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lunes, 7 de diciembre de 2015

"Elegía a Rosario Salinas", por Ramón Palmeral.

Elegía a Rosario Salinas


Mi seno se abre y te entrego
mi corazón vivo para que
en tus manos palpiten mi dolor y mi sentir.

Recuerdo los momentos de poesía,
charlas y reuniones que compartimos,
en tu casa y en los escenarios y aulas
de Alicante y su provincia, con nuestros
compañeros los poetas alicantinos.

Eras torbellino de poemas y canciones
remolino de amistas  y de corazón
abierto a las galaxias de la verdad.

Tu decisión y tu alegría eran contagiosas,
difícil de olvidar, amiga de la poesía
recuerdo cuando nos reunimos en
El Café Español para habla de poesía,
siempre de poesía y de proyectos
y de la revista PERITO, que tú dirigías.

Hemos de retomar el camino sin ti,
 sin tu empuje y tu saber decir de
la palabra exacta y el sentir de
tu sonrisa inteligente.

Era bondadosa y siempre estabas dispuesta
a salir a recitar y a dar consejos,
tú fundantes el Grupo Miguel Hernández
de Alicante
porque le tenía mucho amor al pastor-poeta
de Orihuela, a quien tu tío Paco Salinas,
–poeta de Callosa del Segura-,  había conoció al
rayo que no cesa.

Siempre de admiré por sabiduría
y tu facilidad para componer poemas
en tu máquina de escribir: tú eras rayo y relámpago.

No te olvidaremos,  amiga Rosario,
amiga y compañera del  alma, y aunque
te hayas ido en cuerpo dolorido
te regresaremos en el recuerdo.

Porque lo poetas nunca mueren
porque somos polvo de estrellas
porque somos viento del pueblo
que pasamos dejando su semilla
para que crezca y fructifique en buena tierra,
en tu tierra y en la que algún día será
también la mía.

¡Hasta pronto, donde nos veremos
ente las blancas rosas de los almendros!

Ramón Palmeral, 7 de diciembre 2015