería tratarse algo semejante a un idioma construido por metáforas.
Notas
[1] Apablaza, P. La vigencia de un cuentista delicado. En adnCultur, diario La Nación. Septiembre 2007.
[2] Esterházy, P. 1992. Pequeña Pornografía Húngara. Madrid. Santillana (Alfaguara).
[3] Péter Esterházy (Budapest, 1950) escritor húngaro. Estudió
matemáticas en la universidad ELTE de Budapest de 1969 a 1974; y sus
primeros escritos se publicaron en publicaciones literarias en 1974.
Trabajó como matemático de 1974 a 1978 y se dedicó sólo a la literatura a
partir de 1978. El apellido Esterházy es bastante conocido por provenir
de una de las familias aristocráticas húngaras más importantes desde el
siglo XII. Su obra más conocida es Armonías Celestiales de 2000. En
ella, aparecen alusiones a sus ancestros desde el imperio astrohúngaro
hasta la llegada del comunismo. Su novela, Edición revisada (Javított
kiadás, 2002), se centra en la búsqueda de la actividad de su padre como
policía secreto del régimen comunista. Sus libros se han traducido a
más de 20 lenguas, y ha recibido numerosos premios en varios países.
[4] George Steiner, Extraterritorial, Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2000.
[5] Esterházy, P, o.c., p 8.
[6] Cornejo, Sandra, “El húngaro impertinente”, en El País Cultural, N° 460, agosto de 1998
[7] Esther Cohen, Con el diablo en el cuerpo. Filósofos y brujas en el Renacimiento, Taurus/UNAM, México, 2003
[8] Ver en http://www.fractal.com.mx/F34Cohen.html
[9] Gilles Deleuze, Crítica y Clínica, Anagrama, Colección Argumentos, Barcelona, 1997.
[10] Seamus Heaney, Al buen entendedor, ensayos escogidos, Fondo de Cultura Económica, México, 2006.
[11] Milan Kundera, El arte de la novela, TusQuets editores, Barcelona, 1987.
[12] Ver en http://cronicashungaras.blogspot.com/
[13] Juan José Saer, Nadie nada nunca, Editorial Planeta/Seix Barral, Buenos Aires, 2000.
[14] Juan José Saer, Santa Fe, 1937-2005. Fue profesor de la
Universidad Nacional del Litoral, donde enseñó Historia del Cine y
Crítica y Estética Cinematográfica. En 1968 se radicó en París. Su vasta
obra narrativa lo ha llevado a ser considerado una de las máximas
expresiones de la literatura latinoamericana.
[15] Ver en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/subnotas/1613-219-2005-06-20.html
[16] W. Iser, “El proceso de la lectura: un enfoque fenomenológico” en
J.A. Mayoral, Estética de la recepción, Madrid, Arco, 1987.
[17] Mario Presas, Revista Latinoamericana de Filosofía, Vol XVII, N°2, 1991.
[18] Jaques Derrida, La escritura y la diferencia, Anthropos editorial, Barcelona, 1989.
[19] Peter Handke, La tarde de un escritor, Alfaguara, Madrid, 1995
© Sandra Cornejo 2011
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
El URL de este documento es http://www.ucm.es/info/especulo/numero46/idiometa.html
César Vallejo
de Poemas Humanos
Los nueve monstruos
Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.
Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!
Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.
Crece la desdicha, hermanos hombres,
más pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece
con la res de Rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propios líquidos,
con propio barro y propia nube sólida!
Invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,
el ojo es visto y esta oreja oída,
y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto, y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito.
El dolor nos agarra, hermanos hombres,
por detrás, de perfil,
y nos aloca en los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar...
Pues de resultas
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más).
Y también de resultas
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardido!
¡Cómo, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombres humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer.
César Vallejo. (Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938). Poeta peruano,
una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX.
Este poema pertenece a su libro Poemas humanos (1939).
Imagen: César vallejo en el parque.
Yves Bonnefoy
El poeta que hizo de la memoria un país
Por Arturo Carrera
En:http://www.lanacion.com.ar/1914897-yves-bonnefoy-el-poeta-que-hizo-de-la-memoria-un-pais
Anteayer, a los 93 años, murió uno de los mayor poetas franceses del
siglo XX, Yves Bonnefoy. Había nacido en 1923, en Tours. Estudió
matemáticas y filosofía, pero pronto se trasladó a París y se dedicó a
la poesía. Fue candidato al premio Nobel por su obra poética pero
también por su labor como crítico de arte y traductor. Escribió más de
cien libros, que se tradujeron a una treintena de idiomas. Por ellos
recibió, entre otros premios, el Goncourt en 1987 o el de la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) a las lenguas romances en
2013.
En primera persona
Enterado de la reciente muerte "real" de Bonnefoy, pienso otra vez,
busco decir otra vez, lo que su poesía es para mí. Lo que me hizo
acercar a un lugar de evidencia: la traducción.
¿Pero cómo fue, si siempre lo que busqué fue traducir a un poeta único,
al mismo Yves Bonnefoy? ¿O acaso porque él reunía la esperanza de poder
llegar a hacer un habla con lo que habría sido en un comienzo una
sílaba, borradas letras, una palabra desconocida, un rostro bajo la
lluvia, un copo de nieve, un instante?
Y comenzar a traducirlo fue comprender imperfectamente, y buscar el
sosiego de esa incomprensión en mi experiencia con las palabras, en mi
propia "escritura". De modo que es con nuestra propia vida -lo que ella
supone de riesgo en la inexactitud- como traducimos y leemos la poesía.
Pasada la gran primera época de su poesía -libros tales como Del
movimiento e inmovilidad de Douve, Ayer reinante desierto, Piedra
escrita y En el señuelo del umbral-, es en La vida errante donde
recomienza sin duda su nuevo drama. En poemas que recogen de los
primeros momentos de su obra toda la intensidad y la música, Bonnefoy
retoma con más fuerza todavía ese acometimiento de la invención del
lugar, de la permanencia en un mundo vislumbrado como arrière-pays (que
podemos intentar traducir como transtierra o transpaís o el más
definitivo ultramundo).
Es en Comienzo y fin de la nieve, en La lluvia de verano y en Las
tablas curvadas, donde Bonnefoy sin vacilar, pero convenciéndonos, nos
conduce a lo que entrevió como su verdadero paraíso: su memoria, su
infancia, su obsesión; piedras y agua en una especie de sobrenaturaleza.
País simultáneo que encuentra en algunos momentos de la pintura
italiana del Cuatrocientos, en la arquitectura de Palladio, en las
perspectivas de Brunelleschi y Alberti; en la tumba de Gala Placidia, en
Ravena; o simplemente en el callejón sin salida de sus dos versiones de
la Rue traversière de su Tours natal que concluye: "A los demás -y que
sea la escritura, despliegue del ala, a veces -uno les debe el sentido".
Que sus palabras permanezcan.
(Arturo Carrera es poeta y traductor)
Imagen: Yves Bonnefoy
Una poética del recogimiento
sobre "Kyrios"de Diego Roel
Por SANDRA CORNEJO
en: http://www.eldia.com/septimo-dia/una-poetica-del-recogimiento-145898
“Kyrios” es un libro que desde el título refiere al concepto de Dios.
Es un libro cuyo tono devocional indaga sobre lo absoluto entre los
infinitos celestiales. Para esto, el autor retoma la alegoría de los
místicos cristianos, les confiere una voz lúcida y los ubica en un
espacio/tiempo terrenales y, de alguna manera, próximos. Ellos,
criaturas de adoración y sacrificio, seres de otro orden dentro de este
mundo, transcriben mediante la palabra aquello que experimentan y que
nosotros apenas podemos percibir. Contemplativos, eremitas; alaban,
recuerdan, veneran.
La poesía de Diego Roel, desde su primer libro, “Padre Totem”, se
desliza por un sendero que va bordeando lo devocional hasta fundirse en
la plegaria a partir de “Vía Lucis”. Surge, así, a mi entender, una
poética del recogimiento, una poética que implica un Universo en el que
ciertas almas, en la más pura y nocturnal soledad, indagan, dialogan,
inquieren. Hay, en esta lírica sublunar, un peregrinaje desde las
cavernas del ser, a través del desierto, a través de la noche oscura, a
través de las erosiones que el dolor imprime en la carne. Hay, en esta
poética, un estado de adoración, de asombro, y un sentimiento de
orfandad que sólo un “otro divino”, conforta: ese estado de adoración es
lo que salva.
Santos, visionarios, eremitas, abades y abadesas, madres (ammas) y
padres (abbas) reflexionan acerca de la vida y de la muerte en “Kyrios”
y, como escribe Gerardo Burton en el prólogo del libro, eligen diversas
formas de vida para ir al encuentro de Dios. Así, San Pablo el ermitaño,
San Juan estilita, Amma Sara, San Simeón el Loco o Santa Juliana de
Norwich huyen del mundo y acuden al llamado, vislumbrando la eternidad.
Observamos aquí la sabiduría cristiana expresada en su máximo grado de
beatitud y despojo, otra vez en la fuente, religada a la creación.
En la línea de Rimbaud, Rilke o Blake, Roel construye una cosmovisión de lo insondable donde “un abismo llama a otro abismo”. La estremecedora zozobra de la existencia humana encuentra su cauce y ante lo más hondo, se plantea la posibilidad de la luz. Errantes que caminan hacia lo Uno del Señor, con sus fragmentos reuniéndose y brotando Gracia.
En medio del ruido ensordecedor de las ciudades, del vértigo deshumanizante de las nuevas tecnologías, bienvenido este pequeño libro cuyo lenguaje, que rompe la sintaxis del devenir, llama a la introspección creativa y a la mejor de las rebeldías: ser un faro en medio del caos.
"Arropar a la madre"
sobre "Lucía sin luz"de Gustavo Caso Rosendi
Por Sandra Cornejo
En:http://www.eldia.com/septimo-dia/arropar-a-la-madre-144214
El nacimiento (el lugar de la madre), ese territorio del cual nunca podemos desprendernos (ni aún envejecidos), es el espacio al que regresa Gustavo Caso Rosendi para empezar a reparar una historia. Recuerda y, al recordar, va enmendando un lazo cuyo cordón anuda mucho más allá de los años.
Mientras leo “Lucía sin luz”, su reciente libro, no puedo evitar la aparición inconfundible de otra obra de arte sobre el mismo tema: “Madre e hijo”, un film del ruso Aleksandr Sokúrov. En el film, de neblinosa fotografía, de largos silencios, de profundos contactos y descarnada ternura, se transita la reunión de dos seres preparándose, en absoluta soledad y despojo, para la despedida. Como en el film, en este libro, el hijo arropa a la madre, le canta una nana, la acuna. Aquí, sin embargo, el hijo ha sido siempre el padre de la madre, porque la madre (que fue todo el mundo para el hijo) lo dejará desde muy temprano con sus dudas, sin certezas, sin indicios.
Desde una constelación de palabras, quien ya es un hombre le pregunta a la madre: “¿A dónde queríamos llegar que no hemos llegado?” Es el tiempo de la enfermedad, de la vejez. Sin lucidez, caminan juntos “con dificultad de siameses”. Van de cueva en cueva, con los interrogantes que inquietan al hijo, mientras arrulla, mientras inventa una escafandra o una pala, y cava en la memoria, para que la madre vuelva a estar y sea hermosa.
En este libro estremecedor, Gustavo Caso Rosendi transforma lo que no fue un encuentro en la vida en un reencuentro en la escritura. Como en “Soldados”, y ya convertido en un poeta de la primera línea de su generación como apunta Leopoldo Castilla, en “Lucía sin luz”, otra vez, el sufrimiento lo lleva a abrigarse con la poesía. Se expone con total orfandad frente a la vida y la muerte, ante las últimas preguntas, cuando sólo una imagen, un gesto, un tono, pueden responder. La complicidad del instante. La levedad.
Una relación compleja se torna en este libro un canto. Un canto agrio, oscuro, pero canto al fin, hondo, inagotable. Ante la pérdida, ante el vacío de lo que estuvo y ya no está, el hombre que fue el niño, el hijo que fue el padre, se resguarda en una poética de enorme claridad. Proclama lo perenne sobre lo hostil. Escribe porque necesita del abrazo, porque ante el muro, con esmero, gesta con su lenguaje un árbol, un jacarandá, sobre cuyas ramas verá la sonrisa de su madre, que es decir el sol.
Imagen: Gustavo Caso Rosendi
Marta Cwielong
poema
en mi sangre
habitan bestias
que burlan la apariencia
en mis pies hay huellas
hambre
hoy me atrevo
a leerte un poema
desnuda
en una ciudad desconocida
desnuda
con un libro en la mano
desnuda
para bailar
Poema leído por la autora en el cierre del XI FIP BaAs 2016
http://festivalpoesiabsas.com.ar/wordpress/
CWIELONG, Marta (Buenos Aires, Argentina). Poeta. Ha publicado loa poemarios Razones para huir, De nadie, Jadeo animal, Morada (Valencia, España), Pleno de ánimas, Las vírgenes terrestres y La orilla (Ediciones del Dock, colección Pez náufrago 2016). En 2015 presentó Observación de poetas latinoamericanas - trabajo de investigación y creación en colaboración con Marlene Zertuche- editado en México y presentado en Uruguay. Su poesía ha sido traducida al catalán, polaco y francés. Colabora con la revista literaria ‘La Guacha’.
XI Festival Internacional de Poesía de Bs. As.
Junio 2016
XI Festival Internacional de Poesía de Bs. As. (FIP)
Del 7 al 11 de junio se realizará la XI edición del Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires, en el CCK, según informó su directora, la poeta Graciela Aráoz.
Integrado como siempre el Movimiento de Poetas del Mundo, Word Poetry Festival, crea la impronta de estos festivales que se realizan en el mundo. El de Buenos Aires es considerado por la prensa especializada como el tercero más importante. Ya están confirmados más de veinte países y Rusia y El Líbano participarán por primera vez. Como es su costumbre, poetas de diferentes provincias argentinas y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, participarán mezclando tendencias estéticas y generacionales. Habrá instalaciones, integración con otras artes, performance, cantautores, artistas visuales, y en especial la interacción con los amantes de la poesía.
La Escuela de Poesía, la tercera en el mundo, ya tiene abierta sus inscripciones para los talleres informales con propuestas desestructuras que los poetas de otras partes del planeta nos proponen. Será una fiesta para disfrutar y gozar de la buena poesía.
En esta ocasión participan: Thomas Boberg (Roskilde-Copenhague, Dinamarca), Osvaldo Bossi (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina), Mireia Calafell (Barcelona, España), Giovanni Catelli (Cremona, Italia), Rebeca Chambi (Jujuy, Argentina), Benjamín Chávez (Santa Cruz, Bolivia), Sandra Cornejo (Buenos Aires, Argentina), Marta Cwielong (Buenos Aires, Argentina), Lina Ekdahl (Goteborg, Suecia), Jorge Fondebrider (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina), Laura García del Castaño (Córdoba, Argentina), Berta García Faet (España - Rhode Island, EEUU), Ana Guillot (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina), Sasja Janssen (Amsterdam, Países Bajos), Dmitry Legeza (San Petersburgo, Rusia), Florencia López (San Luis, Argentina), Elisa Lucinda (Río de Janeiro, Brasil), Giorgio Luzzi (Torino, Italia), Andrés Montenegro (Buenos Aires, Argentina), Moon Chung-hee (Seúl,Corea del Sur), Hugo Mujica (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina), Adnan Özer (Estambul, Turquía), Julio Pirrera Quiroga (Buenos Aires, Argentina), Mirta Rosenberg (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina), Julio Salgado Yuyutsu Sharma (India - Nueva York, EEUU), Numy Silva (Misiones, Argentina), Kentaro Tanaka (Toyama, Japón), Serge Patrice Thibodeau (Moncton, Canadá), Malú Urriola (Santiago, Chile), Minerva Margarita Villareal (Nuevo León, México), además de Gabo Ferro, Eugenio Mandrini, Claudio Lomenzo.
Los poetas del mundo se reúnen una vez más en Buenos Aires, nada mejor que compartir las palabras del Premio Cervantes, Antonio Gamoneda: “Los escritores amamos la paz. Y el dolor planetario nuestro lenguaje (naturalmente, no hablo solo de la escritura poemática), ha de ser poética y moralmente subversivo. Y nuestra conducta. El sufrimiento por causa social es nuestro sufrimiento y penetra nuestra conciencia, que creación literaria que no lleve consigo conciencia no es creación”
Sitio del FIP: www.festivalpoesiabsas.com.ar
Anselm Grün
en Buenos Aires
La espiritualidad de Anselm Grün ilumina Buenos Aires
por Ramiro Barreiro
en: http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/27/actualidad/1461789546_613693.html
El teólogo alemán que recomienda Francisco se presenta en la Feria del Libro
¿Es Argentina la tierra de la espiritualidad? ¿O será lo que la
realidad impone? La consolidación de un Papa argentino y la victoria
política de Cambiemos, un partido con gurúes y 'buena onda', pueden
provocar efectos en ese sentido. O bien, ¿será que los argentinos buscan
algo más que religión? Lo concreto es que toda película, libro o evento
que haya sobre el tema consigue, en poco tiempo, miles de adeptos.
En este caso, la gracia popular iluminó al monje benedictino alemán
Anselm Grün, quien presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires su
último libro “Lo que creemos, espiritualidad para nuestro tiempo”. Lo
acompañó el religioso austríaco David Steindl-Rast, promotor del diálogo
budista cristiano. Grün es teólogo, ha escrito unos 450 libros
traducidos a 30 idiomas y el propio papa Francisco recomienda sus
libros.
Más de 650 personas colmaron el auditorio José Hernández de la Feria
para oír a este gurú que no se encierra en la religiosidad sino que
incorpora aspectos que pertenecen a la psicología. Nació en las
postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Dice que escribe 3 veces a la
semana, entre las 6 y 8 de la mañana. Una de las tiendas que ofrece sus
títulos en la Feria dijo que había vendido "unos 50 libros por día
pero, si contamos solamente el día de hoy, se han vendido 200”. El valor
de los textos oscila los 7 dólares.
“Del hombre contemporáneo me preocupa que con tanto activismo no tiene
tiempo de detenerse y eso es necesario para mirar hacia adentro y en esa
acción encontrar un sostén; porque el que no se detiene vive
determinado por elementos exteriores”, enfatizó Grün mientras muchos
móviles todavía sonaban en el recinto.
“El ego necesita mostrarse a sí mismo que en realidad puedo vivir sin
los demás y, en realidad, lo que hace es una representación”, afirmó.
“Si voy dentro mismo de mi propio ser, me daré cuenta que sólo soy yo
con el otro. La psicología dice que la enfermedad de nuestro tiempo es
la falta de relacionamiento. Existen dificultades para relacionarse
porque muchos tienen miedo de perderse en esa relación”, agregó.
Valeria tiene 22 años y dice no entender “nada de espiritualidad”, pero
se acercó a la Feria para acompañar a su madre, fiel seguidora del
monje alemán. “A pesar de que no soy lectora de sus libros ni lo sigo
personalmente creo que esta bueno la relación con la psicología; lo tomo
como una apertura de la religión y eso lo hace menos fanático”,
enfatizó la joven. “Ahora mi mamá me regaló uno de sus libros y lo voy a
tener que leer”, aceptó entre risas.
Josefina e Inés son madre e hija y ya conocían a Grün. “Es dueño de una
gran espiritualidad que hace que uno descubra cosas de sí mismo, cosas
que te elevan y te enriquecen. Nos vamos muy satisfechas y en paz”,
coincidieron las mujeres. Ya esas alturas los teléfonos móviles habían
dejado de sonar.
Imagen:
Ricardo Ceppi
Ante lo inminente
"Diario de inminencia"(El Día-La Plata)
Ante lo inminente
(En: http://www.eldia.com/septimo-dia/ante-lo-inminente-129838)
Ver en perspectiva un tiempo difícil de observar, y escribirlo. Para
curar, para dejarlo atrás. Hacer poesía a partir de un tramo neblinoso
de la historia personal y colectiva. De esto se trata “Diario de
inminencia”, nuevo libro de la escritora platense Genoveva Arcaute que,
al explorar los sucesos ocurridos en los años 70 en nuestro país, pone
en la balanza lo bueno y lo malo, sin disimulos.
Trae al presente las marcas de los huesos y otorga encarnadura a la
memoria. Con un lenguaje sólido, cuidado, Arcaute rememora en tercera
persona cierto recorrido como alumna y docente de Letras en aquellos
años oscuros. Pone palabras y amor en jóvenes que, lanzados al sueño,
sólo propiciarían la trama del desencanto; es así como, por ejemplo, una
misma noche “de creedence y cachorros”, irían a “un velorio de cajón
cerrado”.
“Quién sabe dónde/cuándo/contra qué”, se pregunta la autora. “Callar se
hace imposible” y, sin embargo, “hablar está prohibido”, nos dice. Esos
chicos solos con sus libros, sin padre ni madre, arden y velan. En las
vísperas, una juventud que entre los pliegues (como diría la escritora
Fernanda Castell) busca el sentido, se va deshaciendo ante lo imposible.
Arcaute, siempre en un borde, o, preferiría decir, en un umbral, ya
desde “Mandorla”, su primera novela, se cuela entre los géneros para
enhebrar una voz propia, una lengua particular, cuyo trazo personal
implica el cruce entre lo narrativo y lo poético. Esto envuelve al
lector, en cada abordaje de sus textos, en un encuentro indeterminable,
incierto y por lo tanto rico. Poesía, no lirismo, en este libro cuyos
poemas son pequeñas construcciones que dialogan, unos con otros,
buscando la respuesta y sentando el precedente de lo vivido.
Sandra Cornejo
Imagen: Genoveva Arcaute
Inés Manzano, poeta
Inés Manzano se ha ido de aquí. Poeta argentina, bibliotecaria,
anarquista. El empeño, el amor y la paciencia que puso en la poesía y en
todo lo que hizo, fueron admirables. Como mínimo homenaje, dos poemas
de su libro si es puñal que me mate (Papeles de Boulevard 2011).
Dijo Gerardo Burton sobre su poética: “Los de Inés Manzano son poemas
compuestos desde el desamparo, la exclusión, la marginación. Son la
mirada del Otro, que observa desde una situación de indefensión
estructural y estructurada, desde una palabra escamoteada y desde
imágenes distorsionadas por exageración (hiperbolización) o por casi
omisión (diminutivos). Las preguntas, los interrogantes suponen un
monólogo que instala justamente esas preguntas en la interpelación ética
(¿la justicia, la equidad, la solidaridad?). ¿Dónde está ese universo
que se suponía común, que era “lo dado”? En realidad, es lo robado, lo
saqueado: tanto el universo de la infancia como el de la familia, como
el del amor.”
Brian
Quisiera devorarme
este pan de los libros
y olvidarme el delantal
arrugado en un pupitre
ya que no tengo
el pan de tu ternura
ni arrugas en la frente
que me indiquen
lo que debo olvidar
Laila
Por favor no me mires
mientras yo me destrozo
la cabeza
o sí
mirame
llevame de la mano
a la terraza
para que yo me tire
aquí están mis hermanas con
las muñecas rotas y las muñecas
rotas
miralas
miralas
ah y no me retes
si me olvido
el cuaderno
en la mochila
todo está en mi memoria
no te aflijas
Mary Oliver, para estos días
poemasGansos salvajes
No tienes que ser bueno.
No tienes que caminar cien millas de rodillas
a través del desierto, arrepentido.
Sólo tienes que dejar que el animal suave de tu cuerpo
ame lo que ama.
Háblame de la desesperanza, la tuya, y yo te hablaré de la mía.
Mientras tanto el mundo sigue.
Mientras tanto el sol y las claras piedritas de lluvia
se están moviendo por los paisajes,
sobre las praderas y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto los gansos salvajes, altos en el aire limpio y azul,
se dirigen a casa otra vez.
Quien quiera que seas, no importa cuan solo,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como los gansos salvajes, rudo y emocionante,
anunciando una y otra vez tu puesto
en la familia de las cosas.
Paisaje
¿No está claro que las camas de musgo,
a excepción de no tener lenguas, podrían dar charlas
todo el día, si quisieran, acerca
de la paciencia espiritual? ¿No está claro
que los cedros negros junto al camino están parados
como si fuesen las flores más frágiles?
Cada mañana camino por aquí
hacia la laguna, pensando: si las puertas de mi corazón
se cierran alguna vez, me doy por muerta.
Cada mañana, hasta el momento, he estado viva. Y ahora
los cuervos se rompen del resto de la oscuridad
e irrumpen en el cielo, como si
durante toda la noche hubiesen meditado
lo que les gustaría que fuese su vida, y hubiesen imaginado
sus fuertes y densas alas.
"Mary Oliver no busca sentenciar destino alguno o distinto para nuestra
especie. Su aliento suave, fresco sólo pretende dejarnos una palabra
llena de sentido, hecha con música, sencilla y directa. Alicia Torres la
traslada al español desde el libro New and Selected Poems (Beacon Press, Boston, 1992) y nos ofrece sus señas literarias". Chema Madoz
"Saber mirar es una obligación que tenemos con nosotros mismos. Saber
mirar con ternura y expresarlo en imágenes es uno de los privilegios del
poeta. Mary Oliver (1934) es quizás una de las miradas más profundas y
tiernas sobre el mundo natural que he encontrado. Lo hace pensar a uno
en Robert Frost y esos poetas que pueden ver cómo lo creado es un
símbolo que está siempre apuntando más allá de sí mismo, sin dejar de
ver íntimamente la individualidad del sujeto contemplado, que en este
caso es siempre la naturaleza. Esa mirada, la consistencia de su tono y
la precisión de su lenguaje la sitúan como una de las mejores poetas
norteamericanas. En 1984 ganó el Premio Pulitzer con su poemario American Primitive".
Erri de Luca
Mamma Emilia
En ti he sido clara, huevo, pez,
las eras inconmensurables de la tierra
he cruzado en tu placenta,
fuera de ti me han contado por días.
En ti pasé de célula a esqueleto
agrandándome un millón de veces,
fuera de ti el acrecimiento ha sido inmensamente menos.
Me escabullí de tu plenitud
sin dejarte vacía porque el vacío
me lo llevé conmigo.
Vine desnudo, me tapaste
así aprendí desnudez y pudor
la leche y su ausencia.
Me has puesto en la boca todas las palabras
a cucharaditas, excepto una: mamá.
Ésa se la inventa el hijo chasqueando los dos labios
ésa la enseña el hijo.
De ti he tomado las voces de mi lugar,
las canciones, las injurias, los conjuros,
de ti escuché el primer libro
tras la fiebre de la escarlatina.
