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viernes, 7 de septiembre de 2012

TALLER de creación poética (VII)

LOS BARROTES Y PROBLEMAS DEL SONETO  (VII)
                         Por Ramón Fernández Palmeral
   El soneto o se compone como dicen las reglas de la Poétíca y la Métrica o no es un soneto, no caben los sonetos a medias, o los sonetos libres puede ser un seudosoneto, es decir que un poema con catorce versos, siempre será un poema de catorce versos nada más. No se le puede llamar soneto aunque su apariencia sea de soneto libre o blanco, puesto que solo existe cuando son dos cuartetos y dos tercetos, y a lo sumo con estrambote (conjunto de verso que suelen añadirse al final del soneto). Lo mismo que cuatro versos no son un cuarteto, porque para ser cuarteto ha de ser una estrofa de cuatro versos de arte mayor (9 o más sílabas), de los cuales normalmente riman en consonante y primero con el cuarto y el segundo con el tercero. De ser de arte menor es una cuarteta.
   Un soneto es una obra poética encajonada en su estructura académica, un caballo de carrera que sale de los cajones de salida, y no puede ser un caballo que sale antes que otro, sino a la par, un caballo encajonado en 14 barrotes; o sea, una carrera de catorce versos de arte mayor. Se sacrifica el sentido del poema en favor de la musicalidad o rima
   Un soneto siempre es una obra clásica que permanece en los tiempos actuales, que tiene aún muchos seguidores.
   La dificultad en su composición no acarrea bonos de calidad adicional. El soneto puede ser malo, malísimo y pésimo aunque hayamos invertido en él un mes.
    En otros artículos ya comenté los problemas de la rima.
   Nadie mejor que el genio Lope de Vaga nos ha explicado como se escribe un soneto

Un soneto me manda hacer Violante

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho
que voy los trece versos acabando;
contando si son catorce, y está hecho.


PASAR A LA LECCIÓN VIII