Noche de bodas
Vértigo irremediable coronado en deseo,
susurra el lisonjero abismo versos ligeros,
despierta la sangre, ebulle en sus adentros,
ya ansía la virgen yacer en su pecho.
No hacen falta ritos para consagrar su anhelo,
absorbe el perfume de los jazmines en velo,
se embriaga con vino del cáliz eterno.
Incesante abraza el frío su níveo cuerpo,
un manto de seda ondea sus castos senos,
su cintura se pierde en inmensos dedos,
penetran tenazas su vientre terso.
Ya la muerte aquilatada besa sus labios de fuego,
ya duerme la novia el más dulce de los sueños.
Poeta Jannet Weeber (Colombia)
El erotismo sensual de Jannet