Te he ayudado a vomitar, a freír las pizzas,
a escribir una carta, a encender un fuego,
a acabar el crucigrama, te he vertido el vino
y he manchado la mesa,
no te he puesto un nieto en el regazo
no te he hecho llamar a una cárcel
todavía no,
de ti he aprendido el luto y la hora de dejarlo,
a tu padre me parezco, a tu hermano,
no he sido hijo.
De ti he recibido los ojos claros
no su peso
a ti te lo he ocultado todo.
He prometido quemar tu cuerpo
no dárselo a la tierra. Te daré el fuego
hermano del volcán que nos orientaba el sueño.
Te esparciré en el aire tras un aguacero
a la hora del arco iris
que de par en par te hacía abrir los ojos.
(Poema publicado en El contrario de uno, Siruela, 2005.Traducción de Carlos Gumpert).
Piedad Bonnett
Poesía
Piedad Bonnett: “He visto mi voz hacerse diferente”
por Berna González Harbour
El único miedo que le queda hoy a Piedad Bonnett es que la poesía la
abandone. Tras sufrir la muerte de su hijo en 2011, relató los
pormenores de su dolor, la impotencia ante la enfermedad mental que
padecía y el rebobinado inevitable y masoquista en busca de los porqués
ya inútiles de su suicidio en Lo que no tiene nombre (Alfaguara, 2013),
un libro delicado, sensible y nada morboso sobre lo que pasó. Lo difícil
lo hizo fácil.
Aquello bloqueó su vida y su poesía, y Piedad Bonnett (Amalfi,
Colombia, 1951, premio Casa de América de Poesía Americana 2011) apenas
ahora está consiguiendo volver al verso. “Escribir me ayuda a curarme y a
comprender”, asegura. Acaba de publicar su Poesía reunida (Lumen), un
libro que le propuso la editorial para agrupar su obra y que la ha
obligado a revisar todas las poesías de su vida. Por el camino ha
encontrado las grietas. “He visto que he envejecido. He visto mi voz
hacerse diferente”. Charla sobre ello en Cartagena de Indias (Colombia).
PREGUNTA. ¿Poeta o poetisa?
RESPUESTA. ¡Poeta mejor! No sé por qué la palabra poetisa se ha
asociado a recitadora con un tinte un poco ridículo y la palabra poeta
me parece muy bonita. Sacerdotisa es linda pero poetisa, por alguna
razón, no.
P. ¿Y más poeta o novelista?
R. Me siento más poeta. La novela es una pasión, yo desde adolescente
quería ser novelista, pero no tengo una cantera de cosas que contar, no.
Me gusta la literatura donde no pasan muchas cosas: Proust, por
ejemplo, pausado, delicado. Me gustan las novelas con componente
poético. Ahora John Banville, o antes Nabokov. Lo único que no me
gustaría en la vida es que la poesía me abandonara, ya sabes que no es
que uno deje la poesía, sino que de pronto la poesía te abandona.
P. ¿O te visita?
R. O te sigue visitando, sí. Mientras la vida no esté alienada nos
puede visitar la poesía. Tu cabeza necesita el silencio suficiente para
que llegue la poesía.
P. ¿La poesía entonces llega, no se busca?
R. Sí, pero comienza en la mirada, es una forma de mirar que vas desarrollando.
P. ¿Con una palabra, con una idea? ¿Cómo comienza una poesía?
R. Con una percepción de sentido, algo que tiene un sentido
trascendente y que jalona inmediatamente el lenguaje. Hace unos días me
visitó una conocida para hablar de un proyecto. Yo sabía que ella
también había perdido a un hijo, charlamos en la cocina de su proyecto y
en un momento le pregunté por su duelo. Fueron cinco minutos, pero al
tercer día me vino un verso: “Una cocina puede ser el mundo”. La poesía
viene y reside en el lenguaje. Aparece ese verso que encierra una
promesa y es como quedarse embarazada. Sabes que vas a parir y a lo
mejor va a ser lindo y es una emoción intensa porque te pertenece. Pero
luego tienes que buscar el momento del poema, no es como escribir una
novela, que te levantas, te bañas y te sientas. No. La poesía viene.
P. ¿Y qué hace cuando viene?
R. Anoto las ideas, tengo un montón de libretas, una para prosa, otra
para poesía. Me gusta mucho leer ensayo, es muy iluminador y te lleva a
la poesía. Escribo mis propias frases cuando leo ensayo.
El texto completo en:
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/02/babelia/1456921128_260268.html
Colm Tóibín
imperdible!
Colm Tóibín: “Si fuera pintor, dejaría algo en blanco”
El escritor irlandés publica 'Nora Webster', inspirada en
la fortaleza de su madre tras morir su padre. Con Babelia recorre los
escenarios reales sobre los que ha levantado su literatura.
El niño que jugaba en un castillo del siglo XVI, en medio de un pueblo
irlandés, aún sueña con ser un gran poeta. A cambio, lo que la vida le
ha dado a Colm Tóibín es el prestigio de ser uno de los novelistas y
críticos literarios más relevantes del siglo XXI. Aunque ahora, dice, ha
escrito “una novela que es como una poesía del silencio y de la pena”.
Él, que siempre habla con un tono alegre, todavía guarda tristezas que
no terminan de irse. Aparecen en Nora Webster (Lumen), una recreación de
años esenciales de su adolescencia con los que abre un nuevo horizonte
en su narrativa.
El tiempo que tardó en escribir esta novela fueron los mismos años que
tenía cuando todo cambió: 12. Doce años en los que recordó y evocó cada
día de su vida los sucesos de aquella época de finales de los sesenta.
Doce años tenía en el verano de 1967 cuando su padre, Michael, murió. Y
Brid, su madre, quedó sola con dos niños en Enniscorthy (Irlanda).
Nota completa en:http://cultura.elpais.com/cultura/2016/02/09/babelia/1455031589_536487.html
Imagen: Bryan O’Brien en:
http://www.irishtimes.com/culture/books/editor-s-choice-the-day-poetry-came-alive-1.1562911
Escribir para estar sola
Marguerite Duras
Escribir para estar sola
Marguerite Duras
Alrededor de una persona que escribe libros siempre debe hacer una
separación de los demás. Es una soledad. Es la soledad del autor, la del
escribir. Para empezar, uno se pregunta qué es ese silencio que lo
rodea. Y prácticamente a cada paso que se da en una casa y a todas horas
del día, bajo todas las luces, ya sean del exterior o de las lámparas
encendidas durante el día, esta soledad real del cuerpo se convierte en
la soledad, inviolable, del escribir.
Escribir: es lo único que llenaba mi vida y la hechizaba. Lo he hecho. La escritura nunca me ha abandonado.
La soledad no se encuentra, se hace. La soledad se hace sola. Yo la
hice. Porque decidí que era allí donde debía estar sola, donde estaría
sola para escribir libros.
Puedo decir lo que quiero, nunca descubriré por qué se escribe ni cómo se escribe.
Nunca he podido empezar un libro sin terminarlo. Nunca he hecho un
libro que no fuera ya una razón de ser mientras se escribía, y eso, sea
el libro que sea.
Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi
total y descubrir que sólo la escritura te salvará. No tener ningún
argumento para el libro, ninguna idea de libro, es encontrarse delante
de un libro. Una inmensidad vacía. Un libro posible. Delante de nada.
Delante de algo así como una escritura viva y desnuda, como terrible,
terrible de superar. Creo que la persona que escribe no tiene idea
respecto al libro, que tiene las manos vacías, la cabeza vacía, y que,
de esa aventura del libro, sólo conoce la escritura seca y desnuda, sin
futuro, sin eco, lejana, con sus reglas de oro, elementales: la
ortografía, el sentido.
La duda, la duda es escribir. Por tanto, es el escritor también.
No creo en la gente que dice: he roto mi manuscrito, lo he tirado. No
lo creo. O bien lo que estaba escrito no existía para los demás, o no
era un libro. Y uno siempre sabe lo que es un libro.
No se puede escribir sin la fuerza del cuerpo. Para abordar la
escritura hay que ser más fuerte que uno mismo, hay que ser más fuerte
que lo que se escribe. Es algo curioso, sí. No es sólo la escritura, lo
escrito, también los gritos de las bestias de la noche, los de todos,
los vuestros y los míos, los de los perros.
De repente todo cobra un sentido relacionado con la escritura, es para enloquecer.
Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un
sinsentido. Escribir también es no hablar. Es callarse. Es aullar sin
ruido. Un escritor es algo que descansa, con frecuencia, escucha mucho.
No habla mucho porque es imposible hablar a alguien de un libro que se
ha escrito y sobre todo de un libro que se está escribiendo. Es
imposible. Es lo contrario del cine, lo contrario del teatro y otros
espectáculos. Es lo contrario de todas las lecturas. Es lo más difícil.
Es lo peor. Porque un libro es lo desconocido, es la noche, es cerrado,
eso es. El libro avanza, crece, avanza en las direcciones que creíamos
haber explorado, avanza hacia su propio destino y el de su autor,
anonadado por su publicación: su separación, la separación del libro
soñado, como el último hijo, siempre el más amado.
Estar sola con el libro aún no escrito es estar aún en el primer sueño de la humanidad.
No sé que es un libro. Nadie lo sabe. Pero cuando hay uno, lo sabemos. Y
cuando no hay nada, lo sabemos como sabemos que existimos, no muertos
todavía.
Cada libro, como cada escritor, tiene un pasaje difícil, insoslayable. Y
debe optar por dejarse este error en el libro para que siga siendo un
verdadero libro, no una falsedad.
Algunos escritores están asustados. Tienen miedo de escribir. Lo que ha
ocurrido en mi caso, quizás haya sido que nunca he tenido miedo de ese
miedo. He hecho libros incomprensibles y han sido leídos.
Todo escribe a nuestro alrededor, eso es lo que hay que llegar a percibir; todo escribe…
Más Marguerite Duras en:
http://www.tuertorey.com.ar/php/autores.php?idAutor=238
Irina Bogdaschevski
Belgrado 1927La Plata, AR, 2016
Irina Bogdaschevski
/ Poesía e incertidumbre
Sabemos que en cada siglo suelen cambiar las leyes de la estética y que con esos cambios se modifican inexorablemente los códigos idiomáticos correspondientes. A la larga, las transformaciones siempre resultan beneficiosas y prueba de ello son los aportes del gran poeta Alexandr Sergueievich Pushkin, creador del idioma ruso contemporáneo. Al no estar ya seguro de las bondades del antiguo idioma eslavo-ruso eclesiástico, Pushkin creó un idioma nuevo que le permitió toda clase de digresiones e incertidumbres, las cuales, si bien resultaron enriquecedoras, estuvieron sujetas a la prueba del tiempo, que demostró con creces la legitimidad de esos cambios. Las innovaciones que observamos hoy en todos los idiomas europeos se deben, en gran medida, a la ruptura de las estructuras sociales y a las sacudidas dolorosas que sufrió la conciencia colectiva. La nueva estética actuó negando los códigos estéticos anteriores, pero mantuvo con ellos lazos indelebles y por eso su crítica no debería ser terminantemente negativa.
En Rusia, todas las expresiones del arte fueron oficialmente maltratadas durante más de 70 años. Los escritores jóvenes, a pesar de que leían clandestinamente la literatura del siglo XX, permanecían en desigualdad de posiciones comparándolos con intelectuales de otros países, porque sus posibilidades de estudiar a fondo las nuevas tendencias en todos los ámbitos del conocimiento, se postergaban a causa de las mentes limitadas de los gobernantes. Por ello, los cambios posteriores en Rusia se transformaron en verdaderas explosiones. Las grandes presiones producen siempre reacciones violentas. Esto se refleja inmediatamente en el lenguaje: el escritor, el poeta, se solaza en poder usar palabras y expresiones prohibidas anteriormente, que eran privilegio del vulgo; recurre al lenguaje de los prisioneros de los campos de concentración (muchos intelectuales rusos pasaron por GULAG); descubre, de pronto, que el sexo y su lenguaje también son lícitos y se extralimita por el puro placer de sentirse liberado de los estúpidos tabúes impuestos. A pesar del capitalismo salvaje que impera aún hoy en la economía de Rusia, los aires, libres de contaminación, se respiran ya en su literatura, especialmente en la poesía. En la poética rusa, el fin del fundamentalismo y de las cerradas certezas políticas abrió las mentes y los corazones, aceptando la incertidumbre creadora y produciendo el crecimiento inusual de nuevas tendencias literarias. En los últimos tiempos, Rusia ha dado al mundo poetas de tal magnitud que, quizás, en el futuro, llamarán a esta época el nuevo "Siglo de Plata", comparándola con el auge de la poesía de la primera década del siglo XX. Comenzando con Osip Brodski, Premio Nobel de Literatura 1987, y sus contemporáneos Bella Ajmadúlina y Alexandr Kushner, aparecieron importantes poetas como Timur Kebirov, Dimitri Prigov, Victor Sosnora, Evgueni Blazhevski o Efim Breshin.
Osip Brodski (1941-1990), a quien la gran Anna Ajmátova destacó como el mejor poeta ruso de su generación, comenzó a escribir y traducir poesía a fines de la década de 1950. Se especializó en idiomas (inglés y polaco) y en Historia de las Ideas. Tradujo a los poetas Czeslaw Milosz, John Donne, Robert Frost, T. S. Eliot y W. H. Auden, entre otros. Su actitud ante la vida y la poesía se contrapone a la herencia de Maiakovski, con su poesía un poco declamatoria, de resonancias políticas, identificándose más bien con la poética de Osip Mandelstam, Anna Ajmátova, Andrei Bely y Boris Pasternak. Formalmente, puede considerarse un poeta moderno: equilibra las métricas y las formas estróficas más diversas, de las más simples a las más intrincadas. Sus escenarios atraviesan los más variados paisajes: Soho londinense, playa del Mar Negro, San Petersburgo, un pueblo mejicano, Moscú, recreación de Italia de los tiempos de Dante, Roma Imperial, etc. En sus poemas aparece el mundo oculto donde se fusionan los viejos mitos -en especial, los griegos- con la profunda religiosidad cristiana, volcados en una problemática cotidiana que se desarrolla poéticamente con el uso de técnicas muy modernas. Su actitud es la del hombre actual, trágicamente consciente del drama del Amor y de la Vida, enfrentados a la crueldad del Tiempo y de la Entropía. Dice Brodski en un reportaje: "¡Bajo tu control está solamente la posibilidad de contraponerte al mal! El bien se presenta a través de la intervención directa de Dios".
Brodski fue perseguido y juzgado en 1964 bajo la acusación de "parásito social" y "cosmopolitismo", y después de haber sido liberado del campo de concentración (¡gracias a los esfuerzos de Anna Ajmátova!), al principio de los años setenta, fue expulsado de Rusia, al igual que Rostropovich, Maximov, Siniavski y Solzhenitzin. Perfeccionándose en inglés, Osip Brodski comenzó a escribir en este idioma y, como su coterráneo Vladimir Nabokov, fue elogiado por los críticos literarios ingleses y norteamericanos a causa de la riqueza y originalidad de su lenguaje poético. En 1987, el Premio Nobel de Literatura le brindó a Brodski el reconocimiento internacional; a los 46 años fue el segundo Premio Nobel más joven de la historia después de Albert Camus. Murió en 1990. Aquí siguen algunos de sus poemas, según mi propia traducción:
Volverás a la Patria
Volverás a la Patria… Y bien. Mira a tu alrededor:
¿Para quién serías indispensable?
¿Quiénes te admitirían como amigo?
Cuando vuelvas, compra para tu cena
algún vino dulce con que brindar,
luego mira a través de la ventana y piensa serenamente
que en todo es tuya, sólo tuya es la culpa…
Y está bien. Agradezco. Gracias a Dios.
Estaba negro el firmamento
Estaba negro el firmamento, tan negro,
que no oscurecía más.
Tan negro, como las tinieblas de la medianoche.
Tan negro, como la aguja en su interior,
como los árboles altos de enfrente,
como el lugar en el pecho, entre las costillas,
como el pozo debajo de la tierra, donde está el grano.
Yo creo que nuestro interior es negro.
Por las huellas
Por las huellas que deja el taco, es el invierno.
Helándose en el campo, como objetos de madera,
las casas se reconocen entre ellas por los transeúntes.
Qué puedo decir del futuro, si solamente
los recuerdos en la quietud de la noche
-que hablan del calor de tu cuerpo cuando duermes-
mi cuerpo proyecta sobre el alma, como una sombra
sobre la pared, igual que una vela que al anochecer
proyecta la sombra de una silla. Y debajo del cielo,
tendido como un mantel hacia el bosque, está el aire
teñido por el ala del grajo, encima de la torre del silo,
que jamás blanqueará con esta nieve punzante.
Y con la palabra futuro
Y con la palabra futuro saltan ratones
desde el idioma ruso, y con toda su banda
roen el exquisito bocado de la memoria,
como si fuera el queso agujereado.
Después de tantos inviernos me es indiferente
qué o quién se encuentre parado en el rincón,
detrás del postigo de la ventana…
Y en el cerebro la nota "do" celestial no sonará,
sino solamente el crujido. La vida a la que,
como al caballo regalado, no se le miran los dientes,
nos enseña los dientes en cada encuentro.
Del hombre entero sólo se quedará la parte
de la oración. Del habla, en general, la parte del idioma.
En nuestra época, los cambios drásticos ocurridos en las ciencias
físicas, que terminaron con las ideas deterministas, han demostrado que
todo lo que existe en el mundo -y especialmente en el arte- debe ser
replanteado bajo la influencia de un factor importante como es el
tiempo. Lo que somos ahora y lo que seremos mañana no nos permite tener
ninguna certeza y nos obliga a recrear constantemente lugares donde
habitamos, sentimientos y emociones que nos embargan, hasta nuestro
propio cuerpo, que sigue por el camino ineludible de la entropía junto
con todo lo existente. Como dice el científico ruso-belga Ilya Prigogine
en "El fin de las certidumbres": "Nosotros no engendramos las flecha
del tiempo. Por el contrario, somos sus vástagos". En la poesía de Bela
Ajmadúlina, una de las más talentosas poetas rusas de fines del siglo
XX, encontramos muy temprano aquella "gran duda existencial" que tiene
las paradójicas propiedades de ser, al mismo tiempo, amenazante y
enriquecedora. Cultora de la severidad poética, eso no le impide llenar
de lirismo cada estrofa y su encanto particular reside precisamente en
la combinación difícil de rigor y emoción. En esta "Idea Vilariño" rusa,
se reúnen la incertidumbre y el vigor expresivo, una síntesis ideal de
lo femenino y lo masculino en la poesía.
Este es uno de los poemas de Bela escrito en la década de 1980:
La traición
Me traicionan. Me traicionaron. Y después
me olvidan. Yo misma soy culpable.
Y tengo que admitir con mi razón rendida
que me estoy volviendo loca, volviendo loca.
Y si están vendiendo las naranjas
y huele a naranjas todo el cesto,
entonces me parece que a mí me venden,
a mí me venden, no a las naranjas.
Cuando los padres echan al olvido
a sus propios hijos para distraerse,
pues me parece que a mí me traicionan,
a mí me traicionan no a sus hijos.
Y cuando a ninguna cosa le dan valor,
engañan, mienten, andan con los chismes,
pues me parece que a mí me traicionan,
me venden y me traicionan.
El poeta Alexandr Kushner, perteneciente al "Grupo de Poetas de San
Petersburgo", del que Osip Brodski fue máximo exponente, presenta en sus
poemas una gran concentración de ideas, plasmadas en palabras severas y
libres al extremo, aparentemente limpias de la emoción individual,
porque la experiencia personal se eleva en Kushner hacia la memoria
universal.
Incluyo aquí un poema de Alexandr Kushner dedicado a su amigo Brodski:
Volvimos a vernos. Y hablamos temerosos.
Los quince años de marea, la blanca escarcha que sube
desde el océano y nos separa con sus jirones espumosos.
Es mejor dialogar en verso, no como hacemos en la vida.
¿Estás decepcionado? -No, un poco. ¿Y tú? -No demasiado. Quince años viví cabeza abajo, me refiero a tu hemisferio.
El prolijo Washington con su mentalidad soberbia y seca
a través de la ventana nos dedica su mirada.
¿No será un sueño? Pellízcame. Pero ahí veo una capilla
en falso gótico, a través de la ventana parece un centinela.
Pero, ¿por qué Washington? Tengo ojos secos y con brillo. Sería mejor conversar no aquí, sino en el cielo…
Osip Brodski habla así de su época: "Somos la generación que dudaba de
todo, pero cuya mayor preocupación era memorizar a Osip Mandelstam y
volver a ver al renacentista Ghiotto… Ellos fueron para nosotros mayores
certezas que el pan de todos los días y los abrazos de todas las
noches". A la generación más joven pertenecen los poetas Victor Sosnora,
Oleg Grigoriev, Timur Kibirov, Dimitri Prigov, Evgueni Blazhevski y
Efim Bershin. Victor Sosnora, la encarnación de los contrastes inauditos
del mundo y el eterno adversario de la realidad "demasiado humana",
pinta así su propio retrato: "Poseo los inútiles músculos del atleta/
junto con los áridos sentimientos del asceta". Oleg Grigoriev perteneció
a la joven generación que siguió llamándose "Grupo de Poetas de San
Petersburgo", que además de poetas nucleaba a otros artistas -pintores,
grabadores, escritores- y que a su vez adoptó otro nombre grupal irónico
y amargo: "Los Mitki", cuyo significado es algo así como los vulgares
estúpidos. Se distinguían por su extrema marginalidad e intransigencia.
Grigoriev fue un anticonceptualista consecuente, poseedor de doble
personalidad: una, hecha de carne y sangre, sentía en su propio cuerpo
el horror, la belleza y el accionar impredecible del tiempo; mientras la
otra, la de afuera, su "otro yo", reía a carcajadas burlándose de su
primer e infortunado "ego". Se suicidó en 1992. Timur Kibirov usa
estrictas normas verbales pertenecientes a la época idiomática más ruin
de Rusia, pero obtiene resultados sorprendentes, de una sutileza
inesperada. Todo su estilo es una especie de permanente metáfora que, al
exagerar la naturaleza de las cosas, se transforma en su opuesto. Es
como el lenguaje del fabulista Esopo, pero al revés.
El siguiente poema de Timur Kibirov está dedicado a oro poeta: Dimitri Prigov.
He aquí la verdad, la belleza, el bien
con túnicas blancas y coronas de espinas…
He aquí a Dimitri Prigov (perdón por mi familiaridad,
su patronímico Alexandrovich no cabe
en la medida métrica del verso), ¡él grita,
él está vociferando, como si no pudiera verlos,
como si no fuera vuestro fiel servidor! Pero el hecho
es que él está sirviendo a la humanidad, ¡y de qué manera!
Dimitri Prigov es, al mismo tiempo, el autor y el personaje de su poesía y por eso crea una doble perspectiva estética para su lectura. Es un poeta conceptualista que revela, por medio del simulacro de un vulgar juego verbal y lógico, la permeabilidad de las fronteras entre el ser y la nada. En algunos casos, los críticos lo llaman "neoprimitivista".
Sale el cerrajero al jardín invernal…
Observa, pero al jardín ya le llegó la primavera.
Eso es lo que a él le sucede ahora:
fue un alumno pequeño, y ahora es cerrajero.
Y después aun más, luego vendrá la muerte,
y antes que eso, el tiempo de la vejez…
Y aun anteriormente, antes que todo eso,
antes él es y será cerrajero.
En otro poema, Dimitri Prigov toca un problema típicamente ruso:
Supongamos que soy un ordinario poeta,
pero sólo por culpa de mi destino ruso
me obligan a representar conciencia nacional…
¡Pero cómo hacerlo, si no tengo conciencia!
Habrá poesía, supongamos, pero falta la conciencia.
¿Qué es, entonces, lo que se puede hacer?
Al recibir el Premio Nobel, Brodski dijo en su ponencia: "Al poeta lo impulsan a crear, entre otras cosas, las razones inconscientemente miméticas: quizá la posición vertical del negro coágulo de las palabras en medio de una hoja en blanco… Eso parece que le hace recordar al hombre su propia situación en el mundo, las proporciones del espacio y del tiempo respecto de su cuerpo, de su propia vida". Pero, además, según las palabras de otro poeta ruso contemporáneo, Evgueni Blazhevski:
Cuando dejé de creer en los milagros,
cuando el pedestal se hubo liberado
al desaparecer las figuras endiosadas,
pude descubrir entonces el mayor secreto,
que la real belleza no estaba en el busto de Policleto,
sino justo en la soledad del pedestal violado.
A este poema le responde otro poeta ruso de la nueva generación, Efim Bershin:
¿Qué sabemos realmente, entonces,
de la vida de este pedestal vacío,
que se yergue como una blanca chimenea
en el parque otoñal, desierto y oscuro?
Sobre este fondo de la helada eterna
luce su presencia como la de un búcaro en venta,
y se ajusta, como una bota a la pierna,
al gélido paisaje deshojado…
Y el poema de Bershin termina así:
Está predestinado a tapar,
como un corcho, el insomne agujero
de la eternidad que amenaza devorarnos.
(Este texto publicado en esta página (inédito hasta el presente) fue leído por su autora en el Encuentro Internacional de Escritores "Las letras y el pensamiento 2000", organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y realizado en el Teatro Argentino de La Plata).
Primero de enero 2016
Primero de enero 2016
Existen en la montaña árboles héroes, plantados sobre el vacío, medallas en el pecho de los despeñaderos. Subo cada verano a visitar uno de ellos. Antes de marcharme, monto a caballo en su brazo sobre el vacío. Los pies descalzos reciben el cosquilleo del aire abierto sobre centenares de metros. Lo abrazo y le doy las gracias por durar.
Erri De Luca
Aquel guardabosque no era amigo mío porque sí. Se regía por firmes principios. Sabía guardar un secreto. Entregué los huevos que llevaba como presente. Comimos juntos y pasamos varias horas en muda contemplación del paisaje.
Jean Giono
Los vencejos negros no solamente vuelven a los sitios donde nacieron. Regresan a su cueva y, dentro de su cueva, al nido donde se rompió su cascarón.
Pascal Quignard
Nosotros sabemos desde hace miles de años que la propia Tierra es una isla en el mar cósmico. Todos somos navegantes, no propietarios. Todos vamos en una canoa por el cielo.
De un Kahuna polinesio
Imagen: Asís, 2015, fragmento.
La isla escrita
Antología de poetascubanos
La isla escrita. 35 poetas cubanos (2000-2015)
Prólogo y Selección: Norma Etcheverry
Editorial Universitaria de La Plata, 2015
“Este libro surgió de la entrañable experiencia en Cuba,
durante mayo de 2015". Norma Etcheverry.
Un poema:
Camino por Obispo
están tocando rumba.
Nada de lo que veo es verdadero,
las cosas están hechas con la sustancia del tiempo.
Camino a través de esta breve luz
lo duradero y lo efímero
se compactan en las formas.
Marcelo Morales, La Habana, 1977.
