Páginas
▼
sábado, 30 de julio de 2011
LUCENTUM
Por Ramón Fernández Palmeral
¡Oh Lucentum! patinadora del sol, ibérica ciudad de los sueños imposibles en el deseo licuante y escondido de la profunda antigüedad en clave de progre y civilizaciones ambiciosas que probaron la dulce y tierna miel de tus labios a la orilla del azul...
En el otro extremo al sur, el Benacantil es tu velero añil cabalgando en tréboles de olas sobre la mar salteadora de marineros amantes de la sal y del sol recostado sobre dunas al refugio del sotavento...
Me contó Algazel (ahora está enfermo) que las ruinas de Lucentum se encuentran en el Tossal de la Albufereta, puestas a la luz por las primeras excavaciones de Dean Bendicho sobre el siglo XVI, y posteriormente por el Padre Belda, arqueólogo por afición. Desde su descubrimiento ha sido un desafortunado expolio a manos de violadores de tumbas, nichos y buscadores de tesoros, coleccionistas desaprensivos y turistas acopiadores de piedras sin sentimientos. Parece ser que la ciudad romana se trasladó siglos después a lo que es hoy Benalua.
La colección se guardó primero en un modesto museo arqueológico de la Diputación Provincial, pero después afortunadamente se rehabilitó el Hospital Provincial del Plá y se convirtió en el MARQ (Mueso Arqueológico), gracias de la iniciativa de D. Julio de España y sus colaboradores. Quedando un museo moderno que aprovechó todas las tecnologías didácticas y visuales.
Lo que no sé muy bien es si Akra Leukra, la colonia griega del siglo IV a. Cristo, coincide con la primitiva ciudad ibérica o es la Lucentum romana del s. II. a. C., sea como sea, nuestro pasado es un sendero por el que no podemos regresar, tan sólo nos permite avanzar por nuevos caminos que se bifurcan hacia nuevo sueños y futuros.
Nuestro pasado es lo más digno que poseemos, respetémoslo y recordémoslo y para conservarlo. EL MARQ es nuestro museo arqueológico donde se expone nuestro patrimonio.