Páginas

jueves, 29 de junio de 2023

La memoria, en donde ardía, por Ramón Palmeral

 

La memoria, en donde ardía

 

Despierta para escucha aullar

al perro del Caballero del Verde Gabán,

que tenía un ojo en el cuello

para vigilar a la luna ahogada en sangre.

El anhelo a la muerta premisa primera en el

Barroco quevedesco que parecía estar arrancando

el corazón desde las raíces de la cepas viejas

-solo la de las viejas cuchillo crío-,

la espantosa sensación de estar solo

 en un universo vacío, el asco de la vida,

 la imposibilidad de morir […] Para cualquiera

 que esté poseído por este tipo de melancolía,

 nada tiene significado, la destrucción

 del mundo apenas le afectaría.

 Cuando me acometen estos sen-

timientos desearía que la tierra fuera

 una granada

 rellena de pólvora, a la que acercaría

una cerilla para divertirme.

La dualidad en la descripción

 de esta visión es certera. Tenemos

 ambos impulsos, el impulso de vivir

 y crecer y el impulso de morir.

 La Dualidad es la muerte. El universo

 es un universo recto. Lo real es recto –

 “con sus ángulos rectos y sus leyes” si se quiere.

El planeta es un planeta. No hay dualidad en él.

 Los animales son animales rectos.

 Sólo en la humanidad se puede encontrar dualidad.

Los imperativos de la ciencia como duda sistemática.

 

Ramón Palmeral

Alicante