Poesía de pensamiento
en El DiarioParaná, AR
LETRAS. Antología argentina editada en España
Voces de la poética nacional que se proyectan al mundo
La poesía ha sido y es “maestra de la humanidad”, en términos de Hegel. En esta nota, el concordiense Marcelo Leites, uno de los poetas incluidos, comparte sus impresiones sobre un poemario que a través de la palabra, contribuye a hacer visible en otros continentes el trabajo de autores argentinos.
Si hubiéramos seguido creyendo con Mallarmé que la poesía no se escribe
con ideas sino con palabras o con W.C. Williams que no debe haber ideas
sino en las cosas, nunca hubiéramos escrito los poemas que integran
Poesía de pensamiento – una antología de poesía argentina, recientemente
publicada en Madrid, España, por Ediciones Endymion, en una edición muy
cuidada, sobria, de tapas verde agua, con solapas e interior con papel
color manteca de alta calidad. El hecho es sumamente auspicioso porque
otorga visibilidad en el continente europeo, a la escritura de poetas
que en contadas excepciones han tenido circulación fuera del ámbito de
la República Argentina. Eso sumado al hecho de que hay poquísimos
emprendimientos de este tipo.
La antología cuenta con un exhaustivo y medular ensayo preliminar del
poeta argentino Osvaldo Picardo que funciona como carta de presentación a
la vez conceptual, de orientación estética y de las voces incluidas. Se
trata de 19 poetas que representan gran parte del territorio nacional.
Por Salta, Carlos J. Aldazábal; por La Plata, César Cantoni y Sandra
Cornejo; por Neuquén, Ricardo Costa; por Tucumán, Javier Foguet, por
CABA, Héctor Freire y Liliana Lukin; por Entre Ríos, Marcelo Leites; por
Santa Fe, Roberto D. Malatesta y Lisandro González; por Chubut, Juan
Carlos Moisés; por San Juan, Rogelio Ramos Signes; por Provincia de
Buenos Aaires, Abel Robino y Mario Ortiz; por Mendoza, Eugenia Segura; y
por Córdoba, María Teresa Andruetto, Bernardo Schiavetta, Carlos
Schilling y Alejandro Schmidt; todos nacidos entre 1948 y 1979, o sea,
un arco que va de los 35 a los 60 años y que han sido seleccionados a
través de otros poetas, de una muestra consultada durante 2013 y 2014.
Retomo en este punto la idea inicial y postulo que no hay poesía sin
ideas. Sin reflexión. Sin pensamiento. Y esa es, no sólo la orientación
estética de este libro, sino un modo de entender la creación poética que
en la Argentina tiene en Alberto Girri, a uno de sus pioneros. No sólo
por la propia poesía de Girri -austera, conceptual, compleja- sino por
sus traducciones de poesía en lengua inglesa con la cual nos hemos
formado muchos de nosotros. Hemos creído que en cada palabra hay una
idea; que en cada palabra hay un concepto; que cada palabra es un objeto
estético; que en una concatenación de imágenes hay una reflexión más o
menos implícita. Hemos creído que un verso no sólo traduce una
percepción intuitiva del poeta, sino que provoca una serie de
resonancias que remiten a una polisemia de significados.
Es decir, la poesía no sólo es una serie de emociones o sentimientos
del sujeto lírico, sino también un pensamiento sobre esa experiencia o
percepción. Pero un pensamiento que no toma la forma discursiva de un
ensayo o de un tratado, sino un pensamiento que se da a través de todo
el imaginario del poema. Para John Donne, el poeta místico inglés, un
pensamiento era una experiencia: modificaba su sensibilidad (citado por
Eliot). Pero, a diferencia de lo que pasa en la filosofía, se trata de
un pensamiento sensible, no intelectual. El poeta percibe el mundo, a
través de la inteligencia emocional; el pensamiento del filósofo está al
servicio de una idea o de varias que terminan construyendo una teoría
sobre la existencia; en la poesía, las ideas se convierten en imágenes,
en sonidos, en lenguaje, que valen por sí mismos, sin la pretensión de
alcanzar una verdad universal, sino más bien, con la intención de crear
un objeto bello.
AUTORES Y POÉTICA. Cada poeta que integra este volumen
está introducido en la Antología, por una Poética escrita por ellos
mismos, que cito a continuación (en apretada síntesis por razones de
espacio). Así, Aldazábal habla del dolor existencial y del aura como dos
de los principios rectores de sus poemas; Andruetto, apuesta al
poema-relato y concibe la poesía como un camino de conocimiento y una
conciencia que dialoga con el mundo; Cantoni sostiene que la reflexión
en el poema no puede carecer de emoción. Cornejo por su parte, entiende
la creación como espacio de libertad; Costa enfatiza la versatilidad de
los materiales poéticos y la naturaleza como un universo en sí mismo;
Foguet destaca la imagen encarnada y la modulación de las temáticas.
Mientras, Freire propone pensar el sentimiento y sentir el pensamiento;
González valora la búsqueda de la belleza por encima de la idea concreta
y Leites privilegia la imagen y los objetos como vehículos de la
reflexión y la música de la conversación. En tanto Lukin coloca su
cuerpo como centro de la escritura, sumado a todos los saberes que lo
informan. Un cuerpo de pensamiento siempre en resistencia. En su
trabajo, Malatesta se pregunta por la cantidad de palabras que conforman
a un hombre; afirma que los poetas dominan pocos temas que valen sólo
para los que mejor han cantado; Moisés sostiene que no estamos hechos
para ciertas palabras, que confía más en el sustantivo que en el
adjetivo y que incluso prefiere el verbo antes que el adjetivo. Afirma
que en la poesía las ideas no se conciben sino con palabras. Por su
parte Ortiz dice que le interesa trabajar en una cierta fenomenología
espontánea, en lo cotidiano como punto de partida de la mirada y la
indagación; el poema que atraviesa las fronteras de los géneros;
Schiavetta dice que medita sobre la fórmula rítmica vacía del poema y
deja que los contenidos nazcan en esa matriz y después hace una
selección rigurosa; y Signes habla de la motivación de la página en
blanco que le permite escribir sin una idea previa, como un juego, sólo
por la necesidad de escribir. En sus versos Robino escribe un poema
donde destaca la imagen de una casa en llamas; Schilling aboga por la
materia sonora, visual e intelectual de las palabras y de la combinación
de esos elementos en el poema. Schmidt propone entre otras cosas: más
intensidad que emoción. Más emoción que sentimiento. Olvidar lo escrito y
leído. No pensar. No corregir. Y Segura postula la escritura como el
hallazgo del ritmo de las palabras que le den otra consistencia al
tiempo ajeno, el del lector.
SENTIDOS. La poesía incluida en este volumen no es
neobarroca, no es culterana ni de alta complejidad. Se trata de una
poesía que está a medio camino entre la lengua coloquial y la lengua
culta. Es una poesía que apuesta al sentido, a darle un sentido al
mundo, aunque luego la respuesta sea la incertidumbre. Y el estilo que
por cierto no es el hombre sino la suma de sus incertidumbres (Lihn).
Creo que la mayoría de los poemas incluidos en este libro presentan ese
lenguaje cargado al grado máximo de significado que exigía Pound para la
poesía.
Celebro la aparición de esta antología. Celebro la diversidad de voces.
Celebro la lectura desinteresada y rigurosa del poeta Osvaldo Picardo. Y
celebro estar incluido junto a muchos de los poetas argentinos que
admiro. Y ahora sólo resta esperar que este libro encuentre a sus
lectores españoles y, desde luego, a sus lectores latinoamericanos.
Nota publicada en: http://www.eldiario.com.ar/diario/cultura-y-espectaculos/148160-voces-de-la-poetica-nacional-que-se-proyectan-al-mundo.htm
Poesía reunida
Philip Larkinpor Antonio Colinas
Cuando un poeta valioso nos entrega la originalidad y la fuerza de sus versos, las teorías en torno a los mismos y los criterios estéticos o generacionales quedan postergados. Aun así, esto no es posible en el caso del poeta británico Philip Larkin (1922-1985). Su claro y amargo afán rupturista frente a otras obras grandes en lengua inglesa, como las de Yeats, Pound o Eliot, ha llevado a agruparlo en el que reconocemos como The movement (El movimiento) y a poner su nombre junto al de otros poetas como Enright o Gunn, pero sobre todo al de Kingsley Amis, el padre de Martin Amis. Aun así, los primeros poemas de Larkin no fueron ajenos a la vigorosa influencia de un autor como Yeats, a una poesía fluida, plástica, en la que tiembla la naturaleza como realidad suprema.
Pero siempre la vida, el mundo interior, se acabó imponiendo en la obra de este raro y excéntrico autor, mordaz y rebelde, solterón y reacio a los vínculos sociales; le llevaron por otros caminos que no sólo le permitieron dar con su propia voz sino proporcionarle -en libros como Las bodas de Pentecostés(1960) o Ventanas altas (1974)- las mieles del éxito editorial. En realidad, esta maduración en dos magníficos libros había sido el resultado de ese viaje que el poeta hace desde sus años de estudiante en Oxford y las exquisiteces de sus círculos intelectuales a la soledad de ser bibliotecario en lugares apartados(Belfast, Hull, donde se detuvo hasta su muerte), y dio por satisfecha su vida, que estuvo sometida a requisitos que dejó claramente expresados: “Me da igual dónde viva: siempre y cuando pueda satisfacer unas pocas y simples necesidades -paz, silencio, no pasar frío- me da igual donde esté”. También nos dejó señales de índole ética y estética, que señalaban ese camino suyo tan alejado del de sus primeros maestros: revalorización de la cotidianidad gracias al descubrimiento de la lectura de un autor como Thomas Hardy, sus reservas hacia aspectos de la modernidad o hacia un sentido trascendente de la existencia; aunque a la vez sus poemas teñidos de realismo estarán casi siempre traspasados por un fino sentido metafísico. Debemos señalar la mordacidad y el sentido caricaturesco de algunos de sus poemas (“Posteridad”, por ejemplo) en el que ironiza sobre los aspectos eruditos de la literatura, el teorizar en torno a la misma.
Nota completa en: http://www.elcultural.com/revista/letras/Poesia-reunida/34803
Precisa y lírica Oyeyemi
en El País-EspañaCultura
Helen Oyeyemi (Nigeria, 1984). Incluida en 2013 en la lista Granta de
mejores novelistas británicos jóvenes, esta escritora se destaca por su
poder de invención y su lenguaje preciso y lírico. Su universo es el de
los cuentos de hadas, pero con un trasfondo cristiano —Oyeyemi ha
declarado que es “profundamente creyente”—, a la vez subvertido por su
implacable reconocimiento de la crueldad en las relaciones humanas. Sus
puntos de partida son las leyendas griegas, la historia de Barba Azul,
los relatos folclóricos cubanos, los cuentos de Grimm, todas narraciones
míticas que Oyeyemi transforma en novelas de invención fantástica y
psicológicamente justas. Entre sus varios libros se destacan La niña
Ícaro, que escribió cuando aún estaba en el colegio, y Boy, Snow, Bird.
Quizás la más lograda sea El señor Fox, escrita —ha dicho Oyeyemi— bajo
la doble influencia de Edgar Allan Poe y Henry James.
Nota completa sobre autores británicos contemporáneos en: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/11/19/babelia/1447936511_552625.html
Martin Luther King
fragmentos
La cobardía hace la pregunta: ¿es seguro?
La conveniencia hace la pregunta: ¿es político?
La vanidad hace la pregunta: ¿es popular?
Pero la conciencia hace la pregunta: ¿es correcto?
Y llega un momento en que uno debe tomar una posición que no es ni segura, ni política, ni popular.
Pero uno debe tomarla porque es la correcta.
___
Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como peces, pero no
hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos.
___
Hoy yo tengo un sueño!
Yo tengo un sueño que algún día cada valle será elevado, y cada colina y
montaña serán hechas llanas. Los lugares más ásperos serán aplanados y
los lugares torcidos serán hechos rectos, y la gloria de Dios será
revelada y todo género humano se verá junto. Esta es nuestra esperanza.
Esta es la fe con la cual yo regreso al Sur. Con esta fe podremos labrar
de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza. Con esta fe
podremos transformar el sonido discordante de nuestra nación en una
hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe podremos trabajar juntos,
rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, pararnos juntos por
la libertad, sabiendo que algún día seremos libres, y este es el día.
Este será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar con nuevos
sentidos "Mi País es tuyo, dulce tierra de libertad a tí yo canto.
Tierra donde mi padre murió, tierra del orgullo de los peregrinos, de
cada lado de la montaña, dejemos resonar la libertad". (Fragmento del
discurso “Tengo un sueño” pronunciado en Washington el 28 Agosto 1963).
___
Cualquiera que sea nuestro trabajo en la vida, hagámoslo bien. Tanto, que ningún otro hombre (vivo, muerto o aún no nacido) pueda hacerlo mejor. Si nuestro oficio es barrer las calles, barrámoslas como pintaba Miguel Ángel, como escribía Shakespeare, como componía Beethoven. Barramos tan bien, que todas las huestes del Cielo y de la Tierra tengan que detenerse a admirar nuestra obra y exclamen: ¡Aquí vivió un gran barrendero que cumplió bien su trabajo!
_____
Martin Luther King, 1929-1968. Religioso estadounidense, premio Nobel
de la Paz, uno de los principales líderes del movimiento para la defensa
de los derechos fundamentales e importante valedor de la resistencia no
violenta.
Libertad
Paul Eluardnoviembre-2015
Libertad
Sobre mis cuadernos de escolar
Sobre mi pupitre y los árboles
Sobre la arena sobre la nieve
Escribo tu nombre
Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas en blanco
Piedra sangre papel o ceniza
Escribo tu nombre
Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los guerreros
Sobre la corona de los reyes
Escribo tu nombre
Sobre la jungla y el desierto
Sobre los nidos sobre las retamas
Sobre la infancia de las voces
Sobre el eco de mi infancia
Escribo tu nombre
Sobre la maravilla de las noches
Sobre el pan blanco de los días
Sobre las estaciones desposadas
Escribo tu nombre
Sobre todos mis retazos de azar
Sobre el estanque sol mohoso
Sobre el lago luna viviente
Escribo tu nombre
Sobre los campos sobre el horizonte
Sobre las alas de los pájaros
Y sobre el molino de las sombras
Escribo tu nombre
Sobre cada aliento de la aurora
Sobre la mar sobre los barcos
Sobre la montaña enloquecida
Escribo tu nombre
Sobre la espuma de las nubes
Sobre los sudores de la tormenta
Sobre la lluvia espesa insípida
Escribo tu nombre
Sobre las formas centelleantes
Sobre las campanas de colores
Sobre la verdad física
Escribo tu nombre
Sobre los senderos despiertos
Sobre las rutas desplegadas
Sobre las las plazas desbordadas
Escribo tu nombre
Sobre la lámpara que se enciende
Sobre la lámpara que se apaga
Sobre mis casas reunidas
Escribo tu nombre
Sobre el fruto cortado en dos
Del espejo y de mi cuarto
Sobre mi lecho concha vacía
Escribo tu nombre
Sobre mi perro goloso y tierno
Sobre sus orejas erguidas
Sobre su pata desmañada
Escribo tu nombre
Sobre el trampolín de mi puerta
Sobre los objetos familiares
Sobre la onda del fuego bendito
Escribo tu nombre
Sobre el vitral de las sorpresas
Sobre los labios atentos
Muy por encima del silencio
Escribo tu nombre
Sobre mis refugios destruidos
Sobre mis faros desplomados
Sobre los muros de mi hastío
Escribo tu nombre
Sobre la ausencia sin deseos
Sobre mi soledad desnuda
Sobre el escalón de la muerte
Escribo tu nombre
Sobre la salud recobrada
Sobre el peligro que se aleja
Sobre la esperanza sin recuerdos
Escribo tu nombre
Y por el poder de una palabra
Vuelvo a recomenzar mi vida
Yo nací para conocerte
Para invocarte
Libertad
Paul Eluard
Poemas (1917-1952)
Traducción de Rafael Alberti y María Teresa León
Milagros
“Creo en los milagros”
Coldplay
Miracles/Unbroken/
Feria de milagros
(Wislawa Szymborska)
Milagro común
es que suceden muchos milagros comunes.
Milagro corriente:
en el silencio de la noche, ladridos
de perros invisibles.
Milagro, uno de los muchos:
una nube ligera y pequeña
es capaz de ocultar una luna grande y pesada.
Varios milagros en uno:
un árbol se refleja en el agua,
su parte izquierda en su parte derecha,
crece allí con la copa hacia abajo,
no puede alcanzar el fondo,
aunque el agua sea poco profunda.
Milagro a la orden del día:
vientos bastante débiles y moderados
fuertes, durante las tormentas.
Milagro, uno cualquiera:
las vacas son vacas.
Otro tan bueno como ése:
éste y no otro huerto
de éste y no otro hueso.
Milagro sin frac ni sombrero de copa:
palomas blancas revoloteando.
Milagro, porque cómo llamarlo si no:
el sol salió hoy a las tres horas catorce minutos
y se pondrá esta noche a las veinte horas y un minuto.
Milagro que no sorprende tanto como debería:
los dedos de la mano son en efecto menos de seis,
pero más de cuatro.
Milagro con sólo mirar alrededor:
el mundo omnipresente.
Milagro adicional, como adicional es todo:
lo impensable
es pensable.
Wislawa Szymborska (Polonia, 1923-2011). Premio Nobel de Literatura 1996.
Este poema pertenece al libro Poesía no completa (Fondo de Cultura Económica, 2011).
Traducción: Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia.
Poesía de Pensamiento
Madrid - España2015
Poesía de Pensamiento
Poetas platenses en una antología de poesía argentina editada en España
La editorial madrileña Endymion acaba de publicar “Poesía de pensamiento. Una antología de poesía argentina”.
Nota en el diario El día de La Plata, 25-octubre-2015
Todo en:
http://www.eldia.com/septimo-dia/poetas-platenses-en-una-antologia-de-poesia-argentina-editada-en-espana-91975
El Nobel no da la felicidad...
por Juan CruzEl País-España
El Nobel no da la felicidad...
Lo que gusta del premio es su pasión por la lentitud de los éxitos
por Juan Cruz
(http://elpais.com/elpais/2015/10/08/opinion/1444325478_589012.html)
Hay muchos que preguntan, a los editores, a los periodistas, a los
académicos suecos y a quien se ponga por delante en días como el de
ayer, si el Nobel, este galardón tan codiciado, conlleva ventas
superlativas.
Pues según. Por decirlo corto, los que ya son superventas venderán más y
los que tienen prestigio, pero venden poco, seguirán teniendo prestigio
(más aún) y venderán tan solo un poco más. Cuando en 1986 se lo dieron
al nigeriano Wole Soyinka, los editores españoles de entonces
(Alfaguara) contaban que fueron 64 los ejemplares de más que el recién
premiado apuntó en la cuenta de sus derechos. Ahora ha ganado el Nobel
una escritora bielorrusa de la que las apuestas sabían más que muchos
lectores de todo el mundo, no por la consideración que merece la
literatura que hace, sino porque las cosas son así: la gente conoce a
muchos que nunca tendrán el Nobel, y que figuran como escritores
extraordinarios en sus tiempos y en sus países; esos escritores aspiran
legítimamente al Nobel, pero solo lo tienen unos cuantos, y no siempre
los más conocidos o exitosos.
Esta es una de las virtudes del Nobel. El premio, el mayor
acontecimiento mediático de la literatura universal, ha dado a conocer a
poetas raros, a escritores que luego circularon poco, pero circularon,
buscándose un hueco entre obras que habían recibido el favor del público
pero que nunca llegarían a perturbar los ojos de los reputados
académicos.
En cierto modo, pues, el Nobel ha sido un revulsivo que puso de manifiesto, por ejemplo, a Herta Müller, la alemana de Rumania, o al húngaro Imre Kertész, a la polaca Szymborska o el muy reservado irlandés Samuel Beckett. Todos ellos eran escritores que trataron de ahondar en un interior que no precisaba del enorme eco público que luego obtuvieron. A ellos les daba igual el eco: lo que les interesaba era contar al mundo qué sucedió en su memoria, o en su alma rota, y eso hicieron. El premio no los iba a llevar al paraíso, porque ellos ya sabían que no existía el paraíso. Del infierno, precisamente, procedía su inspiración.
Esa es la virtud del Nobel. Es como una gran burla universal. Estamos esperando (los periodistas, las casas de apuestas) los nombres que ya nos sabemos, los best sellers que ya están en todas las estanterías, cuyos administradores tiemblen de gozo ante la posibilidad de que sea uno de los suyos el agraciado. Y lo que para la Academia es una historia como la de Svetlana Alexiévich o unos versos como los de esa polaca que sigue ganando batallas después del Nobel y de la vida. Lo que gusta del Nobel es su pasión por la lentitud de los éxitos; y eso es lo que le espera, quizá, fuera de su propio mercado, a la ganadora de ayer. Que, seguramente, es lo mejor del Nobel: que el Nobel sea un premio a veces casi secreto que, además, leerán en secreto los que no necesitan el Nobel para ponerse a leer a aquellos que merecen reconocimiento.
Imagen: Svetlana Alexievich. / VASILY FEDOSENKO (REUTERS)
Poesía de pensamiento
Madrid - España2015
Poesía de pensamiento
Una antología de poesía argentina
(Ediciones Endymion, Madrid, España, 2015).
Selección y prólogo: Osvaldo Picardo
El propósito de los editores para esta selección de poetas, no es otro
que el de encender una región, bajo la sombra, en el actual panorama
poético argentino. Como se sabe, esta es siempre una tarea arbitraria
y sesgada por factores extraliterarios. Sin caer en una guía ni en una
suma de nombres, hemos dado en reunir en un volumen algunos de
los poetas cuyas escrituras fueron atraídas por el pensamiento y la
poesía. La edición que hoy presentamos no pretende rescatar ni
convencer con las cualidades de una poética de grupo. Es nuestro
deseo acercar al lector un conjunto de voces que revelan una
conciencia incómoda ante el mundo y las circunstancias de su
época, pero que responden a diferentes experiencias estéticas e ideas
de la vida y la cultura.
Proponemos de este modo la lectura de autores que, nacidos entre
1948 y 1979, han ido publicando y elaborando una obra poética en
la que es posible veri¬ficar esa relación con las proteicas formas que la
poesía puede ofrecer cuando se acerca a un máximo de conciencia.
Son hombres y mujeres que actualmente desarrollan su práctica
literaria en Buenos Aires y en mayor medida en otras ciudades de las
provincias. Sus tonos, sus miradas, sus identidades componen el
rompecabezas siempre incompleto de la historia de un país.
Ediciones Endymion, Madrid, España, 2015
Autores: Carlos J. Aldazábal (Salta); María Teresa
Andruetto (Córdoba); César Cantoni (La Plata); Sandra Cornejo (La
Plata); Ricardo Costa (Neuquén); Javier Foguet (Tucumán), Héctor Freire
(CABA); Lisandro González (Rosario); Marcelo Leites (Concordia); Liliana
Lukin (CABA); Roberto D. Malatesta (Santa Fe); Juan Carlos Moisés
(Chubut); Mario Ortiz (Bahía Blanca); Rogelio Ramos Signes (San Juan);
Abel Robino (Pergamino); Bernardo Schiavetta (Córdoba); Carlos Schilling
(Sunchales); Alejandro Schmidt (Villa María); Eugenia Segura (Mendoza)
Cendra
ciclo de Lectura
Cendra
ciclo de Lectura
Claudia Masin / Sandra Cornejo / Julia Magistratti
Paula Jiménez España / Ana Lafferranderie
Las Ranas, Diag.78 entre Plaza Rocha y calle 8
La Plata, Argentina
Martes 29/9
21 hs
Coordina el ciclo: Diego Roel
Mihály Váci
Un poeta húngaro(1924- 1970)
Desde entonces
El 8 de mayo de 1945 terminó la segunda guerra mundial.
Se inició una nueva era.
Se proclamó la época de la paz mundial.
Y de inmediato se pusieron a:
acorralar en campamentos de prisiones a millones de soldados rasos,
tener bajo custodia a cientos de miles en distintos campos del mundo,
encarcelar a decenas de miles en el globo de la paz,
condenar a espías y contraespías, a traidores y confidentes
en procesos de resplandor histórico;
perfeccionar el descubrimiento más azaroso de la ciencia,
elaborar el sistema seguro del golpe y
del contragolpe totales, lograron insuperables resultados
en el humanitario uso de las armas químicas,
del napalm, de los medios para paralizar, defoliar, esterilizar
el suelo, se produjeron dos veces más bombas, y las lanzaron sobre pueblos pasmados de terror, que en la segunda
guerra mundial en Europa, desde entonces murieron casi tantos
amarillos, negros y blancos
por el furor del odio racial y de clase
como en las cámaras de gas de la segunda guerra mundial,
ejecutaron por lo menos tres veces más revolucionarios
que los que murieron por la revolución española,
mataron a cientos de miles en inescudriñables guerras locales,
desde entonces pesa en el alma de la humanidad por el legalizado
exterminio del pueblo vietnamita de alma de crisantemo un crimen
mayor que el de las fosas comunes de Ucrania, desde entonces más cinismo,
más sadismo, más odios y prejuicios nacionales acometieron la Tierra
que lo encarnado por el aparato de Hitler; el dinero,
el afán de conquista, el poder en manos perversas
ha cometido más crímenes en el tercer mundo
que los cuatrocientos años de colonización aún no pagados en la misma moneda,
los blindados atravesaron ensangrentando las revoluciones de pequeños países intrépidos,
araron y sembraron sal en el alma prometedora de cosecha
de Lumumba, en el campo de batalla del Segesvár de nuestro siglo
apuñalaron a Che Guevara,
con armas made in USA abatieron a dos hijos de América que quisieron
entrar no ya a la luna, sino a una América más cuerda,
mataron a King, cuando abrió la ventana de la miseria sofocante de los negros, entre los indios de América del Sur
lograron más exterminio del que durante el mismo tiempo Cortés y el porquero Pizarro.
La pequeña Italia regordeta chupetea entre sus dedos
los ruiseñores de Europa, engulle nuestras codornices,
el hombre hartado traga la carne exquisita de cientos de animales en vías de extinción, nuestras prostitutas emancipadas
cubren su cuerpo semidesnudo con plumas de pájaros que se van extinguiendo,
calzan botas de piel de foca sus piernas abiertas hasta el cielo, los señores con automóvil exterminan las divinas bandadas
de palomas en las ciudades históricas porque ellas ensucian las carrocerías,
derraman hormigón en los jardines respiratorios de las ciudades
para convertirlos en estacionamientos.
