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miércoles, 21 de agosto de 2013

Velada de canto, declamación y música en Viellaelena

Anoche a partir de las diez de la noche nos juntamos un nutrido número de amigos que podríamos ser rondando los sesenta, invitados por la familia Bermejo, en los jardines de VILLA ELENA, para celebrar la velada del Canto, La Música y la Declamación. Este acontecimiento es el segundo con carácter bienal que esta entrañable FAMILIA organiza en testimonio de su amor al arte y nunca mejor dicho, porque la que se organizó fue de órdago a la grande en todos los sentidos. Pero no es solo su amor al arte como he dicho, sino también, a sus amistades a los que siempre nos hace estar en deuda con ellos. A pesar del excesivo trabajo que ello supone entre otras cosas, lo feliz que se encontraban, la evidente cara de satisfacción que tenían y la facilidad con que nos transmitían esa actitud, era de admirar. Como viene siendo costumbre Carlos –el anfitrión-, delegó en mí, la parte de fin de fiesta y aun con los años de experiencia que llevo en temas de esta índole, solo por la responsabilidad porque todo saliera lo más ameno posible, confieso que estaba algo intranquilo. Todo, tenía que salir bien y creo que así fue, pues el ambiente distendido, el glamour del entorno, y las risas que apenas dejaban oir el croar de las pequeñas ranillas del estanque repleto de nenúfares y el arrullo de los chorros de agua de las fuentes ¡maravilloso!

Se da banderazo a los comensales para iniciar la velada en su primer tramo, y en ese mismo momento nos vemos entrar cruzando el jardín a nuestro compañero Emilio Giménez con un piano eléctrico de siete octavas y sus dos manos dispuestas para torear Miuras, Victorinos o caracoles si se hubiera terciao. Acto seguido, se dio paso al espectáculo que aunque un poco de andar por casa, contando con el elenco de verdaderos profesionales como ocurrió, pudimos pasar tres deliciosas horas más o menos, que entre poemas recitados por rapsodas con altas dotes de declamación, alternando poesía dramática, romántica y de humor, todo ello a cargo de José Alberto Escolar, Ramón Palmeral, Ramón Rodríguez, Rafael Ferri, la sorprendente María Amérigo, con música y canciones interpretadas por el polifacético Romualdo Moreno, Julio Escribano y un servidor, bien arropadas por el maestro Emilio, además de melodías clásicas e inolvidables por la selección e interpretación de las mismas por el amigo José Mª Masip , chistes, imitaciones, parodias, no faltando la participación popular individual y en masa. Y como colofón final la actuación de dos angelitos que interpretaron sus temas individualmente Elena Bermejo, con harmónica y Nuria Llorens con flauta dulce. Todo ello, como decía al principio me cabe el honor de haber sido el presentador, coordinador y rellenador de huecos, con los que también confieso que lo pasé en grado superlativo.

Se van sumando los motivos de agradecimiento hacia la entrañable familia Bermejo por su aportación e interés en unir a la gente que practica, siente, ama el arte y la convivencia entre colegas.
Martigodi
Ver más en el blog de la Asociación de Artistas Alicantinos