Desde entonces contaminaron las aguas dulces de la Tierra, con materiales radiactivos
intoxicaron los mares del mundo, apestaron
el aire, en campos minados convirtieron
las carreteras, en cuartel la luna, en arsenal la estratosfera,
trasplantaron nuevos corazones y nuevos miedos en nosotros,
acobardan nuestras modestas pretensiones
la rentabilidad, la racionalización, la histeria de la productividad, en los pensamientos
de nuestros espíritus mejores desaparece la preocupación
por planear la salud humana, la desaloja
la euforia de la conquista del cosmos. Progresa el mundo material
y se detiene en seco el hombre, más cómoda es la vida
y bastante más triste. Sabemos mucho más de la existencia
de lo que se la puede soportar, hemos descubierto
todo lo que concierne a la materia y pierde su seguridad
el espíritu humano. Regulamos la naturaleza
y nos devora nuestra misma naturaleza irregulable,
entre tantos artículos perfectos
el hombre va perdiendo cada vez más su perfección.
Y desde entonces siempre volvemos a ponernos, conspiradores por el bien,
a refutar esta historia
y presentar algo en defensa del género humano.
Versión de David Chericán en Antología de Poesía Húngara, 1981
Imagen: Manifestación en la estación de Budapest-Keleti, septiembre 2015
En: http://ekamagyar.blogspot.com.ar/
En "El Desaguadero"
MendozaArgentina
En { EL DESAGUADERO }
Una revista de poesía escrita por poetas
Directores de la publicación: Hernán Schillagi y Fernando G. Toledo
Mendoza, Argentina
La historia de un poema de Sandra Cornejo
en:
http://eldesaguaderorevista.blogspot.com.ar/
Horacio Preler: el poeta de la mesura
1929-2015
Por Sandra Cornejo
para: http://www.eldia.com/septimo-dia/horacio-preler-el-poeta-de-la-mesura-76966
“Me he preguntado muchas veces si el poeta tiene un rol que cumplir en
la sociedad y respondí que sí. De toda obra verdadera se desprende,
quizá imperceptiblemente, el clima de la época, porque no se pueden
ignorar las vicisitudes de una sociedad vulnerable”; entre otras cosas,
esto decía Horacio Preler en su discurso de agradecimiento ante el
Premio de la Academia Argentina de Letras 2001-2003 por su libro
“Silencio de Hierba”.
Preler murió el 6 de agosto en la ciudad de La Plata. Fue abogado, pero
especialmente poeta. Fue autor, entre otros libros de “Institución de
la tristeza” (1966), “Lo abstracto y lo concreto” (1973), “Lo real,
nuestra casa” (1991), “Oscura memoria” (1992), “Zona de entendimiento”
(1999), “Silencio de Hierba” (2001), “Casa vacía” (2003), “Aquello que
uno ama” (2006) y “La vida se interroga” (2012). Recibió el Premio
Consagración de la provincia de Buenos Aires y el Premio Academia
Argentina de Letras correspondiente al trienio 2001-2003. Pero en lo
cotidiano, fue uno de nuestros maestros y estuvo cada vez que lo
necesitamos. Nos acompañó de la mejor manera, dialogando; era mesurado y
cálido, jovial, a pesar de sus largos años. Decía, por ejemplo:
“Escribo en el espacio de tranquilidad que la noche procura. Cuando
hablo de la pobreza no hablo de una pobreza abstracta, yo he sido pobre.
Cuando hablaba de la injusticia tampoco era abstracto, yo sabía lo que
era sufrir la injusticia”. Su cualidad primordial fue la transparencia:
lo que veíamos: su poesía, ni más ni menos.
“Ocurre que un día sin saberlo nos encontramos escribiendo poemas. Con
el paso del tiempo y la vida, continúa la necesidad interior de insistir
en esa tarea. En 1966, cuando publiqué mi primer libro de poesía en una
oculta imprenta de La Plata, me vinculé con otros escritores e ingresé
en ese inefable mundo de la literatura”, contó alguna vez. Nos deja un
trazo, una lírica despojada, pero esencialmente, nos deja una ética de
la escritura.
Recuerdo siempre aquel poema de Antonio Machado que decía “nunca
perseguí la Gloria”. Más que en muchos casos, ese verso, indudablemente,
lo representa.
Agosto
Agosto. He vaciado mi casa bajo el fuego de la luz: de libros, de cuadros, de muebles, de todo lo que más quise. He vaciado la vida de los míos y mi propia vida. Para purificarnos, para purificarme. Para empezar otra vez. Siempre a lo más difícil: que es lo que salva. Ya sólo queda en la casa la blancura maravillosa de las paredes que encontré el primer día que llegué a ella, su resplandor. Sólo queda lo blanco para seguir sembrando y aprendiendo en su lección. Es como si al final me sintiera arder en una hoguera blanca. He tenido que irme una vez más. Prometo volver solamente a lo blanco, a su luz, que es el origen de la casa y de mí.
Antonio Colinas en:
Tres tratados de armonía (contiene “Tratado de armonía”, “Nuevo tratado de armonía” y “Tercer tratado de armonía”), Barcelona, Tusquets Editores, 2010
Más sobre Antonio Colinas: http://antoniocolinas.com
Dos poetas mendocinos
Los emisarios
He atravesado la medialuz violeta
Por la que huyen las noches de febrero
He dejado sobre una mesa la carta desconocida
Que entró por la ventana abierta
Montada al mismo tiempo que endurece
Las estatuas recién nacidas
He leído el papel
Las palabras letra a letra
Me he preguntado quién
/En esta espera errónea/
Escribirá para otros
Las cosas que yo necesito.
Fernando G. Toledo
Cuando alguien desaparece
Cuando alguien desaparece,
Es que ha querido ir a alguna parte
y volverá cuando sienta el hambre y el cansancio.
Cuando el hambre y el cansancio
No son un verdadero problema,
El asunto es grave.
Facundo López
Imagen: Fernando G. Toledo en:http://fernandogtoledo.blogspot.com.ar/
Horacio Castillo
Ensenada 1934La Plata- 5 de julio 2010
Visita al maestro
(poema de su libro Alaska)
Llueve sobre colinas y jardines.
Allí, junto a la ventana, está el fuego.
Hablar o callar ¿qué es lo mejor?
Preguntar o responder ¿qué es lo peor?
Llueve sobre colinas y jardines
el agua salmodia en la penumbra.
¿También el callar es un hablar?
¿También el hablar es un callar?
Llueve sobre colinas y jardines.
Un caballo negro viene como volando.
¿La respuesta es entonces la pregunta?
¿La pregunta es entonces la respuesta?
Llueve sobre colinas y jardines.
El silencio del cuarto es el silencio del mundo.
La voz de lo absoluto
¿De cuántas maneras debería preguntarse aquello que sólo se vislumbra en el silencio? ¿Cuál es la construcción posible que nos hace menos ajenos a la incertidumbre que habita en los otros y en nosotros mismos? Exiliado en esa especie de “pregunta preñada de preguntas”1, el corazón del poeta se entenebrece, duda, y en el centro de una mudez que poco entiende de resplandecientes soles, interroga al enigma ensordecedor del Universo.
Como un peregrino, como un buscador “en medio del camino de la vida”2 percibe indicios en lo perdurable de la naturaleza, ahí, en esa primaria seguridad es donde se sostiene cierta certeza, aún cuando esa certeza viene a galope de negros caballos alados.
El misterio, privilegio de lo sobrehumano, abunda en el silencio. El fuego, cálidamente instalado en un adentro, no deviene ni palabra ni instante creativo: llueve sobre colinas y jardines abandonados a la desnudez de un mundo enmudecido. La palabra no es dada. En el cuarto el silencio. Silencio que retumba en la soledad del Ser. Ser, que en su anhelo de comprensión pareciera no recordar que “todas las divinidades residen en el corazón humano”3.
Quizá debería inferirse también, elípticamente, que el maestro, en este juego de imágenes espejadas, en este correlato de realidades reflejándose unas en otras, “agotado todo lo que la palabra puede expresar”4, haga del silencio el lenguaje esencial y de cuanto calla, la voz más tersa de lo absoluto.
1 Edmond Jabés
2 Dante Alighieri
3 William Blake
4 Sung Chih-Wen
Nota:
Texto escrito por Sandra Cornejo para el cuaderno dedicado a Horacio Castillo, en: http://www.abacq.org/cuaderno/index.php?Horacio-castillo-mitografias
Foto de Horacio Castillo por Constanza Agesta
III VaPoesía Argentina Cierre Bs As
Dos poetas
En busca de Evita
(En Recoleta)
Algunos le dicen mansión inútil en la tierra.
Un gato
sentado en un rincón del sepulcro
dormita cantando los pasos de los visitantes.
Ayer que bastaba tener una nube como manta
fue un día cálido.
Se reúnen la jóvenes Evas
en búsqueda de Evita.
Pero , ¡ay!
la Eva que debería escuchar las oraciones de las Evas
hace rato que se ha ido.
Jo Mi-Hee, Corea
Mar de los Sargazos
Te perderás frente a la puerta
de la noche
Para decir: yo soy el último cubano
¿Y los otros?
preguntará el murmullo de las alas de los ángeles.
No sé, dirás, vino la nada y arrambló con ellos,
dormía cuando pasó
por eso no estoy muy seguro,
luego la isla se hundió en el mar
y desconozco si vivo o muero,
no estoy aquí para quedarme
comparecí a aclarar mis ideas.
Si vives o mueres no lo sabe nadie,
respondieron los ángeles con el susurro de sus alas
y el cubano se tornó humo en la memoria
de Dios
y con él el último recuerdo de la isla.
Donde estaba Cuba
florece ahora un mar de sargazos.
Marcial Gala, Cuba
Dacia Maraini
porAlejandro Patat
"La fidelidad a las propias ideas conlleva riesgos"
Diálogo con Dacia Maraini. La escritora italiana presentó en Buenos
Aires un film sobre místicas y mujeres eruditas medievales. Aquí, habla
de sus intereses literarios y de su amor con Alberto Moravia
Por Alejandro Patat | Para LA NACION| ADN Cultura
(http://www.lanacion.com.ar/1798806-la-fidelidad-a-las-propias-ideas-conlleva-riesgos)
No es la primera vez que Dacia Maraini, escritora polifacética,
incansable viajera e intelectual atenta a los cambios profundos que vive
hoy Europa, visita la Argentina. Invitada por el Instituto Italiano de
Cultura de Buenos Aires, presentó en la Feria del Libro un documental,
realizado con Maria Giustina Laurenzi, acerca de un grupo de mujeres que
se transformaron en grandes estudiosas o místicas de la Escuela de
Salerno, en el sur de Italia, en pleno medioevo mediterráneo. En las
demás charlas que ofreció en nuestro país, prevaleció su reflexión en
torno al rol de las mujeres en la sociedad, que es una de las claves
esenciales de su poética y de su amplio compromiso en medios italianos e
internacionales. A sus impecables 78 años conserva una luz radiante en
sus ojos claros, una mirada intensa y una particular capacidad de
escuchar a sus interlocutores.
-Hace muy poco se ha publicado en Italia su volumen Chiara d'Assisi. Elogio della disobbedienza.
Me pregunto si este nuevo libro responde a la multiplicación de
indicios que en los últimos años han puesto a Francisco de Asís en el
centro de la atención político-teológica, religiosa e incluso
filosófica, y libros, como Altísima pobreza, de Giorgio Agamben, que
considera el franciscanismo la única gran revolución europea.
-Las cosas a veces parecen organizadas arteramente y, en cambio, son
sólo hechos que coinciden. Hace veinte años que me ocupo de las
místicas. Ellas, injustamente olvidadas por la crítica literaria,
siempre se abocaron al Evangelio contra el poder político de la Iglesia.
Fueron, a su manera, revolucionarias generosas y apasionadas. Yo
escribí primero, hace ya quince años, un texto sobre Sor Juana Inés de
la Cruz y, años más tarde, uno sobre Catalina de Siena. Se trata
entonces de intereses profundos de largo término.
-El subtítulo del libro (Elogio de la desobediencia), así como la trama
dan a entender que Clara, para poder rehuir el futuro designado y
seguir en cambio su propia vocación, necesitó oponerse férreamente a la
tradición, a la voluntad de su familia, a los dictámenes de la sociedad.
¿Esa historia significa que un ser humano, para permanecer fiel a sí
mismo, debe romper con lo impuesto? ¿Por qué todas estas vidas
ejemplares implican siempre una guerra, un destino sacrificial?
-Sí, es cierto. La fidelidad a las propias ideas conlleva riesgos. Si
las ideas son muy fuertes y decididas, como le sucedió a Clara, se está
dispuesto a hacer un gran sacrificio. Si las ideas son débiles y poco
convincentes, se pierden por el camino. La sociedad debe ser combatida
toda vez que se vuelve corrupta, incapaz, mentirosa e hipócrita.
-Clara es otro de sus personajes femeninos memorables, desde María
Estuardo, en los años setenta, hasta Mariana Ucría en los noventa.
¿Usted hace su trabajo sobre y con mujeres (feliz la colaboración con la
actriz italiana Piera degli Esposti) desde la perspectiva de una
intelectual engagée o es una exigencia artística, literaria la de dar
voz a una mujer?
-Diría que las dos cosas. Por un lado, el sentimiento de indignación
contra las injusticias que han sufrido y sufren las mujeres; por el
otro, el placer de la invención.
-¿Por qué quiso presentar en Buenos Aires un documental sobre mujeres?
-Las mujeres han escrito siempre, pero sus escritos no han sido
considerados dignos de atención y memoria, salvo unos pocos casos. Es
suficiente con ver la suerte que corrieron los bellísimos escritos de
las místicas, desde 1200 en adelante, sepultados en los cajones de los
conventos. No sólo censurados por la Iglesia, lo cual es comprensible
porque se trataba de textos muy sensuales, sino, sobre todo, por laicos y
estudiosos. Giustina Laurenzi me propuso hacer juntas un documental
sobre las escritoras olvidadas, desatendidas o, simplemente,
menospreciadas. Yo elegí algunas de la Escuela de Salerno, médicas,
místicas, santas, que me parecen extraordinarias y dignas de estudio.
-Y desde el siglo pasado hasta hoy ¿cuáles son las escritoras dignas de atención?
-Hoy hay muchísimas escritoras de talento. Cito sólo algunas. En
Italia, Melania Mazzucco y Margaret Mazzantini. En América Latina,
Marcela Serrano e Isabel Allende. En cuanto al siglo XX, no sé decidirme
entre Virginia Woolf, Simone de Beauvoir, Agatha Christie o Grazia
Deledda.
-Usted también ha escrito sobre su padre, reconocido etnólogo,
orientalista, alpinista y escritor italiano. Ha hecho una reconstrucción
dramática de cuando él, rechazando su participación en el fascismo de
la República de Saló, fue arrestado junto a toda su famila (usted y su
hermana eran sólo unas niñas) y condenado a ir a una prisión, donde
todos ustedes sufrieron enormes privaciones. ¿No le recrimina una
decisión que la hizo sufrir tanto?
-Mi padre murió en 2004. Mi madre siempre insiste en que, en 1943,
cuando cada uno de ellos fue llamado por separado a testimoniar frente a
la policía, sin que se hubieran puesto de acuerdo, ambos decidieron no
firmar a favor de la República de Saló. No fue una decisión de mi padre
solamente, sino un gesto responsable de dos adultos que rechazaban el
nazi-fascismo y el racismo. Yo los admiro por su coraje, porque nos
dieron un gran ejemplo de idealismo, de coherencia y de honestidad
intelectual.
-Ya que estamos en un clima de confesiones íntimas, ¿me quiere decir
qué le quedó, transcurridos ya tantos años, de su vida en pareja con
Alberto Moravia?
-Conservo recuerdos bellísimos de nuestros viajes, de las cosas que
hacíamos juntos: leer por horas sentados en una terraza de Roma, pasear
por las calles de la ciudad, ir al cine en salas desiertas a las tres de
la tarde, conversar, reír, cocinar para los amigos en la casa que
teníamos frente al mar...
-Como se dice en italiano, la suya es sin duda una vida vivida. Al
final de su biografía personal, publicada en su página web oficial,
aparece en caracteres sobreimpresos la frase "no me quedaría nunca
quieta". Y, por sus viajes permanentes, no es difícil creerle. El crear,
hacer, viajar, escribir sin descanso ¿es fruto de una elección
personal, de un impulso neurótico, del deseo?
-En nuestro estar en el mundo, en la relación entre nuestro cuerpo con
el espacio y con el tiempo, hay algo siempre misterioso. No sé decir por
qué amo viajar. Creo que es un mal de familia. Mi abuela iba por el
mundo con una mochila sobre los hombros, sola y aventurera. Mi padre, lo
mismo. Yo heredé esa inquietud. Amo viajar, pero también amo volver a
casa y gustar el silencio de mi estudio, la presencia de los libros,
sabiendo que a la noche iré a lo de mi madre y hablaremos de muchas
cosas..
La Sura de la sombra
Arto Melleri
La Sura de la sombra
El que no posee
una sombra en su interior
una Sombra a la que uno pueda retirarse
de la multitud humana
una Sombra, una penumbra, un manantial secreto
que murmure pacíficamente
un Manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma
se encuentra desamparado en el desierto,
cegado por el sol,
condenado a creer
en todo espejismo
y la arena del desierto cambia
constantemente de forma,
la ciudad, desaparecida del mapa,
seguirá igual de alejada
El que no posee
una Sombra, una penumbra, un manantial secreto
un Manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma
Desgraciado aquel que no tiene una Sombra en su interior.
Arto Melleri. Finlandia (1956-2005) Nació en Lappajärvi, estudió en la
Universidad de Helsinki y en La Escuela de Teatro de Finlandia. Muchos
de sus poemas fueron vertidos al rock por importantes exponentes de este
género, Melleri a su vez, los interpretó con ellos.
La escritura terapéutica
La escritura terapéutica ayuda a elaborar vivencias traumáticas
Es lo que ha demostrado James Pennebaker, un referente en esta área de la psicología
El profesor de psicología de la Universidad de Texas James Pennebaker estudia el poder reconstructivo de la escritura. Exhibe con sencillez sus hallazgos, nacidos en múltiples y disímiles escenarios, como la Nueva York posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001, una clínica oncológica o la crisis provocada en California por el terremoto de 1989.
"Desde 1979 venimos estudiado cómo las personas enfrentan situaciones traumáticas dolorosas a través de la escritura expresiva. Comenzamos pidiendo a un grupo de estudiantes universitarios que escribieran sobre sus vivencias personales más dolorosas, y descubrimos que aquellas que se habían mantenido en secreto tenían mayor potencial de enfermar. Entonces, invitamos a las personas a nuestro laboratorio a contarnos anónimamente estos secretos", comienza diciendo Pennebaker.
"Con el tiempo y la ayuda de decenas de investigaciones que, desde entonces, se realizaron en el mundo entero, hoy sabemos que la escritura expresiva provoca una serie de efectos en cascada sobre la salud física: estimula la protección inmunológica, relaja y mejora la calidad del sueño, ayuda a controlar la presión arterial, reduce el consumo de alcohol y fármacos. Además, reordena el pensamiento, promueve la conexión con los otros y disminuye las crisis depresivas. Parece mágico."
-¿Cómo se explica esa magia? ¿Basta con relatar un hecho traumático para que su poder destructivo ceda?
-Cuando nuestras primeras investigaciones alcanzaron estado público, yo funcionaba como un imán que atraía a personas que se me acercaban para contarme sus vivencias traumáticas. Los escuchaba suponiendo que eso los aliviaría, pero al año siguiente volvían a encontrarme, el relato no era muy distinto y su estado de salud tampoco había mejorado. Entonces, aprendí que contar la misma historia, una y otra vez, no es necesariamente terapéutico. Una de las condiciones de la escritura expresiva es que movilice las emociones involucradas, en un proceso de reconstrucción del hecho traumático.
-¿Qué sucede en el psiquismo para que la escritura se convierta en un proceso potencialmente terapéutico?
-Escribir cambia la forma en que la gente piensa y organiza su mundo interno; exige detenerse sobre la experiencia, reevaluar sus circunstancias, hasta que se alcanza una nueva representación en el cerebro. Es un proceso que implica reinscribir las emociones en un nuevo formato. Sus efectos, especialmente en el terreno de la salud, no siempre son permanentes: es como tomar un analgésico, con efecto en el corto plazo.
-¿Cuáles son las consignas por respetar para que la escritura sea eficaz en la elaboración de tragedias, personales o colectivas?
-Las experiencias traumáticas [como puede ser el reciente terremoto de Chile] atraviesan una fase inicial, que dura entre tres y cuatro semanas, durante la cual las personas piensan y hablan todo el tiempo sobre el hecho. En este período de emergencia que sigue al desastre, es como si autogestionaran un sistema terapéutico que no requiere la intervención de profesionales de la salud. Numerosas experiencias han demostrado que, durante esta fase, no es positivo aplicar la escritura terapéutica.
Personalmente estuve involucrado en dos estudios que fueron un gran fracaso. Uno de ellos fue con mujeres que estaban terminando su terapia de radiación contra un cáncer de mama. Como asistían diariamente al centro médico, les pedimos que escribieran sobre su experiencia. Sus escritos hacían un ejercicio de anticipación sobre una situación que no tenían ni idea de cómo se desarrollaría. De hecho, más de un tercio de estas mujeres al terminar el tratamiento estaban deprimidas, y la escritura no las había ayudado.
Es importante respetar este primer período antes de proponer este tipo de intervención, ya que sus efectos, si no, pueden ser negativos. Le sigue una fase durante la cual las personas ya no están tan dispuestas a compartir las historias de los otros y se mantienen concentradas en la propia. Y, finalmente, una tercera fase en la que sí son importantes y muchas veces necesarias las intervenciones como la escritura expresiva, que ayuda a elaborar y ordenar internamente la experiencia dolorosa.
Sin embargo, yo no propongo a la escritura expresiva para suplantar una psicoterapia; es una práctica complementaria [a menos que se realice en el marco de un abordaje clínico, tal como hace la licenciada Mónica Bruder, referente del doctor Pennebaker en el país, con su propuesta de cuento con final positivo]. En la Argentina está culturalmente aceptada, inclusive estimulada la consulta psicoterapéutica; en cambio, en los Estados Unidos no es así, por eso yo recomiendo a quienes atraviesan una situación dolorosa o crítica que se sienten a escribir quince minutos diarios, durante cuatro o cinco días. Si no se sienten mejor, entonces tendrán que pensar en otra alternativa.
La escritura expresiva tiene el potencial de ayudar a las personas a convertirse en terapeutas de ellas mismas. .
Tesy de Biase Para LA NACION
Nota en: http://www.lanacion.com.ar/1240352-la-escritura-terapeutica-ayuda-a-elaborar-vivencias-traumaticas
El doctor James Pennebaker, de la Universidad de Texas, durante su visita a Buenos Aires. Foto: Marcelo Gómez
¿Existe una literatura infantil?
por Michel Tournier
¿Existe una literatura infantil?
por Michel Tournier
Quisiera que se me permitiese relatar una experiencia personal en lo que respecta a los libros para
niños, porque la considero instructiva.
En 1967 publiqué mi primer libro, una novela titulada Viernes o los limbos del Pacífico (1).
Tratábase de una nueva versión del célebre Robinson Crusoe de Daniel Defoe (1719) que en más de
dos siglos transcurridos desde su aparición ha sido "reescrito" innumerables veces. La regla del
juego consistía para mí en ser lo más fiel posible a mi modelo al tiempo que introducía en él —
discreta, secretamente y como de contrabando— todo un bagaje de ideas filosóficas y
psicoanalísticas modernas. Debo aclarar que acababa de presentarme al concurso de "agregación"
en filosofía y que estaba imbuido de las doctrinas de Jean-Paul Sartre y de Claude Lévi-Strauss.
La relectura de mi novela me hizo advertir inmediatamente sus insuficiencias y percatarme de cuan
lejos me hallaba del ideal que me había propuesto. La filosofía estaba allí, en cada página,
indiscreta, exorbitante, volviendo lento y pesado el curso del relato. Pronto se me ocurrió la idea de
rehacer el libro, aligerándolo y debastándolo, agregándole episodios puramente narrativos,
integrando más íntima y profundamente la carga filosófica, que no cambiaría pero que tampoco
quedaría a la vista. Valiéndome pues de Viernes o los limbos del Pacífico como de una especie de
borrador, escribí un nuevo libro, Viernes o la vida salvaje (2), en el que no hay una sola línea
copiada del anterior.
Fue entonces cuando comenzaron las sorpresas. La primera fue la de enterarme de que había escrito
un libro para niños. La brevedad del relato, su limpidez, el ritmo ágil de los acontecimientos, todo
contribuía a hacer que esa breve novela se convirtiera en el futuro en un "clásico", en el sentido
propio del término, es decir un libro leído en clase. Mientras tanto —y ésta fue la segunda sorpresa
— no encontraba editor. Descubrí al mismo tiempo cómo funcionaban las editoriales de libros "para
niños" o los departamentos de "literatura infantil" de las grandes editoriales. Viernes o los limbos
del Pacífico había sido publicado por unas doce editoriales extranjeras. Las que tienen una sección
de obras "para la juventud" rechazaron Viernes o la vida salvaje por unanimidad. Las editoriales
especializadas se mostraron asimismo poco acogedoras. ¿Por qué? Porque las ediciones para niños
obedecen a leyes que excluyen por completo la verdadera creación literaria.
Sucede que se han formado un concepto a priori del niño, concepto que arranca directamente del
siglo XIX y de una mitología en la que se mezclan Victor Hugo y la reina Victoria. En los Estados
Unidos, el ámbito del libro para niños ha estado mucho tiempo dominado tiránicamente por la
empresa Walt Disney. Esas editoriales especializadas viven bajo el terror de la vigilancia que
ejercen las asociaciones de padres de familia y de libreros, cierto tipo de periódicos y revistas y una
vasta red de opinión en la que desempeña un papel importante el comentario de boca en boca. La
publicación de un libro para niños que no se adapte a las exigencias de esa censura entraña no
solamente un boicot por parte de la prensa y de los libreros sino además un desprestigio que se
extiende a toda la producción de la editorial responsable, considerada desde ese momento como
sospechosa. Cabe suponer que cualquier audacia y todo tipo de creación original quedan así
rigurosamente eliminados por las comisiones de lectura. En la mayoría de los casos se fabrican
"moldes" —llamados "colecciones", con un director de colección— en los que unos seudoescritores
vierten incansablemente un producto pedido y programado de antemano. El público de cada
colección es objeto de un retrato-tipo que comprende la edad, el sexo y la condición social. En
muchos casos, todo ello se halla rematado por una ideología política o religiosa. Si el
malaventurado autor de una obra nueva —que, por definición, no se parece a otra— va a llamar a la
puerta de una de esas fortalezas, es posible que por cortesía retengan su manuscrito durante algunos
días, pero nadie se tomará la molestia de leerlo.
Diez años han pasado desde entonces. Gracias al éxito de mis novelas algunas editoriales han
terminado por aceptar mi Viernes o la vida salvaje. Pero en muchos casos se ha tratado de
editoriales puramente literarias e incluso de vanguardia, como Knopf en Estados Unidos, que no
tienen ninguna experiencia en materia de libros para niños.
Así es como he llegado a hacerme seriamente esta pregunta: ¿qué sentido tiene hablar de libros para
niños? Pensándolo bien, esta noción de una biblioteca ad usum delphini es bastante reciente. En
efecto, se origina precisamente en la mitología victoriana del niño que he denunciado más arriba.
Pero, entonces, ¿dónde situar los cuentos de Perrault, las fábulas de La Fontaine, la Alicia de Lewis
Carroll? Y a esas obras maestras habría que añadir los cuentos de Grimm, los de Andersen, las
leyendas orientales, Nils Holgersen de Selma Lagerlöff, El principito de Saint-Exupéry. Pues bien,
creo que es preciso atreverse a recordar que, con excepción de Selma Lagerloff, esos autores no se
dirigen en modo alguno a un público infantil. Mas, como tenían genio, escribían tan bien, tan
límpidamente, tan brevemente —calidad rara y difícil de alcanzar— que todo el mundo podía
leerlo, incluso los niños. Este concepto de "incluso los niños" ha llegado a tener para mí una
importancia capital y diría que hasta tiránica. Se trata de un ideal literario al que aspiro sin lograr —
salvo una excepción— alcanzarlo. A riesgo de chocar a algunas personas, voy a decir lo que pienso:
a Shakespeare, Goethe y Balzac se les puede tachar de una imperfección a mi juicio imperdonable:
la de que los niños no puedan leerlos ( * ) . Por lo que a mí respecta, volvería a tomar gustosamente la
pluma y me pondría a trabajar de nuevo en mis otras novelas, El Rey de los Alisos, Los meteoros,
Gaspar, Melchor y Baltasar, para obtener versiones más puras de ellas, más rigurosas, más
diamantinas, hasta el punto de que... incluso los niños pudieran leerlas. Si no lo hago no es por
natural pereza —puesto que para ello habría que realizar un trabajo inmenso—, sino porque no
serviría para nada. Los adultos no leerían esos "libros para niños" y los niños tampoco, dado que
ningún editor de "obras infantiles" aceptaría esas novelas que escapan a sus "normas".
Sin embargo, una vez por lo menos he alcanzado el ideal que me he fijado. Durante muchos años
traté de integrar en una aventura ejemplar, con sólidas bases metafísicas, a los tres personajes
principales de la comedia italiana: Pierrot, Colombina y Alerquín. Y finalmente lo logré. El
resultado es un cuento de unas treinta páginas titulado Pierrot o los secretos de la noche. Puesto
que mi principal editor había creado una "sección de libros para la juventud", logré que aceptara ese
"libro para niños" que publicó fuera de colección, en un formato único en su editorial, algo así
como cuando antaño se solía demarcar en una ciudad un "barrio reservado", rodeado de una especie
de cordón sanitario. Hay que reconocer que el éxito del libro hizo que dos años después pasara a
formar parte de una colección de la editorial, un poco como cuando el hijo maldito y echado del
hogar por el padre es acogido nuevamente entre los suyos porque durante su ausencia ha hecho
fortuna. Sin embargo, esas treinta páginas —por las cuales yo cambiaría el resto de mi obra— no
encuentran todavía editor en el extranjero.
A partir del éxito de la segunda versión de Viernes se me invita frecuentemente a ir a hablar en las
escuelas de Francia y de los países de habla francesa. Yo escucho las preguntas de los niños y me
esfuerzo por responder a ellas. No son más "pueriles" que las que habitualmente hacen los adultos
y, en su conjunto, quizás lo son menos. De modo brutal van siempre directamente a lo esencial.
¿Cuánto tiempo tarda en escribir un libro? ¿Cuánto gana usted? Si hay faltas de ortografía en su
manuscrito, ¿qué dice su editor? ¿Qué hay de verdad en sus historias?
Estas preguntas y cien más me han enseñado mucho por las respuestas que me han obligado a
inventar, pues por principio respondo siempre sincera y detenidamente. La última de las preguntas
que he citado pone en entredicho toda la estética literaria. ¿Es preciso recordar que Marthe Robert
tituló su último libro La verdad literaria?. Yo suelo responder escribiendo ante todo en el encerado
o pizarrón una frase de Jean Cocteau: "Yo soy una mentira que dice siempre la verdad". Luego
cuento los orígenes del Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Hubo un hecho real: el timonel escocés
Alexander Selkirk estuvo abandonado durante cuatro años y cuatro meses en la isla de Juan
Fernandez, en el Pacífico. Es a partir de esta historia verdadera como Defoe escribió su Robinson.
Ahora bien, existe la historia de Selkirk, tal como la consignó por escrito el comandante Wood
Rogers que le recogió y le llevó de regreso a su patria. Pero ¿quién ha leído ese informe? Nadie,
salvo algunos especialistas. Por el contrario, el Robinson de Defoe tuvo y sigue teniendo un
inmenso éxito internacional. ¿Por qué razón la ficción excede hasta ese punto en la mente de los
hombres de la pura y simple verdad?
La pregunta es temible y quien supiera responder a ella habría descubierto la clave de las obras
maestras. Sin ambicionar tanto, voy a esforzarme por aclarar un poco ese misterio.
Lo más extraordinario del Robinson Crusoe de Defoe es que uno no se contenta con leerlo. Creo
incluso que en fin de cuentas se lee bastante poco en su versión completa y auténtica. Lo que da
fuerza y valor a esa obra es que suscita una necesidad irresistible de reescribirla. De ahí que existan,
como he indicado ya, innumerables versiones, desde La isla misteriosa de Julio Verne hasta el
Robinson suizo de Wyss, pasando por Susana y el Pacífico de Giraudoux y las Imágenes para
Crusoe de Saint-John-Perse. Hay en algunas obras maestras —y por ello figuran en primera línea de
la literatura universal— una incitación a crear, un contagio del verbo creador, una puesta en marcha
del proceso inventivo de los lectores. Yo confieso que para mí esa es la cumbre del arte. Paul
Valéry decía que la inspiración no consiste en el estado en que se encuentra el poeta cuando escribe,
sino en el estado en que el poeta que escribe espera poner a su lector. Pienso que de tal afirmación
cabría hacer el fundamento de toda una estética literaria.
Pero ¿no equivale esto a esperar que una obra de arte posea ante todo una determinada virtud
pedagógica? Montaigne decía que enseñar a un niño no es llenar un vacío sino encender un fuego.
Creo que no se podría pedir más. En cuanto a mí, lo que he ganado es cierta llama que veo a veces
brillar en los ojos de mis jóvenes lectores, la presencia de una fuente viva de luz y de calor que se
instala de ahora en adelante en un niño, encedida por la virtud de mi libro. Recompensa rara ésta, y
que no tiene precio, a todos los esfuerzos, a todas las soledades, a todos los malentendidos.
(*) Hay que reconocer que, de todos modos, algunos poemas de Goethe se recitan en las escuelas
europeas.
Texto publicado en: http://www.imaginaria.com.ar/09/6/tournier.htm#tournier
Imagen: Michel Tournier
León Felipe
Vencidos
León Felipe
Vencidos
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigo
pastor.
Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar...
El poema Vencidos, publicado en Versos y oraciones de caminante (1920-1929), pertenece al poeta español León Felipe (España 1884; México 1968).
Imagen: Don Quixote, 1955, Pablo Picasso
Libros
por Sandra Cornejo
Encuentro de La letra y la historia. Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Tema: Leer hoy. Distintos soportes. Distintos lenguajes.
Teatro Argentino de La Plata, Buenos Aires, abril de 2015.
Este encuentro nos convoca, considero, debido al especial cariño que
sentimos por los libros (los libros en todos sus formatos). En tal
sentido estamos aquí para compartir este co-aprendizaje que hemos ido
construyendo por y con el amor hacia las palabras. Las palabras,
condición singular de este lenguaje por el cual existe la escritura, que
no cambia en lo primario, más allá o más acá del soporte que la
contenga.
Vivimos en el tiempo de las nuevas tecnologías, es cierto. Tiempo en el
que impera la diversidad de dispositivos y expresiones: la velocidad;
pero aquí, casual o azarosamente, estamos en el ámbito de las
Bibliotecas y de los Archivos. Y cuando digo Biblioteca siempre recuerdo
aquella frase de Borges que escribió al comenzar un cuento: “El
universo (que otros llaman la Biblioteca)…”[1].
Pretendo resaltar que aún hoy, todavía, en estos espacios, el papel, el envejecido papel, sigue siendo un material preciado, y de cuidado. Quiero decir que el ser humano, tiene una actitud, una linealidad de la cual no puede escapar, al leer. Recuerdo al respecto un comentario de Ricardo Piglia que respondía, en una entrevista que vale la pena tener, lo siguiente: “…hoy todo pasa muy rápido y parece que no estar al día es un problema, pero la lentitud de la lectura es la de nuestro cuerpo, la del desciframiento. Es necesario preservar esa lentitud. Hay que escapar del vértigo de la actualidad…”.
Con esto no pretendemos quedarnos a la luz del pabilo alejados de la realidad, pero la persona humana sigue siendo, casi, la misma persona que aquélla, traspasada ahora por una innumerable artillería de herramientas que, entiendo, podrá utilizar de la mejor manera posible si otorga un sentido especial a la relación que se establece y se abona entre su condición de ser humano y el medio que lo rodea, con sus nuevos paradigmas. Las bondades de las nuevas tecnologías, de los formatos que imperan hoy, cuya cualidad es el mutar constantemente, dependen en todo caso de la actitud que se tome ante la multiplicidad de posibilidades que implica esta revolución digital.
Un crítico, un humanista, me refiero a George Steiner en su libro Extraterritorial, explica que no hay literatura sin lenguaje –sabemos que sí hay lenguaje sin literatura- infiere que la literatura es lenguaje pero en un estado especial, porque la intención de la literatura es significar algo a través del lenguaje. Y agrega: “La palabra arranca al hombre del silencio de la mayoría de los seres”[2].
Primordial en el hecho de la comunicación, la palabra y por ende la escritura, se diferencia de los otros lenguajes. Esto no implica un estatus en el reino de las artes: toda expresión, todo acto de creatividad, depende de la argamasa de una individualidad, de un modo de pararse ante la inestabilidad de la naturaleza humana, para sostenerse en ella y a pesar de ella.
Una exploradora del hecho escritural que ha fomentado vínculos y
promovido espacios en pos de la creación de comunidades lectoras, me
refiero a la antropóloga Michèle Petit, en su libro Una infancia en el país de los libros
va más allá y expresa: “El arte, la literatura, acercan lo que
habitualmente está separado, como el oso polar y la selva virgen, y esas
vecindades poseen una fuerza poética. Empujan las representaciones
habituales, suscitan el movimiento. Suelen desplazarnos todavía más
cuando se convocan esas tierras lejanas que nos vinculan con lo más
profundo de nosotros mismos. Al reunir lo que está separado, nos reparan
un poco, nos consuelan y nos relacionan con los demás, al menos por un
tiempo”[3].
Como ella, y en tonos similares, otros autores nos han conducido de la
mano por el mundo de los libros ayudándonos a encontrar aquello que nos
sorprende o nos desacomoda pero también y siempre, nos ayuda a articular
nuestra mente con el corazón de las cosas. Así, por ejemplo, la inglesa
Jeanette Winterson se ha referido a los libros como a ese hogar ideal y
único que alguna vez la salvó de la falta de un hogar real; el israelí
Amos Oz ha destacado la incondicionalidad de los libros; para Edmond
Jabés el libro se va entrelazando en una resonancia de palabras que nos
convoca. Así podría seguir describiendo la impronta que los libros dejan
en la vida de los lectores.
El poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht decía que todo ser humano es un artista. Escribía también en un poema: “Ven a la escuela, hombre sin techo./El saber es para ti que tienes frío./Hambriento: toma con fuerza el libro”[4].
Los libros hoy, y en cada momento de la historia, serán un cobijo. Desde nuestro punto de vista, comprendemos que leer es siempre una aventura, una forma de interpretar y asimilar el mundo, es nuestra responsabilidad por lo tanto, poner los libros, la lectura y le escritura, al alcance de todos, no importa en cuál de sus formatos.
[1] Borges, Jorge Luis. 1966. Ficciones. Buenos Aires, Emecé Editores.
[2] Steiner, George. 2000. Extraterritorial. Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora.
[3] Petit, Michéle. 2008. Una infancia en el país de los libros. Mexico, Océano travesía.
[4] Brecht, Bertolt. 1999. 80 poemas y canciones. Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora.
Programa completo del Encuentro en:
http://www.cultura.gba.gob.ar/download/programa.pdf
Palabras de Abrigo
Palabras de Abrigo
Prólogo para Libro del humo de Patricia Coto
por César Cantoni
Los treinta y tres poemas que componen “Libro del humo” no tienen título, no están numerados ni se hallan identificados de ninguna otra forma. En cambio, al pie de los mismos figura la fecha en que fueron concebidos. La autora ha elegido, además, ordenarlos cronológicamente, como si se tratara de un diario escrito en verso, de una bitácora de las vivencias e inquietudes que la marcaron durante cierto segmento temporal, que va del 24 de julio de 2005 al 2 de marzo de 2013.
Si bien el tiempo es el eje estructural del libro, los poemas conservan siempre su autonomía, por lo que el lector puede abordarlos desordenadamente sin que ello afecte su comprensión y su valoración estética. Sólo dos poemas, el primero y el vigésimo cuarto, rompen el orden cronológico. El primero funciona como prefacio o introducción y es una apelación al lector, a su capacidad de leer entrelíneas, de intuir lo que las palabras callan o no dicen, lo que sólo el silencio es capaz de revelar: “Que el lector sea solamente/ una letra,/ tendida entre el filo de dos hojas,/ para decir, para gritar,/ para soñar lo que no está escrito,/ lo que cabe en el desván de los ojos”. El vigésimo cuarto, por su parte, adhiere a una serie de poemas centrados en la labor poética, que explica su lugar en el contexto: “Basta de escribir si no se sabe/ a quién escribimos, a quién hablamos/ entre paredes, papeles del fin del mundo”.
Todos los poemarios de Patricia Coto publicados hasta hoy incluyen en el título la palabra “libro”: “Libro del vigía”, “Libro de la memoria”, “Libro del espejo ardiente”, “Libro de la frontera” y “Libro de navegación”. A ellos se suma ahora “Libro del humo”. Este rasgo común, además de ser una seña identitaria, remite a la idea de continuidad e integración, como si dichos libros fuesen eslabones de una misma cadena. Y, ciertamente, eso es lo que son: capítulos de una obra mayor que la autora va construyendo de manera pausada, pero sin perder la pasión ni la coherencia.
El humo, como imagen de lo huidizo y transitorio, ya está presente en un cuadernillo titulado “Fanales” y editado en 2009. Dice un poema del mismo: “El humo se esparce y nos seduce/ los cabellos, la mirada,/ la sombra de las manos./ El humo con su vocación de susurrarnos,/ en el más atrás de los oídos,/ que algún día una fogata arderá/ por nosotros/ y seremos cenizas de cenizas,/ restos de una fiesta en la noche de la nada”. En su nuevo poemario, el humo es, además, “casa del aire que revela que/ algo estuvo aquí y el fuego/ convirtió en poco, en efímero”. El humo todo lo alcanza y lo penetra, “como un puñalito del tiempo”, asegura la autora, que llega a asignarle un carácter a los distintos colores con que se manifiesta –el blanco es “suave”, el negro tiene “garras”, el gris oscila “entre la caricia y el puño”–, para concluir, irremediablemente: “Todo es humo”.
Sin eufemismos ni rodeos innecesarios, Patricia Coto le recuerda al lector que la realidad está signada por la impermanencia. La acción corrosiva del tiempo resulta indetenible y todo se diluye como el humo, que equivale a decir “todo es nada”. La nada –señala precisamente en otro poema– nos abraza/ como el aliento de un volcán/ y quema los bordes de lo que existía./ Sin bordes, sin manos/ la realidad queda desnuda,/ vacía de armas hacia la aurora”. Más adelante, frente al “tajo” de la nada, la poeta hallará en la escritura un argumento válido para ofrecer batalla: “Escribir para que la nada/ baje los brazos y no cubra/ la tierra, con soles de hierro”.
El hombre, por supuesto, no escapa a la precaria condición de lo real –“Recuerda que eres mortal”, sentencia una línea– y la vida no es más que tránsito a lo desconocido. Sin embargo, esta poesía no se limita a exponer una mirada existencial y descorazonante; por el contrario, es poesía solidaria: como un oficio más “entre los oficios de la conciencia”, busca acompañar al hombre a lo largo del camino, procurando paliar sus dolores y abrigándolo en su desamparo. Lo expresan claramente estos versos: “Escribir para que el mundo no esté vacío/ ni silente, no quede arrumbado en una sombra.../ Escribir para que los hombres se escuchen,/ se miren las manos y sepan para qué florecen.../ Escribir para cubrir la oquedad de la esperanza.../ Escribir para que la vida crezca”. El mismo compromiso espiritual se desprende del siguiente poema, que vale la pena transcribir completo:
Benditas las palabras que nos dan casa y comida,
nos avientan caminos, nos extienden las manos,
nos encienden las sangres y disparan a los vientos.
Benditas las palabras sin dilación ni cobardía
que despiertan el corazón de los pueblos y
tejen puentes rebeldes entre los días.
Benditas las palabras que colorean el pensamiento
y lo tiñen de futuro, de añoranza y de vuelo.
Benditas las palabras para que el hombre
no sea sólo una caña al viento
y luche por el canto, por la tormenta,
por las espinas, por todo lo que espera
ser domesticado, amparado.
Benditas las palabras sin derrota,
sin extravío, sin descanso.
Benditas las palabras
que no cesan de bendecirnos.
Más de la mitad de los poemas de “Libro del humo” giran en torno del sentido y la función de la poesía. Por qué, para qué y para quién escribir son preguntas que, sin ser formuladas explícitamente, constituyen el trasfondo de agudas reflexiones. Para la autora, dichas preguntas tienen que ver con la ética de la creación y se imponen como un deber inexcusable. En consecuencia, si algo le exige Patricia Coto a la poeta que hay en ella es mantenerse alerta, “tener los ojos abiertos” a lo que deviene y no hacer de la escritura un pasatiempo vano. Por eso, “El poema no puede ser amable./ Si fuera amable, las gentes olvidarían el dolor,/ la ira, la impaciencia, la remota ilusión,/ el hacha de la frustración y el peldaño/ que cede”. Por eso, las palabras deben blandir “el filo de una verdad irrepetible”, porque, “Aunque hieran, su herida es fecunda” y, a la postre, terminan alumbrando “caminos sin sequía”.
Queda claro, pues, que “Nada del mundo es indiferente” para Patricia Coto ni nada más reñido con su poesía que la complacencia fácil. Como en toda su obra, una vez más lo poético y lo humano se entrelazan en “Libro del humo” y van componiendo un tejido común –un legado metafórico– que quiere ser cobijo y sustento del espíritu. Un convencimiento profundo anima lo expresado: “Cuando el poema camina, la vida avanza”.
El poeta y el mundo
El poeta y el mundo
* Discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura, pronunciado el 7
de diciembre de 1996 en Estocolmo, por Wisława Szymborska.
Parece ser que en un discurso lo más difícil es la primera frase. Así que ya la he dejado atrás… Pero presiento que también las que siguen serán difíciles, la tercera, la sexta, la décima, así hasta la última, porque tengo que hablar de poesía. Pocas veces hablo sobre este tema, casi nunca. Y siempre me acompaña el convencimiento de que no lo hago muy bien. Por eso no me extenderé mucho. Toda imperfección es más llevadera si se recibe en pequeñas dosis.
El poeta de hoy es escéptico e incluso desconfiado –y puede ser que lo sea sobre todo– ante sí mismo. Con disgusto manifiesta públicamente que es poeta, como si se avergonzara un poco. Pero en nuestra ruidosa época resulta más fácil reconocer los propios defectos (basta con que causen impresión) que no las virtudes, porque están escondidas a mayor profundidad y no acabamos de creer en ellas…
En diferentes encuestas o en conversaciones casuales, cuando el poeta tiene necesariamente que precisar su ocupación, se define de forma general como “literato”, o da el nombre de la profesión a la que se dedica por añadidura. La información de que tienen que vérselas con un poeta es recibida por funcionarios o por otros pasajeros del mismo autobús con cierta incredulidad e inquietud. Supongo que también el filósofo despierta parecida turbación. Este último está sin embargo en mejor situación porque, normalmente, tiene la posibilidad de adornar su profesión con algún título. Doctor en filosofía, eso sí que suena mucho más serio.
Además, no existen doctores en poesía. Eso significaría que es una ocupación que exige estudios especializados, exámenes aprobados con regularidad, disertaciones teóricas enriquecidas con bibliografía y notas y, por fin, la obtención solemne de diplomas. Esto, por su parte, significaría que para ser poeta no bastarían hojas de papel escritas, aunque fuera con los mejores versos; que sería imprescindible, y eso ante todo, un papelito sellado. Recordemos que en relación a esto deportaron al orgullo de la poesía rusa, más tarde Premio Nobel, Joseph Brodsky. Lo declararon “parásito” porque no tenía la certificación oficial de que le era permitido ser poeta…
Hace unos años tuve el honor y la alegría de conocerle personalmente. Advertí que sólo a él, entre los que conozco, le gustaba llamarse a sí mismo “poeta”, que articulaba esta palabra sin frenos internos, incluso con cierta provocativa soltura. Pienso que era resultado del recuerdo de las brutales humillaciones que había sufrido en su juventud. En países más felices, en los que la dignidad humana no se puede pisotear tan fácilmente, los poetas anhelan ser publicados, leídos y comprendidos, pero no hacen nada o casi nada para destacar de entre los demás en la vida cotidiana. No hace tanto, en las primeras décadas de nuestro siglo, a los poetas les gustaba llamar la atención con ropas rebuscadas y con un comportamiento excéntrico. Esto, sin embargo, era siempre un espectáculo de cara al público. Llegaba el momento en que el poeta cerraba tras de sí la puerta, se quitaba de encima todas las capas, bisutería y otros accesorios poéticos, y se quedaba en silencio, en espera de sí mismo, ante una hoja de papel en blanco. Porque es esto lo que en verdad cuenta.
Es significativo. Constantemente se produce un gran número de películas biográficas sobre grandes científicos o sobre grandes artistas. La tarea de los ambiciosos directores de cine es presentar de una manera creíble el proceso creativo, proceso que conduce finalmente a grandes descubrimientos científicos o a la realización de famosísimas obras de arte. Con más o menos éxito muestran el trabajo de ciertos sabios: laboratorios, todo tipo de aparatos, mecanismos puestos en marcha que son capaces de mantener durante cierto tiempo la atención del público. Además, los momentos de expectación en espera de si un experimento, repetido por enésima vez con sólo una pequeñísima variación, sale o no sale, resultan muy dramáticos. Las películas sobre pintores, en las que se puede reproducir cada fase del movimiento de la pintura, desde el primer trazo hasta la última pincelada, sí que pueden ser espectaculares. Las películas sobre compositores están llenas de música, desde los primeros compases que el artista oye en su interior hasta la forma madura de la obra en la que cada instrumento tiene ya adjudicada su parte. Todo esto sigue siendo ingenuo y no nos dice nada sobre ese estado de ánimo llamado comúnmente inspiración, pero al menos hay algo que mirar y oír.
Lo malo son los poetas. Su labor es de una lamentable falta de fotogeneidad. Uno está sentado a la mesa o tendido en un sofá, con la vista clavada en la pared o en el techo, de vez en cuando escribe siete versos, uno de los cuales tacha al cabo de un cuarto de hora, y pasa una hora más en la que no ocurre nada… ¿Qué espectador aguantaría semejante cosa?
Yo también, al ser a veces interrogada sobre la inspiración, mantengo una prudente distancia respecto a lo esencial. Pero digo lo siguiente: la inspiración no es un privilegio exclusivo de los poetas o de los artistas en general. Hay, ha habido y seguirá habiendo un cierto grupo de personas a las que toca la inspiración. Son todos aquellos que conscientemente eligen su trabajo y lo realizan con amor e imaginación. Se encuentra médicos así, y pedagogos, y jardineros, y otros en cien profesiones más. Su trabajo puede ser una aventura sin fin siempre y cuando sean capaces de percibir nuevos desafíos. A pesar de dificultades y fracasos su curiosidad no se enfría. De cada duda resuelta sale volando un enjambre de nuevas preguntas. La inspiración, sea lo que sea, nace de un constante “no sé”.
Personas como ésas no hay muchas. La mayoría de los habitantes de esta tierra trabaja para ganarse la vida, trabaja porque tiene que trabajar. No son ellos mismos quienes con pasión eligen su trabajo, son las circunstancias de la vida las que eligen por ellos. El trabajo que no gusta, el que aburre, valorado sólo porque, incluso siendo desagradable y aburrido, no es accesible para todos, es uno de los peores infortunios humanos. Y no parece que los siglos que vienen vayan a traer algún cambio feliz.
Así me permito decir que, si bien les quito a los poetas el monopolio de la inspiración, los incluyo, de todos modos, en el pequeño grupo de los favorecidos por el destino.
En este punto, sin embargo, pueden despertarse dudas en el oyente. A los más diversos verdugos, dictadores, fanáticos, demagogos, que luchan por el poder con ayuda de unas pocas consignas, pero repetida a gritos, también les gusta su trabajo y también lo realizan con ingenio. Claro que sí, pero ellos “saben”. Saben, y lo que saben les basta de una vez para siempre. No se interesan en nada más, porque eso podría debilitar la fuerza de sus argumentos. Y cualquier saber que no provoca nuevas preguntas se convierte muy pronto en algo muerto, pierde la temperatura que propicia la vida. Los casos más extremos, los que se conocen bien tanto por la historia antigua como por la moderna, son capaces de ser letales para las sociedades.
Por eso tengo en tan alta estima dos pequeñas palabras: “no sé”. Pequeñas pero con potentes alas. Que nos ensanchan los horizontes hacia territorios que se sitúan dentro de nosotros mismos y hacia extensiones en las que cuelga nuestra menguada tierra. Si Isaac Newton no se hubiera dicho “no sé”, las manzanas del jardín hubieran podido caer ante sus ojos como granizo y él, en el mejor de los casos, se habría inclinado a recogerlas para comérselas con apetito.
Si mi compatriota Maria Sklodowska-Curie no se hubiese dicho “no sé”, probablemente se hubiera convertido en profesora de química en un pensionado de señoritas de buena familia y en este trabajo, por otra parte respetable, habría transcurrido su vida. Pero ella se dijo “no sé”, y fueron exactamente estas dos palabras las que la condujeron, y no una sino dos veces, a Estocolmo, donde se galardona con el Premio Nobel a las personas de espíritu inquieto en constante búsqueda.
Asimismo, el poeta, si es un poeta de verdad, tiene que repetir sin descanso “no sé”. En cada poema intenta dar una respuesta pero, no bien ha puesto el último punto, ya le invade la duda, ya empieza a darse cuenta de que se trata de una respuesta temporal y absolutamente insuficiente. Así pues lo intenta otra vez, y otra, y más tarde estas pruebas consecutivas de su descontento con respecto a sí mismo los historiadores de literatura las sujetarán con un clip muy grande y las denominarán sus “logros”.
Sueño algunas veces con situaciones imposibles. Me imagino, por ejemplo, en mi impertinencia, que tengo la posibilidad de hablar con el Eclesiastés, el autor de tan conmovedor lamento frente a la vanidad de toda actividad humana. Le haría una profunda reverencia porque no cabe la menor duda de que es uno de los más importantes poetas, por lo menos para mí. Pero después lo cogería de la mano. “Nada nuevo bajo el sol”, dijiste, Eclesiastés. Pero si tú mismo naciste nuevo bajo el sol. Y el poema del cual eres autor también es nuevo bajo el sol porque nadie lo escribió antes que tú. Y nuevos bajo el sol son todos tus lectores, porque quienes vivieron antes que tú está claro que no pudieron leerlo. Tampoco el ciprés bajo cuya sombra te sentaste crece aquí desde el principio de los tiempos.
Le dio su origen algún otro ciprés, parecido al tuyo pero no el mismo, y además querría preguntarte, Eclesiastés, qué cosa nueva bajo el sol piensas escribir ahora. ¿Se tratará de algo que complete tus pensamientos o más bien, después de todo, tienes la tentación de rectificar alguno de ellos? En tu anterior poema percibiste también la alegría, ¿qué importa que sea pasajera? Así pues, ¿será ella el tema de tu poema nuevo bajo el sol? ¿Tienes ya algunas notas, los primeros esbozos? ¡No irás a decir: “Lo he escrito todo, no tengo nada que añadir” Eso no lo puede decir ningún poeta en el mundo, y qué decir uno tan grande como tú.
El mundo, pensemos de él lo que pensemos, espantados por su inmensidad y por nuestra propia impotencia frente a él, amargados por su indiferencia a los sufrimientos, los de la gente, los de los animales, y tal vez también los de las plantas, pues ¿de dónde la seguridad de que las plantas están libres de sufrimientos?; pensemos lo que pensemos de sus espacios atravesados por la radiación, de las estrellas, alrededor de las cuales se han empezado a descubrir nuevos planetas, ¿ya muertos?, ¿todavía muertos?, no se sabe; digamos lo que digamos de este inconmensurable teatro para el que tenemos una entrada, aunque su validez sea ridículamente corta, limitada por dos fechas categóricas; pensemos lo que pensemos sobre él, este mundo es sorprendente.
Pero en el término “sorprendente” se esconde cierta trampa lógica. Nos sorprende lo que se sale de una norma conocida y ampliamente aceptada, de alguna incuestionabilidad a la que estamos acostumbrados. Pero he aquí que este mundo incuestionable no existe en absoluto. Nuestra sorpresa tiene vida propia y no resulta de la comparación con nada.
De acuerdo, en el habla coloquial, que no sopesa cada palabra, todos usamos las expresiones: “un mundo corriente”, “una vida corriente”, “un hecho corriente”,… sin embargo, en el lenguaje de la poesía, donde cada palabra se mide, nada es ya normal y nada es corriente. Ninguna piedra y ninguna nube sobre ella. Ningún día y ninguna noche tras él. Y por encima de todo, ni siquiera la existencia de nadie en este mundo.
Parece que los poetas van a seguir teniendo siempre mucho trabajo.
Tomas Tranströmer
27 de marzo2015
Muere el Nobel sueco Tomas Tranströmer
(http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/27/actualidad/1427471322_547738.html)
Cuando anunciaron al ganador del Premio Nobel de literatura de 2011, mucha gente pudo pensar que los suecos premiaban a otro sueco por chovinismo. Mucha gente, pero desde luego no los lectores de poesía, que exclamaron algo así como un “por fin” que debió sonar, bajito, pero continuo, en toda la tierra. Tomas Tranströmer (1931-2015), fallecido este 27 de marzo a los 83 años, era, desde hacía mucho tiempo, el maestro de una nueva manera de entender la poesía. Su estilo era directo, pero cargado de misterio. Imaginativo y con una potencia plástica que recordaba a la mejor poesía oriental y a las vanguardias, pero sin renunciar a la sobriedad de la poesía clásica. Una poesía de gestos pequeños escrita casi siempre en presente. Y, no menos significativo, una poesía que no temía hablar en primera persona y recuperar el yo (esa partícula que los poetas mantienen en cuarentena) pero con una humildad que rayaba en la desaparición del sujeto (“Fantástico sentir cómo el poema crece / mientras voy encogiéndome. / Crece, ocupa mi lugar. / Me desplaza. / Me arroja al nido. / El poema está listo”, dice en uno de sus mejores poemas). La voz de la poesía de Tranströmer era la de una especie de superviviente feliz que se queda a medio lado mientras las cosas, las cosas cotidianas, que son las más fascinantes, suceden. Su programa poético, si hubiera tenido uno, podría resumirse en un verso que lo ha hecho célebre: “El mundo y yo dimos un salto el uno hacia el otro”.
Por todas estas cosas, desde finales de los años setenta Tranströmer se convirtió en el maestro de una poesía que nacía con la voluntad de aunar diversas tradiciones y posibilidades estéticas, alérgica a las escuelas y los dogmas políticos. Una poesía “internacional” escrita en sueco, pero también en inglés, en polaco, y a lo que en nuestro idioma llamamos antipoesía. Y maestro, por ejemplo, de Joseph Brodsky y Seamus Heaney, dos autores que obtuvieron el Premio Nobel antes que él.
Pero hablemos de su vida. Nacido en 1931 en el seno de una familia liberal que se separó cuando era pequeño, Tomas vivió su juventud con su madre en un barrio obrero, circunstancia que narra en su prodigioso (y breve) libro de memorias Visión de la memoria (1996) y que definió la cualidad más notable en su poesía: una peculiar manera de estar en contacto con el mundo, una especie de pasividad valiente. Y su vida es importante porque desde su primer libro 17 poemas (1957), escrito con una peculiar revisión de surrealismo cuando apenas contaba 24 años (“oigo a las estrellas piafar desde los establos”, escribe, por ejemplo), hasta la simplicidad de grandes libros El cielo a medio hacer (1962), Visión nocturna (1970), el largo poema Bálticos (1974) o Para vivos y muertos (1989), sus versos son inseparables de su trabajo cotidiano: Tranströmer trabajó como psicólogo en centros penitenciarios y hospitales, reinsertando a los adolescentes marginados y a las víctimas de traumatismos severos.
Por eso su poesía actúa a modo de reinserción. Esa pasión por el instante, por “la retórica del ahora”, como él mismo dice en un poema, y por una vida que merece vivirse (siempre sin edulcorar) hacen de sus poemas cuestiones vitales para cualquier lector, esté habituado o no a la poesía. Consigue que el mundo nos seduzca. Y para ello multiplica las imágenes divertidas: “el periódico, gran mariposa sucia”, “una orquesta hindú de ollas de cobre”, “el jeroglífico del ladrido de un perro / pintado en el aire sobre el jardín”.
En 1990 Tranströmer sufrió una hemiplejía que lo dejó sin voz, pero no, como él mismo precisaba, “sin lenguaje”, y continuó escribiendo una poesía cada vez más breve y directa. También siguió tocando el piano, una de sus principales pasiones, e interpretando con la mano izquierda obras de Scriabin y Mompou. Y viajando por el mundo con Monica, su mujer, que sabía traducir con gran riqueza cada mínimo gesto del poeta.
En España, gracias a la generosa labor de la Editorial Nórdica, que lo publicó antes de que obtuviera el prestigioso premio sueco, tenemos a nuestra disposición toda la poesía de Tomas Tranströmer magníficamente traducida por Francisco Uriz y Robert Mascaró en los volúmenes El cielo a medio hacer (2010) y Deshielo a mediodía (2011), además de su libro de recuerdos Visión de la memoria (2011) y un enjundioso epistolario con el poeta norteamericano Robert Bly, Air Mail (2012).
Imagen:
Tomas Transtromer, en una imagen de 2012. / BERNARDO PÉREZ (EL PAÍS)
Antigua Bendición Irlandesa
Antigua Bendición Irlandesa
(En el entrañable blog Celta -Irlandés de Marina Kohon:
http://oghamirlanda.blogspot.com.ar/)
Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja. Y que la fortuna de las colinas irlandesas te abrace.
Que las bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga, y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que te consuelen aquellos a quienes amas, y que se colme tu corazón con todo lo que desees. Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, que Dios te conceda muchos años de vida, seguro Él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.
1. La obra
Se trata de una antigua bendición irlandesa, de autor anónimo, aunque la tradición la
atribuye al mismo San Patricio.
El arreglo es de un músico americano contemporáneo, James Moore (Virginia, 1951).
2. Texto y traducción
Inglés Traducción aproximada
May the road rise to meet you,
May the wind be always at your back.
May the sun shine warm upon your face,
The rains fall soft upon your fields.
And until we meet again,
May God hold you in the palm of his hand
….
May God be with you and bless you:
May you see your children's children.
May you be poor in misfortune,
Rich in blessings.
May you know nothing but happiness
From this day forward.
….
May the road rise up to meet you
May the wind be always at your back
May the warm rays of sun fall upon your home
And may the hand of a friend always be near.
….
May green be the grass you walk on,
May blue be the skies above you,
May pure be the joys that surround you,
May true be the hearts that love you.
___________
Que el camino nos lleve a encontrarnos,
que el viento sople siempre a tu favor,
que el sol brille cálidamente sobre tu rostro,
que la lluvia moje suavemente tus tierras
y hasta que volvamos a encontrarnos,
Dios te guarde en la palma de su mano.
….
Que Dios esté contigo y te bendiga,
que veas a los hijos de tus hijos,
que seas pobre en infortunios
y rico en bendiciones.
Que a partir de este día sólo conozcas la felicidad
….
Qué el camino nos lleve a encontrarnos,
que el viento sople siempre a tu favor,
que los cálidos rayos del sol caigan sobre tu casa
y que siempre tengas cerca una mano amiga.
…
Que siempre esté verde la hierba que pisas
y azul el cielo sobre ti,
que sean completas las alegrías que te rodean
y sinceros los corazones que te aman.
El sentido
Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que
realmente es el hombre. Después de todo, el hombre es ese ser
humano que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero
también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza
erguida y el Padrenuestro o el Shema Yisrael en sus labios.
Viktor E. Frankl, El hombre en busca de sentido
…
Los hombres son crueles, pero el Ser Humano es bondadoso.
Tagore, Pájaros errantes
…
En toda transformación hay primeramente un despertar. Cae la
ilusión y queda la desilusión, se desvanece el engaño y queda
el desengaño. Sí, todo despertar es un desengaño desde las
verdades fundamentales del príncipe Sakkiamuni hasta las convicciones
del Eclesiastés. Pero el desengaño puede ser la primera piedra de un
mundo nuevo. Si analizamos los comienzos de los grandes santos, si observamos
las transformaciones espirituales que ocurren a nuestro derredor, en
todos ellos descubriremos, como paso previo, un despertar: el hombre
se convence de que toda la realidad es efímera o impermanente, de
que nada tiene solidez, salvo Dios.
Ignacio Larrañaga, El Hermano de Asís
…
Un libro como una caja de Pandora
Norma Etcheverry"La vida leve"
Nota en Literarias del diario El Día, La Plata:
http://www.eldia.com.ar/edis/20150104/Poesia-libro-como-Caja-Pandora-septimodia3.htm
Texto completo de la presentación:
Un libro como una Caja de Pandora
“La vida leve”, cuarto libro de Norma Etcheverry, se ha instalado en
estos días en mí como una certeza de lo cíclico del tiempo, de lo
espiralado del tiempo y de la aparición de una lengua común. Lengua
macerada a través de los años por un grupo de amigas poetas sin ninguna
filiación pero con varios acuerdos. Un tapiz tejiéndose en la relación
que se establece a través de la poesía, mediante la palabra.
Hay lenguajes sin literatura pero no hay literatura sin lenguaje, nos
recuerda G.Steiner, pero a su vez, la literatura es lenguaje en un
“estado” especial porque “significa” algo: esto es cómo escribimos lo
que escribimos, cuál es el matiz. En tal sentido aquí Norma nos habla
desde una perspectiva primordial sobre aquello que otros no podríamos
ver. “A veces, se está lejos de todo, lejos del pasado y lejos del
futuro” escribe Norma en “El tiempo”. Tomo esta frase/verso/oración
además, como un ejemplo de ese “no sé” continuo que sitúa al poeta en
una situación de incertidumbre ante el mundo, y en especial, ante la
inestabilidad de la naturaleza humana. En este libro, Etcheverry, que ya
se ha preguntado sobre la naturaleza humana y la condición de la
persona, enhebra fragmentos que buscan expresar marcas ante ese “no sé”,
ante la subversión de las horas y nuestro devenir en paisajes,
emociones, sentimientos, cuerpo.
Desde el punto de vista de su estructura, este libro se despliega entre
distintos registros pero la columna que lo sostiene, su canal de
navegación diría yo, pasa indudablemente por lo lírico: hay un tono, un
temperamento, un tempo en este texto que hace que uno sepa que “La vida
leve”, más allá de su forma, es poesía. Mediante esta deseable mutación
de los géneros, fluyen a través de sus páginas epifanías que se van
deslizando, enjambre de destellos que relucen y estrellas que, en un
cielo negro, iluminan, estrellas que podríamos nombrar como Kundera,
Ciorán, Durás. Estos escritos que componen el libro, “pequeños colapsos”
como escribe Teuco Castilla al referirse a ellos, afianzan una poética
cuyos ojos mientras hablan miran hacia adentro con la convicción de que
la vida interior es el instante narrado. Así acontecen entonces en “La
vida leve” el bosque de Etosha en otoño cruzado por un sueño, la culpa
que involucra a Van Gogh, el Río Tirodentes que se observa recordando la
letra de una canción que Roger Waters dispara contra un muro, el
Trópico de Cáncer atravesado en un estado semifebril, las duras mujeres
del mercado de Quillocollo en el Altiplano, Praga con su peso
primordial, y esa mujer fija en la retina que nunca dejará de esperar en
el final del muelle.
Quien escribe aquí, por lo tanto, escribe con palabras que traducen
aquello que ya estaba en su interior, aquello que quería ser dicho con
la intención de suspender el tiempo, porque escribir es ofrecerle la
palma de la mano a la levedad. Corrida de género y sujeto, corrimiento
que enriquece esta atmósfera incierta, quien escribe, además, se sitúa
entre lo lejano y lo permanente en un libro que es como una caja de
Pandora. Sonoridad, huella, resplandor de quien está siendo a través de
la palabra. En “La tarde de un escritor”, Peter Handke habla de la
soledad del escritor. En el film “Las alas del deseo” el mismo Handke
repite en un leitmotiv “cuando el niño era niño” remontándonos al origen
del Ser. Ese asombro primigenio, que también es la soledad ante el
asombro, encuentra aquí una manera de expresarse en una alternancia que
transcurre entre la oscuridad y la luz.
Poco a poco “La vida leve” se convierte en una ceremonia compartida,
caleidoscopio que sugiere más de lo que dice y que en cada una de sus
partes habla de otras cosas. Ya desde su título nos remite a un ritual
afín, a una habitación de espejos: tan arraigado está en nuestra
generación Kundera, barcaza mayor o Sirio, símbolo de aquello que alguna
vez pretendimos ilusamente ser. En esta comunión con la escritura,
Ciorán se instala entrañablemente y en un sobresalto la muerte de
Marguerite Duras nos desampara mientras el agua crece y crece ante la
incertidumbre, ante lo que ya no, el agua crece, ante la duda, ante el
miedo, ante “lo que sólo ocurre una vez y que no cuenta” - como dice el
proverbio alemán que cita Norma en el principio -. En definitiva, el
agua crece ante la levedad.
En el texto final que se llama “El manzano”, Norma escribe: “Como un
amor que nace enfermo y esperamos que cure, lo regué cada día, cada
estación del año. Cuando un amor así brota de la tierra, todos los males
y todos los bienes se desparraman. Guardamos la esperanza en la caja de
Pandora”. Otra vez aquí, entre recortes, vestigios, detalles, la vida
es “la eternidad y un día”, viajando siempre, el camino todo el tiempo
delante.
Sandra Cornejo, La Plata, diciembre 2014.
Bendiciones
2014/2015
Confío en que salgas y dejes que te ocurran cuentos, es decir, vida,
y que trabajes con estos cuentos de tu vida –la tuya, no la de otra
persona-, que los riegues con tu sangre y tus lágrimas y tu risa hasta que
florezcan, hasta que tú misma florezcas. Ésta es la tarea. La única tarea.
Clarissa Pinkola Estés
No nos tendrían que preocupar mucho los grandes logros (que son preocupaciones
más propias de conquistadores que de exploradores).
Alcanza con que demos testimonio de que sigue habiendo
un bosque, de que el bosque resiste, y de que todavía se puede jugar en sus orillas.
Los chicos de la ronda saben que el juego sólo durará lo que tarde el lobo en vestirse,
pero eso no les preocupa. La abuela sabe que la muerte está rondando en la espesura,
pero jamás dejaría de entrar al bosque por eso. En todo caso, si se cansa, siempre
puede echarse boca arriba sobre la tierra mojada y mirar el cielo por entre
los líquenes y las ramas.
Graciela Montes
Navidades
Apenas iniciado el 2000, un niño y un hombre coinciden en una navidad. El hombre y el niño
encienden cañitas voladoras. Disfrutan, se concentran en el objetivo. Concilian, como si los
uniera un acuerdo tácito, o un ritual común.
El niño, con asombro, mira en lo alto el modo en que explotan esas luces estridentes. Se
conmueve. Salta y corre en torno a los cometas, en una esquina, sobre una calle.
Confía en la sabiduría de su compañero. Aguarda ávido el próximo fósforo. El hombre, firme, pero suave,
lo guía, lo serena. Lo acompaña. De alguna manera lo protege. Juntos, casi solos, bajo ese cielo,
sonríen, cómplices, con un arsenal por compartir y confidencias que sólo ellos podrían
comprender.
A pocos metros, la madre del niño observa la escena. La noche, que se ha vuelto incandescente,
es inmensamente limpia. Y bella. En ese instante en el que mira, la madre siente que ese hombre y
ese niño se han cruzado por primera y última vez. Se han reunido para despedirse. De alguna manera,
el hombre quedará en el niño, el niño en el hombre. Mientras tanto, juegan, se sonríen.
La oscuridad resplandece.
Sandra Cornejo, navidad 2014.
Para H. M. Su buen corazón.
Imagen: http://www.tiempo.com/ram/138352/cometa-de-navidad/
La poesía como una certidumbre
Rafael F. Oteriño"El día"-octubre
La poesía como una certidumbre
Por Sandra Cornejo en:
http://www.eldia.com.ar/edis/20141026/Poeta-platense-poesia-como-certidumbre-septimodia2.htm
Una mirada sobre la obra de Rafael Felipe Oteriño a raíz de la
publicación de “Viento extranjero” (Ediciones del Dock 2014). El poeta,
que ha publicado más de 12 libros con distintos premios, fue designado
recientemente miembro de número de la Academia Argentina de Letras y
obtuvo en septiembre pasado la distinción Rosa de Cobre otorgada por la
Biblioteca Nacional.
…
El poeta percibe en una epifanía que en nuestras propias casas somos
una especie de huéspedes. Lo escribe en un poema de su último libro y
nos dice: ellas nos amparan, nos prestan su lámpara: “en los días malos
nos cobijan”. Sabe también que las cosas no duran (se suceden), que la
permanencia (ansiada desde los primeros balbuceos) es un anhelo en el
que los jardines se vuelven otoñales o lo escrito se dispersa sobre el
agua.
Por naturaleza, va y viene en un tiempo de paisajes interiores que lo
guardan en su errancia. Es en ese acontecer que el poeta le escribe un
poema de adiós a Symborska. Por un instante, él también (como su
entrañable escritora polaca) “pone los platos sobre la mesa y da de
comer a los fantasmas”. Sin embargo, el poeta sonríe en la profundidad
de su silencio porque comprende que la orfandad (la extranjería) es, al
cabo, una condición más del ser humano, y así, en su universo de
imágenes concluye, ya en la madurez, que “la vida es el lugar”. La vida
toda, sencillamente, “sin mapa ni linterna ni lastimadura en el
corazón”.
Su geografía (la del poeta) ha sido variada. De raíces platenses, se ha
ido habituando a la “planicie que está detrás de las olas”, descripción
con la que enuncia a su “otra” ciudad, Mar del Plata, donde vive desde
hace más de 40 años. Suele recorrer el mundo y entonces un viento
sereno lo mece entre su lengua madre y su lengua extranjera, ambas, para
él, “un lago transparente” en el que se zambulle y nada: la lengua
madre de los poetas amigos, la lengua extranjera a la que se asoma “como
a un reino”. Los molinos de la escritura se inflaman en uno u otro
valle. La suya es una labranza detallista, persistente, en donde lo
mínimo se desliza para buscar evidencias de un mundo que no termina en
la profundidad porque habrá otro orden después, por descubrir, por
comprender. Es así como para él “la poesía tiene el don de hacernos
personas” porque es a través de su “desconocer que lleva al
conocimiento” y porque, en tal sentido, “la función del poeta es
explorar el mundo”.
Sus temas y recurrencias son “el pasado, la naturaleza, la fragilidad
de la existencia, la memoria como receptora de lo visto y vivido
(sitios, maestros, viajes, lecturas), la vida como decurso”; ha dicho
también que “la poesía es una última red de sentido que toma su valor
cuando los otros medios del conocer fracasan”. Ha buscado abrigo en lo
invisible y lo callado; aprendió a confiar en un bosque del que no ha
salido, en el claro de un bosque al que llegó extraviado, con “los pies
descalzos” entre “las flores desnudas”.
Un poeta que el poeta admira (polaco, como Symborska) escribió en un
libro inhallable “que los espíritus buenos, no malignos, hagan de
nosotros un instrumento”. Lo dijo a raíz del sentido del poema, del
efecto del arte poético. Otro de sus hermanos poetas (esta vez un
irlandés) subrayó, al recibir un premio universal, que la poesía tiene
“el poder de recordarnos que somos cazadores y recolectores de valores”.
Así como estas voces que nos rodean, en su tempo y en su tono Oteriño
(el poeta) nos envuelve en un paisaje propio, bucólico, lúcido, donde
“un viento extranjero aparta las ramas”. Y canta. Fluye en él la poesía
como una certidumbre, una compañera de viaje en la que se confía y de la
que se espera lo imposible.
Octubre 2014.
Foto: Rafael Felipe Oteriño en Oñati, comunidad de Gipuzcoa, España.
“En torno a las palabras”
Inicio: 28 de octubreBiblioteca Central-La Plata
“En torno a las palabras”
Lecturas en la Biblioteca
Comprendiendo que “leer es siempre una aventura” este espacio está
destinado a quienes quieran compartir un ámbito dedicado a la
recreación. Sólo se requiere interés por la literatura. Se tomarán
distintos textos abonando la idea de que mediante la lectura se “crean,
descubren y conocen mundos”. Espacio abierto y gratuito.
Biblioteca Central “Ernesto Sábato”, calle 47 N° 510 esq. 5, La Plata.
Organiza: Dirección Provincial de Bibliotecas y Promoción de la Lectura del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
Informes e inscripción: extensionliteraria2013@gmail.com
Inicio: martes 28 de octubre, 17 hs.
Desarrollo: martes de noviembre, 17 hs.
Cierre: 2 de diciembre mediante una lectura compartida y abierta a todo público
Coordina: Sandra Cornejo
Se entregará un certificado de la Dirección Provincial de Bibliotecas y
Promoción de la Lectura del Instituto Cultural de la Provincia de
Buenos Aires.
Algunos autores: Si bien la bibliografía hará hincapié en la poesía, la
misma se irá enriqueciendo luego del diálogo inicial. Algunos poetas a
abordar serán los más próximos, tales como Horacio Castillo, Rafael
Felipe Oteriño o Ana Emilia Lahitte pero se apuntará a escritores en
general tales como George Steiner, Diamela Eltit, Peter Handke, Olga
Orozco, Diana Bellessi, Seamus Heaney, Blanca Varela, Czeslaw Milosz,
César Vallejo, Octavio Paz, Adrienne Rich, Wislawa Szymborska o Tomás
Tranströmer, entre tantos otros que han marcado y marcan un camino en el
universo de las letras.
Un pozo
Como el viento que cada temporada empezaba a soplar con mayor intensidad, las imágenes de su recurrente pesadilla se repetían más fuertes cada año. Una y otra noche un cuerpo –el suyo– se entreabría en medio del espeso oleaje de agua turbia desesperado por alcanzar la orilla –imperceptible muro al que lamía, invariablemente, un líquido marrón–.
Al despertar, no sabía si en el final –si es que el sueño tenía un final– la persona que braceaba en medio del turbulento mar, confundido con la noche, era una premonición o una amenaza. Tampoco sabía si esa figura pataleando en el limbo de su pesadilla lograría llegar al borde. Suponiendo la existencia de un borde.
Había imaginado que regresaría en invierno, y allí estaba, sobre el filoso camino de cornisa, a pocos kilómetros de la casa. Mientras el auto doblaba la curva más estrecha, una bandada de gansos, sobre las copas de los plátanos centenarios, seguía en vuelo lineal a su líder. Erguidos, altos, los troncos de esos árboles que bordeaban el último tramo del trayecto, le recordaron el sueño de la noche anterior: entre la borrasca había un barco, una silueta cansada cerca de los arrecifes, un andamiaje que sostenía apenas algo parecido a una persona. También pudo ver agujeros en el agua, profundos remolinos que se abrían alrededor, y en mitad de la imagen, una vara, una especie de molino incierto que hacía de torre de los vientos. Recordó, mientras avanzaba hacia la casa, haber leído alguna vez que los beduinos creían que el espíritu maligno se escondía y cabalgaba en los remolinos de viento, y porqué no en el centro de los remolinos de agua, pensó.
Habitualmente, al despertarse, no sentía miedo, sólo extrañeza. Si bien en realidad nunca pudo aprender a nadar, en su pesadilla nadaba con una destreza notable. Algunas veces, en su sueño, caminaba con evidente pericia muy cerca del precipicio mohoso; otras, mientras la altura del agua crecía a marejadas, observaba con una quietud ancestral el inminente peligro. Algunas noches tenía que lanzarse sobre la profunda masa acuosa, bracear desde una oscuridad oceánica hacia otro risco. En pocas ocasiones había gente alrededor, apariencias tranquilizadoras. De vez en cuando cargaba otros cuerpos sobre el suyo, los llevaba hacia alguna parte segura por un diminuto camino que se alzaba sobre el agua, un sendero suave de piedras o arena o ripio o troncos que nacía desde lo hondo y se extendía bajo sus pasos como una cuerda que se desovilla.
Atardecía. Al llegar a la casa largamente abandonada, comprobó, con alivio, que aún estaba allí –cerca y detrás y a pesar de los años– el sereno y profundo pozo de agua estancada. Familiar, sereno y seguro pozo de agua estancada, murmuró, mientras sacaba su bolso del baúl. Era agosto y sus borceguíes chirriaron sobre la escarcha. Como un alfarero improvisado, sin conocimiento de la materia a la cual se acercaba, corrió los postigos y empezó a hacerse un sitio dentro de los cuartos. El frío le llegó a la garganta y no pudo evitar una sensación antigua. Afuera, los plátanos crujieron en sus ramas más altas, era la hora que precede al anochecer, cuando todavía cierta luz divide la plena oscuridad de las sombras. Se distrajo mirando los árboles balancearse con una fortaleza inaudita, así permaneció, viéndoles moverse bajo un cielo tormentoso, hasta que las ramas se convirtieron en manchas borrosas detrás del ventanal.
En esos detalles recordó ciertos signos del pasado. Los desapacibles colores de entonces empezaron a trazar dos caras bajo sus párpados: dos niños, no mayores de ocho años, con un par de cantimploras y algunos sándwiches, caminaban hacia los arrecifes, sonrientes. Uno de ellos –el rostro más difuso en su memoria– se apresuraba, inquieto, sobre las rocas. Era quien decidía invariablemente cuáles troncos elegirían para cruzar la grieta de la montaña. El otro simplemente seguía las pisadas. En alguna parte las huellas se perdían, nieve acuosa convertida en barro. Nadie.
Se movió con calma. El viento, la casa, el silencio, lentamente restauraron su mundo. Cerró las cortinas y encendió la estufa. La penumbra se esfumó de los espacios cercanos. Releer otra vez aquel tiempo, murmuró.
Afuera, sobre la superficie del pozo, empezó a soplar una leve brisa.
(Inédito)
Sandra Cornejo / Todo lo perdido reaparece
En: http://www.abacq.org/cuaderno/index.php?Sandra-cornejo-todo-lo-perdido-reaparece
El diálogo y otros poemas
enPoesía La Plata
"El diálogo" y otros poemas,
una selección de José María Pallaoro sobre poemas de Sandra Cornejo.
En: http://poesialaplata.blogspot.com.ar/2014/09/sandra-cornejo-el-dialogo-y-otros-poemas.html
Foto: El hijo, 2010, Esquel.
Variaciones en torno de Horacio Castillo
3 de agosto 2014La Plata
Variaciones en torno de Horacio Castillo
por Sandra Cornejo
en: http://www.eldia.com.ar/edis/20140803/Variaciones-torno-Horacio-Castillo-septimodia4.htm
En “Visita al maestro” (Alaska, 1993) Horacio Castillo escribe un verso sustancial con el que cierra el poema: “El silencio del cuarto es el silencio del mundo”. Podría arriesgarme a decir que en torno a este verso -a su reposada sabiduría- se logra vislumbrar una obra de innumerables aristas cuyo rigor y luminosidad empieza a dejar su huella en una emergente generación de escritores.
Si bien Castillo (Ensenada 1934, La Plata 2010) ha sido considerado un “poeta secreto”, su poesía es motivo de estudio en las diversas lenguas a las que fue traducida. Tuvo también la enorme responsabilidad, como miembro de la Academia Argentina de Letras y correspondiente de la Real Academia Española “de dar unidad al idioma, de estudiar, acrecentar y perfeccionar ese patrimonio” según sus propias palabras.
Sin embargo es su poesía lo que nos convoca cada vez que releemos sus libros. Es su manera de estar en la escritura lo que nos induce a buscar un faro cuando el miedo a lo que habrá detrás del horizonte pone en duda este mundo de bordes confusos. Para sus propias incertidumbres (que atraviesan una obra de profunda indagación metafísica) eligió el universo griego como resguardo: “Yo pertenezco, culturalmente, al mundo occidental de lo oscuro –explicaba-, la frecuentación del mundo griego, empezando por su luminosa lengua, me ha permitido abrir una brecha y experimentar la transparencia, que hace visible lo esencial”.
Pocos libros de poesía: “Descripción” (1971); “Materia acre” (1974); “Tuerto rey” (1982); “Alaska” (1993); “Los gatos de la Acrópolis” (1998); “Cendra” (2000); “Música de la víctima y otros poemas” (2003) y “Mandala” (2005), otros de ensayo en los que observa a Sarmiento o Rojas o Girri, diversas traducciones de Elytis, Ritsos, Calímaco o de poetas griegos modernos conforman una bibliografía breve, pero necesaria, donde hallamos lo que él pretendía: la poesía como una forma de percepción del misterio, del Ser.
Recuerdo que al cumplirse un año de su muerte escribí: “Leerlo era (es) observar un caleidoscopio con inscripciones acerca del acontecer del Espíritu humano, en un tiempo-espacio indeterminable, donde la ´misteriosidad´ (´esa cualidad inherente a todo lo que es por el solo hecho de ser´) forma parte ´de la aventura colosal de la Creación´. Contaba también en aquel recuerdo que desde las primeras lecturas mías de “Tuerto rey” ya no pude desprenderme de esa cosmogonía suya de murallas, navegantes solitarios, ciudades del sol, palabras salidas de una lengua muerta, fosos que daban a la eternidad, monos, focas, ranas, pueblos de una zona extraña y entrañable, trenes cargados de ganado (humano) y, en definitiva, innumerables signos de una poética que al fin y al cabo no hacía más (ni menos) que preguntarse por qué y dónde el principio y el fin; por qué, nuestra condición, nuestro acontecer, esta situación insondable de la vida y de la muerte.
Para quienes sentimos que el poeta, como pensaba Octavio Paz es “el barquero de los muertos y los vivos” o “una especie de místico” como afirmaba Hilda Doolittle, encontramos en la obra de Horacio Castillo un vasto continente blanco al que llegamos siempre desnudos y sin armas, con la tranquila seguridad de que allí podremos pertrecharnos para continuar el camino. Un camino que es un viaje hacia la Visión, derrotero que él emprendió hace muchos años, que nosotros seguimos y que otros seguirán por nosotros.
Sandra Cornejo
"Bajo los ríos del cielo"
por Rafael F. Oteriño
Destellos de la inteligencia
en brazos de la sensibilidad
por Rafael Felipe Oteriño
en:
http://www.eldia.com.ar/edis/20140706/Poesia-destellos-inteligencia-brazos-sensibilidad-septimodia5.htm
En el poema “Tríptico de Santiago”, con el que concluye el libro, Sandra Cornejo hace explícito ese grado del asombro que siempre acompaña a la poesía y que no sin acierto se ha dado en llamar “extrañamiento”. Esto es, la percepción de que somos algo más –extraño, secreto, inasible- que la persona que responde a nuestras señas de identidad. Quizás toda la génesis de la poesía podría explicarse a partir ese destierro que nos desdobla y nos muestra como una pieza inagotable de este universo. Quizás todo el arte no sea más que un efecto de esa dimensión: como cura espiritual, como sutura de las heridas expuestas, como espejo de nuestra heterogeneidad. Sandra Cornejo describe esa certidumbre y, conciliadora -ya de vuelta de la experiencia-, concluye diciendo: A veces, ser otra es una buena costumbre./ Inmigrante en una misma./ Los ojos como si fueran nuevos./ La mano que aprieta levemente/ lo ajeno en una mano propia./ La otra que anda por ahí/ sola, abandonada de una. Esa que/ retirándose del sitio que le dio cobijo/ junta las palmas, agradece/ observa el espacio, memoriza.
El poema y, al cabo, el libro en su totalidad cumplen ese derrotero de madurez y capacidad poética que enlaza la acción de lo cotidiano con un gesto afirmativo de conciliación. No muestra desgarros sino huellas, memoria: la sabia aceptación de los límites y el regocijo por los dones. En los entredichos de un viaje por el reconocible sur patagónico, la autora realiza el excitante viaje interior en el que los extremos tienden a acercarse, los límites de lo imponderable se diluyen, mientras la paz –acuerdo con el mundo- sustituye a la ansiedad. Con tono conversado, amistoso, confidente, va abriendo sendas en el profuso bosque de la vida vivida y de la vida reflexionada. Y lo que puede ser la exploración de una ladera ignota, en un paisaje helado, se convierte, por virtud de la magia poética, en la descripción de un estado del alma: quebradizo se hace el gris/ simple el horizonte.
Porque en esta poesía la peripecia exterior es punto de inflexión de la peripecia interior, y de este modo la poesía se vuelve zona de descubrimiento, bastión del conocer. Las cosas son lo que son, pero en el horizonte del poema son, en primer lugar, locución de lo velado. Por eso, los detalles –aquellos que Nabokov aconsejaba acariciar para conocer el venero del texto- se convierten, sin mengua de la literalidad, en artífices de una escritura que se despliega en el universo de lo simbólico. El verso En los detalles la vida fue haciéndonos es –así comprendemos- menos una claudicación que la sabia aceptación de la labor del tiempo. Continuadora de la fina tradición poética platense, Sandra Cornejo sabe el significado de las cosas mínimas –la madera, la amarra, la mesa, la taza de té- y con ellas, sobreelevadas a la condición de significantes, construye su poesía que tiene tanto de reunión como de abrazo. Quiero decir: de unión de partes que la vida fue extraviando y que se reinician en la página como frutos del lenguaje.
En el poema “Un lago” voy a detenerme para concluir esta reseña. Es una pieza de ejemplar transfiguración poética. En la primera estrofa la autora recuerda un hecho corriente que le fue confiado: la profundidad de un lago es semejante a la altura de las montañas que lo rodean. En la segunda, hace pie en una aventura personal: haber caminado por el muelle, en compañía, haciendo equilibrio entre hierros atravesados/ sobre un apoyo invisible. De ahí, hasta el final, las imágenes giran, se interpolan, el verso retoma el símbolo, y aquella profundidad del fondo del lago se convierte en la presencia insondable de la vida. El poema ha producido el acto revelador. La poesía cumple, en imágenes, su tarea de aproximarnos al milagro. La contratapa lleva una lucida reflexión de María Teresa Andruetto sobre la poesía de Sandra Cornejo.
Rafael Felipe Oteriño
Sandra Cornejo, Bajo los ríos del cielo
Ediciones Al Margen, La Plata, 2014
Bajo los ríos del cielo
(Ediciones Al Margen2014)
En: http://letras.s5.com/scor180614.html
Leí con avidez Bajo los ríos del cielo del que ya conocía el Tríptico de Santiago. Después, en la mansedumbre de las relecturas, el libro se me fue quedando en el alma, como ya han quedado Sin suelo (Vox, 2001) y Partes del mundo (Alción, 2005). Quedar en la memoria de un lector es, como bien lo sabía Banchs, la única gloria del poeta. Luego podríamos hablar de las zonas que estos poemas visitan (el tiempo, los amigos, la vida que se bifurca, los hijos) y sobre todo del uso tan personal del lenguaje, del equilibrio entre lo biográfico y lo ficcional, lo emotivo y lo material, lo cotidiano y el misterio…, de la vitalidad, la melancolía, el desencanto. Conmovedoras en su condensación y en el trabajo exquisito de la forma, las palabras aquí calzan a su materia como un guante, todo lo cual convierte a Sandra Cornejo en una de las voces más sugerentes de su generación. Sin embargo esta tarde, aquí en las sierras, leyendo sus poemas bajo los ríos de este cielo, más que decir todo eso, lo que quisiera es contarles que estos versos se han quedado conmigo y que yo, como en las líneas finales del Tríptico, me he convertido en esa que /retirándose del sitio que le dio cobijo/ junta las palmas, agradece…/conserva la inmensa prontitud/ y se va/ abrigadísima de Dios.
María Teresa Andruetto
Tríptico de Santiago
I
Bajo los árboles entrelazados, una paloma. Cierta y gris.
En el Parque Forestal
cerca de la calle Monjitas
Lila y la mejor de las suertes
me confían este Infarto del alma
que leo sobre un banco.
No reconozco los humores de aquellos
que parecen desdoblar
sus gustos. O cambiar de frase en frase.
Sé que este libro
buscado por años
en su primera hoja dice:
“Te escribo.
¿Has visto mi rostro en alguno de tus sueños?”.
Y eso basta.
Puede que nadie sea reconocible
pero aquí, entre las hojas,
se afianza una íntima paz.
II
Me gustaría hablar con alguien
alguien que se acerque
que se siente junto a mí en este banco del parque
y me hable
en un idioma amigo
sosegado
como esta paloma que abajito me mira
y me conversa.
III
A veces, ser otra es una buena costumbre.
Inmigrante en una misma.
Los ojos como si fueran nuevos.
La mano que aprieta levemente
lo ajeno en una mano propia.
La otra que anda por ahí
sola, abandonada de una.
Esa que
retirándose del sitio que le dio cobijo
junta las palmas, agradece
observa el espacio, memoriza
conserva la inmensa prontitud
su presencia
cuando la paloma se lanza hacia la copa
del árbol trenzado sobre su cabeza
y se va
abrigadísima de Dios.
(A Diamela Eltit, su Presencia
Santiago de Chile, noviembre de 2011)
En la foto: Lara Villaro, Sandra Cornejo, Ximena Villaro
Alianza Francesa, La Plata, 30 de mayo 2014
Gabo
—“¿Fue tu abuela la que te permitió descubrir que ibas a ser escritor?”,
le preguntó en los años setenta su amigo y colega Plinio Apuleyo Mendoza.
—“No, fue Kafka, que, en alemán, contaba las cosas de la misma manera que mi abuela.
Cuando yo leí a los 17 años La metamorfosis, descubrí que iba a ser escritor.
Al ver que Gregorio Samsa podía despertarse una mañana convertido en un gigantesco escarabajo,
me dije: ‘Yo no sabía que esto era posible hacerlo. Pero si es así, escribir me interesa”.
Todo el texto en:
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/06/actualidad/1391715274_928706.html
Terrón de barro
La Plata2 de abril
Terrón de barro
de 2013 en la ciudad de La Plata, Argentina.
Fuente y más Roxana Páez en:
http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com.ar/
Día mundial de la poesía
21 de marzo
Roberto Frost, en su época, señalaba que todo lenguaje, excepto el matemático o científico,
es metáfora de una cierta realidad.
Algo más tarde, sin embargo, Jorge Luis Borges opinaba que no existe una diferencia esencial
entre la metáfora y lo que los profesionales de la ciencia denominan explicación de los fenómenos.
¿Difiere en algo, entonces, el lenguaje del arte del de la ciencia?
Probablemente sólo en el hecho de que el primero apela no exclusivamente a la razón sino también a la emoción.
De allí, posiblemente, que Frost pensara que la mejor manera de aprender y de enseñar fuese a través de la poesía,
puesto que, precisamente, el individuo no puede separar esos dos componentes fundamentales que,
por poseerlos, lo diferencian del resto de las criaturas del universo.
Jorge R. Sagastume
En el prólogo de Parábolas a medianoche de Lyubomir Nikolov
(Ediciones al Margen 2006)
Durante su 30° reunión, en París en octubre-noviembre de 1999,
la Conferencia general de la UNESCO decidió de proclamar el
21 de marzo como Día mundial de la poesía.
«Como expresión profunda del espíritu humano, como arte universal,
la poesía es una herramienta de diálogo y acercamiento.
Al dar acceso a la expresión auténtica de una lengua,
la difusión de la poesía contribuye al diálogo entre las culturas y al entendimiento mutuo.»
Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Mundial de la Poesía 2014.
2013/2014
desde un modesto planetanebuloso y azul...bendiciones
En la playa de interminables mundos
los niños juegan.
Rabindranath Tagore
Un día, un monje, al volver a casa desde el bosque, donde había estado recogiendo madera,
se detuvo a oír el canto de un pájaro. Su canción era particularmente hermosa y el monje
quedó suspendido, extasiado, durante unos breves momentos antes de proseguir su camino.
Cuando llegó al monasterio, descubrió nuevas caras en él.
Mientras estaba escuchando el canto del pájaro, todos sus hermanos habían muerto
y había pasado un siglo. Al entrar plenamente en un momento concreto del tiempo,
el monje había tocado la eternidad.
John Briggs y F. David Peat, en Las siete leyes del caos
Ahora se sabe que la materia, esa cosa tan sólida y conocida
que sostienes en tus manos y que compone tu cuerpo, es básicamente
espacio vacío. Espacio vacío y puntos de luz. ¿Qué expresa esto
con respecto a la realidad del mundo?
Jeannette Winterson en Espejismos
El tiempo, el espacio y la causalidad son como un cristal a través del cual
se ve lo Absoluto…En lo Absoluto no hay tiempo, ni espacio, ni causalidad.
Swami Vivekananda
"modesto planeta...nebuloso y azul" es una frase de Cosmos de Carl Sagan
A este lado del corazón
Matti Rossi
A este lado del corazón
A este lado del corazón aún es noche: goza de ella.
El niño viene a tus brazos, dibuja un pájaro en el aire,
el niño y tú os echáis a llorar cuando se va volando.
Pero vuelve, trae consigo otro, te acuerdas
aquel que tú dibujaste una tarde,
aquel que el tiempo alejó. Te ríes
y el niño se ríe cuando vuelan los pájaros
a este lado del corazón, y en la tarde alada
se percibe el aroma de muchos hogares.
A este lado del corazón llueve, es una noche corriente,
los pájaros se han ido, el niño duerme.
Alguien no encuentra su casa, alguien no regresa,
alguien acaba de marcharse, la puerta dio un portazo,
el corazón se abre, se cierra, lluvia y más lluvia
y sólo se oye un susurro de aleteos lejanos
cuando los pájaros de antaño llegan, se vuelven,
vuelan raudos al otro lado del corazón.
Amanece: un espacio iluminado, lleno de soledad, lleno de soledad.
Cuando el niño se despierta dibuja un pájaro en tu mano.
Matti Rossi (1934), Sortavala, Finlandia.
http://www.enfocarte.com/4.24/finlandia.html
CENDRA
domingo 3 de noviembreLa Plata
Cendra
Continuando con el ciclo de lectura denominado Cendra, el domingo 3 de noviembre a las 20,00 hs,
se presentarán, en La Enseña de las Tres Ranas, diagonal 78, entre 8 y Plaza Rocha, La Plata,
los poetas Ana Lafferranderie (Buenos Aires), Marina Kohon (Bahía Blanca), César Cantoni (La Plata)
y Horacio Preler (La Plata).
El ciclo toma el nombre de un libro de Horacio Castillo
y cuenta con la coordinación de Diego Roel.
La turbia
José WatanabeLa turbia
A mi hermana Dora le debo
la limpieza de mis camisas
y de mi alma.
Mujer más solidaria
no hay:
cuando me hieren
ella odia por mí.
Si te miro con limpieza
es porque ella está turbia.
José Watanabe, Trujillo, Perú, 1945- Lima, Perú, 2007
LECTURAS
AgostoLa Plata
Cendra
Ciclo de Lecturas organizado por el poeta Diego Roel
Claudia Masin/Julia Magistratti/ Sandra Cornejo
Domingo 25 de agosto/ 20 hs
En Palo Santo
3 y 39, La Plata
En la foto Julia Magistratti, Claudia Masin, Sandra Cornejo y Diego Roel
En Contextos
Tallereslectura/escritura
En el inicio, dos ejemplos
Unidad Penitenciaria N° 25, Lisandro Olmos
por Carlos Ríos
Empezamos el taller literario con una torre de libros de poemas; los
alumnos revisan, eligen, leen, descartan, vuelven a seleccionar un
libro, y en ese libro un poema, y en ese poema algún verso o pasaje que
les llame la atención. Conversamos sobre los alcances de la poesía,
sobre el particular registro de la lengua poética, sobre qué cosas del
mundo atrae y coloca en un libro. ¿Cómo nos hablan los poemas? ¿Qué
noticias nos traen? ¿Quién habla en ellos? ¿Podríamos ser nosotros los
que también prestamos la palabra para que ese poema sea dicho? Iniciamos
la práctica de la escritura con el intento de describir, en un texto
mínimo pero esclarecedor sobre ese interés que surge desde la
experiencia de cada uno de los alumnos. Hacemos una puesta en común de
los textos. Leemos algunos de los poemas seleccionados. El tiempo vuela
cuando nos encuentra trabajando.
Unidad Penitenciaria N° 9, La Plata
por Sandra Cornejo
Abren la quinta puerta (¿o la sexta?). Un muchacho de unos veinte años
dice “profe, venga para el Centro”. Luego de transitar varios
recovecos, llegamos juntos al espacio que les sirve de refugio. Dos o
tres computadoras precariamente equipadas, una mesa larga, mate. Se arma
la rueda y les cuento que mi intención es abrirnos a un mundo de
palabras. Uno de ellos teme no poder, recién empieza la primaria, “y si
para éso estamos aquí” aclaro, “la idea es compartir palabras, más allá
de escribirlas”. Tiempo al tiempo. Otro me pregunta qué se entiende por
valores. Con su mirada fija espera una respuesta concreta. Entre ellos,
uno acota: “seño, cuando salga voy a vivir de enseñar chino”. El más
callado quiere escribir cartas. El que organiza prefiere que trabajemos
para la revista del Centro, “así los que nunca pudieron, esta vez
colaboran”, insiste. Para la próxima piden un cuento fantástico.
Cuadernos, lapiceras. Y cuerdas para la guitarra. Y galletitas. Cuando
salgo, el sol inmenso ilumina una sonrisa inmensa; y pensativa.
Más data en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/programa_cultura_en_la_escuela/default.cfm
Ana Emilia Lahitte
La PlataAna Emilia Lahitte
(19 de diciembre de 1921, La Plata, Buenos Aires – 10 de Julio de 2013, La Plata)
Por favor,
quédate ahí.
Si te mueves puede regresar
el mundo.
(de Insurrecciones, 2003)
Ana Emilia Lahitte
En el diario El Día de La Plata, 12 de julio
http://www.eldia.com.ar/noticia.aspx?idnoticia=466203&voto=si&link=http://www.eldia.com.ar/edis/20130712/laciudad5.htm
A los 91 años falleció Ana Emilia Lahitte, pérdida que significó un
profundo dolor para sus seres queridos más cercanos como así también
para aquellos que conocieron sus destacados valores como poeta y como
mujer ligada al universo literario tanto local como internacional.
Había nacido en La Plata el 19 de diciembre de 1921 y de chica se crió en su casa de 53 entre 10 y 11, propiedad que había sido construida por sus abuelos y que, ya de joven, Ana Emilia convirtió en sede de sus emblemáticos talleres literarios y en un lugar de referencia ineludible para los poetas de la Ciudad.
Generosa y viajante incansable por el interior del país, su labor creadora abarcó la poesía, la narrativa, el ensayo, el teatro y el periodismo.
Como poeta publicó, entre otros libros: Sueño sin eco (1947), El muro de cristal (1952), La noche y otros poemas (1959), Madero y transparencia (1962), Al sur de marzo (1969), Los Abismos (1979), Los dioses oscuros (1980), El tiempo, ese desierto demasiado extendido (1993), El padre muere (2006) y Gironsiglos (2006). Entre sus ensayos y compilaciones poéticas figuran: Veinte poetas platenses contemporáneos (1962), María de Villarino (1966), Roberto Themis Speroni (1975) y Cinco poetas capitales (1995).
Obtuvo, asimismo, numerosas distinciones, algunas de las cuales son: Pluma de Plata del PEN Club Internacional, Centro Argentino (1980), Puma de Oro de la Fundación Argentina para la Poesía (1982 y 2001), Primer Premio Nacional de Poesía, Región Buenos Aires (1983), Premio Konex (1994) y Premio de Poesía “Esteban Etcheverría”, de Gente de Letras (1999).
Amiga y colega de figuras como Juan Ramón Jiménez, Antonio Buero Vallejo, León Felipe, Gabriela Mistral, Gerardo Diego o Gregorio Marañón, los poemas de Ana Emilia Lahitte fueron reconocidos y valorados por poetas de la talla de Juan Gelman y de buena parte de los principales exponentes de la poesía contemporánea.
Considerada por muchos como “la Victoria Ocampo de La Plata”, Ana Emilia dirigió por más de 20 años uno de los primeros talleres de poesía de la Argentina, llegando a superar con el sello Hojas y Cuadernos de Sudestada las 300 publicaciones.
Su obra fue recogida en varias antologías y traducida al inglés, francés, alemán, italiano y portugués. En 2001, la Municipalidad de La Plata la designó Ciudadana Ilustre.
El poeta Osvaldo Ballina, uno de sus grandes amigos y quien estuvo junto a ella en sus últimos días, la recuerda como una persona “de una generosidad asombrosa que la diferenciaba del resto y que la hacía siempre preocuparse por el otro”.
Se caracterizó por ser una persona sociable y generosa y, sobre todo, de un carácter lúcido y elegante que nunca pasaba inadvertido. Dueña de una personalidad rica en virtudes, Ana Emilia Lahitte deja un legado que los suyos jamás olvidarán.
"Navegar en turbulencia"
Los lunesUnidad N° 9 / La Plata
Navegar en Turbulencia
Cada lunes, a partir de julio, el eje central de la tarea consistirá en llevar adelante un espacio de lectura y escritura creativa a modo de experiencia extra curricular. Dado que a través de la literatura se crean, descubren y conocen mundos (al tiempo que mediante ella la persona puede encontrar claves para comprenderse a sí misma y a los otros), usaremos este ámbito como herramienta de expresión y alumbramiento, en un marco de respeto creativo y mutua comprensión.
Ante la propia incertidumbre, se irán plasmando aquí dudas, preguntas, resultados, trabajos, inquietudes. Serán los distintos registros/géneros (leyendas, mitos, poemas, cuentos, relatos, teatro) los que nos ayuden a rever un posible aprendizaje en estos universos donde los valores y la persona humana se tensan en situaciones extremas.
Nota: "Navegar en turbulencia", nombre que nos aproxima otra vez a un taller creativo de lectura y escritura en Contexto de Encierro, es una frase/idea de Inés Dussel, publicada en "La escuela y la diversidad: un debate necesario".
Sandra Cornejo, julio, 2013.
Tuerto rey cultura
junio 2013La Plata
Tuerto rey cultura presentó:
Andalucía Nueva Ignara, de la poeta cordobesa Griselda Gómez
y La puerta del cielo, de la escritora platense María Alicia Uriondo.
Se refirieron a los mismos María Laura Fernández Berro y Mauro Fabián Kein.
El viernes 28 de junio, a las 19hs, en el Museo y Archivo Dardo Rocha (50 entre 13 y 14 de La Plata).
…
Griselda Gómez es poeta y periodista. En este su nuevo libro traspasa
el umbral, convoca a los viejos poderes, y asumiendo una voz singular y
colectiva. Afirma: "nadie puede lo que calla".
María Alicia Uriondo, narradora de refinada prosa lírica, nos sumerge en potentes historias que valía la pena rescatar.
“Griselda Gómez con las palabras hace puentes, cruza, arma y desarma
imágenes cargadas de significación. Todo adquiere en lo escrito un
impulso lírico que es apremiante emoción, conciencia de soledad y
percepción del tiempo.
Porque de lo que se trata es de seguir viviendo, tanto en primera del
singular como colectivamente. Para ello hay que empezar a exorcizar el
mundo, arrancarlo de la docta e ignota apariencia y convertirlo, como
hace toda poesía, en una nueva realidad, traspasando el umbral,
convocando a los viejos poderes, reviviendo la liturgia verbal, diciendo
la palabra de vida”.
María Laura Fernández
Auspician: Asociación Amigos del Museo y Archivo Dardo Rocha
y Tuerto Rey (www.tuertorey.com.ar)
Poemas Invictos
Lara Villaro
Poemas invictos
de Lara Villaro
(Alción Editora, 2012)
"Escribo- dice Lara -, y elijo la poesía porque me revela un mundo,
porque tiene la magia que casi todo ha perdido. Pero por sobre todas las
cosas, elijo la poesía porque me cimienta, y al hacerlo, de la misma
manera que me empalidece, me ofrece los colores más sorprendentes de la
vida”.
Una amiga grabadora crea imágenes, diminutas. Pájaros a tinta negra. Un
papel pegado en la pared enlaza los grabados con el interminable tanteo
del peregrino ser. “Con la idea de salir, de emprender vuelo, de
recordar a aquella Ilsebill del Rodaballo” escribo, dice Lara.
(fragmento de la presentación de Poemas Invictos en la Feria del Libro de la Plata 2013) Sandra Cornejo
Búsquedas literarias
notaAquí La Plata
Maneras de contar un mundo
Reunidas por el cariño definitivo hacia los libros (en todos sus formatos), las escritoras Genoveva Arcaute, Fernanda Castell, Sandra Cornejo y Silvia Montenegro trazan aquí (o ponen en cuestión) algunas de sus razones y búsquedas literarias. Con caminos particulares, diversas en sus gustos y estilos, hacen pie en una certeza común: aquello que perdura nada tiene que ver con las modas o los escenarios. Ni cofradía ni grupo, nacidas o no, crecidas o no en el contexto de una ciudad paradójica como es La Plata (cada vez más abierta y multiforme), se juntaron para desentrañar el reverso de la escritura, los métodos, el procedimiento, el origen de una elección (o no) en la elaboración de la propia voz.
Aquí La Plata suma sus experiencias como una simple muestra de lo que hay hoy por hoy en las letras platenses y hace de esta nota un espacio que promueve el diálogo y la convivencia desde el hecho artístico. Se transcriben los textos de Fernanda Castell, Siliva Montenegro y Genoveva Arcaute.
Escribir es orgánico
(Fernanda Castell)
Escribir ¿es orgánico? Sí. Convengamos esto. Si no puedo con lo que imagino lo escribo y allí desplegado lo puedo ver; si lo puedo ver lo puedo palpar. Y al cobrar esa texturada dimensión, se me hace soportable. Es como inventar-se la parte que falta. Lo que no está allí pero amenaza, si es escrito es conjurado a remitir. O recubierto, al menos tolerable. Y uno se vuelve imperturbable ante el sinsentido, la verdadera peste humana. Algo de lo que padezco. Es mi condición de existencia. A través de la escritura y por la escritura la vida cobra velocidad. La velocidad del caminante. Y se deviene con el movimiento orgánico. Se integra el cuerpo y como el desmalezador de una selva desconocida uno avanza. Una analogía posible sería la operación etnográfica. Escribo desde la extranjería y la incomodidad. Inadecuación en estado puro. Es allí donde construyo. En la escritura devengo y habito. Suspendo la lógica cotidiana: subvierto reglas. No busco, construyo. La cuestión siempre es la búsqueda del tono y el soporte. Comparto con Lispector eso de escribir para deshacerse de uno. En verdad es devenir en una cosa Otra. Con la escritura la historia juguetea un poco por fuera de uno. Ésa es la ficción en verdad. Esa interioridad poco reconocida como propia, exteriorizada.
En relación a lo que pensando en los tópicos de género: las mujeres trabajamos desde lo cotidiano, lo doméstico, lo corporal, “Cuando un hombre escribe es porque sabe, cuando lo hace una mujer, siente demasiado” como decía Sexton; así como descreo a veces de la taxonomía literaria, la escritura de género me resulta sospechable. Un determinismo tramposo.
Las palabras, para mí., son materiales. Lo único que rescato de mi pasaje por las instituciones educativas ha sido el encuentro con “bancos de palabras”. Y ahora, a la distancia veo que todas mis elecciones incluso profesionales se basaron en el gusto por las palabras que se me ofertaban desde las disciplinas más duras y alejadas del mundo literario, como la Geología o las Matemáticas. El mundo en verdad fue y es algo escribible. Palabras-ideas- ideas/martillo. Trabajo de pulido, esmerilado, devastado. Por etapas, arte textil. La escritura es asíntota. Es como dice Jenny Disky: viajar hasta el Gobi y retirarse antes de tocar la arena. La construcción del poema conduce necesariamente a un clivaje que respira para comenzar con otro. Y lo mismo podría trasladarse al relato.
La construcción de un libro es otra cuestión. En general empiezo con una idea. Una conversación robada. Un sonido. Unos días de observación en la estación de tren. Universos cristalizados. El mismo planeta. Dialectos. Mucho conurbano. Me gusta viajar en tren. Mirar las casillas. El micro también me ofrece materiales. Observo. Cuando llego a casa, si es posible hago un punteo. Un crudo. Y lo dejo. Luego lo retomo y doy forma. Relato lo que vi o sentí, como si esto fuera posible. Pero existe un momento en el que me desprendo de la experiencia directa y creo otra cosa. Y el procedimiento es variado. Se piensa más en la forma. Las lecturas son el diálogo necesario de cada día: Le Clézio, Beckett, Handke, Agota Kristof, Margaret Atwood, por citar algunos. Con el tiempo lo escrito sedimenta. Coagula. El libro deviene. Despliega su propia intencionalidad material. Que si bien no busca comunicar, circula y al decir de Blanchot “se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y de alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder decir y del poder oír”.
Fernanda Castell/data
Nació en Coronel Dorrego en 1965. Estudió Antropología en La Plata. Publicó En el Abras, (Siesta 2003), Peces de agua (Editorial Tema, Porturgal, 2004) y La construcción de lo desagradable (Editorial Al margen, 2010). Participó de varias antologías, entre ellas, El verso toma la palabra. 33 poetas argentinos de hoy ( Homoscriptum y la Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México, 2010) y País imaginario, escrituras y transtextos, 1960-1979, autores latinoamericanos, prontamente a editarse en Ecuador. Ha recibido distinciones de la Fundación Octubre y el segundo Premio del concurso provincial de Poesía Ginés García 2001. Tiene varios textos inéditos, entre ellos, una novela, La pena de Azucena. Trabaja en Violencia de Género y como Arteterapeuta. Formada en la Primera Escuela Argentina de Arteterapia, ha trabajado con enfermos terminales y actualmente en Salud Mental en el Centro de Día de CEMIC, con enfermos graves.
Buscar lo que ya encontramos
(Silvia Montenegro)
Escribir si no es mejor al silencio.
Escribir para hacer pedazos la realidad y convertirla en palabra.
La Palabra.
El templo que nos rodea.
Escribir desde el cielo y el infierno.
Hacerlos atmósfera del lenguaje.
Decir agua, y vaciarse.
Convertir la herida en olor a narcisos.
Ir hacia lo que no tiene nombre y se nos atraganta.
Ser lo que vemos: resaca y belleza.
Vivir el aire de la ausencia.
Me arriesgo me desnudo.
(Qué terror da la visión de uno mismo,
saber de sí en el mandala indescifrable).
Surcar la hoja en blanco, con la juventud de la catarsis
y luego despojar, deshojar, limpiar, con el oficio de los viejos.
Leer leer leer. Jugar con fuego.
Aullar el más grito.
El más hondo.
El coronado.
Entregarse a las sombras o construir mariposas.
Montar en cólera las debilidades.
Escribo para no ser una mujer muerta, de vestidos muertos,
de boca muerta, de mirada perdida.
No quiero la llaga inútil.
No quisiera la llaga inútil.
Quizás el designio fue habitar las palabras de los acorralados.
Amar a Rilke, a Rimbaud, a Baudelaire, a Voltaire. A Tom Waits:
“Gastado y herido, no es culpa de la luna”.
Amar la poesía de la música, la música de la poesía.
Mozart, Chopin, Beethoven (recuerdos de la infancia en que mi madre
clavaba mis manos en el piano, y yo inventaba planetas en el cielo).
Las teclas duelen la memoria.
En esos años iba construyendo desde la nube, el velo. El pequeño reino.
Asumo la deshonra de invocar mi batalla al gozo, en estos tiempos en que el imperio irriga y amordaza.
En estos tiempos que el “capital” se comió a la flor, y se tomó el agua que regaba a la flor,
y le chupó la raíz, y la destripó, y nadie se apiada.
El enigma es buscar lo que ya encontramos.
Quizás de eso se trate la literatura.
Silvia Montenegro/Data
Nació en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, en 1961. Egresada de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata. Publicó Sobredosis de alma (Sudestada, 2001), El diablo pide más (Ediciones Último Reino, 2004; Premio Hespérides, 2004) y Los príncipes oscuros (Último Reino, 2008). Participó en festivales nacionales de poesía de San Luis, Junín, Azul, La Rioja, Paraná, en el Festival Internacional de Poesía de Rosario 2003 y en el Festival Internacional de Poesía de la Feria del Libro de Buenos Aires, 2009. En el exterior, participó en el Festival Internacional de Poesía de Michoacán, México, en 2005. Su poesía integra antologías en Argentina, México, Perú y Alemania. Una selección de sus poemas fue traducida al alemán y al portugués. Es una de las organizadoras del ciclo de lecturas de poesía llamado Tohu-Bohu. Actualmente es secretaria de la Sociedad de escritores y escritoras argentinos (SEA).
Leer para vivir
(Genoveva Arcaute)
La experiencia literaria es salvífica, cura, alivia. Estar enamorado, estar en análisis, estar en manos de la escritura, todo trance doloroso puede morigerarse en el trabajo de la lengua. No cura, pero sí alivia. Bienaventurados quienes rozan al menos uno de estos programas de sanidad del alma.
(Diderot identificaba el placer de la lectura con la posibilidad de escribir. Para gozar de la lectura es casi imprescindible ser capaz de escribir: la inteligencia del emblema poético no le es dada a todo el mundo, hay que estar casi en estado de crearlo para sentirlo. Por eso aquí se trata de ambas cara de la experiencia indistintamente)
La experiencia literaria es más del orden del goce que del orden del placer. Este aquieta, conforta, arropa. Aquel nos comunica pérdida, vacilación, crisis, temblor. ¿Por qué buscarlo? Jugar con los límites, hallar el nexo entre la matriz primera, materna –sin connotación de sexo- la korá griega, lo somático prelenguaje, esfera del padre. Ese umbral, ese continuo a donde regresamos en el sueño es el territorio de la creación artística. Lo convencional en nosotros se resiste quizá, el lenguaje opone resistencia, a menos que se revierta en poesía, entonces el sujeto sana, se aleja de riesgosos borders. El texto organiza el límite. Y funda una nueva sintaxis.
Lenguaje es búsqueda, es el oráculo de la especie, el lenguaje literario descontextualiza y lo hace con violencia, salta hacia la polisemia. No revela, pero hace señas, según Heráclito.
La elección de las palabras es en el orden de lo antiguo en el fondo del alma, de lo arcaico del impulso vital, las imágenes allí abrevadas dan el poder y la potencia de decir. Remontarse desde la convención hacia ese fondo atávico que viene de abismos. Sublime-exaltación-asombro-éxtasis en un circuito que conduce a una raíz originaria. Es el lenguaje literario el que desviste, el usual el que encubre. El lenguaje poético es desnudo hasta el espanto. Sin paradas intermedias que relajan, leer es buscar con la vista la única flecha disparada desde el fondo de los tiempos
En este camino se establece una red de sentidos por fuera de la gramática. Hablamos de ritmo, respiración, aliteraciones, onomatopeyas, ecos. El receptor aquí, gira en operaciones dobles, hay dos escrituras, pugnan, se niega y se afirma. Se instala la polisemia, lo múltiple y como en los sueños, desaparece la unidad. Una retórica análoga a la del sueño: plural, relacional, asociativa.
El ritmo es revelado por el poema y no es una subcategoría de la forma, sino inseparable del sentido, es organización del sentido en el texto. A menudo el sentido viene del ritmo en un poema y no del significado. Y no hay sentido más que por y para un sujeto. Y el funcionamiento de éste pone en evidencia a una sociedad. De donde la historicidad del sujeto lleva la mirada a ese ritmo individual que patentiza lo político, antropológico, único. El ritmo sobrepasa al signo en lo que tiene de corporal, y lleva a una teoría del discurso. Discurso anclado en un punto histórico, que da cuenta del placer que provoca. Poético, ético, político, antropológico, aspectos inseparables, desencadenantes uno de otro, encadenados en la producción de sentido.
Aunque no podemos dar cuenta del estilo de nuestra época, vivirla nos invalida. Apenas soñamos y pretendemos dar cuenta de nuestro sueño, no podemos hacer de otra manera.
Pero sí podemos comprometer nuestra primera infancia en nuestra obra, de otro modo la invalidaríamos.
Así, un poema es una cadena de jeroglíficos en los que el sentido está imbricado en un ritmo haciendo un todo que siempre se está escapando, como el sentido de los sueños. Pero si la belleza estalla, no se piensa en entender o en diseccionar.
Dijimos experiencia literaria, la lectura, la escritura, el doble movimiento de un amor: Narcisismo, en el juego del yo que se refuerza, que de ratón se encuentra águila, y en la cumbre se pregunta quién lo dejó estar ahí. Un yo que se permite ser extraordinario. Por el otro y por sí mismo en la escritura, hecha otro apenas se separa del que escribe.
Que necesita parirse, darse a luz, -nadie nace para siempre- Escribiendo se nace, se es el otro, se amamanta a la madre. Escribir como los dioses que hicieron los libros que se apoderan de uno, lo traspasan, lo transportan.
Alimentarse de texto, leer para vivir. Es que el que escribe ha tenido hambre de libros, ha leído, mordido: con la primera leche, el primer libro.
Idealización, porque en el lenguaje poético el yo se permite el derecho a ser extraordinario, necesariamente, otro, aquello de lo que se carece, de lo ausente. Que asume todas las perfecciones.
Vivir en la carencia, a impulso del motor, el deseo, hacia identificación e ideal, buscando sin suerte el nombre en la punta de la lengua que se atrapa en perífrasis, en metáforas, en un halo de melancolía.
Qué decir de la propia escritura después de semejante despliegue: se agradece el aporte de los maestros Barthes, Meschonnic, Quignard, Cixous, Kristeva y quienes subyacen en el entramado de entrañables lecturas ya sin pie de imprenta.
Y agregar que es desvelo, acecho, captura, predación de la palabra inesperada, que lo es en el laboratorio, en el lexicon privado y en el contexto donde encontramos la ropa de diario. La palabra inesperada deslumbra y altera, descompone el pulso e interroga. Pero ahí está como los viejos telegramas con buenas noticias, a seguir desvelando el convoy que arrastran, leyendo el sentido a medida que se escribe, que escribo lo que leo y leo lo que escribo.
Genoveva Arcaute/Data
Nació en La Plata, en 1953. Es egresada de Letras. Colaboró en la revista Humor entre 1980 y 1990. Publicó la novela breve Mandorla en 2007 y el poemario Todas somos Frida en 2010. Antologada por la Biblioteca Nacional 2009 y 2010.
Foto: Constanza Agesta
(De izquierda a derecha: Sandra Cornejo, Fernanda Castell, Genoveva Arcaute, Silvia Montenegro)
La 123
Colegio NacionalUNLP
..."si hemos de vivir es porque habremos de amar".
Una nueva era y siempre el mismo sol.
Para 6°5°, en La Plata, entre yesos y cumbia, entre La Charles
https://es-es.facebook.com/LaCharlestone y la matemática integrada!!
Gracias a la educación pública y responsable. Gracias al tiempo,
y para cada uno en este extraño planeta, bendiciones 2012/2013.
Sandra Cornejo/Tuerto rey Cultura
Sofía Rei/De tierra y Oro
Breve historia de una canción
Sofía Rei, además de cantar y componer, lee, y lee mucho. En uno de sus viajes de regreso a sus "pagos de acá" (vive en Nueva York desde hace algunos años) se cruzó con una antología de poetas mujeres, allí encontró un poema que escribí en el 2005 en Partes del Mundo: Todo lo perdido reaparece. Enseguida sintió que una musiquita le brotaba. Me preguntó por mail si lo podía convertir en canción y yo me pregunté cómo sería posible tamaña empresa. Lo logró, claro está. El punto es que desde entonces nos hemos mantenido en contacto, por mail, por teléfono, y poquitas veces en persona.
Proviene de una progenie de mujeres luchadoras, unas warriors, como me contó sonriente en ese barcito de 11 y 47 de La Plata cuando nos encontramos por primera vez. Sofía también tiene familia en La Plata, recorre varios países por año y en el Norte se desplaza entre Boston (donde enseña) y NY (donde vive). Inquieta, estudiosa, desbordante de vida, ha sido un gusto entrañable encontrarla gracias a la magia de la poesía y la música. Al que quiera, no se la pierda, presenta este 23 de noviembre su último cd De tierra y Oro en La Trastienda, en el marco del Festival Internacional Buenos Aires Jazz 2012, Argentina. Y luego sigue su viaje, llevándose a la poesía por ahí.
Sandra Cornejo, noviembre 2012.
Sofía Rei en: http://www.sofiamusic.com/
http://www.buenosairesjazz.gob.ar/home12/es/plays/show/v/id/57.html
Keats, su hogar
Keats, su hogar/
por Sandra Cornejo
“Yo no sé nada
y sin embargo mi canción surge en comunión con la tiniebla.
Yo no sé nada
y sin embargo la noche escucha.”
John Keats
Luego del Canal de la Mancha, en la Isla, Hampstead Heath, al norte de Londres. En el centro, el underground parte de la parada de Tottenham Court, sobre Oxford Street.
La ciudad, prolija, indica los sitios y las reglas. Un policía camina, conversa con otro. Detrás de Piccadilly y los teatros, el Soho. Una versión del cuento Las babas del diablo de Cortázar se cuela por los setos del Hyde Park, cerca del Palacio de Buckingham, donde la guardia saluda a la Reina, invariablemente.
Reminiscencias del Big Ben lejano de la infancia, una fuente en el Támesis, cristalina, y London London, la canción que sonaba en un viejo disco de Caetano, vienen a la memoria, sonrientes. La boca del metro se abre ante amplios ascensores. Es un claro mediodía. Hace frío. Un frío soleado.
El aire que huele a campiña sobre la colina de Rossling nos da la bienvenida: este paisaje no avanza hacia nosotros como un monstruo, jamás lo haría. Por el contrario, se serena el cansancio y la curiosidad aumenta.
El camino desciende, ondulado. Hampstead aparece dulce, verde y dorado en el otoño: la aldea conserva su viejo rostro, el rumor de altas ruedas con llantas de caucho, el zigzag de una ardilla que saluda, trepa por un tronco añoso, y no quiere films. Cercas de madera, de arbustos, de hierro. Casitas con techos de tejas negras, ventanas de marcos pintados de blanco. Jardines como los jardines del gigante de los ojos azules. Flores rojizas que le crecen a la tierra. Un aroma en el aire a lavanda y entre las callejuelas serpenteantes y los árboles, la leyenda. El corazón se inquieta y en la profunda soledad aparece Wentworth Place, la casa de Keats.
Sobre un tenue paredón de maderos, el cartel, pequeño y de madera también, anuncia que allí vivió el poeta romántico inglés entre 1818 y 1820. El sendero es de piedra, bordeado de hierba, hojas, pasto, unos pasos y se abre la casa, robusta, doble planta, cálida. Paredes blancas, dos ventanales lado a lado, y al centro, una pequeña escalinata que asciende hasta el portal. La aldaba y un extraño y entrañable mayordomo de color que atiende.
Un menudo pasillo, la biblioteca, pinturas, la estufa hogar, manuscritos, la máscara con sus facciones, intactas. Y el sueño que desciende. El recuerdo de un sueño que se asienta y sobrevuela el instante.
Se diría que dos años no son mucho tiempo. A John Keats le bastaron para crear sus obras capitales, que sin saberlo, lo instalarían en lo más alto de la literatura inglesa, y en la cumbre de la poesía mundial.
Su vida, obviamente, fue muy corta. A diferencia de sus hermanos de raza, Shelley y Byron, no eligió morir, aun cuando la “extremada melancolía” merodeara siempre por sus rincones.
La querida criatura del dolor, borracho de imágenes y palabras, sobrellevó el áspero mundo convencido del valor de la belleza porque creía que la belleza “es la única senda que conduce a la verdad”.
Desde que leyera La reina de las hadas de Spenser, ya no pudo olvidar “la ballena que empuja el mar con el hombro” y sus días empezaron a generar un remolino de fantasías helénicas y un cielo de mitos: los peñascos de la poesía crecían en él como las hojas en un árbol.
Su orfandad prematura fue compensada por una constelación de amigos que a modo de identidad le hacían de suelo, techo y contención. El grupo de Hampstead: Reynolds, Haydon, Hunt, Bailey, Dilke, Brown, Severn, lo acompañaron en su último viaje, le sostuvieron los hombros y le custodiaron una obra que la sociedad, entonces, no estaba preparada para recibir.
Wentworth Place, rodeada de verde, de un blanco impecable por fuera, en su planta alta, en la habitación de Keats, todavía conserva la cama en la cual aquella primera gota de sangre, a sus 25 años, le anunciara que iba a morir de tuberculosis, como su hermano menor y su madre. “Este es mi certificado de defunción”, dijo.
Quizá allí, aún, Fanny Brawne, su amor irrealizado, su amor desbordado, se pasea como una sombra entre las salas de la casa. Quién sabe si llora, quién sabe. Una vez escribió Keats: “¿Sigue Shelley diciendo raros relatos de la muerte de los reyes? Díganle que hay raros relatos de la muerte de los poetas. Algunos murieron antes de ser concebidos”.
Keats descansa en un cementerio de Roma. Su otra ciudad querida. Su otro puerto. Su hogar está en Hampstead, luego de La Mancha, al norte de Londres. Endimión, Hiparión, La víspera de Santa Inés, Al ruiseñor, Las estaciones humanas, Soneto a Fanny, Oda al otoño, El castillo encantado, son trozos suyos que nos habitan a todos dondequiera que se encuentre la poesía.
Nota:
Texto pensado para y publicado por Horacio Castillo cuando el poeta
tenía a su cargo el suplemento literario del diario El Día de La Plata.
Mes del bibliotecario y las bibliotecas populars
Septiembreen cada rincón del país
Una Biblioteca es un centro consumidor y productor de cultura; alberga en sus salas el debate y la actualidad, articula tareas con otras Instituciones con un claro sentido de humanidad, identidad y proyección, da cabida a todos los sectores generacionales; en ella se difunden autores nuevos que, junto a los consagrados, tienen la función de establecer un diálogo constante con el público. Los bibliotecarios, nexo entre los libros y la comunidad, resguardan ese mundo con la tarea noble y solidaria que desempeñan cada día. Puente entre los libros y la comunidad, pocos como ellos comprenden la naturaleza de las palabras.
Un cariño en estos días dedicados a homenajearlos.
Sandra Cornejo.
"El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un
número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con
vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas
bajísimas".
Jorge Luis Borges
"Mediante la difusión práctica de la lectura, se crea un cierto número de condiciones necesarias para acceder a una ciudadanía".
Michele Pétit
"Los dictadores de diverso signo han comprendido - con mayor
lucidez que muchos parlamentarios democráticos - cómo se relacionan
arte y vida. Y se pusieron a encender hogueras. Porque, si bien es
cierto que ningún poema pudo evitar que sucediera Auschwitz, la
literatura es capaz de suscitar transformaciones personales más allá y
por fuera del lenguaje".
Mónica Sifrim
Foto: Alicia D'Amico. Borges en la Biblioteca Nacional.
Alicia Genovese y Sandra Cornejo, diálogo
10 de agostoRayuela Libros, La Plata
Se presentó en Rayuela Libros (44 N° 561, entre 6 y Plaza Italia) la poeta Alicia Genovese. En la charla, organizada por el Fondo de Cultura Económica y Rayuela Libros, Genovese dialogó con Sandra Cornejo sobre su obra poética y crítica. Leyó además poemas inéditos y recorrió especialmente algunos temas desarrollados en su último libro, Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco (2011). Auspició Tuerto rey Cultura.
Alicia Genovese (Buenos Aires, 1953).
Es poeta y ensayista. Es profesora de Letras por la Universidad de
Buenos Aires y obtuvo un doctorado en Literatura Latinoamericana en la
University of Florida, Gainesville. Dirige el departamento de Literatura
de la Universidad John F. Kennedy, de Buenos Aires, y coordina talleres
de escritura. Publicó críticas y notas periodísticas en diversos
suplementos culturales y revistas especializadas, como Hispamérica y Revista Iberoamericana.
Obtuvo la beca a la creación en poesía otorgada por el Fondo Nacional
de las Artes en 1999 y la beca John S. Guggenheim en 2002.
Es autora de los libros de poesía El cielo posible (1977), El mundo encima (1982), Anónima (1992), El borde es un río (1997), Puentes (2000), La ciudad de los puentes / La ville des ponts (Quebec, Canadá, 2001), Química diurna (2004) y La hybris (2007). Ha publicado también el ensayo La doble voz. Poetas argentinas contemporáneas (1998).
Fondo de Cultura Económica ha publicado Leer poesía. Lo leve, lo grave, lo opaco (2011).
Tuerto rey Cultura
Tuerto rey Cultura es un espacio que promueve canales de participación e intercambio entre escritores, pensadores, artistas y público en general, impulsando toda aquella actividad que fortalezca, a través del arte y sus diversas expresiones, la salud, la educación y la cultura.